Artículos originales

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Medicina y Ciencias Sociales, nº 14. ISNN: 1576-5377. (diciembre 2001) http://www.uv.es/medciensoc
Artículos originales
Concepción social del cáncer en el barrio Ciudad Fallera (Distrito de Benicalap)
Katherinne E. García Malpartida; José Antonio March Villalba
Estudiantes de 5º curso de Medicina. Universidad de Valencia.
Departamento de Historia y Documentación.
Introducción
El cáncer es un proceso patológico de una gran importancia social demostrada por sus cifras epidemiológicas
tanto a nivel mundial -es la tercera causa de muerte en
los humanos-, como en nuestro medio, donde cada
año, 1 de cada 4 ciudadanos europeos muere de esta
enfermedad. La misma importancia refleja su morbilidad ya que cada año se generan más de un millón
de casos nuevos de cáncer en la Unión Europea(1).
Por este motivo, la enfermedad acarrea una gran cantidad de gastos económicos y un importante esfuerzo de
investigación.
Sin perder de vista la perspectiva científica y sin dejar de
mencionar los nuevos avances técnicos en el diagnóstico,
estadiaje y terapéutica, cada vez acumula más importancia el estudio desde un punto de vista psicológico.
Dentro de este ámbito se afirma, por ejemplo, que más de
la mitad de los pacientes que sufren algún tipo de cáncer
presenta trastornos mentales(2).
Pero existe todavía un nivel en el cual sería necesario
profundizar por su relevancia respecto a la prevención,
tratamiento y correcta asimilación de la enfermedad.
Se trata del nivel psico-social, que atañe tanto a los
enfermos como a las personas no afectadas, y en el
que confluyen un complejo conjunto de conocimientos
científicos y populares, escala de valores y otros elementos culturales, como las creencias, que determinan la
reacción general de la sociedad y la particular de cada
individuo frente a una enfermedad.
La enfermedad irrumpe en la sociedad por dos vías:
afecta personalmente a un individuo y lo convierte
en paciente, por una parte; alcanza también de forma
indirecta a los demás individuos, convirtiéndolos en
observadores participativos, en mayor o menor grado,
de la enfermedad. La sociedad, y cada paciente,
entablarán una relación médico-enfermo de la cual
asimilarán elementos científicos y técnicos que, junto
con los otros elementos culturales mencionados,
darán lugar a una interpretación de la enfermedad
socialmente determinada.
Este esquema de acción es perfectamente aplicable al
cáncer, por lo que la labor científica primaria sería
conocer la concepción sociocultural del mismo que permita averiguar la posición de la sociedad frente a esta
enfermedad. Este es el motivo de la realización de este
trabajo, que persigue los siguientes objetivos: conocer las
características que aporta la población sobre la enfermedad y sobre los distintos tipos de cáncer más frecuente
en la sociedad; cotejar la información que posee la
población con la que proporciona la medicina científica;
conocer la confianza de la sociedad en sus diferentes sistemas médicos, y reflejar las carencias de información
desde un punto de vista preventivo.
Si se consiguen analizar estos elementos, la perspectiva
sociocultural podrá ser utilizada como herramienta en
los estudios científicos en torno al cáncer.
Material y métodos
El diseño del trabajo es de tipo transversal. La población
estudiada comprende los habitantes del barrio de la
Ciudad Fallera (Distrito de Benicalap), situado al
noroeste de Valencia. Por su situación geográfica se
puede observar un cierto grado de aislamiento respecto
al núcleo de la ciudad. Es una zona segregada con predominio de la clase asalariada y bajo nivel de instrucción
(6% analfabetismo, 80% estudios primarios, 10% estudios secundarios y 4% estudios universitarios), así como
una alta tasa de paro. El 52% de la población ha nacido
en la ciudad de Valencia (3,4,5,6). Respecto al perfil sanitario, el hospital de referencia es la Ciudad Sanitaria
“La Fe”, situada en el distrito de Campanar. La atención
primaria cuenta con un ambulatorio, que carece de la
organización de centro de salud. El distrito de Benicalap posee 19 farmacias, 5 herboristerías o tiendas de
dietética y también ejercen cuatro sanadores reconocidos
en la zona.
La población es de 6.383 habitantes (50.3% mujeres) con
un predominio de la población joven. Para la obtención
de la muestra se ha optado por la población de la Ciudad
Fallera perteneciente al pueblo médico y de edad mayor
o igual a 15 años (5.444 habitantes). Para una confianza
del 95% y un error de ± 7%, la muestra corresponde a
200 habitantes, que refleja un coeficiente de elevación de
27.22 y una fracción de muestreo del 4%. La distribución
de la muestra según sexo y edad se representa en la Tabla
1. Como proceso aleatorio de muestreo se ha utilizado la
ruta aleatoria (7).
