DIRIME LA COMPETENCIA A FAVOR DE LA SALA ESPECIALIZADA DE LO CIVIL Y MERCANTIL PORQUE LA ACCIÓN PLANTEADA NO ESTÁ ENFOCADA EN LA IMPUGNACIÓN DE UNA DETERMINADA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA, AUNQUE SE CONFIGURE EL ELEMENTO SUBJETIVO DE QUE LA PARTE DEMANDADA ES UNA INSTITUCIÓN DEL SECTOR PÚBLICO; SIN EMBARGO EL ELEMENTO OBJETIVO DE LA ACCIÓN NO SE REFIERE AL CONTROL DE LEGALIDAD DE UN ACTO, HECHO O CONTRATO ADMINISTRATIVO, SINO QUE PROPENDE EXCLUSIVAMENTE A LA DECLARACIÓN DE UN DAÑO MORAL PECUNIARIAMENTE APRECIABLE EN LOS TÉRMINOS DEL CÓDIGO CIVIL En el incidente de competencia negativa No. 10-2014-Pleno, suscitado entre Jueces/as de la Sala de lo Civil y Mercantil y Jueces/as de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, dentro del juicio ordinario por daño moral propuesto por Raúl Enrique Tomalá Meza contra el Director General del IESS y otros, consta lo siguiente: JUICIO No. 10-2014-PLENO JUEZA PONENTE: DRA. ANA MARÍA CRESPO SANTOS TRIBUNAL DE LA CORTE NACIONAL DE JUSTICIA DEL ECUADOR.- Quito, 03 de junio de 2015.- Las 10H35.- VISTOS: De conformidad al artículo 141 del Código Orgánico de la Función Judicial, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia, en sesión ordinaria de 22 de abril de 2015, sorteó la Jueza o Juez ponente de la presente causa, recayendo en la suscrita; por tal avoco conocimiento del conflicto negativo de competencia, suscitado entre los Jueces Nacionales de la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo y los de la Sala Especializada Civil y Mercantil, dentro del juicio ordinario por daños y perjuicios por daño moral que sigue el ingeniero Raúl Enrique Tomalá Meza en contra del Director General del Instituto Ecuatoriano de Seguro Social IESS. I. ANTECEDENTES Mediante demanda de fecha 11 de enero de 2010, el ingeniero Raúl Tomalá Meza, interpone demanda de indemnización pecuniaria a título de reparación por el daño moral causado por las acciones y omisiones del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social 1 por un lapso de más de doce años; imputaciones que, finalmente, se establecieron carentes de todo sustento, sin embargo, le causó “sufrimiento, dolor, estrés, angustia, daños morales luego convertidos en físicos por el proceso” 2, proceder que vulneró sus derechos constitucionales al buen nombre, al debido proceso; y, la tutela efectiva. Aduce que trabajó como tesorero de la Regional No. 3 del IESS, en la ciudad de Cuenca, desde el 11 de mayo de 1987 hasta el 6 de enero de 1992, fecha en la cual presentó su renuncia voluntaria, quedando como constancia una acta de entregarecepción de fecha 8 de enero de 1993; no obstante, el 17 de noviembre de 1997, al presentar la solicitud de cesantía ante la Regional del IESS, le supieron manifestar que existían cargos en su contra, por lo que presentó un reclamo ante el Director Regional 3 del IESS; reclamo que fue conocido por la señora Miriam Guerrero, jefe de contabilidad, quién señaló que en su cargo como tesorero existía un saldo de ciento treinta y un millones setenta mil tres sucres con nueve centavos. 1 2 En adelante IESS. Fundamento esgrimido por el ciudadano Tomalá Meza, en su libelo de demanda, fs. 16 del proceso de instancia. Indica que el Jefe del Departamento de Ejecución Presupuestaria, Contabilidad y Tesorería del IESS de la Dirección Provincial del Azuay, mediante oficio No. 13210100-952 de 14 de octubre de 2008, dio a conocer al Director Provincial del IESS, el resultado del examen realizado a su caso, quién concluyó que “no existe documentación en archivo donde involucre de una u otra manera al Ing. Tomalá en caso de faltante de dinero, al igual que no existe documento de reclamo por los sueldos impagos de los funcionarios” 3. Por tanto, solicitó, que se levanten los cargos generados en su contra. El 31 de octubre de 2011, el Juez Cuarto de lo Civil de Cuenca 4, declaró sin lugar la demanda de indemnización de daño moral interpuesto por el ingeniero Raúl Tomalá Meza, al considerar que la acción al momento de demandarse ya estaba prescrita al amparo del artículo 2235 del Código Civil 5, ante lo cual el ingeniero Raúl Tomalá