RECERQUES DEL MUSEU D'ALCOI, 11 (1993), 7-21 El presente trabajo plantea una primera aproximación al conocimiento de los momentos más antiguos del poblamiento valenciano, el Paleolítico inferior, en un momento en que tras el hallazgo de Bolomor, se presumen importantes cambios en nuestra investigación regional. VALENCIANO UNA APROXIMACI~N A SU ESTUDIO Aquest treball planteja una primera aproximació al coneixement del poblament valencia mds antic (datar en el paleolític inferior), en una momento en que, com a conseqü2ncia del descobriment i l'excavació de la cova de Bolomor, es preveeuen canvis importants en la inwstigaci6 regional. The lowerpaleolithic in the valenciun country. An approach to'its study The present work bring fonvard afirst approach ro the knowledge of the oldesr Valencian settlement, that is, the Lower Paleolithic, Ni a moent in which as a consequence of the discovery and excavation of the "Cova de Bolomor", we presume importanr changes Ni our regional field of research . JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS* Se presenta la información actualmente disponible sobre los momentos más antiguos de la ocupación humana en tierras valencianas, incluyéndose los datos referentes al Paleolítico antiguo regional. El marco cronológico en el que se sitúa la investigación son los tiempos anteriores al último interglacial de la secuencia alpina (Riss-Würm). En años absolutos los precedentes a la franja cronológica 128.000-118.000 BP, correspondientes al estadio 5e de la muestra V28-238 del Plateau Salomon (Shackleton y Opydyke, 1973), cuya base marca el límite Pleistoceno medio-superior. El presente escrito forma parte de la Memoria de Licenciatura del autor, correspondiente al curso 1989-1990 (Universitat de Valencia). l. ANTECEDENTES Los primeros datos atribuibles al Paleolítico inferior en tierras valencianas hacen referencia a los materiales de la antigua colección de Juan Vilanova y Piera, de finales del * Dept. de Prehistoria i Arqueologia Universitat de Valencia Avda. Blasco Ibatiez, 28 4601 0 VALENCIA siglo XIX, y depositada en el Museo Antropológico Nacional (Fletcher, 1949): brecha ósea de Penya Roja, fragmento de hacha chelense de Orihuela y útiles de sílex y brecha ósea de Tavemes de la Valldigna. Al inicio de siglo en el País Valenciano no existe documentado ningún yacimiento atribuido al Paleolítico inferior, pero los postulados de Juan Vilanova y Piera han dejado huella entre estudiosos, principalmente de la geología y paleontología, que se preocupan de la búsqueda de testimonios de épocas remotas. Entre éstos destaca el geólogo Leandro Calvo, quien aportó información sobre los depósitos brechosos arqueológicos de Cova del Corb, Cova de les Calaveres y Cova de Bolomor (Puig y Larraz, 1896; Calvo, 1908). El naturalista Eduardo Boscá (1916:7), también reseñó la existencia de un yacimiento paleolítico con "sílex pequeños y ninguno en forma de almendra". Henri Breuil en 1913, exploró una treintena de cavernas valencianas en busca de restos prehistóricos, citando la existencia de brechas con huesos e industria. En la Cova de les Calaveres de Benidoleig halló un pequeño bifaz ovoide de cuarcita que atribuyó al Paleolítico antiguo y recogió fauna e industria de la Cova del Corb (Breuil y Obermaier, 1914:247-253). De nuevo en Valencia y tras estudiar en 1931 los materiales de Cova JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS Negra, les atribuye una tendencia tayaciense, en relación a las excavaciones que por entonces realizaba D. Peyrony en La Micoque (Pla, 1965). A consecuencia de las prospecciones del Padre Belda (1945), Luis Pericot visita y recoge piezas líticas en el yacimiento de Els Dubots (Alcoi), comentando que presentan una pátina cheleo-achelense muy antigua con lascas de tipo clactoniense. Textualmente afirma "Podemos hablar con seguridad de la presencia en la comarca de Alcoy del paleolítico inferior ..." (Pericot, 1946:49). La valoración del Clactoniense en Alcoi ha persistido hasta la ALTITUD O X50 IIX) Knlr i l i l i i l Fig. 1.- Relación de yacimientos: 1 Bifaz (Oropesa). 2 Cau d'En Borrás (Oropesa). 3 Cova del Tossal de la Font (Vilafamés). 4 El Pinar (Artana). 5 Casa Blanca 1 (Almenara). 6 Cova de Bolomor (Tavemes de la Valldigna). 7 Cova del Corb (Ondara). 8 Cova de les Calaveres (Benidoleig). 9 Valles de Alcoi. 10 Vinalopó (Aspe). 11 Hurchillo. actualidad (Aparicio, 1980:16 y 1989:85). En la década de los años cuarenta existe el convencimiento de un Paleolítico antiguo en Cova Negra por la determinación de Elephas iolensis (Royo, 1942) y las valoraciones industriales de Fco. Jordá (1947), quien en plena vigencia de la sistematización del Tayaciense (Martínez Santa-Olalla, 1941 y 1946), fija la secuencia de Cova Negra: sitúa como anteriores al Würm el Tayaciense (sin nivel) y el Matritense 1 (Nivel E, musteriense pobre de tendencia tayaciense, del Riss-Würm). Sobre los niveles superiores, considerados würmienses pesan las ideas africanistas (Sbaikiense-Ateriense) del momento. Esta tendencia tayaciense será definitivamente abandonada por Jordá en 1955 (Villaverde, 1984:22). A finales de los años cuarenta, Jordá plantea por primera vez el estado de la cuestión del Paleolítico inferior valenciano, señalando la escasez de materiales (Jordá, 1949:104). En estas mismas fechas, Martínez de SantaOlalla da cuenta del que considera primer yacimiento valenciano del Cuaternario antiguo, en el aeropuerto de Manises. El hallazgo consiste en media docena de piezas de cuarcita y sílex. Las compara con los hallazgos del valle del Manzanares y considera como matritenses (Martínez Santa-Olalla, 1947:167-168). Según Aparicio (1989), se trata de materiales procedentes del lastre de aviones. En la década de los años cincuenta, se excava Cova Negra (Xhtiva) a iniciativa del S.I.P.; inicialmente el hallazgo de tres bifaces generó su asignación al Paleolítico inferior, "a momentos finales del acheulense con una equivalencia a unos 200.000 