LA VISION ORTODOXA SOBRE DIOS Y EL HOMBRE Por : S.E. Monseñor George Khoder. Metropolita de Monte-Líbano PROLOGO Este estudio fue entregado en un ciclo pedagógico, preparado por el Movimiento de Juventud Ortodoxa en Beirut, Líbano, para sus miembros, en el Verano de 1960 y se puede encontrar en la revista “AL NUR”, Nº 9 y 10 del mismo año. Lo traduje por su importancia y porque su validez es la misma a través del tiempo. Este estudio existe para nuestros creyentes, como para los que buscan a Dios. No es un trabajo perfecto y quizás pueda iluminar algunos puntos obscuros en nuestra mente y en nuestra fe. Espero que pueda ser útil como lo fue para mí, este, mi primer y humilde regalo para la juventud, especialmente. Especial agradecimiento para Jorge Suez, el que me ayudó en cada letra de este folleto, y al Doctor José Elías A. quien lo revisó. Orando a Dios para que ilumine nuestros caminos, por siempre. Amén. Rev. Padre Georges Abed. Santiago de Chile - Agosto de 1991 1 LA VISION ORTODOXA SOBRE DIOS Y EL SER HUMANO. INTRODUCCION : Lo que distingue la Ortodoxía de otras, es su propio concepto sobre Dios y el ser humano, el Universo y sus relaciones. Llegamos a ser diferentes después del Cisma. Diferentes, a nuestro entender, en la relación entre el ser humano y Dios. La diferencia en el dogma hace la diferencia en la espiritualidad y en la metodología. Mencioné “visión”, y visión significa fe y el objeto de la fe cristiana no es solamente Dios, sino también el Hijo Encarnado, siendo objeto durante la Encarnación, el ser humano que también está en el Cosmos. Hay una visión religiosa sobre la naturaleza del ser humano y su relación con la gracia y un concepto religioso sobre la función del Cosmos y su destino. Dijo el Apóstol San Pablo: “ Tenemos la mente de Cristo”. ( 1 Corintios 2:16). Tenemos la visión de Cristo sobre los seres. Esta es la visión de la fe viva. Y como dijo Evagrios: “Quien no ha visto a Dios, no puede hablar sobre El”, lo que significa que la fe hace esta convivencia con Dios; el ser humano roza con las metodologías de Dios y las capta por una fuerza que esta sobre todo entendimiento. Esa no es la fe que comenzó como conocimiento, sino que es una experiencia profunda, según las palabras de San Gregoriano de Nisa: “El Ser Coordinador Dios- transforma al ser creado a lo que era antes, en la naturaleza”.1 La armonía entre nosotros y Dios se cumple cuando adoptamos Sus métodos2 y Su naturaleza, haciéndonos ver la existencia como El la ve. Esto ya está en la oración, según las palabras de Evagrios: “Si eres teólogo orarás de verdad , y si oras, eres teólogo”. Este conocimiento fundamental nos transporta a la profundidad de Dios y por ende, al ser humano. No son opiniones sobre Dios, sino que es la vida de Dios en nosotros. Y de esta manera dijo el de Nisa: “Los conceptos fundan ídolos que reemplazan a Dios; el éxtasis sólo capta algo”. Es la visión del extasiado frente al sacramento. El concepto mental, por sí solo, degrada el sacramento, pero con la visión espiritual nos asombramos, encontrándose ésta en el hombre desde sus orígenes, porque “el hombre, en su estructura, enfrenta el misterio de la teología” como dijo San Fotios el Grande. Alejo a todas las existencias de Dios y de las características de las existencias; entonces avanzo hacia El, hasta llegar a la ignorancia total, a la oscuridad donde habita Dios. Entonces lo conozco por el amor. Sin duda, también existe la metodología o vía Afirmativa, la metodología de las Actitudes, como la llaman los Santos Padres, en la cual, descendemos de las altas órdenes a las bajas y existe la metodología Abstracta, donde ascendemos de lo que existe a lo Divino, lo incomprensible. De esto último, Dios no es uno ni es unión. Está por sobre la diferencia entre uno o varios. Es el Altísimo. Es la Trinidad y la Trinidad no es un concepto matemático. Es Dios que aparece a nosotros como tres hipóstasis. Es la cara que se expresa a sí misma al hombre. Esta es la forma en que El quiso conectarse