CSW: Declaración de Noruega en el Debate General 05/03/2013 / / Discurso pronunciado por Inga Marte Thorkildsen, ministra noruega de Inclusión de Niños, Igualdad y Social, durante la 57. ª Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer que es una comisión operativa del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) celebrada en Nueva York entre el 4 y el 15 de marzo del año en curso. Sra. Presidente: Durante la Revolución Francesa, la activista política y feminista, Madame Olympe de Gouges, tuvo el coraje de hablar en defensa de los derechos humanos de las mujeres. Fue ejecutada. Siglos más tarde, las defensoras de los derechos humanos siguen enfrentandose a la violencia sistemática, y, en algunas partes del mundo, incluso a la muerte. A través de los siglos, las mujeres valientes han avanzado en el mundo, con frecuencia, en contra de la oposición de los hombres en el poder. Este año, Noruega celebra el centenario del derecho de las mujeres a votar. Sin embargo, este merecimiento no nació de la nada. La libertad y el derecho a gozar de los derechos humanos siempre han sido tomados, nunca dados. Aún está por verse cuándo podremos celebrar un gran paso universal hacia los derechos de las mujeres también a la vida, a la salud y a la seguridad. Cuando esto suceda, será gracias a la valentía de hombres y mujeres que no le temen a la lucha por la justicia. Y el encuentro en la CSW es parte de ella. ¿Qué es la violencia ejercida contra la mujer? - Una vergüenza mundial, que persiste independientemente de las fronteras nacionales, del origen étnico y del nivel de riqueza. Es la principal causa de muerte y discapacidad de mujeres de todas las edades. Causa más muertes de mujeres jóvenes que el cáncer, la malaria, los accidentes de tránsito y la guerra combinados. Esta desgracia está devastando tanto a las vidas de millones de niñas y mujeres y como a sociedades por igual. Provoca enormes cargas económicas en países de todo el mundo. Noruega, desgraciadamente, no es una excepción; un país pequeño de 5 millones de habitantes, donde el costo estimativo anual de este tipo de violencia asciende a mil millones de dólares estadounidenses. Ningún país puede darse el lujo de pasar por alto estos hechos. Nuestro mensaje es claro: - La violencia contra las mujeres jamás puede ser aceptada, ni justificada, ni tolerada. Hago un llamado a todos para que condenen a los perpetradores de la violencia, a quienes la incitan y la encubren y permiten que la impunidad continúe. La cultura de la impunidad resulta de la falta de recursos y de la falta de interés, no de la falta de legislación. Gabinetes, dominados por hombres de la elite, y secretarios de estados destinan tiempo y recursos a los temas de su elección, y la seguridad física de las mujeres no goza de una prioridad suficientemente alta. Con demasiada frecuencia es tratada como un tema privado y no se le da la prioridad política que en realidad merece. De manera que, cuando hablamos de incluir e implicar a los hombres, comencemos con el nivel superior. Ya que son ellos quienes deciden si habrá o no recursos para la investigación y el procesamiento. Si estamos apuntando a garantizar un entorno seguro y supervisado, y, si nacer niña realmente la posiciona en condición de igualdad ante la ley. Sra. Presidente: Hay quienes piensan que la salud sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas y los derechos son temas demasiado controversiales y difíciles de abordar. Pero, ¿cómo no hablar de ello, si alrededor de 150 millones de niñas menores de 18 años han sido victimas de violencia sexual solamente en el año 2012? Cuando el embarazo adolescente es la principal causa de mortalidad de las niñas entre 15 y 19. Cuando las mujeres y las niñas siguen siendo sometidas a la mutilación genital y a los matrimonios forzados antes de su mayoría de edad. Gran parte de la violencia ejercida directamente contra las mujeres y las niñas afecta su salud sexual y reproductiva y viola sus derechos. Valerse de amparos de libertad religiosa y diversidad cultural para bloquear decisiones y evitar obligaciones es inaceptable. La violencia contra las mujeres y las niñas no se reduce a una cuestión cultural o religiosa. Es sobre el abuso de poder, la desigualdad y la falta de voluntad política y coraje. Sra. Presidente, estimados colegas: La violencia contra las mujeres es también la violación de los derechos humanos del niño. Cuando una madre es víctima de violencia, su hija lo es aún más. El primer año de vida de un niño es el más peligroso. Las enfermedades, el abandono y el maltrato dañan el cerebro y la salud por el resto sus vidas. Afecta las economías de todos los países. No podemos permitirnos desconocer estos hechos y mirar hacia otro lado. Unámonos para actuar sobre ellos, y poner fin a este fracaso común una vez por todas. Gracias.