La arquitectura del hogar: La casa como máquina del hombre Natalia González Zaragoza ngzaragoza@yahoo.es telf.: 600745169 DNI: 48395126-K INTRODUCCIÓN La arquitectura desde sus orígenes más remotos ha tenido como principal función el crear espacios para cobijar al hombre del medio natural que le rodea y así protegerle de posibles peligros. La evolución del hogar, o la casa como lugar familiar y espacio independiente, es un tema largo y extenso, pero en este artículo se pretende realizar un análisis de su evolución y una crítica a la cada vez menos fabricación de casas, situando en su lugar a pisos y urbanizaciones. En este artículo también se nombran a arquitectos que han cambiado los patrones tradicionales de construcción de hogares ligándose a las vanguardias y a las corrientes que, cada vez, han estado más interesadas en simplificar formas. LA ARQUITECTURA DEL HOGAR: LA CASA COMO MÁQUINA DEL HOMBRE. Empiezo este artículo con esta definición de casa por Alexandre Vialette: - Alrededor hay un gran jardín con espesos castaños, un surtidor y peces rojos; sin contar con un perro tronado que no muerde a los ladrones (…) En la casa los fantasmas se sienten a gusto; tienen sus rutinas y habitan en las buhardillas. El vino no se guarda en la nevera sino en la bodega. Es un asilo para los ancianos y un paraíso para los críos. Es casi imprescindible que en la cubierta haya una veleta.- Si analizamos las casas actuales, a pesar de ofrecer nuevas comodidades debido a las altas tecnologías, mobiliario funcional y espacios aprovechados al máximo para su utilidad, veremos que la bodega, la veleta, y la buhardilla son elementos totalmente prescindibles. Incluso el jardín, el espacio de juego para los niños y el lugar destinado a la comodidad y deleite del anciano son espacios cada vez menos comunes en una casa. Las nuevas construcciones de hogares responden a la síntesis y simplificación de muchas edificaciones anteriores y, sus postulados y teorías surgieron entre finales del s.XIX y mediados del s. XX, como respuesta a la sociedad capitalista del futuro. Con este artículo recojo las transformaciones que ha sufrido el espacio del hogar tras, su ruptura con el eclecticismo del modernismo. Las casas siempre han estado formadas por habitaciones dimensionadas, de acuerdo, con sus fines, y limitadas en su número por los recursos económicos, además de, por la climatología de la región en la que estuviera enclavada. En general, las habitaciones eran entidades discretas, que casi siempre podían aislarse unas de otras mediante puertas para garantizar la privacidad, o mantener el calor del invierno. El sentido de casa como espacio dividido con muros, con habitaciones que se muestran rectangulares, cuadradas, con espacio reservado a ventanas, balcones y puertas, toma un giro sorprendente hacia la segunda mitad del s.XIX, donde los nuevos arquitectos empezaron a construir casas con habitaciones que habían perdido ya parte de su tradicional separación mutua. Las formas se hacían más irregulares y a menudo enlazaban unas con otras por arcadas y puertas correderas. Frank Lloyd, llegó a la disolución total de las barreras aparentes que se interponían entre las habitaciones; creando la planta abierta. Aunque los arquitectos Le Corbusier y Mies van der Rohe llevaron más lejos las iniciativas de la nueva arquitectura funcional. Los cambios en la estructuración de la casa, se deben por un lado a los materiales industrializados y por otro a la nueva manera de vivir en ellas. Desde mediados del s.XIX, se han venido incorporando gradualmente a las casas máquinas de todo tipo que facilitan las necesidades de comodidad actuales: lavadora, frigorífico, calefacción... El diseñador determina un tipo de ambiente al actuar sobre un espacio concreto. Las habitaciones al usar las tres dimensiones determinan espacios que deben quedar equilibrados por el alto, el ancho y el largo. Estás deben combinarse armónicamente, pues si se ven alteradas estas tres dimensiones afectará a la resonancia del hogar produciéndose eco, acumulación de olores o humos. En la actualidad, los espacios definidos con funciones específicas: cocinas, dormitorio, salón… tienen unas