Greenpeace España ante la cumbre Río+20

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Greenpeace España
ante la cumbre Río+20
Greenpeace / Robert Meyers
Junio 2012
G
1
Greenpeace España ante la cumbre Río+20
Índice
1. Río+20, otra oportunidad para llamar a una acción urgente
3
2. ¿Qué compromisos adquirieron los Gobiernos en la Cumbre de Río 92?
4
3. El estado del planeta 20 años después de Río 92
6
4. ¿Crecimiento Verde? ¿Economía Verde? ¿Desarrollo Sostenible?
8
5. 20 pasos de Mariano Rajoy en dirección contraria a Río+20
10
6. Prioridades de Greenpeace en Río+20
11
7. Demandas
12
1. Río+20, otra oportunidad para
llamar a la acción urgente
Entre el 20 y 22 de junio tendrá lugar en Río de Janeiro
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo
Sostenible (UNCED). Esta cumbre, bautizada como
Río+20, es una reunión más dentro del proceso iniciado
por Naciones Unidas hace varias décadas para abordar
los retos a los que se enfrenta el planeta. La primera de
estas reuniones se organizó en Estocolmo en 1972, y en
ella se estableció el Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (UNEP)
Aunque han transcurrido 40 años desde la primera
Conferencia de Estocolmo, este año se cumple el 20
aniversario de la Conferencia de Río 92, conocida como
“Cumbre de la Tierra”. Esta reunión marcó un hito en la
agenda internacional respecto a la protección de clima
del planeta, el correcto uso de los recursos naturales y el
desarrollo sostenible. Ese mismo año se creó la Comisión
de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible,
encargada de asegurar un seguimiento de la Declaración
de Río 92 y la Agenda 21.
Tras la Cumbre de la Tierra de Río 92 se sucedieron dos
nuevas cumbres: Río+5 en 1997 (en Nueva York) y Río+10
en Johannesburgo.
Durante las sesiones preparatorias para Río+20 se han
destacado siete áreas prioritarias: la economía verde, la
energía, las ciudades sostenibles, la seguridad alimentaria
y la agricultura sostenible, el agua, los océanos y la
preparación para los desastres ambientales.
Greenpeace acudirá también a la cita. Lo hará tanto a
la reunión oficial como a la denominada “Cumbre de los
Pueblos”, una reunión paralela que tendrá lugar entre el 15
y el 23 de junio, y que ha sidoorganizada por la sociedad
civil para demandar compromisos más ambiciosos y, sobre
todo, más hechos que palabras. Para Greenpeace, Río+20
es una oportunidad para dar pasos adelante en el camino
de conseguir un verdadero Desarrollo Sostenible que
acople el crecimiento económico a los límites biológicos
del planeta, y que esté basado en la utilización de energías
renovables, que camine hacia la soberanía alimentaria de
los países y que permita un acceso a los recursos más
equitativo.
La cita es también una oportunidad para que los líderes
mundiales y el sector privado den pasos concretos en la
transición hacia la economía ecológica y la gobernanza
global. Ambas condiciones son necesarias para un
desarrollo sostenible justo y equitativo.
Greenpeace estará en la Cumbre de Río+20 para hacer
avanzar los compromisos internacionales y recordar que
el clima, los océanos y la pobreza no pueden esperar a
un Río+30.
G
Hitos y grandes eventos internacionales sobre medio ambiente
Greenpeace es una organización independiente que usa la acción directa no violenta para exponer
las amenazas del medio ambiente y buscar soluciones para un futuro verde y en paz.
- Informe Brundtland o “Nuestro futuro común”, donde se define por primera vez el concepto de Desarrollo Sostenible.
1987.
Este informe ha sido producido gracias a las aportaciones económicas de los socios de Greenpeace.
- Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano, conocida como Cumbre de la Tierra.
Río de Janeiro, 1992.
Greenpeace España San Bernardo 107, 20015 Madrid
Teléfono 91 444 14 00
Email prensa.es@greenpeace.org
- Cumbre del Desarrollo Sostenible, Río+10. Johannesburgo, 2002.
- Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano. Estocolmo, 1972.
- Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo Humano, conocida como Río+20. Río de Janeiro,
2012.
www.greenpeace.es
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
2. ¿Qué compromisos adquirieron
los Gobiernos en la Cumbre de Río 92?
En la Cumbre de Río, 172 gobiernos, incluidos 108 Jefes
de Estado y de Gobierno, aprobaron dos convenios y
tres grandes acuerdos que habrían de marcar la agenda
ambiental en décadas siguientes:
•
•
•
•
•
Convenio Marco sobre Cambio Climático (CMNUCC).
Convenio sobre Biodiversidad (CBD).
Declaración de Principios sobre Bosques.
Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo.
Agenda 21.
Al mismo tiempo se iniciaron negociaciones con miras a
una Convención de Lucha contra la Desertificación, que
quedó abierta a la firma en octubre de 1994 y que entró en
vigor en diciembre de 1996.
De los acuerdos alcanzados, dos instrumentos tenían
fuerza jurídica obligatoria: la Convención Marco sobre
el Cambio Climático y el Convenio sobre la Diversidad
Biológica.
El Convenio Marco de las Naciones Unidas contra el
Cambio Climático (CMNUCC) reconoce por primera
vez en términos políticos y jurídicos la existencia del
problema del cambio climático y la contribución que
hacen al mismo las actividades humanas. Este Convenio,
legalmente vinculante, fue firmado por 154 gobiernos,
entre ellos España, que se comprometieron a estabilizar
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera para evitar que estas puedan poner en peligro
el sistema climático. El Convenio entró en vigor el 21 de
marzo de 1994.
