ISSN: 0259-9848 Cen tro ñor M on se XX, No. 647, 1-31 de m Romero, AÑO X arzo de 20 1 4 Aniversario Rutilio y Romero dos santos salvadoreños “Quiero asegurarles a ustedes, y les pido oraciones para ser fiel a esta promesa, que no abandonaré a mi pueblo, sino que correré con él todos los riesgos que mi ministerio me exige”. Monseñor Romero Elecciones y pos elecciones Aniversario de María Julia Hernández El autor de foto de portada es René Martínez, estudiante de Teología en la UCA y catequista en la Iglesia del Carmen Santa Tecla. Se ha inspirado en la obra de Cerezo Barredo. 1 Carta a las Iglesias es una publicación de análisis de las realidades del ámbito religioso, político, económico y social desde un enfoque cristiano. ¿Qué pretende ARENA? José María Tojeira s.j. E n el mes de marzo tres cosas importantes han ocurrido. La primera, el día 9, la segunda vuelta de las elecciones y las semanas posteriores muy ajetreadas. La segunda, el 12, el 37 aniversario del asesinato de Rutilio Grande, lo que cambió la historia del país pues el asesinato de un sacerdote era algo impensable y con ello se rompían no ya las reglas del bien, sino las reglas del mal. Y su martirio fue también decisivo para que surgiera Monseñor Romero. La tercera, el 24, el asesinato de Monseñor que lo convirtió en cristiano salvadoreño universal. Pág. 3 El Salvador “escenario de unas votaciones presidenciales Mauricio Iraheta Pág.5 Pronunciamiento de la UCA Pág.7 Rutilio Grande José María Tojeira s.j. Todo ello ha ocurrido al comienzo de la cuaresma, tiempo de conversión. En el póster de Monseñor que ha sacado El Centro Monseñor Romero este año se dicen estas palabras que pronunció Monseñor en la víspera de su martirio: “¡Qué fácil es denunciar la injusticia estructural, la violencia institucionalizada, el pecado social! Y es cierto todo eso, pero ¿dónde están las fuentes de ese pecado social? En el corazón de cada hombre” - (23 de marzo de 1980). Pág. 8 Asesinato martirial de Monseñor Romero Jon Sobrino Pág. 10 Rutilio en la palabras de Romero Pág. 12 Bien sabemos cómo podemos banalizar las expresiones como cuaresma y conversión. Pero se pueden tomar en serio con provecho. El papa Francisco ha escrito un mensaje de cuaresma y entre las muchas cosas que dice solo voy a mencionar dos: Pequeño evangelio de Rutilio Grande Pág. 13 Pastor de los pobres y de los indefensos Omar Serrano Pág. 14 “El camino de Dios es contracultural. Dios no se rebela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: “siendo rico se hizo pobre por nosotros”. Y la razón última es el amor, la generosidad, el deseo de cercanía. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias. Jesús trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre”. “El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento” Carlos Ayala Ramírez VII aniversario de María Julia Hernández Jon Sobrino s.j. Pág. 19 Contraportada: Amigos de Monseñor Romero Pág. 24 Director de publicación: Jon Sobrino sj Director del Centro Monseñor Romero Imprenta: Talleres Gráficos, UCA. 2 Centro Monseñor Romero, campus UCA Bulevar Los Próceres, Apto. postal 01-168, Antiguo Cuscatlán, La Libertad, El Salvador. Diseño y diagramación de revista: Ronald Cardoza Pág. 18 www.uca.edu.sv/publica/cartas Pág. 15 Recordemos a Moseñor. Y recordémoslo lo mejor posible Jon Sobrino s.j. Presentación Y Francisco saca las consecuencias para los cristianos con toda claridad. “Estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlos, a hacernos cargos de ella y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria material a la que llamamos normalmente pobreza toca a todos cuantos viven en una condición que no es digna de una persona: privados de derechos fundamentales y de bienes de primera necesidad, como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Y también denuncia la miseria moral, en que caen las personas por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. Vivir en esa miseria moral es casi como no vivir”. En palabras cristianas, el mensaje del papa es una invitación a actualizar el seguimiento de Jesús, a no olvidar lo esencial de la fe cristiana: “La pasión por Dios y la compasión por el ser humano”. Carlos Ayala es el autor de la síntesis del mensaje papa. Elecciones ¿Qué pretende ARENA? Elecciones y postelecciones José María Tojeira 14 de marzo La derecha política y empresarial del país siempre ha sostenido que una de las garantías para calificar como libres a unas elecciones es la presencia de observadores, sobre todo si son externos. De hecho, hay eventos electorales en la región que se han descalificado por no permitir la observación internacional. Este no es nuestro caso. Al contrario, las misiones de observación en esta elección fueron numerosas, diversas y con vasta experiencia en el oficio. Todas ellas han confirmado la limpieza y transparencia de la jornada electoral y han calificado con nota sobresaliente la labor del Tribunal Supremo Electoral. Solo Arena y la gran empresa privada —ya sin falsos recatos de presentarse como diferentes—, junto a sus amplificadores de oficio, son los que siguen con el cuento del fraude, en contra de lo dicho por las misiones de la OEA, la ONU y la Unión Europea, y todas las instancias nacionales e internacionales que participaron en la observación electoral. En lugar de aceptar los resultados, Arena va de torpeza en torpeza, lo que demuestra su frustración. ¿Qué es lo que al final quiere? ¿Para qué traer tantos observadores si su palabra no es tomada en cuenta o es contrariada por quienes los han clamado siempre? El partido de derecha y la gran empresa privada saben perfectamente que la razón, la verdad y la ley no le convienen a sus intereses. Arena y la ANEP saben que los resultados no van a cambiar. También, que pedir el conteo voto por voto, además de ser innecesario porque ya se comprobó la veracidad de todas las actas, va contra lo que dice la ley. Lo piden aun sabiendo que eso no es posible de acuerdo a la legislación y que recibirán una respuesta negativa. Saben además que pedir la nulidad de la elección es absurdo. Entonces, ¿qué pretenden Arena y la derecha empresarial? 3 Diseño y diagramación de revista : Ronald Cardoza Fue esa estrecha diferencia de votos lo que envalentonó al partido de derecha para no reconocer los resultados y lanzar el cuento del fraude electoral. Pero hay signos que dan derecho a pensar que la narrativa del fraude era algo que Arena tenía preparado desde antes de la elección. En varias ocasiones, durante la campaña, ese partido declaró sospechar la posibilidad de fraude, sin hacer señalamientos concretos. Además, en plena jornada electoral, el candidato arenero dijo reservarse el derecho de reconocer los resultados, como asumiendo que la decisión popular no le sería favorable. Y en otro desafortunado acto, el partido se declaró ganador poco después del cierre de las urnas, cuando era prácticamente imposible tener certeza de los resultados. Ya como corolario vino el lamentable discurso del candidato de Arena, que se sumó a una abultada lista de yerros políticos mayúsculos que ponen en duda su capacidad para asumir la Presidencia de la República. Justificar que las palabras de Quijano obedecieron a la presión del momento no le hace ningún favor a quien pretende ocupar el más alto cargo político, en el que se está sometido a constantes y fuertes presiones. Lo que vino después es conocido por todos. Decir y repetir monocordemente que hubo fraude, y movilizar activistas para que protesten en las calles, con el empeño de convertir a El Salvador en Venezuela. www.uca.edu.sv/publica/cartas Es muy fácil ser adivino del pasado. Poco tardaron