con el hombre, pero no podemos decir que Dios es uno o que Dios son tres en sí mismo. Dos no es uno y tampoco es dos; no es tres ni es cuatro. Todo concepto matemático no calza con EL. Un musulmán dialogaba con un cristiano, inmediatamente después de la aparición del Islam en Siria, (alrededor año 700), sobre la naturaleza de Dios dijo el cristiano: “La trinidad que tenemos no es matemática; aunque el unitarismo puede ser matemático. Dios no es uno ni es tres. Dios es no-es... no hay cosa semejante a El”. Los Padres Capadocios, como San Basilio el Grande y Gregorio de Nicea lucharon contra Eunomios porque dijo que la esencia de Dios, las esencias creadas, pueden conceptualizarse. En todas las cosas hay una base incognoscible y, al fin, nuestra visión de las cosas mismas, especialmente la de las personas es una visión mística o secreta. Si todas las cosas están rodeadas de secretos,¡¿Cómo, entonces para al gente?!. Por esto, la ciencia comprende sólo las cosas superficiales del Cosmos. La visión espiritual ascética sobre una cosa y sobre el hombre, es la última visión. Los conceptos que nos formamos sobre Dios, de acuerdo a nuestra mente humana y con el apoyo de la imaginación racional pura, son todos ídolos; entonces, el alma avanza de un concepto al otro como la novia en el Cantar de los Cantares que llama al que no puede llegar a ella, sabiendo que la unión no tiene fin y la progresión no tiene límites. Gregorio El Teólogo, en sus palabras sobre Moisés dijo: “Estaba creciendo para conocer a Dios, entonces me separé de la materia y de todo lo corporal. El hombre es instintivo a las divinidades porque lleva la imagen de Dios. Dios se asemeja al hombre, como dice San Gregorio de Nicea y nosotros somos la descendencia de Dios, como dice en los Hechos de los Apóstoles. El hombre esta cerca de Dios. Por este motivo, la revelación divina habla sobre las cosas de Dios que solamente Su espíritu escudriña y nosotros recibimos este Espíritu, como dice el Apóstol “para conocer las cosas dadas a nosotros por Dios”. Por lo que tenemos de semejanza a Dios podemos recibir lo que enseña el Espíritu Santo; si no tuviéramos esa semejanza, entonces el Espíritu planta en tierra infértil. Entonces, sin Dios, la mente llega a ser semejante a la de los animales y a la de los diablos. Y con este don divino, que está en nosotros, podemos formar una visión sobre Dios. CAPITULO I : LA VISION ORTODOXA SOBRE DIOS Podemos hablar sobre Dios afirmativa y negativamente. Puedo decir: ¿Qué es Dios?, ¿Cuáles son Sus características? y puedo decir: ¿Qué no es Dios? Dios está detrás de todas las existencias; entonces lo conozco comparándolo con las existencias y también lo conozco si niego lo inferior a El. Afirmativa y negativamente lo conozco. 1- LA TEOLOGIA NEGATIVA (APOFATICA) Yo niego la totalidad de los seres, desde las bajas hasta las altas especies. Lo niego todo para acercarme a lo desconocido en la profundidad de la total ignorancia. Al negar todas las cosas (tangibles e intangibles), puedo unirme con lo que está sobre todo ser y todo conocimiento. Con la purificación y la santificación, llegamos a las tinieblas que son habitadas por Aquel que está fuera de toda la existencia. Estamos con Dios por sobre toda comprensión y visión. El hombre, en este caso, es extraño de todas las cosas e incluso de sí mismo y está unido por lo mejor que tiene; unido con lo que está por sobre de todo conocimiento. Esto es lo que se llama: “LA TEOLOGIA NEGATIVA”. 