CONSAGRADOS Y CAMBIADOS POR DIOS 1 Co 6:12 Todas las cosas me son lícitas más no todas convienen. ¡Todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar por ninguna!. Hay muchos de nosotros que estamos buscando pretextos para permitirnos ciertos excesos o para dejarnos dominar por algunas circunstancias, el problema es que no podemos escapar de los ojos de Dios. No es que cuando vengamos a la congregación solamente se nos vea nuestro cristianismo, sino que nuestro cristianismo debe reflejarse cada día en la manera como vivimos en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestra escuela o donde quiera que estemos. La Biblia da principios y la palabra de Dios dice que aunque todas las cosas nos son lícitas no todas nos convienen, y todo nos es lícito porque Dios no ha venido ha señorear sobre nuestra voluntad forzadamente, esto quiere decir que Dios no va a obligarnos a obedecerle, porque el obedecerle, el buscarle, aún el entregarnos cada día a Dios es un acto voluntario del ser humano. Y muchas veces nosotros no deseamos hacer lo que Dios nos pide, no buscamos hacer su voluntad y aunque el Espíritu Santo nos esta hablando ya sea por una circunstancia, por un amigo, por la palabra, por un libro o cd nosotros no hacemos caso y aunque Dios no nos domina, otras cosas sí nos dominan. Cuando conocemos a Jesucristo empezamos a descubrir la palabra de Dios, es decir la verdad de Dios y esto es lo que Dios quiere que conozcamos. En donde lo que nosotros antes conocíamos como bueno, ahora sabemos que si no se apega a lo que Dios dice es mentira, como esa mentira tan grande que se enseña en las escuelas y que debemos aprender y estudiar para no reprobar el examen, que el hombre desciende de un proceso de evolución, cuando la Biblia claramente menciona que el hombre viene de un proceso de creación. Este tipo de mentiras tienen que ser confrontadas a lo que la Biblia dice y debemos nosotros cuestionar qué es lo que vamos a creer ¿lo que Dios dice o lo que otras personas dicen?. Propiamente nosotros debemos basar nuestra vida y la dirección de la misma a lo que Dios nos dice y es por eso que hemos decidido seguir a Cristo y buscar de Dios. Pero es lamentable que un cristiano que ha conocido la verdad de Dios y que ha sido hecho libre por Él se deje cautivar por pequeños vicios o aún, aquellos cristianos que ya tienen tiempo de buscar de Dios y todavía se dejan dominar por viejos vicios. El Señor nos aclara a través del Espíritu Santo quien guía a Pablo “no te dejes dominar de ninguna cosa” no es cuestión de que se nos diga que es pecado y que no lo es, no es cuestión de que nos digan ese paso que diste estuvo mal, pero si lo hubieras dado para acá habría estado bien. No te dejes dominar por las cosas del mundo, si hay alguna persona que realmente sería bueno que nos dominara esa persona es Dios, porque Dios no nos hace daño, como lo hacen otros afanes o vicios. Por ejemplo el afán por el trabajo es igual de malo que el alcoholismo. Y las personas dicen que no se compara porque en el trabajo sé es una persona respetable cuanto más se trabaje y en el alcoholismo cuanto más alcohólica es la persona más menospreciada es, tanto, que aún en su familia lo repudian. Internamente esa persona es presa del alcohol y al igual que esa persona hay muchos que pueden estar presos de su trabajo. Nosotros debemos dominar nuestro trabajo como algo que Dios nos da para servirle a Él. Tampoco debemos dejarnos dominar por los amigos o por la familia, lamentablemente muchos cristianos dicen, yo no voy con mis amigos para hacer algo malo pero están en cosas que no convienen, no necesitas emborracharte, fornicar o adulterar para pecar, pero poco a poco si andas con personas necias según el libro de proverbios te convertirás en un necio. Hay algunos cristianos que a pesar de que ven a los artistas haciendo sus desmanes los siguen sin contemplar el espíritu que los motiva a componer y hacer lo que hacen y son esos mismos artistas los que componen o cantan muchas de las canciones que muchos de nosotros todavía escuchamos. Aun así no logramos discernir que aunque es lícito no conviene, que aunque es lícito no edifica, que aunque es lícito nos empieza a dominar, porque la música ciertamente es espiritual. La música tiene un efecto más allá de oírla y que me guste la tonada, va más allá, porque empieza a tener influencia en nuestra manera de conducirnos, jóvenes cristianos y no cristianos que escuchan música rock heavy o pesada, las altas frecuencias de la música incitan las emociones y ponen al cuerpo a reaccionar instintivamente ante el hecho de estar escuchando