PAUTAS ORIENTATIVAS PARA LA ESTIMULACIÓN DEL LENGUAJE EN EL HOGAR. María Gortázar Díaz. Servicio de Atención Temprana de Lebrija (Sevilla). 1. ADAPTAR NUESTRO LENGUAJE AL NIÑO : . Hablarle más despacio de lo habitual, sin romper la entonación y prosodia natural. . Pronunciar claramente las palabras. Marcar o "exagerar" ligeramente la pronunciación de los sonidos, fundamentalmente aquellos que el niño suele decir mal u omitir. . Utilizar frases sencillas, adaptadas al nivel de producción del niño. Ajustaremos el tamaño y la complejidad de nuestras frases a nivel del niño. Usar frases sencillas nunca supondrá utilizar un lenguaje “infantil" o distorsionado, debemos hablar correctamente. . Recalcar las palabras o tipo de frases que queremos que el niño aprenda a decir mejor, repitiéndolas a menudo. No se trata de repetirlas exactamente como un disco rayado, sino de un modo natural, haciendo reformulaciones de un mismo mensaje. Ej. "Mira el Coche", este Coche es tuyo, me gusta tu Coche,.." . Evitar enunciados interrumpidos o desordenados. . Hablarle a menudo. No se trata de bombardearle con un lenguaje excesivo, sino de hablarle de aquello que le interesa y de lo que compartimos con él. Debemos hablarle en aquellas situaciones en las que estamos haciendo o mirando cosas juntos (comiendo, dando un paseo, etc.); hablarle de sus centros de interés, de lo que nos enseña o comenta; hablarle de lo que estamos haciendo - "aquí y ahora"- en los momentos en que él está con nosotros atento a lo que hacemos (por ej. al fregar los platos)... Le hablaremos con frases cortas, procurando referirnos a acontecimientos presentes. 1 2. POTENCIAR O FAVORECER LOS INTERCAMBIOS COMUNICATIVOS CON EL NIÑO: .Atender y escuchar todos los intentos comunicativos del niño, todos sus enunciados. .Adoptar una actitud positiva frente al niño, hacerle ver que nos interesa lo que nos dice y mostrarle nuestro contento por sus intentos de hablar mejor y/o de contarnos cosas. .Tener todos los días, un tiempo destinado a hablar directa y exclusivamente con el niño. Debe ser un periodo o varios periodos cortos donde estemos con el niño solos, sin ruidos ambientales cercanos (tele apagada, habitación no compartida con otras personas, etc.). Según la edad del niño dedicaremos estos periodos a un tipo u otro de actividades (ver más adelante actividades propuestas). .Al escuchar y atender lo que dice el niño, usaremos una técnica que favorece que el niño aprenda a hablar mejor, se trata de la técnica de expansión. Ante una emisión del niño, el adulto le responde haciendo un comentario que "repite" el enunciado del niño mejorándolo o ampliándolo. A modo de comentario natural, el adulto reformula lo que el niño ha dicho ampliando su frase o formulándola en términos más "adultos" o más complejos sintácticamente. Ejemplo: Niño: "Papá ido" Adulto: "sí, papá se ha ido" ----------------------------Niño: "Papá sa ido" Adulto: "Papá se ha ido a trabajar" o "Papá se ha ido en el coche". . Evitar, sobre todo en los primeras fases del desarrollo del lenguaje, la corrección directa ("así no se dice","lo dices mal", etc.). Utilizar estrategias que favorecen la autocorrección por parte del niño. Se trata de que el niño corrija el solo sus enunciados o palabras mal dichas, dándose cuenta de la necesidad de decirlo mejor para ser entendido. Al principio, sobre todo, no tratar de corregir más de una cosa a la vez dentro de un mismo enunciado. Estrategias que favorecen la autocorrección: . Corrección indirecta: el adulto responde a una emisión del niño con un comentario natural que corrige su enunciado. El adulto "devuelve" al niño su emisión pero corregida, de este modo, le da un modelo adecuado. No se le pide 2 nada