En Proceso Revista Conservación Ambiental PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LA EVALUACIÓN FUNCIONAL DE SITIOS DEGRADADOS CON POTENCIAL DE SER RESTAURADOS IGNACIO C. FERNÁNDEZ* Biólogo en Recursos Naturales, MSc. ignaciofernandez@ecomabi.cl MARICARMEN FERNANDEZ A.* Bióloga en Recursos Naturales. *Fundación para la Conservación y Manejo Sustentable de la Biodiversidad. Ahumada 312, of. 425, Santiago, Chile. _________________________________________________ INTRODUCCIÓN Los ecosistemas naturales no son entidades estáticas, sino que por el contrario se encuentran en constante cambio producto de los impactos provocados por diversos agentes de perturbación. Frente a estas perturbaciones los ecosistemas poseen diversos mecanismos que les permite recuperarse y retornar a una condición similar a las que poseían previo a la ocurrencia del evento perturbador, capacidad que es conocida como resiliencia (Westman 1978; Elmqvist et al. 2003). Sin embargo cuando la frecuencia o intensidad de las perturbaciones es modificada por acciones de origen antrópico en rangos superiores a los que podrían ser considerados como naturales, la capacidad de resiliencia de los ecosistemas podría verse sobrepasada, disminuyendo la capacidad de éstos para recuperarse a su estado original, transformándose en un ecosistema distinto, que muchas veces posee menor complejidad, alberga menos biodiversidad, y genera menos servicios ecosistémicos (Folke et al. 2004). Para lograr que un ecosistema que ha sido degradado a tal punto que ha perdido su capacidad de resiliencia logre retomar su trayectoria hacia un estado similar al considerado como previo a la perturbación, será necesario tomar acciones y definir estrategias que permitan asistir activamente al ecosistema en su recuperación. Si bien existen diversas aproximaciones utilizadas comúnmente para recuperar ecosistemas degradados (e.g. reemplazo, reforestación, rehabilitación), sólo la Restauración Ecológica tiene como objetivo último restituir la diversidad y complejidad de los componentes del ecosistema hacia un nivel similar al original (Rey Benayas et al. 2009). Así la Restauración Ecológica puede definirse como una actividad intencional que inicia o acelera la recuperación de un ecosistema nativo con respecto a su salud, integridad y sustentabilidad. En términos generales se trata del proceso de ayudar al restableci- 30 miento de un ecosistema que ha sido degradado, dañado o destruido (SER 2004). Una de las etapas claves para lograr el éxito en un proyecto de restauración es la etapa de planificación, que corresponde a la primera de las cuatro etapas que deberían estar implicadas en un proyecto de esta índole (Fernández et al. 2010). En esta etapa previa, es necesario realizar una evaluación del sitio para poder establecer el grado de degradación del mismo, y definir las estrategias y acciones que deberán llevarse a cabo para retornar al ecosistema a su trayectoria ecológica. Si bien la planificación corresponde a una etapa clave para la evaluación del sitio y la definición de los objetivos del proyecto de restauración, muchas veces esta fase es sub-abordada, limitándose casi exclusivamente a una evaluación de la riqueza y abundancia de especies presentes en el sitio, dejando de lado elementos ecológicos que podrían dar información de suma relevancia para determinar la potencialidad de recuperación del sitio, y las acciones que deberán ser llevadas a cabo. Dentro de estos factores se encuentran aquellos ligados con el contexto en el que se inserta el sitio de estudio; i.e. escala de paisaje (e.g. matriz circundante, tamaño del parche, presencia de propágulos en parches cercanos, distancia a los parches circundantes), y aquellos ligados a la funcionalidad del área a restaurar; i.e. escala de sitio (e.g. presencia de especies nodrizas, tasas de germinación, existencia de estructuras percha, condición del sustrato, existencia de especies de fauna dispersoras de semillas). Tomando en cuenta que el objetivo principal de la Restauración Ecológica es lograr que el ecosistema degradado retorne a su trayectoria original (SER 2004), una vez evaluado el sitio es de vital importancia definir cuáles son los principales factores limitantes que impiden que el ecosistema haya perdido su funcionalidad y no pueda recuperarse por si sólo. En base a ello podremos definir la