avejentando y dando impresiones de uso, con

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Avejentando y dando impresiones de uso, con pigmentos
Por Edgar Martínez (Emeryan)
Contrariamente a lo que cree la mayoría, el uso de los pigmentos en el modelismo militar no es nuevo, ni es
una aportación del modelismo europeo o japonés, ya que desde la década de los ochenta, se utiliza el polvo
de grises y marrones pastel, para dar idea de efecto “polvoriento”.
Los pigmentos se utilizan en el modelismo estático para dar sensación de pasaje del tiempo, de suciedad,
etc. De manera que, para empezar se necesita un modelo ya pintado (esto incluye filtros, lavados y
aguadas), con calcomanías y todo.
Para experimentar se seleccionará en este caso, un tanque Leopard 2 A4 en servicio del ejército español.
Como es un tanque reciente, se conserva en buenas condiciones de mantenimiento y la pintura no se
encuentra maltratada como en los tanques que están en el frente, pero como opera en un terreno seco y
muy polvoriento, se presta a la perfección para realizar un efecto de suciedad, hecho primordialmente con
pigmentos.
Para este trabajo se utilizarán dos pinceles; uno plano de cerdas no muy suaves, y otro delgado. También
se usará aguarrás bidestilado para diluir los pigmentos. Se emplearán tres colores de tierra para el polvo;
uno muy claro, uno café medio y otro café oscuro, y un poco de color negro, que se usará más adelante.
Antes que nada, hay que tener bien presente que un color polvo realista no se obtiene sólo con sacar el
pigmento del frasco. Es necesario combinar los tres tonos de polvo que tenemos, hasta obtener el color
deseado. Conviene mezclar una buena porción, para que el color no varíe de una parte del tanque a otra.
Es aconsejable hacer dicha mezcla sobre una superficie de plástico lisa, como una tarjeta de teléfono o un
disco compacto en desuso.
Para comenzar, aplicar con el aerógrafo una capa general de pintura Tamiya de color Buff muy diluido con
alcohol, insistiendo un poco más en las zonas en las cuales se acumula el polvo. Aún, cuando casi no se
percibe, ya seco, sirve para matizar el modelo.
Luego se comienza con la parte inferior del tanque, que es la que recoge mayor cantidad de polvo. Primero
se le da una mano de pigmento más oscuro que el color definitivo, y luego se lo humedece con aguarrás.
Esta técnica sirve para que la primera capa de pigmento se adhiera con fuerza a la superficie del modelo.
Una vez que esta primera capa de polvo secó, se le aplica una segunda capa del color anterior un poco
aclarado y de nuevo se lo vuelve a humedecer con aguarrás.
Por último, una vez que la segunda capa seque, se aplica una tercera capa del pigmento del color más
claro. Esta representa la capa de polvo más reciente, que no ha tenido tiempo de humedecerse y de
mezclarse. En esta ocasión ya no se humedece con aguarrás, pero se insiste con los pigmentos en las
zonas altas para dar relieve a la parte inferior del tanque. La parte inferior del tanque está lista.
Es cierto que las fotos de los tanques reales muestran vehículos completamente cubiertos de polvo luego de
que terminan sus maniobras, pero ¡cuidado!, a no tentarse excediéndose en el empolvado del modelo
porque esto puede llevar a cubrir los detalles de la pintura y las calcomanías con el pigmento, por lo tanto
hay que limitarse a impregnar generosamente el modelo en las partes que parezcan claves para dar cierta
sensación de que el tanque ha estado avanzando en zonas áridas y polvorientas. En primer lugar, se
comienza espolvoreando la zona bajo la torreta del tanque, que por estar oculta, tiende a llenarse de polvo y
suciedad. Primero se aplica el pigmento espolvoreándolo directamente con un pincel, luego se quita el
exceso soplando sobre el mismo, y por último, se difumina el resto con otro pincel, frotándolo contra la
superficie.
Muchos vehículos de combate tienen placas de antideslizante sobre el chasis y algunas partes de la torreta,
que sirven para que la tripulación pueda trepar sin problemas. Evidentemente, esta superficie rugosa
acumula una buena cantidad de polvo, así que después de ubicar estas placas, se hace lo mismo que bajo
la torreta, es decir que primero se les espolvoreará un poco de pigmento, y luego se lo difuminará frotando
con otro pincel limpio. La idea sólo es sugerir el polvo pegado en una superficie rugosa.