El Convenio sobre Biodiversidad (CBD), también
legalmente vinculante, aborda la conservación de la
biodiversidad de los principales tipos de hábitats del
mundo, la declaración de áreas protegidas, el acceso y
reparto de beneficios de la biodiversidad y el problema de
las especies invasoras. El Convenio ha supuesto sin duda
un paso importante hacia la conservación de la diversidad
biológica, del uso sostenible de sus componentes y del
reparto justo y equitativo de los beneficios derivados del
uso de recursos genéticos.
El CDB, de 44 artículos, contiene muy pocas disposiciones
de aplicación directa. No obstante, en las sucesivas
reuniones del órgano de decisión del Convenio la
Conferencia de las Partes (COP, según sus siglas en inglés)
se elaboró un amplio número de programas de trabajo,
directrices y otras medidas para crear un marco global
para la actividad nacional y regional. El Convenio entró en
vigor el 29 de diciembre de 1993.
En 2002, diez años después de la Cumbre de la Tierra
de Río, se celebró en La Haya la sexta reunión de la
Conferencia de las Partes del CDB (COP6), donde se
adoptó el Plan Estratégico del Convenio. Dicho plan está
orientado a reducir radicalmente el ritmo de pérdida de
biodiversidad en 2010, objetivo que fue refrendado en la
Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible que tuvo
lugar en Johannesburgo también en 2002.
Los otros acuerdos alcanzados en Río 92 fueron:
• El Programa o Agenda 21 es un plan de acción
mundial de 40 capítulos, divididos en cuatro secciones,
con más de 2.500 recomendaciones prácticas para
promover el desarrollo sostenible. Sugiere estrategias
y un programa de medidas integradas para detener
e invertir los efectos de la degradación ambiental y
para promover un desarrollo compatible con el medio
ambiente y sostenible en todos los países. Se trata
de un conjunto de documentos sin valor jurídico
Algunos objetivos ambientales establecidos en la Cumbre de Johannesburgo de 2002
Objetivos
Resultados
Mantener o restablecer las poblaciones de peces a niveles que puedan producir el rendimiento
máximo sostenible para el año 2015
No cumplido
Revertir la pérdida de biodiversidad para 2010
Establecer una red representativa de Áreas Marinas Protegidas para 2012
No cumplido
Incrementar la contribución de las energías renovables en la producción total de energía eléctrica,
y proveer el 35% del consumo de los hogares africanos con energías modernas en 20 años.
Muy lejos del
objetivo
Eliminar gradualmente para el año 2020, la producción y el uso de sustancias químicas que dañan
la salud y el medio ambiente.
Muy lejos del
objetivo
4
No cumplido
Greenpeace España ante la cumbre Río+20
•
obligatorio, cuyo objetivo final es el logro del desarrollo
sostenible mediante la conciliación del desarrollo
económico y la protección del medio ambiente. Entre
las propuestas concretas que incluye se encuentran
cuestiones sociales y económicas como la lucha
contra la pobreza, la evolución de las modalidades de
producción y de consumo, la dinámica demográfica,
la conservación y ordenación de nuestros recursos
naturales, la protección de la atmósfera, los océanos
y la diversidad biológica, la prevención de la
deforestación y el fomento de la agricultura sostenible.
La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo, un conjunto de principios en los que
se definían los derechos civiles y obligaciones de
los Estados. Este documento integra 27 principios
interrelacionados entre sí, en los que se establecen
por primera vez las bases para llegar al desarrollo
sostenible; y fija, además, el marco para todos los
•
derechos y obligaciones individuales y colectivos en el
campo del medio ambiente y el desarrollo.
La Declaración de Principios Forestales, una
declaración de principios relativos a los bosques,
que suponen directrices para el uso sostenible de los
bosques en el mundo. La declaración está compuesta
por 15 principios que deberían regir la política nacional
e internacional para la protección, la administración y el
uso responsable de los recursos forestales mundiales.
Estos principios son importantes porque representan
el primer y principal consenso internacional sobre
un mejor uso y la conservación de toda clase de
bosques. Aunque estos Principios de Río sobre los
bosques carezcan de fuerza jurídica obligatoria propia
adquieren relevancia jurídica en virtud de su íntima
relación con el Convenio sobre la Diversidad Biológica,
que sí es vinculante.
¿Qué avances se han producido en el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático en estos
20 años?
Pese al constante aumento de las emisiones, no podemos hablar de fracaso del Convenio Marco de Naciones Unidas
sobre Cambio Climático, aunque sí de graves deficiencias en lo que a la voluntad política de los Estados para hacerlo
avanzar se refiere. En este sentido hay que reconocer una debilidad en el Convenio: la falta de mecanismos para que
Naciones Unidas actúe penalmente contra los países que lo han torpedeado en las diferentes rondas de negociación.
Sin embargo, la conciencia climática ha aumentado desde 1992, las reuniones periódicas del Convenio han obligado
a los países a discutir varias veces al año sobre cambio climático y, pese a que los compromisos de reducción de
emisiones están todavía lejos de las recomendaciones científicas, no hay duda de que sin la firma del Convenio, la
situación hoy sería mucho peor.
El Convenio de Naciones Unidas sobre Cambio Climático sembró las semillas del cambio y uno de los avances más
destacables es que alumbró el Protocolo de Kioto, el único instrumento legalmente vinculante que existe hoy en día
en el panorama climático internacional. Pero el cambio climático es una batalla contra el tiempo y el ritmo al que va la
negociación internacional sigue dejando mucho que desear.
