Universalidad y particularidad nacional y cultural de las valoraciones estéticas y éticas T. Pisanova El español, un idioma plurinacional, ofrece amplias posibilidades para el análisis de la especificidad nacional y cultural de la semántica valorativa. La comparación del español con otros idiomas (ante todo, el ruso) y, por otra parte, la comparación de las distintas variantes del español y «su punto de partida» - la variante nacional peninsular - permite esclarecer lo universal y lo específico en las acepciones apreciativas que existen como un espacio semántico incorporado en el sistema de la lengua. Las valoraciones particulares constituyen un importante objeto de estudio desde el punto de vista de la lingüística cognitiva. El contenido axiológico de las palabras y combinaciones de palabras que designan las cualidades humanas innatas y adquiridas con el tiempo, recoge todo un conjunto de matices semánticos muy finos, resultado de la confluencia de distintos tipos de valoraciones particulares: hedónicas, psicológicas (emocionales e intelectuales), racionalistas (utilitarias, normativas, teleológicas) y sublimadas (estéticas y éticas). La autora de la presente ponencia ha estudiado los rasgos rasgos específicos de las evaluaciones estéticas y éticas. Los resultados de esta investigación han sido expuestos en la monografía Natsionalno-kulturniye aspekti otsenochnoy semantiki: Esteticheskiye y eticheskiye otsenky, Moscú, Editorial Ikarus, 1997 (“Aspectos nacionales y culturales de la semántica evaluativa: Valoraciones estéticas y éticas”). Según la «Teoría cognitiva de las evaluaciones particulares» elaborada y desarrollada en la mencionada monografía, las valoraciones estéticas y éticas se elevan sobre el espacio semántico de las evaluaciones hedónicas, psicológicas y racionalistas, formando el cuadro del mundo, sumamente humanizado, que une la experiencia sensual, emocional, práctica y espiritual de la colectividad nacional. Las valoraciones estéticas y éticas, de hecho, están motivadas por las demás valoraciones particulares: hedónicas, emocionales, intelectuales, normativas, utilitarias, etc. Estas combinaciones de acepciones valorativas están presentes en los niveles morfo-semántico, léxico-semántico y en las oraciones y en el discurso. Después de haber elaborado un inventario completo de las unidades léxicosemánticas que constituyen el sistema valorativo del idioma español (palabras y combinaciones de palabras que designan las cualidades personales innatas, morales, comunicativas y sociales) , construimos un modelo de espacio semántico de las evaluaciones estéticas y éticas. El producto final de esa modelación son un conjunto de esquemas del tesauros valorativo y la descripción estructural del mismo. Las características estructurales del tesauros equivalen a los conocimientos teóricos y empíricos de carácter axiológico acumulados por la comunidad hispanoamericana. Los esquemas del tesauros reflejan una división de las valoraciones estéticas y éticas en negativas y positivas, demarcando los limites del espacio semántico, organizado en concordancia con la especificidad nacional-cultural de la percepción de las cualidades humanas. Los esquemas para el espacio semántico «Valoración ética negativa de las cualidades humanas adquiridas con el tiempo» y «Valoración ética positiva de las cualidades humanas adquiridas con el tiempo» han tomado en consideración los aspectos egocéntricos y antropocéntricos de la conducta humana. Al mismo tiempo se pone de relieve el carácter pragmático de la valoración ética, que consiste en un dirigir el proceso de la elección y la acción del ser humano, lo cual corresponde a la función reguladora de las culturas nacionales y la cultura mundial. El tesauros valorativo divide las unidades semánticas correspondientes al espacio de la evaluación ética negativa en cinco clases, las cuales distribuyen las palabras y las unidades de palabras en grupos semánticos, o sea, campos semánticos, integrados a base del elemento descriptivo común: A.- «Pasatiempo inmoral»: azotacalles, corretón, beberón, perezoso, etc.; B.-«Regímenes viciosos de vida»: depravado, vicioso, negligente, voraz, desprendedor, etc.; C.-«Satisfacción de las demandas codiciosas»: egoísta, explotador, avaricioso, corruptible, camastrón, rapaz, pancista, baratero, etc.; D.