años" (Fletcher, 1952:14), para concluir posteriormente con su definitiva asignación al musteriense. Esta propuesta fué aceptada entre los prehistoriadores, a excepción de H. de Lumley (1969, 1971) y M.A. de Lumley (1973), quienes tras valorar el parietal humano como Horno Anteneandertalis, postulan una cronología rissiense del relleno y un carácter tayaciense de la industria. En 1956, F. Esteve publica el hallazgo del bifaz en Oropesa (Castellón), que clasifica como amigdaloide y relaciona con un Abbevillense final o un Achelense inferior. Este útil ha sido durante décadas la referencia que sustentaba la presencia del Achelense y del Paleolítico inferior en tierras valencianas (Esteve, 1956; Gusi, 1974 y 1980). Los hallazgos recientes en tierras castellonenses de tres yacimientos: Cau d'En Borras (Oropesa), Tossal de la Font (Vilafamés) y Casa Blanca 1 (Almenara), atribuidos en un principio al Pleistoceno medio los dos primeros y al inferior el tercero, por sus características, no han aportado avances significativos a la investigación de los momentos antiguos. 2. YACIMIENTOS BIFAZ (OROPESA) Hallado superficialmente en un viñedo próximo a la estación de ferrocarril de la localidad de Oropesa, en 1953. EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL PAÍS VALENCIANO, UNA APROXIMACIÓN A SU ESTUDIO Carece de contexto cronoestratigráfico y arqueológico, es un útil lítico aislado. Por su silueta fue considerado "amigdaloide, de contorno ovalado con corte transversal en el ápice, talla a grandes golpes sin apenas retoques complementarios, de aristas sinuosas y muy cortantes" y clasificado como "sílex abeviliense" perteneciente a un "Chelense ya tardío o a un Achelense inferior" (Esteve, 1956:133). Tras examinar el bifaz, mostrado por su descubridor Francesc Esteve Gálvez, a cuya colección particular pertenece y dada la singularidad y ausencia de estudio tipológico alguno desde su descubrimiento, nos motivó a actualizar sus características tecno-morfológicas. Se trata de una pieza de sílex negro y textura vítrea, de calidad excelente para la talla y con una ligera rotura en el filo ocasionada al desenterrarse. Una de sus caras presenta coloración grisácea debida a un importante efecto de pátina y corresponde a la zona que se hallaba expuesta a la intemperie en el momento del hallazgo. La otra cara, muestra una coloración negra, ligeramente patinada. La primera valoración a dilucidar es la de que no estamos ante un núcleo ni un bifaz nucleiforme, dado que el contorno bien individualizado mediante talla bifacial, configura un filo regular de clara intencionalidad. Ambas caras están bien caracterizadas en cuanto a su morfología y existe una evidente simetría. Puede considerarse un utensilio lítico finalizado. Hemos considerado como anverso la, superficie que no posee conex. El contorno es oval y el filo distal ligeramente convexo y oblicuo. Ambos lados son convexos, el izquierdo en mayor grado. El reverso posee cortex en la porción central y proximal, ocupando un 20% de la superficie. El contorno general es igualmente oval y los lados están convexamente bien definidos. El lado derecho muestra una ligera denticulación consecuencia de un reavivado o regulación del filo. Los retoques son amplios, profundos e invasores, en una pieza de por sí muy espesa, posiblemente sacada de un nódulo esférico. El talón se ha configurado mediante la eliminación del filo por machacado y la prensión manual del mismo es cómoda. El filo distal y el izquierdo del anverso muestran una mayor regularización, mediante retoques que configuran una denticulación. Ambos filos dan la impresión de estar más cuidados en su elaboración y posiblemente en su utilización funcional. En resumen, la talla se puede considerar, como centrípeta, bifacial y consecutiva. La obtención de filo transversal se ha logrado por varios retoques en ambas caras. El contorno muestra un filo muy cortante (fig. 2). por diversos investigadores. La separación entre algunos tipos de bifaces no siempre es fácil y los criterios utilizados hasta hoy, basados principalmente en las mesuraciones de las piezas, no son del todo satisfactorios para detenninar los morfotipos y sus diferencias o aproximaciones. Los grupos principales de estudios tendentes a clasificar los bifaces son según Galiberti y Bartoli (1982): el que utiliza el eje de simetría máximo que tiende normalmente a identificarse con la bisectriz de la punta (porción media-superior del útil), prestando una menor importancia a la parte MEDIDAS E INDICES L m n o e a Llm n/m olm mím U a mía 118 95 92 84 74 70 1.24 96 0,88 1.28 1.68 1.35 La discusión tipológica apunta a que no estamos ante un bifaz de los denominados típicos ni de fácil clasificación entre las distintas relaciones tipológicas propuestas Fig. 2.- Bifaz (Oropesa). Morfología y dirección de talla. basal (Bordes, 1961; Djindjian y De Croisset, 1976; Monnier y Etienne, 1978; etc.) y el que emplea la longitud máxima con valoración también de la porción basal (Roe, 1964; Barra1 y Simone, 1971; etc. ). En el estudio del bifaz de Oropesa, los criterios principales que determinan la clasificación son: la importante valoración del contorno, mediante medidas e índices y la existencia de un filo transversal opuesto al talón. Siguiendo el primer criterio, Bordes utiliza la relación Lla y n/m x 100 para establecer una gráfica que conduce a la determinación de cuatro tipos de bifaces: Triangulares, Subtriangulares, Cordiformes ( d e >2,35) y Amigdaloides ( d e < 2,35), y Ovalares, Discoides y Limandes. Según esta gráfica, el bifaz de Oropesa se situaría por debajo de la línea que incluye el gmpo de Ovalares, Discoides y Limandes (Bordes, 1961: 50). Habría que desechar la clasificación de Protolimandes por un L/m>1,6 y un d e <2,35. El índice principal de esta clasificación es el de carenado, con un valor estándar estimado en >2,35 para los bifaces planos y < 2,35 para los espesos. Ante este índice y dado que nuestro bifaz posee un de:1,28 (<2,35), obviamente espeso o muy espeso, la única posibilidad de asignación sería la de amigdaloide corto (Llm <1,5), dada la no inclusión en la lista, de bifaces ovales espesos. Continuando en la línea de valorar preferentemente el contorno y las medidas proporcionadas por determinados índices, vemos como la relación 2/5< a/L<2/3 daría a nuestro bifaz el valor 0,4 c0,59 <0,66, esto es, de contorno ovalar, y al poseer un n/L de 0,77 (0,55 a 0,85), tendríamos un ovalar ancho que por su relación a/m 0,73 (0,72 a 1,lO) estaría muy cercana a la elíptica. Por tanto, siguiendo a Suzanne Simone (1980:180-182), es un bifaz ovalar ancho tendente a elíptica por lo que concierne a su silueta horizontal. Considerando como rasgo preferente la existencia de un filo transversal opuesto al talón, habría que incluir la pieza entre los hendedores-bifaces, y en concreto sería un hendedor sobre bifaz de filo estrecho (Bordes, 1961:63 y 83), pero el término hendedor-bifaz no es satisfactorio, pues se presta a confusión con los verdaderos hendedores, que requieren un proceso tecnológico de talla especial para su obtención, por lo que la denominación de bifaz de filo transversal, parece más adecuada (Santonja y Pérez, 1984). Vistas las características morfológicas, tecnológicas y las propuestas generales de ordenación, creemos que la denominación tipológica que más se ajusta al bifaz de Oropesa es de: "Bifaz de filo transversal estrecho con silueta ovalar espesa tendente a elíptica". Yacimiento que se localiza en el interior de una cavidad subterránea desarrollada a través de una diaclasa que configura lo que se ha venido a denominar un abrigo-sima. Posee dos bocas, la actual de entrada, de 1,8 x 1.3 m, con un estrecho corredor de 5,5 m y la que se sitúa sobre la vertical de la sima, de la que proviene principalmente el relleno sedimentológico. Presenta una potencia estratigráfica de 8 m, individualizada en 14 niveles, de los que únicamente se citan "niveles de arcillas, gravas y gravillas alternativamente compactos y purulentos". Se deduce la existencia de niveles osíferos sin piezas líticas (niveles, 5, 8, 10 y 12), frente al nivel 9, considerado de relación entre fauna e industria y situado en la cota -5,80 m y con 20 cm de potencia (Carbonell er al., 1981: 8 y 1987: 431). La ubicación del yacimiento en el interior de una sima con profundidad de más de 6 m y anchura máxima de 2 m, imposibilita unas mínimas condiciones de hábitat, cuando no de acceso. Los autores reconocen estas limitaciones y explican que los restos han sido arrojados por los homínidos al interior. El análisis taxonómico de la secuencia estratigráfica, sin especificar nivel, ha proporcionado: lince, pantera, gato salvaje, cánido pequeño, úrsido pequeño, équido, puercoespín, topo, conejo, aves, Apodemus sp., Microtus sp., CBnQO >-o CB 'n 3 . ,.:-s CB+l ...' . CB n* 4 Fig. 3.- Cau d'En Borrás (Oropesa). Piezas líticas. EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL P A ~ SVALENCIANO, UNA APROXIMACIÓNA SU ESTUDIO cáprido, bóvidos, ovido y Hemitragus bonali. En base a la determinación de éste último, el yacimiento se ha situado alrededor del Mindel final. El conjunto Iítico está compuesto por un núcleo, dos percutores, dos choppers y una lasca (Carbonell et al., 1981: 10). Por nuestra parte y tras examinar las piezas depositadas en el Museo de Bellas Artes de Castellón, presentamos sus caractensticas (fig. 3). Pieza CB No O (N07 19) Clasificada como "Canto unifacial tipo chopper", sus dimensiones son 60 x 74 x 22 mm. El soporte es un canto rodado plano de caliza con fractura lateral y amplio levantamiento distal que afecta a las 314 partes de la cara. La superficie de esta fractura es irregular y el contorno presenta tres melladuras, dos marginales directas y otra inversa que apuntan hacia una acción repetida de agentes naturales. Pieza CB no1 (N0 7 12) Clasificada como "Núcleo de una sola extracción". De caliza gris-verde, fuertemente alterada por la erosión y con dimensiones de 63 x 62 x 50 mm. Su morfología es poliédrica y sin planos de percusión preparados. Los levantamientos cuya impronta deja ver la erosión presentan un carácter unidireccional. Pieza CB no 2 No expuesta en el Museo. Clasificada "Canto de caliza", de 89 x 65 x 30 mm. con un pequeño decantillado local. Pieza CB No 3 (N0 7 14) Clasificada como "Canto unidireccional tipo chopper". De caliza gris muy alterada por la erosión y con dimensiones de 8 1 x 60 x 16 mm. Se trata de una lasca de decalotado, de un canto rodado plano. No muestra talón ni plano de percusión preparado. La cara dorsal presenta varias melladuras en su contorno y la cara ventral posee una fractura distal inversa. La superficie de esta cara es muy irregular con tres pequeños levantamientos en su periferia. Es una pieza con retoques mecánicos, tras su posterior generación como lasca. Pieza CB No 4 (N07 15) Clasificada como "Lasca de talón cortical con dos retoques secundarios regulares". De caliza marrón clara, presenta unas dimensiones de 86 x 74 x 33 mm. Es un canto rodado plano con una amplia extracción que afecta a más de las 314 partes de la cara ventral y otra más pequeña en su porción distal. No existe ningún plano de percusión preparado y las áreas periféricas más expuestas se hallan afectadas por melladuras mecánicas aisladas. Pieza CB No 5 No expuesta en el Museo, se trata según la publicación de un "Canto espeso de caliza con un piqueteado que moti- va su valoración como percutor". En resumen, tras examinar este conjunto lítico, su tremenda simpleza tecnológica y la valoración de acciones mecánicas, condiciona el que no se pueda afirmar su elaboración humana. La carencia de una evidente intencionalidad con ausencia de superficies preparadas para la percusión, una tendencia no clara del filo, la ausencia de cualquier rasgo tecnológico definitorio (efectos de la acción de un percutor sobre un canto, claramente dirigido y con nitidez en la extracción, etc.), así como la desfiguración