INTRODUCCIÓN En el mundo encontramos miles de placeres necesarios e innecesarios que tienen la posibilidad de lograr satisfacer necesidades básicas; si se plantea de forma filosófica puede traer consigo algunos pensamientos de Epicuro en relación con los deseos del ser humano, conversaciones amenas, placer sexual, y demás deseos. Pero, ¿Cuáles son en realidad los placeres y riesgos necesarios para poder formar una “vida feliz y placentera”? Dentro de esta temática se encuentra lo que es natural, lo que se puede conseguir fácilmente de cierto modo, mientras lo que es banal, es aún más difícil de adquirir. Para poder diferenciar y conseguir de manera adecuada lo que se necesita realmente para una buena vida se mostrarán los diversos puntos de vista sobre el pensamiento de Epicuro que nos ayudará a alcanzarlo, para brindar un bienestar y una tranquilidad para el alma. De la misma manera hay que apreciar lo que se llama el bien supremo y el mal supremo que nos hace referencia al placer y al dolor, hay que saberlos conllevar sabiamente para lograr afrontar las riquezas y bienes materiales situando un orden de importancia teniendo en cuenta lo que le hace bien a el alma y al cuerpo del mismo modo, esto daría un paso a un buen vivir, administrando de manera correcta lo ya mencionado; Pero para poder comprender todo esto que se quiere exponer se encuentra la necesidad de mantener a Epicuro presente dándonos a conocer todas las bases necesarias para llegar a lo que enriquecerá y lo que no a el alma y con ello al cuerpo. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 1 OBJETIVO GENERAL Analizar, desde un modo investigativo, como se puede identificar o distinguir los diferentes placeres necesarios e innecesarios apoyándose en lo que son vistos en la sociedad. OBJETIVOS ESPECIFIOS Enseñar la singularidad de cada placer del hombre en oposición de como se ve en la modernidad y como en realidad deberían ser. Argumentar que los placeres son un bien en la medida que se realicen según su verdadera naturalidad, en desigualdad del enloquecido concepto del placer hoy en día. Buscar ampliamente el concepto que se tiene del placer porque a su vez puede ser un dolor, aceptándolos con la razón y teniendo presente sus posibles consecuencias. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 2 RESUMEN Existen varias clases de placeres como los naturales necesarios: alimentarse, abrigarse; todos aquellos que son fáciles de complacer supliendo las necesidades innatas del hombre. Están además los naturales pero no necesarios pertenecientes a las conversaciones agradables y la gratificación sexual; se encuentran también los placeres no necesarios ni naturales dando lugar al dominio, la fama y el poder. Se puede distinguir entre dos tipos de placeres, los del cuerpo: tienen un alto grado de importancia basándose en el apetito al igual que el dolor físico; los del alma: son duraderos, pueden aliviar o eliminar los dolores del cuerpo. La complacencia es un bien, pero el dolor es un mal que se debe administrar con prudencia e inteligencia, teniendo en cuenta que en momentos no está de más rechazar algunos placeres que causen sufrimientos. ABSTRACT There are several kinds of natural pleasures as needed: food, shelter; all those who are easy to please supplying the innate needs of man. They also are natural but not necessary belonging to the pleasant conversations and sexual gratification; they are also the natural pleasures neither necessary nor giving rise to dominance, fame and power. One can distinguish between two kinds of pleasures, the body: they have a high degree of importance based on the appetite as well as physical pain; the soul: they are durable, can alleviate or eliminate body aches. Complacency is a good, but the pain is an evil that must be administered with prudence and intelligence, considering that at times it is worth rejecting some pleasures that cause suffering. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 3 EL PLACER COMO NATURALIDAD Y NECESIDAD PARA EL HOMBRE Se dice que para llegar a una felicidad se debe vivir con placeres, pero no cualquier tipo de placer, se necesita diferenciar los pensamientos de cada ser, dando así a entender que no todos los placeres son buenos ni necesarios, como también existen algunos que son necesarios en la cotidianidad para tener un poco de estabilidad. El hombre puede complacer sus placeres o deseos siempre y cuando sean naturales y necesarios, pero así mismo satisfaciéndolos de la forma más austera posible, para ello se debe ser consciente que por un deseo o placer no se debe poner en riesgo una amistad, una economía, entre otras cosas, por solo un placer innecesario y desaforado, por un momento que se convierte en algo efímero trayendo al mismo tiempo en un futuro posibles consecuencias dolorosas; como dice Aristóteles: “La cólera, las pasiones sexuales y otros estados similares alteran el cuerpo y, en algunos hombres, incluso, producen locura” (Ética a Nicómaco, Aristóteles). Epicuro explicaba