algunos analistas y articulistas en afirmar que ya se esperaban lo que pasó. Hace falta honestidad para reconocer que los resultados de la elección del 9 de marzo nos sorprendieron, sino a todos, a la mayoría. Y fue sorpresa porque el punto de partida era la poca probabilidad de que Arena remontara la diferencia de 10 puntos porcentuales, los 300 mil votos que le sacó de ventaja el FMLN el 2 de febrero. Casi un mes después, el partido de derecha prácticamente se colocó a la par del Frente. Pero, de acuerdo a la ley, en la segunda vuelta, la presidencia se puede ganar con un voto. Arena no comprende que haber remontado los adversos resultados de la primera vuelta no invalida o ilegitima el hecho de que perdió por estrecho margen. En eso consiste la democracia electoral: gana la voluntad de la mayoría. Elecciones Salvador Sánchez Ceren saluda a su esposa Margarita el 15 de marzo durante la celebración del gane de las elecciones en el redondel Masferrer. Foto Mauro Arias Envalentonados por el resultado de la segunda vuelta, pretenden deslegitimar al futuro Gobierno. Pretenden enviar un mensaje al pueblo salvadoreño y al mundo entero: por tener un Gobierno de izquierda, el país está desestabilizado. Y para eso cuentan con el apoyo irrestricto de los grandes medios de comunicación, que en la actualidad funcionan como altoparlantes del discurso de la derecha. Se quiere deslegitimar al futuro Gobierno para obligarlo a negociar. La gran empresa privada salvadoreña, mal acostumbrada a hacer uso patrimonialista del Estado y a que su palabra sea ley, desde hace casi cinco años ha visto cómo sus privilegios han comenzado a recortarse. Y peor todavía, ha visto emerger un nuevo poder económico, aún incipiente, pero que amenaza su primacía, tradicionalmente absoluta. Tolerar otros cinco años de pérdida de privilegios es demasiado para la oligarquía más mezquina y ambiciosa de la región. Por eso, Arena, como partido encargado de llevar al plano político una pugna económica, no aceptará los resultados electorales y hará “todo lo que tenga que hacer” para que el nuevo Gobierno no goce de legitimidad. Ya lo dijo Quijano, el 1 de junio tendremos dos Gobiernos. Por estrategia política y fidelidad al capital, Arena no aceptará públicamente la derrota en las urnas, aunque en su interior sabe perfectamente que la verdad no está con ellos. 19 de marzo La dialéctica de la agresividad En nuestras tierras, el exceso de agresividad choca siempre con el deseo mayoritario de vivir en paz. Y en este proceso eleccionario parece que podemos comprobarlo. En la primera vuelta, Arena brilló por su agresividad, considerando negativo casi todo lo hecho por el Gobierno de Funes, mientras que el FMLN se mostró dialogante, cercano y conciliador. Resultado: Arena perdió estrepitosamente. En la segunda vuelta, lo que más brilló fue la agresividad del presidente Funes, mientras que 4 Arena prometía el oro y el moro en un tono mucho más amigable. Y aunque ganó el FMLN, Arena estuvo cerca de saborear el triunfo. Incluso en algún momento del conteo estuvo por delante. Ahora, de nuevo, Arena ha optado por la agresividad, usando un lenguaje guerrero, que en alguno de sus jóvenes se acerca en ocasiones al escuadronero. Mientras el FMLN ofrece diálogo, Arena se empeña en mantener un lenguaje agresivo de todo o nada. Y una vez más, está empezando a cansar a la población. Si la ONU, la OEA, los observadores de la UE, la ciudadanía y la sociedad civil que a lo largo de nuestra historia ha dado muestras de imparcialidad los hubieran apoyado, podríamos creer en los alegatos areneros. Pero es evidente que están solos ante las opiniones más connotadas por su imparcialidad. Y el problema es que Arena no ha dado muchas muestras de imparcialidad en su historia, y mucho menos cuando se tocan sus intereses. Su lenguaje se parece al de las dictaduras que cuando se sienten atacadas y aisladas, tienden a decir que hay una conspiración internacional contra ellas. Este escenario no es nuevo en El Salvador. Por ejemplo, cuando la Comisión de la Verdad dijo que la parte gubernamental estaba mucho más implicada en violaciones de derechos humanos que el FMLN, Arena se dedicó a denigrar a los miembros de la Comisión, instancia que el mismo partido había aceptado previamente. En el Caso Jesuitas, no solo defendió a los implicados en el asesinato, sino que los condecoró y subió de rango. Lo que no era de su gusto no existía o, si se hacía público, era parte de una conspiración malvada en su contra. Aunque este tono comenzó a cambiar con Antonio Saca, parece haber resucitado bajo la batuta Quijano-Velado. Arena debería reflexionar. Cuando se ha mostrado colaborador con la gente, tiene mejores resultados que cuando actúa con ese estilo brusco y autoritario, que desprecia o ataca a cualquiera que no piense como ellos. Elecciones Decir que el testigo de la supuesta salida de presos para votar se presentó enmascarado para que los guerrilleros no lo fueran a matar después, no es más que un modo de mentir, sembrar tensión y querer disimular con lo ilógico esa especie de show mediático que montaron. Para ser creíble, el tal testigo debió presentarse en la Fiscalía a cara descubierta para denunciar el presunto hecho y para que el fiscal adscrito al caso lo investigara. Y si quiere dar declaraciones a la prensa, la cara descubierta también es lo mejor. Hablar de matar testigos, como acostumbraba a hacer la derecha del país durante la guerra, y que lo diga un miembro del Coena a través de Twitter, no le da en absoluto credibilidad a Arena. El Salvador necesita una derecha sana. Los mismos dirigentes actuales de Arena decían durante la campaña de la segunda vuelta que ellos son la nueva derecha del país. Pero una derecha agresiva, poco dialogante, que ve enemigos en todas partes, no es nueva ni deseable para nuestro desarrollo. Como tampoco lo sería una izquierda prepotente y cerrada al diálogo. Querer forzar artificialmente un ambiente de confrontación semejante al de Venezuela no es válido ni ético. Y quienes lo hacen corren el riesgo de, ante la agresividad tensa y autoalimentada, cansar a la opinión pública y que el propio partido termine esclerotizándose como una derecha marchita o forzado a desbancar a los que ahora tensan esta situación. Caer en la trampa del presidente saliente, excesivamente agresivo en los últimos tiempos, no les ayuda. El Salvador necesita diálogo. Y las nuevas autoridades se muestran abiertas a dialogar. El discurso del “yo o el caos”, que parece propiciar esta sedicente nueva derecha, no nos conduce a ninguna parte. Y es además una especie de misión imposible ante una mayoría que lo que quiere y desea es que se resuelvan sus problemas y no que aumenten a través de tensiones en buena parte artificiales. Arena puede aprender de su derrota. Le fue bien apoyando a la gente en sus necesidades; por ejemplo, en la de renovar el DUI. Hay un camino de servicio que es el que convence a la gente. El camino del grito y del puño levantado no convence a nadie. El FMLN ha comenzado a ganar elecciones; esta es la segunda desde que dejó de amenazar y gritar. Ahora insiste mucho más que en el pasado en la necesidad de diálogo. Algunos de sus ministros han sido un ejemplo de comportamiento equilibrado, dialogante y abierto. Moderarnos todos y acostumbrarnos a vivir en la pluralidad de opiniones, en el respeto a las instituciones y en la búsqueda de soluciones dialogadas es lo que puede hacer que la derecha y la izquierda contribuyan, juntas, en temas estructurales, al desarrollo del país. La agresividad solo conduce al fracaso. El Salvador: “Escenario de unas votaciones presidenciales” Mauricio