rx | entrevista Gonzalo Himiob Almandoz “El inconsciente colectivo condiciona nuestra forma de vivir” Los mitos, las leyendas, los cuentos de hadas, los sueños y hasta los chistes son para este psiquiatra y analista junguiano un caudal de conocimiento para adentrarse en la psique humana / Mireya Tabuas | Fotografía Roberto Mata Decenas de muñecos pueblan varios estantes. Junto a una de las Tortugas Ninja reposa una bailarina. Más allá, a su izquierda, el mago Merlín observa con sus ojos de vidrio a un dinosaurio que está detrás de un camión amarillo. Muy cerca hacen fila un tanque de guerra, un títere de dedo, un búho, el oso Yogui y una pareja el día de su boda. Con tantas figuras, el lugar parece una juguetería. Pero no lo es. Se trata del consultorio del psiquiatra y analista junguiano Gonzalo Himiob Almandoz. “No soy coleccionista, son para mis pacientes”, señala el especialista, y aclara que no son niños, sino adultos. Antes de centrar su interés en las teorías del psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, Himiob pasó por otros enfoques terapéuticos, como la Gestalt, el Análisis Transaccional, el psicodrama y la bioenergética. ¿Por qué eligió el análisis junguiano? Todas las corrientes psicológicas no son más que diferentes medios para entender al ser humano. En otras palabras, no hay métodos terapéuticos mejores o peores, sólo formas de entrada para entender la psique y sus manifestaciones. Cada terapeuta va a escoger la que más se adapte a su personalidad. Esto implica que primero debe conocerse a sí mismo, para saber dónde puede ser más eficiente y encontrar el lenguaje que mejor se adapte a su manera de ser y de entender el alma. Yo me considero más introvertido que extrovertido, además de intuitivo y emocional. Con estas características, la corriente que más se adapta a mí es la psicología junguiana. 32+SALUD entrevista | rx “Los sueños son la forma de manifestación más evidente, si bien no la única, de lo inconsciente” 33+SALUD rx | entrevista “La mujer venezolana está muy atrapada en el arquetipo de La Seductora: de ahí la proliferación de cirugías plásticas” ¿Qué caracteriza al pensamiento de Jung? Jung es el primero que explica que existe una forma de percibir el mundo que va de adentro hacia afuera, una predisposición innata del ser humano a vivir de un modo particular. Se trata de una psique preexistente al nacimiento del individuo: el inconsciente colectivo. Y en ese inconsciente colectivo hay imágenes predeterminadas que Jung llama arquetipos. ¿Cómo se define el inconsciente colectivo? El término “inconsciente colectivo” fue introducido por Jung para definir los contenidos psíquicos comunes a toda la humanidad. Es el almacén donde se encuentran las ideas universales, y se manifiesta en todas las épocas y lugares, sin importar raza, religión, sexo o cultura. Es el espacio universal que compartimos todos. Otras maneras de nombrarlo son “anima mundi”, “energía universal”, “todo”. El inconsciente colectivo condiciona nuestra forma de vivir y de conducirnos. ¿Y qué son los arquetipos? Son los patrones universales de conducta: formas ancestrales que determinan nuestro modo de vivir, sentir y actuar. Estos patrones universales son patrimonio de todos los seres vivos y los podemos reconocer por sus manifestaciones. En otras palabras, los arquetipos son la idea que se encuentra detrás de la forma manifiesta. Por ejemplo, La Madre, como tal, es una idea, no una estructura ni una imagen. Cuando se hace forma, se personaliza y se convierte en mi madre. Lo mismo podríamos decir de El Padre, El Héroe, El Viejo Sabio, El Eterno Adolescente, La Seductora, La Bruja. Todos estos son arquetipos. ¿Cómo ayuda al paciente el análisis junguiano? A través de la reflexión. El análisis junguiano procura que los pacientes puedan reflexionar sobre su problema. Este análisis funciona frente a frente: se trata de que la persona esté consciente y de que haya una relación pareja con el terapeuta. Aquí las sillas son iguales, no hay diferencia entre la de mi paciente y la mía. En la consulta trabajamos con dos técnicas: la primera es hacer paralelismos entre lo que vive el paciente y sus equivalentes en la cultura (en la poesía, el dicho, el chiste, el mito, las manifestaciones artísticas). En vez de interpretarle lo que