LUNES, 6 DE MAYO DE 2013 EL ECONOMISTA 50 Normas & Tributos Economía Golpe a las tácticas de negociación sindicales en el marco de los ERE La Audiencia Nacional resuelve un caso de ‘mala fe’ durante el periodo de consultas Lucía Sicre MADRID. GETTY Es improcedente el despido si la comunicación va sin fecha El Supremo estima que, sin la constancia del día de despido, el trabajador no puede iniciar el plazo de recurso Xavier Gil Pecharromán MADRID. En el caso de que la empresa omita en su comunicación la fecha en que se efectúa el despido disciplinario, éste se considerará improcedente, según establece una sentencia del Tribunal Supremo, de 27 de marzo de 2013. El ponente, el magistrado Agustí Juliá, explica que el artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores (ET) prescribe, a los fines del recurso, que “el despido deberá ser notificado por escrito al trabajador, haciendo figurar los hechos que lo motivan y la fecha en que tendrá efectos”. A continuación, este mismo artículo establece la posibilidad de que por convenio colectivo haya otras exigencias formales, la obligatoriedad de expediente contradictorio cuando el trabajador fuera representante de los trabajadores o delegado sindical, y asimismo la necesidad de audiencia previa de los delegados de la correspondiente sección sindical si el trabajador estuviera afiliado a un sindicato y el empresario lo supiera. De esta forma, el Tribunal Supremo anula la sentencia recurrida, procedente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que argumentaba que, aunque en la carta no constaba expresamente la fecha de efectos del despido, tal requisito no resulta imprescindible, pues, sin negarle su importancia, hay que examinar la redacción total de la carta. Así, en este caso, la fecha se consideró de fácil deducción, permitiendo al trabajador presentar la demanda en los 20 días siguientes. Al contrario, el Supremo, que recuerda su pronunciamiento sobre la materia en la sentencia del 21 de septiembre de 2005, determina que Cada año se realizan 1,4 millones de documentos afectados por este tipo de trámites los artículos 55.4 del ET y el 108.1 de la Ley de Procedimiento Laboral (LPL) no dejan lugar a dudas sobre los efectos de la omisión de los requisitos legales exigidos por el artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores (ET) para el despido, entre los que se halla la omisión de la fecha de efectos: la declaración de improcedencia del despido. Tal conclusión, como expresión de la voluntad de la ley, se refuerza por el hecho de que hay una expresa previsión legal de subsanación de la omisión de los requisitos de forma, cual es la contenida en el artículo 55.2 del ET. Seguridad jurídica Por otra parte, Agustí Juliá señala que ninguna norma condiciona los efectos a que la omisión lo sea conjuntamente, de todos o de varios requisitos y no de uno solo de ellos. Y por último, asegura que son razones de seguridad jurídica para el trabajador despedido las que, sin duda, subyacen a la exigencia de que al serle notificado el despido se le haga saber la fecha en que éste ha de producir sus efectos. En el caso en litigio la resolución que acordó el despido no contiene referencia alguna a la fecha de sus efectos. La constancia de la fecha de efectos del despido la tuvo el trabajador no cuando se le notificó la resolución de despido, sino casi dos meses después, tras haber formulado reclamación previa e incluso después de interpuesta la demanda que dio origen a la sentencia. Por su parte, la empresa no hizo uso de la facultad de acordar un nuevo despido -con fines de subsanación de los defectos de forma- en los términos que prevé el artículo 55.2 del ET. La mala fe en la negociación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) durante el periodo de consultas no es una práctica exclusiva de las empresas: una reciente sentencia de la Audiencia Nacional estudia los límites de las estrategias negociales de la representación de los trabajadores en este marco, señalando qué información es exigible a la empresa y cuándo los trabajadores se extralimitan y obstruyen el proceso con sus peticiones. Se trata de un fallo con fecha de 15 de febrero de 2013, del que es ponente el magistrado Poves Rojas, en el que se estudia el recurso planteado por la representación de los trabajadores de una empresa en la que se llevó a cabo un ERE, impugnado por los empleados. En concreto, el fallo arremete contra las prácticas de los sindicatos, considerándose probado que las empresas demandadas, ante su pérdida de competitividad “en un momento recesivo de nuestra economía, intentaron alcanzar acuerdos (...), habiéndose acreditado cumplidamente una actuación obstruccionista por parte de la representación de los trabajadores”. La sentencia acusa al lado sindical de la negociación de solicitar “informaciones maximalistas” y de no presentar ningún tipo de alternativa durante la negociación, reiterando esa conducta en las distintas reuniones que se mantuvieron. Además, se censura que el único objetivo sindical era “nego- ciar un convenio que blindara la aplicación de la reforma laboral, tratándose, a todas luces, de una pretensión que desbordó, de todo punto, el objetivo del artículo 41.4 del Estatuto de los Trabajadores”. Por todo ello, la sentencia coincide con el criterio de la empresa demandada en que “si alguien negoció de mala fe, fueron los representantes de los trabajadores, quienes obstruyeron en todo momento que el periodo de consultas alcanzara sus fines”. Datos no exigibles La sentencia también analiza qué datos resultan o no exigibles por parte de la representación de los trabajadores, concluyendo que el desglose individual de los gastos salariales no era un dato imprescindible para que la negociación del periodo de consultas alcanzara sus fines, puesto que lo relevan- El artículo 11 de la Directiva permite la adopción de medidas contra el fraude y la evasión te era la pérdida de competitividad de las demandadas. La empresa, en concreto, había perdido 1.431.000 euros y redujo un 27 por ciento sus ventas en los ocho primeros meses de agosto de 2012, “pese a lo cual abonaban salarios muy superiores al mercado a sus trabajadores”. Por todo ello, la sentencia concluye que los demandantes dispusieron de la información imprescindible para ofertar alternativas durante el periodo de consultas, “y si no lo hicieron, no fue por falta de información, sino por razones de estrategia sindical”. Hacienda debe respetar el trámite de audiencia X. G. P. MADRID. Cuando un procedimiento de devolución iniciado mediante solicitud termine por el inicio de un procedimiento de comprobación limitada, notificado al contribuyente con ocasión del requerimiento de documentación dirigido a verificar el cumplimiento de los requisitos para proceder a la devolución solicitada, resultan de aplicación las normas reguladoras de dicho procedimiento de comprobación, según establece el Tribunal Económico Administrativo Central (Teac), de 14 de marzo de 2013. La Sala considera que debe notificarse la propuesta de resolución y conceder el oportuno trámite de audiencia antes de dictar acuerdo denegatorio de la devolución de las cuotas soportadas.