EL TEATRO 13

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EL TEATRO
13
obstante á salvar al príncipe de
tomar parte en una representación
Sajoxria añadiendo 10.000 libras,
teatral que ha de darse en Palacio
que acaba de heredar,á las 60.000
y consulta con la actriz famosa el
que producen las joyas de Adriamodo de pronunciar aquellas pana ycompletar con ellas las 70.000
labras en una situación semejante
á que ascendía la deuda por que
á la en que fueron dichas. La cq
fué encarcelado el príncipe. Así
mediaata.sin recordarlas, las repitermina el acto cuarto.
te y gracias á ese ardid la de BoniE n el quinto Adriana, en su callon reconoce á su rival.
sa, llora el desdén de su adorado y
Adriana también reconoce á su
ve aumentar su aflicción al recibir
rival, y además de demostrárselo
un ramo que ella entregó al prínentregándole un b r a z a l e t e que
cipe y, naturalmente, cree devuelperdió al huir, procura herirla re
to por él. No es así; quien le encitando versos de una tragedia en
vía las flores es la vengativa prinque parece retratada la adúltera.
cesa, que previamente las ha en
Entretanto el príncipe de Sajo
venenado para que Adriana sunia ha sido encarcelado por un
cumba envenenada por su aroma.
deudor, ó, mejor dicho, por el em
Y eso es lo que ocurre; Adriana
bajador de Éusia, aprovechando
besa las flores antes de arrojarlas
una deuda del pretendiente; pero
al fuego, y el de Sajonia, cuando
Adriana ha vendido sus joyas para
poco después llega á asegurarle
salvarle y al terminar el acto renuevamente que la adora, asiste
gresa libre, pero atribuyendo su
á su agonía y logra, ya que el mal
salvación á la princesa, quien, le
no tiene remedio, dulcificarla con
jos de haber pensado en hacerla,
las protestas de su amor.
fué la que intrigó para que le prenAl trágico desenlace asiste tamdieran. Adrianaquiere que el prínbién Rigolet, quien al principio
cipe parta con ella; pero él, quecree que solo se trata de un ataque
riendo mostrarse agradecido, perpasajero, de los que, frecuentemanece en el palacio de Bouil Ion
junto á la mujer que le traicionó. ADRIANA, Sra. Tubau, en el tercer acto mente, suele sufrirla actriz y cuya desesperación, al comprender la
Se quedan, pues, y Adriana par(Fot. Compnñy)
verdad, no tiene límites.
te con Rigolet, un inspector de la
Rigolet relata al príncipe Mauricio todo lo ocucomedia francesa, consejero de la hermosa artista,
á la que ama en secreto y que la ha ayudado no rrido, sin ocultar su intervención en el asunto do
ACTO
iv.—La Princesa, SRA. ROCA.— Adela, SRTA. ÍÑIGUEZ. -Un Caballero, SR. ROCH. -La Baronesa, SRTA. ORTíz.—Julia, SRTA. CARBONE (A).
El Principe, SR. VILLANOVA.—Un invitado, SR. JIMÉNEZ.—Una Dama, SRTA. PRAST.—Otra Dama, SRTA. CAKBONE (M).
Un Criado, SR. DUQUE.—¿a Duquesa, SHA. PARÍS.—Rigolet, SR. GIL.
'- . (p0t. Campúa)
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la deuda y el de Sajorna adquiere así
nueva c e r t e z a de
que A d r i a n a era
digna de la corona
de Curlandia q u e
vino á ofrecerle.
Una carta de la
princesa de Boui
llon. en la que ésta
descubre el delito
que lia cometido,
confesando que el
ramo que envió á
Adriana estaba envenenado y anuncia
que ella se suicida
con el mismo veneno q u e empleó
para Adriana, revela al príncipe toda
la verdad y aumen •
ta su desesperación
cuando Adriana espira en sus brazos.
EL
TEATRO
comentan intrigas
de b a s t i d o r e s , el
inspector y los abonados que entran y
salen á visitar á sus
a m i g o s , lo hacen
obedeciendo á una
voluntad superior,
hábil para componer cuadros escénicos y dando, merced
á eso, en todos los
instantes, la impresión de la realidad
misma.
A l g o semejante
puede decirse del
acto cuarto.