al niño, pero si éste se autocorrige o repite lo que el adulto ha dicho se le alaba positivamente ("que bien lo has dicho", "que bien dices pelota",etc.). Niño: "una pota" Adulto: "una pelota ,si" ------------------------Niño: "yo omo pan" Adulto: ¿comes pan? yo como patatas. .Peticiones de clarificación o aclaración del mensaje: Se trata de hacer una pregunta o un comentario que indiquen al niño que su emisión no ha sido bien entendida y/o que debe completarla o mejorarla. Estas peticiones deben estar adaptadas al nivel de conocimientos del niño, sólo podrá autocorregir lo que potencialmente puede decir bien (lo dice bien a veces, lo ha estado trabajando y en las clase lo decía bien, lo corrige por imitación..). Las peticiones de clarificación pueden tomar múltiples formas "¿qué?","¿cómo dices que era?","no te he oído, dímelo otra vez","¿un pato?" (cuando el niño quiere un plato). Niño: "voy a cacha" (casa) Adulto:"¿a la calle?" "¿te vas a la calle?" .Preguntas de alternativa forzada: Se trata de preguntas que ofrecen al niño dos posibilidades de respuesta, una de las cuales es la correcta, por lo que se le da el modelo correcto de emisión que queremos conseguir. Niño: "pinta un toche" Adulto: "¿pinto un techo o un coche?" .Proponernos objetivos concretos todas las semanas o quincenalmente. Aunque la mayoría de los puntos señalados anteriormente están pensados para estimular el lenguaje de una forma global y natural, es conveniente que nos propongamos periódicamente objetivos concretos en los que trabajar de una forma más sistemática en situaciones de juego o en tareas de aprendizaje. Estos objetivos deben ser elegidos de acuerdo a la edad y el nivel del lenguaje del niño, por lo que conviene que se elijan en colaboración con el Terapeuta del lenguaje. Con los objetivos específicos con los que vayamos a trabajar, a través 3 de juegos y "tareas" de lenguaje, podemos ser más directivos y utilizar técnicas correctoras más directas. Las técnicas correctoras directivas o estructuradas más utilizadas serán : .Imitación o Modelado: Se trata de darle al niño un modelo a imitar. Normalmente se usa insertado en una situación de interés para e niño. Por ejemplo: Se juega a esconder objetos cuyo nombre comienza por el fonema o sonido que estamos trabajando, se "llama" a los objetos mientras se buscan de modo que el niño nos imite. Adulto: "pato, ven" "Ayúdame" o "llámale tu", “pato" En la imitación debemos exagerar la articulación del sonido o emisión que queremos conseguir. Otra idea que puede servirnos es asociar ese sonido o ese objetivo a un gesto manual que lo apoye, por ejemplo asociar el sonido "Pa" (que el niño imite) a un gesto con la mano en forma de pico. Las actividades elegidas para usar la imitación deben permitir que el niño realice varios ensayos recurrentes de ese aprendizaje, es decir, que repita y/o ensaye varias veces esa palabra o palabras objetivo. .Preguntas directas ("¿qué es esto?","¿qué hace?", etc.) y Preguntas de alternativa forzada (ver punto anterior). 4 5 COMUNICÁNDONOS CON NUESTROS HIJOS María Gortázar Díaz. Servicio de Atención Temprana de Lebrija (Sevilla). El mejor regalo que podemos hacerle a un niño es ayudarle a aprender a comunicarse y a entrar en contacto con su mundo. Cuando decimos o hacemos todo por él, le negamos la oportunidad de que aprenda, de que intente hacerlo o decirlo solo. Tenemos que hacer un esfuerzo por no apresurarnos a anticiparnos a darle lo que nuestro hijo necesita, decirle qué hacer o decidir a qué va a jugar. Tenemos que: Observarle para reconocer sus necesidades y sentimientos (fijándonos en lo que le llama la atención, en su expresión facial o corporal..., para poder interpretar sus intereses). Darle