A partir de la cumbre climática de 2009 en Copenhague, el proceso de negociación ha entrado en una situación muy
preocupante: los compromisos de reducción de emisiones para 2020 que presentaron los países industrializados no
son suficientes y, pese a haber avanzado en la construcción de una nueva arquitectura para vehicular los cien mil
millones de dólares anuales de financiación climática para 2020 y las aportaciones tecnológicas o de lucha contra la
deforestación, las cantidades siguen sin aumentar al ritmo necesario.
Sin embargo, la cumbre climática de 2011, celebrada en Durban, abrió la puerta a la esperanza: la comunidad
internacional reconoció la urgencia de aumentar los compromisos de reducción de emisiones para evitar un aumento
de la temperatura global de 2ºC (o incluso 1,5ºC) marcados por los científicos como límite infranqueable y la necesidad
de hacer efectivos los fondos comprometidos. Para rubricar todo ello se comprometieron a firmar un acuerdo climático
global que, a partir de 2015, incluya a los principales emisores (algunos de los cuales eran sólo países en desarrollo
cuando se firmó el Protocolo de Kioto).
España, que de acuerdo con el Protocolo de Kioto podía aumentar sus emisiones en un 15% respecto a los niveles de
1990, para 2012, ha llegado a estar tres veces por encima de este límite. En este momento, el aumento de emisiones
en relación con 1990 es de 22,8%, lo que nos puede llegar a costar 800 millones de euros este año, adicionales a las
cifras ya invertidas en la compra de derechos de emisión.
Algunos de los elementos esenciales para que este acuerdo sea un paso significativo en la lucha contra el cambio
climático están sobre la mesa de negociación de Rio+20. Entre ellos, el abandono de los combustibles fósiles, o los
avances en la implantación de energías renovables. No se trata sólo del “futuro que queremos”, como propone el
eslogan de la Cumbre de Río+20, sino del futuro que necesitamos para salvar el clima y salir de la crisis económica.
Es necesario que nuestros políticos dejen de dar pasos en falso y nos conduzcan de forma decidida hacia ese futuro.
5
Greenpeace España ante la cumbre Río+20
3. El estado del planeta 20 años
después de Río 92
En las anteriores citas de 1992 y 2002, Greenpeace ha
expuesto sus expectativas previas a la cumbre,1 2 así
como su visión crítica sobre los resultados3 o sobre el
cumplimiento de los acuerdos internacionales en vísperas
de posteriores cumbres de Naciones Unidas.4
Nuevamente, diez años después, nos volvemos a hacer
la misma pregunta ¿Han servido para algo los acuerdos
alcanzados en Río en 1992 y en Johannesburgo en 2002?
¿Han cumplido los Gobiernos del mundo sus promesas?
Utilizando un reciente análisis realizado por el Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (titulado Keeping
track our changing enviroment5), hemos de reconocer que
desde el año 1992 hemos sido testigos de progresos
significativos en el desarrollo humano. El porcentaje de
la población mundial que vive en la pobreza absoluta ha
disminuido de forma importante, los niveles de desarrollo
humano están mejorando en todo el mundo, la proporción
de personas residentes en infraviviendas ha disminuido,
la cobertura de agua potable ha mejorado, etc. Un
buen número de indicadores ambientales, económicos
y sociales reflejan una nueva realidad fruto de avances
positivos en muchos sectores.
Los acuerdos multilaterales, el desarrollo legislativo
y el marco institucional en materia ambiental se han
desarrollado de manera importante.
En estos 20 años la humanidad ha dado pasos notables
en la dirección correcta, como el enorme desarrollo de las
energías renovables que hemos presenciado en los últimos
años o los éxitos en la protección de la capa de ozono.
En España, en las dos últimas décadas ha habido un
desarrollo legislativo importante en materia de medio
ambiente. Se creó el Ministerio de Medio Ambiente, y se
incorporaron al Código Penal un buen número de tipos
penales por delitos contra el medio ambiente, entre otras
medidas.
También se ha producido un aumento de la conciencia
ambiental en gran parte de las sociedades desarrolladas y
el compromiso empresarial se ha sumado a esta corriente
de cambio.
Probablemente todos estos avances no hubieran sido
posibles sin el trabajo de la sociedad civil y los países,
empresas y ciudadanos más comprometidos con los
temas ambientales. Sin ellos, hoy en día estaríamos en una
situación mucho peor.
que la deforestación puede ser detenida, que la pesca
y la explotación forestal se puede hacer de manera
responsable y que toda la humanidad podría comer con
los recursos actuales disponibles.
Por el contrario, las ayudas y subsidios a las energías
sucias, a la producción contaminante, a los sistemas de
pesca destructivos o al desarrollo agrícola insostenible han
estado a la orden del día. Las empresas contaminantes
y a las industrias expoliadoras de recursos naturales
destructivas se han beneficiado de esta dinámica, mientras
que la población ha pagado la factura con su salud y/o
la pérdida de su medio de subsistencia. Mientras que los
Gobiernos, incluido el español, han acudido al rescate del
sistema financiero, no ha habido intención de rescatar al
planeta y sus habitantes.