Iraheta Olivo U na elección presidencial como la celebrada el pasado domingo nueve de marzo en El Salvador, ya visto el resultado en las urnas, funciona como una conmoción sísmica: de pronto lo que estaba terminado, la estructura política, se encuentra alterada, y lo que vendrá todavía no se firmó. Los resultados de las votaciones presidenciales, tal como se configuraron en El Salvador, tuvieron para muchos algo de esquizofrenia y paranoia. De repente un palco del ala derecha de la nación fue ocupado por una manada de personajes que, como en las piezas de Shakespeare, parecen no percibir que sus dramas familiares se reflejan en todo el reino. Porque hay adultos que no superan nunca la fase de exhibicionismo propia de la infancia y quieren hacer siempre de la mirada ajena un espejo de su autoimagen. Y es que, de parte de un ex-candidato a la presidencia suena extraño, por no decir enfermizo, que sienta una necesidad compulsiva de comprobar siempre su poder, 5 Elecciones Los discursos de campaña electoral son como las ventas en mercado libre –no extienden factura– y que los candidatos aparezcan envueltos en una aureola de confiabilidad, el problema reside en el piso de abajo”. destacándose por la arbitrariedad y transformando a sus subalternos en meros instrumentos de su soberbia. Siempre tratando de suscitar envidia ajena por su mero capricho, como el niño que va a la escuela con reloj nuevo, no para saber la hora sino para que todos queden admirados de su objeto de ostentación. Se complace en exhibirse incluso cuando hace algún gesto magnánimo. No se pregunta por el proyecto “El Salvador”, no se cuestiona si el país seguirá rehén de una élite saciada de lucros e indiferente a la exclusión social. Lo que parece interesar son las emboscadas en torno a las armadillas en que pisa, el embalaje de marketing con que se presenta revestido. Con el escenario montado, gritan en contra de resultados del Tribunal Supremo Electoral y el sistema democrático de un gobierno. Sin embargo, ya muchos sabemos que los discursos de campaña electoral son como las ventas en mercado libre –no extienden factura– y que los candidatos aparezcan envueltos en una aureola de confiabilidad, el problema reside en el piso de abajo. Al contrario de lo que se dice, lo que es de barro es el anda, no el santo. Por otra parte algo que distingue a la nueva pareja presidencial, que los dos tienen en común mucho más de lo que cree nuestro vano prejuicio. Ninguno de ellos procede de las tradicionales oligarquías que acostumbraban a hacer en la vida pública lo que hacen en la privada. Ni pertenecen a la élite salvadoreña, ni nacieron en cuna de lujo. Los dos proceden de la clase pobre o media. Ambos repudian la dictadura militar, el conservadurismo, y para horror de las viejas oligarquías, estos nuevos elegidos han tenido en la izquierda su iniciación política. También es importante resaltar que ambos tendrán mucho reto por conquistar en áreas como la salud, educación, vivienda, saneamiento y seguridad. Porque El Salvador sigue siendo un pequeño pulgar con pies de barro. Sobre todo, por los recientes descubrimientos de ex-funcionarios públicos que utilizaron al gobierno como un antro de nepotismo, corrupción, tráfico de influencias y administraciones mezquinas -a pesar de que hubiera funcionarios éticos, de una dedicación esmerada al servicio público- pone sobre el tapete una cuestión más profunda a este nuevo Gobierno: el fin de una era política en que las instituciones de poder se mantengan por encima de toda sospecha. 6 Porque el Gobierno, al igual que ciertas empresas de obras públicas, es una entidad con doble discurso: “hacia dentro” asume decisiones según los parámetros de la racionalidad; por eso es tan complejo como los circuitos de las neuronas de nuestro cerebro. El Gobierno es el cerebro y su burocracia la red aparente de aquellas intrincadas conexiones que le hacen ordenar la sociedad, bien rumbo al desarrollo, bien para reprimir o consentir la corrupción y marañerias. Pero el Gobierno no opera sólo en el plano racional. Hay en él otro lenguaje, “hacia afuera”, disimulado, subjetivo, no visible o audible o público; lenguaje acuñado en la hoguera de las vanidades, en las disputas internas, en los trabajos de pasillos, en la defensa de los intereses corporativos, en las sendas oscuras de la corrupción. Las decisiones racionales son manifestaciones de ese juego entre bastidores que el público no percibe y donde ocasionalmente se considera lo que es su interés. Es por ello que El Salvador será, a partir del 1º de junio del 2014, el resultado de las elecciones de marzo. Para mejor o para peor. Y los que nos gobernarán han sido escogidos por el voto de cada uno de nosotros. Y gracias a los impuestos que pagamos ellos administrarán –bien o mal– los millones recaudados por el fisco, incluidos los salarios de los políticos y el costo de sus gabinetes de trabajo y sus respectivos viáticos. Y aunque en un nuevo período de transición de la democracia, siempre se mezclan luces y sombras, alianzas entre sectores progresistas y conservadores, en el ambiguo compás de una de cal y otra de arena. Donde además del sistema político, la democracia debe robustecer el sistema jurídico, para reducir la antinomia entre el “hacia dentro” y “hacia fuera”, a no ser que se quiera perfumar el chivo que entró en la sala al pretender ignorar el combate a la impunidad. Porque, como sugiere Enmanuel Lévinas, la política debe ser controlada y criticada siempre a partir de la ética. Por ello, es importante que este nuevo Gobierno tenga a funcionarios públicos que cuenten con esta ecuación cargo-responsabilidadcompetencia. Y se someta a un efectivo control popular para que haga expulsar al chivo, y así hacer coincidir la transparencia y la actividad política en nuestro país. Elecciones Ante los acontecimientos suscitados luego de la elección del 9 de marzo Pronunciamiento de la UCA La UCA después de escuchar y valorar los informes de las diversas misiones nacionales e internacionales de observación electoral, se pronuncia en los siguientes términos. 1. Vemos con honda preocupación la actuación de la dirigencia del partido ARENA, que de una manera irresponsable y temeraria ha adoptado un discurso y una actitud confrontativos. Un discurso que ha irrespetado el rol legítimo de la Fuerza Armada y que es contrario al espíritu de los Acuerdos de Paz; una actitud que atenta contra la estabilidad y la institucionalidad del país. 2. No se puede acatar la ley solo cuando favorece y desconocerla cuando no. Rechazamos la posición de la dirigencia del partido ARENA de desconocer la institucionalidad y cuestionar la transparencia del proceso electoral. 3. Nuestra legislación electoral reconoce que la Fiscalía puede contribuir a verificar la transparencia de las elecciones cuando las otras dos instancias integradas por los mismos partidos no puedan hacerlo. Recurrir a la última instancia directamente cuando no se han agotado los procedimientos e instancias previas, tal como lo establece la ley, no contribuye al fortalecimiento de nuestra institucionalidad. 4. Prácticamente todas las misiones de observación, internacionales y nacionales, han descartado la posibilidad de un fraude electoral y han calificado el proceso y el sistema empleado como transparente, confiable y seguro. 5. No se le puede pedir al Tribunal que actúe fuera de los supuestos contemplados en la ley, pues se transgrediría el principio de legalidad. Y no hay que perder de vista que las normas que hoy se pide ignorar fueron creadas, avaladas y aprobadas por los mismos demandantes. 