Edvard Munch. Arquetipos

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Edvard Munch. Arquetipos
Del 6 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016
Comisarios: Paloma Alarcó y Jon-Ove Steihaug
La exposición Edvard Munch. Arquetipos presentará un amplio catálogo de modelos
emocionales del hombre contemporáneo. La muestra, que reunirá cerca de ochenta
obras del artista, uno de los padres de la modernidad junto a Cézanne, Gauguin y Van
Gogh, ha sido organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza (el único museo español
que tiene obra de este pintor) con la colaboración del Munch Museet de Oslo (del que
proceden la mitad de las obras exhibidas). Se trata de la primera muestra dedicada al
artista noruego en Madrid desde 1984.
Aunque según las propias palabras de Munch iba “a contrapelo del estilo moderno”,
Paloma Alarcó señala que “nunca abandonó la figuración pero se alejó de cualquier
imitación del natural a través de un lenguaje simbólico y expresionista muy radical y
del uso de diversas estrategias artísticas que le permitieron orientar el espacio hacia
una dimensión psíquica”. Mediante un sistema de metáforas, y de personajes y
acciones arquetípicas, Munch investiga una nueva fórmula artística en la que utiliza el
anonimato de sus personajes y la repetición de secuencias temáticas para “diseccionar
el alma”, como él mismo decía.
Imágenes de izquierda a derecha:
Edvard Munch. Las niñas en el puente, c. 1904 o 1933-1935. Kimbell Art Museum, Fort Worth, Texas /
Pubertad, 1914-1916. Munch-museet, Oslo / Autorretrato ante la fachada de la casa, 1926. Munchmuseet, Oslo
Más información e imágenes:
Museo Thyssen-Bornemisza – Oficina de Prensa.
Paseo del Prado, 8. 28014 Madrid. Tel. +34 914203944 /913600236.
Fax+34914202780.prensa@museothyssen.org; www.museothyssen.org;
http://www.museothyssen.org/microsites/prensa/2015/Munch
Nueve apartados componen esta exposición: Melancolía, Muerte, Pánico, Mujer,
Melodrama, Amor, Nocturnos, Vitalismo y Desnudos.
Melancolía:
Contagiado por el impresionismo, Atardecer
(1888) anticipa algo de la futura obra de
Munch. Su hermana Laura, que luego sufrirá
una enfermedad mental, aparece sola y
ensimismada. A partir de ahí, se produce una
reducción formal del paisaje y los rostros de los
personajes van perdiendo sus facciones.
Atardecer. Melancolía (y las sucesivas
versiones) o Madre e hija, de diferentes etapas,
son ejemplo del nuevo lenguaje artístico,
simbólico y poético, que acrecienta la intensidad
emocional.
Madre e hija, 1897. Nasjonalmuseet for
kunst, arkitektur og design, Oslo
Muerte:
“Enfermedad, locura y muerte fueron los ángeles
negros que velaron mi cuna”, dijo Edvard Munch
y a pesar de ello veía una alegoría de la
creatividad en estas circunstancias. Con La niña
enferma, se aleja del impresionismo: “Casi todo
lo que hice a partir de entonces tiene su origen
en esta pintura”. Aquí está personificado un
sentimiento existencialista y una visión del miedo
a la muerte. De esta obra hizo varias versiones
pictóricas y grabados. La composición de Muerte
La niña enferma, 1907.
Tate, donación de Thomas Olsen
en la habitación de la enferma (1896) remite a
una puesta en escena teatral, cargada de drama
y dolor.
Pánico:
Munch tenía pánico a las multitudes y sentía la ciudad de una manera traumática. La
versión litográfica de El grito, de 1895, presente en la exposición contiene todos los
elementos de angustia existencial de la obra original (la publicación de esta litografía
en La Revue Blanche en diciembre de 1895 marca el inicio de la estrecha identificación
del pintor con esta obra).
Mujer:
Idealizada
(femme
fragile)
o
demonizada (femme fatale), según
dos
arquetipos
contrapuestos,
aparece la mujer en la obra de
Munch, que la convirtió en centro de
su universo pictórico. Pubertad (19141916) es ejemplo del primer modelo,
así como Noche de verano. La voz
(1894). Por su parte, Mujer (1925)
representa tres etapas vinculadas al
proceso biológico de la vida sexual
femenina: la femme fragile, la fatale y la mujer madura. La litografía Mujer pelirroja
con ojos verdes (1902) pertenece al grupo de la mujer que domina.
