valenciano una aproximaci~na su estudio

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RECERQUES DEL MUSEU D'ALCOI, 11 (1993), 7-21
El presente trabajo plantea una primera aproximación al conocimiento de los momentos más antiguos del poblamiento valenciano, el
Paleolítico inferior, en un momento en que tras el hallazgo de Bolomor,
se presumen importantes cambios en nuestra investigación regional.
VALENCIANO
UNA APROXIMACI~N
A SU ESTUDIO
Aquest treball planteja una primera aproximació al coneixement del
poblament valencia mds antic (datar en el paleolític inferior), en una
momento en que, com a conseqü2ncia del descobriment i l'excavació de
la cova de Bolomor, es preveeuen canvis importants en la inwstigaci6
regional.
The lowerpaleolithic in the valenciun country. An approach to'its study
The present work bring fonvard afirst approach ro the knowledge of
the oldesr Valencian settlement, that is, the Lower Paleolithic, Ni a moent
in which as a consequence of the discovery and excavation of the "Cova
de Bolomor", we presume importanr changes Ni our regional field of research .
JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS*
Se presenta la información actualmente disponible
sobre los momentos más antiguos de la ocupación humana
en tierras valencianas, incluyéndose los datos referentes al
Paleolítico antiguo regional. El marco cronológico en el
que se sitúa la investigación son los tiempos anteriores al
último interglacial de la secuencia alpina (Riss-Würm). En
años absolutos los precedentes a la franja cronológica
128.000-118.000 BP, correspondientes al estadio 5e de la
muestra V28-238 del Plateau Salomon (Shackleton y
Opydyke, 1973), cuya base marca el límite Pleistoceno
medio-superior.
El presente escrito forma parte de la Memoria de
Licenciatura del autor, correspondiente al curso 1989-1990
(Universitat de Valencia).
l. ANTECEDENTES
Los primeros datos atribuibles al Paleolítico inferior en
tierras valencianas hacen referencia a los materiales de la
antigua colección de Juan Vilanova y Piera, de finales del
*
Dept. de Prehistoria i Arqueologia Universitat de Valencia
Avda. Blasco Ibatiez, 28
4601 0 VALENCIA
siglo XIX, y depositada en el Museo Antropológico Nacional (Fletcher, 1949): brecha ósea de Penya Roja, fragmento de hacha chelense de Orihuela y útiles de sílex y brecha
ósea de Tavemes de la Valldigna. Al inicio de siglo en el
País Valenciano no existe documentado ningún yacimiento
atribuido al Paleolítico inferior, pero los postulados de
Juan Vilanova y Piera han dejado huella entre estudiosos,
principalmente de la geología y paleontología, que se preocupan de la búsqueda de testimonios de épocas remotas.
Entre éstos destaca el geólogo Leandro Calvo, quien aportó información sobre los depósitos brechosos arqueológicos de Cova del Corb, Cova de les Calaveres y Cova de
Bolomor (Puig y Larraz, 1896; Calvo, 1908). El naturalista
Eduardo Boscá (1916:7), también reseñó la existencia de
un yacimiento paleolítico con "sílex pequeños y ninguno
en forma de almendra". Henri Breuil en 1913, exploró una
treintena de cavernas valencianas en busca de restos
prehistóricos, citando la existencia de brechas con huesos e
industria. En la Cova de les Calaveres de Benidoleig halló
un pequeño bifaz ovoide de cuarcita que atribuyó al Paleolítico antiguo y recogió fauna e industria de la Cova del
Corb (Breuil y Obermaier, 1914:247-253). De nuevo en
Valencia y tras estudiar en 1931 los materiales de Cova
JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS
Negra, les atribuye una tendencia tayaciense, en relación a
las excavaciones que por entonces realizaba D. Peyrony en
La Micoque (Pla, 1965).
A consecuencia de las prospecciones del Padre Belda
(1945), Luis Pericot visita y recoge piezas líticas en el
yacimiento de Els Dubots (Alcoi), comentando que presentan una pátina cheleo-achelense muy antigua con lascas
de tipo clactoniense. Textualmente afirma "Podemos
hablar con seguridad de la presencia en la comarca de
Alcoy del paleolítico inferior ..." (Pericot, 1946:49). La
valoración del Clactoniense en Alcoi ha persistido hasta la
ALTITUD
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Fig. 1.- Relación de yacimientos: 1 Bifaz (Oropesa). 2
Cau d'En Borrás (Oropesa). 3 Cova del Tossal de la
Font (Vilafamés). 4 El Pinar (Artana). 5 Casa Blanca 1
(Almenara). 6 Cova de Bolomor (Tavemes de la Valldigna). 7 Cova del Corb (Ondara). 8 Cova de les Calaveres (Benidoleig). 9 Valles de Alcoi. 10 Vinalopó
(Aspe). 11 Hurchillo.
actualidad (Aparicio, 1980:16 y 1989:85). En la década de
los años cuarenta existe el convencimiento de un Paleolítico antiguo en Cova Negra por la determinación de Elephas
iolensis (Royo, 1942) y las valoraciones industriales de
Fco. Jordá (1947), quien en plena vigencia de la sistematización del Tayaciense (Martínez Santa-Olalla, 1941 y
1946), fija la secuencia de Cova Negra: sitúa como anteriores al Würm el Tayaciense (sin nivel) y el Matritense 1
(Nivel E, musteriense pobre de tendencia tayaciense, del
Riss-Würm). Sobre los niveles superiores, considerados
würmienses pesan las ideas africanistas (Sbaikiense-Ateriense) del momento. Esta tendencia tayaciense será definitivamente abandonada por Jordá en 1955 (Villaverde,
1984:22). A finales de los años cuarenta, Jordá plantea por
primera vez el estado de la cuestión del Paleolítico inferior
valenciano, señalando la escasez de materiales (Jordá,
1949:104). En estas mismas fechas, Martínez de SantaOlalla da cuenta del que considera primer yacimiento
valenciano del Cuaternario antiguo, en el aeropuerto de
Manises. El hallazgo consiste en media docena de piezas
de cuarcita y sílex. Las compara con los hallazgos del valle
del Manzanares y considera como matritenses (Martínez
Santa-Olalla, 1947:167-168). Según Aparicio (1989), se
trata de materiales procedentes del lastre de aviones.