Meza, interpuso recurso de apelación. Concedido el recurso, la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Azuay, desestimó el recurso de apelación interpuesto y confirmó en todas sus partes el fallo subido en grado 6; sentencia de la cual el ingeniero Raúl Tomalá Meza planteó recurso extraordinario de casación. Con auto de fecha 14 de septiembre de 2013, a las 11h02, la Sala de Conjueces de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, al considerar que existe fundamentación, admitió el recurso extraordinario de casación interpuesto por el ingeniero Raúl Tomalá Meza contra la sentencia dictada el 27 de junio de 2012, a las 13h45, por la Primera Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia de Azuay, por la causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación, y ordenó correrle traslado a la contraparte para que diera contestación al mismo dentro del término previsto en el artículo 13 de la Ley de Casación. La demanda fue contestada por conducto de la abogada Monserrath Oleas Carrillo, abogada patrocinadora del IESS, quién en lo medular supo manifestar que “el supuesto hecho injurioso inició en 1993 y concluyó el 4 de junio del 2009 y que es a partir de esta última fecha que debe tomarse el tiempo para el computo de la prescripción, no tiene lógica, porque el acto administrativo que impugna y que dice le causó daño se produjo en el año 1993, no en el 2009, por lo tanto al haber transcurrido más de cuatro años ha prescrito la acción” 7. Por su parte, el doctor Mario Cárdenas Ordoñez, Director Regional de la Procuraduría General del Estado, señaló que “el señor Tomalá Meza admite que, desde 1993 cuando el IESS le impuso los cargos administrativos provisionales, viene sufriendo las consecuencias de la actuación ilegal del Instituto, consecuentemente han transcurrido más de cuatro años contados desde la perpetración del acto”8. Por tanto, considera que la acción se encuentra prescrita. II COMPETENCIA El Pleno de la Corte Nacional de Justicia es competente para dirimir el conflicto negativo de competencia surgido entre la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil y la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativa de la Corte Nacional de Justicia, de conformidad al artículo 180 numeral 3 del Código Orgánico de la Función Judicial: 3 Ibídem fs. 9. Fs. 1-4 del proceso sustanciado ante la Sala Especializada de lo Civil de la Corte Provincial de Justicia de Cuenca. 5 Artículo 2235.- Las acciones que concede este Título por daño o dolo prescriben en cuatro años, contados desde la perpetración del acto. 6 Ibídem, fs. 23-25. 7 Fs. 8 del cuadernillo sustanciado en la Corte Nacional de Justicia. 8 Ibídem, fs. 23. 4 Juicio No. 10-2014-Pleno “Dirimir los conflictos de competencia entre las Salas Especializadas de la Corte Nacional de Justicia”. III.- CONFLICTO NEGATIVO DE COMPETENCIA La Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, integrado por los doctores Eduardo Bermúdez Coronel, Paúl Iñiguez Ríos 9 y doctora María Rosa Merchán Larrea, en auto de fecha 12 de febrero de 2014, a las 10h00, con relación al recurso de casación interpuesto por el ingeniero Raúl Tomalá Meza, manifestó que al expedirse el Código Orgánico de la Función Judicial, todas las controversias originadas por actos o hechos derivadas por el Estado o entidades del sector público con los particulares, la competencia es exclusiva de los órganos especializados de lo contencioso administrativo de la Función Judicial, aunque las causas hayan iniciado cuando la competencia era de los jueces civiles, por ende debe aplicarse la Ley de Modernización del Estado, artículo 38 que trata sobre la competencia de los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo, además el Código Orgánico de la Función Judicial, artículos 217 que regula las atribuciones y deberes de los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo; y, 32 que determina la responsabilidad del Estado por inadecuada administración de justicia, por revocatoria o reforma de sentencia condenatoria. Por tanto, la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, consideró el hecho que dio inicio a la