MARIO BUNGE *r Foundations & Philosophy of Science IJnit, McGill Universitt, Mon¡real FJ $l t ECOIVOMIA Y FILOSOFIA C onti s i ón E c onóni c ' . PRESENTACION DE RAUL PREBISCH p' ra A núri c u Lati n. ,e l ..t t\ac tones (J ni das l: l d.l1 t; i SEGUNDA EDICION ".! # ii * 1 I H#$trPRESTA Á 00MICru0 Filfr $EPRESTA A }'.t-HIfItIÜ INDICE Diseño de cubierta: J. M. Domínguez y J. SánchezCuenca Impresión de cubierta: Gráficas Molina q 1. " e d i c i ó n : 1 9 8 2 2. " e d i c i ó n : 1 9 8 5 /) P nes¡ Nr ncr óNo¡ Rnúl Pn¡ sr scH P noloco A LA sEG UNDA EDr ct oN Png¡ncro IN rnoouccr óN. . . . ¡,s uN ro Ptí5. D E LA E C ON OMIA pol -trl c A l. Ei 2. Coucr pr os ECoNoM r cos 3. GeN¡nRLTzRCIoNES¡co¡¡ólrrcas 4. Te o n i n s Y M o D EL o s EC o N ó M r co s 3¿ 5. Po l i r r cn s 6. El voN¡rRnrsilro 7. T¡ o n Ín Y R EAL TD AD 8. ¿C r e N cl ,+o sEM r cr EN C r a ? ... 39 5l 59 68 79 l0l 9. ¿Quo veors? n2 ApÉNnlc¡ l EC o N ó M r cAS . ExHrsreNbo Los REFERENTES . A p ÉN o r ce z. L ¡ ve s Y R EGL AS ltl fl i E C O F {*f,,{l A A p r No r cr 3 A p ÉN o r cE q TEo R i A D Er cR EC TM TEN To M o p ¡ l o L TN EALD E p R o D l r ccr o N Ap¡Nolc¡ CoNcepros DE DESARRoLLo ¡ B r s Lr o cR R n ÍA . . . Reservadostodos los derechos.Ni la totalidad ni parte de estelibro puede reproducirseo transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico,incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacehamientode información y sistemade recuperación,sin . permiso escrito de Editorial Tecnos, S. A. O by Manro Br-;Nce E DIT OR IAL T EC N OS , S.4 ., 1 9 85 O'Donnell, 27 . 28009MADRID I S B N : 8 4 -3 0 9 -1 1 6 5 -0 De p ó s i to L e g a l : M - 1 8 2 2 3-1 9 8 5 Printed in Spain. Impreso en España por GAMA, S. A. Tracia. l7 - 28037 Madrid 9 t7 2l 23 25 fl \c ll5 l16 I l8 t20 t23 t 27 g 2,9P,7 PRESENTACION .q,l F i ? ,' r & t Ha sido para mí una grata -rorpresa que Marío Bunge me sugiríera escribír la introduccíón a este pequeño libro. Filósofo eminente, se ha dejado llevar por su vasta curiosidad intelectual al campo de la ciencia económica o, más bien dicho, de lá oasí llamada ciencia económica>, como me hc dado en decir frecuentemente. Y ha escrito este libro muy provocativo. Llega en muy buena oportunidad y nos será de gran ayuda a los economistas que, como en mí caso, rechazan los artículos de fe del pensamiento convencional. El doctor Bunge aruemete resueltamente contrs las teorías clásicas y neoclásicas,sin que escapen a su análisís crítico las concepciones marxistas. Pero es a las neoclásicas a donde se díríg e prefere nte mente. Como he recordado más de una vez en los últimos tiempos, yo he sido un firme neoclásico en mi juventud. Sin embargo, Ia gran depresión mundial me hízo comenzar una obra de desmantelamíento. De haber sido esa depresión un simple descenso cíclico pude haber recordado, sin compartirlo, desde luego, una afirmación de un profeior mío, neoclásico al extremo, quíen decía sentenciosamente: " Las crisis cíclicas eliminan inexorabiemente a los menos aptos, a los ineficientes, Io mismo que un invierno muy severo termina con los tuberculosos. Formas crueles -agregaba-, pero muy eficaces de saneamiento.)) Bien sabemos que la gran depresíón eliminó a muchísimos sanos en todo el mundo. Yfue necesaria la gran obra de Keynes, que Mario Bunge ad- 9 m¡ra, para comprender la índole de este fenómeno y decídir contiarrestarlo con nuevas iáeas, muy audaces en aquellos tiempos. Tardé bastante tiempo, sin embargo, en llevar mi tarea crítíca al punto avanzado en que hoy me encuentra. Quienes esperábamos en la Américu Latina, llevados por el