DIMENSIÓN SOCIO-POLÍTICA Partimos de analizar la democracia contemporánea. Bobbio descubre que entre los principios que inspiraron esta forma de gobierno y la democracia real existe un abismo. En la democracia contemporánea, los partidos, los sindicatos y las grandes organizaciones influyen cada vez más en las decisiones políticas. Los intereses particulares no desaparecen ante la voluntad general, y las oligarquías no han sido erradicadas. Los espacios donde se ejerce la democracia son aún muy limitados. El poder invisible se mantiene y el ciudadano pasivo es el que predomina en las democracias más consolidadas. La democracia supone un orden de todos, un orden en que todos puedan vivir, en que todos puedan satisfacer sus necesidades sociales. Como no todas las necesidades pueden ser satisfechas y no hay coincidencia sobre cuáles son prioritarias, su satisfacción depende de decisiones políticas. La democracia se sustenta en el principio de soberanía popular y reconoce, para tomar decisiones, a todos los ciudadanos como libres e iguales; pero esto no se puede concretar en una voluntad colectiva porque el pueblo soberano no existe empíricamente, está formado por una pluralidad de sujetos. Harendt aborda el problema del consenso analizándolo como una relación entre pluralidad, contingencia y orden social. El requisito indispensable para la sobrevivencia del orden social es el reconocimiento recíproco de los ciudadanos como ¨personas¨ que tienen derecho a tener derechos. Presupone la transformación del conflicto, pero no su desaparición; no suprime las diferencias entre amigo y enemigo, pero permite limitar el antagonismo propiciado por las diferencias. Así, desde esta dimensión, Vemos y Juzgamos que es un momento de oro en América Latina por el surgimiento de democracias populares liberadoras de los pueblos por la revalorización de sus idiosincrasias y la defensa de sus derechos. Las políticas educativas en sus currículas deben entonces poner el énfasis en la realidad, poner en valor la de su territorio-escuela-contexto en el que se halla inmersa, partir siempre de la misma y de las grandes causas que hacen a su liberación. Sus estrategias estarán centradas en posibilitar las herramientas del conocimiento para construir entre todos -docentes, alumnos y padres- un proyecto educativo que no quede en lo meramente académico sino que sirva a los intereses propios y colectivos. Es decir, que los contenidos curriculares se encaren holística e interdisciplinariamente al servicio del acontecer experiencial sociopolítico local, ampliando la mirada hacia el espacio nacional y regional con la finalidad de reafirmar la identidad latinoamericana y la defensa de los derechos de los pueblos, para que los estudiantes no se conviertan en ciudadanos pasivos, sino que sean capaces de consensuar -al decir de Harendt- como una relación entre pluralidad, contingencia y orden social. El accionar de la escuela deberá enraizarse en y con todas las organizaciones barriales, gubernamentales y sindicales comprometidas con la defensa de la educación pública como derecho social. Todo ello de manera tal que la educación no formal del nivel primario logre la debida acreditación y se universalice el derecho a la educación con el acceso a niveles educativos superiores, para que a la hora de las opciones laborales puedan elegir trabajos más allá de los servicios y estén capacitados para validar sus derechos como trabajadores. Debemos reconocer que estos espacios de posibilidad educativos y de formación del sujeto colectivo democrático, se producen y se están propiciando en este tiempo histórico desde los Estados en nuestra A. Latina. En nuestro país, Argentina, son significativos los siguientes datos relacionados con las políticas estatales.: . * El presupuesto para Educación aumentó de poco más del 2% hace 8 años al 6,5% del PBI en la actualidad, el más alto de la región. *Argentina posee uno de los sistemas legales referidos a educación más avanzados del mundo. La Ley 26.206 de Educación Nacional establece en su Art. 2 que “La educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado”, estableciendo además la obligatoriedad de la educación secundaria y una duración de 4 años para la formación de docentes y gratuita en todos los