debida a causas naturales, completan una visión que no apunta a una manipulación antrópica. Respecto a la procedencia marina de los cantos calcáreos, afirmación basada en las formas planas de los mismos, habría que buscar el mecanismo deposicional, dado que la boca se sitúa actualmente sobre la plataforma litoral y a una altitud de 140 m sobre el mar. En conclusión, y a falta de un estudio de la fauna recuperada, de los procesos cársticos, sedimentológicos y estratigráficos de la cavidad-yacimiento, y de la explicación del origen de los cantos, parece oportuno no descalificar el yacimiento, si bien el origen natural del depósito y por tanto su consideración paleontológica, constituye una hipótesis muy sólida a considerar. Abre su boca a 360 m de altitud dando paso a una amplia cavidad subterránea, en cuyo interior se presenta el depósito como brecha de gran extensión y profundidad. La estratigrafía de un corte "frontal" de 10 m de potencia ha permitido distinguir, en función del tamaño de los bloques y de la matriz, 9 niveles. El aspecto general es de brechificación con acumulación importante de bloques. En base al estudio microfaunístico del Cricetulus (Allocricetus), con talla que correspondería a poblaciones de finales del Pleistoceno medio en el SW de Francia, y por la posible pertenencia al tipo anteneandertal de dos restos antropológicos, según M. A. de Lumley, el yacimiento se consideró como perteneciente al Pleistoceno medio (Gusi et al., 1980: 21). El estudio de los restas antropolágicos (mitad inferior de un húmero y un fragmento de coxal), indica la dificultad de fijar la situación cronológica en base a los mismos. Sus rasgos anatómicos son comunes a fósiles neandertales y anteneandertales (Arsuaga y Bermúdez de Castro, 1984: 33). Los restos faunísticos son escasos y poco significativos, en especial los mamíferos. Están presentes: Crocuta spelaea, Lynx spelaea y Cuon sp. También hay un équido, un cérvido y un ovicáprido. Los restos de conejo son muy abundantes al igual que los moluscos terrestres Cepaea. La microfauna ha proporcionado las siguientes especies: Apodemus aff. jluvicolis, Mus sp., Rattus sp., Cricetulus (Allocricetus) bursae, Pitimys sp., y Eliomys q. quercinus. En base a la misma, en especial la presencia de Cricetulus (Allocricetus) bursae, se propone una edad Riss-Würm sin descartar un Würm antiguo o Würm 1-11 (Gusi et al., 1984:14) Las escasas piezas líticas halladas hasta la fecha han sido clasificadas como dos raederas y dos puntas. Aparecieron en relación a los restos antropológicos y paleontológicos y de su estudio se concluye la posible relación a una fase muy final del Achelense superior de tipo micoquiense (Riss-Würm finaWürm 1) o al tecno-complejo Musteriense típico (Würm 1-11), aunque es prematuro clasificar una industria tan limitada (Gusi et al., 1984:16). En las memorias de excavaciones de las campañas 1984-85, se aprecia una consideración como yacimiento atribuible al Paleolítico medio (Gusi, 1988a). Por nuestra parte y tras examinar las piezas, el conjunto se resume en cuatro útiles de sílex: raedera de dorso adelgazado, raedera desviada doble, raedera simple convexa y lasca levallois típica. El retoque predominante es el simple. En el estado actual de investigación del yacimiento, no se poseen datos suficientes que apunten hacia su ubicación en momentos cronológicos correspondientes al Paleolítico inferior. La asignación al Musteriense Típico o al Micoquiense parece prematura y no sería de extrañar su pertenencia al complejo Charentiense, al igual que el resto de yacimientos valencianos asignados al Paleolítico medio, vista la representación de las raederas. Excavaciones futuras, esperemos den luz sobre esta cuestión, dada la indudable importancia de los restos antropológicos, EL PINAR (ARTANA) Yacimiento al aire libre situado en una amplia llanura aluvial cruzada por el barranco de Solaig, en las proximidades de la población de Artana. La explotación de áridos sacó a luz numerosas piezas líticas destruyendo gran parte del yacimiento, en el que se han realizado excavaciones entre los años 1984-86. Estratigráficamente se han documentado tres niveles principales. El superior, posiblemente holoceno con potencia 1 a 2 m y cantos redondeados de arenisca y caliza. El medio formado por capas de arcillas con sílex y potencia de hasta 5 m y el inferior con cantos rodados y arcillas, fuertemente brechificados y estériles que constituyen la base sobre la que se asienta el manto arcilloso. Según Casabó (1988:155-157), en las excavaciones aparecieron gran cantidad de material, mayoritariamente no tallado ni retocado. La industria se caracteriza por poseer índices levallois, laminar y de facetado muy bajos. Las raederas son los útiles predominantes (64,3%) y los denticulados presentan notoria importancia (17,3%) con incidencia de algunas puntas de Tayac. La presencia de puntas de Quinson dan al conjunto un cierto aire "arcaico" (Casabó y Rovira, 1991). Recientemente se han obtenido dataciones por termoluminiscencia, fechando los niveles arqueológicos entre 87.000 113.000 BP y 116.000 k17.000 BP, proponiendo la ocupación en relación a la primera fecha, en el Würm 1. La posibilidad de que El Pinar sea un área de talla presenta características muy interesantes en un yacimiento de esta cronología. No parece descartable su asignación charentiense. CASA BLANCA 1(ALMENARA) Yacimiento situado en el último cerro prelitoral sobre los Estanys de Almenara a 1,5 km del mar. Se trata en su conjunto de varias cavidades cársticas colmatadas por materiales y sacadas a luz por canteras. Se han encontrado cuatro de estos depósitos, siendo Casa Blanca 1 el más rico en fauna. La sedimentación es esencialmente arcillosa y brechificada con cantos calizos de 1- 15 cm y pequeños fragmentos de sílex. En base a la microfauna con Allophaiomys deucalion, como especie más antigua, el depósito tendría una edad de 2,7 a 1,6 m.a. (Villafranquiense medio). La asociación