UN POSIBLE ESQUEMA PARA LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO Rito de entrada • • Saludo del sacerdote Oración colecta Liturgia de la Palabra • • • • • • Primera lectura Salmo responsorial Segunda lectura Aleluya Lectura del Evangelio Homilía Rito del matrimonio • • • • • Escrutinio Consentimiento Bendición y entrega de los anillos Bendición y entrega de las arras Oración de los fieles Liturgia eucarística • • • • • • • Oración sobre las ofrendas Velación nupcial (puede omitirse) Bendición nupcial Comunión Acción de gracias de los esposos Oración final Lectura de la bendición papal (si la hay) Conclusión de la celebración • Bendición final y despedida RITO DE ENTRADA Saludo del sacerdote: Queridos hermanos: Llenos de alegría, hemos venido a la casa del Señor para esta celebración, acompañando a María y José en el día en que se disponen a celebrar su unión matrimonial. Para ellos este momento es de singular importancia. Por ello, acompañémoslos con nuestro cariño, amistad y oración fraterna. Escuchemos atentamente con ellos la Palabra que Dios nos va a dirigir hoy. Después, con la santa Iglesia, invocaremos a Dios Padre, por Jesucristo, nuestro Señor, para que acoja complacido a estos hijos suyos que van a contraer Matrimonio, los bendiga y les conceda vivir en unidad permanente. Oración colecta Oremos. Escucha nuestras súplicas, Señor, derrama tu gracia sobre estos hijos tuyos, que se unen junto a tu altar, y hazlos fuertes en la mutua caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R. Amén. LITURGIA DE LA PALABRA Lectura del libro de Tobit En la noche de bodas, Tobías dijo a Sara: -«Mujer, levántate, vamos a rezar, pidiendo a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos proteja.» -1- Se levantó, y empezaron a rezar, pidiendo a Dios que los protegiera. Rezó así: -«Bendito eres, Dios de nuestros padres, y bendito tu nombre por los siglos de los siglos. Que te bendigan el cielo y todas tus criaturas por los siglos. -Tú creaste a Adán y, como ayuda y apoyo: creaste a su mujer, Eva; de los dos nació la raza humana. Tú dijiste: "No está bien que el hombre esté solo, voy a hacerle alguien como él, que le ayude." Si yo me caso con esta prima mía, no busco satisfacer mi pasión, sino que procedo lealmente. Dígnate apiadarte de ella y de mí y haznos llegar juntos a la vejez.» Los dos dijeron: -«Amén, amén.» Palabra de Dios. El salmo responsorial puede cantarse R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Alabad al Señor en el cielo, Alabad al Señor en lo alto; Alabadlo, todos sus ángeles, Alabadlo, todos sus ejércitos. R. Reyes y pueblos del orbe, Príncipes y jefes del mundo; Los jóvenes y también las doncellas, Los viejos junto con los niños. R. Alaben el nombre del Señor, El único nombre sublime. Su Majestad sobre el cielo y la tierra. R. Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, De Israel, su pueblo escogido. R. -2- Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses Hermanos: Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada os preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, tenedlo en cuenta. Y lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis, visteis en mí, ponedlo por obra. Y el Dios de la paz estará con vosotros. Palabra de Dios. Canto del aleluya No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Lectura del santo evangelio según san Mateo En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? -3- ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Yo os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia, lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos. Palabra del Señor. RITO DEL MATRIMONIO Sacerdote: Habéis venido aquí, hermanos, para que Dios garantice con su sello vuestro amor, ante el pueblo de Dios aquí congregado y presidido por su ministro. Un día fuisteis consagrados en el bautismo; hoy, con un nuevo sacramento, Cristo va a bendecir vuestro amor, y os enriquecerá y dará fuerza, para que os guardéis siempre mutua fidelidad y podáis cumplir con vuestra misión de casados. Por tanto, ante esta asamblea, os pregunto sobre vuestra intención. Escrutinio Sacerdote: José y María, ¿declaráis que procedéis libre y espontáneamente a la celebración de este Matrimonio? Los esposos: Lo declaramos. Sacerdote: ¿Prometéis guardaros fidelidad mutua, y perma- necer unidos hasta que la muerte os separe? -4- Los esposos: Lo prometemos. Sacerdote: ¿Prometéis cumplir vuestros deberes matrimonia- les y familiares como corresponde a esposos cristianos? Los esposos: Lo prometemos. Consentimiento Así, pues, ya que queréis contraer santo Matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia. Sacerdote: Se dan la mano derecha. Esposo: Yo, José, te recibo a ti, María, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. Esposa: Yo, María, te recibo a ti, José, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. Sacerdote: El Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, el Dios que unió a nuestros primeros padres en el paraíso confirme este consentimiento mutuo que os habéis manifestado ante la Iglesia y, en Cristo, os dé su bendición, de forma que lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre. El sacerdote invita a los presentes a alabar a Dios: Bendigamos al Señor. Todos responden: Demos gracias a Dios Canto de la aclamación: Laudate Dominum -5- Bendición y entrega de los anillos El sacerdote dice: Bendice y santifica, Señor, el amor de María y José, Y que estos anillos, signo de fidelidad, les recuerden su promesa de amor mutuo. El esposo introduce en el dedo anular de la esposa el anillo a ella destinado, diciendo: María, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Asimismo la esposa introduce en