tiempo y la oportunidad de hacerse entender a su manera. No hablando por él ni contestando en su lugar, ni poniendo a prueba sus conocimientos. Con el silencio también nos comunicamos. Escucharle para animarle a expresarse. Cuando hablamos y el niño no responde, nuestra reacción natural es llenar los silencios haciendo comentarios. Muchas veces el niño satisface nuestras expectativas no comunicándose porque con nuestra conducta le decimos que no esperamos una respuesta por su parte, ¡ya la hemos dado nosotros por él! 6 No favorecemos la comunicación cuando: Hablamos sin cesar Ayudamos cuando no es necesario Suponemos que sabemos lo que el niño quiere decir En los niños la capacidad de comunicarse se desarrolla poco a poco y cada uno lo hace a su ritmo y a su manera Ayudamos a que se comunique cuando: Le damos la oportunidad de que sea él, el que tome la iniciativa. Hablamos con nuestro hijo y no a nuestro hijo. La comunicación con él debe ser un dialogo, no un monólogo. Si hablamos nosotros todo el tiempo, no le damos la oportunidad de aprender por experiencia propia. Podemos fomentar “las conversaciones”: *Colocándonos cara a cara para que pueda ver nuestra expresión y nuestros movimientos bucales. *Imitando sus movimientos, sonidos o palabras; así sabrá que notamos y valoramos lo que hizo o dijo. *Interpretando sus intentos por comunicarse (repitiendo por ejemplo lo que dijo en tono de pregunta) porque así sabrá que le escuchamos y que tratamos de entenderlo. *Fomentando que participe en “turnos” con miradas, gestos o sonidos. Aprovechar cualquier oportunidad para ejercitar “ahora tu ahora yo” guardando cosas, jugando con un balón, o desarrollando juegos corporales como cosquillas, caballito, pilla-pilla... *Comentando lo que está sucediendo ayudándonos de señales verbales (“mira, toca, ¿qué pasa?”, abreviando el mensaje, decir lo mismo en forma distinta...) y señales silenciosas (abriendo los ojos expectantes, sonriendo, diciendo, sin voz, la palabra que queremos que diga, acercando la cabeza al niño para demostrarle nuestro interés...). *Haciendo buenas preguntas como las que demuestran interés: ¿qué sigue?, ¿y ahora?... Las que pueden ampliar su mente: ¿cómo funciona?, ¿y a ahora qué?, ¿qué está pasando?. Las que interpretan su curiosidad: ¿qué, quién, dónde, porqué?. Las que le dan la opción de decidir: ¿quieres esta galleta o esta otra?. *Evitando las preguntas que bombardean o exigen: ¿Qué es eso?, ¿de qué color?, ¿cuántos hay?...., o las que contienen la respuesta: quieres que vayamos al parque ¿verdad? 7 CUÁNDO Debemos intentar que todos los momentos que pasamos con él se conviertan en actos comunicativos. Podemos además aprovechar cualquiera de las situaciones cotidianas como la comida, el baño, un paseo..., para hablar sobre los objetos (su uso, sus características,,,) que se encuentran en ese contexto o las experiencias, provocando la curiosidad por las cosas. Dedicar todos los días un ratito para jugar y hablar con él. Mediante el juego (con y sin juguetes) se desarrollan las habilidades comunicativas y por tanto las lingüísticas. DÓNDE Cualquier lugar es bueno, lo importante es nuestra disposición y nuestro “gusto” por comunicarnos con él. Buscar que estemos cómodos, sin ruidos, para facilitar la atención y la imitación por parte del niño. Podéis utilizar objetos y cosas de la casa (frutas, pinzas de la ropa, cubiertos...) para aprender conceptos: que junte los que son iguales, que guarde, saque, los ponga en fila las rojas, las azules... Darle pequeñas responsabilidades (ayudar a sacar la ropa de la lavadora, que os de las pinzas, poner la ropa en su sitio, ordenar…) esto le ayuda a sentirse mayor y nosotros se lo reforzaremos. 8 9