niveles. El sistema público es el pilar de la educación. *Las políticas sociales de redistribución de la riqueza, como la Asignación Universal por Hijo, han contribuido a sostener situaciones estables de matriculación, incremento de la asistencia a clase y disminución del abandono escolar; han incidido en el aumento de los niveles de calidad educativa y de los aprendizajes en todas las áreas del conocimiento, todo lo cual ha impactado en la ampliación del capital cultural de los jóvenes1. *El Programa Conectar Igualdad de distribución de netbooks para casi 4 millones de estudiantes de 5000 escuelas secundarias públicas del país, significa un inmenso avance en cuanto al acceso a variedad de saberes en la sociedad del conocimiento y el fortalecimiento de la igualdad de posibilidades de acceso a la información y a formas de sociabilidad mediadas tecnológicamente. *La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual democratiza el campo de la palabra, situación esta que enriquece y amplía el campo educativo popular y público, porque desmonopoliza el conjunto de representaciones y saberes hegemónicos sostenidos por las grandes concentraciones y monopolios mediáticos, y posibilita la ampliación del campo educativo a los medios comunitarios y populares, especialmente las radios. Concluímos: Los docentes de los EDOS, como sujetos eclesiales pero ante todo históricos, culturales y políticos, necesitamos sumergirnos en la experiencia social (a veces confusa, contradictoria, compleja) del sujeto colectivo democrático en formación, y no replegarnos en la cómoda seguridad de nuestras comunidades. Y que este sea el Norte de nuestras currículas. Por y para todo ello nuestra Ceb. Jean Dumont está insertada y participa en asociaciones sindicales CTERA-UTE-AGDMER-SUTEBA, Organismos de Derechos Humanos y de Comunidades Eclesiales de Base: Centro Nueva Tierra; en el Área Política y Revista de la Parroquia Santa Cruz. Colaboramos en la implementación de talleres y elaboración e impresión de documentos desde las Ciencias Sociales y desde los documentos de la Iglesia y la Teología de la Liberación. La revista cuenta con la sección Palabras de maestras que recibe nuestra colaboración mensual con artículos de actualidad pedagógica local y regional. Se realizó además un trabajo al interior de los equipos de Capital y Provincia de Buenos Aires, de intensificación de la identidad y de conformación grupal, con la incorporación de nuevos miembros provenientes de las distintas áreas y niveles educativos, lo cual nos permite una mirada integradora y amplia de nuestra realidad educativa para poder manifestarnos, estudiar y acompañarnos como comunidad Bibliografía: “Los siete saberes, bucle individuo y sociedad”, de Edgard Morin Taller Área Política Pquia. Sta Cruz. Ciclo Neoliberalismo y Educación Papeles de trabajo: Desde la Doctrina Social de la Iglesia Documentos utilizados : GE: Gravissimum Educationis. DECLARACIÓN SOBRE LA EDUCACIÓN CRISTIANA DE LA JUVENTUD CONCILIO VATICANO II. 1965 GS: Gaudium et Spes. CONSTITUCIÓN PASTORAL SOBRE LA IGLESIA EN EL MUNDO ACTUAL. CONCILIO VATICANO II. 1965 ICN: Iglesia y Comunidad nacional. CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA. XLII ASAMBLEA PLENARIA. 4-9 DE MAYO DE 1981 SD: Documento de Santo Domingo. IV CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO. 1992 DERECHO A LA EDUCACIÓN Un sujeto colectivo democrático en constante formación Taller del Área Política Jorge Huergo, Profesor en Filosofía y Pedagogía. Magíster en Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales. Profesor Titular y Director del Centro de Comunicación/Educación de la Universidad Nacional de La Plata Espiritualidad liberadora. Artículo de Marilú Rojas Salazar CCT - Brasil Congreso Continental de Teología Para una sociedad más justa. Debates y desafíos de la Ley de Educación Nacional, Daniel Filmus y Carina V. Kaplan. Ed. Aguilar 2012 PENSAMIENTO / DISCURSO ÚNICO Por María Otheguy El término “PENSAMIENTO ÚNICO” (denominado también como DISCURSO ÚNICO) fue acuñado en 1995 por Ignacio Ramonet, entonces director del periódico Le Monde Diplomatique. Alude fundamentalmente en esta etapa a la DOCTRINA CONFORMISTA que sostiene la PRIMACÍA ABSOLUTA DE LA ECONOMÍA E IDEOLOGÍA NEOLIBERAL -promovida por el Consenso de Washington-, por sobre el resto de los dominios sociales. Aunque el término es de nueva creación, cabe señalar que la instauración de lo que en la actualidad conceptualizamos como “discurso único”, es la estrategia utilizada habitualmente por el poder y promovida por los diversos intentos “disciplinadores” que signan la trágica historia de dominación de los pueblos, de la mano de la intolerancia, el fanatismo, el autoritarismo y la violencia. Durante la mayor parte de la historia, la humanidad ha vivido supeditada a alguna forma de "pensamiento único", entendido como un conjunto de verdades socialmente sancionadas, difundidas y de obligado cumplimiento, que constituían la forma en que los hombres adscritos a esa cultura debían percibir el mundo y garantizar su funcionamiento. Esa única verdad era –como en la actualidad- habitualmente propagada por los representantes de los grupos privilegiados y tendía fundamentalmente a la perpetuación de esos privilegios. Respecto a su acepción actual, Ramonet explicita que es la traducción -en términos ideológicos- de los intereses de la concentración del capital internacional. Dicho autor agrega que “el discurso único, es el único discurso autorizado por un invisible y omnipresente policía de la opinión, como una especie de doctrina viscosa que, insensiblemente, devuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba, lo paraliza y acaba por ahogarlo”2. Cabe señalar que en la actualidad cualquier análisis social cuenta con la ideología como un factor que define a un colectivo social. Cuando un grupo humano (forjador de su ideología) se hace suficientemente complejo, es lógico que aparezca en su interior la diversidad ideológica y, como producto de esta diversidad, que puedan surgir acciones que expresen la confrontación. Es, por tanto, explicable que en determinados momentos de la historia haya una ideología dominante dentro de grupos humanos complejos y, además, que esta ideología pretenda hacer valer su fuerza para imponerse –como modelo- sobre las demás3. Francis Fukuyama, autor de “El fin de la Historia”, ha sido el principal teórico de esta concepción propiciatoria del Pensamiento Único, detrás de la cual se alinearon Ronald Reagan en los Estados Unidos de Norteamérica, Margaret Thatcher en Gran Bretaña y -en nuestro país- los que adhirieron disciplinada y fundamentalmente durante los años noventas, logrando la consolidación “democrática” de la política económica ya impuesta previamente por la criminal Dictadura Militar (1976-1983). Las fuentes principales de este pensamiento son entonces las grandes instituciones económicas y monetarias -Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y de Comercio, Comisión Europea, etc- que, mediante su financiación, vinculan (al servicio de sus ideas y a través de todo el planeta), numerosos centros de investigación, universidades y fundaciones que perfilan y expanden la buena nueva (del neoliberalismo) en sus prestigiosos ámbitos “académicos”, determinando prácticamente la exclusión científica de quienes se oponían a los avanzados postulados del “Consenso”. Este discurso –supuestamente anónimo e “independiente”- es retomado y reproducido universalmente por LOS PRINCIPALES ÓRGANOS DE INFORMACIÓN ECONÓMICA y, particularmente, por las reconocidas Revistas y Medios Especializados de los principales inversores y bolsistas (The Wall Street Journal, Financial Times, Reuter, etc- propiedad, con frecuencia, de grandes grupos industriales o financieros). El Pensamiento único puede considerarse como una visión social, una ideología “cerrada”, con pretensiones de exclusividad natural, incuestionable, que sostiene y apuesta -en esta última etapa- por los mismos postulados del “Consenso”, entre ellos: 2 Ignacio Ramonet. “Atrapados”, 1995. Le Monde Diplomatique. C. Álvarez de Sotomayor. “Qué es el Pensamiento Único”. Coordinador del Área de Investigación. INET. Córdoba. 