ASTUCIAS DEL AMOR

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(37)
SAÍNETE SEMILÌRICO
TITULADO
ASTUCIAS DEL AMOR
ó
EL AMOR CORRESPONDIDO
. P O R F. F.
MADRID
Despacho : Sucesores de Hernando.
ASTLCIAS DEL Aioa
!L AMOR CORRESPONDIDO
1
A N A S T A S I A , madre
AURORA, novia do
de
riAMow, amigo de
ItODIUUO.
El teatro representa una plaza: a la, derecha una casa, ouya sala da al
público, y una puerta y un balcón á la plaza.
Anastasia ritiendo á Aurora que esta
llorando sentada en wn sofá.
Arias. No te canses m á s , Aurora,
con él n o te has de casar.
Auro. Yo no le puedo o l v i d a r . . .
Anas. Hija mia, llora, llora.
Las Ingrimas siempre son
bálsamo consolador,
que a h u y e n t a nuestro dolor,
aliviando al corazón.
Cuando tu padre murió,
(Lie?
v í c t i m a de hipocondría,
yo lloraba noche y din.-..
sólo el llanto me curó.
¡Ay, esposo de mi v i d a ! . . .
si t ú volvieras al m u n d o ,
vieras el dolor pr< fundo
q u e padece tu q u e r i d a . . .
P e r o . . . ¡en! no v o l v e r á . . .
¡Qaién dijera, esposo amado,
que al partir t ú de mi lado
yo no muriera! Ven ya
á calmar m i frenesí.
Mi alma tengo d e s i e r t a . . .
i^,y! prefiriera estar m u e r t a
á hallarme ausento de
tí...
A u r o . Madre, tenga V . más calma.
A n a s . Yo no la puedo t e n e r . . .
¿Quieres que e n c u e n t r e placer,
cuando está desierta el alma?
Tú no sabes, hija mia,
lo que es a m a r con pasión,
entonces el corazón
palpita de noche y día.
Yo también, como t ú , he sido
joven, sencilla y h e r m o s a ,
mas me tronché cual la r o s a
0
ante el amor do un m a r i d o . ^
Y aquellos días dichosos
(jg^
vi pronto desvanecer:
! «I"/^
los i n s t a n t e s de placer
T> 2j*
van siempre m u y presurosos^ *
Sale
Iíoclr.
Anas.
Auro.
Rodr.
Rodrigo,
<L,Kr
Señoras, si dais p e r m i s o . . .
¿Y por qué no, b u e n R o d r i g o ?
¿Qué os trae por aquí, amigo?
Nada (quo te habla es preciso),
4
A n a s . Рнеэ .та v u e s t r a ensa eatnis,
yo me retiro (¡los dos
en secretitostj A d i ó s .
(Vaso.)
A u r o , Decidme lo q u e queráis.
Rodr. Mi amigo, el noble Ramón,
á tí, coa placer, m e envía,
para decirte que h oy dia
palpita su corazón:
que t e quiere, que te adora,
que te idolatra, q u e te ama,
que le consume u n a llama
encendida por tí, A.urora:
quo sufre, pena, suspira,
llora, padece, delira,
se consume, se enfurece,
y que m á s aun s u amor crece
cada vez que á t í t e mira:
que se abrasa en frenesí;
que es desgraciada su s u e r t e ,
y que antepone la m u e r t e
á vivir lejos de tí.
Acabé ya mi misión
por la cual lie sido enviado:
dime, Aurora, sin cuidado,
qué le contesto á R a m ó n .
Auro. Dile que t a m b i é n le quiero,
r;ue mi esposo debe ser;
sin él no h allo placer,
que as p a r a mí el m u n d o entero.
Pero mi madre querida,
despreciando mi dolor,
quiere q u e sienta otro a m o r ,
¡cuando su amor es mi vida!
Que b u s q u e p r o n t o a l g ú n medio
para sacarme de casa,
pues cada dia que pasa
dia es p a r a mí de te'dio.
Dile que mi corazón
palpita de noch e y dia;
que el dueño del alma inia
será siempre mi R a m o a .
Rodr. Dentro poco v o l v e r é . . .
Auro. Que no t a r d e s , buen E o d r í g o .
