Manipulaciones viscerales 1 CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 1 10/12/08 13:41:31 CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 2 10/12/08 13:41:31 Manipulaciones viscerales 1 2.ª edición Jean-Pierre Barral, Pierre Mercier ELSEVIER MASSON CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 3 10/12/08 13:41:31 Autores Jean-Pierre Barral Pierre Mercier Osteópatas DO, diplomados de la Escuela Europea de Osteopatía (Maidstone, Inglaterra) y de la Facultad de Medicina de París Norte (Departamento de osteopatía y medicina manual). CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 5 10/12/08 13:41:32 Agradecimientos A John S.G. Whernam, DO, ex director de la European School of Osteopathy (Maidstone, Inglaterra) y discípulo de John Littlejohn, quien a su vez fue discípulo de Andrew Taylor Still. Dado que fuimos discípulos de John Whernam, nos parece tener un vínculo más estrecho con el fundador de la osteopatía, Andrew Taylor Still. «Sólo los tejidos saben.» Rollin Becker. CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 6 10/12/08 13:41:32 Índice de capítulos Introducción .......................................................................................................................... Capítulo 1 – Consideraciones generales Capítulo 2 – Cavidad torácica .......................................................... 1 .................................................................................. 33 Capítulo 3 – Cavidad abdominopelviana ........................................................ 65 . ........................................................................... 71 ......................................................................................................... 77 Capítulo 4 – Cavidad peritoneal Capítulo 5 – Hígado Capítulo 6 – Esófago y estómago . ........................................................................ Capítulo 7 – Duodeno e intestino delgado Capítulo 8 – Colon ix . .................................................. 101 123 ............................................................................................................ 139 Apéndice - Bazo y páncreas ...................................................................................... 159 Capítulo 9 – Riñones ....................................................................................................... 161 Capítulo 10 – Periné ........................................................................................................ 183 Capítulo 11 – Vejiga . ....................................................................................................... 189 Capítulo 12 – Útero . ........................................................................................................ 205 Capítulo 13 – Trompas y ovarios . .......................................................................... 223 ........................................................................................................ 229 Conclusión .............................................................................................................................. 237 Bibliografía ............................................................................................................................. 239 Capítulo 14 – Cóccix vii CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 7 10/12/08 13:41:32 CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 8 10/12/08 13:41:32 Introducción «La naturaleza le tiene horror al vacío», pero más le teme a la inmovilidad. El movimiento es el signo mismo de la vida. Todo empezó con una puesta en movimiento, un impulso, una vibración. Se habla de energía primordial, pero la causa inicial todavía no fue formulada; ella es el origen de todas las formas y de todas las fórmulas. En efecto, la vida es movimiento; de lo infinitamente grande hasta lo infinitamente pequeño, todo es móvil en el universo. Tanto si la movilidad en el espacio y el tiempo es de alta o baja amplitud, o de alta o baja velocidad, el electrón «baila» a una velocidad desenfrenada, las placas tectónicas de la corteza terrestre se desplazan unos cuantos centímetros por año, etc. Todo se mueve en el espacio y el tiempo, y el ser humano no puede sustraerse a esta ley. Lo que es verdad a escala cósmica lo es también a escala humana: el hombre forma parte del cosmos, como también la célula más pequeña, la molécula y el átomo. El ser humano es un todo: un conjunto de huesos articulados, de músculos que le permiten moverse y de vísceras que aseguran el funcionamiento del conjunto. La vida es movimiento, ritmo, intercambios, adaptaciones constantes a situaciones nuevas, asimilación, rechazo, defensa, etc. hasta la muerte, en la que aparentemente todo se detiene. La resistencia de la columna vertebral se debe a que es una estructura flexible y deformable. Veremos cómo la fisiología de las vísceras depende de esta aptitud para la deformación. Las vísceras de la cavidad abdominal tienen libertad de movimientos gracias a las serosas que las envuelven, las que a su vez constituyen superficies de deslizamiento. Las cavidades abdominal, pelviana, torácica y craneal poseen conjuntos de vísceras móviles. Cualquier proceso patológico produce lo que llamaremos una fijación visceral: la víscera deja de ser libre en la cavidad a la que pertenece y se solidariza con otra estructura. Si el cuerpo no logra adaptarse a esta situación, desarrollará un trastorno funcional, el cual, si la adaptación es inadecuada, producirá a su vez un trastorno estructural. Nuestra misión consistirá en poner de manifiesto esas fijaciones viscerales o pérdidas de movilidad; después de detectarlas, el tratamiento tenderá a estimular la víscera y a restituirle su movilidad fisiológica primaria. La teoría mecanicista sola no puede ser defendida, sobre todo cuando se limita exclusivamente al sistema vertebral. Afirmar que todo se encuentra en el arco reflejo vertebral, o incluso tan sólo en las dos primeras vértebras cervi- ix CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 9 10/12/08 13:41:32 x Introducción cales, no ha contribuido a hacer creíble nuestra profesión. La osteopatía se divide aparentemente en dos escuelas. Para los adeptos a la teoría mecanicista, la teoría energética aparece como una «triquiñuela magnética», mientras que para los defensores de esta última, los manipuladores no serían más que «musculosos salvajes». En realidad, la osteopatía es «una sola». La teoría energética consiste en decir que el ser humano produce energía, la recupera y la pierde. Estos intercambios se hacen de forma armónica y equilibrada: el hombre goza entonces de buena salud; si, al contrario, el equilibrio energético parcial o global se interrumpe, el hombre enferma. Estos intercambios de energía se producen dentro de la persona, en su «medio interno», pero también en su relación con el universo, de modo que el ser humano no es sino un pequeño eslabón en un conjunto energético cósmico. El osteópata debe estudiar todos estos movimientos e intercambios, describirlos y analizar sus perturbaciones con fin de brindar una corrección, desde el movimiento más ínfimo al más grande. Algunos movimientos son fácilmente visibles, otros lo son menos y otros no lo son en absoluto, todo lo cual depende de la velocidad y la amplitud de su desplazamiento. Para advertir los millares de pequeñas células en movimiento hace falta un microscopio; a simple vista sólo es posible CAP00_pi-x_BARRAL1.indd 10 ver la contracción muscular. Es el árbol que tapa el bosque de los millones de células en actividad. Estos millares de pequeños movimientos forman un todo, una unidad funcional inscrita en el individuo, el que a su vez se inscribe en otro movimiento, éste integrado a un sistema conforme a una cadena sin fin. El osteópata «opera» sobre todo lo que se mueve en el cuerpo humano: desde el pequeño movimiento simple hasta los movimientos más complejos. El hecho de actuar sobre un movimiento contribuye a una mejor distribución de la energía. El tratamiento osteopático, cualquiera que sea éste, cumple una función energética. Para el osteópata, todo es manipulable. Se ha pretendido encerrar la osteopatía en las manipulaciones vertebrales cuando, a decir verdad, todo puede ser estimulado, utilizado, inhibido. Así, el sistema visceral es manipulable; exige tanta habilidad con los dedos como la columna vertebral, los miembros y el cráneo. Manipular una articulación sacroilíaca o un hígado, de forma aislada, sólo tiene un interés relativo; nunca puede ser un fin, sino un medio para acceder a un sistema, buscar una respuesta del organismo en el sentido de la autocorrección. La osteopatía es el arte de provocar una autocorrección del organismo; la manipulación visceral es uno de estos medios. La osteopatía estimula las defensas del organismo, forzándolo a buscar en sus propias reservas; en ningún caso lo sustituye. 10/12/08 13:41:32