presente causa es el resultado de un acto emanado del sector público, debiendo el afectado presentar su demanda ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, por ende carecen de competencia, remitiendo el proceso a la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia. Con auto de fecha 16 de septiembre de 2014, a las 16h33, la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia, en voto de mayoría del doctor Álvaro Ojeda Hidalgo y doctora Maritza Tatiana Pérez, manifestó que: i) La demanda interpuesta por el ingeniero Raúl Tomalá Meza, se basa exclusivamente en el daño moral al amparo del artículo 2232 del Código Civil, ii) Que no existe responsabilidad objetiva extracontractual del Estado, iii) Del contenido de la demanda no se aprecia ni acto administrativo, ni sumario administrativo; y, iv) No procede el artículo 32 del Código Orgánico de la Función Judicial. En tal virtud, la Sala declaró que el presente caso “debe seguir siendo conocido y resuelto por la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil, dado de que no le es aplicable la disposición transitoria décima literal a del COFJ” 10. En tanto, el voto de minoría, emitido por el doctor Juan Montero Chávez, determina que el tema objeto de la controversia es contencioso administrativo, al haberse presentado la demanda en contra de una institución del Estado a consecuencia de actos administrativos, por este motivo, declaró la nulidad de lo actuado a partir de la providencia de calificación de la demanda, a costa de los jueces que han intervenido en la sustanciación del proceso en sus diferentes instancias, disponiendo que el proceso se remita al Tribunal Distrital de lo Contencioso Administrativo No. 3 con sede en Cuenca con la finalidad que conozca, tramite y resuelva la controversia 11. 9 Ex magistrado de la Corte Nacional de Justicia. Ibídem, fs. 43. 11 Ibídem, fs. 44-47. 10 Mediante auto de 23 de octubre del 2014, a las 16h00, la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil, se ratificó en los fundamentos del auto inhibitorio de fecha 12 de febrero de 2014, a las 10h00 en el que expresa no ser competente para conocer el recurso de casación en virtud de lo establecido en el artículo 38 de la Ley de Modernización del Estado. Al considerar que existe un conflicto de competencia negativo entre la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil y la Sala Especializada de lo Contencioso Administrativa, remite el proceso al Pleno de la Corte Nacional de Justicia para que proceda en derecho. 3.1.- Algunas consideraciones en relación a la competencia y jurisdicción. Previo a dirimir el conflicto negativo de competencia suscitado entre la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil y la Sala Especializada Contencioso Administrativa de la Corte Nacional de Justicia y determinar la Sala competente para el conocimiento del recurso de casación interpuesto por el ingeniero Raúl Enrique Tomalá Meza contra la sentencia dictada el 27 de junio de 2012, las 13h45, por la Primera Sala Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Azuay, es importante realizar las siguientes consideraciones en relación a la competencia y jurisdicción. La Constitución de la República responde a una nueva concepción de Estado, y por ello consagra cambios profundos a su organización y funcionamiento, parafraseando a Santiago Andrade Ubidia, se ha configurado un nuevo nacimiento de la Función Judicial 12, de ahí que el Código Orgánico de la Función Judicial, establece los principios, las bases de organización de los diferentes organismos que integran la Función Judicial. El artículo 150 del cuerpo legal en mención, con relación a la jurisdicción ha determinado que es la potestad pública de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, potestad conferida a juezas y jueces establecidos en la Constitución de la República y las leyes; normativa que tiene su antecedente en la Norma Suprema, la cual establece que “la potestad de administrar justicia emana del pueblo y se la ejerce por los órganos de la Función Judicial” 13. Se entiende, entonces, que la jurisdicción es el poder de administrar justicia por los jueces y juezas, teniendo como límite la competencia. En cuanto a la competencia, la sección I, del Capítulo II, del Título III del Código Orgánico de la Función Judicial, define su alcance, legalidad, indelegabilidad, prevención, subrogación, prorrogación y reglas generales, suspensión y perdida de competencia; así pues, en su artículo 156 ha definido a la competencia como “la medida dentro de la cual la potestad jurisdiccional está distribuida entre las diversas cortes, tribunales y juzgados, en razón de las personas, del territorio, de la materia y de los grados”. 