mejor aproximación a utilizar (i.e. restauración pasiva, activa, o la integración de ambas) teniendo presente que los costos y resultados de la estrategia definida estarán directamente relacionados con el estado de degradación del sitio a restaurar y el nivel de conocimiento que tengamos sobre los factores ecológicos claves implicados en la funcionalidad del mismo. En este trabajo se presentan los avances de un proyecto de investigación cuyo objetivo principal es desarrollar, evaluar y proponer una metodología integral de evaluación de sitios degradados en ecosistemas mediterráneos, tanto a escala de sitio como de paisaje, orientada a establecer aquellos factores ecológicos críticos que deben ser restituidos en un sitio a restaurar dado para que retorne a su trayectoria ecológica, de manera de hacer el proyecto eficiente en términos de uso de recursos y efectivo en sus resultados. En ese sentido la máxima de esta propuesta es generar una metodología simple que permita trabajar en base a la Fundación Ecomabi 2011® En Proceso Año 1/Número 1/Noviembre 2011 evaluación de procesos ecológicos, y no sobre un diagnóstico estático del sitio que se pretende restaurar. PROPUESTA METODOLÓGICA La propuesta metodológica en la que se está trabajando tiene como objetivo principal diseñar una guía de evaluación de sitios degradados basada en el grado de disrupción de factores ecológicos claves necesarios para la funcionalidad del ecosistema. En este sentido nuestra propuesta se enfoca principalmente en determinar la presencia/ausencia y calidad de factores ecológicos claves, tanto a nivel del sitio que se quiere restaurar, como en la matriz circundante. Para ello la evaluación se realiza en dos escalas de análisis: (1) Escala de Paisaje, en la cual se busca identificar, calificar y cuantificar los elementos y patrones del paisaje que podrían facilitar o limitar la restauración del sitio, y (2) Escala de Sitio, la cual tiene como objetivo identificar, calificar y cuantificar los distintos componentes estructurales del sitio (suelo, flora y fauna) que pueden facilitar la restauración del mismo. Una vez que se han definido y categorizado los parches presentes en la matriz se procede a cuantificar los patrones del paisaje mediante la utilización de métricas fácilmente calculables. Dentro de las métricas que proponemos están: porcentaje de área cubierta por cada categoría de parche, tomando en cuenta cuál es la categoría de parche que facilitaría la restauración (e.g. a mayor cantidad de bosque nativo en la matriz, mayor probabilidad de que un sitio a restaurar con bosque reciba propágulos); distancia a la categoría de parche de interés más cercano; distancia promedio a los parches de interés; tamaño del parche de interés más cercano; y tamaño promedio de los parches de interés. La cuantificación de las métricas de paisaje antes mencionadas busca evaluar de forma objetiva la posibilidad de que el sitio que se pretende restaurar pueda recibir un input de propágulos desde los potenciales parches fuentes. Es importante mencionar en este punto que está metodología se encuentra en etapa de propuesta, y por tanto es factible de ser modificada en función de los resultados que se obtengan en una próxima fase de validación. Procedimiento metodológico a Escala de Sitio Procedimiento metodológico a Escala de Paisaje Para realizar esta parte de la metodología de debe recurrir a algún programa de información geográfica y la utilización de mapas de vegetación y/o de imágenes satelitales del área. La primera etapa es definir el área que se pretende restaurar y fijar sus límites de forma precisa. Después de ello se debe realizar una categorización de la matriz circundante en función de las características de los tipos de parche que están presentes (e.g. agrícola, forestal, urbanizada, matorral nativo, bosque nativo, nativo degradado) de manera de poder clasificar los distintos parches en relación a su efecto facilitador o limitador sobre la restauración del sitio a restaurar (el número de tipos de parches a definir dependerá del nivel de precisión con que se quiere evaluar). En este sentido parches de bosques nativos probablemente facilitarán la restauración de sitio ya que podrán actuar como parches fuente para las diversas especies que deben colonizar el sitio a restaurar. Por el otro lado una matriz agrícola o urbanizada