una clase de placeres necesarios, innecesarios y naturales que se basaban en: los naturales y necesarios que tratan de calmar aquellas necesidades básicas para el hombre, conservando así la vida de la humanidad por ello se deben satisfacer en todo momento, pero una vez se haya cumplido o atendido a esta necesidad se debe parar, no seguirlo calmando innecesariamente cuanto ya no está o ya fue satisfecho, como en la actualidad en el caso de las relaciones sexuales que ya no solo se busca satisfacerlas por su necesidad de placer y reproducción, sino por un deseo desaforado e innecesario, “por calmar unas ganas”, poniendo en riesgo así la propia estabilidad por sus consecuencias, Susana Castellanos dice en uno de sus libros: “El autodominio y moderación recibirán recompensa; pero que si prevalece el deseo físico, si permitimos que la pasión nos arrastre al exceso (hybris) y si actuamos en contra del buen juicio, se desencadenará una tragedia” (Amores Malditos, Castellano de Zubiría, Susana) Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 4 Otros placeres son los naturales e innecesarios, estos constituyen la redundancia innecesaria de los anteriores como lo ya mencionados, el comer más de lo necesario, el buscar mucho más de algo que ya se tiene, la gratificación sexual de la que ya se mencionó, así que estos placeres no hacen desaparecer el dolor corporal sino que solo lo modifican y pueden causar un daño notable. Por ultimo están los no naturales e innecesarios, que se centran en la búsqueda de riquezas, se puede evidenciar en la lucha o búsqueda de algo completamente pasajero, efímero, como lo es el buscar una fama, un poder ya sea político para un prestigio en la sociedad , de honores importantes, estos placeres nunca quitan el dolor o la necesidad del cuerpo y aparte de esto siempre están causando intranquilidad al alma, pues las riquezas sobrantes o innecesarias provocan en el alma un aumento de deseo cada vez más y más. Según Werner Jaeger: “El peligro demoniaco se halla en la insaciabilidad del apetito que siempre desea el doble de lo que tiene por mucho que esto sea (…) La convicción solónica de un orden divino del mundo halla en esta dolorosa verdad su más fuerte fundamento” (Paideia, Jaeger, Werner). Por todo esto Epicuro solía decir una frase que describe muy bien cómo se podría actuar en pocas palabras frente a estos placeres “La mejor relación con los placeres consiste en satisfacer los naturales y necesarios, limitar los naturales e innecesarios y esquivar los no naturales e innecesarios“(Epicuro) Epicuro en la Carta a Meneceo dice un poco también que se debe considerar algunos deseos que son naturales, así como también hay unos vanos, algunos de los naturales son también necesarios como otros simplemente son naturales; de los necesarios unos son para lograr llegar a una felicidad, otros buscan el bienestar del cuerpo y otros el bien para la propia vida. Un conocimiento bien tratado e investigado sobre estos deseos puede llegar a ser suficiente para llegar a una elección o rechazo Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 5 hacia la salud del cuerpo y serenidad del alma, más se considera este el final de una vida feliz. Después de que se trató un poco las clase de placeres que hay y cómo se pueden controlar, también hay que saber que no exactamente hay placeres malos, como los naturales e innecesarios, solo que también influye la medida en que se realicen estos placeres, dependiendo de su naturalidad y aceptando antes de realizarlos las posibles consecuencias que pueden traer para un futuro; por ello no debemos elegir cualquier placer, sino que también se deben evitar muchos placeres cuando se sabe que pueden traer consecuencias molestas. En muchas oportunidades se ha considerado que hay dolores que son preferibles que los placeres. En realidad todo placer por su naturaleza es un bien pero no todos esos placeres que se presentan se deben aceptar, como también se sabe que el dolor es un mal pero que no siempre se debe rechazar, hay que actuar con conciencia frente a esas cuestiones, teniendo también muy presente las consecuencias de todas y cada una de estas acciones ya que en momentos no se ve lo bueno de un dolor o lo malo de un placer. Según las ganancias y los perjuicios hay que juzgar sobre el placer y el dolor, porque algunas veces el bien se torna en mal, y otras veces el mal es un bien. Marco Tulio Cicerón, en su libro “Del sumo bien y del sumo mal”, expone que: "Ni tampoco hay nadie que ame, persiga y quiera alcanzar el dolor mismo porque sea dolor, sino porque a veces se dan las circunstancias de tal manera, que con esfuerzo y dolor puede obtener algún gran placer. En efecto, para ir a cosas insignificantes, ¿quién de nosotros asume algún ejercicio físico trabajoso si no es para conseguir alguna ventaja de él? Por otra parte, ¿quién censuraría con razón a aquel que quiere estar en un placer al que no siga ninguna molestia, o a aquel que huye del dolor con el que no se produce ningún