3.2. Análisis del caso. Trasciende señalar que Ecuador es un Estado Constitucional de derechos y justicia, que respeta los derechos constitucionales de las ciudadanas y ciudadanos, además, el derecho de las partes procesales dentro de un proceso legal. Un Estado en el cual los administradores de justicia debemos incorporarnos al nuevo paradigma constitucional, el cual recoge el principio de sujeción de la administración de justicia a la Constitución de la República; principio que proclama que en un Estado Constitucional de derechos, 12 Al respecto, el doctor Andrade Ubidia, en su obra La Transformación de la Justicia, hace un análisis complejo de la reforma judicial y administración de justicia en el Ecuador de 2008, desde diferentes tópicos. Ver más, en Santiago Andrade Ubidia y Luis Fernando Ávila, La transformación de la JUSTICIA, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Quito-Ecuador, 2009, p. 3-44 13 Artículo 167 de la Constitución de la República. Juicio No. 10-2014-Pleno todas las personas que administren justicia están sujetas y deberán atenerse preferentemente, en su actividad jurisdiccional, al texto de la Constitución, en tanto ésta es la norma jurídica más importante y la fuente de todas las demás 14, no obstante lo señalado, nuestro Estado respeta el principio de legalidad el mismo que debe estar en armonía con la Norma Suprema; así pues, los administradores de justicia, tenemos que afirmar la legalidad y coadyuvar a la justicia por el derecho 15 y la Constitución de la República y preservar la independencia que es garantía de su imparcialidad 16. En el presente caso, existe un conflicto negativo de competencia entre dos Salas Especializadas de la Corte Nacional de Justicia. Por un lado, la Sala de lo Civil y Mercantil, integrada por los doctores Eduardo Bermúdez Coronel, Paúl Iñiguez Ríos 17 y doctora María Rosa Merchán Larrea, considera que el tema medular es asunto administrativo, por las consideraciones anteriormente señaladas. Y por otro, la Sala Contencioso Administrativa, en voto de mayoría del doctor Álvaro Ojeda Hidalgo y doctora Maritza Tatiana Pérez, manifiesta que el asunto en controversia es de carácter civil, por cuanto la demanda versa exclusivamente en el daño moral al amparo del artículo 2232 del Código Civil 18. En tanto, el doctor Juan Montero Chávez, en su voto salvado declara la nulidad de lo actuado, al concluir que el punto medular es un asunto administrativo. Al respecto, los administradores de justicia al momento de expedir una sentencia debemos observar el trámite propio de cada procedimiento 19 y no ser extensivos en relación a la interpretación de una norma o proceso legal, por cuanto cada materia se encuentra regulado por un cuerpo legal; así materia penal en el Código Orgánico Integral Penal, en materia constitucional por la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, etc. Ahora bien, el derecho administrativo se encarga de regular la administración pública, el ordenamiento jurídico en cuanto a su organización, sus servicios y sus relaciones con la ciudadanía; siendo la jurisdicción de lo contencioso administrativo, la encargada del conocimiento y aplicación del derecho en lo relacionado a lo administrativo, se trata, entonces de una jurisdicción que regula la contienda que puede existir entre el Estado con los particulares. La facultad y competencia de los tribunales de lo contencioso administrativo, no nace exclusivamente con la vigencia de la Ley de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, ni con el Código Orgánico de la Función