TITULO La puerta condenada AUTOR – ÉPOCA Julio Cortázar – 1956 Época de acuerdos comerciales por el bloqueo que le tenia Argentina PALABRAS DESCONOCIDAS Y SIGNIFICADO CONTEXTUAL Armazón: armadura, pieza o conjunto de piezas. Ambigüedad: posibilidad de que algo pueda entenderse de varios modos o de que admita distintas interpretaciones. Copetín: copa de licor. SINÓNIMO DE ESAS PALABRAS: Armazón: estructura Ambigüedad: indeterminación Copetín: aperitivo AMBIENTE HISTÓRICO LITERARIO. ¿EN QUÉ PAÍS O REGIÓN SE DESARROLLA LA OBRA? EXPLICA. REFLEJA LA OBRA LA SITUACIÓN QUE VIVIÓ EL PAIS EN SU ÉPOCA Deterioro económico. Se desarrolla en Montevideo (Uruguay). Explica que Argentina le tenía un bloque comercial a Uruguay, por lo que ese país se vio en gran crisis económica. ¿CUÁL ES LA IDEA MATRIZ O TEMA QUE ORIGINA LA OBRA? ¿EN QUE SE RECONOCE? ¿EL TEMA ES POLITICO, SOCIAL O COSTUMBRISTA? La idea que origina la obra es el viaje de negocios que hizo el Sr. Petrone. Se reconoce en que debido a este viaje el tiene que instalarse en el hotel y ahí empieza toda su travesía. El tema es político debido a que hace alusión a la consecuencia del bloqueo comercial que le tenían a Uruguay. IDENTIFIQUE ALGUNOS VALORES, ANTIVALORES. DÉ EJEMPLOS. VALORES Trabajo: dormir mal no le convenía para su trabajo del día. ANTIVALORES Altanería o Soberbia: era todavía joven, insignificante, y que se vestía mal como todas las orientales. ¿CUÁLES ACCIONES SE DESARROLLAN EN LA NARRACIÓN? • Petrone aceptó una habitación con baño en el segundo piso, que daba directamente a la sala de recepción. • El gerente le dijo a Petrone que el segundo piso era muy tranquilo, y que en la única habitación contigua a la suya vivía una señora sola, empleada en alguna parte, que volvía al hotel a la caída de la noche. • Petrone la encontró al día siguiente en el ascensor. • Petrone tuvo tiempo de ver que era todavía joven, insignificante, y que se vestía mal como todas las orientales. • A Petrone le sorprendió descubrir la puerta que se le había escapado en su primera inspección del cuarto. • No estaba cansado pero se durmió con gusto. • Entonces oyó en la pieza del lado el llanto de un niño. • Dos veces se había despertado en la noche, y las dos veces a causa del llanto. • El Gerente le dijo que no había ningún niño, solo había una mujer. • Antes de acostarse estuvo mirando el armario y la parte sobresaliente de la puerta. • Subió de tono, gimió, sollozó. • Petrone pudo oír que la mujer corría por la habitación con un chicotear de pantuflas, lanzando un grito seco e instantáneo, un comienzo de alarido que se corto de golpe como una cuerda tensa. • De todas maneras ahora va a estar más tranquilo – dijo el gerente, mirando las valijas-. La señora se nos va al mediodía. • Extrañaba el llanto del niño, y cuando mucho más tarde lo oyó, débil, pero inconfundible a través de la puerta condenada. ARGUMENTO EN QUE CONSISTE: Petrone, hombre de negocios bonaerense, viaja a Montevideo a fin de ultimar unos asuntos y se instala en el Hotel Cervantes. Es un hotel en cuya recepción hay un pedestal con una Venus de Milo conmocionante, un hotel sombrío y en extremo silencioso, con muy poca gente alojada. La habitación de Petrone es pequeña, pero a él no le importa mucho. Se encuentra de paso (el contrato con los industriales de mosaicos no exigiría más de una semana de permanencia), sólo quiere cerrar un negocio y regresar a Buenos Aires. Entra en contacto con sus clientes, charlan, cenan, beben tragos y cada noche vuelve dócilmente a dormir. Lee diarios, recibe (el segundo día) una carta de su mujer. Todo normal, todo cotidiano, todo posible. Todo cognoscitivamente verificable. Pero hay un llanto de niño, casi imperceptible en la primera noche; unos lloros de niño y unos arrullos de mujer, de madre, que van concretándose en las sucesivas noches. Hay un descubrimiento, de otra parte tan posible en un hotel: una puerta condenada semi-camuflada por un armario. Petrone intuye que los murmullos llegan de ahí. Pero hay algo más, el gerente del hotel le dice que no hay niños pequeños en su piso. Al lado de su pieza únicamente vive una señora. Es