Las buenas relaciones personales, claves para el rumbo

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Las buenas relaciones personales, claves
para el rumbo político mundial
EE.UU y China comparten intereses comunes pero no ideología. (Corbis)
El futuro líder chino, Xi Jinping, está de visita en Estados Unidos. El principal motivo:
limar asperezas con Obama. El país norteamericano y el gigante asiático comparten
intereses comunes pero no es un secreto que sus ideologías se dan de bruces. Ambos
mandatarios son conscientes de que la personalidad y naturaleza de las relaciones
personales entre políticos pueden ayudar a moldear los acontecimientos mundiales,
tanto positiva como negativamente. Para demostrarlo tenemos que echar la vista atrás
unas décadas.
Kennedy y Nikita Kruschev chocaron desde el primer minuto en que se vieron, lo que
ayudó a que aflorasen la crisis de Berlín y la crisis de los misiles. Por el contrario,
Mijáil Gorbachov y Ronald Reagan hicieron buenas migas, lo que contribuyó a que la
Guerra Fría terminara. Y la afinidad entre el político francés Schuman y el canciller
alemán Adenauer ayudaron a constituir la Comunidad Europea. El afecto personal
entre líderes políticos constituye por tanto una parte esencial de las relaciones
internacionales. Cuando los afectados son grandes potencias con un poder decisorio
definitivo, las relaciones personales cobran especial importancia. Tener afinidades tanto
ideológicas como personales ayuda a unir intereses.
Las relaciones entre los líderes sí importan, incluso entre aliados muy cercanos
El responsable de Asuntos Exteriores en FRIDE (Fundación para las Relaciones
Internacionales y el Diáologo Exterior), Daniel Keohane, da buena cuenta de ello. “Un
buen ejemplo fue entre Bill Clinton y John Major. Tras su elección como presidente
de Estados Unidos en 1992, Bill Clinton no devolvía las llamadas telefónicas de John
Major, entonces primer ministro británico. Eso era porque Major había ayudado en la
campaña de George H. W. Bush, intentando encontrar información sobre cualquier
escándalo que Clinton hubiera podido protagonizar durante su época como estudiante en
la Universidad de Oxford. Si bien al Reino Unido le gusta creer que mantiene una
relación especial con Estados Unidos, este hecho demuestra que las relaciones entre
los líderes sí importan, incluso entre aliados tan cercanos". De hecho, esta relación se
plasmó en la posterior decisión del entonces presidente estadounidense. Clinton decidió
involucrar de cierta forma a Estados Unidos en el conflicto de Irlanda del Norte,
otorgándole un visado a Gerry Adams, líder del Sinn Fein, para que visitara Estados
Unidos, a pesar de la fuerte oposición de John Major.
Los intereses económicos son más fuerte que las propias relaciones
El director de política internacional de FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios
Sociales), Rafael Bardají, opina que precisamente es la confianza la que influye de
sobremanera en las relaciones internacionales, aunque matiza que no es condición sine
qua non para la puesta en común de objetivos: “En el caso de los aliados, las
relaciones personales son un plus, cuando se trata de un adversario, no son lo
determinante. Por muy bien que se lleven dos líderes políticos, las rivalidades
económicas y sus intereses son más fuertes que las propias relaciones”.
Las exigencias de los mercados ganan la batalla al terreno afectivo
Amparo Latonda, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Valencia, asegura
que la exigencia del mercado crea muchas alianzas pero también controversia: “Las
afinidades ideológicas y personales no son tan importantes como dar respuesta a un
problema global como la crisis. Los políticos, que están muy presionados por los
mercados, lo saben y en este sentido les interesa hacer coaliciones para defenderse de
esas presiones, quieren conseguir los objetivos que se les marca". Un buen ejemplo son
la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy.
Mientras los factores estratégicos o estructurales sean importantes, las relaciones
personales también lo serán. “Por ejemplo, no cabe duda de que el poder económico de
China está creciendo con relación al de Estados Unidos y es importante que tengan una
buena relación”, asegura Keohane.
Hay que diferenciar entre afinidad personal e ideológica
El ejemplo de Xi Jinping es actualmente el más claro: hay que llevarse bien pero deben
primar los intereses particulares. “China y EE.UU tienen intereses económicos
comunes. China tiene mucha deuda americana por lo que a Obama le interesa llevarse
bien. El interés económico es lo que mueve que se lleven bien”, opina Latonda.
Bardají coincide con la profesora y asegura que aunque EE.UU y China intenten
mejorar las relaciones personales por puro interés, son contrarios. “Ideológicamente
están en rumbo de colisión”, recuerda. En este sentido, aclara que las relaciones
personales pueden llegar a ser menos importantes de lo que a priori parece “porque hay
determinadas líneas rojas, los intereses económicos, que no se pueden rebasar”.
Cuando los asuntos son clave, las relaciones personales también
La profesora
incide en la necesidad de diferenciar entre afinidad personal e ideológica. “Merkel y
Sarkozy comparten las mismas condiciones ideológicas, persiguen un objetivo común y
sus relaciones personales se afianzan pero no necesariamente se llevan bien. Y Francia
y Grecia, por ejemplo, son amigas, pero la exigencia de los mercados pueden hacer
más que los estímulos de carácter personal”, matiza.
El roce hace el cariño y la cercanía geográfica, además de la ideológica, ayuda. “No es
ningún secreto el hecho de que la relación entre Nicolas Sarkozy y Angela Merkel
al inicio de la crisis de la eurozona era más bien fría, pero el tener que trabajar juntos
parece que también ha servido para mejorar la relación entre ambos líderes. Por
ejemplo, recientemente han aparecido en una televisión francesa, para demostrar su
cercanía”, apunta Keohane. Tanto en la política internacional como en la local, en
particular cuando se trata de lograr acuerdos sobre asuntos clave, “las relaciones
personales cobrarán mucha importancia”, sentencia el experto en Asuntos
Estratégicos.
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