E n él las aristocráticas damas que
asisten á la fiesta de
la princesade BouiI Ion se mueven también muy naturalmente.
V e r d a d es que
para lograr este fin
ACTO ni.—Adriana, SRA. TUBAU.—Conde de Sajonia, SR
el dii e c t o r de la
(Fot. de Compoñy)
Tal es la obra en
c o m p a ñ í a de la
la que, como se vo, hay ancho campo para que Princesa ha hecho, sin pregonarlo tanto él, lo que
una actriz luzca sus facultades. María Tubau lo el duque Xaxe Meninigen en su famosa compañía:
hizo y los artistas que le ayudaron en su tarea la hacer que los papeles de simples comparsas sean
secundaron discretamente.
representados por verdaderos actores que conozcan
Con eso basta para que, no obstante su vetustez, perfectamente la situación y para los cuales no toa
podamos dar la obra por bien resucitada; pero en la extrraño el movimiento escénico. Haciéndolo así se
obra, tal como ha sido
logran siempre excepuesta en escena en
lentes conjuntosy buela Princosa, hay algo
na prueba de ello ha
más y algo que debe
dado también el pins e r v i r de ejemplo á
tor barcelonés señor
otras compañías: un
Gual, quien siguiendo
excelente c o n j u n t o
ese sistema en su Teaque revela una directro íntimo, ha logrado
ciónartís ti catan hábil
dar vida en la escena
como experimentada.
á obras tan difíciles do
interpretar como alguEn el acto segundo,
nas del teatro clásico
que como ya hemos
francés y alguna tradicho se desarrolla en
gedia griega.
el foyer de la Comedia
francesa, p e r f e c t a El procedimiento es,
mente r e p r o d u c i d o
pues, indudablemente
p o r u n a decoración
el mejor que para lonueva, las numerosas
grar buenos conjuntos
figuras que en él inter
escénicos p u e d e sevienen se mueven con
guirse y no es mucho
perfecta naturalidad,
que siguiéndole logre
dando la i m p r e s i ó n
siempre el director de
buscada por el autor y
la c o m p a ñ í a Tubau
sin que sus intérpretes
efectos q u e s u e l e n
sean grandes artistas
echarse de menos en
sino, por el contrario,
otras compañías cuj-os
actores modestos cuactores no por eso son
yos nombres no han
considerados p e o r e s
sido aún pregonados
que los que ahora acpor la fama.
túan en la Princesa.
Los c ó m i c o s que
Y no quiere decir
aguardan jugando al
esto que los actores de
ajedrez á que llegue el
la compañía Tubau no
momento de salir á esmerecen ser aplaudi-Adriana, SRA. TUBAU.—Rigolet, SR. GIL.
cena, las actrices que
dos; lejos de eso, algu(Fot. de Compañy)
EL TEATRO
nos de los intérpretes de Adriana Lecouvreur merecen serlo, y mucho.
En primer término, entre ellos merece mención
el Sr. Gril, excelente actor cómico que interpretó
muy bien el papel de Rigolet, no obstante sus dificultades, puesto que se trata de un papel de actor
Para terminar, bueno será decir dos palabras
acerca del arreglo.
María Tubau había anunciado la traducción de
Adriana Lecouvreur hecha por Ventura de la Vega; pero desavenencias con la Sociedad de Autores,
de que no he de hablar aquí, obligaron á última
ACTO QUINTO.—ESCENA FINAL
El Conde de Sajorna, SR. GONZÁLKZ.—Adriana, SRA. TVBAv.—Rigolet, SR. GIL
cómico que con frecuencia hace llorar, y como el
Q
* i Gil
f ^ í - i l merecen
i-vi /••nrti^rt-n también
4-n t-rx Vi i A >-i la
Ir» n
/ \ ñ «-\T>n Roca,
T? r\ n n
t n 11 XT r\
1CSr.
señora
muy
discreta en el difícil y antipático papel de princesa de
Bouillon, y el Sr. Llano que hizo hábilmente el
abate, los aplausos con que el público premió su
labor al final de cada uno de los actos.
m
iFot. Compañy)
hora á Pedro Gril, íntimo é inseparablo de Ceferi
r\f\
KQ 1 a n n m
Vi rt /-tn-n i , , , . . -*-r„-«,-,-í / . _
T71 I
no
Palencia,
áA hacer
una versión nueva. El
parecido de ésta con la antigua es grande, pero su autor
no lo oculta; se trata, pues, de un plagio, si plagio
es, con circunstancias atenuantes.