la tercera noche, Petrone ha regresado al hotel decidido a descansar. En su habitación mira el armario y la zona que queda al descubierto de la puerta: "Tal vez -se dice- si pusiera sus dos valijas sobre el armario, bloqueando la puerta, los ruidos de la pieza de al lado disminuirían". Hay silencio, un silencio denso, en su pieza, en la de al lado, en los pasillos y en la recepción de abajo. Es un hotel sumamente silencioso, tanto que "el ascensor resultaba casi estrepitoso, y lo mismo el ruido de las hojas de un diario o el raspar de un fósforo". Se acuesta y se duerme, pero a las tres de la madrugada ahí está el llanto seguido del hipo del niño, y de inmediato la madre que lo calma con dulzura. Petrone se los imagina a ambos detrás de la puerta, pero de repente se nos deja caer que lo cierto es que Petrone no acaba de representarse al niño sino sólo a la madre. Una mujer desequilibrada, frustrada, que imita el llanto del niño que nunca tuvo, del que no puede tener o del que perdió. Petrone no puede más. Dar con los nudillos en la pared le parece demasiado pueril: descorre el armario, se pega a la puerta, acerca la boca a las tablas y comienza a imitar el quejido del niño. Del otro lado, se impone la calma, una quietud sólo precedida por el corretear de la mujer -deduce Petrone-, una mujer que -sigue deduciendo Petrone- ha sido sorprendida en su patología, una mujer que lanza un grito seco, "un comienzo de alarido que se cortó de golpe como una cuerda tensa". La cosa está aclarada. Era una mujer, era la mujer. Esa es la construcción realista del relato: todo se explicita por una reacción causa efecto: la mujer había enfermado mentalmente y emergía su crisis por las noches. Pero he aquí que nos hallamos en la última mañana del cuento, Petrone baja a recepción, ve equipaje junto al mostrador, rutinariamente le pregunta el gerente si ha descansado y él responde que sí, no quiere insistir. Petrone es una buena persona (un hombre enamorado además, recuerden que ha recibido una carta de su mujer apenas cuarenta y ocho horas de llegar a Uruguay). Incluso empieza -ahora que observa las valijas y el gerente le dice que la mujer se va, tras mucho tiempo de vivir en el Cervantes- a sentirse mal. Considera que ha sido excesivo eso de imitar la voz a través de la puerta maldita. Sale del hotel y duda en volver y hablar con la mujer, disculparse, pero al final opta por ir a su encuentro empresarial. Lo más extraño en este cuento es que después de la marcha de la mujer del hotel, Petrone vuelve a oír las quejas del niño: “cuando mucho más tarde lo oyó, débil pero inconfundible a través de la puerta condenada, por encima del miedo, por encima de la fuga en plena noche supo que estaba bien y que la mujer no había mentido, no se había mentido al arrullar al niño, al querer que el niño se callara para que ellos pudieran dormirse. ¿QUÉ OPINAS DEL PERSONAJE PRINCIPAL? Que Petrone a pesar de ser un hombre de negocios, muy culto y enamorado tenía sus conflictos emocionales, al parecer no sabia establecer entre lo ficticio y lo real. ¿CUÁL ES EL MENSAJE DEL TEXTO? A veces existen hechos que aunque no sean reales nos los creemos de una forma tal que nos acompañan por tiempo indefinido. ¿CUÁL ES EL AMBIENTE QUE PREDOMINA: PSICOLOGICO, POLITICO, SOCIAL, MORAL? EXPLIQUE. El ambiente es psicológico. Porque tiene un conflicto interno de diferenciar si lo que percibe es real o imaginario. ¿CUÁL FUE LA PARTE DE LA OBRA QUE MÁS TE INTERESO? La parte en el cual en un momento de desesperación él se acerca a la puerta e imita el llanto del niño. ¿QUÉ OPINIÓN TE MERECE? Que en el desarrollo del cuento no se explica si era realidad o imaginación, queda de manera inconclusa y a pesar de que nos gusto mucho el cuento nos quedamos con la duda. ¿QUÉ APRENDISTE DE LOS PERSONAJES? Que debemos aprender a tener dominio de nuestros pensamientos y no darle tantas riendas a la imaginación, y que si en algún momento nos pasara algo parecido debemos saberlo comunicar, no quedarnos callados. ¿CUÁL TE IMPACTO Y POR QUÉ? El Sr. Petrone. Por la gran capacidad que tenia para digerir la situación frente a los demás.