En la década de los años cincuenta, se excava Cova
Negra (Xhtiva) a iniciativa del S.I.P.; inicialmente el
hallazgo de tres bifaces generó su asignación al Paleolítico
inferior, "a momentos finales del acheulense con una equivalencia a unos 200.000 años" (Fletcher, 1952:14), para
concluir posteriormente con su definitiva asignación al
musteriense. Esta propuesta fué aceptada entre los prehistoriadores, a excepción de H. de Lumley (1969, 1971) y
M.A. de Lumley (1973), quienes tras valorar el parietal
humano como Horno Anteneandertalis, postulan una cronología rissiense del relleno y un carácter tayaciense de la
industria. En 1956, F. Esteve publica el hallazgo del bifaz
en Oropesa (Castellón), que clasifica como amigdaloide y
relaciona con un Abbevillense final o un Achelense inferior. Este útil ha sido durante décadas la referencia que
sustentaba la presencia del Achelense y del Paleolítico
inferior en tierras valencianas (Esteve, 1956; Gusi, 1974 y
1980). Los hallazgos recientes en tierras castellonenses de
tres yacimientos: Cau d'En Borras (Oropesa), Tossal de la
Font (Vilafamés) y Casa Blanca 1 (Almenara), atribuidos
en un principio al Pleistoceno medio los dos primeros y al
inferior el tercero, por sus características, no han aportado
avances significativos a la investigación de los momentos
antiguos.
2. YACIMIENTOS
BIFAZ (OROPESA)
Hallado superficialmente en un viñedo próximo a la
estación de ferrocarril de la localidad de Oropesa, en 1953.
EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL PAÍS VALENCIANO, UNA APROXIMACIÓN A SU ESTUDIO
Carece de contexto cronoestratigráfico y arqueológico, es
un útil lítico aislado. Por su silueta fue considerado "amigdaloide, de contorno ovalado con corte transversal en el
ápice, talla a grandes golpes sin apenas retoques complementarios, de aristas sinuosas y muy cortantes" y clasificado como "sílex abeviliense" perteneciente a un "Chelense
ya tardío o a un Achelense inferior" (Esteve, 1956:133).
Tras examinar el bifaz, mostrado por su descubridor Francesc Esteve Gálvez, a cuya colección particular pertenece
y dada la singularidad y ausencia de estudio tipológico
alguno desde su descubrimiento, nos motivó a actualizar
sus características tecno-morfológicas. Se trata de una
pieza de sílex negro y textura vítrea, de calidad excelente
para la talla y con una ligera rotura en el filo ocasionada al
desenterrarse. Una de sus caras presenta coloración grisácea debida a un importante efecto de pátina y corresponde
a la zona que se hallaba expuesta a la intemperie en el
momento del hallazgo. La otra cara, muestra una coloración negra, ligeramente patinada.
La primera valoración a dilucidar es la de que no estamos ante un núcleo ni un bifaz nucleiforme, dado que el
contorno bien individualizado mediante talla bifacial, configura un filo regular de clara intencionalidad. Ambas
caras están bien caracterizadas en cuanto a su morfología y
existe una evidente simetría. Puede considerarse un utensilio lítico finalizado. Hemos considerado como anverso la,
superficie que no posee conex. El contorno es oval y el
filo distal ligeramente convexo y oblicuo. Ambos lados
son convexos, el izquierdo en mayor grado. El reverso
posee cortex en la porción central y proximal, ocupando
un 20% de la superficie. El contorno general es igualmente
oval y los lados están convexamente bien definidos. El
lado derecho muestra una ligera denticulación consecuencia de un reavivado o regulación del filo. Los retoques son
amplios, profundos e invasores, en una pieza de por sí muy
espesa, posiblemente sacada de un nódulo esférico. El
talón se ha configurado mediante la eliminación del filo
por machacado y la prensión manual del mismo es cómoda. El filo distal y el izquierdo del anverso muestran una
mayor regularización, mediante retoques que configuran
una denticulación. Ambos filos dan la impresión de estar
más cuidados en su elaboración y posiblemente en su utilización funcional. En resumen, la talla se puede considerar,
como centrípeta, bifacial y consecutiva. La obtención de
filo transversal se ha logrado por varios retoques en ambas
caras. El contorno muestra un filo muy cortante (fig. 2).
por diversos investigadores. La separación entre algunos
tipos de bifaces no siempre es fácil y los criterios utilizados hasta hoy, basados principalmente en las mesuraciones
de las piezas, no son del todo satisfactorios para detenninar los morfotipos y sus diferencias o aproximaciones. Los
grupos principales de estudios tendentes a clasificar los
bifaces son según Galiberti y Bartoli (1982): el que utiliza
el eje de simetría máximo que tiende normalmente a identificarse con la bisectriz de la punta (porción media-superior del útil), prestando una menor importancia a la parte
MEDIDAS E INDICES
L
m
n
o
e
a
Llm n/m olm mím U a mía
118
95
92
84
74
70
1.24
96
0,88 1.28 1.68 1.35
La discusión tipológica apunta a que no estamos ante
un bifaz de los denominados típicos ni de fácil clasificación entre las distintas relaciones tipológicas propuestas
Fig. 2.- Bifaz (Oropesa). Morfología y dirección de
talla.
basal (Bordes, 1961; Djindjian y De Croisset, 1976; Monnier y Etienne, 1978; etc.) y el que emplea la longitud
máxima con valoración también de la porción basal (Roe,
1964; Barra1 y Simone, 1971; etc. ).