el dedo anular del esposo el anillo a él destinado, diciendo: José, recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Bendición y entrega de las arras El sacerdote dice: Bendice ­, Señor, estas arras, que María y José se entregan, y derrama sobre ellos la abundancia de tus bienes. El esposo toma las arras y las entrega a la esposa, diciendo: María, recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir. La esposa igualmente las entrega al esposo, diciendo: José, recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir. -6- Oración de los fieles Oremos, hermanos, por las necesidades de la santa Iglesia y de todo el mundo, y encomendemos especialmente a nuestros hermanos María y José, que acaban de celebrar con gozo su Matrimonio. • Por la santa Iglesia: para que Dios le conceda ser siempre la esposa fiel de Jesucristo. Roguemos al Señor. • Por los nuevos esposos María y José: para que el Espíritu Santo los llene con su gracia y haga de su unión un signo vivo del amor de Jesucristo a su Iglesia. Roguemos al Señor. • Por nuestro hermano José: para que sea siempre fiel al Señor como Abrahán y admirable por su piedad y honradez como Tobías. Roguemos al Señor. • Por nuestra hermana María: para que sea siempre irreprensible en su conducta, brille por su dulzura y pureza, humildad y prudencia. Roguemos al Señor. • Por todos los matrimonios: para que, en el amor mutuo y en la fidelidad constante, sean en nuestra sociedad fermento de paz y unidad. Roguemos al Señor. • Por todos los miembros de nuestras familias y los amigos que han muerto en la esperanza de la resurrección: para que Cristo los acoja en su reino y los revista de gloria y de inmortalidad. Roguemos al Señor. Escucha, Padre de bondad, nuestra oración y concede a tus siervos, que confían en ti, conseguir los dones de tu gracia, conservar el amor en la unidad y llegar con su descendencia, después de esta vida, al reino eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. -7- Canto durante el ofertorio LITURGIA EUCARÍSTICA Oración sobre las ofrendas Escucha nuestras súplicas, Señor, y recibe estas ofrendas que te presentamos por estos hijos tuyos, unidos en alianza santa, para que su amor se fortalezca con el tuyo en esta celebración. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. Se canta el Santo Velación nupcial La velación puede omitirse. Después del Padre nuestro, omitido el “Líbranos Señor”, se pone el velo de color blanco y rojo sobre la cabeza de la esposa y los hombros del esposo, simbolizando el vínculo que los une. Bendición nupcial A continuación el sacerdote pronuncia sobre ellos la Bendición nupcial, diciendo: Invoquemos, hermanos, sobre estos esposos la bendición de Dios, para que proteja con su auxilio a quienes ha unido en el sacramento del Matrimonio. Todos, durante un espacio de tiempo, oran en silencio. Luego el sacerdote, con las manos extendidas sobre los esposos, continúa: Padre santo, autor del universo, que creaste al hombre y la mujer a tu imagen, y has bendecido la unión matrimonial. Te rogamos humildemente por estos hijos tuyos -8- que hoy se unen en alianza de bodas. Descienda, Señor, sobre esta esposa María y sobre su esposo José tu abundante bendición, y que la gracia de tu Espíritu Santo inflame desde el cielo sus corazones, para que en el gozo de su mutua entrega se vean rodeados de hijos, riqueza de la Iglesia. Que en la alegría te alaben, Señor, y en la tristeza te busquen; en el trabajo encuentren el gozo de tu ayuda y en la necesidad sientan cercano tu consuelo; que participen en la oración de tu Iglesia, y den testimonio de ti entre los hombres; y, después de una feliz ancianidad, lleguen al reino de los cielos con estos amigos, que hoy les acompañan. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. Cordero de Dios o canto de paz. Comunión. Canto. Acción de gracias de los esposos Damos gracias a Dios, por brindarnos la oportunidad de unir nuestras vidas con el mismo vínculo de amor que Él tiene con su Iglesia. Gracias por todas aquellas personas que ha puesto en nuestro camino, haciendo de nosotros lo que somos, ayudándonos a crecer: nuestros padres, hermanos y familiares, nuestros amigos. Todos los que hoy compartís con nosotros este día de alegría y todos cuantos no han podido estar. -9- Gracias también por todos aquellos que nos hicieron sufrir, porque el sufrimiento no es más que “la llave santa de tu santa puerta”, Señor. Damos gracias a Dios que nos ama y nos ofrece cada día la oportunidad de ser mejores y hacer felices a los demás, tarea esta para la que seguimos contando con vuestra ayuda. Oremos. Después de participar en tu mesa, Señor, te pedimos por María y José, que hoy se han unido en santo Matrimonio, para que te sean siempre fieles y sean testigos de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. Lectura de la bendición papal (si la hay). CONCLUSIÓN DE LA CELEBRACIÓN Al final de la Misa el sacerdote bendice a los esposos y al pueblo, diciendo: Dios, Padre eterno, os conserve en el amor, para que la paz de Cristo habite en vosotros y permanezca siempre en vuestro hogar. R. Amén. Que seáis bendecidos en los hijos, encontréis consuelo en los amigos y tengáis verdadera paz con todos. R. Amén. Que Dios os haga testimonio de su amor en el mundo, que los pobres y afligidos os encuentren bondadosos, y os reciban alegres un día en el reino eterno de Dios. R. Amén. Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes, os bendiga Dios todopoderoso, - 10 - Padre, ­ Hijo y Espíritu Santo. R. Amén. El ritual del matrimonio ofrece otras opciones para casi todas las lecturas y oraciones propuestas en este esquema, que ha sido preparado por el Coro San Marcos de Madrid. LAUDATE DOMINUM - 11 -