esas frecuencias, y sin darte cuenta te empiezas a dejar dominar por eso. Existen grupos que siguen manejando esta misma melodía, sólo que ahora le llaman cristiana y aún así, sigue habiendo un dominio de ese tipo de frecuencias y estilo de música, que aunque no te des cuenta te esta dominando. Aunque se nos comparta y el Espíritu Santo nos redarguya hacemos la voz a un lado y nos hacemos los desentendidos, cuando lo que Dios esta buscando en nuestra vida es una consagración genuina, porque Él quiere tocar este mundo, Él quiere que los que no lo conocen, lo conozcan. Hay compañeros, amigos y familiares que están dominados por espíritus y para estar dominados por espíritus no necesitas tener los cabellos de punta y una verruga en la nariz y estar escurriendo saliva esa no es la evidencia, en la Biblia dice “por sus frutos los conocerás” y si nuestros amigos o familiares y conocidos tienen los frutos del pecado y de tinieblas, los frutos del diablo son del diablo, no hay otra alternativa, no hay un gris o un punto medio. Pero Dios ha establecido que nosotros que hemos conocido la verdad de la palabra de Dios les compartamos de la libertad que hay en Cristo. Para ser instrumentos útiles en las manos de Dios, dice la Biblia vasos para usos honrosos y no viles tenemos que ser cristianos consagrados, y si hay cosas que nos atan, si hay cosas que nos dominan y más si provienen del mundo, no podremos ser instrumentos útiles a Dios como Él quiere que seamos. ¿Que aun así nos usa Dios? ¡sí, y nos usa en su misericordia! porque nosotros llevamos la palabra y ella lleva en sí promesa y no volverá a mi vacía dice Dios sino que será prosperada para lo que yo la envió. Por eso es que cuando un cristiano que no es aún consagrado comparte de Dios u ora por los enfermos, los enfermos llegan a sanar gracias a Dios, y las personas dicen: “me gusto lo que me dijiste” por que no tienen a Dios, porque tienen hambre de Dios, y ellos la reciben porque la palabra que fue enviada cumplió su propósito, porque la palabra lleva en sí misma promesa. Pero cuanto más haríamos si en verdad fuéramos cristianos consagrados. Hay un hombre de Dios que estaba medio consagrado, este se llamaba Isaías, él tiene un libro con su nombre en la Biblia con 66 capítulos. Varias profecías o palabras de Isaías se refieren a Jesús el mesías diciendo que iba a venir como aquella promesa del varón de dolores, incluso que se echarían suertes sobre su ropa y algunas otras promesas que Isaías da, muestran como Dios lo usó tremendamente siendo incluso consejero de varios reyes. Isaías era un hombre de Dios, consejero del rey Uzías (rey del pueblo de Dios) y aunque Isaías era consejero del rey no estaba completamente consagrado a Dios, sino que estaba medio consagrado a Dios, y al leer el capítulo 6 de su libro nos damos cuenta. 6:1 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 6:2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Señor de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. 6:4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 6:5 Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6:6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; 6:7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. 6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. 6:9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien Aquí encontramos al profeta Isaías como un hombre de Dios (como tu o como yo, mujer u hombre) que servía al rey y al mismo tiempo era usado por Dios, aún así Isaías vivía con algo que le estorbaba para tener una consagración plena y una búsqueda de Dios auténtica. En el pasaje que leímos dice la Biblia que Isaías ve la presencia de Dios, él ve al Señor y se da cuenta que era un hombre de labios inmundos que tenía pecado. Y muchos comentaristas opinan que el pecado de Isaías consistía en no hablar lo que Dios le había dicho, pero ese no es el punto, sea cual fuere el pecado Isaías lo reconoce. Muchos de nosotros al estar en la presencia de Dios en una situación similar a la que tuvo Isaías cuando vió la presencia de Dios y a los querubines y todo lo que estaba sucediendo ahí, nos damos cuenta de nuestro pecado; y “si tu no te has dado cuenta de tu pecado y como cristiano no te has dado cuenta de tu condición, es que no has estado en la presencia de Dios”. Tal vez has estado cerca de la presencia de Dios y has querido estar ahí, pero no has estado. Porque siempre que una persona esta en la presencia de Dios hay una experiencia consecutiva, y esta es que reconoce su pecado. Porque dice la palabra de Dios que nadie que cometa pecado puede presentarse