En el estudio del bifaz de Oropesa, los criterios principales que determinan la clasificación son: la importante
valoración del contorno, mediante medidas e índices y la
existencia de un filo transversal opuesto al talón. Siguiendo el primer criterio, Bordes utiliza la relación Lla y n/m x
100 para establecer una gráfica que conduce a la determinación de cuatro tipos de bifaces: Triangulares, Subtriangulares, Cordiformes ( d e >2,35) y Amigdaloides ( d e <
2,35), y Ovalares, Discoides y Limandes. Según esta gráfica, el bifaz de Oropesa se situaría por debajo de la línea
que incluye el gmpo de Ovalares, Discoides y Limandes
(Bordes, 1961: 50). Habría que desechar la clasificación de
Protolimandes por un L/m>1,6 y un d e <2,35. El índice
principal de esta clasificación es el de carenado, con un
valor estándar estimado en >2,35 para los bifaces planos y
< 2,35 para los espesos. Ante este índice y dado que nuestro bifaz posee un de:1,28 (<2,35), obviamente espeso o
muy espeso, la única posibilidad de asignación sería la de
amigdaloide corto (Llm <1,5), dada la no inclusión en la
lista, de bifaces ovales espesos. Continuando en la línea de
valorar preferentemente el contorno y las medidas proporcionadas por determinados índices, vemos como la relación 2/5< a/L<2/3 daría a nuestro bifaz el valor 0,4 c0,59
<0,66, esto es, de contorno ovalar, y al poseer un n/L de
0,77 (0,55 a 0,85), tendríamos un ovalar ancho que por su
relación a/m 0,73 (0,72 a 1,lO) estaría muy cercana a la
elíptica. Por tanto, siguiendo a Suzanne Simone
(1980:180-182), es un bifaz ovalar ancho tendente a elíptica por lo que concierne a su silueta horizontal.
Considerando como rasgo preferente la existencia de
un filo transversal opuesto al talón, habría que incluir la
pieza entre los hendedores-bifaces, y en concreto sería un
hendedor sobre bifaz de filo estrecho (Bordes, 1961:63 y
83), pero el término hendedor-bifaz no es satisfactorio,
pues se presta a confusión con los verdaderos hendedores,
que requieren un proceso tecnológico de talla especial para
su obtención, por lo que la denominación de bifaz de filo
transversal, parece más adecuada (Santonja y Pérez, 1984).
Vistas las características morfológicas, tecnológicas y las
propuestas generales de ordenación, creemos que la denominación tipológica que más se ajusta al bifaz de Oropesa
es de: "Bifaz de filo transversal estrecho con silueta ovalar
espesa tendente a elíptica".
Yacimiento que se localiza en el interior de una cavidad subterránea desarrollada a través de una diaclasa que
configura lo que se ha venido a denominar un abrigo-sima.
Posee dos bocas, la actual de entrada, de 1,8 x 1.3 m, con
un estrecho corredor de 5,5 m y la que se sitúa sobre la
vertical de la sima, de la que proviene principalmente el
relleno sedimentológico. Presenta una potencia estratigráfica de 8 m, individualizada en 14 niveles, de los que únicamente se citan "niveles de arcillas, gravas y gravillas
alternativamente compactos y purulentos". Se deduce la
existencia de niveles osíferos sin piezas líticas (niveles, 5,
8, 10 y 12), frente al nivel 9, considerado de relación entre
fauna e industria y situado en la cota -5,80 m y con 20 cm
de potencia (Carbonell er al., 1981: 8 y 1987: 431). La ubicación del yacimiento en el interior de una sima con profundidad de más de 6 m y anchura máxima de 2 m, imposibilita unas mínimas condiciones de hábitat, cuando no de
acceso. Los autores reconocen estas limitaciones y explican que los restos han sido arrojados por los homínidos al
interior.
El análisis taxonómico de la secuencia estratigráfica,
sin especificar nivel, ha proporcionado: lince, pantera, gato
salvaje, cánido pequeño, úrsido pequeño, équido, puercoespín, topo, conejo, aves, Apodemus sp., Microtus sp.,
CBnQO
>-o
CB 'n 3
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CB n* 4
Fig. 3.- Cau d'En Borrás (Oropesa). Piezas líticas.
EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL P A ~ SVALENCIANO, UNA APROXIMACIÓNA SU ESTUDIO
cáprido, bóvidos, ovido y Hemitragus bonali. En base a la
determinación de éste último, el yacimiento se ha situado
alrededor del Mindel final. El conjunto Iítico está compuesto por un núcleo, dos percutores, dos choppers y una
lasca (Carbonell et al., 1981: 10). Por nuestra parte y tras
examinar las piezas depositadas en el Museo de Bellas
Artes de Castellón, presentamos sus caractensticas (fig. 3).
Pieza CB No O (N07 19)
Clasificada como "Canto unifacial tipo chopper", sus
dimensiones son 60 x 74 x 22 mm. El soporte es un canto
rodado plano de caliza con fractura lateral y amplio levantamiento distal que afecta a las 314 partes de la cara. La
superficie de esta fractura es irregular y el contorno presenta tres melladuras, dos marginales directas y otra inversa que apuntan hacia una acción repetida de agentes naturales.
Pieza CB no1 (N0 7 12)
Clasificada como "Núcleo de una sola extracción". De
caliza gris-verde, fuertemente alterada por la erosión y con
dimensiones de 63 x 62 x 50 mm. Su morfología es poliédrica y sin planos de percusión preparados. Los levantamientos cuya impronta deja ver la erosión presentan un
carácter unidireccional.
Pieza CB no 2
No expuesta en el Museo. Clasificada "Canto de caliza", de 89 x 65 x 30 mm. con un pequeño decantillado
local.
Pieza CB No 3 (N0 7 14)
Clasificada como "Canto unidireccional tipo chopper".
De caliza gris muy alterada por la erosión y con dimensiones de 8 1 x 60 x 16 mm. Se trata de una lasca de decalotado, de un canto rodado plano. No muestra talón ni plano de
percusión preparado. La cara dorsal presenta varias melladuras en su contorno y la cara ventral posee una fractura
distal inversa. La superficie de esta cara es muy irregular
con tres pequeños levantamientos en su periferia. Es una
pieza con retoques mecánicos, tras su posterior generación
como lasca.
Pieza CB No 4 (N07 15)
Clasificada como "Lasca de talón cortical con dos retoques secundarios regulares". De caliza marrón clara, presenta unas dimensiones de 86 x 74 x 33 mm. Es un canto
rodado plano con una amplia extracción que afecta a más
de las 314 partes de la cara ventral y otra más pequeña en
su porción distal. No existe ningún plano de percusión preparado y las áreas periféricas más expuestas se hallan afectadas por melladuras mecánicas aisladas.