Rodr. Me voy á h a b l a r con mi amigo,
y algo сон él dispondré.
(Váse*)
Auro. Рогсшч mi m a d r e m e riña.
_
¿debí A R a m ó n olvidar*
¿Qué logra? H a c e r m e llorar
cual si fuera a l g u n a niñaDiez y seis años cumplidos
t e n g o . . . Siento calor
en mi p e c h o . . . Esto es a m o r . . ,
¡Ay i n s t a n t e s mal p e r d i d o s ! ! . . .
¿Qué desea la mujer
on llegando á cierta edad?
¿De q u é sirve la beldad
si no nos causa placer?
Si clavado en u n a Oruz
n u e s t r o R e d e n t o r murió',
fué sí p o r q u e conoció
del a m o r salo la luz.
¿Qué es la vida sin amor?
E s como un j a r d í n sin flores;
como u n a flor sin olores:
como u n fuego sin calor:
como u n cuerpo sin aliento;
como belleza sin alma:
amor es !a mejor palma
que contiene el
firmamento.
Anas.
Auro.
Anss.
Auro.
voy
¡Aurora!...
(Dentro
Mamá ¿qué quieres?
Ven, h ija mia, á mi l a d o .
Algún sermón estudiado
á o i r . . . ¡Pobres mujeres!
{Vise
Ramón y Rodrigo.
R a m . ¿Cumpliste ya, buen amigo?
Rodr. C u m p l í , q u e r i d o R a m ó n :
escucha con atención.
R a m . Puedes ya empezar, Rodrigo,
Rodr.
De t u lado,
(Cania
buen amigo,
hoy Uodrigo
se ausentó;
y en su casa,
á la bella
q u e es tu estrella
encontró.
L a saludo,
«¡orno es j u s t o :
jay que gusto
descubrió",
al momento,
el semblante
de tu a m a n t a l
Dije yo:
|Ay! señorita Aurora:
por R a m ó n vengo enviado,
cuyo pecho inflamado
tiene por fuerte amor.
Por t í sufre y padece;
por tí sólo respira;
por tí á veces, delira;
de tí espera un favor.
Con razón espera el mozo
alivio en su quebranto,
y que lo enjugues t ú el llanca
q u e v i e r t e su corazón.
No creo, hermosa niña,
que t u t a n claro talento,
deje de dar contento
á mi a m i g o R a m ó n .
R a m . ¿Y qué contestó mi Aurora?
Rodr. Que ella también t e queria;
q u e padece noche y dia;
q u e c o n t i n u a m e n t e llora.
Al ver aquel frenesí,
que á compasión m e movid,
m i l e n g u a la prometió
llevarla cerca de t i .
R a m . ¿Y cómo lo lograrás?
Rodr. E s t o no te dé cuidado:
si de tí soy ayudado,
en tus brazo.? la t e n d r á s .
Su m a d r e es supersticiosa;
orea en fantasmas y duendes"
amigo ¿aun no comprende?
esto?
R a m . Maldita la cosa.
Rodr. Sube por esta v e n t a n a ,
que ya yo la dojé abierta;
yo pasaré por la p u e r t a . • .
R a m . ¿Y para qué?
Rodr.
i
¡Alma villana!
Con e s t a s fuertes endonas
allí t ú produces r u i d o .
R a m , ¡Ah!
R o d r . ¡Aaaaliü
Ram.
Ya te he entendido
asi cesarán mis p e n a s .
Sube Ramón al balcón; Rodrigo le da
las cadenas; Mnmon ata una cuerda
al balcón, y la deja, caer k¡sla
cerca
del suelo. Entra Rodrigo en casa de
Aurora.
Anastasia,
Aurora,
RodHgi.
A n a s . Mas ¿qué tiene V . , querido?
Rodr. No tengo nada, señora.
A n a s . ¿No es verdad, querida A u r o r a ,
que está muy descolorido?
Auro. E s verdad.
Anas.
¿Y q u é motivo
os ha trastornado tanto?
E x p l i c a d vuestro q u e b r a n t o . . .
A u r o . (¡Si estará enfermo m i dueño!)
R o d r . No sé qué pasa por m í . . .
¿Sabes q u e me ha puesto así?