Judicial, nace también con la expedición de la Ley de Modernización del Estado, publicado en el Registro Oficial. No. 349 de 31 de diciembre de 1993, reformada mediante Ley publicada en el 14 Juan Montaño Pinto, La Función Judicial y la justicia indígena en la nueva Constitución ecuatoriana, en Ramiro Ávila Santamaría, Agustín Grijalva Jiménez, Rubén Martínez Dalmau, Desafíos constitucionales, La constitución ecuatoriana del 2008 en perspectiva, SERIE JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS, NEOCONSTITUCIONALISMO Y SOCIEDAD, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Tribunal Constitucional, 2008, p. 196. 15 Fernando de la Rúa, Teoría general del proceso, Ediciones Depalma, Buenos Aires-Argentina, 1991, p. 28 16 Ibídem. p.25. 17 Ex magistrado de la Corte Nacional de Justicia. 18 Artículo. 2232.- En cualquier caso no previsto en las disposiciones precedentes, podrá también demandar indemnización pecuniaria, a título de reparación, quien hubiera sufrido daños meramente morales, cuando tal indemnización se halle justificada por la gravedad particular del perjuicio sufrido y de la falta. 19 Artículo. 76.3 de la Constitución de la República. Suplemento Registro Oficial No. 144, de 18 de agosto del 2000, la cual en su artículo 38 dispone: “Los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo y de lo Fiscal, dentro de la esfera de su competencia, conocerán y resolverán de todas las demandas y recursos derivados de actos, contratos, hechos administrativos y reglamentos expedidos, suscritos o producidos por las entidades del sector público. El administrado afectado presentará su demanda, o recurso ante el tribunal que ejerce jurisdicción en el lugar de su domicilio. Queda claro, que la competencia jurisdiccional contencioso administrativo está supeditada a conocer cuestiones que se susciten en relación a contratos, demandas y recursos derivados de actos, hechos administrativos y reglamentos expedidos, suscritos o producidos por las entidades del sector público por su puesto con la ciudadanía; consecuentemente el conflicto debe provenir de una actuación administrativa respecto de la cual a la jurisdicción contenciosa administrativa le correspondería realizar el ejercicio de control de legalidad para determinar su legitimidad y validez, (particular que no se subsume a los hechos, por cuanto el ingeniero Raúl Enrique Tomalá Meza demanda exclusivamente una indemnización por daño moral). Es importante manifestar que la Constitución de la República, máxima normativa en el ordenamiento jurídico ecuatoriano, establece taxativamente como un deber del Estado respetar y hacer respetar los derechos constitucionales; en este sentido, las personas tienen derecho a disponer de bienes y servicios de óptima calidad 20, caso contrario el Estado será responsable por la falta o deficiencia en la prestación de los servicios públicos 21, de configurarse este particular el Estado pecuniariamente puede ser responsable mediante indemnización de daños y perjuicios, proceso o juicio que debe ser conocido por los administradores de justicia en materia contencioso administrativo 22, por cuanto existe relación directa en situaciones de responsabilidad extracontractual objetiva del Estado y subjetiva de sus funcionarios y empleados públicos. De igual manera, la jurisdicción contencioso administrativo, tiene competencia para conocer causas de indemnización de daños y perjuicios ligados a la ilegitimidad o irregularidad del acto o hecho administrativo que se impugne, con la salvedad de que en el mismo libelo de demanda se determine la reparación. Consecuencia inmediata a lo anterior, no le compete a la jurisdicción contencioso administrativo conocer, analizar y resolver juicios de indemnizaciones por daños y perjuicios, que tengan como finalidad la reparación de un daño pecuniariamente cuantificable y separable de una actuación administrativa. Ahora bien, en el caso sub judice acorde a lo señalado en líneas anteriores, (sin ánimo de resolver las pretensiones del ingeniero Raúl Tomalá Meza, por cuanto, esa potestad le compete a la Sala en la cual se resuelva el presente conflicto de competencia), el objeto de la demanda persigue de forma exclusiva la reparación de un daño moral, cuantificablemente apreciable, ocasionado a decir del actor por una serie de imputaciones, cargos y descargos que se efectuaron en su contra por más de 20 Artículo 52 de la Constitución de la República. Artículo 11 numeral 9, inciso segundo. 