Desarrollo de una variedad de trigo de primavera en suelo regado de la zona centro sur de Chile CONOCER COMO SE DESARROLLA UN TRIGO AYUDA A PROGRAMAR LAS PRACTICAS CULTURALES Mario Mellado Z. Ingeniero Agrónomo Programa Trigo --·-- ___ Y.:.:L:.l ,._.,: ;:.:: ': .<.~:y·,·;·:: -~: : ·. , .. , ..... , '' ·+·:-_:·.-:_'.~i)~b)/'.#ii--f::;}f~<-~: (·:·. ;: ,··,·.";::":,,;':.;.::.;,':,;/)~ ~ Las revistas de divulgación agrfcola explican con detalle el manejo que se debe dar al trigo durante su desarrollo. IPA Quilamapu Nº 31, 1987 Determinar aproximadamente el número de días que transcurren para que la planta de trigo complete sus estados de desarrollo, desde siembra a madurez de cosecha, reviste interés práctico, puesto que ello permite, a técnicos y agricultores, usar tal información en la programación de las siembras y en las labores agrícolas que requiere el cultivo de este cereal. La determinación del número de días que requiere cada etapa de desarrollo, en condiciones de campo, no puede ser exacta. Ello se debe a las variaciones producidas por algunos factores, como temperatura, fecha de siembra, variedad, prácticas de manejo, etcétera. En este artículo se analiza el desarrollo de variedades de trigo de primavera, sembradas a comienzos de agosto en suelo regado de la Estación Experimental Ouilamapu, en Chillán. Se eligió la fecha de siembra 19 de agosto por corresponder a lo óptimo determinado en ensayos, considerando la producción de grano, y porque además es una fecha muy empleada por los agricultores trigueros de la zona centrosur. En el Cuadro 1 se presentan rangos promedios {en días) para cada etapa de desarrollo registrados durante más de diez años con diferentes variedades de trigo de primavera, entre ellas, las variedades ya no cultivadas Mexifén y Antufén, y las actualmente en uso Onda y Nabo. Las variedades analizadas se caracterizan porque, en general, tuvieron o tienen buena adaptación a la zona, son insensibles al fotoperíodo y no requieren frío para inducir la etapa repr.oductiva. Es posible que, en algunas situaciones, los períodos de tiempo para cada etapa de desarrollo puedan variar más allá de los rangos indicados en el Cuadro 1. Sin embargo, estas variaciones nunca llegarán ·a ser tan grandes como para que impidan ser usadas en la programación de las diversas prácticas de manejo de un trigo de primavera. La fecha de siembra de un trigo de primavera hace variar considerablemente el período 3 de desarrollo comprendido entre la emer· gencia y espigadura. Por ejemplo, si la siem· bra se efectúa a mediados de julio, este período se prolonga, sucediendo lo contra· rio si la siembra se realiza a mediados de septiembre (ver artículo "Siembras prima~ verales de trigo", publicado en IPA Quila· mapu N<? 21, 1984). Las variaciones en el número de días que la planta necesita para llegar a espigar se explican principalmente por los cambios en las temperaturas y foto· período (número de horas de luz diarias). En efecto, una siembra realizada en sep· tiembre recibirá la acción de un período más prolongado de altas temperaturas y mayor fotoperíodo que una siembra efec· tuada a mediados de julio (ver Agricultura Técnica, Chile enem-marzo, 1980). 1 CUADRO 1. Desarrollo de una variedad de primavera en el campo experimental Quilamapu Estado de desarrollo Siembra, 1? agosto D (as transcurridos desde Ja siembra o Inicio macol!aje 25- 30 Pleno macollaje 50- 60 Encañado 70- 80 Espigadura 90- 100 Grano acuoso - lechoso 120 - 130 Grano pastoso - harinoso 130 - 140 Grano duro, diffcil de quebrar 140 - 150 Grano seco, apto para cosechar 150- 160 Los valores indicados en el Cuadro 1 se han comparado con aquellos obtenidos en siem· bras de trigos de primavera, efectuadas en suelos regados de Talca a Bío-Bío, entre el 15 de julio y 15 de agosto, y en general, se ubican dentro de los rangos presentados en dicho cuadro. 4 A modo de ejemplo, se entregan cuatro indicaciones surgidas de los datos del Cuadro 1. a) La aplicación de herbicidas postemer· gentes convencionales, para controlar malezas de hoja ancha, tendría que efectuarse a los 50 - 60 días después de la siembra. b) Entre los 70 - 80 días se debieran evaluar enfermedades, y decidir su eventual control qu f mico. c) El último riego se debería aplicar entre los 120 - 130 días después de la siembra, siempre que el suelo esté seco, lo que en primavera ocurre después de quince días de haber dado un riego y no se haya producido una lluvia de por lo menos 30 mm. d) Cuando hayan transcurrido 150 días desde la siembra se debe revisar el grano, ya que éste debiera presentar un porcentaje de humedad cercano al ade· cuado para la cosecha. En forma práctica ésto se puede estimar mordiendo un grano, ya que si éste se siente duro y quebradizo significa que el porcentaje de humedad se encuentra entre 12 y 14%, con lo cual se puede iniciar la cosecha. Determinar la fecha de cosecha es de una importancia relevante, puesto que investigaciones efectuadas en la Estación Experi· mental Quilamapu han demostrado que el atraso en la trilla produce mermas en el peso del hectolitro (comúnmente llamado peso específico), especialmente cuando se producen lluvias una vez que el trigo ya está con madurez de cosecha (ver Agricul· tura Técnica, Chile, julio-septiembre, 1985). En un próximo artículo se analizará el ere· cimiento de trigo de invierno sembrado en mayo.e !PA Ouilamapu Nº 31, 1987