El incumplimiento de muchos de los compromisos
acordados en Río 92 no es solo responsabilidad de los
Gobiernos. Han contando con la ayuda de las grandes
corporaciones, que han visto en el desarrollo sostenible un
impedimento a sus intereses particulares.6 7
El sector financiero ha tenido éxito a la hora de hacer
pagar al contribuyente sus errores al mismo tiempo que
está impidiendo que los gobiernos impongan de manera
efectiva una regulación de los mercados financieros
globales.
Tenemos las tecnologías y las soluciones disponibles, y
la sociedad hoy es mucho más consciente que hace 20
años. En Río+20 no podemos esperar pasos pequeños,
gestos de cara a la galería o acuerdos a largo plazo, ya
que estos no nos librarán del colapso.
Pero, al mismo tiempo, la desigualdad entre el Norte y el
Sur global ha aumentado, la pobreza sigue siendo muy
elevada y los avances en el desarrollo humano son frágiles,
debido al deterioro de los ecosistemas y la consiguiente
erosión de los servicios de abastecimiento y de regulación
que permiten la vida de miles de millones de habitantes.
De hecho, a pesar de los compromisos de la Cumbre de la
Tierra de 1992, el estado de nuestro planeta es peor que
hace 20 años. Desde 1990 las emisiones de gases de efecto
invernadero han crecido en casi un 40%, la biodiversidad
se ha reducido drásticamente y la deforestación de los
bosques tropicales sigue siendo una constante: hemos
perdido una superficie de bosque primario similar al
tamaño de Argentina. Desde 1992 los stocks pesqueros
poco o moderadamente explotados se han reducido a la
mitad, y actualmente el 85% de las poblaciones de peces
del mundo están totalmente explotadas, sobre-explotadas
o agotadas.
Pese a los avances señalados, el número de indicadores
que señalan un rápido y peligroso deterioro de la capacidad
física del planeta de suministrarnos bienes, servicios y
protección es alarmante.
Veinte años después de la Cumbre de la Tierra nos
enfrentamos a una tremenda paradoja: sabemos que las
soluciones están disponibles y son asequibles, que las
inversiones en tecnologías limpias están aumentando,
1. En 1992, en vísperas de la Cumbre de Johannesburgo, Greenpeace Internacional expuso en su informe Beyond the UNCED sus expectativas y
demandas de cara a la Cumbre de Río de 1992. www.archive.greenpeace.org/earthsummit/docs/forward.pdf
2. Greenpeace España, abril de 1992. Guía de Greenpeace sobre la Cumbre de la Tierra. La otra cara de la conferencia.
3. Greenpeace Summary: critique of oficial UNCED results. www.wp.item.org.uy/?p=878
4. En 2002, Greenpeace realizó un balance de los 10 años transcurridos desde Río 92: The Lessons of History: Stalled on the Road
from Río to Johannesburg. A 2002 foreword to Beyond UNCED originally published in 1992. www.archive.greenpeace.org/earthsummit/docs/unced.
pdf
Evolución de algunos indicadores entre Río 1992 y Río 2012
Indicador
Población mundial
Población mundial viviendo en ciudades
Población mundial con acceso a agua potable
Número de países firmantes de acuerdos multilaterales sobre medio ambientetras Río 92
Índice de Desarrollo Humano
Variación
+26,00%
+45,00%
+13,00%
+330,00%
+19,00%
Emisiones de gases de efecto invernadero
Temperatura media mundial
Incremento de la temperatura media de los océanos
Acidificación de los océanos / pH
Incremento anual del nivel del mar
Extensión cubierta por el hielo Ártico en septiembre
Energía procedente de energías renovables
Uso de sustancias que destruyen la capa de ozono
Contribución de la energía nuclear a la producción eléctrica mundial
+36,00%
+0,4ºC
De 0,22 a 0,5ºC
De 8,11 a 8,06
2,5 mm/año
-35,00%
+13,00%
-93,00%
-4% (del 17,5%
al 13,5%)
Biodiversidad Global / Índice Planeta Vivo
Superficie forestal / Deforestación neta
Superficie ocupada por manglares
Stocks pesqueros totalmente explotados
Stocks pesqueros agotados, sobreexplotados o en recuperación
Demanda de consumo de pescado
Demanda de consumo de carne
Superficie utilizada para la agricultura ecológica
Extracción de materias primas
-12,00%
-300 mill ha.
-3,00%
+13,00%
+33,00%
+32,00%
+26,00%
+13,00%
+45,00%
5. UNEP, 2011. Keeping track of our changing environment. www.unep.org/geo/pdfs/keeping_track.pdf
6. En vísperas de la Cumbre de Río+20, Greenpeace publicará un informe sobre el papel de las grandes corporaciones internacionales en el incumplimiento de los acuerdos internacionales en materia de medio ambiente.
Fuente: UNEP, 2011. Keeping Track of our changing environment.
7. Empresas españolas como ACCIONA o ENDESA han anunciado su intención de acudir a la Cumbre de Río+20. www.fundacion-biodiversidad.
es/images/stories/recursos/rio20/rio20.pdf
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
4. ¿Crecimiento Verde? ¿Economía
Verde? ¿Desarrollo Sostenible?
Dada la situación del planeta y sus habitantes, y dada
la falta de cumplimiento de los convenios, protocolos y
acuerdos multilaterales en materia de medio ambiente, la
sociedad civil es escéptica frente al discurso de Naciones
Unidas relativo a una “economía verde en el contexto del
desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza”.8 Existe
una fundada sospecha de que se trata de un intento de
pintar de verde el crecimiento económico a toda costa.
