Marta Casas Ramos Internet, la red de redes más amplia que existe aporta a todos los individuos una conexión personal y colectiva sin ningún tipo de censuras, que hace que nos lleve a pensar que este medio no es el más apropiado para el intercambio de información. Internet no es regulado por ninguna entidad y la gran cantidad de información que hay a disposición de los usuarios, entre ellos niños, tiene acceso ilimitado y sin control. Hoy en día hay millones de personas conectados desde sus Pcs a la red y esta conexión estaba dedicada a los adultos pero lamentablemente esta idea se ha trastocado. En las escuelas ya se dispone de este medio, así como en muchos hogares, donde los niños tienen acceso a servicios comerciales, foros de discusión, chats y otra información que no les conviene. Para los niños pequeños hay pocos riesgos al usar la red, el problema se plantea con los adolescentes particularmente ya que lo usan sin supervisión. Alguno de estos riesgos puede ser encontrar material innapropiado de índole sexual o violento. Además mientras se está usando este servicio en línea se le puede facilitar información o hacer una cita que pueda arriesgar la seguridad tanto de la familia como la propia. Puede encontrar E-mails o mensajes que sean desagradables, agresivos y terminen atormentándolo. Los padres deben controlar la navegación de los niños aunque sea muy complicado o casi imposible ya que estos estan practicamente todo el día fuera de casa y se puede acceder a Internet desde locales públicos como salas recreativas, cibercafeterías, etc. La cuestión está ahí, ¿de que manera controlamos a nuestros pupilos? Lo ideal a mi entender, es despejar de la red todo el tipo de información que en cierta medida nos los hace díscolos, sin perder la compostura y siempre hablando en términos generales. Obvio que Internet no es el único causante de este mal, también están los demás medios de comunicación, sobretodo las series televisivas, el cine, y lo más importante quizás, la EDUCACIÓN. Más vale que los padres de las criaturas sepan orientar a sus hijos hacia el bien y alejarlos del mal.