de la macrofauna también es típica de este momento: Equus stenonis, Cazellospira torticornis, Cervus cf. philisi, Ursus etruscus, Pachycrocuta cf. brevirostris y otros. En un principio fue considerado como prehistórico y su hipotética industria como la más antigua de la Península, tras las tres primeras campañas de excavaciones 1983-85 (Olaria, 1984). Recientemente los excavadores han llegado a la conclusión de estar ante un yacimiento paleontológico (Gusi, 1988:127), ratificado por Ginés y Pons-Moya (1986), que plantean la reconstrucción de la génesis cárstica y presentan sugerencias sobre futuras investigaciones estratigráficas. COvA DE BOLOMOR (TAVERNES DE LA VALLDIGNA) Yacimiento que se sitúa en el barranco del mismo nombre, partida de la Umbría a unos 2 km de la población y a 100 m de altitud. Desde su emplazamiento se domina La Valldigna y una amplia área costera hasta el Promontori de Cullera. Conocido desde finales del siglo XIX, su depósito brechificado con industria y fauna recibió, ya desde antiguo, la atención de numerosos investigadores y estudiosos como Juan Vilanova y Piera o Henri Breuil (Puig y Larraz, 1896; Calvo, 1908; Boscá, 1916; Barras de Aragón y Sánchez, 1925; Fletcher, 1982; Villaverde y Martí, 1984; Fortea, 1985). En 1989 Pere Guillem Calatayud y el autor del presente artículo inician las campañas de excavaciones ordinarias, actualmente en curso. Se ha documentado una potente secuencia estratigráfica que supera los 10 m de potencia, en estudio por Pilar Fumanal (Fig. 4). La misma está actualmente dividida en XVII niveles sedimentológicos, presentado dos fuertes pulsaciones frías, una intercalación entre ambas de tipo arroyada y valorada como correspondiente a un interglacial y potentes encostramientos en los niveles superiores. Las familias faunísticas documentadas correspondientes a la excavación de 1989 y determinadas por R. Martínez Valle son: equidae, bovidae, cervidae, elephantidae, quelonios, aves y peces. Las piezas líticas recuperadas superan el millar y p@ Fig. 5.- Cova de Bolomor. Industria lítica. 9 p - .? . un porcentaje significativo de útiles compuestos (Fig. 5). Se han obtenido varias dataciones absolutas, fechándose los niveles superiores en tomo a 120.000 BP, mientras que los inferiores presentan una cronología superior a 350.000 años. COVA DEL CORB (ONDARA) Yacimiento ubicado en el extremo oriental de la Serra Segaria. Desde su boca situada a la altitud de 200 m se divisa gran parte de llanura costera de las comarcas de La Safor y la Marina. Conocido ya a principios de siglo (Calvo, 1908: 188; Breuil y Obermaier, 19 14:252-253; Carballo, 1924:70; etc. ), fue clasificado como yacimiento musteriense. Se trata de un gran testigo brechoso adosado al escarpe del farallón con una potencia máxima de 3 m y una extensión aproximada a los 10 m. Se halla ubicado en el área de contacto de una antigua resurgencia cárstica. La brecha corresponde a un antiguo depósito de un abrigo rocoso cuya comisa ha sido completamente desmantelada por la erosión. Esta ha volcado sobre la ladera distintos materiales, entre otros, del Paleolítico superior y medievales. La brecha se presenta bastante homogénea,"muy pétrea" y sin excesivas variaciones estratigráficas, de textura y fracción. Su tendencia es visualmente areno-arcillosa fuertemente encostrada y con tendencia a aumento de cantos hacia su techo. En la misma se observan englobados restos líticos y faunísticos. Este testigo, difícilmente puede ser, por sus peculiaridades sedimentológicas,fiel reflejo de las características primarias del depósito. Hemos podido examinar siete útiles que corresponden a tres raederas desviadas, dos raederas transversales, una raedera bifacial y una lasca truncada. El retoque predominante es el sobreelevado y sin indicios de técnica levallois. Parece que estamos ante una industria de tipo charentiense (Fig. 6). Fig. 4.- Cova de Bolomor. Estratigrafía. COVA DE LES CALAVERES (BENIDOLEIG) corresponden a un refresco general de toda la secuencia estratigráfica accesible. La materia prima predominante es el sílex con un 80%, seguida de la caliza 15% y de la cuarcita 5%. Existe una tendencia funcional-tecnológica de las piezas calcáreas debida a los altos valores tipométricos de sus soportes. Tecnológicamente es una industria no levallois, no laminar y no facetada, principalmente obtenida de núcleos discoides correspondientes a nódulos de sílex, cantos fluviales de cuarcita y cantos fluviales y coluviales de calizas jurásicas. Los útiles que corresponden a un 20% de las piezas recuperadas, presentan como predominantes los denticulados y las raederas, en función del nivel, Los primeros parecen más abundantes en los niveles inferiores, circunstancia que se invierte en los superiores. Es de reseñar la existencia de piezas con dimensiones inferiores a los 2 cm. El retoque predominante es el sobreelevado y existe Yacimiento situado sobre el amplio cauce del río Girona, a 110 m de altitud y en las inmediaciones de la población. Se ubica en el interior de un cauce subterráneo y fue dado a conocer por H. Breuil tras el hallazgo de un "petit coup de poing ovoide en roche quartzeuse" que señala como perteneciente al Paleolítico antiguo (Breuil y Obermaier, 1914:251-252). Se efectuaron excavaciones arqueológicas en la década de los años treinta a cargo de J.J. Senent, de las que apenas se posee información. En esta misma década los niveles inferiores quedaron sellados por un fuerte suelo de hormigón. Recientemente y afectando a los niveles superiores se ha realizado una excavación con publicación multidisciplinar (Aparicio et al., 1982). Este yacimiento que debió ser importante a tenor de los restos líticos y faunísticos que proporcionó (Senent, 193133; Jiménez de Cisneros, 1932; Gómez, 1931, 193 la, 1932), queda hoy en una situación muy difícil para futuras Fig. 6.