• ¿Cuál es la función de los mercados? ¿Quienes fijan
El “Green Growth”, o “crecimiento verde”, es un concepto
fuertemente apoyado por el Banco Mundial9 y la OCDE10
que sugiere que el crecimiento económico es bueno y
deseable y es, por tanto, un objetivo en sí mismo.
•
A diferencia del anterior, la “Green Economy”, o “economía
verde”, es un término usado por el PNUMA11 que no pone
el foco únicamente en el crecimiento (aunque defiende que
si el crecimiento es verde, este será más rápido que el otro
de color “marrón”) y aborda como la economía amenaza
los ecosistemas y servicios ambientales, que tipo de
tecnología disminuye los riesgos, etc.
•
El problema de ambos conceptos es que no incluyen la
dimensión social, y que no hay una correcta integración del
medio ambiente con la economía social y el desarrollo en
sentido amplio. La interpretación del PNUMA de “economía
verde” contiene, sin embargo, un fuerte componente social.
Visto desde fuera, esta discusión semántica puede
parecer irrelevante. Pero en política y en materia de
acuerdos internacionales, detrás de las definiciones
se encuentran diferentes enfoques e incluso puntos
de vista extremadamente divergentes. Ante este
debate podríamos formularnos preguntas del tipo:
sus reglas? ¿Debe la globalización de la economía
fomentar un desarrollo económico equitativo y justo,
o mantener las desigualdades y la ventaja de las
potencias industriales? ¿El crecimiento económico y
el comercio global son el centro del desarrollo o son
herramientas para redistribuir y reducir la pobreza?
¿Qué efectos ambientales y sociales ha tenido el
incremento del comercio mundial?
¿Podemos esperar que las soluciones a los problemas
existentes vengan solo de los avances tecnológicos o
debemos también cambiar los estilos de vida, el orden
de prioridades, la eficiencia con la que usamos los
recursos o nuestra escala de valores?
¿Cómo acoplamos el desarrollo económico a los
límites físicos de un planeta finito, con una parte
importante de los recursos naturales degradados o
sobreexplotados?
La gran ironía de este debate es que la Agenda 21
acordada en la Cumbre de Río de 1992 contenía ya un plan
para implementar el “desarrollo sostenible”: 40 capítulos y
más de 2.500 recomendaciones prácticas para avanzar
en un desarrollo acoplado a los límites del planeta y las
necesidades de todos sus habitantes.
Veinte años después, los gobiernos del mundo y
la industria quieren volver a discutir la definición de
desarrollo sostenible. Sin embargo, al mismo tiempo, las
ayudas y subsidios a las energías sucias, a la producción
contaminante, a los sistemas de pesca destructivos o al
desarrollo agrícola insostenible siguen a la orden del día.
Nos preocupa que para algunos de los Gobiernos y
grupos empresariales que acuden a Río+20, el desarrollo
sostenible pase por reverdecer viejas recetas como la
energía nuclear, el petróleo y el carbón, la ingeniería genética,
los productos químicos tóxicos o la sobreexplotación
de nuestros bosques y océanos. Es responsabilidad de
todos (Gobiernos, sociedad civil y sectores empresariales
avanzados) que en la Cumbre de Río+20 se rechacen los
modelos de desarrollo obsoletos basados en energías
sucias e inseguras y en sistemas de aprovechamiento de
los recursos insostenibles.
El “desarrollo sostenible” debe ser el grito de guerra que
necesitamos para empezar la transición que estamos
reclamando. La economía justa y verde que demandamos
solo se puede lograr con hechos. Se requiere acción. Es
necesaria la puesta en práctica de medidas, tecnologías y
soluciones ya acordadas en Río 92, y que han resultado en
algunos casos una auténtica revolución mundial, como es
el caso de las energías renovables.
Para Greenpeace, una economía verde y justa es aquella
que proporciona medios de vida sostenibles para todos,
respetando los límites ecológicos, nuestros límites
planetarios. En una genuina economía verde, la economía
es un instrumento al servicio de la sociedad y, por tanto,
el crecimiento económico dejará de ser un objetivo en sí
mismo.12
¿Hemos abordado el problema del Cambio Climático desde la Cumbre de Río de 1992?
En los últimos veinte años las emisiones de dióxido de carbono (CO2) han aumenta un 40%, con un incremento
especialmente destacable en la década 2000-2010. Es obvio que los gobiernos no han cumplido las promesas que
lanzaron en 1992.
Y el aumento de emisiones global se traduce en una amplificación de los impactos del cambio climático: la temperatura
media mundial ha aumentado un 0,4°C en estos veinte años, alcanzando ya un incremento superior a 0,7ºC en relación
con los niveles preindustriales. Algo que también ha afectado a la temperatura oceánica, que ha aumentado 0,28°C
desde la Cumbre de Río de 1992.
En el caso particular de España, pese a la tendencia a la baja en emisiones que sería esperable debido a la crisis
económica, estas han experimentado un significativo aumento (9,2%) en 2011 a consecuencia de las subvenciones al
carbón nacional. El aumento de la temperatura media desde la época pre industrial alcanza ya los 1,5ºC y el nuestro es
uno de los países europeos dónde mayor intensidad tienen los impactos derivados de las olas de calor.
El CO2 se disuelve en el agua de mar, y su creciente concentración tiene como consecuencia el aumento de la acidificación
marina. Este fenómeno se ha agravado en los últimos años y supone una gran amenaza a la vida marina al disminuir el
pH del agua y alterar las condiciones estables a las que están adaptados los organismos marinos.