Tabla 1: Distribución de la muestra por sexo y edad.
Edad
15-19
20-34
35-49
50-64
-->65
Total
A
310
962
624
446
328
2670
B
12
36
23
17
12
100
C
305
898
669
469
433
2774
D
11
32
24
17
16
100
A: Población masculina; B: hombres (muestra); C: Población
femenina; D: mujeres (muestra).
Para la obtención de los datos se realizó un cuestionario
(Tabla 2) de tipo personal, estructurado y cerrado, con
27 preguntas (14 espontáneas y 13 sugeridas con una primera como filtro y dos de control).
Se hizo una prueba piloto previa con 20 personas para
verificar la comprensión de la encuesta, que ayudó a
replantear nuevos enunciados. El análisis de los datos se
ha realizado con la ayuda de los programas SPSS 6.0 (8)
y Excel.
Tabla 2: Cuestionario utilizado
1. ¿Conoce usted la existencia del cáncer?
2. ¿Cuántos tipos de cáncer conoce usted?
3. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más agresivo?
4. ¿Cuál cree usted que es el cáncer menos agresivo?
5. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en
mujeres?
6. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en hombres?
7. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en niños
(0-14 años)?
8. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en adolescentes (15-19 años)?
9. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en adultos
(20-64 años)?
10. ¿Cuál cree usted que es el cáncer más frecuente en personas mayores (65 y más años)?
11. ¿Cuál cree usted que es la edad más frecuente en la que
aparece el cáncer?
12. ¿Qué causas cree usted que pueden desencadenar cáncer?
13. De todas las causas anteriores, ¿cuál cree usted que es la
más importante?
14. ¿Cree usted que el cáncer se contagia?
15. ¿Conoce algún caso de cáncer en su medio social?
16. ¿Conoce algún caso de cáncer en su familia?
17. ¿Cuál es el cáncer más temido por usted?
18. Cuándo posee algún desarreglo en su cuerpo que cree usted
extraño o algún síntoma que el médico no consigue encasillar,
¿lo atribuye alguna vez a un pensamiento de cáncer?
19. ¿Sabe usted que es el “diagnóstico precoz”?
20. ¿Cree usted que es útil el diagnóstico precoz en el tratamiento del cáncer?
21. ¿Cree usted que los sanadores, acupuntores, masajistas,
naturistas u otros procedimientos que conozca usted no relacionados con la medicina científica pueden diagnosticar el
cáncer?
22. ¿Cuál cree usted que es el cáncer con más posibilidades de
curarse?
23. ¿Cree usted que la medicina actual puede curar el cáncer?
24. ¿Cree usted que la medicina actual puede aliviar los síntomas generados por el cáncer (dolor, mal estado general,
vómitos)?
25. ¿Cree usted que los sanadores, acupuntores, masajistas,
naturistas u otros procedimientos que conozca usted no relacionados con la medicina científica pueden curar el cáncer?
26. ¿Cree usted que los sanadores, acupuntores, masajistas,
naturistas u otros procedimientos que conozca usted no relacionados con la medicina científica pueden aliviar los síntomas
generados por el cáncer (dolor, mal estado general, vómitos)?
27. ¿De dónde saca usted la información sobre el cáncer:
documentación general, documentación especializada, comentarios de la calle y experiencia personal, propia o cercana?
Resultados
El 100% de la población encuestada conoce la existencia
del cáncer como enfermedad porque es requisito indispensable para la realización del cuestionario. Sin embargo,
existían personas que no conocían su existencia o no
deseaban contestar el cuestionario. No hemos reflejado
este porcentaje de población por ser mínimo. Respecto a
la edad más frecuente de aparición de cáncer, un 55% de
la población afirma que se encuentra en el intervalo de
40-59 años. El 15% piensa que puede suceder a cualquier
edad.
Desde el punto de vista cuantitativo, el 68% de la
población conoce más de 5 tipos de cáncer, el 26%
de 2 a 5 tipos y un 6% conoce la posibilidad de que
el cáncer se genere en cualquier tejido. Cabe resaltar
que ningún encuestado ha mencionado sólo un tipo
de cáncer. Por la edad (Figura 1), el intervalo constituido por los individuos entre 20 y 34 años es el que
más tipos de cáncer es capaz de citar, mientras que los
mayores de 65 años son los que menos tipos nombran.