ALEJANDEO MIQUIS
TEATRO DE LA COMEDIA
PRIMERAS FIGURAS DE LA COMPAÑÍA
ROSARIO PINO
JOSEFA NESTOSA
SOFÍA ALVERÁ
FRANCISCO Q. ORTEGA
JUAN BALAOUER
CONCEPCIÓN CÁTALA
DOLORES B3EMÓN
FRANCISCO TALLAVÍ
FELISA LÁZARO, DEL TEATRO DE LA ZARZUELA
(POT. DE PBANZEN)
MONASTERIO EN 1 8 5 1 ^ "
JESÚS MONASTERIO
1836
AA
N Yasar de Periodo, pintoresco pueblecito de
la provincia de Santander, falleció el 29 del
pasado Septiembre el insigne músico montañés D. Jesús Monasterio, una de las glorias
más legítimas del arte español.
La figura del gran violinista había logrado un relieve y una personalidad que la habían hecho popularísima, no sólo en España, sino también en las
principales poblaciones de Europa.
Jesiis Monasterio nació en Potes (Santander), el
día 21 de Marzo de 1836. Desde muy niño comenzó á mos
trar afición á la música y, como
suele acontecer con estos precoces artistas, ya en los primoros ensayos que pudo hacer en
l o s instrumentos de juguete
que para su diversión prefería, mostró las extraordinarias
disposiciones, la facilidad y el
exquisito gusto que más tarde,
desarrollados con el estudio,
habían de hacer de él un músico insigne".
Su padre, aficionado á la música, le instruyó en el manejo
dol violín, pero pronto pudo el
discípulo dar lecciones á su
maestro; tan rápidos eran los
progresos que el niño hacía.
Esta indudable vocación de
cidió á sus padres á que de
aquellas aficiones hiciese su carrera, y n o sin imponerse grandes sacrificios sometiéronle á la
enseñanza del notable músico
Sr. Ortega Zapata, primer violín, por aquel entonces, de la
catedral de Palencia.
MONASTERIO
£
1903
Prendado el maestro de las extraordinarias disposiciones de su discípulo, gestionó su viaje á Madrid, donde al propio tiempo que completaba su
educación podía comenzar á darse á conocer en los
centros artísticos.
Presentado al regente del reino D. Baldomcro
Espartero, tanto interés despertó el joven músico
en el ánimo de aquel ilustre general, que decidió
protegerlo encargando de dar segura dirección artística al precoz músico á los maestros D José Vega, D. J u a n Ortega y D. Antonio Dorven, profesores de la Capilla Real.
Después de recibir la enso
ñanza de estos artistas durante
algún tiempo, hizo Monasterio
algunas excursionespor España
dando conciertos y conquistando aplausos y popularidad.
En 1845, comando n u e v e
años, experimentó la desdicha
de perder á su padre, viéndoso
precisado á interrumpir la comenzada serie de triunfos, para
trasladarse á su pueblo natal,
en el que permaneció a l g ú n
tiempo y del que acaso no habría vuelto á salir, dando al olvido la carrera que tan brillantemente comenzara y tanta glo
lia había de proporcional le, si
un nuevo protector, D. Basilio
Montoya, no le hubiera sacado
de su retiro encargándose <'o
completar su educación artística.
Con este propósito llevó al
joven á París y Bruselas, donEN 1879
de Montoya encargó al insigne
EL
B e r i o t la educación de
Monasterio.
Transcurridos a p e n a s
dos años, después de estudiar armonía con Lement y contrapunto con
Fetis, obtuvo el premio
de honor en la clase de
violín.
E n 1857 regresó á España, ingresando en l a
R e a l Capilla, v siendo
nombrado p r o f e s o r del
Conservatorio poco después.
La elegancia, la pureza
y la suavidad de su ejecución ha creado muchos
y muy buenos discípulos
en los años que ha desempeñado aquella importante clase.