Otra de las muestras de los impactos del cambio climático en estos veinte años es la aceleración del deshielo que,
desde 1980, ha provocado la pérdida de la mitad de masa helada en los Alpes, una cuarta parte desaparecida sólo
durante el año 2003.
La sequía es otro de los impactos más graves, por sus afectaciones a los ecosistemas pero también a sectores
económicos. Hemos sufrido dos sequías sin precedentes en el Amazonas, en un intervalo de sólo 6 años, o una gran
sequía en Rusia que creó las condiciones ideales para que el fuego destruyera miles de hectáreas con posterioridad.
8. Green economy in the context of sustainable development and poverty eradication http://www.uncsd2012.org/rio20/index.php?menu=62
9. World Bank, 2011. From Growth to Green Worth. A Framework. http://go.worldbank.org/A95CHTB2Y0
10. www.oecd.org/document/10/0,3746,en_2649_37465_44076170_1_1_1_37465,00.html
11. www.unep.org/greeneconomy/
12. Para una definición más extensa del concepto de “economía verde” desde una perspectiva social y ambiental, se puede consultar el documento
elaborado por las ONGs españolas en mayo de 2012. www.fundacion-biodiversidad.es/images/stories/imagenes/minisites/2012/rio20/posicionamiento/propuestas_jornada_r__o_20.pdf
8
Greenpeace España ante la cumbre Río+20
Entre los impactos del cambio climático en España, se ha evidenciado la regresión de los glaciares del Pirineo, habiendo
perdido un 80% del hielo pirenaico, la mitad en la última década. Algo especialmente grave si tenemos en cuenta que
ésta es la principal fuente de recursos hídricos de la cuenca del Ebro. Esta merma se ve agravada, además, por la
tendencia a la disminución de las precipitaciones que ha sido evidenciada en el Cantábrico y en el Sureste peninsular,
algo que ya está afectando gravemente a sectores como el turismo, la agricultura o la industria vitivinícola.
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
5. Mariano Rajoy: 20 medidas en
dirección contraria a Río+20
El presidente del Gobierno Español, Mariano Rajoy,
ha anunciado su intención de acudir a la Cumbre de
Rio+20. Será una buena ocasión para conocer los deseos
medioambientales del Ejecutivo.
El presidente Rajoy tendrá que defender el mensaje del
Desarrollo Sostenible, a pesar de las medidas tomadas
hasta ahora por su Gobierno, que ha puesto en marcha
hasta el momento una agenda política contraria a este
principio: freno a las energías renovables; subvenciones al
carbón, el mayor causante del cambio climático; anuncios
de reforma de leyes de protección del litoral; o reformas
“urgentes” de otras leyes ambientales para rebajarlas,
echando por tierra alguno de los logros ambientales de
las últimas décadas. Ante esta realidad, España tiene
la oportunidad de cambiar de rumbo y comenzar a
armonizar intereses económicos, sociales y ambientales,
abandonado las recetas que nos han llevado a la situación
actual.
En mayo de 2012, convocados por la Fundación
Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación
y Medio Ambiente, numerosas organizaciones de la
sociedad civil española acordamos un documento de
propuestas de cara a Río+2013, que confiamos que han de
servir para la toma de posición del Gobierno Español en la
cita de Río de Janeiro.
6. Prioridades de Greenpeace para Río+20
Greenpeace estará presente tanto en la Cumbre de
los Pueblos (la reunión de la sociedad civil, 15-23 de
junio), como en las sesiones oficiales (20-22 de junio),
presionando a los representantes de Naciones Unidas y a
los líderes de los gobiernos, debatiendo con la sociedad
civil y lanzando propuestas imaginativas.
De entre las diversas áreas temáticas que se abordarán en
la Cumbre de Río+20, Greenpeace ha identificado algunas
en las que se pueden conseguir avances significativos:
La protección de los océanos. Un componente
fundamental del plan de rescate es un acuerdo global bajo
la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del
Mar (UNCLOS), que permitiría a los gobiernos proteger la
vida marina en alta mar y poder cumplir sus compromisos a
largo plazo para crear una red global de reservas marinas.
Greenpeace también quiere lanzar una propuesta mundial
para Salvar el Ártico de las prospecciones petrolíferas.
En el contexto de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible
esperamos poder hablar de la necesaria revolución
energética, que implica un mayor desarrollo de las energías
renovables y el fin de las ayudas a las energías sucias.
Por último, dado que Brasil es el país anfitrión,
aprovecharemos la cumbre para dar a conocer nuestra
propuesta de Deforestación Cero. Brasil ha demostrado
que es posible reducir las tasas de deforestación a través de
una gobernanza eficaz y buenas prácticas empresariales:
la deforestación en la Amazonía brasileña ha disminuido
año tras año. Pero tras el anuncio de posibles cambios
legislativos en el Código Forestal brasieño, en el estado de
Mato Grosso en 2011 se ha registrado un incremento en
la deforestación del 37% frente a 2010.
Pese a los esfuerzos de gran parte de la sociedad civil
brasileña con el apoyo de organizaciones de gran parte
del planeta, la Presidenta Dilma Roussef ha accedido a
reformar el Código Forestal, plegándose a los intereses del
agronegocio, principal responsable de la deforestación.
Brasil, hasta hace poco líder en la lucha contra la
deforestación, podría volver a la senda de la destrucción
ambiental y sentar un precedente nefasto para las demás
regiones tropicales del planeta.