medidas mínimas estándar, establecidas según el mobiliario que se incorporara para cumplir su función. Los cambios más importantes en la historia del hogar empezaron a aparecer a finales del s.XIX, con el estilo que en España se llamó modernismo. Este estilo, recuperaba las formas de la naturaleza ondulantes y orgánicas para todos los elementos arquitectónicos, pero incluía además, el mobiliario y la decoración. En los países nórdicos y en Viena, los arquitectos empezaron a interesarse por emplear estas formas curvas fluctuantes, pero interesándose también en las formas geométricas puras y bien definidas. En España el modernismo tiene a su mejor exponente en Antonio Gaudí, el cual revolucionó tanto los espacios interiores como exteriores, creando muros ondulantes, balcones antifaz realizados con forja, mezcla de varios materiales en el cubrimiento de los muros (cerámica, piedra, vajilla, hormigón...) y empleando a veces una estética gótica. Estos ejemplos de su arquitectura los encontramos en su Casa Batló. Este autor es el mejor ejemplo modernista que supo combinar el individualismo a ultranza junto a su espíritu innovador. La estética y la arquitectura individualista fueron decayendo al surgir un nuevo modo de construir, más económico y racional, coincidiendo con las nuevas formas abstractas de los cubistas en pintura y con un modo globalizador y normalizador de enfocar al diseño en general. Los nuevos movimientos arquitectónicos más arriesgados e innovadores fueron la Bauhaus y de Stij, que deseaban borrar todo rasgo arquitectónico del pasado para aferrarse a una nueva arquitectura racional y geométrica. Por otro lado la Bauhaus, que compartía el mismo entusiasmo que de Stijl por crear espacios funcionales y estandarizados, siguió aceptando a la belleza como el resultado final al que, culminaban sus producciones industriales fueran casas u otro tipo de edificio. Gropius, que fue director de este movimiento dijo: “hemos de querer, hemos de imaginar el nuevo edificio del porvenir y trabajar en común con él: unirá armoniosamente pintura, escultura y arquitectura”. Pero el nuevo arquitecto de entreguerras, cada vez se interesaba menos por la residencia particular para ponerse al servicio del surgir de la nueva ciudad. La nueva arquitectura de principios de siglo está profundamente marcada por la industria, la cual ya no sólo le proporciona nuevos materiales, sino nuevos modos de construcción sometidos a reglas sin fantasías. Las nuevas técnicas de construcción acabaron con el uso tradicional de acoplamiento de bloques, piedras o ladrillos; el metal, solo asociado al hormigón permitía y exigía el empleo de elementos regulares, acoplados en ángulos rectos, para combinar las verticales de la elevación con las horizontales de los techos. Esto fue el comienzo de la desaparición de la curva de los arcos. Los nuevos diseños de mobiliario(lámparas, pomos de puerta, ventanas, puertas…) también empiezan a ser productos industriales normalizados, pues los modos de fabricación exigían amoldarse a las normas de la máquina, simplificar y universalizar los tipos, eliminando toda iniciativa, a no ser que sea para organizar elementos estandarizados. El contrapeso a ese refulgir constante del racionalismo fue suavizado por Frank Lloyd Wright, con él, se corrigió y compensó el exceso de la industria, al incorporar la naturaleza como un nuevo elemento determinante en el espacio arquitectónico. En 1931, a través de la CIAM (conferencia internacional de la arquitectura moderna) se intentaba crear un lenguaje común, un sistema de representación estandarizado, de las técnicas gráficas, escalas y modos de representación utilizados por todos los miembros para el estudio de los problemas de arquitectura. En este terreno la Bahuaus y su nuevo modo de divisar el nuevo arte arquitectónico se expandió hasta Francia con Le Corbusier. Para Le Corbusier, la casa es una máquina para habitar. Esta frase hay que contextualizarla en la estética constructivista que vivían todas las demás artes. Le Corbusier se apoyo a un arte racional y puro, en contra de la decoración y el remedo del modernismo. A él, se deben perfeccionamientos técnicos como: la