RENDICIÓN DE CUENTAS La Rendición de cuentas de autoridades, es uno de los elementos primordiales en una democracia moderna. En nuestras democracias representativas, los ciudadanos elegimos autoridades a fin de que en nuestro nombre, realicen la gestión de lo público. Así, elegimos alcaldes para que en nuestro nombre administren la ciudad, diputados (hoy asambleistas) a que elaboren las leyes y fiscalicen, etc. Por tanto, dichos funcionarios, al ser receptores de un mandato y representantes de los ciudadanos, deben “rendir cuentas” a sus mandantes (nosotros, los electores), sobre el uso y ejercicio del mandato a ellos conferido. La rendición de cuentas, especialmente antes de la expedición de la actual Ley de Participación Ciudadana, fue un tema poco conocido por las autoridades, quienes muchas veces lo asimilaban con una mera presentación de un informe de labores, lecturas de listados de obras, e incluso con la sola publicidad oficial, elementos que pueden ser parte de un proceso de rendición de cuentas, pero que, aplicados de manera aislada, no constituyen en si una rendición de cuentas. La rendición de cuentas, es un proceso mucho mas técnico que político, pues consiste en socializar con la ciudadanía, una serie de indicadores de desempeño de gestión, teniendo como base el plan de trabajo, es decir el documento con el cual la autoridad pidió el voto ciudadano cuando fue candidato. Así concebida, se transforma en una forma de control social a los mandatarios y autoridades públicas por parte de los mandantes. Constituye por una parte, un derecho ciudadano a monitorear, dar seguimiento, controlar la administración pública y promover soluciones, y por otra, una obligación de los mandatarios y autoridades a informar a sus mandantes y ciudadanía en general, sobre su gestión. La Ley de Participación Ciudadana, contiene un desarrollo normativo bastante acertado y completo sobre la rendición de cuentas, determina condiciones, plazos, y hace una referencia bastante detallada sobre su contenido, a diferencia de lo que sucede con otros mecanismos de democracia participativa tales como la silla vacía o revocatoria, en donde el desarrollo de la norma es limitado, y hasta inconstitucional en ciertos casos, como sucedió por ejemplo, con las últimas reformas a la revocatoria del mandato, en donde se crean causales y aumentan los requisitos de firmas, por encima de lo señalado en la norma constitucional. Un tema central en la rendición de cuentas es su contenido, que como se ha señalado, es lo que marca la diferencia entre esta figura, y lo que puede ser un mero informe de labores o lectura de obras. Para ello, la ley señala dos grandes ejes: El nivel político y el programático. En el primero, se incluye la propuesta o plan de trabajo planteados formalmente antes de la campaña electoral; los planes estratégicos, programas, proyectos y planes operativos anuales; los presupuestos general y participativo; las propuestas y acciones de legislación, fiscalización y políticas públicas y las propuestas y acciones sobre las delegaciones realizadas a nivel local, nacional e internacional. En el 1 segundo eje (el denominado nivel programático y operativo), se incorporan los presupuestos aprobado y ejecutado; contratación de obras y servicios; adquisición y enajenación de bienes y los compromisos asumidos con la comunidad. Otro elemento fundamental en la rendición de cuentas, constituye la interacción con los mandantes, por lo cual la rendición de cuentas, a fin de que sea óptima y efectiva, se debe desarrollar a través de un foro público en el cual la autoridad presenta su rendición, y la ciudadanía tiene la posibilidad de requerir ampliaciones, aclaraciones o cuestionar lo presentado. Ello, implica una adecuada organización del evento, con amplia publicidad, metodologías y reglas claras, alianzas y trabajo conjunto con los medios de comunicación, y buscar la participación de la mayor parte de sectores sociales, ciudadanos y fuerzas representativas de las localidades. La Corporación Participación Ciudadana, ha llevado adelante durante este año algunas experiencias exitosas de procesos de rendición de cuentas. Para ello, fue necesario un trabajo previo de diálogo con las autoridades locales que permitió implementar metodologías adecuadas, con la asesoría de la Corporación. Los cantones: Latacunga, Tulcán, Chambo (Provincia del Chimborazo) y Espejo (Provincia del Carchi), han servido como primeras experiencias con el fin de potencializar acciones futuras e institucionalizar este importante mecanismo. Para ello, es indispensable que las autoridades conciban a la rendición de cuentas no como un mero requisito formal para cumplir una disposición legal, o como un procedimiento tedioso que deben implementarlo para cumplir una obligación. Es preciso avanzar y construir procesos de capacitación y motivación tanto a autoridades como a ciudadanos, para que todos comprendamos que en una democracia, quien recibe un mandato ciudadano, está en la obligación de dar cuentas sobre el uso del mandato conferido. Además, una adecuada rendición de cuentas no solo que aumenta los niveles de participación e involucramiento ciudadano en lo público, sino que puede contribuir a que el ciudadano, una vez que esté debidamente informado, mejore su percepción sobre la acción de sus autoridades. 2