- Cova del Corb (Ondara). Industria lítica. investigaciones. Escasos son los materiales depositados en distintos museos y no existe publicación de las antiguas excavaciones. Las recientes han estado muy limitadas por el registro existente. La existencia de un conjunto faunístico, en especial hipopótamo, elefante y rinoceronte, con restos actuales en Alcoi (incisivo de Hippopotarnus amphibius) y en Valencia (restos óseos de rinoceronte) y la existencia de algún útil que encajaría bien en momentos antiguos, hacen que no podamos descartar la posibilidad de estar ante un yacimiento del Paleolítico inferior. YACIMIENTOS DE LOS VALLES DE ALCOI Se trata de numerosos yacimientos al aire libre y con una repartición geográfica amplia aprovechando áreas lacustres, terrazas fluviales y glacis. Tradicionalmente desde que Belda y Pericot, en 1945, señalaran la existencia de Paleolítico inferior en la zona, la misma se ha venido considerando de obligada referencia. El comentario detallado de cada yacimiento sena exhaustivo por lo que únicamente reseñaré su nombre generalizando sus caracteristicas. Estos son: En la Hoya de Polop (Mas Roig, El Calvo, La Cordeta, L'Alquerieta, Barranc d'Aigüeta Amarga, La Borra); Los yacimientos de Beniaia (La Gleda, La Solana de la Criola, La Carbonera, Les Ronxes, La Lloma del Moll); El Cantalar; Els Dubots; Las Terrazas del Serpis (Alcoi); El Cerro del Sargent; La Carroja; El Fondo del Urbá; etc. Estos yacimientos han sido tratados anteriormente en: (Belda, 1945, 1945a, 1945b, y 1946; Pericot, 1946; Aragonés er al., 1978 y 1978a; Villaverde, 1984; Aragonés y Faus, 1985; Faus et al., 1987; Aparicio, 1980 y 1989; Faus, 1990). Tras el examen de los materiales depositados en varios museos, creemos que los yacimientos mencionados son principalmente áreas de talla con mezcla de materiales de distintas cronologías, en ningún momento hemos apreciado conjunto alguno que pudiera relacionarse con el Paleolítico inferior. El hallazgo de alguna pieza aislada de aspecto "arcaico" tampoco nos induce a pensar de diferente forma. Estos yacimientos, por lo general, cuando presentan industrias referidas al Paleolítico medio, consisten en un fuerte predominio de los restos de talla y núcleos, mayoritariamente centrípetos (discoides y levallois), sobre los útiles. Posiblemente por comparación con otros yacimientos regionales, se sitúan mejor en momentos avanzados del Würm antiguo. Se trata de yacimientos de superficie localizados en una amplia zona correspondiente a las cuencas media y baja del Vinalopó. Fueron dados a conocer primeramente por Jiménez de Cisneros (1907 y 1909) y difundidos por Obermaier (1 9 16), Carballo (1 924), Bañón (1949) y Ramos (1952). Los conjuntos examinados por nuestra parte: La Coca, Cerro de los Cánovas, Cerro de los Madriles, La Canalosa, etc., presentan varios miles de piezas referibles sobre todo a industrias del Paleolítico medio, y al igual que los de los valles de Alcoi, son principalmente áreas de talla. HURCHILLO Yacimiento al aire libre ubicado en las Loma de Bigas- tro, a 107 m de altitud y sobre la población de igual nombre. Fue dado a conocer por Ch. Montenat (1973) y posteriormente publicado por un equipo multidisciplinar con asignación a la "Pebble culture" (Cuenca et al., 1982). Recientemente se asigna también a un Achelense inferior (Montes, 1983 y 1986). Este es un yacimiento muy controvertido, sus primeros investigadores propusieron una cronología referencia1 de 28.000 BP y su relación con industrias de variado tipo y clara falta de adecuación cronoindustrial: desde la "Pebble culture evolué" de Biberson al Camposaquiense, pasando por una posible relación con Las Gándaras de Budiño. Tras visitar el yacimiento y la colección de algún museo, observamos una falta de recogida metódica de materiales, que se han centrado en localizar piezas "significativas", olvidando los millares que se esparcen por la zona. La materia prima en su totalidad es cuarcita, el soporte está constituido por cantos rodados, por lo general ovoides, de coloración violáceo-rojiza y con variada tipometría. La primera valoración que debe realizarse es que existe talla intencional lítica en el yacimiento, independientemente de la existencia de gran número de guijarros fracturados por causas naturales que dan origen a superficies de exfoliación planas, correspondientes a diferentes vetas de mineralización. Por lo observado, no hay una característica tecnológica definida y predominan los núcleos y restos de talla. No se puede definir la industria ni sus características técnicas, parece sin embargo que esta sea no laminar, no facetada y no levallois. La materia prima es de mala calidad como para ver bien las improntas del proceso de talla. Existe un muy escaso número de útiles todos ellos mal caracterizados en cuanto a morfotipos, alguna tosca raedera y denticulado parecen ser los más significativos, así como los nódulos con talla grosera para la extracción de amplias lascas con cierto apuntamiento de los mismos. Estamos ante un área de talla de características tecnológicas, cronológicas y culturales imprecisas. Nuestra postura sobre este yacimiento ha variado significativamente en función de los datos que hemos ido obteniendo y de hecho no sería descartable que se tratase de un yacimiento holoceno, muchas reservas tenemos en su inclusión en un Paleolítico inferior. Unicamente un estudio en profundidad de la totalidad de los materiales podrá definir el mismo. 