Un Plan de Rescate de los Océanos para Río+20
En 2002, la comunidad internacional acordó en Johannesburgo establecer una red de Áreas Marinas Protegidas para el
año 2012, y recuperar los stocks pesqueros para que alcancen el “rendimiento máximo sostenible” en 2015. Es decir,
todos los países se comprometieron a restaurar la salud de los ecosistemas marinos y de sus grandes bancos pesqueros.
20 decisiones de Mariano Rajoy que suponen el incumplimiento de los compromisos y acuerdos
internacionales en materia ambiental
1. Moratoria a las ayudas a las energías renovables y mantenimiento ayudas al carbón.
2. Reapertura de la Central Nuclear de Garoña.
3. Autorización para la prospección y explotación petrolíferas en aguas españolas.
4. Autorización de la exploración de gas de esquisto (fracking).
5. Falta de apoyo a la Directiva de Eficiencia energética.
6. Incumplimiento del plazo legal para aprobar la normativa de autoconsumo de energía.
7. Falta de apoyo al compromiso de reducción de emisiones del 30% en la UE para 2020.
8. Reforma de la Ley de Costas.
9. Autorización de proyectos urbanísticos e infraestructuras en el litoral español.
10. Falta de apoyo a la pesca artesanal en la reforma de la Política Pesquera Común.
11. Intento de retrasar a 2020 el compromiso de alcanzar el rendimiento máximo sostenible en las pesquerías europeas.
12. Incumplimiento de los plazos para la declaración de Áreas Marinas Protegidas.
13. Recortes en la gestión de Áreas Marinas Protegidas, convirtiéndolas en parques de papel.
14. Obstrucción a las propuestas para construir una Política Agraria Común más sostenible y justa.
15. Permisividad con los cultivos transgénicos, ignorando la contaminación de otros cultivos, así como los riegos para
el medio ambiente y la salud. 16. Desprecio de los instrumentos de participación pública en política ambiental.
17. Modificación de la Ley de Residuos evitando la implantación de los Sistemas de Depósito, Devolución y Retorno de
Envases (SDDR).
18. Abandono del Centro Nacional de Referencia de COP y del Plan Nacional de Aplicación del Convenio de Estocolmo.
19. Autorización de la caza en Parques Nacionales.
20. Rectificación en RD de Especies Invasoras.
13. Documento de propuestas de la sociedad civil al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. www.fundacion-biodiversidad.es/
images/stories/imagenes/minisites/2012/rio20/posicionamiento/propuestas_jornada_r__o_20.pdf
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
Pero estos acuerdos han sido ignorados. Las áreas marinas protegidas cubren hoy en día menos del 6% de los mares territoriales
y solo el 0,5% de las áreas fuera de la jurisdicción nacional. Desde 1992 los stocks pesqueros poco o moderadamente
explotados se han reducido a la mitad, y actualmente tres cuartas partes de las poblaciones de peces mundiales están
totalmente explotadas, sobreexplotadas o agotadas. De hecho, solo en aguas comunitarias, el 88% de los stocks ya están
sobreexplotados. Se calcula que la biodiversidad marina sufre una tasa de pérdida cinco veces mayor que la terrestre.
De cara a Río+20, Greenpeace está proponiendo un Plan de Rescate de los Océanos. Uno de los elementos claves de
este Plan es el impulso que se debería dar en Río+20 a un acuerdo en el marco del Convenio de las Naciones Unidas
sobre Derecho del Mar (UNCLOS) para proteger las aguas internacionales. Este acuerdo garantizaría que los recursos
oceánicos se utilicen de forma sostenible, que los beneficios derivados de su uso se distribuyan de manera justa, y que
los gobiernos pueden actuar sobre sus históricos compromisos para crear una red global de Áreas Marinas Protegidas.
Otro elemento de este plan de rescate es modificar la actual gestión de la actividad pesquera a nivel mundial: terminar
con la sobrexplotación en los océanos; eliminar la pesca ilegal no declarada y no reglamentada (IUU, por sus siglas
en inglés); reducir la sobrecapacidad pesquera, comenzando por las flotas más destructivas; reformar la política de
subsidios para poner fin a las subvenciones que contribuyan a la pesca destructiva, garantizando que las inversiones
sean para restablecer y mantener los recursos pesqueros y la salud de los ecosistemas marinos; y prohibir el apoyo a
medidas que aumenten la capacidad pesquera.
La Unión Europea tiene una buena oportunidad de acercarse a ese objetivo a través del actual proceso de reforma de la
Política Pesquera Común (PPC). Para ello, la UE debería comprometerse a reducir el exceso de capacidad de la flota pesquera
europea, y fomentar aquellas pesquerías más sostenibles que permiten la recuperación de los stocks y generan un entramado
socioeconómico en las comunidades costeras. La futura PPC debe evitar que exportemos sobrecapacidad pesquera y
traslademos a otras regiones del planeta el mismo modelo de pesca insostenible que ha agotado los caladeros europeos.
Implementar una red global de Áreas Marinas Protegidas es esencial para conservar y restaurar la salud y la productividad
de los océanos, y para mantener los servicios ecosistémicos y la seguridad alimentaria de cientos de millones de
personas. Greenpeace demanda la creación de una red global de Áreas Marinas Protegidas que cubra el 40% de la
superficie oceánica mundial.
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
7. Demandas
Las demandas de Greenpeace a los gobiernos del mundo
para empezar la transición hacia una economía equitativa
y realmente verde son:14
1. Mejorar la gobernanza, el control del sector
financiero y la responsabilidad empresarial.
