Misiología, seminario sobre Misión y Reino de Dios Ponencia:” La missio Dei y su relación con el Reino de Dios” Lic. Vladimir Pacheco Pereda I. Definición Pablo A. Deiros1 a. Dios tiene una misión activa con la cual procura que los seres humanos vengan al arrepentimiento por medio de la obra realizada por Cristo. b. La missio Dei refleja el carácter de Dios, como el Dios de justicia (tsedeqah) que manda justicia social (mishpat), según fue anunciada por los profetas. c. La missio Dei es la actividad de Dios en la historia humana para rescatar a la humanidad de su deshumanización cultural, política, económica y social así como de su alienación espiritual respecto a Dios.2 d. La misión es parte de los atributos divinos, Dios es misionero por excelencia. Voetius concibió el fundamento de la misión en términos primeramente teológicos, es decir, fluyendo del mismo corazón de Dios.3 II. Riesgos del concepto de missio Dei4 a. Según Bosch en los últimos años se ha hecho un uso tan extenso del concepto misión que llevó a algunos a afirmar que si todo es misión nada lo es en realidad. b. La solución a este aparente problema no es volver a una redefinición del concepto misión desde un paradigma reduccionista y separatista, sino, según Bosch, “La misión es un ministerio multifacético respecto al testimonio, el servicio, la justicia, la 1 Missio Dei en, Deiros, Pablo Alberto, Diccionario hispano-americano de la misión, COMIBAM Internacional Publication, 1997 2 Las cursivas son mías. 3 Op. Cit. pág. 320 4 Ver análisis Bosch, Misión en transformación, págs. 621 y ss. y C. René Padilla, El proyecto de Dios y las necesidades humanas, págs. 34 y ss. sanidad, la reconciliación, la liberación, la paz, la evangelización, el compañerismo, el establecimiento de nuevas iglesias, la contextualización y mucho más.”5 c. El riesgo que se corre al intentar hacer una lista de dimensiones de la misión, Bosch lo identifica como el peligro del otro extremo, el de ser reduccionista y delimitar la missio Dei según nuestras predilecciones. III. El sí y el no de dios al mundo: secularización y separatismo a. De los riesgos esbozados en el punto anterior podemos caer en dos extremos: secularización o separatismo. b. El “sí” de Dios al mundo: el “sí” de Dios se revela, en gran parte, a través de la participación misionera de la Iglesia en las realidades de injusticia, opresión, c. pobreza, discriminación y violencia. Según Schütz “el modelo de la Iglesia en medio del caos de nuestros tiempos es político hasta los tuétanos”6 d. Por lo tanto, ni una iglesia secularizada (es decir, una iglesia preocupada únicamente por las actividades y los intereses de este mundo) ni una iglesia separatista (es decir, una iglesia involucrada únicamente en la tarea de ganar almas y prepararlas para el más allá) puede articular fielmente la missio Dei. e. La misión es también el «no» de Dios al mundo. f. Anteriormente propusimos que la misión es el «sí» de Dios al mundo. Nos basamos en la convicción de que hay continuidad entre el Reino de Dios, la misión de la Iglesia y las necesidades de justicia, paz y plenitud en la sociedad, y que la salvación abarca todo lo relacionado con las personas en este mundo. Sin embargo, la provisión de Dios en Jesucristo, y aquello que la Iglesia proclama y encarna en su misión y evangelización, no debe limitarse simplemente a lo mejor que se puede esperar en este mundo en términos de salud, libertad, paz y ausencia de pobreza. El Reino de Dios rebasa el concepto del progreso humano en el plano horizontal.7 IV. Diferencia entre Misiones y missio Dei8 5 Op. Cit. Pág. 622 6 Citado por Bosch, op. Cit. pág. 26 7 Oo. Cit. págs. 26, 27 8 Op. Cit. Págs. 25 y ss. a. Según Bosch, es esencial distinguir entre misión (singular) y misiones (plural). b. La primera se refiere básicamente a la missio Dei (la misión de Dios), es decir, a la autorevelación de Dios como el que ama al mundo; el compromiso mismo de Dios en este mundo y con este mundo; la naturaleza y la actividad de Dios que abarca a la Iglesia y