6. La conducta de la dirigencia de ARENA pone en riesgo la gobernabilidad democrática de El Salvador y está creando las condiciones para una espiral de violencia al privilegiar la exaltación y el entrampamiento por sobre los mecanismos institucionales establecidos en la ley. Por todo esto, hacemos un urgente llamado: 1. Al partido ARENA, a que respete la institucionalidad y los procedimientos establecidos por el Código Electoral. Invitamos a su dirigencia a presentar pruebas pertinentes, creíbles y consistentes que sustenten las anomalías que han denunciado, utilizando los canales establecidos por la ley, así como a respetar los plazos y etapas de todos los procedimientos electorales abiertos. Además, la exhortamos a abstenerse de involucrar en esta coyuntura a las instituciones públicas que administran el orden y la seguridad del Estado. Al FMLN, a que continúe con la conducta mostrada hasta el momento (ignorar las provocaciones y actuar con prudencia y en el marco de la legalidad) en espera del escrutinio final. A ambos partidos, los invitamos a honrar el compromiso de respetar los resultados electorales, plasmado en el numeral 8 del pacto de entendimiento que firmaron el 24 de octubre de 2013 ante la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. 2. A las diversas organizaciones, gremiales, “tanques de pensamiento” y medios de comunicación, a que no promuevan o avalen mensajes que contradigan el respeto a la institucionalidad democrática. Transmitir acríticamente o aceptar silentemente la actual postura y las actividades de la dirigencia de ARENA es una manera de contribuir a un ambiente de inestabilidad y de irrespeto a la institucionalidad, esa misma que dicen defender. 3. Al Tribunal Supremo Electoral, a que siga aplicando la normativa electoral, a fin de respetar y transparentar oportunamente la voluntad del pueblo salvadoreño expresada en las urnas. Y a que continúe actuando con plena transparencia para evitar cualquier duda sobre el resultado final de esta elección presidencial. 4. A la ciudadanía y a los actores políticos y sociales, a estar en calma y a mantener una actitud conciliadora ante los resultados de este proceso. Es imperativo mantener el Estado de derecho y el orden público, en una cultura de paz, desistiendo del uso de la violencia. San Salvador, 12 de marzo de 2014 Texto editado 7 Rutilio Grande Rutilio Grande José María Tojeira H oy recordamos a Rutilio Grande, 37 años después de que fue asesinado junto con un adulto mayor y un niño. Otros dos niños que iban con él en el vehículo lograron escapar por el cañaveral. Y aunque reconocieron a los asesinos, efectivos de la Guardia Nacional, no hubo juicio ni justicia. Corrió la suerte de muchos otros sacerdotes que fueron asesinados después que él, y, sobre todo, de tantos hombres y mujeres víctimas de formas brutales de represión y violaciones de derechos humanos. Rutilio es un sacerdote, un jesuita que, desde los tiempos de su muerte, evoca la larga historia de fidelidad a los pobres de la Iglesia. Formador de sacerdotes, amigo de la gente sencilla, párroco visionario empeñado en transmitir a nuestros campesinos la fe cristiana en toda su riqueza, Rutilio sigue presente en muchos aspectos en nuestra historia. Fue el primero en esa larga lista de presbíteros convertidos en testigos, en mártires del Evangelio. La gente lo sigue recordando como un servidor cercano, consejero sabio, amigo generoso, religioso íntegro y fiel. Su amistad honda y personal con monseñor Romero contribuyó, más en muerte que en vida, a que el arzobispo alzara su voz profética. Monseñor Romero conocía a Rutilio muy bien y no podía dudar de la terrible injusticia cometida. La muerte de su amigo lo comprometió más a fondo con el dolor de las víctimas. Algunos pueden preguntarse qué nos dice hoy Rutilio Grande, 37 años después de su muerte. En una cultura demasiado pragmática y egoísta, los muertos están condenados al olvido. Incluso dentro de una esperanza de justicia laica, con frecuencia se recuerda a los muertos del pasado como escalones naturales hacia una justicia mayor. Sin embargo, para nosotros, las víctimas del pasado son algo más que flores aplastadas en el camino de un progreso o desarrollo, que siempre requieren luchas. Desde la fe cristiana, esperamos una justicia universal, definitiva, y que tenga en cuenta a todas las víctimas inocentes. Y es precisamente esa esperanza la que nos hace mantener la mirada en las víctimas de la historia, la que nos lleva a recordarlas y a considerarlas parte de la construcción de una justicia definitiva. Ver a las víctimas, sentir su dolor, es unirse a la pasión de una 8 humanidad que aspira a la solidaridad y la hermandad. Y Rutilio, movido por la compasión y la solidaridad generosa, es un ejemplo para todos tanto en su calidad personal como en su muerte martirial. En El Salvador, ha abundado la muerte y la injusticia. Todavía hoy la violencia es demasiado dura y sigue causando víctimas. Olvidar a las víctimas del pasado no ayuda a vencer la violencia actual. Al contrario, tiende a perpetuarla. Porque las víctimas del pasado nos muestran de un modo especial no solo la brutalidad de los victimarios y su capacidad de impunidad, sino el amor de unas personas empeñadas en defender a los débiles y en construir una sociedad justa y humana. Seguir sus pasos, desde su afán de diálogo y de justicia, desde su solidaridad con los pobres y débiles, y desde su resistencia frente al mal y la brutalidad, es el camino correcto para vencer la violencia actual. Cuando la gente dice que “Romero vive” o “Rutilio vive”, está confesando algo más que la fe en la resurrección del final de los tiempos. Está confirmando que ya, en nuestros días y a pesar de su muerte, las víctimas siguen teniendo incidencia histórica. Dicen que el espíritu de estos hombres se ha unido al Espíritu de Jesús, y actúa en la gente generosa que quiere construir un mundo más fraterno y humano desde la liberación de su propia generosidad. Recordar a Rutilio Grande es revivir sus ideales, su solidaridad y su fuerza profética. Es ganar fuerza para caminar en la construcción de un El Salvador mejor y tomar conciencia de la necesidad de planificar un futuro más fraterno. Rutilio Grande En el lugar del atentado contra Rutilio y sus compañeros pronto se levantó una sencilla cruz. Fue profanada y destruida por los responsables de su asesinato. Se volvió a poner otra cruz, y así varias veces. Finamente se colocó una cruz sólida que es la que aparece en la foto. Junto a ella están los Padres Ignacio Ellacuría, Segundo Montes y Nacho Martín Baro. Celebración en El Paisnal El 12 de marzo se celebró una misa en El Paisnal donde vivió, trabajó y murió Rutilio Grande. En efecto, Rutilio, con el señor Manuel Solórzano de 72 años y el niño Nelson Rutilio Lemus de 16 años, fue emboscado al atravesar unos cañales mientras se dirigía a oficiar una misa en El Paisnal. El 4 de marzo, el arzobispo de San Salvador anunció que ya puede comenzar el proceso de beatificación. Y después de la celebración, en El Paisnal, el padre Tojeira comentó: “es para nosotros un honor que el Arzobispo haya fijado sus ojos en Rutilio Grande y quiera iniciar el proceso de beatificación. Nosotros estábamos convencidos de que era un mártir. Y estamos esperando la beatificación de Monseñor Romero para introducir la causa de Rutilio”. La misa fue presidida por el párroco, quien tiene a su derecha al padre José María Tojeira. 12 de marzo, 2014. 