A continuación, para representar el polvo acumulado en zonas con las que la tripulación casi no tiene
contacto, se espolvorea el pigmento directamente, y luego se lo humedece con aguarrás, pero a diferencia
de lo que se hiciera bajo el tanque, en el cual se trataba de fijar el pigmento donde cayó, en estas zonas sí
se mezcla el pigmento con el aguarrás directamente sobre el modelo usando un pincel. Si se lo aplica
procurando revolver bien el solvente y el pigmento, no quedarán huellas de pincel y el resultado será una
capa de color difuminado, pero bien evidente, representando el polvo acumulado (observar en la foto,
debajo de las luces tácticas).
Ahora comienza lo interesante, porque se desea representar el polvo que se acumula en las rendijas del
tanque y en los resquicios de toda su superficie. Para ello, se diluye una porción de pigmento con aguarrás,
lo suficiente para obtener una mezcla fluida, y se la aplica con un pincel delgado en los recovecos en los
que el polvo se debe acumular.
Si se diluye un poco más la mezcla, esta técnica sirve para resaltar detalles en la superficie del tanque.
O bien, con la mezcla no tan aguada, se pueden representar las pequeñas concentraciones de polvo que se
forman en torno a los soportes de las herramientas.
Los accesorios del tanque que van mas expuestos al polvo se pueden detallar si, primero, se les da una
mano de pigmento diluido que se acumule en los recovecos, y luego una vez seca esta mezcla, se les da
una mano con pigmentos en seco.
Lo mismo se hace en los faros, sólo que se procurará pintar solamente la mitad inferior, para que el
pigmento no los cubra del todo y se pueda apreciar algo de su brillo. Luego, ya con todos los accesorios en
su lugar, se aplica algo de pigmento en seco con un pincel de cerdas suaves en el frente del tanque (una de
las partes que más sucias se ven en las fotos), para complementar el efecto de empolvado.
La torre también recoge polvo, particularmente al frente y en la zona posterior, donde va la canasta de
equipaje y los lanzafumígenos. La mano de pintura Buff ya había servido para que estas partes se vieran
ligeramente empolvadas, pero adicionalmente se aplicará algo de pigmento directamente al frente y a los
costados de la torre en la parte baja, y se utilizará pigmento combinado con aguarrás para realzar los
detalles de los lanzafumígenos y la parte trasera. Hay que tener cuidado en esta fase, ya que una vez que
se las ha espolvoreado, si se las llega a sujetar con los dedos sucios, pueden quedar marcadas huellas en
el pigmento. En los faldones laterales, la parte más sucia de todo el tanque, primero se perfilarán los
detalles utilizando la misma mezcla de pigmento y aguarrás, y luego se espolvoreará pigmento en seco con
un pincel. Como en este caso es casi seguro que cualquier observador va a tocar los faldones, es necesario
implementar algo para que el pigmento no se manche ni se pierda en cada manejo. Si bien una alternativa
es darle una mano muy suave de laca transparente, ya que lo que se pretende es conservar el color polvo,
se experimentó aplicando otro poco de Buff muy disuelto, sólo para ayudar a que el pigmento se afiance en
su sitio. El resultado no luce mal.
Las ruedas están sucias de una forma más ortodoxa; sobre la pintura del modelo, se aplica una rociada con
Buff no tan diluido como se lo había venido usando, pero además en su interior se puso un poco de
pigmento en seco, representado manchas de polvo acumulado.
El trabajo entusiasma y se detallan otras partes: se utiliza un poco de pigmento de color negro alrededor de
la boca del cañón y de los escapes del motor, para representar el hollín que dejan en estos lugares los
gases que escapan. Para los frenos de boca de los cañones, después de ensuciarlos con pigmento negro,
se aplica un poco de grafito de lápiz en polvo que se frota directamente.
Trabajo terminado, el tanque en sí ya está sucio y con representa señales de empleo en campaña. Los
pigmentos no son tan difíciles de utilizar como muchos piensan, es sólo cuestión de perder el miedo a
estropear las cosas y experimentar un poco.
La pintura con pigmento es un estupendo complemento para las otras técnicas de envejecimiento y
suciedad y una vez que se vaya generalizando su uso, aparecerán nuevos trucos y técnicas para usarlos y
enriquecer la gama de posibilidades que ofrecen este tipo de productos. Recordemos que no existe el
modelismo teórico, de modo que vamos de regreso a la mesa de trabajo a seguir probando, y ojalá que esta
experiencia sirva para enriquecer estilos y técnicas.
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