razonamíento neoclásico, que el desaruollo económíco intpulsado por la industrialización iría estrechando progresivamente las grandes disparidades en la distribución del ingreso, tuvímos que reconocer lo contrarío frente u la evídencia de los hechos. pero en vano pudimos encontrar una explicación valedera de este fenó_ meno a la IuZ de las enseñanzasneoclásícas. Más aún, no hay una teoría económica que permita explicar los fenómenos globales del ctisa_ rrollo, ni de esas crecientes dtsparidades sociales, salvo en lo que concierne a ciertas restricciones del libre juego de las leyes económicas y a las imper_ fecciones del mercado. ¿Qué hacer entonce,s?Al procurcr la respuesta, entro decididamente a un campo de amplia coirtci_ dencia con el doctor Bunge. Si la teoría económica resulta claramente ínsuficiente es porque ígnora la estructura social y sus mutaciones y las cambiantes relacíones de poder que emergen de todo ello. En su afliyt de asepsia doctrinaría, sus adeptos evitan cuidadosamente la influencia de elemeitos exópe_ nos. A mi juício, ni los elementos técnicos, potític-os, sociales y culturales son exógenos. Forman Darte integrante de un sistema y, como tales, tienen gran influencia en esGS,mufaciones y en las contrádic_ ciones que aparecen cada vez más en su funciona_ m iento. La penetración del progreso técníco de los cen_ tros, en sus diversas manifestaciones, tierte un pa_ pel importantísimo en esas mutaciones de la es_ tructura social. La estructura social de la periferia es sumamente heterogénea y permite que el fruto del progreso técníco, de la creciente pr.oductividad que le acompañe, se concentre perioresde ia estructurasociar'írfi,íi'"::':; :h ry?f"t la mayorparte de los _idio, p;;;r;;;r;r. Ahí radica el fenólfno de apropiación del exce_ dente económic.o. Et sistema ]unciona ,fn griil", tropiezos mientras no hay fuLrzos que contrarres_ tan este poder de apropiación det'excedinii,")" donde sale, en últ.¡máinitancia., to orr^ii;;;;;;, capital reproductivo, cuyo cont'inuo crecimiento es esenciol a la dinámica del sístema. En otros t¿lm¡_ nos, mientras domíne,sin contrapesos el poder po-li tico y económico de los estratotr superiores, se de_ senvuelve la acutnulac_ión al m|smo tt"mpo,-'io !, sociedad privilegiada de consumo en tares "riroior. clásicos no admitieron ómeno importantísimo ues sosluvieron gue el colectividad por alza o;'r!'*:!:::,:r::o: ',: baja generctlde -el los precios. ei Llegar ,iiiriro" o una posición de equiribrio-ro cual ,"chazi "t it i", tor Bunge como yo_, habría ,trropn)ir¡¿r"í" apropia.ciónempr.esarialdel fruto drt w;g;;r-, ,¿'r_ nico, sin otras disparídadei d¡stribui¡ro7 correspondíentesa la aportación de to, ;;""i;, aiiir"r",l, individuos al proceso pioductivo. El excedentese retiene debido a la heterogenei_ enórrtenode expansión 'ntegrante del proceso de dentostr0r ert un Pues bien, en el avance de las mutacione., eJ_ lo el poder sindical y te de la fuerza de trá_ , e n u i n a m e n t ey no en de democratización. I Capitali.rmo periférico _ Crisis y 1' q"or Transformación, Fondo de Cultura Económica, -México, l9ái. ' l0 ll L¡ L{ h': 'I t¡J^ fi k; ,$' ¡,-' ,: ,]: t'^ i[, : É: 'É*. , ;. :l fr4 .i ;r . i,t + 4, *sí- !li' f 1+ "* .!4 ¡6i f* l ;.s + ,& i. "tt , ?j 4 E Ademós, comienza la tendencia a la hipertrofia del Estado, que se explíca en cierto ntodo por la pre' sión soclat y la propia dinámíca del Estado y el crecímiento de los gastos militares ' Y ese doble poder redistibutivo -de la fuerza de trabaio y del 'Estado-se aontrapone cada vez más al poder de apropiación de los estratos superiores' Eita