1 Conferencia organizada por: El grupo de profesionales de UCU Medellín UNIDAD CRISTIANA UNIVERSITARIA, UCU ÉXITO PROFESIONAL VS. REALIZACIÓN PERSONAL, BENEFICIO SOCIAL: REPENSANDO EL SENTIDO DE NUESTRA PROFESIÓN CONFERENCISTA: Dr. Fernando Abilio Mosquera Brand, Th M, Ph D LUGAR Y FECHA: Iglesia Shalom, Calle 55 No. 43-50; Hora: 7:00 PM Octubre 19 de 2012 INTRODUCCION Agradezco a los organizadores de este encuentro la invitación que gentilmente me extendieron para compartir con Uds., jóvenes, los pensamientos que a continuación esbozaré. Deben saber que con mi presencia en este acto está presente también la Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia, institución universitaria con vocación de servicio al pueblo de Dios y a la sociedad en general. Es conveniente que sepan que la entidad que represento apoya estos encuentros y está llamada a formar a nivel de pregrado, de postgrado y de educación no formal a los jóvenes a quienes Dios llama no solamente al ministerio eclesial y pastoral sino también al ministerio que se desarrolla desde el ejercicio de la profesión en medios seglares, es decir, no religiosos. Consideramos que los jóvenes cristianos deben estar adecuada y eficientemente entrenados en su disciplina, en su fe y en el conocimiento de las Sagradas Escrituras para que puedan ser buenos embajadores del Señor y Rey Jesús en los asuntos temporales y espaciales. Así que, jóvenes, reciban todo el apoyo de la Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia en su ministerio y en su vida. Tocante al asunto que nos convoca esta noche, debo expresar que al observar la temática que los organizadores de este evento me propusieron advierto que la preocupación está orientada hacia la satisfacción personal motivada por el logro alcanzado profesionalmente. Este asunto cae en el campo de la euvdaimoni,a y del cara,. También alude a la auto-realización como finalidad ya sea intermedia o ulterior, lo que cae en la esfera del te,loj. Pero como el asunto problemático no debe quedarse en el ámbito personal, ya que estaría promoviendo el individualismo radical posesivo, se le agrega un referente social, orientado hacia el bien común. Este asunto cae en el campo de la evpime,leia. Desde la perspectiva cristiana la temática se orienta hacia la diakoni,a. Los anteriores referentes encuentran su punto de llegada en el e;rgon. Todo lo cual debe responder la pregunta ¿cuál es el sentido del ejercicio profesional? ¿Es necesario re-significarlo? 2 Estas reflexiones se tornan pertinentes debido a que la mayor parte de los profesionales considera que el ejercicio de su profesión debe, prioritariamente, beneficiarlos a ellos y a sus familias. Por tanto, la comunidad se convierte en una excusa y en un medio para lograr los fines propuestos: ascender en la escala social, lo que se ha denominado “la movilidad social”. Así, resulta que el ejercicio profesional es una mediación para el cambio de status social. Esta perspectiva se ve más en los sectores populares y en la clase media. Debemos reconocer que es legítima la aspiración de ascenso en la escala social y laboral como resultado de una vida disciplinada en el campo educativo y laboral. Es legítimo y normal aspirar a mejorar las condiciones vitales y cualificar la calidad de vida, una vez se hayan culminado los estudios superiores y se haya incorporado a la vida laboral y productiva del país. Esto no sólo es legítimo sino que es bueno convertirlo en una meta por alcanzar. Pero se torna en un área problematizadora cuando hacemos del éxito profesional la máxima aspiración, cuando convertimos el bienestar individual y familiar como la finalidad de las finalidades y cuando convertimos a la alteridad tanto individual como colectiva en mediaciones, en simples instrumentos para lograr dichos fines. Cuando nuestra aspiración es tener fama, conquistar prestigio, gozar de reconocimiento social, político y profesional, y conseguir fortuna a costa del ejercicio de nuestra profesión, estamos frente a la tergiversación de la teleología de nuestra vocación profesional. La mayor motivación del ejercicio profesional debería ser servir a Dios y a la sociedad, servicio este transversado por el amor y la integridad. En esta conferencia abordaré dos ítems, los mismos que servirán de trasfondo filosófico y bíblico-teológico para responder la pregunta problematizadora que generó esta conferencia. Con