probablemente limite la recuperación del sitio, al actuar como barrera para la dispersión de especies nativas, y promover la invasión de especies exóticas. En esta parte es clave fijar el “área de influencia” sobre el sitio a restaurar, es decir definir los límites territoriales que se integrarán al análisis. Para ello creemos que lo mejor es definir la distancia máxima probable desde la que podrían llegar propágulos (teniendo en cuenta el tipo de dispersión de semillas y la existencia y características de los respectivos vectores), utilizando dicha distancia, en forma radial desde el sitio a restaurar, como el área de influencia de la matriz. La metodología propuesta para evaluar el estado de degradación a escala de sitio está basada principalmente en establecer el grado de viabilidad de los procesos ecológicos propios del ecosistema que se pretende restaurar. Para ello primero es necesario establecer cuáles son los elementos claves del sistema ecológico, de manera de focalizar los esfuerzos en su evaluación y análisis. Dentro de los principales componentes a evaluar que incorpora nuestra propuesta se encuentran aquellos ligados a las interacciones plantaplanta y planta animal. En relación a la primera interacción es vital desarrollar un muestreo de vegetación que permita identificar y cuantificar las potenciales especies nodrizas, y aquellas invasoras que puedan limitar la germinación y/o el desarrollo de las nativas (e.g. Rubus ulmifolius, Pinus spp. Eucaliptus spp.). Junto con ello es necesario evaluar la estructura de la comunidad vegetacional, de manera de establecer si existen individuos de diferentes clases etáreas y evaluar las tasas de regeneración de las plántulas propias del ecosistema, ya que ambos factores se pueden relacionar con la ocurrencia de procesos sucesionales. Para ello la metodología de muestreo que proponemos corresponde al uso de transectos de vegetación. Mediante el método del transecto es posible obtener la cobertura total y relativa (por especies) del sitio, además de identificar y cuantificar el número de individuos presentes, y la estructura de la comunidad (estimada a través del DAP y/o u altura de las plántulas interceptadas en caso de ser muy pequeñas). Estos transectos deberán estar georeferenciados, ya que de esa forma es posible obtener en forma complementaria la distribución de ISSN 0719-1618 31 En Proceso Revista Conservación Ambiental los diferentes individuos prospectados en terreno, lo que a su vez nos dará información respecto a si existen patrones de agregación sucesionales (los procesos de sucesión en climas mediterráneos usualmente ocurren en forma de islas de vegetación). El número de transectos dispuestos en terreno deberá procurar cubrir la máxima área posible, utilizando como un índice de éxito, llegar a la saturación de la curva especie-área. En relación a las interacciones planta-animal, existen dos mecanismos principales que proponemos deben ser evaluados, herbivoría y dispersión de semillas mediante frugivoría. Para la primera relación es necesario hacer un muestreo que logre identificar y cuantificar la presencia de las especies de fauna que pudieran tener algún efecto en el reclutamiento de especies. En este sentido la evaluación y cuantificación de especies invasoras asilvestradas como conejos y liebres es de suma relevancia, como también establecer si en el sitio existe ramoneo de vegetación por parte de la potencial presencia de ganado. Si bien establecer con claridad en una sola campaña de muestreo estas variables puede ser difícil, es posible estimar su incidencia en función de la presencia de fecas. Para ello resulta útil la cuantificación de fecas a través de grillas de muestreo dispuestas en el suelo y/o estimaciones de abundancia en función de observaciones durante el muestreo de vegetación. La presencia de micromamíferos nativos resulta relevante a la hora de evaluar el sitio, ya que su composición y abundancia es un buen bioindicador del grado de conservación o deterioro de las cadenas tróficas del sistema. Además de ello en algunas ocasiones pueden actuar como dispersores accidentales al almacenar semillas que al no ser consumidas pueden encontrar condiciones de humedad y protección óptimas para germinar. En este sentido es relevante hacer un análisis del ensamble de micromamíferos, en relación a que una proporción elevada de