laS oBlIGaCIoNES CoNVERTIBlES

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el aula del accionista
Con la colaboración de:
las OBLIGACIONES
CONVERTIBLES
Son títulos de renta fija que las entidades ofrecen a los inversores, a un plazo y con un interés
determinado, pero con una característica que los diferencia de otros productos: la posibilidad de
que la obligación pueda ser canjeable por acciones de la empresa emisora en una fecha
concreta, bajo unas determinadas condiciones que se exponen en el folleto de la emisión.
L
a convertibilidad de
un activo se define
como la posibilidad
de que éste se pueda
transformar en un momento
determinado en otro activo
financiero. Así, en el caso de
las obligaciones, pueden
convertirse bien en una acción
o en otra clase de obligaciones.
Las obligaciones
convertibles o canjeables
confieren a su propietario el
derecho a cambiarlos por
acciones en una fecha
determinada. La diferencia
entre canje y conversión
estriba en que, en el primer
caso, la transformación en
acciones se realiza mediante
entrega de acciones ya
existentes, que forman parte
de la autocartera del emisor,
mientras que en el segundo se
entregan acciones nuevas
provenientes de una
ampliación de capital.
Hasta la fecha de
conversión, el tenedor de las
obligaciones recibe los
intereses mediante el cobro de
los cupones periódicos. Dicho
cupón, así como el número de
acciones que se entregarán
por cada bono u obligación, la
forma de determinar los
precios y las fechas de canje o
conversión, se especifican en
el folleto informativo.
En el caso de las
obligaciones con conversión
voluntaria, llegada la fecha de
conversión, el inversor tiene
dos alternativas: ejercitar la
opción de conversión (o de
canje), si el precio de las
acciones ofrecidas es inferior a
su precio de mercado; o
mantener las obligaciones
hasta la fecha de la siguiente
opción de conversión o hasta
su vencimiento. Cuando las
obligaciones son
necesariamente convertibles,
llegada la fecha de conversión
se produce la transformación
de obligaciones en acciones al
precio estipulado en el folleto
informativo de la entidad
emisora.
El obligacionista, como
titular de las acciones emitidas
por una sociedad, no tiene la
condición de socio o
accionista, sino la de
obligacionista, esto es, la de
acreedor de la sociedad. Por
ello, el obligacionista no tiene
derecho a participar o
intervenir en las decisiones
sociales, sino que sus derechos
principales son percibir los
intereses establecidos por los
capitales prestados y la
amortización y reembolso de
los mismos, conforme a lo
previsto en las condiciones de
la emisión. Es decir, el
obligacionista tiene derechos
económicos pero no políticos.
Una vez las obligaciones se
convierten en acciones, el
obligacionista pasa a tener
condición de accionista, con
los derechos que le son
propios (percepción del
dividendo, participación en las
decisiones sociales a través de
los canales legalmente
establecidos).
Vocabulario imprescindible
Accionista: Titular de acciones, es decir,
co-propietario de una empresa. La
condición de accionista da derecho a
asistir a la junta, a votar en ella para
aprobar o censurar las cuentas, a cobrar
dividendos, etc. En caso de quiebra de la
sociedad, el accionista tiene derecho a
cobrar la cuota de liquidación, aunque se
debe tener en cuenta que el accionista
es el último en cobrar, porque antes se
encuentran los derechos de los
trabajadores y de otros acreedores.
Acreedor: Persona física o jurídica que
ostenta un derecho de cobro o de crédito
contra un deudor.
Autocartera: Cartera de una sociedad
formada por sus propias acciones, que se
recompran en el mercado en las
condiciones autorizadas por la junta de
accionistas. El valor nominal de la
autocartera no puede superar el 10 por
ciento del capital de una sociedad (5 por
ciento si se trata de trata de acciones
que cotizan en un mercado secundario
oficial). El motivo de este límite es evitar
que las empresas puedan utilizar la
compraventa de sus propias acciones
para mover la cotización, al alza o a la
baja. Las acciones en autocartera no
implican derechos políticos.
Cupón: Interés nominal que tienen
derecho a percibir los titulares de un
valor de renta fija. Suele pagarse con
carácter trimestral, semestral o, más
frecuentemente, de forma anual. Puede
ser fijo (establecido para toda la vida de
la emisión) o variable (ligado a la
evolución de tipos de interés, índices
bursátiles, etc.).
El contenido de esta ficha y de las anteriores las puede consultar en www.caixabank.com
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