base en estos dos ítems se podrá responder: ¿éxito profesional? ¿Realización personal? ¿Beneficio social? Considero que para repensar el sentido del ejercicio de la profesión se necesitan las bases que estableceré a continuación: 1. INFLUJO DEL SECULARISMO EN EL EJERCICIO PROFESIONAL Nuestros jóvenes cristianos se desenvuelven en dos esferas: el secularismo y el teísmo. El primero les llega vía-academia y el segundo, vía-iglesia. Por diversas razones, entre las cuales están las históricas y las ideológicas, se ha dado una profunda tensión entre secularismo y teísmo, y, 3 consecuentemente, entre academia e iglesia. Esas tensiones (las cuales lejos de ser irreconciliables tienen una relación de continuidad) han provocado serios enfrentamientos entre secularismo y teísmo, las mismas que han descendido al plano académico y eclesial. Esto trae como consecuencia la injusta y falaz disyuntiva: ¿ciencia o revelación? ¿Razón o fe? ¿Ciencia o Biblia? Así, entonces nuestros jóvenes se encuentran en esta aparente encrucijada: ¿Le creo a mi pastor o a mis profesores universitarios? ¿Le creo a la Biblia o a los asertos de las diferentes disciplinas? Nuestros jóvenes estudiantes logran superar la disyuntiva, influidos por la comprensión que la fe y la razón, la ciencia y la Biblia proceden de Dios y que lejos de estar ubicadas en “orillas” distintas y adversas, se complementan eclécticamente de forma asombrosa. El teólogo y filósofo español Manuel Trevijano Etchevarría presenta una línea de continuidad y de estrecha relación entre ciencia y fe expresa: Nuestro conocimiento es multiforme. Pero en esas distintas maneras de hacerlo encontramos algunas que nos parecen las más importantes. Nos vamos a detener considerando las dos que atribuimos a la fe y a la ciencia. Ambas nos dan una información sobre Dios, nosotros y nuestro mundo externo, pero se diferencian tanto en la naturaleza y la amplitud de los objetos considerados, como en el modo en que nos enfrentamos con ellos. El objeto de la ciencia será todo aquello que el hombre conozca por medio de la razón, apoyándose en la experiencia, y en los medios e instrumentos que posea. No hablamos de lo que se podría conocer, sino de lo que captamos en un momento histórico determinado. Y el hombre no significa aquí un hombre determinado, sino el conjunto de toda la humanidad en ese momento. El objeto de la fe… abarca todo aquello que Dios nos haya querido revelar. No todo lo que Dios podría habernos revelado sino solamente lo que de hecho nos ha revelado.1 Respecto a la finalidad de ambos referentes, el citado autor escribe: Los conocimientos naturales, científicos, tienen como objeto el mandato divino de dominar a la naturaleza. Sirven solamente para esta vida, pero la santificación de este mundo y el convertirlo cada vez en algo mejor, y más cercano al proyecto divino, son lo más inmediato de nuestra misión aquí en la tierra. De alguna manera sirven para que podamos cumplir con el mandamiento de amar a nuestros hermanos. En cambio, la fe sirve para clarificarnos cómo detrás del hermano debemos descubrir a Dios y prepararnos el camino para conocerlo y unirnos a él. Por eso la fe es como un paso intermedio entre el conocimiento 1 TERVIJANO ETCHEVERRIA, Manuel. Fe y Ciencia, Antropología. Salamanca : Sígueme, 1996. ps 73,74. 4 natural, científico, para manejarnos en este mundo, y la visión beatífica, el conocimiento que de Dios tienen los bienaventurados en el cielo.2 Nuestros jóvenes han logrado superar esa enojosa e injusta tensión, a través de estudiar ambas fuentes epistemológicas y, consecuentemente, por medio del integrismo, es decir, buscando la relación de continuidad entre ambos referentes gnoseológicos. No obstante, les quedan dos asuntos más por resolver: a) ¿Dios o profesión? ¿Ministerio o “trabajo secular”? De esa tensión se desprende la siguiente pregunta ¿Es posible servir a Dios a través del ejercicio de la profesión? b) La segunda tensión es ¿servicio o trabajo? ¿Realización personal o altruismo? Por supuesto que ninguna de esas tensiones es válida, puesto que se presentan bajo premisas falsas. Examinemos el asunto: PRIMERA TENSION: ¿Dios o profesión? ¿Ministerio o “trabajo secular”? ¿Es posible servir a Dios a través del ejercicio de la profesión? Esta falsa tensión parte de la premisa que a Dios sólo se le sirve a través del ministerio eclesial. Así que al profesional cristiano le correspondería elegir o servir a Dios o ejercer su profesión. Si sirve a Dios, debe abandonar el ejercicio de su profesión, y si escoge ésta ha abandonado el servicio a Dios. Es evidente la falacia que se esconde en este tipo de razonamiento. Comencemos validando dos textos: a) “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. 