roedores introducidos (i.e Rattus spp.) podría ser un indicador de un fuerte nivel de depredación sobre algunas semillas. Para el muestreo de micromamíferos se recomienda la utilización de trampas sherman dispuestas en transectos con estaciones dobles, de manera de abarcar distintos micrositios. El número de trampas utilizadas debe responder al tamaño del área de estudio y jornadas que se utilizarán para desarrollar el muestreo, buscando llegar a la saturación de la curva individuos-área. En ese sentido resulta útil realizar una técnica de marcaje que permita establecer directamente la abundancia de micromamíferos (número total de individuos distintos atrapados durante el muestreo), sin tener que desarrollar cálculos en base a modelos de marcajerecaptura. Determinar la presencia y abundancia de potenciales especies de aves dispersoras de semilla también corresponde a un punto clave, ya que en muchas ocasiones éstas son los únicos vectores que podrían estar facilitando la llegada 32 de semillas desde otros parches fuentes de propágulos. Del mismo modo también podrían jugar un rol preponderante en la dispersión de semilla dentro del área que se pretende restaurar. Para ello es de suma importancia conocer la matriz de frugivoría planta-ave del lugar que se está estudiando, de manera de poder relacionar la presencia de las especies de aves con las potenciales especies de plantas que podrían estar dispersando, tanto dentro, como hacia el área a restaurar. La estimación de la abundancia y composición del ensamble de aves puede realizarse a través de muestreos de punto fijo y/o transectos, pero dependiendo del nivel de complejidad del sitio de estudio también es posible recurrir al uso de redes de niebla. Finalmente un punto que actualmente se encuentra en desarrollo es la incorporación de la variable suelo dentro de los factores a evaluar. Pare ello se está analizando buscar algún(os) indicador(es) de fácil medición que permita(n) establecer y cuantificar el nivel de disrupción de los principales procesos a nivel de sustrato que deben existir para la mantención de condiciones para el desarrollo del componente vegetacional. Modelo de Integración para Resultados Obtenidos Como resultado final de este análisis nuestra propuesta pretende incorporar los resultados obtenidos de la evaluación en una matriz numérica estandarizada, de manera de poder obtener un modelo matemático que permita cuantificar el estado de degradación funcional de un sitio. De esta forma se podrá comparar el estado de degradación de distintos sitios de un ecosistema particular, de manera de evaluar cuál de los sitios en estudio posee el mejor potencial para ser restaurado con éxito. AVANCES Y RESULTADOS PRELIMINARES Durante el mes de agosto del presente año se comenzó a trabajar en terreno para realizar una evaluación diagnóstica de los principales puntos presentados en la metodología a escala de sitio. Para ello se estableció como sitio de estudio un remanente de vegetación nativa que se encuentra en el sector norte del Parque Metropolitano del Cerro San Cristóbal, que actualmente se encuentra en un avanzado estado de deterioro, pero que existe interés por parte de los administradores de recuperarlo como un atractivo para la comunidad. Dentro de los principales resultados que se obtuvieron respecto a la prospección de sitio, tomando en cuenta que dicha prospección preliminar buscó evaluar aquellos factores claves para el funcionamiento del ecosistema, se pueden resumir de forma general los siguientes: El sitio presenta una baja cobertura de copa vegetacional (cercana al 30%), sin embargo la cobertura relativa de las Fundación Ecomabi 2011® En Proceso Año 1/Número 1/Noviembre 2011 especies nodrizas identificadas representa más del 80% de la cobertura relativa. Si bien la cobertura vegetacional es indicador de un estado de degradación elevado, existe la presencia de 11 especies fanerófitas (árboles y arbustos) propias de la comunidad de referencia identificada para el sector, en su gran mayoría de especies dispersadas por semillas. Al realizar un análisis de la estructura de edades mediante análisis de DAP por especies es posible establecer que en general las especies presentes son relativamente jóvenes, lo que indica que trata de un sitio que no hace mucho tiempo atrás fue severamente degradado, y que en el último tiempo ha sido