- «Comportamiento social-comunicativo inmoral»: adulador, hipócrita, astuto, envidioso, bullanguero, enredador, chismoso, etc. ; E - «Ocupaciones viciosas»: ladrón, estafador, bandido, ramera, rufián. El espacio semántico «Valoración ética positiva de las cualidades humanas adquiridas con el tiempo» esta organizado, según nuestro esquema, en dos clases: A - «Regímenes de vida, correspondientes a las normas morales»: trabajador, concienzudo, económico, ordenado, emprendedor, volitivo, firme, etc., B - «Comportamiento social-comunicativo, correspondiente a las normas éticas»: honrado, valiente, serio, competente, cordial, amable, modesto, fiel, etc.. En la elaboración de los esquemas del tesauros para el espacio de las valoraciones estéticas, tomamos en consideración dos aspectos de la realidad humana: las cualidades innatas, o sea, antropológicas y las cualidades sociales que revisten carácter normativo. La distribución de las unidades semánticas en seis clases corresponde a la estructura del espacio semántico «Valoración estética negativa de las cualidades innatas y adquiridas con el tiempo»: A - «Constitución anormal»: gordo, flaco; B - «Estatura no estándar»: tagarote, rechoncho, bajo; C - «Cualidades individuales poco atractivas»: deforme, mal formado, raquítico, etc.; D - «Aspecto exterior poco atractivo en general»: feo, repulsivo; E - «Aspecto exterior desfavorable»: desaseado, guiñapo, mamarracho, espantajo; F - «Gestos y ademanes poco atractivos»: torpe, melindroso. Cuatro clases de unidades semánticas organizan el espacio de «Valoraciones estéticas positivas de las cualidades innatas y adquiridas»: A - «Cualidades individuales atractivas»: esbelto, bien formado; B - «Aspecto exterior en la percepción positiva»: bello, atractivo, encantador; C- «Aspecto exterior favorable»: galano, elegante, aseado; D - «Gestos y ademanes atractivos": agraciado, ágil. La cantidad de los campos de la evaluación ética y los campos de la evaluación estética puede ser representada en una relación 107: 27, lo que equivale a 134 grupos, integrados en el espacio semántico de las valoraciones particulares. La superioridad numérica de las palabras que expresan las valoraciones éticas contradice a la jerarquía lógica de las valoraciones sublimadas en la cual las valoraciones estéticas ocupan el primer puesto. El análisis de los campos semánticos con los componentes descriptivos FEO, BELLO, PEREZOSO, INMORAL EN LA ACTIVIDAD PROFESIONAL, ASTUTO, ESTAFADOR, TRABAJADOR, VALIENTE constituye una etapa independiente de nuestra investigación. Las regularidades semánticas reveladas en el análisis ponen de manifiesto la universalidad y la especificidad nacional-cultural de las acepciones valorativas. A continuación exponemos la descripción de los mecanismos semánticos básicos que determinan los rasgos universales y específicos de las valoraciones estéticas y éticas. 1. El mecanismo universal que determina la especificidad de la evaluación estética radica en el contacto de la norma estética con el objeto de la valoración estética a través de un conjunto de distintas normas no exclusivamente estéticas. La peculiaridad nacional y cultural del idioma español consiste en la sustitución de las normas estéticas por las normas morales y prácticas en las calificaciones valorativas de los hombres: chirote (Costa Rica) buen mozo, guapo mozo, chulo (Argentina, Bolivia), etc. Сolocándose en el lugar de las normas estéticas, las normas morales y prácticas determinan la realización de las evaluaciones éticas y racionalistas. 2. El rasgo universal de la semántica valorativa se expresa en la realización de la valoración estética en la posición aislada, o sea, sin contacto con las otras evaluaciones particulares. El aislamiento semántico de la norma estética persigue el objetivo de cumplir exclusivamente las funciones estéticas. El uso de los nombres, procedentes de las mitologías griega, cristiana y judía, se refiere a las peculiaridades semánticas de carácter universal que determinan el funcionamiento aislado de la valoración estética positiva. En las siguientes calificaciones valorativas, que subrayan el carácter excepcional de la hermosura masculina, la norma y la función estéticas están libres de las otras normas y funciones: apolo, adonis, serafín; es (como) un pino de oro. 3. La especificidad de la valoración estética positiva consiste en la referencia disimulada a una multitud de normas estéticas en las características axiológicas femeninas. La pluralidad de las normas estéticas referentes al objeto de la valoración estética, la mujer, contiene una alegación indirecta a las normas practicas que