2 Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos.” (Sal 24:1,2) b) “que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar” (Is 44:27) El mundo es de Dios por creación, por posesión y por redención. Esta verdad se ve evidenciada en el Jesús Pantokrátor (pantokra,twr). Pero el mundo es de Dios, no sólo como eco-sistema. Si el mundo es de Dios, y este mundo creado es multicomprensivo y multidimensional, esto trae como implicación 2 Ibid., p 75. 5 que todo lo atinente a su comprensión, desarrollo, preservación y teleología concierne a Dios quien lo creó. Si bien se da la dimensión espiritual trascendental y la dimensión material inmanente, éstas no son adversativas sino complementarias, por tanto, la raza humana recibió la misión de administrar este mundo creado en todas sus dimensiones. Así, entonces, las disyuntivas planteadas no son legítimas ya que tienen un altísimo grado de falsedad. El mundo político también es Dios, como se ve referenciado en los siguientes pasajes: *“que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.” (Is 44:28) *“Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: 2Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; 3y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. 4Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.” (Is 45:1-4) * “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.” (Dn 2:21) * “Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.” (Jn 19:11) * “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. 2De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. 3 Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; 4porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.” (Ro 13:1-4) 6 En este tipo de economía tampoco hay tensiones, debido a que Dios es el autor de la autoridad (evxousi,a), del orden (ta,xij) y de la libertad (evleuqeri,a), las mismas que son los pilares de los diferentes tipos de gobiernos que rigen el mundo. La economía política Dios la ha entregado en manos de lo que hoy se denomina sociedad civil, para que ella se organice conveniente y coherentemente en lo sociopolítico. En este orden de ideas, los diferentes estados y gobiernos son siervos de Dios en la esfera socio-política, por esta misma razón son responsables ante Dios por la manera como ejercen el poder político. Así que en esta esfera la disyuntiva también cae por su propio peso. El mundo económico también es de Dios: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos.” (Hag 2:8) Los anteriores textos anuncian el señorío de Dios sobre la res-creada (historia, ecosistema, economía y política). De acuerdo con la Biblia, todo cuanto existe es de Dios. Por tanto el oikouméne (oivkoume,nh*, cf Mt 24:14) es la viña del Señor y si este mundo habitado es la viña del Señor, el ocuparnos del mismo constituye un servicio a Dios, siempre y cuando desempeñemos nuestro oficio bajo la comprensión que le estamos sirviendo al Señor. Un ejemplo de esta verdad la constituye la parénesis que Pablo dirige a los hombres y mujeres que se desempeñan en calidad de esclavos: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; 6no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; 7sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, 8sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.” (Ef 6:5-8) De manera que estas disyuntivas provenientes del secularismo son invalidadas a la luz de la reflexión bíblico-teológica. Otra consecuencia del secularismo se ve en el hecho que en el campo teísta se escinde lo religioso de lo secular y lo espiritual de lo material. Quienes hacen esta escisión encuentran que el ejercicio de su profesión no tiene relación con su fe y con su espiritualidad; es más, hay quienes hacen la separación entre el ejercicio profesional y principios éticos, ya que no encuentran relaciones entre ellos. * Este sustantivo significa: mundo, la tierra habitada, humanidad; el imperio romano. 