Pieza CB No 5
No expuesta en el Museo, se trata según la publicación
de un "Canto espeso de caliza con un piqueteado que moti-
va su valoración como percutor".
En resumen, tras examinar este conjunto lítico, su tremenda simpleza tecnológica y la valoración de acciones
mecánicas, condiciona el que no se pueda afirmar su elaboración humana. La carencia de una evidente intencionalidad con ausencia de superficies preparadas para la percusión, una tendencia no clara del filo, la ausencia de cualquier rasgo tecnológico definitorio (efectos de la acción de
un percutor sobre un canto, claramente dirigido y con nitidez en la extracción, etc.), así como la desfiguración debida a causas naturales, completan una visión que no apunta
a una manipulación antrópica. Respecto a la procedencia
marina de los cantos calcáreos, afirmación basada en las
formas planas de los mismos, habría que buscar el mecanismo deposicional, dado que la boca se sitúa actualmente
sobre la plataforma litoral y a una altitud de 140 m sobre el
mar. En conclusión, y a falta de un estudio de la fauna
recuperada, de los procesos cársticos, sedimentológicos y
estratigráficos de la cavidad-yacimiento, y de la explicación del origen de los cantos, parece oportuno no descalificar el yacimiento, si bien el origen natural del depósito y
por tanto su consideración paleontológica, constituye una
hipótesis muy sólida a considerar.
Abre su boca a 360 m de altitud dando paso a una
amplia cavidad subterránea, en cuyo interior se presenta el
depósito como brecha de gran extensión y profundidad. La
estratigrafía de un corte "frontal" de 10 m de potencia ha
permitido distinguir, en función del tamaño de los bloques
y de la matriz, 9 niveles. El aspecto general es de brechificación con acumulación importante de bloques.
En base al estudio microfaunístico del Cricetulus (Allocricetus), con talla que correspondería a poblaciones de
finales del Pleistoceno medio en el SW de Francia, y por la
posible pertenencia al tipo anteneandertal de dos restos
antropológicos, según M. A. de Lumley, el yacimiento se
consideró como perteneciente al Pleistoceno medio (Gusi
et al., 1980: 21). El estudio de los restas antropolágicos
(mitad inferior de un húmero y un fragmento de coxal),
indica la dificultad de fijar la situación cronológica en base
a los mismos. Sus rasgos anatómicos son comunes a fósiles neandertales y anteneandertales (Arsuaga y Bermúdez
de Castro, 1984: 33). Los restos faunísticos son escasos y
poco significativos, en especial los mamíferos. Están presentes: Crocuta spelaea, Lynx spelaea y Cuon sp. También
hay un équido, un cérvido y un ovicáprido. Los restos de
conejo son muy abundantes al igual que los moluscos
terrestres Cepaea. La microfauna ha proporcionado las
siguientes especies: Apodemus aff. jluvicolis, Mus sp., Rattus sp., Cricetulus (Allocricetus) bursae, Pitimys sp., y
Eliomys q. quercinus. En base a la misma, en especial la
presencia de Cricetulus (Allocricetus) bursae, se propone
una edad Riss-Würm sin descartar un Würm antiguo o
Würm 1-11 (Gusi et al., 1984:14)
Las escasas piezas líticas halladas hasta la fecha han
sido clasificadas como dos raederas y dos puntas. Aparecieron en relación a los restos antropológicos y paleontológicos y de su estudio se concluye la posible relación a una
fase muy final del Achelense superior de tipo micoquiense
(Riss-Würm finaWürm 1) o al tecno-complejo Musteriense típico (Würm 1-11), aunque es prematuro clasificar una
industria tan limitada (Gusi et al., 1984:16). En las memorias de excavaciones de las campañas 1984-85, se aprecia
una consideración como yacimiento atribuible al Paleolítico medio (Gusi, 1988a). Por nuestra parte y tras examinar
las piezas, el conjunto se resume en cuatro útiles de sílex:
raedera de dorso adelgazado, raedera desviada doble, raedera simple convexa y lasca levallois típica. El retoque
predominante es el simple. En el estado actual de investigación del yacimiento, no se poseen datos suficientes que
apunten hacia su ubicación en momentos cronológicos
correspondientes al Paleolítico inferior. La asignación al
Musteriense Típico o al Micoquiense parece prematura y
no sería de extrañar su pertenencia al complejo Charentiense, al igual que el resto de yacimientos valencianos
asignados al Paleolítico medio, vista la representación de
las raederas. Excavaciones futuras, esperemos den luz
sobre esta cuestión, dada la indudable importancia de los
restos antropológicos,
EL PINAR (ARTANA)
Yacimiento al aire libre situado en una amplia llanura
aluvial cruzada por el barranco de Solaig, en las proximidades de la población de Artana. La explotación de áridos
sacó a luz numerosas piezas líticas destruyendo gran parte
del yacimiento, en el que se han realizado excavaciones
entre los años 1984-86. Estratigráficamente se han documentado tres niveles principales. El superior, posiblemente
holoceno con potencia 1 a 2 m y cantos redondeados de
arenisca y caliza. El medio formado por capas de arcillas
con sílex y potencia de hasta 5 m y el inferior con cantos
rodados y arcillas, fuertemente brechificados y estériles
que constituyen la base sobre la que se asienta el manto
arcilloso.
Según Casabó (1988:155-157), en las excavaciones
aparecieron gran cantidad de material, mayoritariamente
no tallado ni retocado. La industria se caracteriza por poseer índices levallois, laminar y de facetado muy bajos.
Las raederas son los útiles predominantes (64,3%) y los
denticulados presentan notoria importancia (17,3%) con
incidencia de algunas puntas de Tayac. La presencia de
puntas de Quinson dan al conjunto un cierto aire "arcaico"
(Casabó y Rovira, 1991). Recientemente se han obtenido
dataciones por termoluminiscencia, fechando los niveles
arqueológicos entre 87.000 113.000 BP y 116.000 k17.000
BP, proponiendo la ocupación en relación a la primera
fecha, en el Würm 1. La posibilidad de que El Pinar sea un
área de talla presenta características muy interesantes en
un yacimiento de esta cronología. No parece descartable su
asignación charentiense.
