IP/05/417 Bruselas, 12 Abril 2055 La Comisión emprende acciones judiciales contra España por infringir el Derecho medioambiental comunitario La Comisión Europea emprende acciones judiciales contra España por dos asuntos relacionados con el Derecho medioambiental comunitario. La Comisión pide a España que dé cumplimiento a una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, que condenó a España en 2003 por varios vertederos incontrolados, los cuales representan un peligro para la salud humana y el medio ambiente. En el segundo asunto, la Comisión lleva a España ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por no haber llevado a cabo una evaluación de impacto ambiental (EIA) correcta antes de la construcción de un aeropuerto al lado de una zona de protección para aves. Inacción frente a los vertederos ilegales En junio de 2003, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas sentenció1 que cinco vertederos españoles eran ilegales y que infringían la Directiva marco comunitaria sobre residuos2. La investigación efectuada por la Comisión a raíz de unas denuncias demostró que se descargaron residuos en estos vertederos sin ningún tratamiento previo y que ninguno de estos emplazamientos estaba equipado con sistemas para sellar el área y prevenir fugas de líquidos peligrosos, que contaminan el suelo y pueden contaminar también las aguas subterráneas y superficiales. La Directiva marco sobre residuos dispone que los Estados miembros velen por que el vertido y la valorización de residuos no represente un peligro para la salud humana, de los animales y las plantas y no contamine el agua, la atmósfera y el suelo. Los Estados miembros deben asegurarse de que quienes se ocupan de los residuos dispongan de la correspondiente licencia, otorgada a condición de que cumplan los requisitos exigidos, y deben inspeccionar periódicamente las instalaciones. Después de la sentencia, sigue habiendo problemas con tres vertederos: - Las autoridades han cerrado y sellado el vertedero de Torreblanca-Fuengirola (Málaga), que sigue sin tener una licencia con arreglo a la Directiva marco comunitaria sobre residuos. En opinión de la Comisión, se trata de una obligación que se aplica tanto a los vertederos en uso como a los cerrados porque los antiguos vertederos pueden presentar riesgos para la salud humana y el medio ambiente si no se gestionan y controlan correctamente. 1 2 Asunto C-446/01. Directiva 75/442/CEE del Consejo, de 15 de julio de 1975, relativa a los residuos, modificada por la Directiva 91/156/CEE. - La licencia es el instrumento más adecuado para ello. Además, la Comisión considera que las actividades de control que, según las autoridades, se llevan a cabo en estas instalaciones no pueden considerarse inspecciones periódicas correctas de los posibles efectos ambientales perjudiciales del vertedero. - No se ha completado aún el procedimiento de cierre y sellado del vertedero de Santalla del Bierzo (León), tal como reconocen las autoridades. Además, igual que ocurre con el vertedero de Torreblanca-Fuengirola, el vertedero todavía no dispone de la licencia que la Comisión cree necesaria para prevenir riesgos para la salud humana y el medio ambiente tras el cierre. − Por último, en relación con las instalaciones de Ca na Putxa-Sa Roca (Ibiza), las autoridades todavía no han acabado las obras previstas en el plan de adaptación, que ajustará el vertedero a los requisitos de la Directiva marco sobre residuos. Las autoridades lo saben y también han notificado que se ha solicitado una licencia. En los tres asuntos, la Comisión considera que hay que hacer más para proteger adecuadamente el medio ambiente y la salud humana, por lo que ha remitido a España una última advertencia por escrito en la que le solicita que tome medidas para solucionar los problemas restantes y que dé cumplimiento a la sentencia. Si la respuesta de España no satisficiera a la Comisión, podría llevar el asunto de nuevo ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas y pedir esta vez la imposición de una multa. Repercusiones del aeropuerto previsto en una zona de protección para aves La Comisión ha decidido llevar a España ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas por no haber llevado a cabo una evaluación de impacto ambiental (EIA) correcta en relación con el proyecto de construcción de un aeropuerto en la provincia de Ciudad Real (Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha). La Comisión considera que la evaluación de impacto ambiental de este proyecto, llevada a cabo por las autoridades españolas, es insuficiente por varios motivos. No se esbozan adecuadamente las alternativas estudiadas por el promotor ni se ha hecho la