capaz de regenerar parte de su material vegetacional. Si bien en los sitios sin cobertura de copara arbórea existe escasa presencia de plántulas, bajo las especies nodrizas si es posible observar regeneración de plántulas, principalmente de aquellas dispersadas por aves. Dentro de las especies nodrizas, el espino es el que presentó mayor incidencia en la regeneración. Existe una alta presencia de fecas de lagomorfos, lo que indica una fuerte presión de herbivoría por especies de este orden. Este hecho además es corroborado por la importante presencia de herbáceas con evidencia de ramoneo en el área. El ensamble de micromamíferos es sumamente pobre, con presencia únicamente de especies introducidas, y en baja abundancia. Esto indicaría que el componente fauna del sitio se encuentra altamente alterado, lo que podría incidir negativamente en las posibilidades de recuperación del área. Finalmente, en relación al ensamble de aves para evaluar la matriz planta-frugivoría, se encontraron presente sólo 4 especies descritas como dispersoras de semillas en el ecosistema mediterráneo de Chile (Zonotrichia capensis, Turdus falcklandii, Mimus thenca y Anairetes parulus). De éstas, las tres primeras especies mostraron alta abundancia, lo que podría facilitar la dispersión de semillas dentro del sitio, y lo que es coherente con el hecho de encontrar plántulas debajo de plantas nodrizas que también pueden actuar como perchas para las aves. CONCLUSIONES Si bien estos resultados preliminares constituyen sólo una primera aproximación diagnóstica respecto a la metodología propuesta para el estudio a nivel de sitio, es importante recalcar que en términos generales aportan importante información respecto al grado de deterioro que existe en algunos elementos ecológicos claves para el funcionamiento del sistema. Aún falta trabajar en cuantificar cada una de las variables identificadas para asignarles valores que después puedan ser incorporadas al modelo matemático de evaluación del sitio, así como también desarrollar nuevas campañas de terreno en este y otros sitios para hacer comparaciones de los resultados, y de ese modo validar y ajustar el modelo en el que se está trabajando. En este sentido actualmente se está trabajando de forma paralela en el análisis a escala de sitio, y posteriormente esperamos replicar la metodología en al menos dos sitios más, de manera de poder tener datos suficientes para poder definir los ponderadores de las diferentes variables y de esa manera presentar un modelo de evaluación de sitios que se transforme en una herramienta útil para la restauración ecológica de los ecosistemas mediterráneos de Chile. Literatura citada. Elmqvist, T., C. Folke, M. Nyström, G. Peterson, J. Bengtsson, B. Walker, & J. Norberg. 2003. Response diversity, ecosystem change, and resilience. Frontiers in Ecology 9: 488-494. Fernández I. C., L. Olivares, N. Morales, J. Salvatierra, M. Gomez & G. Montenegro. 2010. Restauración Ecológica para Ecosistemas Nativos Afectados por Incendios Forestales. PUC-CONAF. Santiago, Chile. 162 pp. Folke, C., S. Carpenter, B. Walker, M. Scheffer, T. Elmqvist, L. Gunderson & C. S. Holling. 2004. Regime shifts, resilience and biodiversity in ecosystem management. Annual Review of Ecology Evolution and Systematics 35:557-581. Rey Benayas J. M., A. Newton, A. Diaz & J. Bullock. 2009. Enhancement of biodiversity and ecosystem services by ecological restoration: A MetaAnalysis. Science 325: 1121-1124. SER (Society for Ecological Restoration) International Science & Policy Working Group. 2004. The SER International Primer on Ecological Restoration (www.ser.org). Society for Ecological Restoration International, Tucson, Arizona. 15 pp. Westman, W. E., 1978. Measuring the inertia and resilence of ecosystems. Bioscience 28: 705-710. PROYECTO “PICHIDANGUI SUSTENTABLE”: INICIATIVA PARA CONSTRUIR CONOCIMIENTO Y COMPRENSIÓN DE UN SISTEMA SOCIOECOLÓGICO VERÓNICA MORALES I.* Ingeniero Civil Industrial. veronicamorales@ecomabi.cl *Fundación para la Conservación y Manejo Sustentable de la Biodiversidad. Ahumada 312, of. 425, Santiago, Chile. ________________________________________________ INTRODUCCIÓN La protección y conservación de los recursos naturales es un tema de creciente relevancia para el país. Si bien la responsabilidad de su protección recae legalmente en instituciones ISSN 0719-1618 33