3 La hegemonía absoluta de la economía por sobre el resto de los dominios sociales. Un mercado omnipresente cuya ‘mano invisible corrige las asperezas y disfunciones del capitalismo’, los mercados financieros, cuyos ‘signos orientan y determinan el movimiento general de la economía’; "Menos Estado, más Mercado" y un “arbitraje” constante a favor de las rentas del capital, en detrimento de las del trabajo. La desregulación sistemática de cualquier actividad de carácter social. la competitividad que ‘estimula y dinamiza las empresas, conduciéndolas a una permanente y benéfica modernización’; el librecambio sin limitaciones, ‘factor de desarrollo ininterrumpido del comercio y por lo tanto de las sociedades’; la globalilización, de la producción manufacturera y de los flujos financieros; la división internacional del trabajo, que ‘modera las reivindicaciones sindicales y rebaja los costos salariales’; la moneda fuerte, ‘factor de estabilización’; la desreglamentación, ‘favorecedora de la creatividad que va marcando el mercado’, la privatización, ‘que incentiva y motiva, en contra de la centralización estatal igualitaria y desmotivante’ la postergación de medidas respecto a las consecuencias ecológicas de las medidas y acciones propuestas (que hoy signan no sólo la calidad de vida sino la sobrevivencia de los pueblos), etc4. Esta ideología contó (y nuestra realidad nos muestra que obviamente cuenta aún) con apoyos políticos, financieros y mediáticos que le garantizan una situación de privilegio respecto a cualquiera de las otras propuestas existentes sobre cómo concebir la sociedad (sobre las que –para “anularlas”- mediáticamente se van instalando dudas y sospechas con fuerte nivel de penetración social). La difusión constante de esta prédica en todos LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN –SUPUESTAMENTE INDEPENDIENTES-, sostenida también por “coaliciones” conformadas por políticos de distinto signo, ha coexistido sospechosamente con el inusual incremento de la corrupción y le confirió tal carga de intimidación que ahogó toda tentativa de reflexión libre y convirtió en extremadamente difícil la resistencia contra este NUEVO OSCURANTISMO, cuya principal herramienta sigue siendo la cultura mediática que hemos adquirido en los últimos decenios. Cultura mediática esencialmente impulsada por la orientación predominante en las entonces surgidas Carreras y Departamentos de Ciencias de la Comunicación. Cabe en este marco tener en cuenta que cuando la información adquiere esencialmente calidad de mercancía, se ve tentada a optar por regirse ya no por las leyes de la información, sino según las leyes de la oferta y la demanda que signan al sector. Así, van cambiando peligrosamente su naturaleza, adaptándose a las leyes retóricas más convenientes a sus fines comerciales (e ideológicos de sus patrocinadores) y no a los principios de la información en sentido estricto (que privilegia la verdad y la objetividad en clara oposición a los intereses corporativos que 4 Ignacio Ramonet. “Atrapados”, 1995. Le Monde Diplomatique. suelen signar al sector). Todo ese nuevo saber desarrollado en el campo de las comunicaciones -inexistente aún a nivel masivo a mediados del siglo XX-, logró finalmente imponerse -fundamentalmente con el apogeo del neoliberalismo-, generando un grave problema a enfrentar -aún en la actualidad- por quienes adhieren a un sistema democrático en el que esencialmente predomine el respeto a la diversidad y el derecho a acceder a la información proveniente de diversas posturas y fuentes del pensamiento, hecho que, desafortunadamente, demostraron no estar dispuestos a garantizar los monopolios mediáticos ligados a los centros de poder económico. El discurso único –propio del neoliberalismo- que profesa "el abismo", "el caos", y que simplemente siembra más incertidumbre y desazón, sin ofrecer alternativas ni soluciones, es el discurso que se impone dividiendo a la sociedad en segmentos que fortalecen el individualismo, generando la falsa visión de que los marginados son enemigos de quienes han logrado sobrevivir al sistema, y legitimando la creencia de que el sufrimiento social es la única salida. Este discurso único propone la discriminación del "extranjero", del "raro", del "distinto"; la seguridad a través de la "mano dura" y la represión; de la desaparición física y social; del trabajo a partir de la flexibilización de la productividad; desde la importación; de la especulación; de la usura y el ilícito como criterios de la inversión; de la educación y la salud desde el mundo privatizado5. En este contexto, se