7 Esto trae como consecuencia que un sujeto se lea a sí mismo como profesional o académico entre lunes y viernes, y cristiano el día domingo. Esa auto-comprensión no le permite integrar su profesión, arte u oficio a su sistema doctrinal y espiritual. No entiende que su profesión y el ejercicio de la misma debe consagrarlos al Señor para que Dios sea glorificado a través de su labor profesional y que el Reino de Dios siga siendo promocionado a través del ejercicio responsable, cuidadoso, amoroso, respetuoso y altruista de su profesión u oficio. Los profesionales y académicos cristianos debemos tener la capacidad y habilidad de integrar fe y profesión, espiritualidad y academia, lo cual nos permitiría comprender que el ejercicio de la profesión, arte u oficio debe estar transversado por la fe, por la piedad, por la espiritualidad y por la obediencia al Señor. Como se puede observar, esta integración tiene efectos morales y éticos en el desempeño profesional del cristiano, pues éste no permitiría que su profesión y su capacidad laboral se conviertan en instrumento de iniquidad, de alienación, de reduccionismo antropológico, de cosificación e instrumentación del hombre. Por el contrario, conscientemente se autocomprende como paradigma de rectitud y mostrará que toda profesión es altamente teleológica, cuya finalidad es cuádruple: honrar a Dios, buscar el bien común, proveer para las necesidades tanto personales como familiares y preservar el ecosistema. De acuerdo con lo que hemos visto hasta ahora podemos inferir que el ejercicio de nuestra profesión debería darse bajo el parámetro que estableció el Señor Jesús: Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. 21Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. 22Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. 23Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre. 24Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos. 25Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. 26Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, 27y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; 28como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mt 20:20-28 8 La verdadera grandeza de un hombre está en su capacidad y disponibilidad de servir, pero esa grandeza se hace realidad cuando el individuo sirve verdaderamente, utilizando para ello todos los recursos que tiene a su disposición. 2. CONCEPTO BIBLICO DE TRABAJO En la película Sodoma y Gomorra Lot le decía a la mujer que más tarde llegaría a ser su esposa: “El trabajo es el precio de la libertad” y con esa expresión pretendía ubicar en la mujer sodomita la importancia del trabajo en su perspectiva correcta. El concepto de trabajo se enmarca en las categorías antropológicas de homo faber, animal laborans, homo economicus, dzoon politikón y dzoon logos éjon. También se puede enmarcar en las concepciones homo orético y homo espiritual. De estas categorías se desprende que la existencia del hombre está permeada por tres actividades, según Hannah Arendt: a) labor b) trabajo c) acción Estas actividades caracterizan lo que se ha denominado vita activa. Hannah Arendt dice que estas actividades “son fundamentales porque cada una corresponde a una de las condiciones básicas bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra.”3 La autora citada presenta la siguiente semblanza de cada una de estas actividades antropológicas: a) “Labor es la actividad correspondiente al proceso biológico del cuerpo humano, cuyo espontáneo crecimiento, metabolismo y decadencia final están ligados a las necesidades vitales producidas y alimentadas por la labor en el proceso de la vida. La condición humana de la labor es la misma vida.”4 b) “Trabajo es la actividad que corresponde a lo no natural de la existencia del hombre, que no está inmerso en el constantemente repetido ciclo vital de la especie, ni cuya mortalidad queda compensada por dicho ciclo. El trabajo proporciona un „artificial‟ mundo de cosas, claramente distintas de todas las circunstancias naturales. Dentro de sus límites se alberga cada una de las 3 ARENDT, Hannah. La Condición Humana. Trad. Ramón Gil Novales. Buenos Aires : PAIDÓS, 2005. p 35. Ibid., p 35. 