al mundo, y en la cual la Iglesia tiene el privilegio de participar. c. El término misiones (las missiones ecclesiae: los proyectos misioneros de la Iglesia), se refiere a modos particulares de participación en la missio Dei, relacionados con períodos, lugares y necesidades específicos. d. Por lo tanto, la iglesia es convocada a participar de la missio Dei, aquella no es la razón de ser de la misión, sino al revés, la iglesia existe por y para la misión. e. Según Moltmann, “No es que la Iglesia tiene una misión de salvación que cumplir en el mundo; es que la misión del Hijo de Dios y el Espíritu por medio del Padre incluye a la Iglesia”9 V. La iglesia misionera por naturaleza10 a. Su misión (su situación de «ser enviada») no es secundaria a su esencia; la Iglesia existe en el proceso de ser enviada y de edificarse para la causa de su misión. b. La misión no resulta ser «una actividad marginal de una iglesia establecida sólidamente, una causa piadosa en la cual se pueden invertir fuerzas si la hoguera doméstica está ardiendo adecuadamente. La actividad misionera no es tanto una acción realizada por la Iglesia como la Iglesia en acción» c. Una iglesia que no está en misión ha perdido su razón de ser y ya sólo es una comunidad de personas que comparten creencias y que no influyen en su entorno. d. e. C. René Padilla ha definido la misión como la 11 Iglesiaparalosdemás . Probablemente haciendo eco de la frase de Dietrich Bonhoeffer “La iglesia solo es iglesia cuando es para los de afuera” 9 Citado por Bosch, op.cit. pág. 447 10 Ver Bosch, op. Cit. pág. 456 11 C. René Padilla, El proyecto de Dios y las necesidades humanas VI. Relación con el reino de Dios: El discurso y el cumplimiento de la missio Dei a. El discurso: en el discurso creamos realidades y en el reino de Dios podemos, en las palabras, proponer y convocar a la comunidad a involucrarse en la misión de Dios en el mundo. Cuando hablo de discurso, hablo desde lo cotidiano, no del discurso institucionalizado desde el púlpito, sino de las convenciones a las cuales llegamos en nuestras conversaciones, allí creamos una cultura proclive a la misión o contraria a ella. b. El discurso xenófobo: i. Las expresiones que son parte de este discurso nos obstaculizan en el cumplimiento de la missio Dei, ya que no nos permiten actuar en igualdad con otras culturas o en su defecto no nos dejan entrar a culturas tan ricas como la mapuche. O bien, entramos con una mirada civilizacionista de la misión. c. El discurso homofóbico: i. Respecto a este discurso debemos aclarar que Dios condena los actos homosexuales, sin embargo, el pecado de homosexualidad está siempre en el NT puesto en lista con otros pecados que también necesitan limpieza y que son condenados por Dios. ii. Expresiones vulgares, discriminatorias, faltas de conciencia crítica obstaculizan el cumplimiento de la misión, ya que la iglesia con un discurso subyacente homofóbico no se involucrará en ninguna actividad que tenga relación con homosexuales, ya sean enfermos de sida, drogadictos o estudiantes y ejecutivos exitosos que hoy viven en el centro de la cuidad. d. El discurso exclusionista: i. Con discurso exclusionista me quiero referir a nuestras actitudes de habla reflejadas en: “yo-y-los-otros” o “nosotrosy-aquellos”. ii. Este exclusionismo nos impide la colaboración en el reino de Dios. En otro tiempo llamaríamos a estas actitudes sectarismos, mal que creemos está muy lejos de nosotros, sin embargo, si evaluáramos críticamente nuestro discurso cotidiano, tomaríamos conciencia de nuestro propio oculto sectarismo. iii.Una mejor actitud debería ser “nosotros-con-otros-portodos” eso es, en mi entendimiento, misión con visión de Reino. e. f. Reino de Dios y ecología-escatología (acciones prácticas): i. La pregunta que me surge aquí es: ¿el cielo nuevo y la tierra nueva nos dan derecho a evitar la destrucción de este cielo y esta tierra? ii. Una mirada parcial del Reino de Dios y una mala comprensión escatológica, nos ponen al margen de de la participación de la missio Dei.