CASA BLANCA 1(ALMENARA)
Yacimiento situado en el último cerro prelitoral sobre
los Estanys de Almenara a 1,5 km del mar. Se trata en su
conjunto de varias cavidades cársticas colmatadas por
materiales y sacadas a luz por canteras. Se han encontrado
cuatro de estos depósitos, siendo Casa Blanca 1 el más rico
en fauna. La sedimentación es esencialmente arcillosa y
brechificada con cantos calizos de 1- 15 cm y pequeños
fragmentos de sílex. En base a la microfauna con Allophaiomys deucalion, como especie más antigua, el depósito
tendría una edad de 2,7 a 1,6 m.a. (Villafranquiense
medio). La asociación de la macrofauna también es típica
de este momento: Equus stenonis, Cazellospira torticornis, Cervus cf. philisi, Ursus etruscus, Pachycrocuta cf.
brevirostris y otros.
En un principio fue considerado como prehistórico y su
hipotética industria como la más antigua de la Península,
tras las tres primeras campañas de excavaciones 1983-85
(Olaria, 1984). Recientemente los excavadores han llegado
a la conclusión de estar ante un yacimiento paleontológico
(Gusi, 1988:127), ratificado por Ginés y Pons-Moya
(1986), que plantean la reconstrucción de la génesis cárstica y presentan sugerencias sobre futuras investigaciones
estratigráficas.
COvA DE BOLOMOR
(TAVERNES DE LA VALLDIGNA)
Yacimiento que se sitúa en el barranco del mismo
nombre, partida de la Umbría a unos 2 km de la población
y a 100 m de altitud. Desde su emplazamiento se domina
La Valldigna y una amplia área costera hasta el Promontori de Cullera. Conocido desde finales del siglo XIX, su
depósito brechificado con industria y fauna recibió, ya
desde antiguo, la atención de numerosos investigadores y
estudiosos como Juan Vilanova y Piera o Henri Breuil
(Puig y Larraz, 1896; Calvo, 1908; Boscá, 1916; Barras de
Aragón y Sánchez, 1925; Fletcher, 1982; Villaverde y
Martí, 1984; Fortea, 1985). En 1989 Pere Guillem Calatayud y el autor del presente artículo inician las campañas de
excavaciones ordinarias, actualmente en curso.
Se ha documentado una potente secuencia estratigráfica que supera los 10 m de potencia, en estudio por Pilar
Fumanal (Fig. 4). La misma está actualmente dividida en
XVII niveles sedimentológicos, presentado dos fuertes
pulsaciones frías, una intercalación entre ambas de tipo
arroyada y valorada como correspondiente a un interglacial y potentes encostramientos en los niveles superiores.
Las familias faunísticas documentadas correspondientes a
la excavación de 1989 y determinadas por R. Martínez
Valle son: equidae, bovidae, cervidae, elephantidae, quelonios, aves y peces.
Las piezas líticas recuperadas superan el millar y
p@
Fig. 5.- Cova de Bolomor. Industria lítica.
9 p
-
.?
.
un porcentaje significativo de útiles compuestos (Fig. 5).
Se han obtenido varias dataciones absolutas, fechándose
los niveles superiores en tomo a 120.000 BP, mientras que
los inferiores presentan una cronología superior a 350.000
años.
COVA DEL CORB (ONDARA)
Yacimiento ubicado en el extremo oriental de la Serra
Segaria. Desde su boca situada a la altitud de 200 m se
divisa gran parte de llanura costera de las comarcas de La
Safor y la Marina. Conocido ya a principios de siglo
(Calvo, 1908: 188; Breuil y Obermaier, 19 14:252-253;
Carballo, 1924:70; etc. ), fue clasificado como yacimiento
musteriense.
Se trata de un gran testigo brechoso adosado al escarpe
del farallón con una potencia máxima de 3 m y una extensión aproximada a los 10 m. Se halla ubicado en el área de
contacto de una antigua resurgencia cárstica. La brecha
corresponde a un antiguo depósito de un abrigo rocoso
cuya comisa ha sido completamente desmantelada por la
erosión. Esta ha volcado sobre la ladera distintos materiales, entre otros, del Paleolítico superior y medievales. La
brecha se presenta bastante homogénea,"muy pétrea" y sin
excesivas variaciones estratigráficas, de textura y fracción.
Su tendencia es visualmente areno-arcillosa fuertemente
encostrada y con tendencia a aumento de cantos hacia su
techo. En la misma se observan englobados restos líticos y
faunísticos. Este testigo, difícilmente puede ser, por sus
peculiaridades sedimentológicas,fiel reflejo de las características primarias del depósito. Hemos podido examinar
siete útiles que corresponden a tres raederas desviadas, dos
raederas transversales, una raedera bifacial y una lasca
truncada. El retoque predominante es el sobreelevado y sin
indicios de técnica levallois. Parece que estamos ante una
industria de tipo charentiense (Fig. 6).
Fig. 4.- Cova de Bolomor. Estratigrafía.
COVA DE LES CALAVERES (BENIDOLEIG)
corresponden a un refresco general de toda la secuencia
estratigráfica accesible. La materia prima predominante es
el sílex con un 80%, seguida de la caliza 15% y de la cuarcita 5%. Existe una tendencia funcional-tecnológica de las
piezas calcáreas debida a los altos valores tipométricos de
sus soportes. Tecnológicamente es una industria no levallois, no laminar y no facetada, principalmente obtenida de
núcleos discoides correspondientes a nódulos de sílex,
cantos fluviales de cuarcita y cantos fluviales y coluviales
de calizas jurásicas. Los útiles que corresponden a un 20%
de las piezas recuperadas, presentan como predominantes
los denticulados y las raederas, en función del nivel, Los
primeros parecen más abundantes en los niveles inferiores,
circunstancia que se invierte en los superiores. Es de reseñar la existencia de piezas con dimensiones inferiores a los
2 cm. El retoque predominante es el sobreelevado y existe
Yacimiento situado sobre el amplio cauce del río Girona, a 110 m de altitud y en las inmediaciones de la población. Se ubica en el interior de un cauce subterráneo y fue
dado a conocer por H. Breuil tras el hallazgo de un "petit
coup de poing ovoide en roche quartzeuse" que señala
como perteneciente al Paleolítico antiguo (Breuil y Obermaier, 1914:251-252). Se efectuaron excavaciones arqueológicas en la década de los años treinta a cargo de J.J.