El conocimiento de que el cáncer puede generarse en
cualquier tejido no es conocido por la población entre
los 15 y 19 años, y mayores de 65.
La Figura 2 muestra los tipos de cáncer conocidos analizados de manera cualitativa, según sexos.
El cáncer más agresivo, teniendo en cuenta que la agresividad se refiere al que más síntomas y signos genera
junto a una mayor carga psicológica negativa, es el de
pulmón (23%), seguido de la leucemia y el linfoma
(14.5%) y el de hígado (11.5%). Tanto el cáncer de garganta como los del aparato urinario no se asocian a la
agresividad. Cabe destacar que el 8.5% de la población
opina que todos los cánceres son igualmente agresivos.
Cuando se pregunta si hay un “pensamiento” de cáncer
alguna vez ante un síntoma extraño, el 55% lo niega y el
45% restante lo afirma o duda. El 4.5% de la población
(entre 25 y 60 años) ha pensado alguna vez en el cáncer
ante un síntoma dudoso y teme a cualquier tipo de éste.
Se puede considerar a este grupo de población como el
más temeroso ante esta enfermedad.
Respecto al conocimiento de casos de cáncer, el 84% de
la población afirma conocer casos de cáncer en su medio
social, y un 70% conoce casos en su familia. Un 66.5%
conoce casos de cáncer tanto en su medio social como
familiar. Este porcentaje es similar en ambos sexos.
Los medios de comunicación de los que la población
obtiene información sobre el cáncer quedan reflejados
en la Figura 3. Se entiende por documentación general
La población sólo resalta dos tipos de cáncer como
menos agresivos: el cáncer de mama, un 30%, y el cáncer
de piel, un 24.5%. Un 8.5% piensa que ningún cáncer
es poco agresivo. Las mujeres consideran el cáncer de
mama menos agresivo (38%) que los hombres (22%).
El 89.5% de la población opina que el cáncer de mama es
el más frecuente en mujeres, seguido de los cánceres del
aparato genital femenino (6.5%). El cáncer considerado
más frecuente en hombres es el de próstata (45%), seguido del cáncer de pulmón (39%).
Respecto a las edades, el cáncer que se considera más
frecuente en niños y adolescentes es la leucemia (58.5%
y 30% respectivamente). Hay un importante número de
abstenciones, incluso la afirmación de la inexistencia de
cáncer en estos grupos de edad (1% y 0.5% respectivamente). Se considera al cáncer de pulmón como el
más frecuente en adultos (41.5%), seguido del de mama
(10%), hígado (6%) y estómago (5.5%). En personas
mayores de 65 años el cáncer de próstata es el más
nombrado (28%), seguido del de pulmón (25.5%), colon,
y resto de tubo digestivo (6.5%) e hígado (6%).
Respecto al cáncer más temido, un 30% de la población
afirma temer todos los tipos de cáncer; el 18% teme más al
cáncer de pulmón y el 12.5% al de mama. Un 6.5% de la
población afirma no temer ningún tipo de cáncer. Un 32%
de la población relaciona el cáncer más temido con el más
agresivo y el que más es el de pulmón por un 9.5%.
aquélla que proporcionan periódicos, revistas, televisión
y radio, y la documentación especial se refiere a la
información proporcionada por los médicos e instituciones sanitarias y los libros y revistas médico-científicas.
Factores etiológicos y desencadenantes del cáncer
Cuando se pregunta si el cáncer puede ser una enfermedad
contagiosa, explicando las posibles vías de transmisión,
el 95% de la población opina que el cáncer no se contagia mientras que el 5% restante duda o cree en esta
posibilidad.
El 79% de la población es capaz de nombrar entre 2 y
5 causas o agentes desencadenantes de cáncer y tan sólo
un 4% cita más de 5.
Las causas más frecuentemente mencionadas son el
tabaco, la herencia, la mala alimentación, el alcohol y la
contaminación. Cabe resaltar la mención de causas conductuales (falta de higiene, “estrés”, falta de ejercicio
físico, falta de descanso, “vicios”, falta de control propio
y “dejadez”) así como valores humanos (Dios, el destino, la mala suerte, los disgustos y la “negatividad” de
la persona).
Estudio del diagnóstico precoz
Para validar la respuesta afirmativa se pedía al entrevistado una definición de diagnóstico precoz que debía
parecerse lo más posible al contenido de la siguiente:
“Técnicas o actividades médicas con carácter poblacional
utilizadas para la detección de procesos oncológicos en
estadios primarios(1)”.
