22 CENTELLA_29 CARRILLO.qxd 21/04/16 13:29 Página 22 TRIBUNA Por José Luis Centella* Responsabilidad de la izquierda ante unas nuevas elecciones T ermina el plazo para formar Gobierno. Termina la posibilidad de que una mayoría parlamentaria sólida traslade a un Gobierno la anulación completa de la contrarreforma educativa que supuso la Lomce, de las sucesivas reformas laborales, de la vergonzosa ley Mordaza; una mayoría que recupere lo perdido con los recortes económicos y el tijeretazo de derechos sociales y laborales impuestos por el PP. Un Gobierno, en definitiva, capaz de responder en positivo al mayor ciclo de movilizaciones sociales y sindicales de nuestra reciente historia democrática. Cuando el jefe del Estado certifique esta semana la hasta ahora más que previsible repetición de elecciones, los partidos que más responsabilidad tenían para alcanzar acuerdos, acentuarán lo que llevan meses haciendo: buscarán culpables de lo ocurrido fuera de sus filas y los señalarán públicamente tratando de que los electores tomen buena nota de ello. Unos y otros tratarán de sacudirse sus propias responsabilidades, mientras la realidad es que el pueblo español tendrá que arreglar con una nueva votación lo que esos que se ha dado en llamar “partidos mayoritarios” no han sido capaces de conseguir. De esta manera las elecciones generales de finales de junio, si finalmente se producen, no sólo servirán para elegir a las diputadas y diputados que nos representarán la próxima Legislatura, sino que ahora más que nunca supondrán decidir entre agudizar las nefastas políticas de austeridad –no olvidemos que la Unión Europea (UE) está dis- 22 puesta a concretar nuevas presiones para avanzar en la senda de los recortes–o si, por el contrario, se rompe con ellas, se cambia el rumbo y se hace realidad un Gobierno de resistencia frente a esas fracasadas políticas antisociales. Las presiones en nombre de la estabilidad van a durar hasta el último día. Quienes buscan a ultranza alcanzar el llamado Pacto de Estado, bien sea antes o después de la repetición de las elecciones, no van a cejar en su empeño de hacer realidad la vieja máxima de simular hacer algunos cambios, más o menos formales, para que en el fondo no cambie lo esencial, no cambie la base neoliberal de la política económica y el mantener a España encuadrada en la lógica de la OTAN en política internacional. Frente a estas presiones, no sólo las políticas, sino las más sibilinas de los antes denominados como “poderes fácticos”, se debe situar la presión social, la de la mayoría social trabajadora que tanto se vuelve a jugar. Frente a ese Pacto de Estado en el que, de una forma u otra, se garantice la sumisión definitiva a los mandatos de la UE, hay que plantear otro con quienes siguen sufriendo la crisis, el pacto con los desahuciados por la banca, con los que han perdido el empleo o sufrido el recorte de sus salarios, con las mujeres maltratadas y que ven limitados sus derechos, con quienes han tenido que salir a buscar trabajo al extranjero, es decir, el Pacto de la Mayoría Social Trabajadora, de las capas populares. Este pacto podía haberse alcanzado en la “mesa a cuatro” que impulsó Izquierda Unida-Unidad Po- 25 de abril–1 de mayo de 2016. nº 1152 Debería formar parte de la campaña la exigencia de explicaciones al PP por el cada vez más evidente desprecio a las formas democráticas del partido y del Gobierno de Rajoy pular, y de la que también formaban parte PSOE, Podemos y Compromís. Pero a algunos les interesó más dejarlo a un lado y sustituirlo por el sorpresivo e inútil acuerdo entre PSOE y Ciudadanos. Pues bien, esta posibilidad puede tener una segunda oportunidad tras unas nuevas elecciones, en las que se confrontará con otras posibilidades de acuerdos. Que cada cual haga sus cuentas, pero debe tener muy claro que de su voto, o de su abstención, puede depender que una u otra posibilidad se abra camino. En todo caso, también debería formar parte de la campaña electoral la exigencia de explicaciones al PP por el cada vez más evidente desprecio a las formas democráticas. Si durante toda la legislatura completa anterior el partido y el Gobierno de Mariano Rajoy impidieron que se investigara en sede parlamentaria la corrupción, en el actual y fugaz periodo se han negado a someterse al control del Parlamento salido de las elecciones del 20-D. Han evitado dar la cara por sus actuaciones, por los múltiples casos de una cada vez menos presunta corrupción que han seguido aflorando y por sus mentiras, que han costado hasta la salida por la puerta falsa de su ministro de Industria. Sería un gran irresponsabilidad que la falta de acuerdo de las fuerzas de izquierdas permitiera que el ciclo político –iniciado en las elecciones europeas de 2014 y continuado en las municipales de hace ya casi un año– terminara tras unas nuevas elecciones generales con la consolidación de las políticas antisociales y autoritarias.l *Coordinador de la Presidencia Federal de Izquierda Unida