4 9 vidas individuales, mientras que este mundo sobre vive y trasciende a todas ellas. La condición humana del trabajo es la mundanidad.”5 c) “La acción, única actividad que se da entre los hombres sin la mediación de cosas o materia, corresponde a la condición humana de la pluralidad, al hecho de que los hombres, no el Hombre, vivan en la tierra y habiten en el mundo.”6 De acuerdo con la anterior discusión, el trabajo se enmarca en una de las tres actividades vitales tanto de la raza humana como del individuo en lo particular. Parece ser que el hombre fue creado para mantenerse activo desde el referente biológico hasta el referente existencial terráqueo. A nivel planetario, a nivel terráqueo, el hombre-individuo se mantiene activo; desde el nivel biológico el organismo humano se mantiene laborando para conservar la vida; y a nivel social, el hombre se mantiene trabajando para conservar la supervivencia de la especie humana en una condición de productividad. Las tres actividades muestran la forma como el hombre conserva la vida sobre el planeta tierra: el organismo biológico conserva la vida biológica individual, el trabajo mantiene la calidad vital, a través de la productividad para ofrecer una altísima calidad de vida, para preservar la presencia del hombre en el planeta y conserva la vida socio-política. Así, entonces, el trabajo es una de las tres actividades fundamentales de la vita activa. El trabajo como mediación de preservación social, progreso humano, posibilitador de la historia, gestor de la calidad de vida del hombre, indicador de la utilidad social y ecológica del hombre y coadyuvante de la prolongación de la vida social, identifica al hombre como un ser que utiliza su racionalidad, su imaginación creadora, su moralidad, su espiritualidad y su capacidad administrativa para el bien de la humanidad, y para la preservación del ecosistema que se nos ha confiado para cuidarlo y administrarlo eficaz y responsablemente. El trabajo es una mediación, creada por Dios, para la realización del hombre como individuo y como raza. El trabajo es un instrumento social altamente teleológico, cuya teleología se evidencia en varios campos, uno de los cuales es la pobreza, la cual debe ser erradicada de la faz de la tierra. Esto se podría lograr mediante el trabajo digno, eficiente y responsable. La erradicación de la pobreza es una de las preocupaciones del Humanismo 5 Ibid., p 35. Ibid., p 35 6 10 Planetario, cuya inquietud se consigna en el Manifiesto Humanista del año 2000: “deberíamos esforzarnos por terminar con la pobreza y la desnutrición y por proporcionar un adecuado cuidado de la salud y vivienda para la gente de todos los rincones del planeta.”7 Valga la oportunidad para presentar unos apuntes que pueden contribuir a la elaboración de una Teología Bíblica del Trabajo en y para América Latina: La Teología Bíblica del Trabajo se debe inscribir dentro de la responsabilidad que Dios le otorgó al hombre en el momento de su creación: le entregó los recursos renovables y no renovables, le entregó el planeta tierra y todo su contenido para que lo administrara, lo cuidara, lo protegiera y lo preservara. Así, entonces, el hombre se convierte en un oikónomos, en un administrador de la naturaleza al servicio de Dios. El hombre desarrolla el papel de administrador a través de: el trabajo, el cuidado y la protección (epiméleia, evpime,leia*) de la naturaleza. La transformación de los productos renovables y no renovables la hace el ser humano por medio del trabajo, el cual debe ser entendido no sólo y exclusivamente como medio de enriquecimiento sino como instrumento de dignificación humana, como instancia a través de la cual la raza humana puede interactuar con la naturaleza para preservar la habitabilidad de nuestro planeta, como medio para servir a otros, como una de las mediaciones de desarrollo humano, como punto de llegada de la libertad responsable del individuo y como espacio ideal para la preservación de la raza humana. “El trabajo, todo trabajo, es testimonio de la dignidad del hombre, de su dominio sobre la creación. Es ocasión de desarrollo de la propia personalidad. Es vínculo de unión con los demás seres, fuente de recursos para sostener a la propia familia; medio de contribuir a la mejora de la sociedad, en la que se vive, y al progreso de toda la Humanidad.”8 Un proyecto de Teología Bíblica del Trabajo debe considerar la insistencia bíblica de la responsabilidad que tiene el hombre frente al trabajo. La Biblia enseña que el trabajo constituye una forma legítima, colectiva y creativa de servir a Dios. A través del trabajo, según la óptica bíblica, el hombre puede expresar su solidaridad al prójimo y puede extenderle, de manera práctica, el 7 Manifiesto Humanista, VII. 1. Manifiesto emanado de la Academia Internacional de Humanismo [EE.UU] y publicado en la revista Free Inquiry [Fall 1999, vol. 19, nº 4, páginas 4-20]. Versión en español de Alberto Hidalgo Tuñón. En http://www.filosofia.org/cod/c1999hum.htm * Epiméleia significa: cuidado, solicitud, dirección, administración, gobierno, práctica, estudio, ciencia. 