evaluación de impacto de las instalaciones relacionadas con el proyecto (carreteras de acceso, suministro de electricidad, etc.). Al no haber evaluado adecuadamente las repercusiones de todos los aspectos del proyecto sobre el medio ambiente, España infringe la Directiva sobre la evaluación del impacto ambiental3, la cual exige que los Estados miembros realicen, antes de su autorización, una evaluación del impacto de los proyectos públicos y privados que pudieran tener repercusiones significativas sobre el medio ambiente. La falta de una evaluación de impacto ambiental significa que los ciudadanos pierden la oportunidad de expresar su opinión sobre el proyecto. Puede también significar que se pasa por alto el mejor método para proteger el medio ambiente y se causa más daño del necesario. Además, el aeropuerto está situado al lado de una zona clasificada de protección especial por las autoridades españolas en aplicación de la Directiva sobre aves silvestres de la UE4. En la zona viven aves amenazadas, sobre todo aves de las estepas. 3 4 Directiva 85/337/CEE del Consejo, de 27 de junio de 1985, relativa a la evaluación de las repercusiones de determinados proyectos públicos y privados sobre el medio ambiente, modificados por la Directiva 97/11/CE. Directiva 79/409/CEE del Consejo, de 2 de abril de 1979, relativa a la conservación de las aves silvestres. 2 La Directiva sobre aves exige que los Estados miembros hagan todo lo posible para evitar la contaminación o el deterioro de los hábitats, incluso fuera de las zonas de protección. Como España no ha estudiado adecuadamente las repercusiones del proyecto en la fauna y la flora silvestres de la zona, no se pueden tomar las medidas necesarias para prevenir o evitar el deterioro de los hábitats. Por ello, España infringe también la Directiva sobre las aves silvestres. En diciembre de 2003, la Comisión envió a España una primera advertencia por escrito de que debían evaluarse todas las repercusiones de la construcción del aeropuerto de acuerdo con las directivas sobre aves y de EIA. En enero de 2004, las autoridades españolas enviaron una respuesta en la que indicaban una serie de estudios que se habían realizado. No obstante, la Comisión consideró que esos estudios no constituían las necesarias evaluaciones de impacto y remitió, por ello, una última advertencia por escrito en julio de 2004. En su respuesta, las autoridades españolas declararon que, para poder llevar a cabo la correcta evaluación de impacto, se había paralizado el proyecto. Pese a esta afirmación, la Comisión ha obtenido pruebas de la continuación de las obras de construcción, por lo que lleva el asunto ante el Tribunal. Procedimiento jurídico El artículo 226 del Tratado autoriza a la Comisión a emprender acciones judiciales contra los Estados miembros que no respeten sus obligaciones. Si la Comisión estima que pudiera haberse infringido el Derecho de la UE, incoa el procedimiento de infracción enviando una «carta de requerimiento» (primera advertencia por escrito) al Estado miembro del que se trate, en la que se le solicita que presente sus observaciones al respecto en un plazo determinado, que normalmente es de dos meses. Dependiendo de la respuesta del Estado miembro o de la ausencia de esta, la Comisión puede decidir enviar un «dictamen motivado» (segunda y última advertencia por escrito) al Estado miembro. En éste se establecen clara y definitivamente los motivos por los que se considera que se ha infringido la normativa de la UE y se insta al Estado miembro a remediar la situación en un plazo determinado, que normalmente es de dos meses. Si el Estado miembro no cumple lo exigido por el dictamen motivado, la Comisión tiene la posibilidad de recurrir al Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Si el Tribunal de Justicia dictamina que se ha infringido el Tratado, se exige al Estado miembro infractor que tome las medidas necesarias para remediar la situación. El artículo 228 del Tratado faculta a la Comisión para actuar contra los Estados miembros que no acaten las sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas mediante una primera advertencia por escrito («carta de requerimiento») y posteriormente una segunda y última advertencia por escrito («dictamen motivado»). Ese artículo autoriza también a la Comisión a solicitar al Tribunal la imposición de una multa al Estado miembro en cuestión. Para consultar las estadísticas más recientes sobre infracciones en general, véase: http://europa.eu.int/comm/secretariat_general/sgb/droit_com/index_en.htm#infractions Las sentencias del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas pueden consultarse en: http://europa.eu.int/cj/es/content/juris/index.htm 3