LA DIOSA SEKHMET. En la ciudad de Luxor, Uaset en antiguo egipcio, o Thebas llamada así también por los griegos, se alza uno de los templos más imponentes de la cuidad. “El templo de Karnak” dedicado principalmente al culto del dios Amón, pero como en otros templos incluso se veneraba a otras divinidades. Yo hoy, os quiero hablar de la impresión que me causó el templo del dios Ptah con la imagen de su esposa Sekhmet en Karnak. Entrando a mano izquierda con dirección norte y un poco alejada de la sala hipóstila, se toma un camino de arena hasta llegar a dicho templo, este suele estar fuera de la habitual ruta turística, por lo que hay que conocer que allí se encuentra dicho templo dedicado al dios Ptah y que os aconsejo visitar. Siempre se encuentra custodiándolo un grupo de guardianes, son ellos los que sigilosamente te conducen a través de las puertas hasta donde se encuentra la majestuosa diosa. En la parte trasera del templo se encuentran tres capillas dedicadas a la tríada. La de la izquierda no conserva estatua alguna, aunque se cree que estaría dedicada a Nefertum (hijo de Ptah y Sekhmet), en la sala central se encuentra la imagen en estatua del dios Ptah aunque ésta, no conserva la cabeza y cerrada muy bien preservada en la capilla de la derecha (sur) y dirigida al este se encuentra la imagen grandiosa de Sekhmet. Diosa de la fuerza, la guerra, la sanación, la protección… El señor guardián del templo te abre la puerta de esta cámara y la impresión es imponente y allí totalmente a oscuras te encuentras con una majestuosa figura tallada en basalto negro, y la sorpresa es inmensa, ella, la diosa Sekhmet, señorial, grandiosa, resalta entre la oscuridad, es muy curioso casi mágico, como si de dentro de ella saliera la gran fortaleza, luz y potencia que contiene aún esta poderosa, activa y viva efigie de la leona. Con mucho respeto me decido a tocarla después de preguntarle si puedo y os puedo decir que su tacto es caliente, ardiente, es toda una experiencia mística estar ante su presencia mirándola a los ojos. Lo arcano, lo ancestral, se hace evidente en la atmosfera del lugar y te embriaga sin apenas darte tiempo de asimilar la magia y la alquimia que se está produciendo en ti de la mano y ante la presencia de sekhmet. Al rato de estar allí el guardián inicia un pequeño ritual, tu mano en el corazón y el corazón de la leona, tu mano en la frente y en la frente de la leona, tu mano en la cabeza y en cabeza de la leona y después de esto de presentarte ante ella te sientes como si Sekhmet te hubiera reconocido y te acogiera para siempre en el seno de su protección. Mis respetos a Sekhmet. ESCRITO POR LUHEMA