Mujer, 1925. Munch-museet, Oslo
Melodrama:
El teatro de Ibsen y de Strindberg influye en la composición de algunas pinturas del
artista noruego, como queda patente en la serie La habitación verde. Los personajes
parecen estar en un pequeño escenario, se mueven intranquilos, proyectan una cierta
claustrofobia. Celos, en sus versiones pictóricas o
litográficas, enfrenta las figuras (la mujer y el
hombre protagonistas de la escena) al espectador
de manera directa.
Amor:
En la mayor parte de las representaciones del
amor en la obra de Munch hay un cierto deleite en
el lado oscuro del sentimiento. Es el caso de El
beso, del que hay varias versiones en la exposición,
cuyos personajes entrelazados van perdiendo sus
límites. En la Mujer vampiro está la sensualidad
perversa y el mordisco como posesión física y Mujer vampiro en el bosque, 1916-1918.
Munch-museet, Oslo
psicológica.
Nocturnos:
Partiendo del paisaje como reflejo de la tensión emocional, las escenas nocturnas
acentúan la intensidad dramática. En Bajo las estrellas (1900-1905), los amantes se
abrazan en la oscuridad; en Noche de invierno (1900-1901) y en La casa roja en la nieve
(1925-1926), los árboles parecen surgir del inconsciente: las sombras se interponen
entre la visión y la percepción sensorial.
Vitalismo:
Edvard Munch regresa a Noruega en
1909, tras un exilio voluntario en
Francia y Alemania. Un sentimiento
nacionalista, una voluntad de
replanteamiento
artístico,
un
sentimiento de armonía le llevaron a
centrarse en motivos plásticos más
terrenales.
Introdujo
en
sus
Adán y Eva, 1909. Munch-museet, Oslo
composiciones árboles robustos
como expresión de la fuerza vital y como símbolo de la cadena metabólica de la vida. El
manzano (1921), Adán y Eva (1909) o Las niñas en el puente (1933-1935) muestran
esta faceta.
Desnudos:
Muchas de sus figuras poco tienen que ver con el problema pictórico del desnudo,
pues personifican pasiones y sentimientos, pero en sus desnudos aislados, a menudo
pintados a partir de modelos de estudio, Munch juega con dos cualidades corporales:
la óptica y la táctil. También se interesó por un tema clásico como es el de la modelo y
el artista. Ejemplos de todo ello se encuentran en este apartado que cierra la
exposición.
FICHA DE LA EXPOSICIÓN
Título: Edvard Munch. Arquetipos
Organizadores: Museo Thyssen-Bornemisza, en colaboración con el Munch Museet de
Oslo
Fechas: Del 6 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016
Comisarios: Paloma Alarcó, jefa del área de pintura moderna del Museo, y Jon-Ove
Steihaug, director de colecciones y exposiciones del Munch Museet
Coordinadora: Clara Marcellán, área de pintura Moderna del Museo ThyssenBornemisza
Número de obras: 79 (53 pinturas y 26 grabados)
Publicaciones: Catálogo con textos de Paloma Alarcó, Patricia G. Berman y Jon-Ove
Steihaug (edición en español e inglés). Guía didáctica. Publicación digital en la app
gratuita Quiosco Thyssen para tabletas y smartphones, en español e inglés.
INFORMACIÓN PRÁCTICA:
Dirección: Paseo del Prado 8. 28014, Madrid.
Horario: lunes y domingos de 10 a 19 h. y de martes a sábado de 10 a 22 horas.
Último pase una hora antes del cierre.
Tarifas:
Exposición temporal:
Entrada general: 11 €
Entrada reducida: 7 € para mayores de 65 años, pensionistas, estudiantes previa
acreditación y familias numerosas.
Exposición temporal + Colección Permanente:
Entrada general: 17 €
Entrada reducida: 9 €
Entrada combinada exposiciones
Edvard Munch + Vogue like a painting
Entrada general: 13€
Entrada reducida: 8€
Edvard Munch. Arquetipos + La ilusión del Lejano Oeste
Entrada general: 14€
Entrada reducida: 9€
Entrada gratuita: Menores de 12 años y ciudadanos en situación legal de desempleo.
Venta anticipada de entradas en taquillas, en la web del Museo y en el 902 760 511.
Audio-guía, disponible en varios idiomas.
Más información: www.museothyssen.org
INFORMACIÓN PARA PRENSA:
http://www.museothyssen.org/microsites/prensa/2015/Munch
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