El 64.5% de la población conoce el significado de
diagnóstico precoz mientras que el 29.5% no lo conoce
y el 6% duda. Según el sexo, las mujeres conocen sutilmente más el concepto de diagnóstico precoz (un 69%
frente a un 60% en hombres). Un 31% de mujeres no
conoce o duda sobre el diagnóstico precoz, frente a
un 40% de hombres. El conocimiento del diagnóstico
precoz según la edad está representado en la Figura 4.
Respecto a la utilidad del diagnóstico precoz, un 59.5%
del total de la población afirma que sería útil, mientras
que un 40.5% lo niega o duda. Es interesante resaltar que
no toda la población que lo conoce afirma que es útil, ya
que un 12.4% duda o niega su utilidad.
Respecto al cáncer con más posibilidades de curación, un
43.5% afirma que es el de mama, seguido del cáncer de
piel (13.5%) y del cáncer diagnosticado a tiempo (9.5%).
Cabe resaltar que un 18% de la población desconoce la
posibilidad de curación. Los dos tipos de cáncer con más
posibilidades de curación coinciden con los dos tipos de
cáncer nombrados como menos agresivos.
Se ha considerado que el verdadero concienciado sobre
el diagnóstico precoz debería reunir las siguientes
características: afirmar que el cáncer que se puede
curar y el menos agresivo es el diagnosticado a
tiempo, así como conocer el diagnóstico precoz
y creer que es útil. Corresponde al 2% de la
población.
Confianza en los distintos sistemas médicos
Respecto a la posibilidad de diagnóstico de cáncer por la
folkmedicina, el 63% de la población lo niega y el resto
lo duda o afirma.
Cuando se pregunta por la posibilidad de curación del
cáncer, un 45% de la población afirma que la medicina
actual reuniría las condiciones para ello, frente a un
5% que confía en la folkmedicina para la curación del
cáncer.
Respecto al alivio de los síntomas generados por el
cáncer, un 85% de la población opina que la medicina
moderna estaría preparada para ello, pero un 41% confía
en las posibilidades de la folkmedicina.
En resumen, la confianza de la población en sus sistemas
médicos se muestra en la Figura 5. Se entiende por confianza dudosa la que poseen aquellas personas que han
dudado en alguna de las preguntas relacionadas con los
sistemas médicos, es decir, el porcentaje de población
que no se decanta plenamente por la medicina científica
o la folkmedicina y que, llegado el momento, no sabrían
decidir cuál es la mejor o cuál podría solucionar la
enfermedad.
Discusión y conclusiones
El cáncer es una enfermedad social. Se considera una
enfermedad severa, poco curable y temida, ya que predomina el temor a cualquiera de sus diferentes tipos; existe
un elevado porcentaje de casos conocidos del entorno
familiar y social; y más de la mitad de la población duda
o afirma preocuparse por él ante síntomas extraños. No se
considera una enfermedad contagiosa.
En general la población posee un conocimiento básico
del cáncer en lo que se refiere a lo que podríamos
llamar “su descripción”; no así en cuanto a los medios
diagnósticos y terapéuticos.
En cada pregunta existe un marcado predominio de uno
o dos tipos de cáncer respecto a los restantes; se podría
decir que la población posee un concepto de lo que se
podría llamar “cáncer tipo”. Este hecho puede observarse
en la Figura 6.
La penetración de información sobre la realidad de los
cánceres en la población es lenta, ya que la opinión
respecto a los que son más frecuentes no concuerda con
los resultados científicos actuales, sino más bien con
las ideas de hace más de una década. Por ejemplo, la
población afirma que el cáncer más frecuente en hombres es el de próstata, cuando actualmente es el de
pulmón. Tampoco concede importancia a este tipo de
cáncer en las mujeres, cuando es un problema actualmente en aumento.
Se demuestra que la población asimila términos y
conceptos técnicos dependiendo de la morbilidad de
cada tipo de cáncer. Por ejemplo, “metástasis” y “leucemia” (sustituyendo al concepto “cáncer de sangre”)
son asumidas, pero “sarcoma”, “retinoblastoma” o
“mieloma” son nombrados por una pequeña parte de
la población, casi siempre coincidiendo con una vivencia más directa de estos tipos de tumores. Otros se
están incorporando al saber popular, como el término
“melanoma”, en vez de “cáncer de piel”.
La población estudiada también sustituye el hecho de
que algunas enfermedades pueden evolucionar hacia el
cáncer por la certeza de que éstas acaban siempre en
cáncer. Tal es el caso de la cirrosis hepática, que la gente
asocia inexorablemente a cáncer de hígado.
