Tintorero: una colorida feria artesanal con más de dos décadas de historia Quíbor, 16 Ago. AVN.- La Feria Internacional de Tintorero constituye la fiesta artesanal con mayor tradición en el estado Lara y uno de los eventos artesanales con mayor legado orfebre en Venezuela y quizás en América Latina. Esta fiesta de piezas utilitarias y decorativas, realizadas con las manos de pueblos que crean arte, cumple este agosto 22 años de vida, de tradición y de costumbres ancestrales. Este encuentro de saberes de artesanos del mundo, con miles de visitantes de todo el estado Lara, Venezuela y de otros países, será renovado a partir de este viernes, cuando se inaugure a las 4:00 de la tarde su edición número 22, con la presencia de más de 700 artesanos de Venezuela, que expondrán sus piezas durante 9 días en esta aldea artesanal larense. Aldea de Tintorero: una historia de trabajo, tesón y vida Tintorero es la capital de la parroquia Sixto Sarmiento, del municipio Jiménez (Quíbor), del estado Lara, población localizada en el kilómetro 20 de la carretera Barquisimeto-Carora. Tintorero significa “sembrar y cosechar” y los orígenes de esta aldea se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX, vinculados a un pozo que había cerca del pueblo. Cuentan que los pobladores se vestían con tela unicolor de cocuiza, razón por la cual siempre andaban con atuendos de un solo color: el beige. A algunos pobladores se les ocurrió comenzar a pintar la cocuiza con diversos colores llevando las ropas al pozo, desde donde comenzaron a mezclar múltiples colores con diversos materiales. Estos eran extraídos de la tierra, de las plantas y de los árboles, que mezclaban con el agua. A este pozo le llamaron Tintorero, origen del nombre del pequeño pueblo larense, partido en dos por la carretera Lara-Zulia. El artesano Sixto Sarmiento fue uno de los primeros pobladores que, en compañía con otros amigos de la época de principios del siglo XX, comenzó a trascender la elaboración artesanal de cobijas, hamacas y todo objeto surgido del tejido de la lana. Este proceso incluía desde la crianza de las ovejas hasta la construcción de los telares y la comercialización de los productos. Así se dio a conocer Sixto, quien además de tejedor fino de múltiples hilos de colores fue un dedicado violinista de agudas notas y mejores acordes, además de prolífico padre de 17 hijos. En Tintorero había muchas ovejas y sus pobladores extraían la lana para hacerse sus vestidos, camas y las cobijas. La lana se constituyó en la principal herramienta de trabajo para esta aldea de artesanos, compuesta por un pequeño grupo de familias, entre las cuales destacaban los Sarmiento, los Rodríguez, los Torrealba, los Ochoa, los Martínez, los Ruiz y los Montes, entre otros. Con la lana, sus pobladores hacían a mano cobijas, hamacas y manteles, así como construían sus enseres de madera, barro y arcilla para la casa. De esta manera, comenzó a popularizarse esta aldea por los maravillosos objetos que surgían de sus manos laboriosas llenas de tesón, de trabajo y de vida. Homenaje a la artesana Carmen Montes Una vez multiplicado el trabajo artesanal de esta población se construyó la aldea turística de Tintorero, ubicada a la orilla de la carretera Lara-Zulia, vía del occidente de Venezuela, donde sobresale un alto y delgado obelisco de hierro que le toma el pulso al viento. También locales artesanales, construidos uno al lado del otro, donde venden las mercancías los artesanos, y una manga de coleo que alegra la vida de la aldea algunos fines de semana. Este pueblo se catapultó como epicentro cultural y turístico en el ámbito nacional e internacional por su feria artesanal, que se realiza anualmente en esta aldea con la presencia de centenares de artesanos de Venezuela y otros países. Tintorero se terminó de consolidar como aldea artesanal y turística con el otorgamiento del Premio Nacional de la Cultura Popular Aquiles Nazoa en la década de 1990. Allí se tejen cobijas, hamacas y masayas; se construyen cofres, cubiertos y otros utensilios y adornos de madera para la mesa y la cocina. Se moldean vasos, tazas, vasijas, platos de cerámica y barro finamente bordeados de colores, pero en Tintorero igualmente se tejen sueños, esperanzas y un futuro más honesto, justo y libre para los artesanos. Este año, la feria será en homenaje a una de las tejedoras de mayor tradición en esa aldea, Carmen Consuelo Montes, Cheli, nieta de Sixto Sarmiento. Sobre su nieta el artesano dijo alguna vez: “Yo siempre vigilo su trabajo porque ella será heredera de mi arte”. En torno al homenaje, Carmen Montes comentó: “Tiene un significado muy grande para mí por lo que representa nuestro viejo Sixto Sarmiento. Él me enseñó el arte de tejer y yo se lo he trasmitido a las nuevas generaciones”. Recordó que a la edad de 9 años comenzó como artesana. “Comencé a hacer la cañuelita y luego a hilar la lana, a hacer la cobija y todo el proceso de tejer con la lana. Luego llegó el hilo pabilo”. “Para mí lo más bonito de todos estos años de vida como artesana es que se tome en cuenta al artesano y que este arte perdure por los siglos de los siglos”, expresó. Al menos 12.000 personas se espera que visiten diariamente la XXII Feria Internacional Artesanal de Tintorero, para observar y adquirir piezas de más de 700 artesanos, al tiempo que disfrutan de otros atractivos culturales y turísticos que se mostrarán en este encuentro. 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