Arquitectos: Haussmann, Idelfonso Cerdá

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UNI − FAUA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERIA
FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y ARTES
PRÁCTICA Nº4
1. Haussmann y su obra
El ideal urbanístico de Haussmann eran los escorzos perspectivos por medio de largas fugas de avenidas. Ello
corresponde a la tendencia que se observa continuamente en el siglo XIX de ennoblecer necesidades técnicas
con finalidades artísticas. Haussmann trata de reforzar su propia dictadura y de imponer en París un régimen
de excepción. En 1864 expresa todo su odio por la población de la metrópoli. Ésta crece sin cesar
precisamente a causa de sus empresas.
Se sentía llamado a desarrollar su propia obra y así lo declara expresamente en sus memorias. Haciendo esto
aleja a los parisinos de su ciudad. Ya no se encuentra a sus anchas y comienzan a tomar conciencia de lo
inhumano de las grandes metrópolis. El verdadero objetivo de los trabajos de Haussmann era garantizar la
seguridad de la ciudad ante la guerra civil. Quería hacer imposible para siempre el levantamiento de las
barricadas en París. Haussmann la quiere impedir de dos modos. La anchura de las calles debe hacer
imposible el levantamiento de las barricadas, y las nuevas calles deben establecer la unión más rápida entre
los cuarteles y los barrios obreros. Los contemporáneos bautizan la operadión l' embellissement stratégique.
Se puede llegar a concluir que el gran París, transformado por el Segundo Imperio, es obra de la voluntad
tenaz y combativa de Haussmann, este extraordinario prefecto con genio, que tuvo la primera y quizá la más
grandiosa visión que se pudiera imaginar para el prestigio del Estado moderno, de una capital, en la que la
trama edificatoria tenía una estructuración imponente, espectacular por el corte de las arterias, por la
grandiosidad de las plazas y por la continuidad de frentes arquitectónicos, que alcanzan su monumentalidad
por la repetición de una unidad determinada. Esta idea de Haussmann se difundió por casi todo el mundo
europeo.
Remodeló de forma drástica el trazado de París durante el reinado de Napoleón III (1852−1870). Se propuso
abrir bulevares más amplios, trasladar las estaciones de tren fuera del núcleo urbano central, y plantar nuevos
parques (como el Bois de Boulogne). Para conseguir sus objetivos derribó extensas áreas del París medieval.
Los elementos preferentes en el urbanismo de Haussmann fueron los bulevares largos y anchos articulados
mediante plazas circulares. Gracias a su intervención París ofrece unas perspectivas inigualables, como la de
la Ópera o la del Arco de Triunfo de L'Etoile. Sus propuestas ejercieron una enorme influencia en el
planeamiento urbanístico del resto de Europa, Latinoamérica y las colonias francesas de ultramar.
2. Idelfonso Cerdá y el plan de ensanche de Barcelona
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Cerdá, Ildefonso (1816−1876), urbanista español, es una de las grandes figuras de esta disciplina dentro del
panorama español contemporáneo. Nació en San Martín de Centellas, Barcelona, y estudió arquitectura e
ingeniería en Madrid. Es el artífice de uno de los más innovadores proyectos de ensanche, el llamado Plan
Cerdá, desarrollado para Barcelona dentro del periodo de las grandes reordenaciones urbanas europeas de la
segunda mitad del siglo XIX.
El problema se resumía en lo siguiente: Los enormes conjuntos periféricos de casas y de industrias comienzan
a asediar a la ciudad no tanto con el propio peso específico, sino con el peso y el peligro de sus propios
inconvenientes: las epidemias que se desarrollan en los barrios populares por falta de equipamientos
higiénicos tienden a extenderse por toda la ciudad, bajo la presión de estos acontecimientos se producen las
primeras leyes para la regulación de las áreas en que se asienta la clase obrera.