creciente confrontación no obedece a princípio regulador alguno. Más todavía, el oumento del consumo privado y social de la fuerza cle trabajo y del consumo civil y militar del Estado, que resultan de esa confrontación, no se cumple a expensas del consumo privilegiado de los estratos superiores, sino que se superpone a ese consulrto. Y, con el andar del tiempo, se va debilitando el rítmo de crecimiento del e.rcedente y de Ia ocLtnlu' lación de capital reproductivo (que hay que distinguir del capital que no aumenta progresivamente la productividad y el entpleo). Así pues, la pugna distribtttiva termina por reducir la rentabilidad de las empresas, con efectos adversos a la ocupación. Y la ctutoridad monetaria, por más que se hayu preocupado de la estabílidad del nivel de precios, se ve obligada a ceder, creando el dinero necesario para que el alza de las remuneraciones provenienfe directa e indirectamente de Ia presión redistributiva pueda traducirse en alza de precios y restablecer así la dinámica del excedente. Trátase de un nLtevo tipo de inflación, de inflación social, que suele complicarse con formas inveteradas de inflación. Y aquí entra en escena el inefable doctor Friedman, que ha adquirido gran influencia en nuestro hemisferio sur. Mu¡, sencillo, nos dice este prestigioso economista. Hay que frenar la creación de dinero por el sistema bancario. No interesa cual sea el orígen subyacente de este fenómeno, sino desbarc.tar el poder sindical y político de Ia fuerza del Estado y achicar las dimensiones del Estado. ¿Cómo hacer lo primero? Por Ia restriccíón crel2 ditícia, a fin de eliminar la plétora monetaria. Es el método de la sangría a que se refiere Mario Bunge. Y uno recuerda a aquel médico famoso'de una novela clásica que recomendaba esta operación para elíminar Ia plétora sanguínea: oQue el pacíente se debilitara cada vez mós, no importa, hay que proseguir tenazmente. En una de esas el enfermo muere. Pero el médico no se perturba y frente a r¿r^sdiscípulos desconcertados exclama: ¡Qué lástima, de no haberse muerto el paciente habríamos comprobado la eficiencia de mi terapéutíca.t> Pues bien, la sangría monetaria lleva fatalmente a la contracción de la economía y Ia desocupación. Y ha¡, que persistir hasta doblegar el pocier sindical y polítíco, de manera que puedan descender las remuneraciones y restablecersela dinámica del excedente. Tal es el friedm.anismo en boga. Por cierto que en vctrios de nuestros países hemos venido, además, usando un método mucho más expeditivo. Recurrir al poder militar del Estado para suprimir el poder de la fuerza de trabajo. Y en esta .forma se mantíenen las remuneraciones mientras se dejan que los precios oalcancen su propio nivelr. Pero no abominemos de Milton Friedman por este desenlace. ¿Acaso el poder redistributivo no significa una flagrante violación del juego de las leyes del mercado? Hay, pues, que recuruir a la fuerza para corregír esta grave desviación del sistema. Lo cual tiene tarnbién la virtud de permitir el florecimiento del liberalismo económico a costa del proceso de democratización y del bienestar de grandes masas. No digo que la restricción monetaria haya sido íneficaz en otros tiempos para corregir las violaciones de las reglas del juego cuando se ha abusado del crédito privado; pero es absurdo pensar que pueda combatir la inflación de tipo social; el l3 problema es mucho más profundo. Y, a mi juicio, no se podrá resolver sin una transformación fundamental en el régimen de dístribución del ingreso {ú 4 1 * * nuevo por devorarse a sí misma. Es tiempo que sociólogos