CONGRESO MARX INTERNATIONAL VI, Paris (Sorbonne) et Nanterre (Université de Paris-Ouest-Nanterre-La Défense), Septiembre 22/25 de 2010 CRISIS, REBELIONES, UTOPIAS VALOR DE LA FUERZA DE TRABAJO Y SALARIO EN MÉXICO (1934-2010): ANÁLISIS, PERSPECTIVAS Y ALTERNATIVAS A PARTIR DE LA LEY GENERAL DE ACUMULACIÓN CAPITALISTA Y DE LA TEORÍA DEL EJÉRCITO INDUSTRIAL DE RESERVA Abelardo Mariña Flores (abmf@prodigy.net.mx) Crista Berenice Pérez Padilla (crista.bpp@gmail.com) Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco México La ley general de acumulación capitalista -particularmente la teoría del ejército industrial de reserva- junto con la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia permiten explicar, desde la perspectiva de la lucha de clases, las tendencias de largo plazo del valor de la fuerza de trabajo (y su expresión monetaria en el salario medio nominal) y las fluctuaciones de los salarios de mercado alrededor del salario medio. Como fundamento teórico-conceptual de este trabajo, se considera la naturaleza doble de las determinaciones del valor de la fuerza de trabajo y de los salarios de mercado: "económicas" (tasas de acumulación y de innovación tecnológica, dinámica de la productividad social del trabajo y de los precios de los bienes-salario, etc.) y sociales y políticas (organización de los asalariados, políticas estatales) que, en conjunto, determinan la correlación de fuerzas específica entre capital y trabajo asalariado que, en el marco general de la lucha de clases, condicionan las negociaciones salariales. Empíricamente, en el trabajo se analiza la articulación dinámica entre el valor de la fuerza de trabajo (tendencias de la tasa de crecimiento del salario nominal por ocupado), los precios de los bienes-salario (tendencias de la tasa de crecimiento del índice de precios al consumidor) y el salario real (tendencias de la tasa de crecimiento) en México desde 1934 hasta 2010. Se detectan varias tendencias: i) En la segunda mitad de la década de 1930, salida de la gran depresión, la dinámica del valor de la fuerza de trabajo es decreciente por la tendencia decreciente del salario real y a pesar de la tendencia creciente de los precios. ii) En la década de 1940, cuando inicia la onda larga expansiva, la dinámica del valor de la fuerza de trabajo es creciente: en un inicio, por la dinámica creciente de los precios a pesar de la disminución del salario real; después, por la dinámica decreciente de los precios a pesar de la dinámica creciente del salario real. iii) En la década de 1950 y la primera mitad de la década de 1960, el mecanismo de plusvalor relativo parece operar plenamente pues la dinámica del valor de la fuerza de trabajo es decreciente (lo que es favorable para las tasas de plusvalor y ganancia) por la dinámica decreciente de los precios (asociado a la dinámica de la productividad en los sectores de bienes salario) y a pesar de la dinámica creciente del salario real. iv) En la segunda mitad de la década de 1960 la dinámica del valor de la fuerza de trabajo se vuelve creciente por la dinámica creciente de los precios (estancamiento de la dinámica de la productividad, sobre todo en el sector agropecuario). v) Durante la fase de crisis estructural (fin de la onda larga expansiva, asociada a la caída en la tasa general de ganancia: 1969-1981), la dinámica creciente del valor de la fuerza de trabajo se profundiza: hasta 1976 por las políticas keynesianas de expansión de la demanda efectiva; a partir de 1977, a pesar de la dinámica decreciente del salario real (que incluso se vuelve negativa en 1977, por la dinámica creciente de los precios. Entre 1982 y 1987, cuando se impone el neoliberalismo, el valor de la fuerza de trabajo sigue incrementándose por el aumento de precios a pesar de la contracción del salario real. vi) A partir de 1987 se presenta un proceso de destrucción del capital variable (desvalorización de la fuerza de trabajo) sustentado en la modificación de las normas "sociales" (subsumidas al capital) de negociación del salario, NO en función de la inflación pasada, sino de la inflación esperada. Durante la actual crisis, los salarios reales en México han vuelto a contraerse; y las perspectivas de una mayor reducción como estrategia estatal para reactivar la economía están presentes, particularmente por la nueva ofensiva gubernamental para reformar la legislación laboral. Por tanto, se hace imperativo reivindicar como principio irrenunciable de justicia social, más allá de la adversa coyuntura actual y de los criterios convencionales de "eficiencia", "productividad" y "competitividad", la recuperación inmediata del salario real (la revalorización de largo plazo de la fuerza de trabajo). Las bases materiales concretas para construir -económica, social, ideológica y políticamente- las precondiciones de esta recuperación implican un programa inmediato que promueva la inversión productiva (frente a la no-productiva), especialmente en sectores de bienes salario, la innovación tecnológica frente a la flexibilización del trabajo, la rigidización de las relaciones laborales (encarecimiento de la fuerza de trabajo) como base para incentivar la inversión productiva y la innovación tecnológica, patrones de consumo distintos, etc. Dada la lógica de funcionamiento del capitalismo en general, y del capitalismo en su fase neoliberal en particular, este programa necesariamente debe desembocar en la reivindicación de la abolición de la explotación del trabajo asalariado y, por tanto, del propio capitalismo.