La población no discrimina tipos concretos de cáncer,
sino que asocia distintos tipos de cáncer a una determinada región orgánica. Por ejemplo, el cáncer de vesícula
biliar lo incluyen dentro de los tumores hepáticos, o no
distinguen las leucemias de los linfomas. Es tarea de
los especialistas decidir si se debe realizar algún tipo de
educación sanitaria al respecto.
Las mujeres conocen más tipos de cáncer que los hombres; conocen los que afectan a su aparato genital mejor
que los hombres los del suyo, e incluso conocen mejor
los tumores que afectan al aparato genital masculino.
Los hombres poseen mejor información sobre la frecuencia del cáncer de pulmón y las mujeres sobre la del
cáncer de mama.
El concepto de diagnóstico precoz es conocido, aunque
existe un importante porcentaje de población que duda o
no lo conoce y, además, un escaso porcentaje tiene conciencia de su importancia. Los grupos de población a
los que se debería informar más son los constituidos por
jóvenes y por las personas mayores de 65 años.
En cuanto a los factores de riesgo, el tabaco, el alcohol
y la polución atmosférica son conocidos. La mala
alimentación debería ser considerada más importante,
así como la ocupación, ya que a pesar de que en el barrio
predominan los asalariados, no se reconoce su importancia como factor de riesgo. También se desconocen otros
factores no menos importantes como los virus, las radiaciones y el envejecimiento. La población concede más
importancia a la herencia que la comunidad científica.
Otro rasgo que diferencia a la población de la comunidad
científica es que aquéllos consideran factores de riesgo
los aspectos morales y creenciales.
En cuanto a la confianza en los distintos sistemas médicos, la población tiene más confianza en la medicina
científica que en la folkmedicina. Ésta está desacreditada
a la hora de diagnosticar el cáncer, aunque el mayor por-
centaje de la población es tolerante frente a las dos.
Si se realiza una comparación entre los datos obtenidos a partir de la población y los extraídos del Instituto
Nacional de Estadística (9,10), se llega a la conclusión
de que la población conoce mejor los cánceres más frecuentes que los menos frecuentes. La población tan sólo
posee información de los tumores más frecuentes y más
“impactantes” (pulmón y mama), pero está estancada
la correspondiente a cánceres menos frecuentes, pero
no por ello menos importantes, como son los tumores
digestivos.
A esto se añade una forma de documentarse sobre el
tema del cáncer inadecuada o sesgada, que se traduce,
por ejemplo, en las ideas acerca de las causas productoras de cáncer. Para mejorar este aspecto, los medios
de información deberían estar mejor orientados por personal adecuado, ateniéndose siempre a las limitaciones
de la población en lo que a los conocimientos especializados se refiere.
Aunque existen trabajos orientados hacia la concepción
social de enfermedad (11), se debería hacer mayor hincapié en este tipo de estudios y no sólo en trabajos de
tipo epidemiológico, con el objetivo de mejorar la calidad asistencial.
Notas
1. González Enríquez, J.; Ascunce Elizaga, N.; Epidemiología y prevención. Oncología médica. En: Farreras-Rozman.
Medicina interna. 13ª ed. Madrid. Ed. Mosby / Doyma Libros,
1995. pp.1138-1139.
2. Kaplan, H.I.; Sadock, B.J.; Grebb, J.A.; Sinopsis de psiquiatría. 7ª ed. Editorial médica panamericana.
3. Anuari estadístic de la ciutat de València 1997. Ajuntament de València. Àrea d’Administració general / Oficina
d’Estadística.
4. Anuario estadístico de la Comunidad Valenciana. Generalitat Valenciana. Direcció General d’Economia / IVE. 1995.
5. Característiques de la població de València. Padró municipal d’habitants 1996. Ajuntament de València. Oficina
d’Estadística.
6. Comissió municipal per a la redistribució territorial i
administrativa. Els nous districtes de la ciutat de València.
Publicacions de l’Arxiu Municipal de València. Ajuntament de
València. Valencia 1981.
7. Miquel, S. et al. Investigación de mercados. Madrid. Mc.
Graw-Hill Interamericana de España S.A., 1997.
8. Visauta Vinacua, B. Análisis estadístico con SPSS para Windows: estadística básica. Madrid. Mc. Graw-Hill Interamericana de España. S.A.U., 1997.
9. Encuesta de morbilidad hospitalaria 1995. INE.
10. Estadística del movimiento natural de la población. Defunciones según causa de muerte 1994. INE.
11. Encuesta de salud de la Comunidad Valenciana. 1990-1991.
Generalitat Valenciana. Conselleria de Sanitat i Consum.
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