9 Asesinato martirial de Monseñor Romero H O S PI TA L D I V I N A 24 de marzo, 1980 PROV I D E N C I A Jon Sobrino s.j. Hemos producido esta muestra en el marco del XXXIV aniversario del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Las fotografías fueron tomadas en la capilla del hospitalito La Divina Providencia, el 24 de marzo, 1980. Las fotografías estarán expuestas en el vestíbulo del Centro Monseñor Romero hasta el 31 de abril, 2014. M onseñor Romero tuvo conciencia de que pudo morir asesinado. En los Ejercicios Espirituales que hizo en febrero de 1980 le confesó al Padre Azkue: “tengo temor a una muerte violenta que en estas circunstancias es muy posible”. Susto y sorpresa por el disparo No le faltaba razón. Seis sacerdote habían sido asesinados en los tres años de su ministerio arzobispal, y muchos otros líderes del país, profesores, médicos, maestros, políticos… El 9 de marzo de ese mismo año fue asesinado Rubén Zamora del partido opositor la democracia cristiana. Cuando al día siguiente Monseñor Romero fue a celebrar la misa del funeral en la basílica del Sagrado Corazón, fue encontrada una valija con 90 candelas de dinamita. No explotó, pero fue una llamada de atención. Días más tarde en uno de los periódicos apareció el anuncio de una misa en la capilla del hospitalito de la Divina Providencia en el primer aniversario de la muerte de la niña Sara, madre del señor Jorge Pinto, director del Independiente, periódico de oposición que había sufrido un atentado pocas semanas antes. En la invitación aparecía que el celebrante iba a ser Monseñor Romero, y varias personas cercanas a Monseñor, trataron de disuadirlo de que fuese a decir la misa, pues corría peligro. Y así fue. A las seis y treinta de la tarde en la capilla del hospital de la Divina Providencia, hospital para personas con cáncer terminal, sonó el disparo que acabó con su vida. El cuerpo agonizante fue llevado a la Policlínica. Y según testigos presenciales en el camino pronunció sus últimas palabras: “Que Dios les perdone”. Las religiosas intentan ayudar rápidamente 10 Espanto y oración La hermana Noemí, a la derecha, ayuda a llevar a monseñor Monseñor es trasladado a la Policlínica Unámonos, pues, íntimamente en fe y esperanza. “Que este cuerpo inmolado y esta carne sacrificada por los hombres nos alimente también a dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo: no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo. Unámonos, pues, íntimamente, en la fe y la esperanza en este momento de oración por doña Sarita y por nosotros”. Últimas palabras de Monseñor 24 de marzo de 1980. El cadáver de monseñor “He sido frecuentemente amenazado de muerte”. “Debo decirles que como cristiano no creo en la muerte sin la resurrección. Si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño”. “Mi muerte, si es aceptada por Dios, sea por la liberación de mi pueblo y como un testimonio de esperanza en el futuro”. Puede usted decir, si llegasen a matarme, que perdono y bendigo a quienes lo hagan. “Ojalá sí se convenzan que perderán su tiempo. Un obispo morirá, pero la iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás”. Jorge Pinto, con mujeres horrorizadas Gracias Monseñor Romero 11 Rutilio Grande Rutilio en las palabras de Romero Foto histórica. Rutilio Grande acompaña a Monseñor Romero en el día de su consagración episcopal. Detrás Mons. Luis Chávez y González, su predecesor, y Mons. Rivera Damas, su obispo auxiliar. En el funeral de catedral el 14 de marzo, 1977 “Lo siento como a un hermano” Si fuera un funeral sencillo hablaría aquí de unas relaciones humanas y personales con el padre Rutilio Grande, a quien siento como a un hermano. En momentos muy culminantes de mi vida, él estuvo muy cerca de mí y estos gestos jamás se olvidan. “Nuestro primer mártir” El amor verdadero es el que atrae a Rutilio Grande en su muerte con dos campesinos de la mano, así ama la Iglesia, muere con ellos y con ellos se presenta a la trascendencia del cielo. Un sacerdote con sus campesinos, camino a su pueblo para identificarse con ellos, para vivir con ellos, no una inspiración revolucionaria sino una inspiración de amor En El Paisnal 5 de marzo, 1978 “El hombre bueno de El Paisnal” Aquí también, en un hogar, en un pueblito como el de Belén de Judea, nace Rutilio Grande con las señales de un predilecto, como un elegido de Dios en su mismo 12 pueblo, y viene Dios y lo unge como a David… Rutilio es aquel hombre que llevó de aquí el amor a su pueblo. Aquel hombre que vivió este paisaje que estamos viendo en este momento, aquel hombre, que como los niños de hoy, de El Paisnal, sintió lo polvoriento de estas calles, lo triste de esa pobreza, las dificultades de vivir en un pueblecito apartado y sin embargo, también la riqueza moral de nuestro pueblo, la riqueza de ese hombre, donde él aprendió a rezar, donde él aprendió a ver a Dios y amar al prójimo, donde Monseñor Chávez y González en una visita pastoral lo encuentra entre los muchachitos de la catequesis y le pregunta: “¿quieres ser sacerdote?” Y se lo lleva para el seminario. Y para que vean, hermanos la grandeza del hombre no es ir a la gran ciudad, no es el tener títulos, riquezas, dinero; la grandeza del hombre está en ser más humano. Por eso, cuando Rutilio llega a la plenitud de la humanidad suya lo encontramos de vuelta para El Paisnal en vísperas de un día de la fiesta patronal del pueblito. Viene para acá, con el cariño del hombre que ha crecido en su corazón, pasando por universidades por libros y por estudios. Aquel hombre ha comprendido que la verdadera grandeza donde lo ha conducido toda su inteligencia, su vocación, todo, no está en haberse ido de aquí para ser más rico en otro pueblo, sino en volver a su pueblo amando a los suyos. Esta es la verdadera grandeza. Rutilio Grande Pequeño evangelio de Rutilio Grande 1. Vamos a seguir con fe al hombre de Nazaret Jesús era peregrino que iba por cantones y caseríos. Se detenía junto a los cercos o debajo de un amatón: “Ahí no más tienen el reino de Dios. Nos lo regala el padre Dios, con tal de que cambiemos de rumbo y que lo recibamos como buena noticia”. Muchos prefieren un Cristo mudo y sin boca para pasearlo por andas por la calle. Un Cristo con bozal, fabricado a nuestro antojo y según nuestros mezquinos intereses. Ese no es el Cristo del Evangelio, el Jesús joven de 33 años. El que se jugó la vida y murió por la causa más noble de la humanidad. Mucho me temo, hermanos que si Jesús volviera hoy bajando de Galilea o Judea, o sea de Chalatenango a San Salvador, yo me atrevo a decir que no llegaría con sus prédicas y acciones hasta Apopa. Lo detendrían ahí, a la altura de Guazapa. “Y duro con él”, hasta hacerlo callar o desaparecer. 2. Equipo misionero de Aguilares: Rutilio Grande, Chamba Carranza, Tavo Cruz y Benigno Fernández, 1974 “Bendito sea Dios que en la muerte del Padre Grande la Iglesia está diciendo: Sí hay solución, la solución es el amor, la solución es la fe, la solución es sentir la Iglesia no como enemiga, la Iglesia como el círculo donde Dios se quiere encontrar con los hombres”. Monseñor Romero “Tenemos un padre común” ¡Primero Dios, primero Dios! ¡En nombre de Dios o Gloria a Dios…! Pero ¿de qué dios se trata? Unos se santiguan: ¡en el nombre del padre -el pisto-, y del hijo -el café-, y del espíritu-mejor que sea de caña! Ese no es el Dios Padre de nuestro hermano y señor Jesús que nos da su Buen Espíritu para que seamos hermanos por igual, y para que, como seguidores cabales de Jesús, trabajemos por hacer presentes aquí y ahora su Reino. Un Padre común tenemos, luego todos somos hijos del mismo padre, aunque hayamos nacido del vientre de distintas madres. Luego todos somos hermanos. Los Caínes también son nuestros hermanos, aunque sean un aborto en el plan de Dios. 3. No trepen el Evangelio a las nubes Dios no esta en las nubes acostado en una hamaca. Jesús mentaba mucho el Reino del Padre Dios. Y le gustaba compararlo a una gran cena en una mesona con manteles largos, que alcanzara para todos por igual. Y que nadie se quedara por fuera sin su taburete y su conqué. Las chiltotas tienen un conacaste donde colgar sus nidos, para vivir y cantar. Al pobre campesino no le dejan ni un conacaste, ni un puño de tierra para vivir para que le entierren. Los que tienen voz, pisto y poder se organizan y disponen de todos los medios a su alcance. Los campesinos no tienen tierra, ni pisto, ni derecho a organizarse. Esto no es el Reino de Dios, sino el reino de la maldad, de la mentira y del diablo. 