delante de Dios. Es por esto que cuando estamos en la presencia de Dios y existe una verdadera comunión, Dios nos muestra nuestras fallas, y no es porque quiera condenarnos o avergonzarnos, sino porque Dios quiere limpiarnos y quitar aquello que nos estorba, y de esta forma hacernos mejores personas para usarnos para su gloria. Y es que siempre que estemos en la presencia de Dios hay una situación que es dominante, siempre reconoceremos nuestro pecado delante de Él. Y no es un tema sólo para personas que no son cristianas, en la Biblia se nos habla de un hombre de Dios, Isaías consejero del rey Uzías, -quien como muchos de nosotros tal vez, (haciendo referencia de lo que escribimos anteriormente de 1 Co 6:12 Todas las cosas me son lícitas más no todas convienen) se había dejado dominar por el esplendor del rey Uzías. Algunos comentan que fue tanto lo que deslumbró el rey Uzías a Isaías que éste no lo dejaba ver a Dios. Y hay veces que nosotros ponemos nuestras cosas sí en el Señor, pero colocamos en primer lugar algo más que tenemos: el negocio, la esposa(o), los hijos, los padres, los amigos. Nosotros no sabemos qué es lo que pueda estar ahí, pero esta antes de Dios y es igual que la experiencia que tuvo Isaías, él también tenía una relación con Dios pero estaba el rey Uzías primero, es por eso que cuando el rey Uzías murió, Isaías pudo ver a Dios porque ya no había nada que le estorbara. En nuestro caso, nuestra familia tuvo que enfrentar una situación caótica económicamente para no poner los ojos en el dinero, ni en los bienes de este mundo. Y cuando venimos al Señor le pedimos que nos ayudará a salir de todos nuestros compromisos económicos para que pudiéramos vivir moderadamente, Dios nos bendijo y bendijo a nuestro padre dándole millón y medio de dólares fruto del trabajo de tres años para poder pagar lo que debíamos, pero Dios no se quedó ahí, él nos siguió bendiciendo más y más, dándonos grandes riquezas y mi padre empezó a comprar cosas nuevamente y empezamos a vivir cómodamente. Pero pusimos los ojos en el dinero otra vez. En nuestro caso ya éramos cristianos, Dios había respondido nuestras oraciones de que no debiéramos nada a nadie, que viviéramos moderadamente y Dios bendice mucho más abundantemente de lo que pedimos, entonces Dios nos dio más de lo moderadamente. Personalmente le di gracias a Dios diciéndole ahora quiero servirte como un hombre de negocios cristiano, quiero tener mucho dinero para con eso apoyar a tu obra. Y me metí en el trabajo y todo iba viento en popa, muchas inversiones y negocios y de repente ¡zas!. La situación económica nuevamente esta mal, mi papá pierde por lo menos 600 hectáreas de siembra en los Mochis, Sinaloa y se viene una segunda quiebra. Y el Señor habla a mi corazón y me dice: “Felipe deja tu trabajo”. Yo había pensado servir al Señor a mi manera, yo había pensado consagrarme al Señor a mi manera, pero Dios tiene otros planes y a veces hay algo que estorba aunque eres cristiano hay algo que estorba. Muy probablemente la manera en la que yo quería servir al Señor no era la correcta, y esta me estorbaba para cumplir el plan y el propósito que Dios realmente tenía para mi vida. De una u otra manera Dios seguirá hablando a nuestra familia para no poner nuestra esperanza en el dinero, y hasta que nuestra esperanza esté puesta al 100% en el Señor, Él nos seguirá hablando. Así pues Uzías impedía que Isaías viera a Dios ¿qué es lo que impide que tu veas a Dios?. Algunas veces tiene que ser Dios mismo quien remueva lo que nos impide verlo, porque no queremos poner nuestra vista realmente en lo que Dios nos esta hablando, y es ahí cuando Dios en su sabiduría permite circunstancias, ya que su voluntad es perfecta hacia nosotros y es entonces cuando Él obra. Fue hasta que el rey Uzías murió que el profeta Isaías vió a Dios, y fue en la presencia de Dios donde él reconoció su pecado. Nosotros debemos reconocer nuestra condición delante de Dios, es por eso que en la vida cristiana “el arrepentimiento y el quebrantamiento son un estilo de vida”. La palabra de Dios dice que “Dios atiende al de corazón contrito y humillado”, y también dice “bienaventurados los pobres de espíritu”, -los que se consideran nulos sin Dios. Una vez que activas esta palabra, Dios trae dicha y gozo y comienza a bendecirte. Lo primero que hizo Dios con Isaías una vez que él reconoció su pecado fue que vino un carbón de la presencia de Dios y quemó, deshizo, el pecado de Isaías que estaba en su boca (soy hombre de labios inmundos). Como cristianos necesitamos tener esa experiencia en donde una vez que nuestro pecado sea revelado