E n sus frecuentes excursiones al extranjero,
fué presentado en Weimar al Gran Duque, que
le ofreció la plaza de primer violín y director de
los conciertos de cámara,
honroso puesto que su patriotismo no le permitió
aceptar.
E n la p r i m a v e r a do
1864 inició Monaterio sus
tareas de director de orq u e s t a , dirigiendo con
gran acierto los conciertos
clásicos fundados por la
Asociación de S o c o r r o s
Mutuos de Artistas, y encargándose en 1869 de la
MONASTERIO EN 1898
TEATRO
MONASTERIO EN 1895
18
(Fots. Bugliettn)
supo una palabra hasta
que la augusta madre de
Alfonso X I I I le llamó á
Palacio y en propia mano
le_ entregó el n o m b r a miento. Moret tuvo especial complacencia en darle posesión del cargo personalmente. Y Monasterio dejó el puesto algunos
pocos años después, quedándose n a d a más quo
con la cátedra que hoy
desempeñaba de Perfeccionamiento de violín y
música instrumental de
cámara (cuartetos, sonatas, etc.), para la cual íué
nombrado en 1890.
La noticia de su muerto
ha sido recibida en todos
los círculos artísticos con
profundo dolor, p o r q u e
sus compañeros, además
de admirar al artista, estimaban en lo que valía
las envidiables cualidades del hombre.
dirección de la Sociedad
de Conciertos, que había
fundado Barbieri.
Desde 1849, en que escribió su mazurca titulada La Violeta, ha compuesto más de 60 obras,
de las cuales no ha publicado más de una tercera
parte, composiciones muchas de e l l a s , como el
Adiós á la Alhambra, que
le h a n hecho populan
simo.
Enamorado como el que
más de la música di camera y deseoso de dar á conocer las grandes obras
de los clásicos alemanes,
fundó la Sociedad de Cuartetos en 1863.
Individuo de la Academia de Bellas Artes de
San Fernando, director
de la Escuela Nacional
de Música y condecorado
con la gran cruz de Isabel la Católica, y otras
distinciones españolas y
extranjeras, Jesiís Monasterio era una verdadera
gloria nacional.
En la p r i m a v e r a de
1894 propuso á la reina el
ministro deFomento. don
S e g i s m u n d o Moret, el
nombramiento de Monasterio para el cargo de director del Conservatorio,
y S. M. lo aceptó con en- .
tusiasmo. Monasterio no
MONASTERIO EN 1903
LORETO PRADO
LAS TRAVESURAS DE JUANA
COMEDIA EN CUATRO ACTOS, DE LOS S R E S . GARCÍA DONCEL Y VALLADARES,
EN EL TEATRO MODERNO
« A primera novedad que ha ofrecido la empresa
1 del Teatro Moderno, en esta temporada, al nuI meroso público que á diario le favorece, ha sido
^»—*» la reprisse de la comedia en cuatro actos y
en verso La? travesuras de Juana, cuyo estreno se
verificó el 27 de Noviembre de 1843 en el Teatro
de la Cruz.
Hemos dicho novedad porque la obra lo es para
nuestro público, no obstante sus sesenta años de
existencia, por la sencillísima razón de que desde
la época de su estreno se ha representado en muy
contadas ocasiones y desde la última vez q u e s e
ofreció al público hasta la fecha han transcurrido
cinco ó seis lustros.
REPRESENTADA
El solo anuncio del título de la comedia en el
teatro en que trabaja Loreto Prado, produjo la natural espectación y despertó el natural interés entre los muchos admiradores con que la genial artista
cuenta en Madrid.
Las travesuras de Juana debían dar ocasión do lucir sus dotes excepcionales á la sin par Loreto,
maestra inimitable en travesuras escénicas, en ingenio y en donaire artísticos.
Así lo dedujo de la lectura de la obra el fino instinto de empresario del popular director de la compañía Enrique Chicote, y á esta razón obedece el
hecho de haber decidido resucitar la obra,
La primera representación, dada en la noche del 9
ACTO PRIMERO
(PobCampúaj
ELVIRA, Srta. Franco; JUANA, Srta. Prado; ACERICO, Sr. Chicote; RECTORA, Sra. Castellanos; LAURA, Srta. Paniagua; LUISA, Srta. SantiIRENE, Srta. Anchorena
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