4. Una mesa grande para todos La iglesia no es un museo de tradiciones muertas, de enterradores que solo se preocupan de cargar la urna el viernes Santo para enterrar a Jesús. Debe ser un puño de comunidades vivas, portadoras de vida y esperanza para nuestra gente más humilde. Jesús quiso celebrar la víspera de su entrega total una cena, una fiesta. Y nos dijo que sería el memorial cabal de nuestra liberación. Y él, de 33 años, fue el primero que se puso a los pies de sus amigos para lavarle los pies. Y nos mandó hacer lo mismo, como señal de que estamos listos a jugarnos la vida por los hermanos. No vale decir “sálvese quien pueda con tal de que a mí me vaya bien”. Nos tenemos que salvar en racimo, en mazorca, en matata, osea en comunidad. 13 Romero Pastor de los pobres y de los indefensos Omar Serrano ¡Qué fácil es denunciar la injusticia estructural, la violencia institucionalizada, el pecado social! Y es cierto todo eso, pero ¿dónde están las fuentes de ese pecado social?: en el corazón de cada hombre. 23/03/1980 El 24 de marzo conmemoramos la muerte martirial de monseñor Romero, el pastor amigo y cercano, que desde su púlpito en la Catedral proclamó el Evangelio de Jesús, defendió a su pueblo de los abusos del poder, demandó la igual dignidad de las personas y denunció, con gran contundencia, el pecado personal y social, causante de los males del pueblo salvadoreño. Óscar Arnulfo Romero se puso del lado de los pobres, de los humildes, de todos aquellos que vivían en carne propia la represión de las fuerzas del Estado y la violencia de la injusticia social. Es por ello que el pueblo oprimido encontró en él al buen pastor, solidario con sus luchas y sufrimientos, un obispo capaz de consolar y sentir compasión ante el profundo dolor causado por la brutal represión estatal. Un pastor que asumió a plenitud la causa de los derechos humanos, de acuerdo al Concilio Vaticano II y a las conferencias de los obispos latinoamericanos de Medellín y de Puebla. Monseñor Romero se tomó en serio su oficio de pastor, y como tal supo orientar a su pueblo. A la luz del Evangelio, nos enseñó a vivir como cristianos en aquellos momentos históricos tan difíciles. Sabía consolar, tenía el don de animar y de guiar para vivir cristianamente en medio de una situación de barbarie y locura. Tomarse en serio su oficio lo llevó también a denunciar las causas de la injusticia en El Salvador. Descubrió que la raíz de todo el mal estaba en la absolutización de la riqueza y el poder, 14 que para él era una forma de idolatría practicada por la oligarquía: “Yo denuncio, sobre todo, la absolutización de la riqueza. Este es el gran mal de El Salvador: la riqueza, la propiedad privada como un absoluto intocable, y ¡ay del que toque ese alambre de alta tensión: se quema! No es justo que unos tengan todo y lo absoluticen de tal manera que nadie lo pueda tocar, y la mayoría marginada se esté muriendo de hambre”. Ante ese injusto orden de cosas, hizo continuos llamados a la conversión: “Seremos firmes, sí, en defender nuestros derechos, pero con un gran amor en el corazón. Porque al defender así, con amor, estamos buscando la conversión de los pecadores”. Y frente a las acusaciones que se le hacían desde la ultraderecha, fue claro: “Yo tengo la conciencia muy tranquila, jamás he incitado a la violencia (…) Mi voz no se ha manchado nunca con un grito de resentimiento ni de rencor. Grito fuerte contra la injusticia, pero para decirle a los injustos: ‘¡Conviértanse!’. Grito en nombre del dolor para decirle a los criminales: ‘¡Conviértanse!’”. Su amor por el pueblo incluía a pobres y a ricos, y por eso nunca dejó de hacerles la invitación a la conversión y a construir una sociedad con justicia social, una sociedad que permitiera una vida digna a toda la población. Ignacio Ellacuría, quien admiró profundamente a Romero, dijo a propósito de su nominación para el premio Nobel XXXIV aniversario de la Paz: “Monseñor Romero es pacificador porque denuncia con acopio de razón los arrestos arbitrarios, las torturas y los asesinatos; lo es porque se ha convertido en el campeón de los pobres y de los indefensos; lo es porque rechaza la violencia y exige profundos cambios sociales y económicos”. El obispo mártir entendía con claridad que la máxima violencia era la injusticia social, que priva de vida y dignidad a miles de personas. Así, el trabajo por la paz debía pasar por la erradicación de las injusticias sociales. Su insistente denuncia de las violaciones a los derechos humanos, su clara decisión de defender a las víctimas de todos los atropellos a los que fue sometido el pueblo salvadoreño, le valió gran reconocimiento en el ámbito internacional. Fue propuesto por el Parlamento británico para el premio Nobel de la Paz, y las universidades de Lovaina y de Georgetown le entregaron sendos doctorados honoris causa. Los reconocimientos no cesaron con su asesinato; el 21 de diciembre de 2010, treinta años después de su muerte, y en reconocimiento a su trabajo a favor de las víctimas, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas. Cuánto sufrimiento nos hubiéramos ahorrado si se le hubiera hecho caso a monseñor Romero. Hoy, 34 años después de su muerte, El Salvador sigue padeciendo la injusticia social, se sigue practicando la idolatría al dinero y al poder. En los 22 años transcurridos desde los Acuerdos de Paz, hemos sido incapaces de construir una sociedad justa, con pleno respeto a los derechos humanos, con igualdad de oportunidades para todos. Por eso, como lo dijo monseñor Romero, mientras persista “este desorden espantoso”, esta ausencia de justicia social y económica, no podrá haber paz. Y, como vaticinó, si solo se ponen parches a esta situación, “los nombres de los asesinados irán cambiando, pero siempre habrá asesinados. Las violencias seguirán cambiando de nombre, pero habrá siempre violencia mientras no se cambie la raíz de donde están brotando, como de una fuente fecunda, todas estas cosas tan horrorosas de nuestro ambiente”. Escuchemos ese clamor de monseñor Romero, que es pertinente para hoy y coincide con los llamados del papa Francisco a toda la humanidad. Si de verdad queremos paz en El Salvador, si queremos el fin de la violencia, la pobreza y la marginación, pongamos nuestro mayor esfuerzo en trabajar por la justicia social y el pleno respeto a los derechos humanos. Si obramos así, le rendiremos justos honores a nuestro pastor. "El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento" Carlos Ayala Ramírez El lema escogido por la Fundación Monseñor Óscar Romero para conmemorar el XXXIV aniversario de su obispo mártir es “El pastor tiene que estar donde está el sufrimiento”. La frase es de la homilía del 30 de octubre de 1977; que fue compartida con monseñor Arturo Rivera Damas, quien había sido designado obispo residencial de Santiago de María. En la primera parte de la homilía monseñor Romero señala algunos de los signos de los tiempos que caracterizaban ese período, y después monseñor Rivera hizo una interpretación