2 Uní mi alma lo máximo que pude en mi interior y avancé hacia la cima de la montaña. Pero cuando abrí mis ojos, con dificultad pude verlo de espaldas porque esta cubierto con la piedra, que significa la humanidad del Verbo Encarnado por nuestra salvación. No pude contemplar la Primera Naturaleza Purificadora (que no es conocida sino por sí misma, que significa la Santísima Trinidad) porque no podía contemplar lo que está detrás del primer velo cubierto por los querubines, pero pude ver que descendía a nosotros la esplendor divino que se hace a sí mismo visible en las criaturas”. La Teología, en esta parte, no es conocimiento sobre Dios, sino experiencia supra-mental; por esto, no es teólogo quien solamente tiene un diploma de la Facultad de Teología. Es negación de toda teología mental pura, que conceptualiza a los sacramentos del Reino por la mente humana. El teólogo es un hombre de renovación. El camino de hablar sobre las divinidades es la deificación misma. Por esto la Iglesia Cristiana no dio el nombre de teólogo a los que entraban a las Facultades universitarias, sino solamente a tres: El Apóstol Juan, Gregorio Nazianceno y Simeón el Nuevo Teólogo. Si dijimos que Dios es conocido mediante la progresión hacia El, y el conocimiento es místico, interior e integrado pero no mental, entonces debemos confesar que el rol de la Teología Afirmativa, nos hace decir que Dios es bueno o que Dios es grande. a contemplar en el Supra-mental. Por esto, si pensábamos que Dios es grande en la manera de los “grandes” de la historia o que Dios es bueno, pero su bondad es mayor que la nuestra, estamos errados. Dios es bueno o amante ... pero en una forma que supera ampliamente a la mente. Por ello, estos nombres, estos adjetivos no son más que caprichos, escalones para que progresemos sobre ellos en el camino de la imaginación y del pensamiento para llegar... a las tinieblas, a la unión , al ajuste. Esto es lo que nos lleva a observar que en la Biblia hay versos que nos hacen decir que Dios es alcanzable y otros que nos dicen que Dios es inalcanzable. 3- LA CONTRADICCION EN LA DOCTRINA: Si quieren entender completamente alguna cosa sobre el Cristianismo, deben saber que todas las doctrinas del Cristianismo son contradictorias. Decidimos que Dios es uno y decidimos que Dios es trino. Decidimos que Dios es alcanzable y decidimos que Dios es inalcanzable al mismo tiempo. Esto no es oposición sino contradicción. Estas cosas deben decidirse al mismo tiempo y si se dijeron juntas, entonces la verdad está en su unión. La verdad está en la unión de los dos contrarios, pero la unión entre ellos no es posible para el ser humano en el nivel mental, sino por sobre la mente; con el sentido espiritual, con la experiencia unitaria, con la vivencia del amor entre nosotros y Dios. La Iglesia es visible e invisible. Esto también es una proclamación teológica contradictoria. Los sacramentos de la iglesia son materiales e inmateriales a la vez. ¿Cómo se une la materia a lo que no es materia?. El ser humano común (yo y ustedes) es conocido y desconocido. No lo conocemos, al fin, y en las cosas que conocemos sobre él siempre hay algún elemento desconocido. Y este elemento desconocido en el ser humano no se expresa, no es posible entenderlo si no nos unimos con esta persona y llegamos a ser en ella y ella llega a ser en nosotros. El conocimiento, por fin, no es simplificación, no es explicación. La explicación no transmite conocimiento; la explicación sólo transmite símbolos sobre el sujeto que queremos conocer. Estos símbolos pueden transportar al ser humano al interior del sujeto, al interior de la persona o al interior de Dios. 2- LA TEOLOGIA AFIRMATIVA (CATAFATICA) Es una escala descendente. Son las manifestaciones de Dios para nosotros; por esto, podemos decir algo sobre El. Pero, como dijo Dionisio El Areópago: “En la Encarnación del Cristo, la supraesencia se manifestó en la esencia humana, pero permanece escondida durante esta manifestación e incluso después de ella...”