22 El Código Orgánico de la Función Judicial en sus artículos 185 numeral 6; y 217 numeral 8, establece que la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Corte Nacional de Justicia; y, los Tribunales Distritales de lo Contencioso Administrativo, conocen únicamente indemnizaciones de daños y perjuicios por falta o deficiente prestación de servicios públicos. 21 Juicio No. 10-2014-Pleno 10 años, originados por una falsa información de funcionarios de la Regional 3 del IESS que transcendió a sus amigos, familiares y a toda la ciudad de Cuenca, lo que ha menospreciado su honra y honor por lo que cuantifica este daño moral en la suma de tres millones de dólares 23. El ingeniero Raúl Tomalá Meza, en el libelo de su demanda no impugna ninguna actuación administrativa en particular y más bien asevera que no ha mediado ningún sumario o procedimiento administrativo 24 en su contra, es decir, no ha identificado acto administrativo alguno que requiera el ejercicio del control de legalidad por parte de la jurisdicción contencioso administrativo, al contrario, la pretensión es de naturaleza procesal privada por lo que la acción que se persigue es propia de la justicia civil ordinaria, se debe tener presente que la jurisdicción contencioso administrativo no está definida únicamente por el elemento subjetivo de una contienda judicial, esto es, la intervención de la administración pública como parte procesal, sino que además deben confluir otros elementos que determinen la materia administrativa, que definan consigo la especialidad jurisdiccional conforme el artículo 11 del Código Orgánico de la Función Judicial 25. El daño moral amparado en el artículo 2232 del Código Civil se refiere al menoscabo a intereses no patrimoniales que debe considerar tanto la naturaleza del interés lesionado cuanto el bien jurídico protegido; entiéndase el dolor, la angustia, la aflicción física y espiritual, la humillación o los padecimientos emocionales, que son estados del espíritu, como consecuencia del daño, el que se presenta por la privación de un bien jurídico protegido, sobre el cual el humillado tiene un interés reconocido jurídicamente, por la lesión a una facultad de actuar que impide o frustra la satisfacción o goce de los intereses no patrimoniales reconocidos a la víctima 26. El resarcimiento del daño moral constituye además de satisfacción para la víctima, un modo de reparación debido a ella por el menoscabo que sufre socialmente en razón del ataque mismo 27. Desde luego, al concepto dado en líneas anteriores, se debe tener en consideración los elementos del daño moral y la acción: i) Daño moral es el que proviene de toda acción u omisión que lesiona los sentimientos, afecciones, las facultades espirituales o a las condiciones sociales o morales inherentes a la personalidad humana. ii) La acción de indemnización por daño moral es independiente y no está supeditada al previo ejercicio de la acción penal; es decir no existe esta prejudicialidad. iii) El daño moral no tiene una manifestación externa y por ello no se requiere una prueba directa de la existencia del daño moral, sino que es suficiente la valoración objetiva de la acción u omisión antijurídica que lo provoca. iv) El daño moral se ubica en el campo de la responsabilidad civil. v) La acción civil por daño moral es contenciosa y declarativa; 23 Foja 16 del proceso de instancia. Ibídem, fs. 14. 25 “Art. 11.- Principio de especialidad.- La potestad jurisdiccional se ejercerá por las juezas y jueces en forma especializada, según las diferentes áreas de la competencia. Sin embargo, en lugares con escasa población de usuarios o en atención a l carga procesal, una jueza o juez podrá ejercer varios o la totalidad de las especializaciones de conformidad con las previsiones de este Código. Este principio no se contrapone a principio de seguridad jurídica contemplado en el artículo 25 (…)” 26 Causa No. 451-2009, emitida el 2 de septiembre de 2009, por la Sala de lo Civil, Mercantil y Familia de la Corte Nacional de Justicia. 