Artículos de opinión sobre Drogodependencias Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned Un Whisky Antes... y un Cigarro Después Sinopsis: Artículo de opinión sobre el alcohol como afrodisíaco. A corto plazo, repercusiones fisiológicas antagonistas de la ingesta de alcohol; a largo plazo, daños irreversibles. Hace poco escuché una anécdota atribuida a Marilyn Monroe. Venía a decir que las tres mejores cosas de la vida son: un whisky antes, y un cigarro después. Hoy quiero centrar mi reflexión en el primero de los mitos: el alcohol como afrodisíaco. Cuando un individuo no conoce bien un hecho, está comprobado que tiende a formarse determinadas creencias sobre el mismo. Esas creencias, tanto al hablar de sexualidad como de alcohol, suelen ser erróneas por muy que nos pese, pero son olas de opinión que corren entre la gente. La publicidad, que va a la efectividad del mensaje, suele utilizar y potenciar ese tipo de creencias erróneas o mitos, como el de que el alcohol potencia el deseo sexual. Pero analicemos el tema más despacio. El alcohol, a pesar de ser una droga depresora, es percibido como estimulante o potenciador de la capacidad sexual precisamente porque, como depresor que es, disminuye el funcionamiento de los niveles superiores del cerebro, y en consecuencia cede mayor autonomía a otros centros más inferiores –más comunes del tronco de los simios, digamos–, y responsables del mundo de las emociones. Acaso, ahí está el efecto, resultado de la interacción de dos factores: las expectativas positivas que uno espera –a pesar de la fuerte inadecuación fisiológica que acompaña a un individuo tras haber ingerido una bebida alcohólica–, y la depresión mencionada del SNC. Eso es. En el ámbito fisiológico es otro cantar. Se conoce por varios estudios que la ingestión de alcohol inhibe la excitación sexual, tanto en varones como en mujeres. En él, cantidades muy pequeñas de alcohol –bastante inferiores a 0’08 %, índice indicador del estado ebrio– debilitan tanto la erección como el goce y la intensidad del orgasmo; en las mujeres dificultan la consecución del orgasmo. Otros estudios han coincidido al señalar que a medida que aumenta la cantidad de alcohol ingerido, disminuye tanto la respuesta de erección en el varón como la vasocongestión genital en la mujer. 1 Artículos de opinión sobre Drogodependencias Proyecto Oroel de Salud Quino Villa Bruned ¿Qué es lo que ocurre? Pues que el alcohol no sólo deprime aquella parte de la máquina que depende de las órdenes del Sistema Nervioso Central, sino también las respuestas citadas, e implicadas en la relación sexual, dependientes todas ellas del Sistema Nervioso Autónomo. Este sería el primer eslabón de la cadena –por aquello de que lo visible a corto plazo es lo que más nos tira–, aunque hay más. Un hombre que tiene dificultad de erección, o una mujer que sufre las consecuencias de una penetración debido a un déficit de vasocongestión, pueden desarrollar cuadros de ansiedad asociados a su respuesta sexual; serán como círculos viciosos –a mayor dolor o mayor sensación de falta de control, mayor ansiedad– que habrá que corregir con una terapia adecuada. Por otra parte, y más a largo plazo, se conoce que el abuso de alcohol produce daños irreversibles en la respuesta sexual tanto del varón como de la mujer. En el varón: impotencia, reducción del tamaño de los testículos, afeminización –debidos en parte a la disminución de producción de la hormona testosterona–... En la mujer: frigidez, contracción del útero y de las glándulas mamarias... Los bebedores, unos y otras, acaban perdiendo su interés por el sexo. Y yo me pregunto: por mucho que uno se crea ese mito, y por mucho que sus expectativas sean altas sobre el hecho de que si va entonado va a funcionar mejor sexualmente, si esa máquina tan perfecta que es el cuerpo –combinación de un soporte orgánico, pero y sobre todo de un sistema nervioso con el que está íntegramente inter- relacionado– se ve totalmente limitada en su respuesta... la conclusión es obvia para mí pero, sobre todo, personal, de cada cual. Después de todo, archivaré esa anécdota atribuida a Marilyn Monroe como un chiste, incluso yo diría que bueno. Los chistes son capaces de responder bien a las paradojas de la vida, como en este caso. Quino Villa Bruned. Maestro y Psicólogo Clínico. Proyecto Oroel de Salud. Jaca. Diciembre, 1992. 2