From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena February, 2009 La gerencia en tiempos turbulentos Guillermo Arosemena Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/223/ La gerencia en tiempos turbulentos Guillermo Arosemena Arosemena En 1908, se creó la facultad de Administración de Negocios de la Universidad de Harvard y su misión fue ''Enseñar a gerenciar para hacer utilidad justa, en forma legítima''. Esta expresión resume la esencia de todo negocio. Las empresas nacen para tener un retorno de la inversión, pero no todas lo logran, explicando así la elevada tasa de ''mortalidad''; ellas desaparecen por no estar preparadas para enfrentar entornos desfavorables; carecen de radar capaz de advertir el peligro. A mayor éxito, más confiada es la gerencia, ésta minimiza los efectos de la adversidad. El cementerio corporativo está lleno de lápidas. El entorno es tan decisivo en la vida de las empresas, que en los cursos de posgrado se lo estudia. En una de mis obras, Análisis del Entorno, las fuerzas que afectan a las empresas y prosperidad del país, en la introducción cito las palabras de Andy Grove, húngaro-estadounidense, cofundador de Intel, fabricante más grande del mundo de microprocesadores. Durante su administración tuvo que enfrentar serias dificultades, su empresa estuvo al borde de la quiebra y la experiencia vivida lo llevó a afirmar: “El éxito empresarial contiene la semilla de su propia destrucción…La principal responsabilidad del gerente es permanecer en guardia contra los ataques del entorno e inculcar al personal bajo su responsabilidad la actitud de guardián“. Grove afirma que el gerente debe estar pendiente de lo que llama puntos de inflexión, es decir, eventos que producen cambios radicales en el entorno y pueden cambiar de dirección a la empresa o al sector en que participa. Entre ellos se encuentran nuevas leyes y/o tecnologías, nuevas preferencias de clientes, nuevos negocios, etc. Cuando ocurren los puntos de inflexión y son ignorados por los gerentes, las empresas terminan desapareciendo o quedan mortalmente heridas. Entender el entorno e interpretar sus señales es imperativo gerencial, no hacerlo equivale a sentencia de muerte. Por no estar la empresa aislada de la competencia ni de las políticas de los gobiernos, la gerencia enfrenta diarios desafíos y la confrontación sirve para mejorar y dar forma a las habilidades que requiere para cumplir con las demandas del entorno. El entorno empresarial es tan similar a la batalla que innumerables libros se han escrito sobre cómo usar estrategias militares en el mundo de los negocios: “El arte de la guerra“ del general chino Sun Tzu (siglo V); “Clausewitz on Business” y “Clausewitz on Strategy” de Carlo Von Clausewitz, militar pensador prusiano, uno de los más grandes estrategas de todos los tiempos. “Alexander the Great´s Art of Strategy”, indica cómo aplicar en los negocios las estrategias de este genio militar y conquistador del mundo del siglo IV A.C. Hay obras sobre Robert E. Lee, héroe de la Guerra Civil de Estados Unidos, George Patton y otros grandes generales de la Segunda Guerra Mundial, cuyas tácticas tienen aplicación en las empresas. Nuestro empresario ha comenzado a enfrentar varios puntos de inflexión: globalización, progreso económico de países vecinos que ha fortalecido a las empresas, mientras las ecuatorianas siguen débiles; políticas económicas del actual régimen, etc. A todos estos puntos de inflexión, se suma la tormenta económica mundial, cuyas consecuencias dañinas, ni los grandes expertos se atreven a pronosticar la magnitud. Esta crisis económica mundial es para los meteorólogos la Tormenta Perfecta, por haberse juntado innumerables variables que no funcionaban correctamente: desequilibrio de las monedas, codicia de la gente de todo nivel socioeconómico, elevado nivel de endeudamiento del consumidor, especulación en los mercados de bienes primarios y bienes raíces, déficits presupuestarios, implementación de sofisticados instrumentos financieros que no eran comprendidos por gran parte de los inversionistas, etc. Con la ruptura de la inmensa burbuja, la mayoría de los sectores productivos mundiales se han contaminado y el consumidor estadounidense, el más grande del planeta, está en pánico, su nivel de endeudamiento es muy elevado, no tiene ahorros y ha frenado su consumo. Los indicadores en ese país son preocupantes: caídas de las ventas al detal, producción industrial e importaciones. En Ecuador, tanto el sector público, como privado no han estado preparados para enfrentar el entorno adverso. El público, por no optimizar los enormes recursos heredados de los fondos de contingencia y generados durante los años de altos precios sin precedentes, además de no priorizar el incremento de la producción nacional, y el privado, por no diversificar suficientemente los bienes y servicios, no interesarse en producir bienes de alto valor agregado, mostrar indiferencia a la investigación y tener organizaciones poco sofisticadas. En tiempos de adversidad, es más difícil competir, el mercado tradicionalmente frío e indiferente y la competencia no cálida, ni servicial, se hacen más duros de manejar. Para Ecuador salir de la tormenta económica sin mayor lesión, gobierno y empresa privada deben renovarse. El primero, reconociendo que los empresarios tienen rol fundamental en el desarrollo económico del país, convirtiéndose en su aliado en lugar de adversario. La segunda, mejorando la calidad de la gerencia. Esta debe dejar de ser empírica y volverse técnica, mirar el corto plazo sin descuidar el largo, implementar métodos y técnicas gerenciales vanguardistas, asignar responsabilidad dando autoridad, usar la estrategia, comunicándola y alineándola a los objetivos, presupuesto y planes operativos; pensar en el detalle, no medir y controlar verticalmente los negocios, reconocer que el trabajo se hace horizontalmente; mejorar los procesos operativos del negocio y establecer objetivos y metas de eficiencia; estandarizar las actividades del trabajo, solucionar los problemas identificando la causa raíz. Estos mismos requisitos sirven para hacer crecer la economía sostenidamente.