Discípulos Laicos Famosos Discípulos Laicos Famosos Tomado de “The Buddha and his disciples” Del Ven. S. Dhammika Buddha Dharma Education Association Inc. Traducción del Dr. Ricardo Arturo de León Pérez desde México. Presentado a ‘Acharia’ el 21 de agosto de 2006 92. Con frecuencia se cree erróneamente que es deber de monjas y monjes el practicar y enseñar el Dhamma, mientras que el trabajo de los laicos hombres y mujeres es la práctica de los cinco preceptos y el ayudar a los monjes y monjas proveyéndoles de lo que necesitan. Esta es una creencia incorrecta y peligrosa, y en países donde se ha extendido ampliamente ha cooperado para que se llegue a la corrupción del Dhamma. El objetivo del Buddha consistía en desarrollar una comunidad de discípulos, ordenados y laicos, hombres y mujeres, los cuales estuvieran bien educados en el Dhamma, que lo practicaran de forma total y que lo enseñaran y aprendieran los unos de los otros. Si bien el Buddha alabó a Anathapindika por su gran generosidad, reservó su más grande alabanza para Citta de Macchikasanda and Hatthaka de Alavi debido a que ambos eran sabios y diligentes al ofrecer algo mucho más preciado que las cosas materiales: el Dhamma. 93 Citta era el hombre laico Budista modelo cuyo aprendizaje y conducta el Buddha animaba a otros a imitar. En una ocasión, el Buddha dijo a sus monjes: Si una madre devota desea animar a su hijo único y amado de manera correcta, debería decirle: “Trata de ser como el discípulo Citta y el discípulo Hatthaka de Alavi” Citta era un comerciante rico y terrateniente en el pueblo de Macchikasanda, no lejos de Savatthi. Parece ser que escuchó el Dhamma por primera vez del monje Mahànàma, tras lo cual ofrendó un parque a la Sangha y en él construyó un amplio monasterio. Después de esto, todo monje o monja que acudía a Macchikasanda era siempre recibido con calidez y sustento adecuado. El Buddha consideraba a Citta como el más instruido y lúcido de los maestros laicos del Dhamma. Tras aceptar el Dhamma, él lo explicó a los demás ciudadanos del pueblo, convirtiendo a quinientos de ellos y en una ocasión llevó a todos los nuevos conversos a Savatthi para ver al Buddha. Los discursos en el Tipitaka que habían sido enseñados por Citta y predicaban bajo su tutela, indican su profunda comprehensión de los aspectos más sutiles 1 www.acharia.org Discípulos Laicos Famosos del Dhamma, de hecho posteriormente se convirtió en “Uno que no regresará”. 94 En una ocasión, un grupo de monjes se encontraban sentados discutiendo el Dhamma en un pabellón del monasterio que Citta había construido. Unos decían que lo que obstaculiza la mente son los objetos sensoriales mientras otros afirmaban que eran los órganos sensoriales los que causaban problemas. Citta llegó al monasterio, y cuando vio a los monjes preguntó qué era lo que discutían, y ellos le contaron. Citta dijo, “Señores, estas dos cosas –los objetos sensoriales y los órganos sensoriales- no son diferentes. Emplearé un símil para que puedan entender lo que quiero decir. Supongan que un buey negro y un buey blanco están amarrados unidos por un yugo o una cuerda. Ahora, ¿sería correcto decir que el buey negro es obstáculo para en buey blanco o que el buey blanco es obstáculo para el buey negro?” “Claro que no,” dijeron los monjes. “El buey negro no obstaculiza al buey blanco, ni tampoco el buey blanco obstaculiza al buey negro. Ambos son obstaculizados por el yugo o la cuerda.” Citta estuvo de acuerdo y dijo: “Bueno señores, de esta misma forma el ojo no es obstáculo de los objetos visuales ni los objetos visuales son obstáculo para el ojo. Más bien dicho, el deseo que surge del encuentro de ambos, ese es el obstáculo. Y esto es igual para todos los órganos de los sentidos y sus objetos.” Los monjes se regocijaron con la lucidez de Citta para explicar y resolver la cuestión. Final de la traducción 2 www.acharia.org