Senent, de las que apenas se posee información. En esta
misma década los niveles inferiores quedaron sellados por
un fuerte suelo de hormigón. Recientemente y afectando a
los niveles superiores se ha realizado una excavación con
publicación multidisciplinar (Aparicio et al., 1982).
Este yacimiento que debió ser importante a tenor de los
restos líticos y faunísticos que proporcionó (Senent, 193133; Jiménez de Cisneros, 1932; Gómez, 1931, 193 la,
1932), queda hoy en una situación muy difícil para futuras
Fig. 6.- Cova del Corb (Ondara). Industria lítica.
investigaciones. Escasos son los materiales depositados en
distintos museos y no existe publicación de las antiguas
excavaciones. Las recientes han estado muy limitadas por
el registro existente. La existencia de un conjunto faunístico, en especial hipopótamo, elefante y rinoceronte, con
restos actuales en Alcoi (incisivo de Hippopotarnus amphibius) y en Valencia (restos óseos de rinoceronte) y la existencia de algún útil que encajaría bien en momentos antiguos, hacen que no podamos descartar la posibilidad de
estar ante un yacimiento del Paleolítico inferior.
YACIMIENTOS DE LOS VALLES DE ALCOI
Se trata de numerosos yacimientos al aire libre y con
una repartición geográfica amplia aprovechando áreas
lacustres, terrazas fluviales y glacis. Tradicionalmente
desde que Belda y Pericot, en 1945, señalaran la existencia
de Paleolítico inferior en la zona, la misma se ha venido
considerando de obligada referencia. El comentario detallado de cada yacimiento sena exhaustivo por lo que únicamente reseñaré su nombre generalizando sus caracteristicas. Estos son: En la Hoya de Polop (Mas Roig, El Calvo,
La Cordeta, L'Alquerieta, Barranc d'Aigüeta Amarga, La
Borra); Los yacimientos de Beniaia (La Gleda, La Solana
de la Criola, La Carbonera, Les Ronxes, La Lloma del
Moll); El Cantalar; Els Dubots; Las Terrazas del Serpis
(Alcoi); El Cerro del Sargent; La Carroja; El Fondo del
Urbá; etc. Estos yacimientos han sido tratados anteriormente en: (Belda, 1945, 1945a, 1945b, y 1946; Pericot,
1946; Aragonés er al., 1978 y 1978a; Villaverde, 1984;
Aragonés y Faus, 1985; Faus et al., 1987; Aparicio, 1980 y
1989; Faus, 1990).
Tras el examen de los materiales depositados en varios
museos, creemos que los yacimientos mencionados son
principalmente áreas de talla con mezcla de materiales de
distintas cronologías, en ningún momento hemos apreciado conjunto alguno que pudiera relacionarse con el Paleolítico inferior. El hallazgo de alguna pieza aislada de
aspecto "arcaico" tampoco nos induce a pensar de diferente forma. Estos yacimientos, por lo general, cuando presentan industrias referidas al Paleolítico medio, consisten
en un fuerte predominio de los restos de talla y núcleos,
mayoritariamente centrípetos (discoides y levallois), sobre
los útiles. Posiblemente por comparación con otros yacimientos regionales, se sitúan mejor en momentos avanzados del Würm antiguo.
Se trata de yacimientos de superficie localizados en
una amplia zona correspondiente a las cuencas media y
baja del Vinalopó. Fueron dados a conocer primeramente
por Jiménez de Cisneros (1907 y 1909) y difundidos por
Obermaier (1 9 16), Carballo (1 924), Bañón (1949) y
Ramos (1952). Los conjuntos examinados por nuestra
parte: La Coca, Cerro de los Cánovas, Cerro de los Madriles, La Canalosa, etc., presentan varios miles de piezas
referibles sobre todo a industrias del Paleolítico medio, y
al igual que los de los valles de Alcoi, son principalmente
áreas de talla.
HURCHILLO
Yacimiento al aire libre ubicado en las Loma de Bigas-
tro, a 107 m de altitud y sobre la población de igual nombre. Fue dado a conocer por Ch. Montenat (1973) y posteriormente publicado por un equipo multidisciplinar con
asignación a la "Pebble culture" (Cuenca et al., 1982).
Recientemente se asigna también a un Achelense inferior
(Montes, 1983 y 1986). Este es un yacimiento muy controvertido, sus primeros investigadores propusieron una cronología referencia1 de 28.000 BP y su relación con industrias de variado tipo y clara falta de adecuación cronoindustrial: desde la "Pebble culture evolué" de Biberson al
Camposaquiense, pasando por una posible relación con
Las Gándaras de Budiño.
Tras visitar el yacimiento y la colección de algún
museo, observamos una falta de recogida metódica de
materiales, que se han centrado en localizar piezas "significativas", olvidando los millares que se esparcen por la
zona. La materia prima en su totalidad es cuarcita, el
soporte está constituido por cantos rodados, por lo general
ovoides, de coloración violáceo-rojiza y con variada tipometría. La primera valoración que debe realizarse es que
existe talla intencional lítica en el yacimiento, independientemente de la existencia de gran número de guijarros
fracturados por causas naturales que dan origen a superficies de exfoliación planas, correspondientes a diferentes
vetas de mineralización.
Por lo observado, no hay una característica tecnológica
definida y predominan los núcleos y restos de talla. No se
puede definir la industria ni sus características técnicas,
parece sin embargo que esta sea no laminar, no facetada y
no levallois. La materia prima es de mala calidad como
para ver bien las improntas del proceso de talla. Existe un
muy escaso número de útiles todos ellos mal caracterizados en cuanto a morfotipos, alguna tosca raedera y denticulado parecen ser los más significativos, así como los
nódulos con talla grosera para la extracción de amplias lascas con cierto apuntamiento de los mismos. Estamos ante
un área de talla de características tecnológicas, cronológicas y culturales imprecisas. Nuestra postura sobre este
yacimiento ha variado significativamente en función de los
datos que hemos ido obteniendo y de hecho no sería descartable que se tratase de un yacimiento holoceno, muchas
reservas tenemos en su inclusión en un Paleolítico inferior.