• Fortalecer sistemas de gobernanza mundial que
permitan integrar el medioambiente en las políticas de
desarrollo, mediante la conversión del actual Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en
una Agencia especializada.
• Desarrollar un instrumento internacional que garantice
la plena responsabilidad de las empresas por los
daños sociales o ambientales de sus actividades.
• Establecer una fuerte regulación y control de
los mercados financieros, con impuestos a las
transacciones financieras y restricciones a los
movimientos especulativos, en especial con las
materias primas agrícolas.
• Acordar una supresión gradual de los subsidios
perjudiciales para el medio ambiente, incluidas las
subvenciones a los combustibles fósiles, los sectores
que provocan deforestación, la energía nuclear, la
producción de agroquímicos y otras sustancias
tóxicas, la pesca insostenible, etc.
• Revisar y evaluar los impactos sociales y ambientales
del sistema de comercio mundial con el fin de detener
sus efectos perversos.
2. Proveer energía limpia y segura para todos.
• Adoptar la propuesta más ambiciosa del Informe del
IPCC sobre energías renovables, que permita que
el 80% de la energía del mundo se pueda satisfacer
con energías renovables para el año 2050. En
2030, el mundo necesita para obtener un 40% de
sus necesidades de energía de fuentes renovables
sostenibles y mejorar la intensidad energética en un
50%.
• Comprometerse a elaborar planes para las energías
renovables y la eficiencia energética, dando prioridad a
la eficiencia energética y garantizar el acceso prioritario
de la red y el crecimiento estable de las inversiones en
energía renovable. Eliminar todos los subsidios a los
combustibles fósiles y la energía nuclear.
• Asegurar la financiación de la lucha contra el cambio
climático más allá de 2012 y en cantidades superiores
a las ya comprometidas ($100 millones de dólares al
año para 2020).
3. Proteger los bosques que quedan en el mundo
abordando las causas de la deforestación.
• Adoptar el compromiso de eliminar la deforestación de
los bosques para el año 2020.
• Eliminar los incentivos a los sectores agrícolas y
forestales causantes de la deforestación y degradación
de los bosques.
• Desarrollar una planificación de los bosques y del
uso de la tierra que responda a las necesidades y
derechos de los pueblos indígenas y comunidades
que dependen de los bosques.
4. Alimentar a la tierra para alimentar al mundo.
• Desarrollar políticas e instrumentos de mercado
•
•
que permitan el desarrollo de sistemas rentables de
agricultura ecológica, al tiempo que se reduce el poder
de las corporaciones de la agro-industria.
Acordar una mejor regulación del uso de agroquímicos
para evitar daños a las personas y el medio ambiente.
Otorgar un mandato al Comité de Seguridad Alimentaria
de las Naciones Unidas (CFS, por sus siglas en inglés)
para desarrollar un plan de trabajo que permita poner
en práctica las recomendaciones de la Evaluación
Internacional del Papel del Conocimiento, la Ciencia y la
Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD, por sus
siglas en inglés) con el objetivo de mejorar la seguridad
alimentaria mundial e incluir asesoramiento a gobiernos
sobre medidas específicas, como el establecimiento
de un mecanismo permanente que permita efectuar
un seguimiento e informar sobre los progresos hacia la
agricultura ecológica en todo el mundo.
5. Subsanar las deficiencias en la gobernanza de los
océanos y detener la sobre-explotación pesquera.
• Respaldar un nuevo acuerdo sobre aguas
internacionales en el marco de la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS).
Dicho acuerdo debe basarse en el principio de
precaución y un enfoque ecosistémico, incluyendo la
creación y gestión de reservas marinas en zonas más
allá de las aguas bajo jurisdicción nacional.
• Comprometerse a reducir el exceso de capacidad de las
flotas pesqueras del mundo, priorizando el acceso a los
recursos pesqueros a la pesca artesanal de bajo impacto.
• Implementar una red global de reservas marinas que
proteja un 40% de los océanos del planeta.
6. Eliminar las sustancias químicas peligrosas
• Fortalecer los acuerdos existentes estableciendo el
objetivo de “cero vertidos” de todas las sustancias
peligrosas en el plazo de una generación. Este objetivo
debe estar basado en el principio de precaución y el
enfoque preventivo de la gestión de sustancias químicas,
y debe centrarse en el principio de sustitución del uso
de sustancias tóxicas y la responsabilidad del productor
para impulsar la innovación hacia una química verde.
• Acordar un plan de aplicación que incluya un listado
dinámico de sustancias peligrosas prioritarias para
las que se establezcan meidas inmediatas, y que sea
una recopilación de todos los acuerdos y tratados
existentes y otros listados relevantes; y un registro
público disponible de datos sobre vertidos, emisiones y
pérdidas de sustancias peligrosas. El plan debe contar
con recursos y marcos legales suficientes para restringir
las sustancias prioritarias identificadas, exigir planes y
auditorías obligatorios, aportar ayuda técnica e incentivar
la investigación e innovación hacia la química verde.
Los resultados de Río+20 deben beneficiar a las personas
y al planeta, no a las empresas. La transición a una
economía verde ha de ser justa y equitativa, sacar a la
gente de la pobreza, respetar los límites planetarios y
asegurar un trabajo decente.
14. Para una visión más detallada de las demandas de Greenpeace en la Cumbre de Río+20: A just and fair economy. Greenpeace expectations for the
United Nations Conference on Sustainable Development at Rio de Janeiro, 20-22 June 2012. www.greenpeace.org/international/en/publications/Ajust-and-fair-economy/
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Greenpeace España ante la cumbre Río+20
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