Pautas de cuidado para una mejor calidad de vida Programa "Buenos Aires me cuida" Calidad de vida y salud Vivir en la Ciudad Los cambios sociales y económicos producidos en las últimas décadas, han transformado la función del Estado como garante de la solidaridad, los derechos sociales y la protección social tendientes a atenuar las desigualdades reales en la vida social. La tendencia del Estado actual, en cambio, coloca al individuo en un lugar central, promoviendo en la esfera social la cultura del individualismo y la competitividad. En el caso particular de nuestro país el contexto social y político hoy día es el resultado de un doble proceso: el de las políticas de reforma del Estado por un lado y el de exclusión social por otro, ambos, producto de la aplicación de modelos neoliberales en estas últimas décadas. La exclusión del mercado de trabajo y de la vida, se extiende hoy a los sectores medios lo que genera una ruptura de los lazos solidarios, aislamiento y desmovilización. En este marco, la violencia social de la exclusión reproduce y genera mas violencia y es la característica dominante en las relaciones sociales aportando cuotas de dolor, miedo, muerte y desesperanza. Estas transformaciones producen cambios en los ámbitos en los que transcurre nuestra vida cotidiana. La vida en las ciudades adquiere nuevas formas, cambian los modos de relacionarnos con los demás, con nuestros cuerpos, nuestros afectos y nuestro barrio. Cambian también nuestros ritmos, la alimentación, las formas de comunicación, las necesidades. Nos encontramos cada vez mas aislados y abandonando los espacios de todos: la plaza pública, la calle, los lugares hechos para el encuentro social, esos lugares que facilitaban el cuidado, la ayuda mutua y las relaciones de vecindad. Mientras recrudecen algunos de los viejos problemas de salud (característicos de los países subdesarrollados: enfermedades infecciosas, desnutrición, entre otras), este contexto cada vez mas complejo, genera nuevos problemas de salud -propios de los países desarrollados- como la violencia urbana, la expansión del abuso del alcohol y drogas legales e ilegales, accidentes, enfermedades cardiovasculares y congénitas, trastornos de la alimentación, deterioro del medio ambiente. Calidad de vida La calidad de vida es un proceso en el que participan las formas en las que vivimos, las oportunidades de acceso a un trabajo, a una vivienda y alimentación dignas, a la educación y al cuidado de nuestra salud. La posibilidad de satisfacer dichas necesidades y la oportunidad de desplegar nuestro potencial creativo y recreativo, así como el logro de una mayor autonomía, constituyen también aspectos fundamentales para el desarrollo de una mejor calidad de vida. La desigualdad en la posesión de los bienes comunes de quienes habitamos la ciudad (bienes públicos) y las inequidades en el acceso a los recursos y a las oportunidades, condicionan nuestra calidad de vida. Mejorar la calidad de vida requiere un fuerte compromiso del Estado en el desarrollo de políticas que garanticen a los ciudadanos la satisfacción de sus necesidades. También implica impulsar el trabajo en redes con otros sectores que promueva el encuentro a través de actos solidarios basados en la responsabilidad y el respeto por los derechos ciudadanos. La salud como derecho La salud es un derecho humano básico contemplado en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y en la Ley Básica de Salud sancionada en el año 1999. Durante mucho tiempo se pensó a la salud como un estado de perfecto equilibrio y bienestar, equivalente a la ausencia de enfermedad y conflictos. Esta idea ha sido cuestionada ya que sabemos que el conflicto es inherente a la condición humana. Las personas y los grupos sociales disponen de capacidades para cuidar su salud y la de la sociedad o el barrio donde viven. Estas capacidades, muchas veces desconocidas por los ciudadanos y no tenidas en cuenta por las instituciones, pueden ser factores protectores a potenciar, mediante acciones de promoción y educación para la salud, entre otras. Las capacidades sociales para proteger la salud, están potenciadas por los recursos a su disposición: los saberes, las redes de comunicación, los ingresos, la educación, las creencias entre otras cosas, y a su vez, están muchas veces limitadas por la falta o el escaso desarrollo de estos mismos recursos sociales. La salud y la calidad de vida se relacionan con factores personales, familiares, sociales e institucionales. La salud, por lo tanto, trasciende a lo individual-biológico y el conocimiento médico e incluye los aspectos subjetivos y sociales. La salud es un camino que se construye diariamente. Mas que un destino es un trayecto que requiere de múltiples miradas y de la participación de funcionarios, de educadores, de trabajadores de la salud y ciudadanos, comprometiendo nuestras formas de ver, sentir, pensar y hacer. Promoción de la Salud La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), definen a la promoción de la salud como "la suma de acciones de la población, de los servicios de salud, de las autoridades sanitarias y otros sectores sociales y productivos encaminadas al desarrollo de mejores condiciones de salud individual y colectiva". De este modo, la promoción de la salud, es una tarea de todos y un proyecto de desarrollo humano que requiere la coordinación de acciones y propuestas de las instituciones del estado y de la sociedad civil, ya que basa su actuar en la participación social como un elemento fundamental para su consolidación. Así, ofrece una amplia gama de propuestas y acciones posibles que van desde un trabajo en el ámbito familiar como lo es el impulso al desarrollo de hábitos saludables, hasta la lucha por mejores condiciones de vida, espacios de participación, influencia en la toma de decisiones locales, defensa de los derechos fundamentales, reformulación de contratos sociales y transferencia del poder local a los miembros de la comunidad. Una propuesta: la Educación para la Salud Proponemos un enfoque de Educación para la Salud centrado en las capacidades de las personas y las poblaciones para tomar decisiones libres, informadas y responsables en el cuidado de la salud individual y colectiva. Pretendemos facilitar el desarrollo de las capacidades de autocuidado, cuidado mutuo y el cuidado general de la población para promover opciones y oportunidades de vida más saludables. El hábitat, las condiciones de medio ambiente y trabajo, el acceso a la educación, a los servicios de salud, a la cultura, son determinantes fundamentales de la situación de salud. En el plano de lo individual, casi todos reconocemos algún hábito poco saludable. Estos se refieren no sólo a aquellas cosas que consumimos o hacemos: fumar, comer grasas, automedicarse, discriminar a otros, sino también a aquello que no hacemos como: actividad física, juntarnos con amigos, comunicarnos con nuestros vecinos, darnos tiempo para el descanso y la recreación. Educar para la salud no implica sólo brindar información para modificar estos hábitos sino que incluye el reconocimiento del sentido que tienen estas conductas como prácticas sociales en las que intervienen la historia personal, los saberes locales y particulares que hacen a la cultura de una población y el acceso y disponibilidad de los recursos adecuados para la atención y cuidado de la salud. Nuestra propuesta de Educación para la Salud contribuye al reconocimiento de los recursos de cada ciudadano y su comunidad para el ejercicio de la salud como derecho.- Lic. Haydeé Lorusso Coordinadora Residencia Interdisciplinaria de Educación para la Salud