Pues ha sido sólo un s u e ñ o .
Un sueño en que vi difuntos
á millones, en m o n t ó n ;
que bailaban rigodón
los muertos y vivos j u n t o s
Allí vi yo á S i t a n á s ,
bailando con Magdalena,
«,!!
)
y con Santa Filomena
bailaba el feo Caifas,
Santa Inés vi con I'ilates,
Mi
que bailaban un fandango:
él con la sartén del m a n g o ,
ella, lavando los p l a t o s .
E n medio de aquel burdo!,
vi que en mrnjfáfl de camisa;
daba el brazo S a n t a Lílisa
s i repugnante Luzbel.
Vi... vi... vi...
[Finge mi desmayo.)
Anas.
Voy al momento
á buscar alguna e s e n c i a . . .
tengo una de g r a n potencia.
(Vásí.)
Rodr. Todo lia sido
fingimiento.
A h í encima está R a m ó n :
pronto ruido matera;
t u madre se e s p a n t a r á . . .
A u r o . Te entiende mi corazón.
Sale Anastasia, aplica un ponúto
esencia á las nances de Rodrgio,
éste vuelve en si.
de
y
R o d r . Gracias mil, noble señora;
[ay! me encuentro t r a s t o r n a d o .
Anas. ¿Estáis ya más aliviado?
R o d r . Sí, y me voy sin d e m o r a .
(Tase.)
Sulie Rodrigo, con auxilio de la cuerda, á donde está Ramón.—Empina
el
ruido.
A u r o . ]Ay m a d r e , yo t e n g o miedo!
Anas. ¿Quieres q u e d a r t e sólita?
Yo á buscar a g u a bendita
voy.
[Tase.)
Auro. Madre, yo a q u í me q u e d o .
Aumenta el nido.—Sale
Anastasia
•con un jarro de agua bendita; de ella
hace tomar á Aurora, y las dos se
santiguan: viendo que el ruido va en
amianto, encienden dos velas ante wm
imagen de la Virgen y se arrodillanOijcnse gemidos.
A n a s . iVJadre do ios afligidos,
sed con Dios iütercesora
para que cesen ahora
esos tétricos g e m i d o s .
T a veis que yo dfiafalhzco
a n t e ese ruido infernal:
de plata, rico m e t a l ,
u n a i m a g e n os ofrezco.
Y aunque yo soy pecadora,
hoy me e n c u e a t r o arrepentida;
si acaao queráis mi vida,
yo OB la ofrezco, g r a n SftBora.
¿Qué m á s os puedo decir,
divina Madre de Dios?
A m p a r a d n o s á las dos.
A u r o . Madre, yo voy á subir.
Anas, No que puedes perecer:
roguamos á San A n t o n i o . . .
A u r o . Madre, j a m á s el demonio
se oomió a l g u n a m u j e r .
Sube Awrora. Anastasia se queda arrodillada ante la imagen de
Marta.
Mientras Anastasia
está orando,
llamón desciende por al balcón, luego
Aurora, y por último Rodrigo.— Gasa el ruido.
A n a s . Madre da todo afligido,
veo me habéis escuchado,
pues cuando oraba ha cesade
aquel infernal ruido.
¡Aurora! [ A u r o r a ! . . , Mas ¿dónde
á mi Aurora se llovó?
Si no quieres m u e r a yo,
A u r o r a mia, r e s p o n d e .
Sale
Rodrigo.
Rodr. Doña Anastasia} ¿qué es esto?
A n a s . ¡Ay Rodrigo! ¿qué hn de ser?
Soy una infeliz m u j e r . . .
R o d r . ¡Sola! A u r o r a , por supuesto,
en la cama y a e s t a r á .
A n a s . Nó, señor, no está a c o s t a d a . .
¡Hija mia d e s g r a e i a d a l , . .
[Llora.
R o d r . Doña A n a s t a s i a , ¿qué oa dá?
A n a s . Al m a r c h a r o s vos de aquí,
t a n afable y tan contento,
s e n t i m o s u n movimiento
de c a d e n a s . . . ¡ay de m í !
m e quedó cual flor marchita,
s i n saber qué me pasaba
y e s p a n t a d a rociaba
el suelo do agua bendita.