venga de la presencia de Dios algo fuerte para totalmente romper el yugo de ese dominio sobre nuestras vidas. ¡No me dejaré dominar por ninguna cosa! Y una vez quemado el pecado Dios nos quiere enviar, quiere usarnos grandemente para que otros se acerquen a Él, ¿a quién enviaré, quién irá por nosotros? Ese es el clamor de Dios con Isaías y ahora también con nosotros Dios nos dice a quién enviaré, quién irá por los mexicanos. Y nosotros contestamos Señor pues yo levanto las manos, hasta danzo y ya diezmo y pues ya te estoy obedeciendo, pero Dios quiere una verdadera consagración en la que el mundo pueda ver el ejemplo de Dios vivido, no platicado, sino en hechos y en verdad. Todavía Dios sigue preguntando quién irá a quién enviaré por ustedes, pero solamente Dios enviará a alguien cuando esa persona reconozca su pecado y cuando se deje ser tocado por el carbón de Dios, cuando quita sus ojos de lo que estorba para ver a Dios es ministrado por Dios para reconocer su pecado y es quemado por aquello que viene de la presencia de Dios para quitar su pecado. La vida de Jacob es impactante, aunque él no es un ejemplo para seguir como otros hombres de la Biblia, sólo al final, él vive marcado por su nombre de usurpador y vive usurpando y cosechando lo que sembró con un suegro tramposo que le cambia a la hija el día de la boda y que más adelante también le retrasa la boda con su amada y le trata de hacer trampa con la entrega de los ganados que le correspondían. Un día Jacob regresa a casa de su padre y tiene un encuentro con Dios relatado en génesis 32:22- 32 (dice la Biblia Jacob lucha con el ángel en Peniel). Aquí la palabra de Dios nos enseña que aunque Jacob era un tramposo y su vida lo demostraba, él ya no quería ser igual, ciertamente su vida no era feliz, vivía lejos de la casa de su padre, no podía ver a sus padre porque su hermano mayor lo quería matar, el suegro ya lo había echado y los cuñados no lo querían. Jacob tenía problemas pero Dios tenía los ojos puestos en él y tenía planes para Jacob incluso lo había revelando antes de su nacimiento, él sería el primero antes que Esaú. Jacob obedeció a Dios y regresó a la casa de su padre no sin antes tratar de arreglar las cosas con su hermano quien quería matarlo enviándole presentes con sus sirvientes para apaciguar su ira al regreso sus sirvientes le avisaron que su hermano venía a recibirlo con otros cuatrocientos hombres. Jacob pensó ¡me mataran aquí cuatrocientos contra mi, me van a hacer trizas! él pensaba seguramente mi hermano aún no me ha perdonado por haberle robado la bendición de nuestro padre, y metido en tanta angustia no le queda otra que buscar a Dios. Y dice la Biblia que le dice a su familia y a sus esposas váyanse para allá y él se mete a un lugar a orar y se le aparece el ángel de Dios no sabemos que habrá platicado Jacob con el ángel pero seguramente como muchos de nosotros le dijo: Ya no quiero ser igual ya me canse de ser dominado por la mentira (por el internet, la televisión, el trabajo, mujeres, vicios, modas) ya no quiero ser así, pero me cuesta ser la mujer o el varón que tu quieres que sea. Y ahí empezó a luchar Jacob con el ángel (con Dios en oración) y Jacob luchaba diciendo cámbiame ahora ya me cansé si tu no me cambias seguramente mi hermano me mata, porque entonces seguiré siendo el mismo tramposo de siempre. Muchos de nosotros llegamos a la presencia de Dios diciéndole lo mismo, Señor ya no quiero ser el mismo cristiano mediocre de siempre que vengo y te pido perdón y luego estoy cayendo en lo mismo, quiero ser diferente. Para esto tenemos que ser como Jacob que se metió a luchar en oración con Dios clamándole ¡Cámbiame!, ¡Cámbiame!, ¡Cámbiame!. Y estoy seguro que Dios es poderoso para hacernos nuevos en cualquier momento que nosotros clamemos a Él. Dios tiene el poder y nosotros le conocemos, Él quiere usarnos enviarnos a un mundo que no le conoce, a unos parientes como los tuyos que están lejos de Dios e incluso a tu amigos. La pregunta de Dios es a quién enviaré… Pero antes necesitamos ser cambiados por Dios la Biblia nos dice que Jacob fue cambiado y que la señal de su cambio fue tan grande que hasta se reflejo en su nombre Jacob el tramposo fue cambiado a Israel el que pelea con Dios y prevalece, el saldado de Dios. -Que gran cambio no lo crees así, él era un hombre diferente, cambiado incluso en su caminar porque desde aquel día no fue el mismo. Necesitamos ser cambiados por Dios, necesitamos ser los hombres y mujeres que Dios quiere enviar México para tocarlo y alcanzarlo para él, no se deje dominar. Busca a Dios que solamente él te puede cambiar.