Breve historia de la moneda más devaluada del planeta

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Breve historia de la moneda más devaluada del planeta
un nuevo sistema monetario se gesta en los Brics y la República Bolivariana de Venezuela debe
tener un rol protagónico. En las últimas semanas hemos visto con mucha atención, y con gran
preocupación, el desempeño desesperado de los EEUU. La autoflagelación ambiental que el gobierno
y la burguesía de ese país le provoca a su propio pueblo, debido a la extracción de esquisto por
medio de la técnica del fracking. Por otra parte su involucramiento (consciente y premeditado) en
todas las áreas de conflicto del planeta, la mayoría de los cuales son causadas por esa particular
propensión a la injerencia en asuntos de otros estados, que le brinda su estatus de imperio global. Lo
peor de todo esto es que la realidad se presenta para el golpeado y desesperado imperio, como un
gigantesco monolito de acero macizo que aparece en su camino mientras no puede controlar su
velocidad. Estrellarse es inevitable. Los BRICS, han venido construyendo una geopolítica económica
y soberana, con elevados resultados diplomáticos. Pareciera que esa filosofía asiática-china de no
confrontar directamente al enemigo, al contrario, crear las condiciones para que él mismo se
debilite, le ha funcionado muy bien ante el soberbio imperio. Los acontecimientos han sido
paulatinos pero vertiginosos en su rapidez: China ya casi releva a EEUU como potencia mundial, en
lo económico ya lo hizo en el tercer trimestre del 2014, al superar el PIB de EEUU a paridad del poder
de adquisición. Las adecuaciones en el inmenso sistema militar chino, la descomunal inversión con
la asistencia tecnológica de Rusia, sugieren que la doctrina del nuevo siglo americano palidece ante
este “nuevo milenio Chino”. No es sarcasmo, es que si revisamos la historia, comparamos el dominio
del imperialismo gringo-europeo con la historia económica de China, y la historia del imperio sería un
parpadeo casual. La gran China se ha planteado una estrategia pluri secular, con niveles de
inversión que multiplican los niveles del Plan Marshall[1]. China apuesta a la zona económica y de
desarrollo político, social y cultural de Eurasia, las proyecciones prevén que para el 2050, la
economía mundial retomará su cauce a través de la “Nueva Ruta de la Seda”, no se trata de vender
seda, se trata de recuperar las antiguas rutas comerciales terrestres y marítimas que conectan al
gigante asiático con el resto del mundo. El patrón a utilizar es de los mega-aglomerados urbanos,
que funcionan como nudos de desarrollo económico. Cada conglomerado de ciudades poseen
alrededor de 60 millones de personas, sólo China ya tiene 20 de estos en su territorio, y la idea es
que haya 50 entre Pekín y Moscú. Cabe destacar que 60 millones de habitantes es la población
media de los 5 grandes países europeos. El acuerdo económico multimillonario entre China y Rusia,
entre Rusia e India y todos los acuerdos económicos que se gestan entre los miembros BRICS, dejan
entrever que el planeta se prepara para un sacudón geopolítico, que no descarta, en lo absoluto, la
inevitabilidad de un conflicto armado de escala mundial. El punto focal de todo este movimiento, es
que se plantea, silenciosamente desde el 2009, pero ahora ha recobrado mucha fuerza, el cambio
del sistema monetario mundial. En particular el retorno al patrón oro como salida al dominio del
devaluado dólar y su insostenible volatilidad. Desde el 2009, a raíz de la crisis financiera
internacional, países como China y Rusia, han empezado a acumular muchísimo oro, aunque las
reservas del metal precioso declaradas por ambos países no justifiquen su voracidad en los
mercados para comprar oro, la realidad es que se calcula que China tenga en sus reservas más de
4.000 toneladas de oro, acompañadas de una enorme reserva en dólares y euros, de la misma
manera Rusia oculta sus verdaderas reservas en el metal precioso. Un rasgo importante es que
ambos países, a diferencia de los países europeos y EEUU, presentan un bajo nivel del metal en la
composición de sus reservas, específicamente: China es el 6to país en reservas de oro declaradas y
representan el 1,6% de sus reservas internacionales, Rusia es el 8vo y sus reservas de oro son el
7,8% de sus reservas internacionales; por otra parte, EEUU es el primero en reservas de oro con
8.965,6 toneladas y las mismas corresponden al 73,9% de sus reservas internacionales, Alemania
(2º), Italia y Francia también siguen la misma composición, entre 65 y 75% de sus reservas
internacionales son en oro metálico. Entre otros, se duda del nivel de reservas metálicas de EEUU, el
cual no las ha certificado y se ha negado a devolver las reservas que custodia de otros países, es el
caso de Alemania, quien al solicitar sus reservas, la respuesta fue que le serán devueltas en el
2030!. Ante este panorama caótico, se perfila el retomar el patrón oro, un sistema de cambio que
permitió una gran estabilidad económica y del comercio a nivel mundial, pero que por el
incumplimiento de los acuerdos por parte de los bancos centrales (la mayoría de ellos eran privados)
llevó al mundo al primer conflicto armado mundial y a la gran depresión. Una instancia internacional
supranacional reguladora de la producción y distribución del oro, pudiera ser la estrategia para
estabilizar las fluctuaciones del mercado oro y poder retomar el patrón oro como sistema de valor
para el intercambio internacional. China y Rusia estudian esta posibilidad, la República Bolivariana
de Venezuela (15º a nivel mundial por sus reservas internacionales en oro) detiene en reservas
probadas el 10% del oro que queda en el planeta, sería auspicable, protagonizar ese movimiento
hacia un nuevo sistema monetario internacional, con el fin de evitar los devastadores efectos que se
avistan en el horizonte oscuro de la caída indetenible del imperio. Nuestro Comandante Eterno nos
dejó un legado internacional muy poderoso, el mundo multipolar, y es esa la doctrina que mueve a
los BRICS, al ALBA-TCP, al MERCOSUR, a la UNASUR y a la CELAC. Ese espíritu internacionalista es
una semilla para un mundo mejor posible; seamos protagonistas como lo fuimos al fundar la OPEC,
al retomar la senda del precio justo del petróleo que fue la política del Comandante y que hoy nos
brinda esta oportunidad de construir un mundo multipolar pacífico y estable económicamente. (El
autor es Director de Línea de GISXXI)
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