3. PROBLEMAS, PERSPECTIVAS Y CONCLUSIONES El primer problema vinculado al estudio de restos materiales asignables al Paleolítico inferior ha sido la consideración de la ausencia O rareza de tales industrias en tierras valencianas. Las prospecciones, dirigidas principalmente a depósitos al aire libre, siempre han ido enfocadas al hallazgo de hipotéticos conjuntos de bifaces, por ello la ausencia de industrias achelenses se ha asimilado a una no presencia clara del Paleolítico inferior en una geografía valenciana prospectada durante décadas de tradición prehistoriadora y con fuerte presión antrópica sobre el temtorio. La evolución física del territorio, tras su estudio, no parece haber sido determinante en la presencia de yacimientos, aunque nadie duda de su importancia. Bien es verdad, que los depósitos correspondientes al Pleistoceno medio, mayoritariamente continentales, no son numerosos ni extensos, principalmente debido a la fuerte energía de las cuencas fluviales mediterráneas. Respecto a los depósitos marinos, amplias prospecciones tampoco han aportado indicio alguno que apunte la posibilidad de yacimientos sumergidos. Los datos que poseemos nos sugieren una limitada potencialidad de aquellos situados al aire libre, tanto marinos como continentales. Esta valoración es avalada por la actual no localización en áreas de menor energía fluvial, como son las cuencas del Vinalopó o los depósitos de los valles de Alcoi. De todos los problemas vinculados a la existencia del Paleolítico inferior, resalta la importante ausencia de litoestratigrafías, bioestratigrafías y cronoestratigrafías, por lo cual la mayoría de estas asignaciones quedan sustentadas en valoraciones carentes de base sólida. Las piezas aisladas como el bifaz de Oropesa, sin contexto cronoestratigráfico, en ningún caso son indicadoras por si mismas de la existencia de conjuntos industriales, ni atribuibles al Paleolítico inferior. En general, su escaso número, su singularidad, los derroteros del hallazgo, junto a una gran amplitud cronológica y cultural, restan valor a las mismas. Los yacimientos de las comarcas septentrionales, valorados en la medida de la información que aportan: Casa Blanca 1 y Cau &En Borras, deben ser considerados como yacimientos paleontológicos, mientras no se demuestre lo contrario. El Tossal de la Font y El Pinar, en cambio, presentan una notable contribución y su ubicación parece situarse mejor en momentos iniciales del Würm antiguo. Respecto a Cova Negra (Xativa), su situación würmiense ha sido reiteradamente argumentada desde distintos campos multidisciplinares, por lo que hay que descartar la asignación al Riss (Pérez, 1977; Villaverde, 1984; Fumanal y Villaverde, 1988; Arsuaga et al., 1989; Villaverde, 1992). Los conjuntos industriales y los útiles aislados recogidos al aire libre en los depósitos continentales de los valles de Alcoi, carentes de una mínima litoestratigrafía, no pueden ser considerados tras su examen, como pertenecientes al Paleolítico inferior. Esta supuesta existencia fue creada por el Padre Belda con la presentación de un clactoniense y apoyada por Pericot, en un momento en que se intentaba correlacionar Ia antigüedad de 10s útiles con las características de su pátina. Los yacimientos del Vinalopó, deben ser igualmente valorados entre 10s que no muestran claras evidencias sobre la presencia de industrias del Paleolítico inferior. Estas localizaciones al aire libre, presentan escasa documentación en el estudio de sus terrazas, glacis, etc., EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL PAÍS VALENCIANO, UNA APROXIMACIÓNA SU ESTUDIO con ausencia de asociaciones faunísticas y en algunos se constata una evidente mezcla industrial. El singular yacimiento de Hurchillo, con industria exclusivamente en cuarcitas, no presenta características tecno-industriales, ni elementos de valor cultural o cronológicos que puedan ser referidos claramente a un Paleolítico inferior. En el área valenciana, tras examinar los yacimientos y los conjuntos industriales depositados en distintos museos, se llega a la conclusión de que muchas de las industrias propuestas, con la documentación hasta hoy disponible, no deben ser incluidas entre las asignaciones al Paleolítico inferior. Unicamente en la actualidad, determinados yacimientos de lascas, situados principalmente en las comarcas centrales y litorales del País Valenciano, aportan luz al tema, en especial la Cova de Bolomor, de amplia secuencia estratigráfica rica en materiales y con dataciones absolutas. Bolomor, pendiente de la información que deben suministrar las excavaciones en extensión, presenta unos primeros datos que apuntan a valorar la industria como de técnica no levallois, no laminar y no facetada, tecnológicamente obtenida de núcleos discoides. Como útiles más representativos, raederas y denticulados proporcionan los mayores valores en unos conjuntos donde la tipometría y la materia prima juegan un importante papel. La Cova de Bolomor, por los datos microfaunísticos (cronológicamente anteriores a los niveles inferiores XIV-XII de Cova Negra, considerados del Würm 1), por la franja cronológica de las dataciones absolutas (120.000 BP - >350.000 BP) y por sus características faunísticas y estratigráficas, se sitúa en un genérico Riss de la secuencia clásica alpina. El predominio del retoque sobreelevado, los valores tipométricamente pequeños y la presencia de tipos quina y tayacienses, configura su inclusión en un filum de industrias de amplia repartición en el Mediterráneo occidental y que se denomina Proto-Charentiense. Entendido este como resumen de todos aquellos conjuntos industriales rissienses que tienen en común la relación con el Charentiense tipo Quina (Proto-Musteriense de la Escuela de Burdeos, Tayaciense de Lumley, etc.), según propuesta de Villaverde ( 1984:183). En el marco europeo próximo a la Península, es habitual que las industrias de tipo Quina del Würm 1 se vinculen con las Proto-Charentienses (Proto-Quina o Tayaciense) del SW. francés (Micoque 3 y Tarés 1), SE. francés (Baume Bonne D y Caune de L'Aragó) o de Italia (ProtoPontiniano de la Sedia del Diabolo o Monte della Giovie) (Bourgon, 1957; Rigaud y Texier, 1981; Lumley, 1976; Taschini, 1967). En esta línea estarían los yacimientos valencianos del Würm 1 (Charentiense tipo Quina de los niveles inferiores de Cova Negra y los probables del Tossal de la Font, El Pinar, Cova del Corb, etc. ) con variaciones industriales, que marcarían bien la evolución desde momentos del Riss con el Proto-Charentiense de Bolomor hacia los conjuntos marcadamente charentienses que presumiblemente emergen