genera una CRISIS DE CREDIBILIDAD en la que se va adquiriendo cada vez más conciencia de la existencia de un riesgoso SESGO INFORMACIONAL, afortunadamente pasible de revertir hoy en nuestro país, a partir de la reciente sanción de la Ley de Radiodifusión que –aunque perfectible- logró finalmente poner un hito desde el que se abre la posibilidad de expresión de “los sin voz”, al derogar la Ley impuesta por la Dictadura Militar. EL PODER MEDIÁTICO NO ADMITE CONTRAPODER Tanto Ignacio Ramonet como Michel Foucault, sostienen que cualquier poder tiene un contrapoder. El poder político tiene una oposición con representación en los países democráticos, el poder empresarial tiene un contrapoder en los sindicatos, pero el poder mediático no admite contrapoder, porque cualquier crítica con respecto al funcionamiento mediático, es inmediatamente acusada de atentado contra la libertad de expresión, intentando desacreditar permanentemente cualquier reflexión que pretenda cuestionar la calidad o intereses determinantes de ese poder (férreamente garantizados por ese funcionamiento mediático). PENSAMIENTO CRÍTICO Frente a esta instalada crisis de credibilidad informacional, generada fundamentalmente por los intereses que determinan el “carácter” y “uniforme lineamiento” de los contenidos difundidos masivamente, encontramos que el pensamiento crítico es la más acabada herramienta no sólo para enfrentar racional y responsablemente los distintos aspectos que la realidad impone sino, puntualmente también, para desarticular paulatinamente tan sesgado, asfixiante y poderoso aparato mediático montado para “moldear convenientemente” la opinión pública, según los intereses que predominen en un momento dado. 5 Marcelo Figueras. Escritor. Apuntes sobre la Globalización. Concientes de que nuestra calidad de vida y de nuestra modalidad de vinculación predominante -fuertemente asociadas a lo que construimos y “somos”- depende no sólo de la fortaleza de nuestros principios o de nuestra voluntad, sino esencialmente de las posibilidades que nos ofrezcan todos los aspectos de la educación para ampliar los horizontes y márgenes de libertad de nuestra mirada y nuestro pensamiento, entendemos que: El pensamiento crítico se propone analizar o evaluar la estructura y consistencia de los diversos razonamientos6, (incluyendo fundamentalmente las afirmaciones u opiniones que tienden a aceptarse como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana y que riesgosamente –al masificarse- pueden ir conformando lo que desaprensivamente se da en llamar “la opinión pública”). El análisis y evaluación -que hace al pensamiento crítico- apela a diversas herramientas basadas esencialmente en la observación, la experiencia, el razonamiento y el método científico, según el nivel de complejidad y posibilidades. El pensamiento crítico requiere precisión, evidencia, objetividad y claridad, evalúa los argumentos en su contexto y utiliza rigurosamente las herramientas intelectuales necesarias para detectar las falacias7 y distinguir lo razonable de lo no razonable, lo verdadero de lo falso. El pensamiento crítico es un proceso mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia8 para llegar, de forma efectiva, a la posición más razonable y justificada sobre un tema y en la cual se procura identificar y superar las numerosas barreras u obstáculos que los prejuicios o sesgos introducen. Entendemos el conocimiento como un conjunto de datos proveniente de hechos metódicamente registrados e información confiable, recopilados pertinentemente como resultado de la experiencia o de procesos de investigación. Así, el conocimiento es un fenómeno complejo que implica paulatinamente la internalización de un modelo de la realidad, concebido como un conjunto organizado de datos e información provenientes de distintos ámbitos y destinados esencialmente a dar respuesta a las diversas problemáticas que nos van planteando los múltiples aspectos del saber y de la cotidianeidad. El conocimiento se caracteriza por una ineludible vinculación con lo racionalmente considerado como “verdadero” (episteme/Platón), a diferencia de las diversas creencias9 y opiniones que –si bien conforman nuestras culturas- no necesariamente 6 El razonamiento entendido como un proceso o conjunto de actividades mentales consistente en la conexión de ideas de acuerdo a ciertas reglas; a la facultad humana que permite resolver problemas; al conjunto de proposiciones enlazadas que sustentan o justifican las ideas; al procedimiento lógico que parte de lo ya conocido o de lo que creemos conocer a lo desconocido o dudoso. El razonamiento se corresponde con la argumentación (como expresión discursiva del razonamiento). 