8 OCÁRIZ, Fernando. El concepto de santificación del trabajo. En http://www.mercaba.org/FICHAS/almudi.org/santificacion_del_trabajo.htm 11 amor ayudándole a suplir las necesidades personales que tiene el prójimo (obsérvense las responsabilidades sociales que dibuja la Torah). Además, “en contraste a las religiones grecorromanas, el judaísmo y el cristianismo describen el trabajo como parte del buen diseño de Dios para con su pueblo desde el principio de la historia humana.”9 Por la mediación del trabajo el hombre trae progreso, crea civilización, crea cultura y coadyuva al desarrollo de las potencialidades del otro, organiza la sociedad política, crea industria, propicia desarrollo y marca nuevos senderos históricos. Desde esta perspectiva, el trabajo está estrecha e indisolublemente ligado con: la presencia del hombre en el cosmos, la historia, la cultura, la civilización, el desarrollo de la personalidad, las dinámicas sociales, la educación, las ciencias, la tecnología, el arte, la lúdica, la capacidad creadora del hombre, y las manifestaciones espirituales del sujeto. El bien común es buscado a través de viarias mediaciones, entre las cuales se encuentra el trabajo. Con los anteriores apuntes pretendo mostrar la necesidad de que en América Latina abordemos el desafío de elaborar una teología bíblica del trabajo. El énfasis teleológico de la Teología Bíblica del Trabajo recae sobre el beneficio colectivo de las riquezas provenientes del trabajo honrado, decente, abnegado y diligente. La Teología Bíblica del Trabajo, enfatiza el trabajo como mediación de transformación y cuidado responsable de la naturaleza. La Teología Bíblica del Trabajo enfatiza el esfuerzo, el sudor (Gen 3: 19), la dedicación y el disfrute del hombre en el trabajo. La Teología Bíblica del Trabajo enfatiza el esfuerzo social, colectivo y comunitario como generadores de riqueza y de bienestar sociales. La Teología Bíblica del Trabajo muestra la necesidad de pedir la dirección y bendición de Dios a la laboriosidad que se realiza como cumplimiento de un encargo divino de administrar los recursos que Dios puso bajo la responsabilidad del hombre. Si el trabajo genera riquezas, éstas son el resultado de la bendición de Dios sobre un trabajo honrado. (Aquí debo reconocer que no toda riqueza generada por el trabajo es el resultado de la bendición de Dios: La riqueza generada por la explotación inhumana de los trabajadores por parte de los patrones es un robo descarado e inmoral. Este tipo de riquezas no procede de Dios, por el contrario, recibe su repudio: “¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner en alto su nido, para escaparse del poder del mal!” -Hab 2: 9 cf el libro de Amós-. La riqueza 9 BLOMBERG, Craig L. Op.cit., p 45. 12 procedente de la extorsión, del contrabando, del narcotráfico, del chantaje, o de cualquier otro tipo de negocio ilícito no procede de Dios. Aquí, más bien nos referimos al trabajo honrado y honesto que se basa en los principios que Dios ha establecido para que la sociedad se rija por ellos). El hombre desarrolla el papel de administrador a través de: el trabajo, el cuidado y la protección de la naturaleza. La transformación de los productos renovables y no renovables la hace el ser humano por medio del trabajo, al cual debemos entender no sólo y exclusivamente como medio de enriquecimiento sino como instrumento de dignificación humana, como instancia a través de la cual la raza humana puede interactuar con la naturaleza para preservar la habitabilidad de nuestro planeta, como medio para servir a otros, como mediación de desarrollo humano, como punto de llegada de la libertad responsable del individuo y como espacio ideal para la preservación de la raza humana. Después de haber explorado los anteriores ítems, creo que estamos en mejores condiciones para que juntos construyamos una respuesta a la siguiente construcción temática éxito profesional vs. realización personal, beneficio social: repensando el sentido de nuestra profesión. Dios sea glorificado hoy y por siempre. Amen.