en un momento, aún impreciso, que debe situarse entre un Riss final y un Würm antiguo inicial. A este complejo industrial pre-würmiense con personalidad propia, bien situado en Francia e Italia, que enlaza perfectamente en una misma raíz charentiense y que se ha denominado Proto-Charentiense, deben ser adscritos por el momento los conjuntos industriales valencianos más antiguos. Bolomor no es un caso aislado en el País Valenciano, existen evidencias sobre otros yacimientos de menor entidad, en gran parte desmantelados por la erosión y de los que únicamente conocemos testigos brechosos como Cova del Corb, Calaveres, etc., todos ellos con clara raíz charentiense. Estos yacimientos ubicados principalmente en el área costera o próxima, con aprovechamiento y abiertos a los recursos económicos de las llanuras aluviales, en especial, del área comprendida entre el Promontori de Cullera y el Montgó, son los que deben definir en buena lógica las características de nuestro Paleolítico inferior, posiblemente ya dentro de momentos avanzados del Pleistoceno medio. En el marco de la Península Ibérica, la cuestión del primer poblamiento (primeras industrias antrópicas) tradicionalmente se ha retrotaido al Pleistoceno inferior, en base a los indicios propiciados por piezas líticas aisladas y apoyadas en elementos litoestratigráficos o morfoestratigráficos, circunstancia controvertida desde un posicionamiento de rigor. Sin embargo existen autores que apoyan esta presencia (Aguirre, 1989). Los primeros conjuntos industriales relativamente bien situados desde una perspectiva cronoestratigráfica son achelenses y corresponden a un Pleistoceno medio pleno, como es el caso del yacimiento de Aridos1 (Santonja y Villa, 1990), aunque presumiblemente los primeros indicios de presencia antrópica claros, sean los que proporciona el yacimiento de Cúllar de Baza-1 (Vega, 1989), cuyos niveles bioestratigráficos nos sitúan en los inicios del Pleistoceno medio (ca. 700.000 años), cronología a tenor de la investigación actual que marca e1 primer poblamiento peninsular conocido. En el País Valenciano con una investigación incipiente sobre el Paleolítico inferior y con datos casi exclusivamente industriales, determinadas apreciaciones van adquiriendo consistencia. Se constata la ausencia de industrias achelenses, en el sentido actual de industrias de bifaces, fácilmente identificables en un territorio ampliamente prospectado. Esta exposición queda a la espera de que futuros hallazgos esporádicos matizen la misma. Creemos pues, que los complejos industriales achelenses no tuvieron presencia notoria en tierras valencianas y presumiblemente esta valoración es extensible a gran parte del área mediterránea peninsular. Se configura por primera vez en la Península Ibérica, la existencia de un tecno-complejo industrial de características bien definidas y sin el macroutillaje bifacial (bifaces, hendedores y triedros) que ha definido el Achelense peninsular o Ibérico y con una cranotogía presumiblemente sincrónica, al menos para amplios momentos del Pleistoceno medio. Esta visión viene a matizar y enriquecer los hasta ahora conjuntos peninsulares JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS antiguos, compuestos principalmente por conjuntos de cantos y de bifaces, los primeros sin clara adecuación cronoestratigráfica y por tanto controvertidos, y los segundos de amplia tradición bibliográfica. Estos conjuntos antiguos de lascas se documentan también en la Cuesta de la Bajada (Teniel) o la Cueva de las Grajas (Málaga), fuera del ámbito valenciano. Recientemente se ha apuntado la influencia y condicionantes de la materia prima para explicar estas variaciones (Villa, 1981). Sin negar esta circunstancia, creemos que más que determinante se intuye como matizadora; al menos en nuestra área donde parece apreciarse una mayor importancia del componente cultural con significativas variaciones de adaptación y adaptabilidad, debidas presumiblemente a diferentes estrategias de subsistencia y patrones de asentamiento respecto de las Mesetas. Estas industrias, situadas al sur del n o Llobregat, quizás muestren extensiones hacia llagnet. S e c i ~ w i a Sccwncia l'olarid. Gcológca Alpina Estadios (:ronología 1'2X-278 ,\bsoluta Yacimientos valencianos del Paleolitico antiguo < :ova (:ova del Fkilomor (hrb 0 tiU cl:O (yova de les ('daveres E' Pinar 64.om 4 - \\!Ürni 1 ? 76.000 S 5e - 178.000 - 6 (1.Tossal de la kont ? ? [" Q fC3 Q ? .... 1 IK.CKK) Itiss~\lrüm O z zonas próximas, como el valle del Ebro, los páramos aragoneses, y las entradas a la Submeseta Sur, Murcia y Alta Andalucía, donde los conjuntos de bifaces están mal representados, cuando no ausentes. Las industrias peninsulares del Pleistoceno medio con las aportaciones recientes, dejan de ser uniformes, no dependientes del patrón Achelense ibérico, y con una mayor variabilidad de las formas de adaptación al medio como apunta Santonja (1992:39). El tránsito Paleolítico inferior-medio, en el área mediterránea peninsular, en base al estado de nuestros conocimientos y haciendo extensibles las valoraciones de la zona central valenciana, se muestra como la evolución tecno-industrial lógica en el seno de la facies Charentiense, que tiene su origen en momentos del Pleistoceno medio para finalizar en el Würm antiguo con las industrias clásicas musterienses (Fig. 7). (hva Negra ...... ... ... ... ... ... ... ............................................................................................................................. • ? 7a 7b O Riss 7, 251.O00 r. 8 9 rn W 10 hlind~Kiss p! m 8 b 13 Mindel a ? 15 16 17 1X 5:: 472.000 14 4 $ 2 13 12 2 C J -E 11 Gürv.'.llind. O -10 m.O(!U - 730.00() 5" O 0 ;S + , k! - Fig. 7.- Cronologías y correlaciones secuenciales de los principales yacimientos valencianos del Paleolítico antiguo. EL PALEOLÍTICOINFERIOR EN EL PAÍS VALENCIANO, UNA APROXIMACI~NA SU ESTUDIO AGUIRRE, E. (1989). 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