En 1859, en Barcelona, Cerdá propone un plan de ensanche de grandes proporciones que parede formulado
siguiendo la modalidad del desarrollo de la ciudad hasta aquel momento, efectuado siempre mediante una
unión de tejidos y nunca por superposición. Del castrum romano al burgo medieval, a la ciudadela, al
establecimiento militar de la Barceloneta, a la expansión del plan Cerdá, los tejidos se han conservado sin
deterioro evidente y perfectamente reconocibles, y cada parte mantiene, por así decir, una cierta
especialización histórica.
La peculiaridad de los tejidos procedentes se recualifica en la particularidad espacial del plan Cerdá,
desarrollado según una malla rigurosamente ortogonal de parcelas y dimensiones uniformes y de forma
cuadrada, que deberían haber sido ocupadas sólo sobre dos de sus cuatro lados, para distinguir áreas verdes y
recorridos peatonales, expresando de hecho un ejemplo de protorracionalismo urbano. De donde se deriva, a
pesar de la altísima densidad constructiva alcanzada, una extrema legibilidad del sistema viario, orientado
incluso a través de algunas diagonales que no interrumpen la mecánica de repetición, teniendo en cuenta la
multiplicidad de los puntos de observación que la naturaleza del soporte geográfico pone a disposición, y que
hace de éste uno de los casos de más fácil comprensión y memorización.
Presentado el proyecto en 1859, aporta dos versiones. En la primera de ellas propone un esquema de calles
semejante a las actuales, más otras flanqueadas por jardines que alternan con los costados de los bloques. La
segunda es más innovadora, pues suprime la calle interior (la rue corridor defendida por Le Corbusier y otros
urbanistas contemporáneos).
El esquema viario, común a ambas soluciones, es la base de todo el proyecto y se caracteriza por el trazado en
cuadrícula con calles de veinte metros de anchura con amplios chaflanes en las intersecciones. Las tipologías
edificatorias generan gran variedad de espacios urbanos y multitud de zonas ajardinadas. Las manzanas se
estructuran como núcleos vecinales aglutinados alrededor de un pequeño centro cívico con iglesia y escuelas,
al tiempo que huye de la centralización de edificios administrativos que genera zonas privilegiadas en la
ciudad.
Cerdá, que atacó duramente la especulación en favor del bienestar individual, adoptó como pilares
generadores de la ciudad el movimiento y la comunicación. En 1867 publicó su anticipadora obra Teoría
general de la urbanización.
Ildefonso Cerdá falleció, empobrecido e ignorado, en Caldas de Besaya (Santander).
3. Los utopistas Robert Owen, Charles Fourier, E. Cabet
• Owen, Robert (1771−1858), socialista utópico británico, considerado como el padre del movimiento
cooperativo. Nació en Newtown (Gales) el 14 de mayo de 1771. Comenzó a trabajar como aprendiz
de hilador a los 9 años y a los 20 ya era director de una fábrica de tejidos en Manchester. Adquirió
participaciones de la fábrica textil de New Lanark (Escocia) y contrajo matrimonio en 1799 con la
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hija del dueño.
New Lanark consiguió fama internacional gracias al experimento que allí realizó Owen, consistente en
mejorar las condiciones de los trabajadores y conseguir un aumento de productividad y beneficios
simultáneamente. Creía firmemente que la humanidad avanzaría si se mejoraba el entorno de los individuos
tanto en el ámbito moral como económico; Owen señalaba que las circunstancias externas eran las que
moldeaban la personalidad del individuo, de manera que si éstas eran positivas promoverían una actitud
bondadosa que repercutiría favorablemente en la productividad. El ambiente creado en New Lanark fue un
reflejo de esta filosofía.
Alentado por este primer éxito, inició un nuevo experimento en 1825: compró 8.100 hectáreas de tierra en
Indiana y fundó la Comunidad de New Harmony. Sin embargo la población que voluntariamente se había
sumado al proyecto no tardó en perder el entusiasmo inicial y los problemas que surgieron no pudieron
subsanarse con las visitas periódicas de Owen. Vendió el terreno en 1828 y perdió una buena parte de su
fortuna.