7 Una falacia (sofisma) es un razonamiento aparentemente "lógico" cuyo enunciado o resultado falta a la verdad o consistencia de las premisas. En sentido estricto, una falacia lógica es la aplicación incorrecta de un principio lógico válido, o la aplicación de un principio inexistente. 8 Inteligencia: Capacidad de un sistema para comprender su entorno y resolver pertinentemente problemas. Un sistema inteligente debe abarcar habilidades tales como la capacidad de aprender, razonar, planear, pensar de manera abstracta, comprender ideas y lenguajes, reconocer y resolver problemas. Algunas definiciones sobre la inteligencia incluyen la creatividad y el conocimiento como rasgos distintivos. 9 Entendidas como modelo creado para satisfacer un deseo referido a hechos (reales o imaginarios); sobre los que se desconoce, no se acepta o no parecería alcanzar una alternativa o respuesta racional. están fundadas en aspectos que hacen a la esencia de los objetos de observación. Ello las ubica en ámbitos signados por la subjetividad y en los que predomina lo probable, lo aparente o la fe, según las diferentes posibilidades o necesidades sociales que conforman la historia de los pueblos. La objetividad metodológica imprescindible en los diversos espacios científicos, no necesariamente caracteriza a determinados ámbitos de la cotidianeidad en los que es probable observar la manipulación, tergiversación o negligencia en el tratamiento de los contenidos. Cabe señalar, que tanto lo objetivo como lo subjetivo conforma una característica de lo humano y ambos pueden no ser necesariamente excluyentes, en tanto se manifieste con precisión su naturaleza. Características que hacen al pensamiento crítico Para el ejercicio del pensamiento crítico es necesario desarrollar una actitud que promueva el acceso y la posterior elección a la información procedente de fuentes confiables y su pertinente evaluación en función de los objetivos fijados. Ello precisa de la conjunción de una serie de características entre las cuales se privilegian: Ética. Libertad de pensamiento, Sólida formación, Humildad intelectual, Capacidad de autocrítica, Rigurosidad (metodológica, operativa), Cuidadosa dosis de escepticismo (apropiado a los fines)10. El pensamiento crítico Promueve el análisis de puntos de vista diferentes, descartando prejuicios a fin de posibilitar nuevas evaluaciones y exploraciones equilibradamente comparativas, Reconoce la necesidad de dudar del valor o la legitimidad de las propias aseveraciones o investigaciones previas, frente a nuevas fuentes, propuestas o evidencias. Examina el mayor número de proposiciones, argumentos y puntos de vista -confiables aunque diferentes-, para luego razonar pertinentemente sobre los aspectos rescatables o desechables de las mismas. Favorece el aceptar autocríticamente el error o prejuicio al enfrentarse a la fortaleza argumental de nuevas fuentes o propuestas, aún descartadas con anterioridad, Promueve detectar fragilidades o defectos en las propias posiciones, Descarta la ingenuidad o credulidad frente a cualquier fuente de información observada, Persigue como objetivo final la obtención de la verdad -o lo más cercano a ésta- que admita la información u objeto de estudio seleccionado. Evita el sesgo cognitivo que conduce tanto a dudar como a otorgar verosimilitud infundadamente. Ello impide la aparición de posiciones arbitrarias –habitualmente sesgadas por prejuicios- que obturan el acceso a las evidencias y a la solidez de los argumentos y la razón. 10 El escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda. A diferencia de los cínicos, su doctrina no está basada tanto en la negación de la filosofía como en la negación de la existencia de un saber objetivo, necesario y universal. Los escépticos creían que todo es tan subjetivo que sólo es posible emitir opiniones.