Nada, tampoco coaó
aquel infernal e s t r u e n d o . . .
R o d r . Vuestro estado ya comprendo.
A n a s . ¿Qué queréis que hiciera yo?
R o g a m o s á San A n t o n i o . . .
m a s , no señor, ni per esas;
conmigo las tuvo tiesas.
el m i s m í s i m o demo»io.
Mi A u r o r a , q u e es muy valiente,
al ver lo desgracia raia,
dijo q u e arriba s u b í a . . .
L o ejecuta de repente,
y cesa de pronto el ruido;
pero, por mi mala suerte,
creo que Aurora halló la muerta
cuando arriba hubo subido.
R o d r . Tal vez sido haya su amado
p a r a con ella casarse,
y ha querido presontarso
de demonio disfrazado.
Anas. R o d r i g o , no puede s e r . . .
si yo los cuernos le v i . . .
R o d r . S e ñ o r a , escuchadme á m i ,
y claro podremos ver.
Ramón, que es do Aurora a m a n t e ,
con a m o r perseverante,
al ver v u e s t r a oposición
á darles la bendición,
con su furor delirante
h a b r á dicho, de s e g u r o :
«Doña Anastasia no quiere;
m a s mi coraxou prefiere
lograr m i fin. Mi amor puro,
y a m á s no puede aguardar:
á A u r o r a m i pecho adora:
p u e s con mi querida Aurora
hoy m i s m o me he de casar.>>
E s t o h a b r á sido, no más,
casi de cierto lo sé.
A n a s . Si es así, boncíecirfi
á los novios.
Ródr.
¡Por S a n Blasl
pero ¿los perdonáis?
A n a s . Oon todo mi o o r a i o n :
que venga pronto R a m ó n .
A una palmada de Rodrigo, salen Aurora y Ramón, dándose el brazo.
^
' I Mamita, aquí nos t e n é i s .
Auro.)
\
A n a s . Hijos mios, ya os b e n d i g o ;
sea eterno vuestro a m o r .
R a m . P a r a a h u y e n t a r el dolor,
vamos ¿ c a n t a r , R o d r i g o ,
a
m
liodrigo cania, acompañándose con, la
guitarra. Aurora y Ramón bailan,
Al.son de mi .vigiiola
cantad, c a n t a d ;
Sea Auastasia abuela,
bailad, bailad:
Que es gran v e n t u r a ,
el tener en el lecho
á una h e r m o s u r a .
De mi alegre g u i t a r r a
bailad al son,
porque esto al fin recrea
al corazón.
Bailad, bailad,
y baile toda entera
la vecindad.
Cantemos,
bailemos,
gocemos
sin
fin:
Que
flores
de amores
da el bello
jardín.
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Entre dos a m a n t e s
firmes y c o n s t a n t e s
que se quieren bien,
\iveu noche y dia
con dulce alegría
en dorado Edén.
Amor de la mujer
es tiempo vario:
explica BU q u e r e r
el calendario.
Y no hay arradro;
si quiso ayer á Pablo,
hoy quiere á Pedro.
Anas, l l a m ó n , todo está acabado,
remedio no puede haber:
Aurora es ya t u m u j e r ;
Auro. ¡Ay! esposo mió a m a d o .
Rain. Van á mí, q u e r i d a esposa...
l i o d r . ¿Que hago y o , que-ido amigo?
A n a s . A b r á z a t e , pues, conmigo.
E o d r . Con g u a t o , A n a s t a s i a hermosa
(Se abrazan
3ien se ha portado el demonio,
en forma de u n mozílvete:
m a s no m e g u s t a el snkiete
cuando acaba en m a t r i m o n i o .
Pues.si bien u n a beldad
es cosa que deleitea,
m u c h o más a ú n ma recrea
m i individual l i b e r t a d .
Nos dicen q u e dá el amor
el más completo placer;
m a s , si buena oa la mujer,
es el ser libre mejor.
Si u n escritor afamado
dijo con tono altanero
que os m u y bueno estar casado,
que se case el m u n d o entero,
yuea yo estoy determinado
á vivir s i e m p r e soltera*
FIE
MADRID. —Despacho : Sucesores de Hernando, Arenal, 11.
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