aluden al proceso del perfeccionamiento. Las unidades semánticas hermosa, es un dibujo, bonita, guapote y muchas otras encierran las valoraciones hedónicas, emocionales y racionalistas que indican la correspondencia a las normas practicas y estéticas. Simultáneamente este hecho atestigua (evidencia) la manera de expresar la aprobación de lo que presta la utilidad y deleita la vista. Canela, capullo de rosa, guayabo son las características metafóricas de las mujeres jóvenes y bonitas. Las valoraciones hedónicas y emocionales forman parte de la estructura semántica de las valoraciones estéticas, revelando la conexión evidente entre lo que sirve a los objetivos prácticos de las personas (flores, árboles frutales, especias, etc. ) y lo que satisface sus necesidades estéticas: la belleza del ser humano y la belleza del mundo. De esta manera, entre las regularidades universales se encuentra el uso de las metáforas que encierran las valoraciones estéticas, hedónicas, emocionales y racionalistas. Las mismas combinaciones de valoraciones aluden a las sensaciones hedónicas y visuales, fundamentando la unión del concepto «una persona bella» con los conceptos de «utilidad» y «adecuación». 4. La evaluación estética negativa se realiza a base de la conexión de dos conceptos, uno de los cuales pertenece al grupo de conceptos axiológicos: máscara y feo; vieja y fea; flaca y fea; peludo y feo. Rasgo particular de la lengua española es que éste subraya la expresividad del rostro humano. La carencia del carácter expresivo del rostro humano se argumenta por el sistema valorativo del idioma español como un fenómeno feo, poco atractivo: carátula, catimbao, arpía, loro, orangután, gorila. 5. El mecanismo semántico universal contrapone la naturaleza humana y sus características antropológicas fundamentales al mundo animal. La semántica valorativa de la lengua española aplica los términos zoológicos que pertenecen a los nombres genéricos, pseudogenéricos y específicos de los animales. Las metáforas zoomórficas (zoomorfismos) mal bicho, cacatúa, choto (Argentina), ciuja y muchas otras acentúan la aproximación del exterior humano a la apariencia de un animal. La desviación con relación al aspecto exterior de las normas estéticas de la sociedad nacional-cultural se interpreta como un aspecto exterior poco atractivo. 6. El enlace de los conceptos «una persona fea» y «una mujer vieja» posee los rasgos de universal estadístico. El concepto «una mujer vieja» pertenece a los valores estéticos negativos, que pueden ser calificados como productos de la influencia del machismo. 7. Los mecanismos semánticos universales toman en consideración el carácter limitado de las normas estéticas, coherentes con las evaluaciones estéticas. Este hecho determina vínculos muy estrechos entre las valoraciones estéticas, hedónicas, psicológicas y racionalistas. 8. Las combinaciones de las valoraciones éticas, utilitarias y teleológicas representan el mecanismo semántico universal que fija la desviación del objeto de la evaluación ética de las normas sociales orientadas a la actividad provechosa y fructífera: perezoso, ablandabrevas, acidioso, canchero (Argentina). 9. Los fundamentos culturales de las valoraciones éticas hacen referencia a fuentes mitológicas y bíblicas. Estas, a su vez, atraen nombres propios al espacio semántico de las evaluaciones éticas: adán, serafín, circe. El mecanismo metafórico asegura la ampliación o la restricción de la base cultural de las valoraciones éticas. 10. Las nociones abstractas, que pertenecen a la cultura mundial y constituyen la base cultural de las valoraciones éticas, suelen revelar su propia esencia en el contexto histórico y en relación con el tiempo, la época y las normas morales: maquiavélico, negrero. 11. Las unidades semánticas de procedencia metafórica y metonímica estimulan la realización de las valoraciones éticas y normativas. Las denominaciones de los objetos de uso corriente forman parte de las características universales de la semántica valorativa: carro, gancho, maleta (pícaro, estafador). Las metáforas ontológicas toman en consideración la experiencia nacional-cultural y la experiencia mundial de toda la humanidad. Generalizando los datos obtenidos en nuestra investigación, debemos subrayar que la teoría cognitiva de las evaluaciones particulares ha permitido constatar la existencia de lazos regulares existentes entre los aspectos cognitivos del idioma español y las distintas culturas nacionales y mundial.