. La Divinidad, que supera la esencia en el Cristo, permanece oculta después de la Encarnación, incluso hasta la manifestación o en esta manifestación misma. Las manifestaciones divinas muestran a Dios no como el que es. Los nombres de Dios, por ejemplo, los adjetivos de Dios no son informaciones mentales o conceptos que nos muestran a ciencia cier ta la naturaleza de Dios, sino que son imágenes (Dios es bueno, grande o manso) o buenas opiniones para que conceptualicen nuestros poderes mentales y nos guíen 3 4- ¿ES POSIBLE CONTACTARSE CON DIOS? ¿Cómo relacionarse con Dios?. El Apóstol Pedro dice: “Somos partícipes de la naturaleza divina”. Entonces, hay una posibilidad cierta de conexión. Nosotros sabemos que no podemos llegar a la esencia divina o a ser hipóstasis divinas, porque el abismo se encuentra entre el Creador y la criatura. Y el creado, es creado para la eternidad y no va a ser un dios en su naturaleza, en su esencia. Pero, a pesar de esto, dice el Apóstol que par ticipamos de la naturaleza divina. De aquí comenzó, con los Santos Padres en su época de oro desde el siglo II con Ireneo, este dogma que conocemos decidido en el siglo decimocuarto el cual dice que Dios tiene una esencia y energías . En su esencia, Dios no es participado; no participamos en El; porque si lo hiciéramos nos trasladamos y llegaríamos a estar en esta esencia, por lo tanto no somos creados. Pero en Dios hay algo, ciertamente lo que participamos. Dijo San Basilio: “Si las energías de Dios descienden a nosotros, al mismo tiempo, su esencia es inalcanzable”. Dios derrama sobre nosotros algo de El, para que podamos unirnos con EL. Por esto, lo que Dios derrama sobre nosotros y nos llena es lo que llamamos Sus energías y esto es lo que el Antiguo Testamento y en toda la Santa Biblia mayormente se llama: “La Gloria de Dios”. La Gloria de Dios aparece de EL, hacia afuera de la Trinidad. Y ésta es la luz de la Transfiguración. Esta luz que transfiguró al Cristo en su humanidad era el resplandor de Dios sobre la naturaleza humana del Cristo, era de Dios mismo. Los justos brillan como el Sol, dice el Evangelio de San Mateo. Si el asunto es de otra manera, si Dios no derrama sobre nosotros de Sí mismo, entonces no somos partícipes con El. Tomás de Aquino y después de él, toda la teología occidental mayormente, dice que la gracia divina es creada tal como el Cosmos material. Dice además, que la luz de la Transfiguración es creada. Si es de esta manera, entonces no hay ningún puente entre nosotros y Dios. Si la gracia de Dios que está en nosotros es un acto divino y no es Dios mismo, entonces no estamos con Dios y el abismo está eternamente entre nosotros y El. Por esto, la gracia que está en nosotros debe ser de Dios mismo, lo que significa que es una corriente, energía, descendida de El, proveniente de su mayor profundidad. Debía ser de El y, al mismo tiempo, no debía ser de su esencia. No ser de su esencia: ésta es la contradicción en este dogma. Entonces, podemos par ticipar con Dios, participarlo en la profundidad de su vida interior, participarlo todo, tomar todo de El y llenarnos de Toda Su vida. Esto es una obligación para que la Encarnación tenga significación; y también era necesario que Dios sea inalcanzable en su esencia. En Occidente hablaron sobre la naturaleza y sobre la supra-naturaleza. Dijeron que el primer ser humano, en su naturaleza, fue creado y que Dios agregó Su gracia sobre él, como un don ajeno a la naturaleza humana. Entonces el hombre pecó; su naturaleza permaneció en el , pero el don, la supranaturaleza (ajena) fue sacada de él. En Oriente no hay naturaleza y supranaturaleza. En Oriente hay Creador y Creado; pero el creado, en su naturaleza es divino, en su naturaleza es portador de la imagen de Dios. La naturaleza humana misma es innata sobre las divinidades. Por esto, después que el ser humano peca, no se aparta de su naturaleza, sino que llega a estar por debajo de su naturaleza. La naturaleza original en él se desfigura y el pecador no está en su naturaleza original. Las criaturas existieron por un rayo divino, ( y esto crea grandes diferencias entre la Teología del pecado y la Teología de la salvación), y la energía de Dios conectó con lo que no era dios en las criaturas. Este mundo, el exterior, no procede de las energías divinas, sino que sale de ellas por medio de un hecho de la voluntad de Dios. Esta es la diferencia entre: el Nacimiento del Hijo y la Procedencia del Espíritu (los dos) del Padre, y la aparición de las criaturas. Si las criaturas salían de la Gloria del Dios o de Sus energías, por sí mismas, automáticamente eran iguales al Hijo y al Espíritu Santo. Pero, por la voluntad de Dios, salen las criaturas de Sus energías o de Su Gloria. 