TEMAS FUNDAMENTALES DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN LA JUSTICIA PENAL JUVENIL razón de ser, luego de haberse concluido la vista de la causa y haberse declarado la responsabilidad penal mediante sentencia debidamente ejecutoriada. El segundo supuesto se relaciona con la habitualidad y la reincidencia del infractor de la norma penal. Ambas son formas de lo que podríamos denominar reiteración delictiva, y junto con la profesionalidad han sido Àguras reguladas constantemente en los códigos penales salvadoreños. De acuerdo al Código Penal, reincidencia es cometer el hecho –como autor o partícipe– cuando se realice un nuevo delito dentro del periodo de cinco años desde la última condena por delito doloso contra un mismo bien jurídico o de igual naturaleza. Mientras que la habitualidad, se relaciona con quien ha sido condenado en dos o más ocasiones en las mismas circunstancias relacionadas con la reincidencia (art. 30 N° 16 CP). En el ámbito del Derecho Penal de adultos, ambas formas de recaída en el delito comportan las siguientes proyecciones: (a) una circunstancia modiÀcativa genérica de responsabilidad penal (agravante), que permitiría llegar al máximo de pena; (b) una circunstancia modiÀcativa especíÀca (agravante), que exaspera los marcos penales contemplados para algunos tipos básicos de la parte especial; (c) constituye restricción al uso de la conciliación como vía alterna para la salida del sistema penal; (d) genera efectos dentro de la fase de ejecución penitenciaria, en la medida que determina un régimen especial de cumplimiento de la pena, y que dentro del mismo no puede ser otorgado el beneÀcio de la libertad condicional. Sin embargo, y a diferencia del expansivo ámbito que tiene en el sistema de adultos, el efecto más nítido en el campo de la justicia penal juvenil se relaciona con la imposibilidad de modiÀcar el ámbito de la medida de internamiento por parte de los jueces de ejecución de medidas. Al efecto, no puede dejarse de soslayar la dudosa constitucionalidad, tanto de la reincidencia y de la habitualidad con ciertas directrices integrantes del programa penal de la Constitución, tales como los principios de culpabilidad y del ne bis in idem. Con relación a la culpabilidad, la cual supone un juicio de reproche a un sujeto determinado por no haber adecuado su conducta conforme a los parámetros que obliga el Derecho, tanto la capacidad de culpabilidad, el conocimiento del actuar antijurídico y la exigibilidad de una conducta acorde con el ordenamiento jurídico, se encuentran igualmente referidas a la conducta objeto del enjuiciamiento, y no a otras anteriores. Desde este entendimiento, la peligrosidad individual es un elemento totalmente ajeno, y que en última instancia conllevaría una valoración por el carácter, lo que supondría una reviviscencia del ya superado gesinnungstrafrecht. Y aún si deÀnimos a la reincidencia, tal como lo hace Mir Puig, como una cuestión actitudinal 43