220 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES Al padre debe ayudarle el hijo en sus funciones religiosas, el padre debe ser su protector, su guía y su maestro; los hijos debían permanecer por principios religiosos ligados al hogar del padre o por consecuencia sometidos a su autoridad. El hijo no podía mantener un hogar particular mientras viviera el padre. La potestad paterna y marital que se conservaba hasta la muerte del padre, tenía por principio y condición el culto doméstico. El hijo nacido del concubinato no estaba incluido en la autoridad del padre, pues no mediaba la comunidad religiosa que indicara autoridad al padre ni obediencia al hijo. El padre no solo era el fuerte que protege, con poder para hacerse obedecer, era además sacerdote, heredero del hogar, continuador de sus abuelos, tronco de sus descendientes, depositario de los misteriosos ritos del culto, de las fórmulas secretas de las preces, la religión entera se encerraba en él. La palabra pater, igual en latín, griego y sánscrito, no estaba unida a la idea de la paternidad, ésta era designada en la antigua lengua con la palabra genitor. La palabra pater se aplicaba en la lengua religiosa a los dioses y en el Derecho a todo el que tenía un culto y una heredad; se designaba así todo aquel que se quería honrar; era sinónimo de Rex y llevaban en sí la significación de potestad, autoridad y dignidad majestuosa. 3. AGNACIÓN Y COGNACIÓN 3.1 AGNACIÓN En los primeros tiempos de Roma conformaban los agandos la familia religiosa. Estos eran los parientes por línea paterna, aquellos que, refiriéndose a un autor común, por la sangre o por el vínculo ficticio de la adopción, se encontraban actualmente sometidos a la potestad del pater familias o habían salido de ella sin capitis deminutio. a) La sucesión legítima de los agnados. Si no hay ningún heredero suyo ni ninguno de los llamados por el pretor o por la constitución a la clase de herederos suyos que tome la herencia según la ley de las Doce Tablas, pertenece al agnado más próximo. Por lo demás, son agnados los cognados unidos por las personas del sexo masculino; por decirlo así, cognados por el padre, así los, hermanos nacidos del mismo padre son agnados: se les llama también consanguíneos; poco importa que