4 CAPITULO II: LA VISION ORTODOXA SOBRE EL SER HUMANO por el amor. Cada ser está en un movimiento hacia Dios. Cada ser está conectado con El. Este es Su pensamiento, “EL VERBO” que está en cada cosa es Su pensamiento, su ejemplo. Y todos los ejemplos de las criaturas están en el “DIVINO VERBO”, que es la expresión de Dios. Por esto, el ser humano puede avanzar desde el misterio de las bajas criaturas hasta el misterio de Dios. Actualmente el ser humano es el centro de estos seres. El nombre del ser humano no calza sobre el alma o el cuerpo separados, sino que sobre ambos porque están creados a imagen de Dios, como dice San Gregorio Palamás. El ser humano no es el alma y el cuerpo separados sino que es el alma y el cuerpo juntos ya que ambos se crearon a imagen de Dios. Y la imagen de Dios en el ser humano no se define ni se expresa verdaderamente. Si Dios no se expresa, entonces, su imagen tampoco se expresa. 1- LA CREACION DESDE LA NADA La Creación, crear al ser humano y al Cosmos, es de la fe y no de la filosofía. La filosofía no enseña sobre la Creación. Ustedes saben que en la Filosofía Helénica no hay huellas del dogma de la Creación, sino que los dioses construyen este Cosmos a partir de una materia anterior. Por esto dicen que Dios es el Gran Arquitecto del mundo, como dicen, por ejemplo, los masones. Esto es del Helenismo y no del Cristianismo, porque Dios es el Creador del Cosmos. El Cosmos salió de la nada; y esto, como dije es de la fe y tiene principio. Dios creó el Cosmos en el pensamiento y el pensamiento viene a ser una acción, como dice San Juan Damasceno: “Dios contempló en las cosas y las imaginó en su pensamiento y cada ser adquirió su existencia en un tiempo determinado según Su pensamiento deseado, el que es su definición, imagen y ejemplo anterior”. Esto es lo que dice el Damasceno. Los seres, los pensamientos de las cosas, las imágenes de las cosas, no están en la esencia divina, sino en las energías divinas que emanan de ella. Si el mundo era, como dice San Agustín, en la esencia divina como un pensamiento, una idea anterior de la Creación, entonces el mundo era Dios. El mundo no puede estar en la esencia de Dios. El mundo puede estar en las energías que emanan de El, aunque emanan de Su profundidad misma. En estas energías, el mundo fue producido no por sus hechos, sino por una voluntad divina, por un objetivo divino y no procede de la esencia divina. Estos “pensamientos deseados”, pensamientos sobre el mundo no son las cosas mismas. Pero cada cosa en este mundo, cuando fue creada por pensamiento deseado de Dios, contesta al amor divino según su naturaleza. Y aquí nos reunimos con algunos helénicos. Cada cosa en el mundo contesta al amor de Dios, pero cada cosa según su especie. 3- EL SER HUMANO, TODO ES A IMAGEN DE DIOS El ser humano creado, Adán, no es un hombre individual especial, sino es el ser humano cósmico, el ser humano universal. La gracia de la imagen divina llegó sobre toda la generación humana y se puede decir, la generación humana entera reunida es la imagen de Dios. El ser humano constituido a imagen de Dios es la naturaleza toda. Esto, el ser humano total, universal, general, carga la genealogía de Dios. Verdaderamente la imagen se cumple en nosotros si la naturaleza que está en nosotros llega a ser parecida a Dios y adquirió todos los bienes divinos. La gente tiene una naturaleza en hipóstasis humanas diferentes. La imagen de Dios se cumple en nosotros si nos unimos mutuamente. Se cumple en nosotros si nos amamos mutuamente. Por esto, no llegamos a ser un cuerpo humano completo, integrado, si no llegamos a ser un cuerpo en amor. Por esto, la Iglesia, que significa la humanidad redimida, perfecta, cósmica, la Iglesia, al fin es la imagen de Dios. Por esto la Iglesia es el cuerpo de Dios, es la continuación de Dios