La terapia psicoeducativa grupal para el dolor crónico.

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La terapia psicoeducativa grupal en la
Fibromialgia
Experiencia en Hospital Universitario de Getafe
Marina Sánchez Caballero
PIR 2 Psicología HUG
II JORNADA SOBRE FIBROMIALGIA Y S.F.C
El equipo de psicólogos queríamos agradecer la invitación de la
Unidad del Dolor para participar en esta Jornada de FBM y SFC para
poder compartir con ustedes parte de la experiencia que realizamos
en el HUG.
Como bien ha dicho el Dr. Estrada, nuestra colaboración comenzó
en el 2007, cuando se detectaron una serie de necesidades de
pacientes con muchos problemas de dolor que, pese a una larga
lista de medicamentos y otros tratamientos, seguían experimentando
altos niveles de sufrimento físico y psíquico. Fue entonces cuando se
decidió poner en marcha un programa grupal psicoeducativo que
pudiera atender a otro tipo de factores relacionados con el dolor y
complementar el tratamiento médico que estos pacientes ya estaban
recibiendo. Para poder entender mejor el sentido de nuestro
tratamiento grupal vamos a remontarnos hasta mitad de los 60.
Ronald Melzack
Patrick Wall
(psicólogo canadiense)
(neurocientífico británico)
Fue entonces cuando el psicólogo canadiense Ronald Melzack y el neurocientífico británico Patrick Wall
desarrollaron la Tª de la puerta, en la que explicaban como una zona de la médula espinal actúa a modo de
“puerta” dejando pasar mayor o menor cantidad de mensajes de dolor en función de si está más o menos abierta.
Hay diferentes factores que cierran esa puerta al dolor como pueden ser el estado de relajación, la reducción de
depresión o el prestar menos atención al dolor.
Los factores emocionales y cognitivos
pueden modular la percepción de
dolor
Richard Lazarus
(psicólogo americano)
Dra. Susan
Folkman
A mitad de los 80, el psicólogo americano Richard Lazarus y la Dra. Susan Folkman desarrollaron su modelo de
estrés en el que explicaban cómo una situación resultará estresante o no en función de cómo la evalúe y la
afronte la persona.
El dolor provocará más o menos
discapacidad en función de cómo
se evalúe y afronte
Al aplicar este modelo al ámbito del dolor el grado de discapacidad o la afectación del dolor a la vida
diaria de la persona dependerá de cómo se evalué (cuánto de amenazante consideramos que es y lo
capaces que nos sentimos de afrontarlo) y si lo afrontamos de manera pasiva o activa (esto último
incluiría la expresión emocional o la búsqueda de apoyo social).
Menor grado de sufrimiento
misma intensidad de dolor
aumento de calidad de vida
Por tanto, si conseguimos disminuir el grado de sufrimiento de la persona a través del trabajo de factores
emocionales y cognitivos, aunque la intensidad del dolor siga siendo la misma, aumentará la calidad de vida
de la persona. Y éste es el objetivo principal del tratamiento psicoeducativo grupal que realizamos.
El programa consta de dos partes, una primera de evaluación en la que a través de una entrevista
semiestructurada y una serie de cuestianarios recabamos información sobre variables de la persona que
nos son de interés para decidir si consideramos que la persona podría beneficiarse del tratamiento grupal.
El grupo en sí son 11 sesiones y una de seguimiento a los 3 meses de finalizar el grupo. Al terminar el
grupo y en la sesión de seguimiento volvemos a pasar los cuestionarios de la sesión de evaluación para
medir evaluar los cambios experimentados por cada paciente.
En el diseño de las sesiones una de las referencias fue la experiencia previa de tratamiento psicológico
para el dolor, llevado a cabo en el Hospital de la Princesa desde el año 2004.
Las sesiones siguen una estructura común en la que se revisa el contenido de la sesión anterior, se
presenta el contenido de la sesión en cuestión y se propone una tarea para realizar en casa y poder así
potenciar el compromiso de implicación de los pacientes en su vida diaria.
El grupo lo llevan a cabo residentes de psicología clínica de primer y segundo año. Además contamos con
la colaboración de especialistas de la U. Dolor y de Rehabilitación en 3 de las sesiones.
¿Qué influye en nuestro grado de sufrimiento? Y por tanto ¿cuáles son los contenidos más importantes
que trabajamos en el grupo a lo largo de las sesiones?
CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA
FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD
TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN
SOLEDAD
TRISTEZA
CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN
SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD
TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN
SOLEDAD
TRISTEZA
CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN
SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD
TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN
SOLEDAD
TRISTEZA
CULPA
RABIA
FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN
SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA FRUSTRACIÓN SOLEDAD
TRISTEZA CULPA FRUSTRACIÓN SOLEDAD TRISTEZA CULPA RABIA
FRUSTRACIÓN SOLEDAD
Los procesos de dolor crónico suelen ir asociados a estados emocionales intensos, desagradables y
muchas veces difíciles de manejar tanto para quién las experimenta como para los que están a su
alrededor. En el grupo se pretende precisamente ayudar a poder IDENTIFICAR qué emociones se van
experimentando, sean más o menos desagradables, aprender a ACEPTARLAS para poder así llegar a
EXPRESARLAS, que como decíamos es una manera de afrontar activamente la experiencia de dolor.