y polítólogos proyecten también sus luces sobre estefundamental problema. Mucho más habría que decir sobre todo ello, pero sospecho que Marío Bunge pudiera acusarme legítímamente de extralimitación frente a la escueta sobriedad de su libro. Pero basta lo que acabo de exponer para justfficar su crítica a la teoría y subrayar la necesidad de una tarea muy profunda de re novación. Renovación teórica no sólo en el ámbito de la macroeconomía dinámica a que me he venido refi.riendo, sino a la microeconomía. Afirma sin ambages el doctor Bunge que varios de los supuestos sobre los cuales se funda aquélla, acerca de la conducta humana, no están de acuerdo con lo que la psicología y la antropología nos enseña. Su crítíca es incisiva y justifica aquí también un gran esfuerzo de renovacíón. Finalmente, Mario Bunge lleva su examen a los modelos econcmétricos. Acepta ciertos modelos parciales, pero duda acerca de los ntodelos globaIes. S¿¿ ef;cacia es muy díscutible, sobre todo cuando se pretende que ses.n instrumentos de prevísión. Concuerdo con él en que un buen modelo requiere ineludiblemente una buena teoría. Y una buena teoría no ha surgido como para enfrentar la grave crisis que el doctor Bunge encuentra con razón en el pensamiento económico presente. Intriga mucho comprobar que no hemos podido superar las teorías de hace más de un siglo. En l4 cuanto al neoclasicismo, yo creo que gravita enor.memente el peso de los intereses que tienden a mantener el estado de cosas existentes. No me refiero solamente al desarrollo interno de nuestros países, síno a las relaciones CentroPeriferia en cuya complejidad no han penetrado en forma alguna las teorías neoclásicas. No reconocen, por supuesto, la hegemonía de los centros ni Ia dependencía periferica; fenómeno político al que se superpone la superioridad técnica y económica de los centros. La teoría de la división internacional del trabajo y las ventajas comparativas tienen una grtn validez lógica; pero ignoran las grandes diferencias estructurales entre los centros y la periferia que traen también grandes contradicciones en el desaruollo periférico. Diría sin vacilación que al perseguir sus propios inf ereses con vistas muy cortas, /os centros no se han preocupado históricamente ni se preocupan ahora de estímular a los países perifericos a qtte desenvuelvan sus ventajas comparativas'en el íntercambio Ce manufacturas, además de las trabas con que tropiezan las exportacionesprimarias. Tctl es la dinámica del sistema internacionai. Este pequeño libro de Mario Bunge invita a una sostenida reflexión. Yo he tratado de subrayar mis primeras impresiones y me síento llevado a profundizar mi examen. Y celebro y agradezco que el autor nte haya invitado a su lectura. Mario Bunge, como yo, fuimos eliminados de Ia cátedra universítaría en momentos aciagos de nuestro país. Lo cual contribuyó a alejar nuestros caminos. Veo cthora con profunda satisfacción que se aventura en el campo de Ia economía, donde nuestros caminos llegan a encontrarse. Espero que siga trabajando en é1, desde su posicíón de filósofo y gran conocedor del método científico para descubrir esta compleja realidad en que vivímo,s. Ahora, si se me permite, un recuerdo de viejos t5 tiempos. El padre de Mario, el doctor Augusto Bunge, me ofrecíó su cordíal amistad en mis prímeros años universitarios. ¿Cómo no habría de emocionarme el gesto de su híjo ilustre al recordar mí nombre? En su casa, que yo visitaba con frecuencia, conocí a Mario cuando empezaba a caminar. Augusto Bunge era hombre de gran talento y vísión universal, y tenía un papel eminente