placer? Pero sin duda acusamos y juzgamos como los más dignos de un justo aborrecimiento a aquellos que, ablandados y corrompidos por el encanto de los placeres presentes, Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 6 cegados por el deseo, no prevén los dolores y las molestias que han de sucederles, y están en falta semejante quienes abandonan sus deberes por debilidad de espíritu, es decir, por huir de esfuerzos y dolores." (Del sumo bien y del sumo mal, Cicerón, Marco Tulio) Epicuro define la prudencia como la virtud para elegir y ordenar los placeres, como ya se dijo, los placeres de los cuales se habla acá no son los placeres puramente hedonistas, sino que se refieren al “no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma”. Dice que la prudencia enseña que no se puede vivir con placer si no se vive con cordura, honestidad y justicia, ni vivir con cordura, honestidad y justicia sin vivir con placer. Por esto, dice que las virtudes son inseparables de una vida placentera, y una vida placentera conlleva a una vida llena de virtudes. Es por esto que la prudencia nos indica cuáles son los dolores que realmente constituyen un dolor en sí mismos, y cuáles son causados por la falta de satisfacción de los placeres innecesarios. De esta forma, si no se consigue una virtud de este tipo, nunca se podrá asegurar una vida feliz, puesto que nunca se acabarán de saciar todos los dolores: estos seguirán apareciendo en tanto no sepamos diferenciar los placeres necesarios de los innecesarios. Por ello el camino a la vida feliz es el mismo camino de la virtud y de la prudencia. Este nos permitirá saciar los placeres necesarios, calmar los innecesarios, y aceptar los dolores y los esfuerzos cuando después de estos se obtenga un mayor placer; y sólo cuando hayamos satisfecho estos dolores, encontraremos el mayor placer, pues el placer no existe en sí mismo sino que lo hace en oposición al dolor. Esto es: el mayor placer lo constituye la ausencia de dolor. Así que para poder alcanzar una felicidad se debe considerar el tener una vida llena de verdaderas amistades y placeres mesurados con el mínimo dolor posible consiguiendo así una tranquilidad plena del alma. En la actualidad no aparenta ninguna manera preparada para rehusarse a un verdadero hedonismo, es decir, establecer algo decente respecto al placer, al gozo, al sabor de la Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 7 vida y sentir en ello la felicidad. Pero para obtener esos grandes placeres y gozos de la vida se empezara por ponerse a gusto con una vida sencilla, en un arte del descanso, un recto hedonista y comunitario. Uno de los pensamientos de Platón es la idea del bien que dice: “Los placeres necesarios e innecesarios se basan en que el bien, entre el placer y la sabiduría, un estado del alma que no puede reducirse al placer corporal, sin tener en cuenta las necesidades del espíritu, no se basa en alejarse de la vida y omitir los placeres, si no que se debe tener control y moderación frente a el placer y los deseos ya que muchos es solo una copia de la vida verdadera” (Platón y la idea del bien) El placer es más que éxtasis, pasión o intensidad y que incluso, la vida moral y puede ser tan placentera como la vida sexual y el deseo. Viendo los diferentes puntos de vista de los placeres tanto necesarios como innecesarios se tiene como resultado que, los placeres suplen las principales necesidades del ser humano teniendo en cuenta los dos aspectos que da a conocer Epicuro, que son, los placeres del alma y del cuerpo, supliendo así las necesidades tanto buenas como malas. En la sociedad se ven los placeres como saciarse en la vida fácil y principalmente para llenar vacíos, los cuales afectan al individuo en su entorno, y a su vez perjudica a sus más allegados. Epicuro deseaba procurar el sosiego necesario para una vida llena de felicidad y de placer en la que el temor hacia el destino o la muerte queden en el olvido, pues el hombre debe rechazar los miedos y supersticiones que no dejan llevar una vida tranquila. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 8 Los epicúreos decían que el placer verdadero si puede ser alcanzable por medio de la razón, se encuentra el placer con tranquilidad y apoyaba la reducción del deseo sobre el adquirir inmediatamente el placer, y así el placer y el bien pueden ser lo mismo, podrían llegar a formar el placer más grande trayendo como consecuencia una vida simple, moderada, viviéndola con amigos y verdaderos placeres satisfactorios. No es bueno realizar algo que no te haga sentir bien, si cuando lo experimentas y después deseas tener las consecuencias, y estas deberían hacerte sentir bien según la razón, pero en momentos no se piensa con razón y a veces por querer tener placeres momentáneos o efímeros muy intensos se puede sacrificar el bienestar futuro. Por ello se concluiría que la búsqueda de un placer que lleve a la felicidad, la razón influye decisivamente al poder encontrarla, pues el razonamiento permite llegar a un total