“voy a acab
ar
sin poder
moverme”
“este dolor
no me deja
vivir”
“no
va
pa lgo
na ra
da
”
La manera que tenemos de hablarnos a nosotros mismos tiene una gran influencia sobre nuestro estado de
ánimo y la percepción de nuestro dolor. Cuando se padece un problema de dolor crónico es muy frecuente
valorar continuamente la experiencia de dolor y que vengan a la cabeza pensamientos de este tipo. El
problema no es tanto que vengan a la mente ese tipo de pensamientos sino qué hacemos con ellos. Si nos
creemos que los pensamientos son la verdad absoluta supondrán una amenaza para la persona que querrá
eliminar a toda costa. Y yo les pregunto, ¿Cuándo habéis intentado no tener un pensamiento en concreto
qué ha pasado? Lo normal es que aparezca con más fuerza. En el grupo trabajamos también cómo poder
aprender a relacionarnos con nuestros pensamientos de otra manera, sin engancharnos tanto en ellos y
observar también qué ocurre con nuestra experiencia de dolor y estado de ánimo.
DOL
O
DOL R DOLO
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DOL R DOLO R DOLO
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El dolor es en muchos casos algo difícil de comunicar y compartir, por lo que es frecuente experimentar un
cierto aislamiento, frustración e incomprensión cuando nos relacionamos con los demás, sobre todo en el
ámbito familiar. Trabajamos por tanto el cómo poder contactar con nuestras propias necesidades y pedirlas
de una manera asertiva y directa, sin necesidad de recurrir al dolor para poder pedir las cosas, quejarse o
negarse a hacer lo que uno no quiere hacer y así conseguir que mejore el entendimiento con el otro y
nuestro nivel de satisfacción. Muchas veces parece que es el dolor el que decide y no la persona y lo que
ella necesita.
Y muchas veces la dificultad
para expresar las propias
necesidades más allá del dolor
interfiere en gran medida en la
comunicación con la pareja y
en la posibilidad de transmitir
cariño al otro. En el grupo
trabajamos de qué manera
poder cuidarnos a pesar del
dolor y cómo poder expresar a
nuestra pareja qué nos hace
sentir bien para favorecer un
acercamiento íntimo más
satisfactorio y adaptado a las
limitaciones físicas y
emocionales que se puedan
estar experimentando.
Y es que efectivamente el dolor
crónico produce limitaciones y
cambios en la vida de la persona
respecto a proyectos de futuro,
expectativas, nivel de autonomía.
Y estos cambios requieren un
proceso de adaptación o duelo
para poder recolocarlos y seguir
adelante, de una manera similar a
cuando perdemos un ser querido.
En uno de los grupos, una
paciente se quejaba de que no
podía coger a su hija en brazos y
eso le hacía sentir muy mal. Al
preguntarle qué era lo importante
para ella de aquello contestó que
ser una buena madre. La
pregunta sería ¿cómo poder
mantenerlo? Quizá ya no puedo
cogerla como antes pero sí me
puedo sentar a su lado,
transmitirle cariño y cercanía y ser
igual de buena madre. Se trataría
de rescatar lo que se mantiene y
sigue presente a pesar de los
cambios.
“Necesito estar metido en mil cosas…cuando me
relajo me atiza más fuerte”
Las personas que siempre han tenido funcionado con un alto nivel de actividad, al encontrarse con las
limitaciones físicas del dolor suelen esforzarse en hacer el doble por miedo a quedarse incapacitados y
como solo suelen parar cuando el nivel de dolor es muy intenso acaban asociando el descanso con el dolor
y tenderán a evitar descansar. En el lado apuesto, personas que han solido funcionar con bajo nivel de
actividad tienden a reducir los movimientos para evitar que el dolor aumente, aunque con dolores agudos
puede ser útil, si la inactividad persiste pueden darse problemas de atrofia muscular o síntomas depresivos
por el abandono de actividades que nos interesan. En el grupo trabajamos a buscar el equilibrio entre el
descanso y la actividad y poder recuperar actividades importantes para nosotros a pesar de que haya dolor.
El entrenamiento en relajación y
respiración diafragmática ayuda a
manejar emociones intensas y tensiones
musculares
Trabajamos también técnicas específicas como el entrenamiento en relajación o la respiración
diafragmática para ir adquiriendo más herramientas que nos ayuden a funcionar en nuestro día a día.
Los pacientes informan de
una menor interferencia del
dolor en su vida cotidiana tras
el grupo
Como concluyeron antiguas compañeras en el estudio que publicaron en el 2011 en la Revista Asoc.
Española de Neuropsiquiatría, a pesar de que los pacientes no logran disminuir su nivel de dolor sí
informan de una menor interferencia en su vida diaria.
Y los resultados de satisfacción muestran que los participantes del grupo valoran especialemente poder
compartir su experiencia con otras personas en situación similar y sentirse comprendidos.
El grupo, por tanto, sería una primera forma de acercamiento a cómo me siento frente al dolor, el principio de un
camino. La idea sería que cada persona pudiera servirse de las herramientas y experiencias vividas a lo largo del
grupo para seguir recorriéndolo fuera.
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