bíblica de esos signos. El signo que más destacó monseñor en esta homilía, y del que recurrentemente se ocupó durante sus tres años como arzobispo, es el de la realidad sufriente y dolorosa de aquellos tiempos tan críticos. La injusticia social y la violencia represiva del Estado aparecen como las principales causas de ese sufrimiento, y las víctimas mayoritarias eran los pobres. A ese estado de cosas lo llamó “pecado estructural escandaloso”. En su cuarta carta pastoral afirmó que las consecuencias sociales del pecado se presentan en El Salvador con rasgos muy trágicos y exigencias cristianas urgentes: “Mortalidad infantil, falta de vivienda, problemas de 15 Romero Eucaristía del XXXIV aniversario de Monseñor Romero en la capilla de la UCA. Presidió: Rolando Alvarado s.j. nuevo provincial de los jesuitas en Centroamérica. Las defendió con la verdad. Monseñor Romero buscó y comunicó verdad frente a lo que la impedía, esto es, el ocultamiento de la realidad de las víctimas, el cierre de espacios a la voz de las mayorías y la manipulación de la noticia. En este contexto, declaró: “Todo está comprado, está amañado y no se dice la verdad” (homilía del 2 de abril de 1978). “La verdad está esclavizada bajo los intereses de la riqueza y el poder” (homilía del 15 de febrero de 1980). “Vivimos una hora de lucha entre la verdad y la mentira (homilía del 30 de julio de 1978). “Queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello de los derechos humanos” (homilía del 28 de agosto de 1977). salud, salarios de hambre, desempleo, desnutrición, inestabilidad laboral. La situación de extrema pobreza generalizada adquiere, en la vida real, rostros muy concretos en los que deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, que nos cuestiona e interpela”. Denuncia de la injusticia y la violencia, defensa de las víctimas, libertad frente a los poderosos y valentía para correr los riesgos que podrían sobrevenir fueron las formas reales que tomó la palabra de verdad pronunciada por monseñor Romero. Con respecto a la violencia represiva del Estado o de grupos clandestinos, dijo: “No me cansaré de denunciar el atropello por capturas arbitrarias, por desaparecimientos, por torturas (…) La violencia, el asesinato, la tortura, donde quedan tantos muertos, el machetear y tirar al mar, el botar a la gente: todo esto es el imperio del infierno”. Las acompañó con misericordia. Monseñor Romero no fue un humanista producto del altruismo o del asistencialismo distante, no se trataba de hacer una labor social humanitaria. Su actitud era más de fondo: escuchar los clamores de los pobres, interiorizarlos y dejarse afectar por ellos. Es elocuente, el siguiente texto: “Rostro de Cristo entre costales y canastos de cortador. Rostro de Cristo entre torturas y maltratos de las cárceles. Rostro de Cristo muriéndose de hambre en los niños que no tienen qué comer. Rostro de Cristo, el necesitado que pide una voz a la Iglesia” (homilía del 26 de noviembre de 1978). Es el ejercicio de la misericordia afectiva, amor a los pobres, y efectiva, que va a la raíz de las causas del sufrimiento. Y en su última homilía dominical, pensando en el pueblo sufriente, expresó: “Le pido al Señor mientras voy recogiendo el clamor del pueblo y el dolor de tanto crimen, la ignominia de tanta violencia, que me dé la palabra oportuna para consolar, para denunciar, para llamar al arrepentimiento, y aunque siga siendo una voz que clama en el desierto, sé que la Iglesia está haciendo el esfuerzo por cumplir su misión”. Sin duda, a monseñor Romero le impactó hondamente el sufrimiento del pueblo salvadoreño. Y al sistema que lo provocaba lo calificó de “desorden espantoso”, “pecado estructural escandaloso”, “imperio del infierno”, formas recias para señalar lo que produce la injusticia, la inequidad y la crueldad de la violencia. Él consideraba que la Iglesia traicionaría su mismo amor a Dios y su fidelidad al Evangelio si dejaba de ser defensora de los que en un momento llamó “el Divino Traspasado”. Y en coherencia con ese amor y esa fidelidad, defendió, acompañó y se involucró con las víctimas de ese sufrimiento. Lo hizo de una manera profundamente humana y genuinamente cristiana. Enunciemos algunos rasgos esenciales. 16 Desde esa realidad de rostros concretos, monseñor Romero criticó el deterioro moral en el ámbito de la administración pública, del sector privado y de la misma Iglesia; desenmascaró las idolatrías de la sociedad, absolutización de la riqueza, del poder y de la ideología. Propuso una liberación integral que unificara evangelización con promoción humana, cambios de las personas con cambios estructurales. Tocó la carne sufriente mediante la solidaridad. La solidaridad en monseñor Romero no se limitaba a un sentimiento caritativo, a un alivio de urgencias individuales, a una actividad puramente paternalista. Se constituyó, eso sí, en una fuerza ética y profética que interpeló a las estructuras indolentes e inhumanas, Romero Miembros del gobierno salvadoreño y diplomáticos, junto al hermano de Monseñor, Gaspar Romero, develan la placa que nombra al Aeropuerto Internacional de El Salvador como Aeropuerto “Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez”. e inspiró un modo de convivencia fundamentado en la estima de la dignidad humana, la indignación por el daño injusto y la compasión ante el sufrimiento que llega hasta las entrañas y el corazón propio. Este es el espíritu del texto central escogido para este año: la solidaridad como una reacción ante el clamor del pueblo sufriente, ante el clamor por la justicia. En palabras emblemáticas de Romero: “Lo que me importa es que el pastor tiene que estar donde está el sufrimiento; y yo he venido, como he ido a todos los lugares donde hay dolor y muerte, a llevar la palabra de consuelo para los que sufren… Para la Iglesia no hay categorías distintas. Solo hay el sufrimiento, y tiene que expresarse en el dolor donde quiera que se encuentre” (homilía del 30 de octubre de 1977). Para terminar, transcribimos tres textos iluminadores sobre el tema. Los primeros ponen en contraste dos modos radicalmente distintos de ser pastor; el tercero lanza un desafío a cada uno de nosotros en la línea de saber escuchar el clamor de los que sufren. Comenzamos con el profeta Ezequiel, que nos habla sobre los pastores ineptos y crueles: “¡Ay de los pastores [jefes] de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas lo que tienen que apacentar? Ustedes se han tomado la leche, se han vestido con la lana, han sacrificado las ovejas (…); no han apacentado el rebaño, no han fortalecido a las ovejas débiles, no han cuidado a la enferma ni curado a la herida; sino que las han dominado con violencia y dureza. Y ellas se han dispersado, por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las fieras del campo. Mis ovejas se dispersaron por toda la tierra, sin que nadie las buscase siguiendo su rastro” (Ez 34, 1-6). El segundo texto es del teólogo Jon Sobrino y resume magistralmente el modo de ser pastor que caracterizó a monseñor Romero. “En un mundo de mentiras, de crueldad y de violencia, con monseñor Romero aparecieron la verdad, la compasión y la reconciliación. En un mundo de trivialidad y egoísmo, con él aparecieron la firmeza y el amor. En un mundo que prescinde de Dios o lo infantiliza, con él apareció la fe que confía en el misterio último y, a la vez, está absolutamente disponible ante él. Ver juntas verdad y compasión, firmeza y amor, confianza y disponibilidad, no ocurre con frecuencia. Por ello, cuando algo de eso se hace presente en nuestras vidas, es como una brisa de aire fresco (…) es una buena noticia”. Terminamos con un desafío planteado por el papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii gaudium: “La Iglesia ha reconocido que la exigencia de escuchar este clamor [de los pobres y cuantos sufren] brota de la misma obra liberadora de la gracia en cada uno de nosotros, por lo cual no se trata de una misión reservada solo a algunos: ‘La Iglesia, guiada por el Evangelio de la misericordia y por el amor al hombre, escucha el clamor por la justicia y quiere responder a él con todas sus fuerzas’. En este marco se comprende el pedido de Jesús a sus discípulos: ‘Dadles vosotros de comer’ (Mc 6, 37), lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos” (n. 188). 