sosiego, la cual Epicuro la veía como “un mar en calma” cuando ninguna tempestad lo azota y trae consigo una libertad ante pasiones. En conclusión no hay placer que sea malo en sí mismo, lo que es malo son las desagradables consecuencias que pueden resultar si no se trata con la razón. Si todo placer permaneciese y afectase a todo el cuerpo y no solo a una o dos partes, no habría diferencia entre un placer u otro; todos ellos serían igualmente deseables. Si las cosas que provocan placer a los hombres y mujeres silenciosos los liberase de tener mentes perturbadas, es decir, si una vida así los liberase del temor a Dios, el temor a la muerte y el temor al dolor, y si aquellas cosas les enseñaran como manejar racionalmente sus deseos, no veríamos nada malo con esos hombres y mujeres; ellos habrían alcanzado la cima del placer y estarían libres de todo sufrimiento corporal y mental, que es el principio y el fin de todo mal. Si no hubiera ningún límite natural para el placer, tomaría una eternidad satisfacer el número infinito de deseos que uno pudiera imaginar y soñar. La mente, sin embargo, es capaz de descubrir el límite natural y la cima del placer; es además capaz Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 9 de liberarnos de todos los temores de cualquier vida después de la muerte, de forma que no necesitamos, no deseamos, ni tenemos a la eternidad. Por lo tanto, aun si nos llegase la hora de partir de esta vida, podemos acercarnos a nuestro descanso final con la absoluta confianza que hemos gozado todo el placer que fue posible gozar. El individuo que aprende cuales son los limites naturales del placer sabe cuan poco se requiere verdaderamente para satisfacer sus necesidades y tener una vida feliz, y cuan fácil es obtenerla. Por lo tanto, es innecesario malgastar su vida luchando y fatigándose. Se puede concluir de todo lo anteriormente mencionado que, la felicidad puede consistir en vivir en continuo placer, ya que el placer para algunas personas es algo que excita los sentidos, pero los placeres que excitan los sentidos son los placeres sensuales, otros placeres pueden ser basados en el dolor o el la ausencia por algún tipo de consecuencia. Se debe satisfacer los placeres naturales necesarios de la forma más económica posible. Pueden perseguir los placeres naturales innecesario hasta la satisfacción del corazón, mas no llegar a un extremo, no arriesgar la salud, la amistad, en busca de un deseo efímero e innecesario ya que eso puede conducir a un sufrimiento; evitar los placeres innecesarios ya que el producto d esto es efímero. Frente a la sociedad los placeres se vuelven innecesarios por la búsqueda de ese placer efímero, de algo pasajero, buscan satisfacer un deseo sexual o una sensación momentánea creando así un desconsuelo y soledad en su ser. Cuando se dice que el placer es el soberano bien, no hablamos de los placeres de los pervertidos y de los crápulas, como pretenden algunos ignorantes que atacan y desfiguran el pensamiento. Se habla de la ausencia del sufrimiento para el cuerpo y de la ausencia de inquietud para el alma. Porque no son los borrachos, ni los banquetes continuos, ni el goce con jovencitos, ni con mujeres, lo que proporciona una vida feliz, más bien es la razón, buscando sin cesar los motivos legítimos de elección o de aversión y aparto de las opiniones que llenan el alma de inquietud. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 10 CONCLUSIONES A la hora de suplir la naturaleza de los placeres necesarios e innecesarios, se debe de tener en cuenta antes de actuar cuales consecuencias, malas o buenas, pueden traer el satisfacer estas necesidades. Cuando se cumple la satisfacción de un placer se debe aceptar con madurez e inteligencia que ya basto, que ya es suficiente, no volviéndolo algo desmesurado y efímero, causando en esto ya un placer no satisfactorio a la hora de cansarte de él. En la actualidad hay un desbocado concepto del placer, solo se ve como si consistiera solo en la satisfacción sexual del ser, pensando así que es algo placentero así sea constante, pero sin conciencia de lo que puede llegar a causar en un futuro, ya no es realmente un placer, ya solo es un momento efímero. Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 11 BIBLIOGRAFIAS Amores Malditos (Susana Castellano de Zubiría) Cartas a Meneceo (Epicuro) Ética a Nicómaco (Aristóteles) Paideia (Werner Jaeger) Del sumo bien y del sumo mal (Marco Tulio Cicerón) Hitos en el mundo del pensamiento: historia de la filosofía (Johannes hirschberger) Enciclopedia Autonomica Quillet, Tomo 1 CIBERGRAFIAS http://filosofia.laguia2000.com/filosofia-griega/platon-y-el-bien http://definicion.de/placer/ http://blogs.catholic.net/analisisyactualidad/2009/07/06/el-placer-y-la-etica/ http://www.fronterad.com/?q=necesidad-placer https://sites.google.com/site/filosofosfelices/el-epicurismo/el-placer-de-epicuro http://www.filosofia.org/cla/ari/azc01201.htm http://www.razonypalabra.org.mx/fcys/2001/3sep.html Álvarez, Zuleta, Zuluaga. 12