El plan de Owen es importante porque entrevé por primera vez los problemas organizativos impuestos por el
progreso mecánico, y porque señala el comienzo de la nueva línea de pensamiento del cual partirá, poco a
poco, la experiencia urbanística moderna. En cambio, es defectuoso porque existe una inmensa distancia entre
su formulación esquemática y la problemática que hacen surgir a la luz los sucesivos desarrollos. En
particular, Owen se muestra tan entusiasmado por delinear el nuevo ordenamiento social y espacial, y por
predicar el abandono de los vínculos provenientes del ordenamiento antiguo, que deja totalmente en segundo
plano el problema de la autoridad frente a la libertad de los individuos.
Su fama le permitió dar a conocer sus ideas a destacados estadistas del momento. Participó en distintos
congresos socialistas y fue un escritor prolífico. Su obra Libro del nuevo orden moral (1826−1844) contiene
la formulación más completa de su doctrina. En 1833 Owen participó en la fundación del primer sindicato
británico, que fracasó poco después. No obstante, sus ideas dieron como resultado la creación del movimiento
cooperativo internacional, que comenzó a operar en Rochdale (Inglaterra) en 1844. Falleció el 17 de
noviembre de 1858 en su residencia de Newtown.
• Fourier, Charles (1772−1837), filósofo y socialista francés, nacido en Besançon, y educado en su
universidad. Hacia 1799, Fourier comenzó estudios de ciencias políticas y economía. Su primera obra
amplia, Théorie des quatre mouvements et des destinées générales (Teoría de los cuatro movimientos
y de los destinos generales, 1808), exponía su sistema social y sus planes para una organización
cooperativista de la comunidad. El sistema, conocido como fourierismo, se basa en un principio
universal de la armonía, desplegada en cuatro áreas: el universo material, la vida orgánica, la vida
animal y la sociedad humana. Esta armonía sólo puede prosperar cuando las limitaciones que la
conducta social convencional pone a la satisfacción plena del deseo, hayan sido abolidas, permitiendo
una vida libre y completa.
El estado armonioso ideal se alcanzaría por la división de la sociedad en falanges cooperativas, o
comunidades, cada una compuesta por unas 1.600 personas que vivirían en el falansterio, un enorme edificio
comunal situado en el centro de una gran área agrícola. Se establecieron normas detalladas para regular la vida
de cada individuo de la falange. La asignación del trabajo se basaba en el talento. La propiedad privada no se
aboliría, pero al mezclar al rico y al pobre, las diferencias visibles entre ellos desaparecerían. La riqueza
comunal de la falange proveería con generosidad la subsistencia básica de sus miembros. El matrimonio, en el
sentido, clásico sería abolido y reemplazado por un sistema elaborado que regularía la conducta social de los
convivientes.
Aquellos proyectos suscitaron pocas adhesiones, por lo que Fourier continuó trabajando como agente de bolsa
en Lyon. Más tarde se trasladó a París, donde trató sin éxito de encontrar un mecenas dispuesto a financiar su
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sistema. En 1832 había reunido un pequeño grupo de adeptos a sus teorías. Sin embargo, los centros que
fundó fracasaron en su mayoría.
• Cabet, Étienne (1788−1856), escritor y reformista social francés; su filosofía atrajo a muchos
seguidores, que llegaron a ser conocidos como icarianos. Cabet nació en Dijon y estudió leyes. Tras
su participación activa en la Revolución de Julio de 1830, fue elegido miembro de la Cámara de
Diputados. En 1834 tuvo que exiliarse por sus críticas al gobierno. Se dirigió a Londres, donde abrazó
el pensamiento comunista, influido por las obras del humanista inglés del siglo XVI Tomás Moro y
por el movimiento de reforma social encabezado por el socialista británico Robert Owen. En 1839 se
le permitió regresar a Francia, donde publicó la Historia popular de la Revolución Francesa de 1789
a 1830 (1839−1840) y la novela Viaje a Icaria (1840). En esta última, que alcanzó gran popularidad,
se describe una sociedad ideal en la que la actividad social y económica es supervisada por un
gobierno electo.