17 Romero Recordemos a Monseñor. Y recordémoslo lo mejor posible Jon Sobrino s.j. 1. La celebración de este nuevo aniversario de Monseñor ha mostrado que sigue presente entre los pobres y los solidarios de muchas partes del mundo. Lo que me parece muy importante recalcar es que esta presencia no es evidente sino que es un triunfo, pues todavía hoy acaece en contra de poderosas fuerzas que lo quisieron enterrar, y en medio de una civilización de la riqueza, como decía Ellacuría, que mueve a diluir su presencia. Monseñor dijo con humildad “Resucitaré en mi pueblo”, y ocurre. Al aeropuerto de San Salvador le han puesto su nombre, y un grupo de ancianos han venido a visitarlo al Centro Monseñor Romero. Pero hay fuerzas de todo tipo que lo silencian de manera bochornosa. De nuevo, con humildad, Monseñor los desanimó poco antes de que lo asesinaran: “ojalá se convenzan que perderán su tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás”. 2. Hay que recordar que Monseñor Romero vivió volcado hacia su pueblo, con sus sufrimientos y esperanzas, y en total confianza y fidelidad al misterio de Dios, como Dios de los pobres. Así lo dijo Ellacuría cuando la UCA le concedió un doctorado en 1985: “Sobre dos pilares apoyaba Monseñor Romero su esperanza. Un pilar histórico que era su conocimiento del pueblo al que el atribuía una capacidad inagotable de encontrar salidas a las dificultades más graves, y un pilar trascendente que era su persuasión de que últimamente Dios es un Dios de vida y no de muerte, que lo ultimo de la realidad es el bien y no el mal. Al pueblo salvadoreño, sufrido y esperanzado, le amó con todo su corazón, y lo amó hasta el final: “no abandonaré a mi pueblo, sino que correré con él todos los riesgos que mi ministerio exige”. Y construyó una iglesia para ese pueblo, identificada con él hasta el final: “Me alegro hermanos de que nuestra iglesia sea perseguida. Sería triste que una patria donde se esta asesinando tan horrorosamente no contáramos entre las victimas también a los sacerdotes. Son el testimonio de una iglesia encarnada en los problemas del pueblo”. 18 Y Monseñor Romero fue totalmente un hombre de Dios. “¡Quién me diera, queridos hermanos, que el fruto de esta predicación fuera que cada uno de nosotros fuéramos a encontrarnos con Dios y que viviéramos la alegría de su majestad y de nuestra pequeñez!”. Dice la escritura “Padre de huérfanos y viudas es Dios… En ti el pobre encuentra compasión”. Ese fue Dios para Monseñor Romero. Y para los pobres, huérfanos y viudas, así fue Monseñor Romero. Ciertamente con él Dios pasó por El Salvador. 3. Como toda tradición, la de Monseñor Romero puede tomar direcciones distintas. Se puede recordar a Monseñor bien, regular o incluso mal. Hace años periódicos y medios de comunicación adulteraron su memoria. Dios nos libre de hacerlo, aunque no está en nuestras manos evitarlo del todo. Como somos limitados, a veces lo recordamos solo de manera regular. Pero muchos y muchas lo recuerdan bien. Estos son los que aman la verdad y la dicen sin fijarse en los costos. Los que son honrados con la realidad y no la encubren, los que son humanamente correctos y no se empequeñecen con lo políticamente correcto. Son los compasivos y compasivas, buenos samaritanos, que no pasan de largo ante los heridos en el camino, o los cadáveres que siguen abundantes en nuestro país, que buscan casa y empleo para los que aquí no tienen, o los defienden de coyotes crueles a quienes tienen que emigrar. Son los que prefieren dar más que recibir. Son los que tienen fortaleza para aguantar la dureza de la vida y de las persecuciones. Son los que tienen esperanza y la transmiten a los demás. Son los que viven con gozo ser hermanos y hermanas unos de otros. Son los que le rezan a nuestro padre Dios. Y son los que ven en Monseñor Romero a nuestro hermano mayor. Y así entre todos hacemos que crezca la iglesia de Jesús que Monseñor plantó entre nosotros. Romero VII aniversario de María Julia Hernández Jon Sobrino s.j. E l 30 de marzo de 2007 falleció María Julia Hernández. De ella ha dicho Monseñor Urioste estas bellas palabras: “Como monseñor Romero y monseñor Rivera, María Julia fue un regalo de Dios para El Salvador. En este Festival Verdad, que estos días celebramos en la UCA, es una alegría recordar a María Julia y recordarla en su inmenso amor a la verdad y en un amor todavía mayor a las víctimas. Largos años en Tutela Legal y muchos trabajos visitando comunidades para buscar cadáveres y consolar a sus familiares, para defender la justicia y luchar contra la injusticia, la corrupción, las amnistías… Y junto al amor a las víctimas, su amor a monseñor Romero. A mi entender fue la primera que publicó sus homilías transcribiendo en sencillos cuadernos lo que monseñor había dicho en Catedral. Y se le pareció mucho. Me lo recuerdan estas palabras que escuché a un campesino después del asesinato de monseñor Romero: “Monseñor Romero dijo la verdad. Nos defendió a nosotros de pobres. Y por eso lo mataron”. El campesino comenzó por lo que en un primer momento más le debió sorprender de Monseñor: “dijo la verdad”. Sin atisbos sistemáticos continuó formulando magistralmente lo que hizo Monseñor durante todo su arzobispado: “defender al pobre”. Y con la misma clarividencia concluyó: “por eso lo mataron”. Directora de la oficina de Tutela Legal del Arzobispado, María Julia Hernández, defensora de los derechos humanos. Así fue María Julia. Ante todo “dijo la verdad”. Llamaba la atención que una joven mujer, que pasó varios años en un convento de religiosas, que después estudió filosofía en la UCA, se dedicase a sacar a luz la verdad de un país podrido y oprimido. Y al hacerlo, según la sabia intuición del campesino, “nos defendió de pobres”. A todo el mundo le quedó claro. Su muerte no fue como la de monseñor, pero sí el amor profundo que mantuvo a las víctimas. Doctora María Julia Hernández, quien fue directora de Tutela Legal del Arzobispado, supervisa los trabajos forenses en la investigación de la Masacre de El Mozote. Foto de Tutela Legal. María Julia visitando al Papá Juan Pablo II, en el vaticano. 19 La mañana del 28 de marzo de 2014 recibimos a la Selección de Fútbol Playa de El Salvador, a quienes el padre Jon Sobrino, director del Centro Monseñor Romero UCA, recibió con mucho agrado y les obsequió el libro “El Corazón de Monseñor Romero” y separadores del santo salvadoreño. También atendió personalmente a una delegación de adultos mayores del Hogar San Vicente de Paúl, ellos dieron un recorrido por las diferentes áreas del Centro Monseñor Romero. Suscripción de Carta a las Iglesias El Salvador: Personal Correo $ 4.00 $ 8.00 Centroamérica y Panamá $ 20.00 Norte y Suramérica $ 25.00 Europa y otras regiones $35.00 Precio por ejemplar $ 0.35 Si desea más información, puede ingresar a nuestra página web: www.ucaeditores.com.sv o escríbanos a la dirección electrónica: distpubli@uca.edu.sv Tel. 22106600, Exts 240,241,242, Telfax: 503- 22106650 20