Gaceta Business Gestión promocional Algo más que bajar precio › J osé Ramón Carrasco Rodríguez Diplomado en Óptica por la Universidad Complutense de Madrid, diplomado en Óptica y Optometría por la Universidad de Granada y Master en Dirección de Marketing y Dirección Comercial por ESIC, trabaja como consultor/ formador especialista en el sector óptico. Autor del libro “Gestión Práctica de Establecimientos Ópticos” (Editorial Garceta 2012), cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector óptico como Director de Área y Franquicias, Director de Proyectos, Category Manager y formador. E-mail: jramonlp@hotmail.com http://es.linkedin.com/in/joseramoncarrasco El aumento del número de establecimientos ópticos en los últimos años, de 9.350 en 2006 a 10.075 en 2012, unido a la crisis económica y el descenso del consumo, ha hecho que la facturación media por establecimiento haya pasado de 219.000 a 161.786€ en el mismo periodo (fuente: FEDAO). Esto ha provocado que se siga “recrudeciendo” la guerra comercial del sector, que tiene su reflejo en promociones cada vez más agresivas en precio y el descenso de los márgenes. Sin embargo, una buena gestión promocional no tiene por qué centrarse solamente en bajada de precio. Se hace cada vez más importante elaborar una buena planificación de cada promoción y un posterior análisis para determinar cuál ha sido el impacto de la misma en las ventas y, sobre todo, en la rentabilidad. a política promocional debe estar ligada al posicionamiento comercial, imagen y producto de toda empresa. Las promociones son parte de la imagen que configura nuestra marca y, por tanto, de lo que perciben los usuarios de nosotros. Casi todo lo que hacemos, especialmente la política promocional, va construyendo nuestro “branding”. L Deberíamos preguntarnos si todas las promociones son positivas y rentables. Según el pri› nº 481 mer Estudio sobre Promociones en Retail, realizado por Sartia y Kucher&Partners en 2011, “tres de cada cuatro promociones que se realizan en retail en España tienen un ROI (retorno de la inversión) negativo”. “A veces, la obsesión por la cuota de mercado, buscando un objetivo solo de facturación y de volumen, hace que las bajadas de precio reduzcan en exceso los márgenes”, concluye. En nuestro sector, más del 80% de las empresas utilizan de forma regular promociones de precio. Muy pocas se marcan como objetivo una rentabilidad, con lo que es bastante frecuente que el aumento de volumen no compense la pérdida de márgenes. FASES DE UNA PROMOCIÓN Una buena gestión en esta área del negocio consistiría en invertir más recursos y tiempo en definir claramente la promoción y los objetivos que buscamos. Podríamos diferenciar varias fases: > Definir el tipo de promoción (de precio, de venta cruzada, de ítem promocional o regalo, etc.) más adecuado para nuest r a empresa, la época del año y los objetivos buscados. > Veamos cuál es el valor percibido para el cliente. No siempre el valor real es el que percibe el cliente. Debemos Jacinto Santodomingo e Ignacio Costa Sección coordinada por Ignacio Costa buscar promociones atractivas para el cliente que supongan un coste menor para la empresa. > Análisis previo, sobre todo marcando el “punto de equilibrio”, es decir, a partir de qué volumen es rentable hacer la promoción. Las ventas por debajo de este punto de equilibrio marcarían una rentabilidad negativa. Debemos estudiar cuál será el impacto de la misma en la facturación y en los márgenes. Debemos añadir el coste de la comunicación (cartelería, publicidad, etc.). > Planificarla correctamente: tener una previsión del producto que necesitaremos, con unas estimaciones de venta para no llegar a una “rotura de stock” ni problemas de sobre-stock. Una mala planificación puede hacer que perdamos rentabilidad por una provisión excesiva de producto. El caso contrario sería “morir de éxito”, es decir, no poder ofrecer el servicio adecuado puede provocar una sensación de engaño al potencial cliente y, por ÓPTICA OFTÁLMICA “Una promoción tiene más posibilidades de ser rentable cuando está organizada al detalle y se pueden controlar y medir sus resultados.” tanto, una imagen muy negativa de nuestro negocio. > A qué tipo de clientes va dirigida. Es fundamental tener claro el público objetivo para saber cómo vamos a dirigirnos a él. Cada tipología presenta unas características que hay que tener en cuenta a la hora de elegir el producto, los canales de comunicación, el mensaje y la forma de exponerlo. > Qué canales vamos a utilizar. La manera de comunicar el mensaje comercial depende de muchos factores. El uso de medios masivos de comunicación, como televisión, prensa nacional o radio nacional, viene marcado por el alto coste, con lo que normalmente es usado por las compañías con más volumen y presupuesto. Este tipo de publicidad conlleva también un estudio muy minucioso de todas las variables de la venta, un diseño y creatividad muy elaborados y unos periodos de preparación mucho mayores. Las empresas medianas y pequeñas tienen a su disposición otros canales, como radio local, prensa local, buzoneo, mailing, telemarketing, PLV, etc. A la hora de elegir el canal debemos estudiar bien qué tipo de usuarios suelen utilizar ese medio y a cuántos podemos llegar. También hay que planificar la creatividad y la imagen para que sea lo más atractiva posible. Hoy en día, hay algunos canales nuevos, que apenas se están utilizando y que, sin embargo, tienen un coste muy reducido, como las redes sociales. > Cómo lo vamos a implementar. No solo es importante hacer que la promoción resulte Mayo 2013 › Gaceta Business Gestión promocional Algo más que bajar precio “Es fundamental conocer nuestra empresa, a nuestros colaboradores y clientes para determinar las promociones más adecuadas y rentables.” atractiva y comunicarla bien, sino también el proceso que