le está sucediendo, 34+SALUD lo invito a ver una película, le cuento un chiste o le digo que lea un poema. Por ejemplo, si quiero que una persona trabaje el duelo, le pido que lea la “Elegía a Ramón Sijé” de Miguel Hernández (un poema de 1936 que el escritor español le dedica a un amigo muerto). La segunda técnica es la imaginación activa. Con los juguetes que tengo en mi consultorio, los pacientes proyectan sus problemas dentro de una caja de arena. Por ejemplo, una pareja en conflicto, que no quiere hablarse, puede hacerlo en la caja, a través de los muñecos. ¿Cómo proyectan las personas sus problemas dentro de una caja de arena? Es una forma de psicoterapia que funciona a través de la proyección de los contenidos psíquicos en un espacio seguro, como lo es la caja de arena. En ella se recrean las situaciones vitales, igual que en un laboratorio se realizan experimentos para reproducir situaciones biológicas o químicas. En la caja de arena se reproducen y proyectan conflictos para su experimentación y eventual solución. Los sueños ¿Por qué es tan importante para los junguianos analizar los sueños? Los sueños son la forma de manifestación más evidente, si bien no la única, de lo inconsciente. De acuerdo a la psicología profunda, iniciada por Sigmund Freud, el aparato psíquico está formado por tres estratos: consciente, preconsciente e inconsciente. Este último estaría estructurado en tres niveles: el “inconsciente personal”, donde se encuentran los contenidos de nuestra vida, aquellos que hemos reprimido o que no se han hecho consciencia; el “inconsciente colectivo cultural”, donde se encuentran las tradiciones, las formas propias en las cuales las sociedades entienden la vida y sus costumbres; y el “inconsciente colectivo propiamente dicho”, donde se encuentran las ideas universales o arquetipos. Siendo así, lo inconsciente es una fuente de conocimientos y experiencias que nos aporta un caudal de sabiduría más allá de la consciencia. Por ello la importancia de los sueños y, por extensión, de las manifestaciones no conscientes de la psique, como pueden ser los mitos, las leyendas, los cuentos de hadas, los refranes y hasta los chistes. entrevista | rx ¿Qué son los sueños para el psicoanálisis? Un misterio. Para Freud son la satisfacción de deseos inconscientes. Jung va más allá, cree que no sólo satisfacen deseos, sino que ayudan también a corregir las situaciones que están polarizadas en nuestra psique. Y además predicen: permiten advertirnos. Por ejemplo, cuando el deslave de Vargas, en 1999, recibí varios pacientes que tuvieron sueños previos a ese evento. Uno de ellos dijo que vio una enorme ola que se desbordaba sobre Caracas y la gente huía despavorida. Cuando me lo contó, pensé que estaba al borde de una ruptura psicótica, pero una semana después llegó el deslave y me di cuenta de que el paciente había predicho lo que iba a pasar. ¿Qué respaldo teórico tiene esa hipótesis? Desde los inicios de la humanidad existe toda una tradición de lectura de sueños. En la literatura está presente desde La epopeya de Gilgamesh, obra escrita 4.000 años antes de Cristo: la madre de Gilgamesh, una diosa que interpreta sus sueños, le advierte a su hijo sobre la lucha que va a tener con Enkidú, su contraparte, y le dice cómo puede debilitarlo. En la Biblia leemos cómo el profeta José le predice al Faraón los siete años de bonanza y los siete años de carestía. Esa tradición pasa también por el griego Artemidoro (intérprete de sueños, que vivió en el siglo II después de Cristo), por San Agustín, por Santo Tomás de Aquino, quienes se dedicaron a estudiar el mundo de los sueños. ¿Siempre soñamos? Sí, siempre soñamos. Y cuando no soñamos, nos enfermamos. Eso lo dicen los estudios de William Dement (médico estadounidense que formó el primer laboratorio del sueño) y otros neurofisiólogos especialistas en la ciencia del dormir. Ellos demuestran que cuando las personas van a entrar en la etapa del sueño llamada REM (Rapid Eye Movement) y se les despierta, se les impide soñar y se sienten afectados; con el tiempo, empiezan a delirar, a alucinar, y pueden sufrir problemas psicológicos de carácter severo. ¿Los sueños reparan al ser humano? Sí, los sueños son reparadores. Solucionan conflictos. Si bien para Freud los sueños protegen el dormir; para Jung, el dormir protege el sueño: dormimos para soñar, más que soñamos para dormir. 