Condenados a penas de entre seis meses y un año de cárcel por la muerte de un trabajador al responsabilizarlos de su imprudencia. La Audiencia responsabiliza a los empresarios de las imprudencias de sus obreros. Los magistrados advierten de que las empresas están obligadas a formar a los trabajadores para prevenir los accidentes laborales. La Audiencia Provincial ha condenado a los representantes de tres empresas y a un arquitecto técnico a penas de entre seis meses y un año de cárcel por la muerte de un trabajador al responsabilizarlos de su imprudencia. La sentencia, que revoca una absolución de un juez de lo Penal, advierte de que los empresarios tienen la «obligación de proteger al trabajador hasta de su propia negligencia», «impericia o desidia». Los magistrados de la Audiencia consideran que los empresarios tienen el deber de «informar y formar a los trabajadores con el fin de que adquieran un mejor conocimiento tanto del alcance real de los riesgos derivados del trabajo como de la forma de prevenirlos y evitarlos». La Audiencia ha analizado a fondo la responsabilidad penal de los empresarios en los accidentes de trabajo al examinar el caso de un obrero que se cayó al volcar un andamio a cincuenta metros de altura porque no llevaba puesto el cinturón de seguridad durante la rehabilitación de la facha del edificio Torre San Jordi en Playa de San Juan. El juez de lo Penal que dictó la sentencia revocada absolvió a los representantes de tres empresas de construcción y al arquitecto técnico de la obra porque el trabajador fallecido no utilizó el equipo anticaídas que había en el andamio. Sin embargo, la Sección Segunda de la Audiencia considera que el trabajador murió por un cúmulo de negligencias al despreciarse «el cumplimiento de las medidas de protección de los trabajadores en uno de los trabajos más peligrosos que puede haber en el ámbito de la construcción». El fallo estima «incomprensible e injustificable» que el trabajador estuviera en el andamio sin el cinturón puesto. Los jueces de la Audiencia exigen en la sentencia que «se extremen las medidas de seguridad» en los trabajos de riesgo. El fallo lamenta que «cuando se depuran responsabilidades derivadas de un siniestro se eche la culpa al muerto», según subrayó el abogado que ejerció la acusación particular, José Manuel Sánchez Ibarra. El fiscal de Siniestralidad Laboral, Juan Carlos López Coig, apuntó que la decisión de la Audiencia, que calificó de «valiente», supone un avance «muy importante» en la lucha contra las conductas temerarias de algunos empresarios. López Coig insistió en que es fundamental que «los empresarios formen a sus trabajadores porque se está demostrando que cuanto mayor es la concienciación hay menos accidentes de trabajo». El fiscal recordó que cada vez «hay más condenas contra empresarios por no proteger a sus trabajadores. Estamos llegando a una situación de normalidad ya que el que incumple las normas lo paga». Diario Información 29/03/07