en el partido socialísta. En mi prímera conversacíón con é1, creo que en 1920, en la cual quedé fascínado, me preguntó qué pensaba de la plataforma del partido. Muchas cosas buenas y ofras que no lo son,le dije; entre estas últimas, el demandar el pago de salarios en oro (concepto muy neoclásico) para combatir la inflación. Me pidió inmediatamente un artículo para la revista La Hora, que él dírigía desde la izquierda del partido. Fue mi primer artículo en que, posiblemente con pedantería juvenil, demostraba que el oro también se había desvalorizado. Tambíén tenía Augusto Bunge una posición crítica acerca de este asunto y la publicación de mi artículo le fue claramente recriminada por la jerarquía. Cuando comprobé esta expresión de dogmatisnto arrojé ol canasto mi solicitud de entrar al partído, que por coincidencia yo había firmado en ese mis¡no momento. Si para bien o para mal, no podría decirlo hasta ahora. ReuI PRBSIScH CEPAL (ComisiónEconómicapara América Latina de las NacionesUnidas) Washington, D.C., 16 de febrerode 1982 PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION La crisis económica mundial no ha amainado en el curso de los tres años transcurridos desde que apareció la primera edición de estelibro. En particular, las economíasde los paísesen vías de desarrollo (valga el eufemismo) han seguido decayendo:su deuda exterior ha aumentado al punto de que en muchos casosse ha vuelto impagable, y los precios de sus productos de exportación han continuado bajando t. Se dirá que hubo dos excepciones: Japón y los EE.UU. Es verdad que la economíajaponesaha escapado casi incólume, graciasa que: a) estáreguladapor el gobierno, b) ha adoptado un régimen de participación en las ganancias,c) ha seguido elevando su nivel técnico, y d) practica el proteccionismo al mismo tiempo que invade el mercado mundial con productos de alta calidad a buen precio. Pero hay señalesde que los socios económicosdel Japón no seguirántolerando esta relación asimétrica. En cuanto a la economía norteamericana,es verdad que se recuperó en 1983.Pero el precio de estarecuperación temporal ha sido un aumento enorme de la deuda exterior y de la deuda fiscal. La economía norteamericana se ha repuesto no sólo gracias a una política de reconversiónindustrial que está restringiendolos sectores tradicionales. sino también a las enormesinversiones extranjeras atraídas por la estabilidad sociopolítica y las altas tasasde interés. Este remedio, lejos de curar el mal de fondo, no hace sino agravarlo a largo I Castro, Fidel (1983),Lo crisiseconómicay social del mundo, Informe a la VII Cumbre de los paísesno alineados,Oficina de Publicacionesdel Consejo de Estado, La Habana. l6 l7 plazo: una economía no es sana cuando pasa gradualmente a manos de sus acreedores.Ni cuando, como ocurre con la norteamericana, está caracterizada por una productividad decrecientey por la rigidez de su organización. Mientras tatrto casi todos los economistasacadémicos han seguido dando la espaldaa la realidad. En particular, nadie se asornbró cuando, en 1983, se otorgó el premio Nobel de economía al autor de una demostración matemática de que es posible el equilibrio general (o sea, en todos los mercados) en una economía de competencia perfecta. El que tal economía no exista, ni sea posible resucitarla sin desmantelarlos oligopolios, ni privatizar las empresasestatales,ni destruir las cooperativas, los sindicatosobreros y las instituciones de seguridad social, pareceríano importarles a quienes siguen pensando como en 1920. Ha habido, desdeiuego, excepciones:algunos prestigiosos eco;romistashan