35+SALUD rx | entrevista ¿Por qué algunos sueños no se recuerdan? Hay psicoanalistas que dicen que uno no recuerda los sueños porque reprime su contenido. Yo creo que eso no es totalmente cierto, porque hay sueños que la psique todavía no está preparada para recibir, que necesita madurar. El inconsciente venezolano ¿Existe un inconsciente colectivo venezolano? Sí. En la comprensión de la estructura de la psique, Joseph Henderson (analista estadounidense, cofundador del Instituto Jung de San Francisco), incluyó el concepto de “inconsciente colectivo cultural”: el inconsciente que varía de acuerdo a la región, a la cultura y a la forma como el individuo se relaciona con el entorno. En este sentido, sí podemos hablar de un “inconsciente colectivo cultural venezolano”. Rafael López-Pedraza, Fernando Rísquez y yo hemos sido algunos de los que lo hemos estudiado. Al venezolano lo vemos como extrovertido, dicharachero, bromista, un poco pícaro. A veces tiende a banalizar los problemas, a hacerlos más superficiales. No se hace consciente de la tragedia ni de sus responsabilidades para con la vida. ¿Cuáles son los arquetipos del venezolano? Uno de los grandes arquetipos del venezolano es El Héroe: siempre esperamos por un caudillo, una persona que nos guíe. Y la mujer venezolana está muy atrapada en el arquetipo de La Seductora: de ahí toda la proliferación de cirugías plásticas. También tenemos El Pícaro, el que hace trampa. Ese pícaro, por ejemplo, lo vemos en personajes de la tradición oral venezolana como Tío Tigre y Tío Conejo. Lo masculino y lo femenino Jung habla de la existencia de un lado femenino en el hombre y un lado masculino en la mujer. ¿Qué es lo femenino y qué lo masculino? Son convencionalismos. Lo femenino es lo relacionado con la emoción, la intuición, la delicadeza, la fragilidad, la sensibilidad. Lo masculino se relaciona con la lógica, lo espiritual, lo racional, la disciplina, la estructura. 36+SALUD HOJA DE VIDA Nació en Lima (Perú) en 1942. Se graduó de Médico Cirujano en la Universidad Complutense de Madrid en 1967, e hizo su reválida en 1973 en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Realizó el postgrado en Psiquiatría de la UCV en el Hospital Militar Carlos Arvelo. Obtuvo el Certificado Mundial de Psicoterapeuta por el World Council of Psychotherapy y estudió Análisis Junguiano en el C.G. Jung Institute de Boston (Estados Unidos). Gonzalo Himiob es miembro de múltiples organizaciones: Sociedad Venezolana de Psiquiatría, Asociación Venezolana de Psicoterapia, Asociación Venezolana de Psicología Analítica, International Association of Analytical Psychology, New England Society of Jungian Analyst, World Council of Psychotherapy, Federación Latinoamericana de Psicoterapia, entre otras. Ha publicado cinco libros, que incluyen temas de psicología analítica, poemas y relatos. Dirige el postgrado de Psiquiatría de la Escuela Luis Razetti de la UCV y ha estado al frente de diversos cursos del Centro de Estudios Junguianos de Caracas. Está casado con Susana Dao y tiene cuatro hijos: Gonzalo, abogado y escritor; Luis Ignacio, ingeniero mecánico; Rodrigo, ingeniero oceánico; María Susana, fotógrafa. Ninguno heredó su profesión, pero eso no le inquieta. “Uno se mete en esto para resolver sus problemas, espero que ellos lo hayan hecho de manera más creativa”, comenta divertido. Le gusta conversar por horas con sus amigos y no oculta una de sus grandes pasiones: montar a caballo y sumergirse en ese disfrute de la libertad que representa cabalgar. ¿Hoy el hombre asume más su faceta femenina y la mujer más su masculina? Con la posmodernidad el ser humano se reencuentra consigo mismo y empieza a haber una especie de androginia: los hombres nos hacemos más sensibles y las mujeres se hacen más racionales. Hace unas décadas hubo una masculinización de la mujer. Sin embargo, ahora se está produciendo el fenómeno contrario: el reencuentro de la mujer con su feminidad. Creo que lo importante para las personas de ambos sexos es integrar su contrasexualidad. Es decir, incorporar la parte de género que se encuentra en el inconsciente, lo masculino en la mujer y lo femenino en el hombre, para que seamos seres humanos más completos. •