Unicamente un estudio en profundidad de la totalidad de
los materiales podrá definir el mismo.
3. PROBLEMAS, PERSPECTIVAS Y
CONCLUSIONES
El primer problema vinculado al estudio de restos
materiales asignables al Paleolítico inferior ha sido la consideración de la ausencia O rareza de tales industrias en tierras valencianas. Las prospecciones, dirigidas principalmente a depósitos al aire libre, siempre han ido enfocadas
al hallazgo de hipotéticos conjuntos de bifaces, por ello la
ausencia de industrias achelenses se ha asimilado a una no
presencia clara del Paleolítico inferior en una geografía
valenciana prospectada durante décadas de tradición
prehistoriadora y con fuerte presión antrópica sobre el
temtorio.
La evolución física del territorio, tras su estudio, no
parece haber sido determinante en la presencia de yacimientos, aunque nadie duda de su importancia. Bien es
verdad, que los depósitos correspondientes al Pleistoceno
medio, mayoritariamente continentales, no son numerosos
ni extensos, principalmente debido a la fuerte energía de
las cuencas fluviales mediterráneas. Respecto a los depósitos marinos, amplias prospecciones tampoco han aportado
indicio alguno que apunte la posibilidad de yacimientos
sumergidos. Los datos que poseemos nos sugieren una
limitada potencialidad de aquellos situados al aire libre,
tanto marinos como continentales. Esta valoración es avalada por la actual no localización en áreas de menor energía fluvial, como son las cuencas del Vinalopó o los depósitos de los valles de Alcoi.
De todos los problemas vinculados a la existencia del
Paleolítico inferior, resalta la importante ausencia de litoestratigrafías, bioestratigrafías y cronoestratigrafías, por lo
cual la mayoría de estas asignaciones quedan sustentadas
en valoraciones carentes de base sólida. Las piezas aisladas como el bifaz de Oropesa, sin contexto cronoestratigráfico, en ningún caso son indicadoras por si mismas de
la existencia de conjuntos industriales, ni atribuibles al
Paleolítico inferior. En general, su escaso número, su singularidad, los derroteros del hallazgo, junto a una gran
amplitud cronológica y cultural, restan valor a las mismas.
Los yacimientos de las comarcas septentrionales, valorados en la medida de la información que aportan: Casa
Blanca 1 y Cau &En Borras, deben ser considerados como
yacimientos paleontológicos, mientras no se demuestre lo
contrario. El Tossal de la Font y El Pinar, en cambio, presentan una notable contribución y su ubicación parece
situarse mejor en momentos iniciales del Würm antiguo.
Respecto a Cova Negra (Xativa), su situación würmiense
ha sido reiteradamente argumentada desde distintos campos multidisciplinares, por lo que hay que descartar la
asignación al Riss (Pérez, 1977; Villaverde, 1984; Fumanal y Villaverde, 1988; Arsuaga et al., 1989; Villaverde,
1992).
Los conjuntos industriales y los útiles aislados recogidos al aire libre en los depósitos continentales de los valles
de Alcoi, carentes de una mínima litoestratigrafía, no pueden ser considerados tras su examen, como pertenecientes
al Paleolítico inferior. Esta supuesta existencia fue creada
por el Padre Belda con la presentación de un clactoniense
y apoyada por Pericot, en un momento en que se intentaba
correlacionar Ia antigüedad de 10s útiles con las características de su pátina. Los yacimientos del Vinalopó, deben ser
igualmente valorados entre 10s que no muestran claras evidencias sobre la presencia de industrias del Paleolítico
inferior. Estas localizaciones al aire libre, presentan escasa
documentación en el estudio de sus terrazas, glacis, etc.,
EL PALEOL~TICOINFERIOR EN EL PAÍS VALENCIANO, UNA APROXIMACIÓNA SU ESTUDIO
con ausencia de asociaciones faunísticas y en algunos se
constata una evidente mezcla industrial. El singular yacimiento de Hurchillo, con industria exclusivamente en
cuarcitas, no presenta características tecno-industriales, ni
elementos de valor cultural o cronológicos que puedan ser
referidos claramente a un Paleolítico inferior.
En el área valenciana, tras examinar los yacimientos y
los conjuntos industriales depositados en distintos museos,
se llega a la conclusión de que muchas de las industrias
propuestas, con la documentación hasta hoy disponible, no
deben ser incluidas entre las asignaciones al Paleolítico
inferior. Unicamente en la actualidad, determinados yacimientos de lascas, situados principalmente en las comarcas
centrales y litorales del País Valenciano, aportan luz al
tema, en especial la Cova de Bolomor, de amplia secuencia estratigráfica rica en materiales y con dataciones absolutas.
Bolomor, pendiente de la información que deben suministrar las excavaciones en extensión, presenta unos primeros datos que apuntan a valorar la industria como de técnica no levallois, no laminar y no facetada, tecnológicamente obtenida de núcleos discoides. Como útiles más representativos, raederas y denticulados proporcionan los mayores valores en unos conjuntos donde la tipometría y la
materia prima juegan un importante papel. La Cova de
Bolomor, por los datos microfaunísticos (cronológicamente anteriores a los niveles inferiores XIV-XII de Cova
Negra, considerados del Würm 1), por la franja cronológica
de las dataciones absolutas (120.000 BP - >350.000 BP) y
por sus características faunísticas y estratigráficas, se sitúa
en un genérico Riss de la secuencia clásica alpina. El predominio del retoque sobreelevado, los valores tipométricamente pequeños y la presencia de tipos quina y tayacienses, configura su inclusión en un filum de industrias de
amplia repartición en el Mediterráneo occidental y que se
denomina Proto-Charentiense. Entendido este como resumen de todos aquellos conjuntos industriales rissienses que
tienen en común la relación con el Charentiense tipo Quina
(Proto-Musteriense de la Escuela de Burdeos, Tayaciense
de Lumley, etc.), según propuesta de Villaverde
( 1984:183).