27 Eduardo Zanoni, El daño en la Responsabilidad Civil, Editorial Astrea, Segunda edición, Buenos Aires-Argentina, 1993, págs. 292-293. 24 se debe sustanciar por la vía ordinaria; y, vi) La acción por daño moral corresponde exclusivamente a la víctima o a su representante legal. Mas, en caso de imposibilidad física de aquella, podrán ejercitarla su representante legal, cónyuge o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad 28. Y, desde luego, en diferentes resoluciones de la propia Sala de lo Civil de la Corte Nacional de Justicia se ha determinado que la indemnización por daño moral se ubica en el campo de la jurisdicción civil, resoluciones que se detallan a continuación: 1. Expediente 263, publicado en el Registro Oficial No. 43, de fecha 21 de junio de 2005, dentro del juicio ordinario No. 331-2003, que sigue la señora Fanny Magdalena Enríquez Fraga en contra de Celso Rodrigo Estrada Pancho, en la cual, la Sala ha sido clara en determinar que los asuntos tendientes a daño moral, son de competencia de los jueces de lo civil; al referirse: “si se imputa la existencia de un delito o cuasidelito civil como fuente de la obligación indemnizatoria por daño moral, la acción para reclamarla procede en forma directa y autónoma por la vía civil (…) La acción civil nace del hecho ilícito y hay obligaciones que nacen a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos o cuasidelitos (…) Por tanto, la acción civil que nace de un hecho ilícito y de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, es fuente de obligaciones civiles. 2. Sentencia dictada el 3 de junio de 1996, publicada en el Registro Oficial No. 958, en su considerando cuarto señaló que no es potestad de los jueces penales conocer asuntos tendientes a conocer el daño moral sino los jueces civiles: “Conforme ha declarado esta Sala, la acción civil para obtener la indemnización por daño moral es independiente y no está supeditada al previo ejercicio de la acción penal, pues en las normas especiales sobre el daño moral no se ha establecido esta prejudicialidad que, de haberla querido el legislador la habría requerido expresamente”. 3.- Sentencia No. 657-2009, dentro del juicio No. 273-2009-ER, propuesto por la señora María Leonor Vásconez Garcés de Holliham, en contra de Banco del Pacífico S. A., de igual manera, la Sala estableció que el daño moral es competencia civil y queda al albedrio del Juez civil establecer el valor de la indemnización: “Por lo tanto, para que proceda una indemnización por daño moral o extrapatrimonial, debe existir una acción dañosa, la reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a prudencia del Juez la determinación del valor de la indemnización, atentas circunstancias concretas como señala nuestra Ley Sustantiva Civil, la que claramente establece que para que haya lugar a la reparación de daños morales”. 4.- Sentencia dictada el 28 de abril de 2010, las 10h30, dentro del Juicio No. 946-2009, propuesto por el Presidente Constitucional economista Rafael Correa Delgado en contra del Banco Pichincha C.A., que en lo medular señaló que la potestad de conocer el daño moral es la vía ordinaria. “4) El daño moral se ubica en el campo de la responsabilidad civil. 5) La acción civil por daño moral es contenciosa y declarativa; se debe sustanciar por la vía ordinaria”. 28 Con relación a los elementos al daño moral y la acción, la Sala de lo Civil, Mercantil y Familia de la Corte Nacional de Justicia se ha pronunciado en diferentes resoluciones; así la sentencia de fecha 21 de junio de 2007, a las 10h45 (Gaceta Judicial No. 5, Serie XVIII, año CVIII, p. 1802; juicio No. 0946-2009, Registro Oficial Suplemento 330, de 13 de septiembre de 2012. Juicio No. 10-2014-Pleno 5.- Resolución No. 0404-2010, dentro del juicio No. 983-2009, que por daño moral sigue Luz Vélez Palacio en contra Cecilia Benavides Celi, la Sala, en su ratio decidendi, fue claro en señalar la autonomía del daño moral en materia civil: "(...) 