seguiremos en nuestros establecimientos para que sea fluida y tenga éxito: cómo colocar la cartelería o cualquier tipo de PLV (publicidad en el lugar de venta), el producto, el escaparate, etc. > Preparar a los equipos para venderla correctamente. Como hemos visto en los artículos de Gaceta Business de los meses de enero y febrero, el equipo es fundamental para el éxito o fracaso de cualquier acción comercial: su motivación, su implicación y su preparación para conocer perfectamente la promoción, saber argumentarla y venderla. Las promociones, por buenas que sean, no se venden por sí mismas si el equipo no las entiende y sabe poner en marcha. > Seguimiento durante la promoción. Algunos indicadores comerciales o ratios, como vimos en la Gaceta Business del mes de marzo, nos ayudan no solo a medir esta acción comercial, sino a tomar decisiones y poder “dirigir” las ventas para que al final se llegue a los objetivos marcados. También es conveniente planificar de antemano un plan de contingencia, teniendo en cuenta un plan de acción para aplicar todas las acciones correctoras en caso de que no tenga el éxito esperado. También se puede hacer un plan en el caso contrario, si tiene más éxito del esperado. La razón es que podría haber roturas de stock y problemas para dar respuesta a los clientes, con la consiguiente insatisfacción y pérdida de imagen. > Duración y periodo. Toda promoción tiene que tener una duración determinada, por lo que debemos seleccionar las fechas más adecuadas y determinar la duración total de la misma. > Análisis final de la promoción. Debemos analizar en profundidad los resultados. Este análisis no solo nos permitirá conocer el éxito y rentabilidad, sino que también nos enseñará mucho para mejorar la planificación y ejecución de campañas posteriores. Muchas de las promociones del mercado son reactivas, no proactivas, es decir, se hacen para dar respuesta a lo que hace la competencia. Esta falta de planificación es muy peligrosa y puede llevarnos a unos resultados muchas veces negativos. Normalmente la improvisación no suele ser amiga de los buenos resultados. Como decía William Shakespeare, “las improvisaciones son mejores cuando se preparan”. OBJETIVOS DE LAS PROMOCIONES Debemos tener muy claro el objetivo de la promoción. No siempre el objetivo principal es aumentar el volumen de ventas, aunque se trata del más común. Puede haber otros objetivos importantes, como captar nuevos clientes. Nuestra base de datos es un tesoro y nuestro principal activo, el cual debemos ir mejorando y “nutriendo”. Hay ciertas categorías en las que es muy importante conseguir mayor rotación y usuarios nuevos, como por ejemplo en lentes de contacto o cristales progresivos. › nº 481 ÓPTICA Otro objetivo puede ser disminuir y ajustar el stock de producto. El origen de las rebajas, evidentemente, está en un cambio de temporada y la necesidad de eliminar producto, que será cada vez más obsoleto. No olvidemos el componente moda tan marcado, especialmente en monturas y gafas de sol. A veces podemos intentar acelerar la venta de productos con menos rotación frente a otros más fáciles de vender habitualmente. Dar a conocer productos nuevos puede ser un objetivo prioritario. Existen una serie de productos poco conocidos por el público, que pueden aportar más valor añadido y fidelización e, incluso, nos pueden diferenciar de la competencia. Muchas veces es necesario potenciar estos productos, como lentes ocupacionales específicas para trabajar con el ordenador, lentes para conductores habituales, filtros especiales, etc. En nuestro mercado tenemos que intentar compensar la estacionalidad, es decir, hay productos como las gafas de sol que tienen una venta muy marcada en cuatro meses del año, con lo que debemos ajustar el stock y la exposición en distintas épocas. Las promociones nos pueden ayudar a realizar estos ajustes con nuestro stock y nuestra exposición. En muchas ocasiones, el objetivo es atacar o defendernos de la competencia. Normalmente en las guerras, “el vencido OFTÁLMICA acaba empobrecido, pero no enriquecen al vencedor”. Este objetivo puede llevarnos a no planificar correctamente y a no tener unos objetivos comerciales definidos, y por tanto, a unos resultados poco positivos. La renovación de producto por nuestros clientes, sobre todo en monturas, suele ser muy baja. Por esta razón, un objetivo muchas veces pasa por aumentar la frecuencia de compra o crear el hábito de usar varios productos (multipropiedad). En estos casos se suelen usar acciones de venta cruzada “bonificada” o de regalo. Uno de los objetivos de las grandes compañías puede ser mantener el nombre de la marca en la mente del consumidor. Cada marca tiene un espacio en la mente del consumidor y las grandes marcas deben trabajar para mantener o mejorar este posicionamiento. Si preguntamos a cualquier posible usuario en la calle por una marca, por ejemplo de progresivos o de lentes de contacto, seguramente tengan un orden en su mente. Lo mismo ocurrirá si preguntamos por tres o cuatro compañías de óptica. El ejemplo más claro de este tipo de campañas y promociones lo te- nemos en la marca de refrescos que todos estamos pensando en este momento… Por tanto, nuestra política promocional puede ser una gran herramienta de ventas, pero, si no se planifica y ejecuta correctamente, también puede volverse muy negativa para los resultados de nuestra empresa. Los artículos para esta sección deberán ser enviados por correo electrónico a la dirección: ijcosta@cnoo.es Bibliografía • Dionisio Cámara, “Gestión práctica de PYMES”. • Salvador Miquel Peris, “Distribución comercial”. • J. Strattford, “Manual del director de ventas”. • Manuel Artal Castells, “Dirección de ventas”. • Jacques Horovitz, “La calidad del servicio”. • José Ramón Carrasco, “Gestión práctica de establecimientos ópticos.” Mayo 2013 ›