insonorización, el aire acondicionado, y los parte-soles. Lidera al orden y la claridad, los espacios austeros y basados en el cuadrado y en el rectángulo. También a él se deben los siguientes elementos que encontramos continuamente en edificios actuales: el techo-jardín, pilares o pilotes (en los bajos de los edificios), plan libre, fachada libre y las ventanas corridas. También se interesó en la estética del arte griego, simplificándola al máximo, y recuperó el concepto de villa en el campo. Entre sus villas, destaca Villa Shodhan en Ahmedabad, donde se aprecia la estructuración de la portada por la combinación del rectángulo y el cuadrado. Le Corbusier, es también un creador de formas y de espacios en los que se alterna la curva, los ritmos rectilíneos, el juego de varios materiales, combinación de distintas dimensiones, buscando siempre un acuerdo con el marco en el que se va ubicar la construcción. Wright supuso la confluencia del movimiento orgánico con el purismo funcionalista. Por eso Wright juega un doble papel como sucesor de Le Corbusier pero también como anti-Le Corbusier. Mies van der Rohe dirigió a la Bauhaus en Alemania, después de Gropius. Este arquitecto se empeñó en” despersonalizar la arquitectura” y otorgar el valor de la elegancia, al uso de nuevos materiales, como el acero y el vidrio. Con la nueva osamenta formada por el acero y la casi eliminación de los muros, empezó a crear espacios interiores continuos. Empieza a utilizar en el interior de las casa pilares de acero exentos, que sostienen el techo; el espacio está dividido de una manera muy fluida por delgados tabiques, sin papel alguno estructural. Empieza a utilizar grandes superficies con materiales nobles, como el travertino, el ónice y el vidrio. “La casa Tugendhat”, en Brno, Checoslovaquia, la habitación se define en dos niveles a través de una pendiente ligera, sin uso de muros. También, empezó a combinar en los muros de sus construcciones, caras de acero aparentes y relleno de ladrillos, creando una combinación realmente original. Wright difería con respecto a Mies van der Rohe, a la creación de una arquitectura americana de carácter inhumano y excesivamente estandarizado. Según él, las casas actuales parecían “casas con zancos”. Wright anunciaba espacios orgánicos, y decía: “la vivienda debe salir de una colina donde está implantada”. En sus construcciones, en la vivienda impera el enlace entre la vivienda y la naturaleza. Es sobre todo conocida, “La casa de las cascadas” que, combina el desarrollo de un espacio continuo, con la simplificación por masas, que se integran al desnivel y movimiento del terreno. A Wright, también se le deben los estudios de casa usonianas, viviendas económicas de un solo nivel, en las que la cocina forma parte del living room. Con él, aparece también el uso de un nuevo soporte, una columna muy delgada que se ensancha hacia lo alto para tomar la forma de una seta o un paraguas gigante, sosteniendo un techo traslúcido por el que entra la luz. Estos fueron los arquitectos más importantes que anunciaron un nuevo modo de organizar los espacios de las viviendas, con ellos prevalecía un espíritu innovador y racional, aportando un estilo en comunión con las demás artes constructivistas, pero en la actualidad esa convivencia parece haber desaparecido a favor de una arquitectura más unida a la ingeniería y alejada de su relación con el entorno natural, el arte y los movimientos arquitectónicos pasados. Esta desvinculación de la arquitectura con otras tendencias artísticas y su preocupación en crear espacios económicos, con materiales pobres y diseños estandarizados supone acabar con ciertas tendencias culturales, al igual que con construcciones típicas y formales como la casa. BIBLIOGRAFÍA: -Gran Enciclopedia Larousse. Editorial Planeta. -El Arte y el Hombre. René Huygue. Editorial Planeta. -Historia de la Arquitectura del Renacimiento. Leonardo Benévolo. Editorial Gustavo Gili. Historia crítica de la Arquitectura Moderna. Kenneth Frampton. Editorial Gustavo Gili. -Historia de la Arquitectura Moderna. Leonardo Benévolo. Editorial Gustavo Gili. -Saber ver la arquitectura. Bruno Zevi. Editorial Apostrofe-Poseidón.