5.3.Las disposiciones de los Arts. 2231 y 2232 del Código Civil contienen las siguientes reglas o normas sobre la responsabilidad e indemnización por daño moral: 1ra Autonomía.- Las normas sustantivas específicas que regulan el derecho a la reparación por daño moral no establecen prejudicialidad para la acción por daño moral en lo civil ni disponen que la decisión del juez de lo penal será vinculante para el juez de lo civil y, por el contrario el Art. 2232 del Código Civil ha previsto la autonomía de la acción por daño moral al disponer que “ Dejando a salvo la pena impuesta en los casos de delito o cuasidelito”, están especialmente obligados a la reparación por daño moral quienes causen los hechos que establece la ley. Por tanto, la existencia del daño moral debe ser analizada y valorada por el juez de lo Civil (...)". 6.- Resolución No. 0374-2011, dentro del juicio No. 0300-2004, que por daño moral deduce Galeth Rafael en contra de Eduardo Montaño, la Sala, en su ratio decidendi, manifestó: “(…) 6.2.- También afirma el Tribunal ad quem que si se pretende reclamar el daño moral como consecuencia de la injuria declarada en sentencia ejecutoriada, sólo debe hacerse con la sentencia penal condenatoria.- En el caso de injurias o lesiones, la acción de daño moral no dependen de una especie de prejudicialidad en materia penal, esto es, que para demandar por daño moral deberá existir previamente una sentencia condenatoria en el ámbito penal.- La acción de daño moral es autónoma e independiente.- Respecto de las distintas clases de acciones y su independencia, esta Sala ha dicho: “Acción de indemnización por daño moral.- Si bien la acción en el caso sub júdice no es de reparación de daño moral, la Sala considera conveniente anotar su criterio sobre el asunto por la relación con el tema general de daños y perjuicios. Las normas sustantivas específicas que regulan el derecho a la reparación por daño moral no establecen prejudicialidad para la acción por daño moral en lo civil y, por el contrario, el Art. 2232 del Código Civil ha previsto la autonomía de la acción por daño moral al disponer que “Dejando a salvo la pena impuesta en los casos de delito o cuasidelito”, están especialmente obligados a la reparación por daño moral quienes causen los hechos que establece la ley. Por tanto, la existencia del daño moral debe ser analizada y valorada por el juez de lo civil. (…)”. No cabe duda, que la acción planteada no está enfocada en la impugnación de una determinada actuación administrativa, aunque se configure el elemento subjetivo que marcaría la jurisdicción contencioso administrativo, toda vez, que la parte demandada es el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social; adicionalmente, el elemento objetivo de la acción no se refiere al control de legalidad de un acto, hecho o contrato administrativo, sino que por el contrario, propende exclusivamente a la declaración de un daño moral pecuniariamente apreciable en los términos del artículo 2232 del Código Civil. IV.- RESOLUCIÓN Sobre la base de lo indicado, ut supra, y al amparo de las normas legales y constitucionales señaladas, el Pleno de la Corte Nacional de Justicia dirime la competencia a favor de la Sala Especializada de lo Civil y Mercantil de la Corte Nacional de Justicia, para que conozca y resuelva el recurso extraordinario de casación interpuesto por el ingeniero Raúl Enrique Tomalá Meza contra la sentencia dictada el 27 de junio de 2012, las 13h45 por la Primera Sala Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de Justicia del Azuay. f) Dr. Carlos Ramírez Romero, PRESIDENTE; Dra. Paulina Aguirre Suárez, Dr. Vicente Robalino Villafuerte, Dr. Wilson Andino Reinoso, Dra. Gladys Terán Sierra, Dr. Asdrúbal Granizo Gavidia, Dr. Jorge Blum Carcelén, Dr. José Luis Terán Suárez, Dra. Ana María Crespo Santos, Dr. Luis Enríquez Villacrés, Dr. Miguel Jurado Fabara, Dr. Pablo Tinajero Delgado, Dra. Cynthia Guerrero Mosquera, Dra. Sylvia Sánchez Insuasti, JUEZAS Y JUECES NACIONALES; Dr. Roberto Guzmán Castañeda, CONJUEZ NACIONAL. Certifico. f) Dra. Isabel Garrido Cisneros, SECRETARIA GENERAL.