Diario La Capital, 06 Noviembre, 2010. Sección: “Política” Entrevista a Marcos Novaro (Sociólogo) "La coalición que armó Kirchner es muy onerosa", dice el sociólogo Marcos Novaro. -¿Cuál es su interpretación de la actitud pública que asumió Cristina en esta semana sin Kirchner? -Lo más importante que dijo es que va a ejercer todas las funciones que antes estaban distribuidas entre ella y Néstor. Me da la impresión que desalienta de esa manera la idea de que habría una distribución de roles entre distintos mediadores. Como apuesta me parece muy arriesgada, porque es una tarea donde no tiene muchas credenciales, incluso pueden ser contradictorias entre sí, y en un período de preparación para una elección. Lo veo complicado, pero entiendo las razones por las cuales ella toma esa decisión.Marcos Novaro -¿Cuáles son esas razones? -No aparecer debilitada o que necesita de un entorno fuerte para no debilitarse. Afirmar la autoridad presidencial tiene esa lógica. Lo más razonable es que dijera eso pero no lo hiciera. De otro modo, un gobierno tan dependiente de su decisión puede ser un gobierno que encuentre problemas, porque las decisiones no se tomen, tarden mucho o directamente fallen. Un ejemplo de lo que sería el error está ya a la vista. La seguidilla de intervenciones públicas que hizo, fueron bastante desafortunadas. El modo en que anunció este gobierno personalísimo, de decir “yo me cargo sobre las espalda el destino de los argentinos”. Eso es una fórmula de un monarca, no de una presidenta.-¿Se refiere al discurso del lunes? -Efectivamente. Y al día siguiente en Córdoba se sienta al lado de (Ricardo) Jaime (procesado por la Justicia), que es un modo de decir que a la corrupción también se la carga sobre su espalda. Luego manda a Aníbal Fernández a decir que (Hugo) Moyano es la columna vertebral de la gestión. Esas dos definiciones son el abrazo con la peor cara del gobierno. Esa seguidilla condensa lo peor de las intervenciones públicas de Cristina. Me parece que marcan un curso que es muy poco innovador.Después de su muerte, se le empezaron a atribuir a Kirchner comportamientos políticos casi sobrehumanos. ¿Esa construcción del mito no denuncia cierta fragilidad del proyecto? -Creo que Kirchner fue un gran político, pero tampoco hay que exagerar. Su control sobre la administración era muy de trazo grueso. Si hubiera sido de trazo fino tal vez hubiese impulsado algún cambio. La administración pública, -1- como tal, es igual o peor a la que heredó. ¿Cuál es la calidad de políticas públicas que se han incorporado? En Educación, por ejemplo, es verdad que se aumentó el presupuesto, pero la calidad es peor que antes. Por otro lado, él mantenía con manos férreas una coalición muy amplia e institucionalmente poderosa, pero con una cantidad de recursos que mostraba que esa alianza era muy onerosa, muy cara en término de lo que consume de los recursos públicos.-¿No cree que los apoyos que consiguió fueran por convencimiento político e ideológico? -No había convencimiento ni tampoco un criterio de administración del gasto medianamente racional, sino que se le daba o no fondos a determinados dirigentes para obtener apoyos circunstanciales. En términos de eficiencia, esa coalición es bastante pobre. En ese sentido, Cristina hereda un problema. Contrariamente a lo que se cree, los actores que son parte de esta coalición están acostumbrados a consumir mucho y es previsible que deseen consumir aún más, dado que ven una coalición que tiene que rearmarse y entonces pueden elevar su precio.-Si fuera solo eso, plata no le va a faltar al gobierno por el curso actual de la economía.-Sí, pero insisto en este dato: es una coalición muy cara que necesita de una masa muy alta de recursos para producir bienes públicos bastante pobres.-Se habla en estos días de una juventud militante y entusiasta que asomó con fuerza en los funerales. ¿Cuál es su lectura? -Creo que es un fenómeno más bien estatal que social. Yo no diría que hay una juventud involucrada en la política que está manifestándose en distintos espacios de la sociedad y que eso llegó al espacio público con la muerte de Kirchner. No veo que haya más activismo en las universidades, no veo un activismo sindical juvenil más relevantes que en los años pasados. Ni siquiera en los organismos de derechos humanos u organizaciones piqueteras. Me parece además que entre el kirchnerismo y la juventud hubo más bien distancia. La juventud no fue un sector que haya votado a los Kirchner mayoritariamente. En el 2005, 2007 y 2009, los que votaron a los Kirchner fueron de otros sectores de la sociedad, de edades mayores, incluso de jubilados más que de los jóvenes.-¿No ve allí un fenómeno espontáneo? -Principalmente fue un fenómeno organizado desde el Estado. Hubo también masividad, mucha gente que acompañó y fue inesperado para quienes creían que Kirchner era un personaje solamente odiado. Para un sector importante, Kirchner generaba admiración y tiene un tercio del electorado, y eso es mucha gente. Ese núcleo de apoyo es fuerte y consistente, y además tiene una capacidad de movilización significativa: sectores de clase media, media baja, intelectuales. No son solamente empleados acarreados. Hay algo más, pero yo no diría que eso se corresponde con un proceso de politización de la sociedad, y menos de los jóvenes.¿Y las muestras de apoyo en general? -2- -La manifestación más general fue de cierta solidaridad, pero con bastante distancia. En esos días, la ciudad siguió su ritmo normal. Con silencio, con respeto, pero con normalidad.-¿Cree que esa “solidaridad” le ayuda al gobierno en cuanto a imagen pública? -Los Kirchner venían de cierta recuperación de la imagen gracias a la economía y por las dificultades en la oposición. Pero creo que llegó a un techo entre agosto y septiembre, cuando las iniciativas con las que el gobierno avanzaba tocaron obstáculos insuperables en la Corte Suprema con la ley de medios, en el sindicalismo con la crisis de la CTA y la muerte de Mariano Ferreyra. También hubo dificultades por el control del peronismo: la autonomía creciente de (Daniel) Scioli y las manifestaciones de los gobernadores de que iban a adelantar sus elecciones. Uno podría pensar si esto es una oportunidad para volver a tomar la iniciativa con las mismas líneas de acción que venía ejecutando junto con Néstor. Si hacen eso, que es la versión de profundizar el modelo, van a perder la oportunidad de retomar la iniciativa pero con cambios. Desde mí perspectiva, lo mejor que podría hacer el gobierno es plantear una profundización del modelo, pero introduciéndole modificaciones a iniciativas que ya estaban agotadas.-¿Cómo cuáles? -La ley de medios, la ofensiva contra Clarín, el desconocimiento de los fallos de la Corte, el insistir con funcionarios que están totalmente desprestigiados, y no solamente por (Guillermo) Moreno. El discurso de (Amado) Boudou sobre la inflación es propio de un bruto y no de un ministro de Economía. Si se desprende de esos lastres, podrían mostrarse como capaces de reconocer errores y por lo tanto mejorar. Si, por el contrario, creen que el mito Kirchner les abre la posibilidad de insistir con lo que ya estaba agotado, creo que se van a equivocar.-¿Cristina va a buscar la reelección? -Sin dudas, al menos que los errores que comenta sean tan garrafales que su popularidad se derrumbe. No hay que descartar esto porque creo, además, que hay alternativas en una zona intermedia del peronismo que son muy atractivas potencialmente, como las candidaturas de Scioli o de (Carlos) Reutemann.- -3-