En 1849 Cabet y 280 seguidores emigraron a Estados Unidos donde fundaron una comunidad icariana en
Nauvoo (Illinois). Nunca llegaron a ser más de 1.800 miembros y sólo algunas de las ideas de Cabet se
pusieron en práctica. En 1856, las diferencias internas en Nauvoo le llevaron a abandonarla con 180 discípulos
para establecer una nueva colonia. Cabet falleció ese mismo año en Saint Louis (Missouri), pero su
movimiento perduró en Estados Unidos hasta 1895.
4. ¿Qué papel desempeñó en la escuela de Chicago de los EE.UU. L. Sullivan y Frank Lloyd Wright
Escuela de Chicago fue el movimiento arquitectónico estadounidense, que surgió a finales del siglo XIX en
Chicago, cuyos seguidores proyectaron rascacielos, una de las primeras tipologías específicas de la
arquitectura moderna..
Cuatro jóvenes arquitectos Louis Sullivan, Daniel Burnham, William Holabird y Martin Roche que trabajaron
en el estudio de Jenney, se convirtieron en los líderes del movimiento. Holabird y Roche se asociaron para
proyectar algunas estructuras emblemáticas, como el Tacoma Building (1889). Burnham formó equipo con
John Wellborn Root, con el que edificó innumerables edificios de oficinas tan representativos como el
Roockery (1886), el Monadnock Building (1891) o el Reliance Building (1895). Otro proyecto de Burnham
fue el famoso rascacielos triangular de Nueva York conocido como Flatiron (1902, originalmente el Fuller
Building).
Sullivan, que está considerado como el más importante del grupo, se asoció con Dankmar Adler y construyó
con su ayuda algunas de las obras maestras del siglo XIX, entre las que destacan el Auditorium Building
(Chicago, 1890) que combina un hotel, una torre de oficinas y un teatro acústicamente perfecto (restaurado en
1968) y el Wainwright Building de San Louis (1891), el epítome de un estilo que combinó de forma
admirable la precisión estructural con una hermosa decoración escultórica de terracota y metal. Sin embargo,
Sullivan proyectó en solitario su obra conservada más representativa, los grandes almacenes de Carson, Pirie
y Scott (en un principio Schlesinger&Meyer), un edificio de muros lisos de acero y cristal completados por
paneles de bajorrelieves metálicos que adornan la fachada del piso de
entrada. Los principios de la escuela de Chicago sobre claridad funcional y empleo de materiales modernos se
transmitieron a través de Frank Lloyd Wright, discípulo de Sullivan, que se convirtió en uno de los principales
maestros de la arquitectura del siglo XX.
Louis Sullivan, arquitecto estadounidense que promueve una forma de diseño sencilla y funcional, cuyos
espléndidos proyectos para rascacielos con estructura de acero convirtieron esta tipología en el símbolo
arquitectónico de Estados Unidos. A través de sus obras, sobre todo gracias a sus edificios comerciales, y
como fundador de la llamada escuela de Chicago, ejerció una influencia importantísima sobre la arquitectura
del siglo XX. Su discípulo más aventajado fue Frank Lloyd Wright, que siempre reconoció a Sullivan como
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su verdadero maestro.
Almacenes Carson, Pirie & Scott
Los grandes almacenes de Carson, Pirie & Scott (1889−1904) son uno de los mejores ejemplos de la maestría
de Louis Henri Sullivan. Sus dos pisos inferiores, decorados con motivos Art Nouveau en hierro colado,
contrastan con la simplicidad de los doce restantes, en los que los grandes ventanales ocupan los huecos de la
fachada que se abren en la estructura reticulada de acero.
Frank Lloyd Wright se identificó con el funcionalismo organisista, buscando las raíces de la arquitectura
norteamericana que luego influenciaría en las ideas europeas.
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