en la existencia, es la verdadera figura de Dios. 2- EL SER HUMANO El ser humano, actualmente, reacciona al amor de Dios más que todas las criaturas. Por esto, puede decirse que todas las criaturas están entrelazadas mutuamente desde las bajas hasta las altas especies 4- EL PECADO Y LA CAIDA EL ser humano es una persona libre frente a Dios y su meta llegar a ser un dios. 5 Dijo San Basilio El Grande: “El ser humano recibió una orden de Dios para que llegase a ser un Dios”. Pero puede negar la voluntad de Dios. A pesar de esto, la imagen de Dios permanece en nosotros, porque si se va... estamos acabados y no tenemos existencia. Por el pecado llegamos a ser diferentes a la imagen de Dios. Entonces, ¿a imagen de quién vamos a ser semejantes? Si esta imagen se va totalmente por el pecado, desaparecemos porque nos sostenemos solamente en El y con El, y El es nuestra significación. La imagen puede velar se, confundirse, deformarse. Esto sucede con el pecado. Pero el ser humano fue creado perfecto, lo que no significa que estaba muy cerca de Dios. Fue creado perfecto en el nivel humano, lo que quiere decir que el ser humano tenía la capacidad para unirse con la divinidad. Pero debía llegar a ser un Dios por la gracia, debía explotar la imagen de Dios en él para hacerla similar al Creador. Dicen los Santos Padres, que el ser humano perdió la similitud con Dios, perdió la movilidad hacia EL. La imagen, si quieren, es la imagen latente, la similitud o el símbolo, que es un elemento dinámico, que se mueve hacia Dios. La movilidad hacia Dios es detenida por el pecado, pero la imagen permanece aunque desfigurada. Los Padres divergieron al definir los elementos de este ser humano. Algunos dicen que es alma, espíritu y cuerpo. Y la verdad es que la diferencia es nominal y no real. El Apóstol San Pablo habló sobre alma, espíritu y cuerpo. En verdad, quienes hablan sobre el Espíritu en el ser humano, como diferenciado del alma, sólo procuran el más alto nivel en el alma, en los niveles donde se conecta con la divinidad. Queda claro del Apóstol, y del Nuevo Testamento mayormente, que todo el ser humano es alma y cuerpo y si este ser humano cósmico está bajo la influencia del Espíritu Santo, entonces se llama espíritu. En este ser humano, entro el mal por su propia voluntad. El pecado hizo enfermar a la voluntad y el hombre pensó que el fantasma del Bien era el Bien; que la sombra del Bien era el Bien; la imagen caricaturizada del Bien era el Bien. Y esto es la instigación en el pecado. Anhelamos lo que consideramos bueno en el momento que lo deseamos. El pecado entró en el mundo por Satanás que quiere la nada misma por voluntad ajena al ser humano; el pecado es trasgresión, y en una manera más profunda, el pecado significa que transgredamos la naturaleza anhelante en nosotros hacia Dios. Bloqueamos el camino de la gracia y cerramos la puerta a la luz divina. Entonces, en lugar de que Dios sea nuestro único polo, el pecado llegó a ser otro polo en nosotros. 5- EL CRISTO ES EL SALVADOR El ser humano fue quien abrió el infierno a la criatura; la Creación llegó a estar en una obscura noche y la gracia llegó a ser extraña para el hombre. En el Antiguo Testamento, las civilizaciones paganas dejaron huellas creadas en el alma, pero el ser humano no las adoptó personalmente, porque el Espíritu no había llegado. Adán fracasó y debía, el nuevo Adán, venir para la salvación y la deificación. Al final, el nuevo Adán es el punto de unión entre Dios y el ser humano. El Cristo Jesús es el único Ser por el cual podemos, divisar qué es el ser humano y qué es Dios, porque el Cristo es el único humano perfecto y Dios perfecto. Por El, la Gloria en nosotros eternamente. Amén. (1) La naturaleza antes de la caida. (2) En forma de actuar. ESTA EDICIÓN HA SIDO PREPARADA COMO COMPLEMENTO A LA CONFERENCIA SOBRE LA EVOLUCIÓN Y LA CREACIÓN, EFECTUADA EL 19 DE JULIO DE 2006 POR EL PADRE FRANCISCO SALVADOR. PARA MÁS DETALLES CONSULTE EN LA WEB W W W . I G L E S I A O R T O D O X A . C L 6