En el marco europeo próximo a la Península, es habitual que las industrias de tipo Quina del Würm 1 se vinculen con las Proto-Charentienses (Proto-Quina o Tayaciense) del SW. francés (Micoque 3 y Tarés 1), SE. francés
(Baume Bonne D y Caune de L'Aragó) o de Italia (ProtoPontiniano de la Sedia del Diabolo o Monte della Giovie)
(Bourgon, 1957; Rigaud y Texier, 1981; Lumley, 1976;
Taschini, 1967). En esta línea estarían los yacimientos
valencianos del Würm 1 (Charentiense tipo Quina de los
niveles inferiores de Cova Negra y los probables del Tossal de la Font, El Pinar, Cova del Corb, etc. ) con variaciones industriales, que marcarían bien la evolución desde
momentos del Riss con el Proto-Charentiense de Bolomor
hacia los conjuntos marcadamente charentienses que presumiblemente emergen en un momento, aún impreciso,
que debe situarse entre un Riss final y un Würm antiguo
inicial. A este complejo industrial pre-würmiense con personalidad propia, bien situado en Francia e Italia, que enlaza perfectamente en una misma raíz charentiense y que se
ha denominado Proto-Charentiense, deben ser adscritos
por el momento los conjuntos industriales valencianos más
antiguos.
Bolomor no es un caso aislado en el País Valenciano,
existen evidencias sobre otros yacimientos de menor entidad, en gran parte desmantelados por la erosión y de los
que únicamente conocemos testigos brechosos como Cova
del Corb, Calaveres, etc., todos ellos con clara raíz charentiense. Estos yacimientos ubicados principalmente en el
área costera o próxima, con aprovechamiento y abiertos a
los recursos económicos de las llanuras aluviales, en especial, del área comprendida entre el Promontori de Cullera
y el Montgó, son los que deben definir en buena lógica las
características de nuestro Paleolítico inferior, posiblemente
ya dentro de momentos avanzados del Pleistoceno medio.
En el marco de la Península Ibérica, la cuestión del primer poblamiento (primeras industrias antrópicas) tradicionalmente se ha retrotaido al Pleistoceno inferior, en base a
los indicios propiciados por piezas líticas aisladas y apoyadas en elementos litoestratigráficos o morfoestratigráficos,
circunstancia controvertida desde un posicionamiento de
rigor. Sin embargo existen autores que apoyan esta presencia (Aguirre, 1989). Los primeros conjuntos industriales
relativamente bien situados desde una perspectiva cronoestratigráfica son achelenses y corresponden a un Pleistoceno medio pleno, como es el caso del yacimiento de Aridos1 (Santonja y Villa, 1990), aunque presumiblemente los
primeros indicios de presencia antrópica claros, sean los
que proporciona el yacimiento de Cúllar de Baza-1 (Vega,
1989), cuyos niveles bioestratigráficos nos sitúan en los
inicios del Pleistoceno medio (ca. 700.000 años), cronología a tenor de la investigación actual que marca e1 primer
poblamiento peninsular conocido.
En el País Valenciano con una investigación incipiente
sobre el Paleolítico inferior y con datos casi exclusivamente industriales, determinadas apreciaciones van adquiriendo consistencia. Se constata la ausencia de industrias achelenses, en el sentido actual de industrias de bifaces, fácilmente identificables en un territorio ampliamente prospectado. Esta exposición queda a la espera de que futuros
hallazgos esporádicos matizen la misma. Creemos pues,
que los complejos industriales achelenses no tuvieron presencia notoria en tierras valencianas y presumiblemente
esta valoración es extensible a gran parte del área mediterránea peninsular. Se configura por primera vez en la
Península Ibérica, la existencia de un tecno-complejo
industrial de características bien definidas y sin el macroutillaje bifacial (bifaces, hendedores y triedros) que ha definido el Achelense peninsular o Ibérico y con una cranotogía presumiblemente sincrónica, al menos para amplios
momentos del Pleistoceno medio. Esta visión viene a matizar y enriquecer los hasta ahora conjuntos peninsulares
JOSÉ FERNÁNDEZ PERIS
antiguos, compuestos principalmente por conjuntos de
cantos y de bifaces, los primeros sin clara adecuación cronoestratigráfica y por tanto controvertidos, y los segundos
de amplia tradición bibliográfica.
Estos conjuntos antiguos de lascas se documentan también en la Cuesta de la Bajada (Teniel) o la Cueva de las
Grajas (Málaga), fuera del ámbito valenciano. Recientemente se ha apuntado la influencia y condicionantes de la
materia prima para explicar estas variaciones (Villa, 1981).
Sin negar esta circunstancia, creemos que más que determinante se intuye como matizadora; al menos en nuestra
área donde parece apreciarse una mayor importancia del
componente cultural con significativas variaciones de
adaptación y adaptabilidad, debidas presumiblemente a
diferentes estrategias de subsistencia y patrones de asentamiento respecto de las Mesetas. Estas industrias, situadas
al sur del n o Llobregat, quizás muestren extensiones hacia
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zonas próximas, como el valle del Ebro, los páramos aragoneses, y las entradas a la Submeseta Sur, Murcia y Alta
Andalucía, donde los conjuntos de bifaces están mal representados, cuando no ausentes.
Las industrias peninsulares del Pleistoceno medio con
las aportaciones recientes, dejan de ser uniformes, no
dependientes del patrón Achelense ibérico, y con una
mayor variabilidad de las formas de adaptación al medio
como apunta Santonja (1992:39). El tránsito Paleolítico
inferior-medio, en el área mediterránea peninsular, en base
al estado de nuestros conocimientos y haciendo extensibles
las valoraciones de la zona central valenciana, se muestra
como la evolución tecno-industrial lógica en el seno de la
facies Charentiense, que tiene su origen en momentos del
Pleistoceno medio para finalizar en el Würm antiguo con
las industrias clásicas musterienses (Fig. 7).
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Fig. 7.- Cronologías y correlaciones secuenciales de los principales yacimientos valencianos del Paleolítico antiguo.
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