criticado agudamentela economía neoclásica, así como las políticas económicasque se inspiran en ella. Por ejemplo, los profesores británicos A.J. Browfl, D. F. Hendry y N. Ericsson2han demolido el libro Monetary Trends in the United States and the United Kingdom (1982), en que Milton Friedman y Anna Schwartz pretendían demostrar que los períodos de prosperidad se debieron a la aplicación de políticas monetaristas. Otro ejemplo es el libro Dangerous Currents3, en que un conocido profesor del MIT denuncia con vehemenciael estancamientode la economía teórica, afirmando que la teoría neoclásica se ha convertido en una ideología, y que el retorno a la misma es paralelo al retcrno al fundamentalismo religioso. Se dirá que es muy cómodo criticar pero que, a fal2 Bank of England Panel of Academic Consultants,paper N." 22, Bank of England, Londres, 1983. 3 Thurow, Lester (1983), Dangerous Currents, Random House, New York. 18 Pgnq., Jvlario (1985), Seudociencioe ideología, Alianza Edito_ ri al , M adr id. l9 PREFACIO ,i ¡;# Á ; -u'{ , i. g La economía mundial está cojeando, y la economía política hace poco por ayudarla a marchar. Lo que es peor, en ocasiones contribuye a empeorarla, como ocurre con el monetarismo. Cuando una disciplina es impotente o incluso contraproducente, es indicio de que está en crisis. Siendo este el caso, incumbe al metodólogo examinar los supuestosde la disciplina y la manera en que han sido sometidos a prueba. El presente ensayo se propone precisamenteeso: analizar algunas de las ideas básicas de la economía política y averiguar si corresponden a la realidad. El resultado de este análisis es que muchos de dichos supuestosson falsos y otros jamás han sido puestos a prueba, no obstante lo cual sigue enseñándoselos como verdades reveladas en centenares de facultades de economía. Si esto es así, la economía política no es aún una c ie n c i a c a b a l s i n o u n a s e m i c i e n c i a . y s i e s t o e s verdad, es urgente hacer algo por convertirla en una ciencia. Para esto será menester empezar por desembarazarsede los supuestos falsos, poner a prueba los que aún no han sido contrastados con lo s he c h o s , y r e v i s a r l o s s u p u e s t o sf i l o s ó f i c o s ( o n tológicos, gnoseológicosy éticos). Agradezco los comentarios y las críticas de los profesores S. N. Afriat (University of Ottawa), A. A s im a k o p o u l o s ( M c G i l l U n i v e r s i t y ) , G . C h i c h i l - 21 nisky (Columbia University), G. Heal (University of E ssex), y J. Niosi (Un iv e rs it é d u Q u é b e c ), a s í como de varios participantes del Symposium on Mathematical Economics and Public Policy (University of Essex, marzo de l98l), en el que expuse lo esencial dé este trabajo. MeRIo BuNcn F ' o u n d a ti o n s& P hi l osophy of S ci ence U ni t, McGi l l U ni versi ty M o n treal H 3A l W 7. C anadá d # ,:': 22 INTRODUCCION La economía política es la más vieja y respetada de todas las ciencias sociales. Sin embargo, todavía no ha madurado, a punto tal de que algunos distinguidos economistas dudan de que sea una ciencia o incluso pueda convertirse en tal. Ningún otro campo del conocimiento ha sido cultivado por tantos filósofos importantes y, sin embargo, la filosofía de la economía está aun atrasada. Esto es tanto más extraño por cuanto, mientras el investigador en una ciencia "dura, no necesita saber mucha metodología porque "el propio tema tiene una propiedad autoaseante que torna inofens iv a s s u s a b e r r a c i o n e s " , e n u n a c i e n c i a " b l a n d a , como la economía política, un investigador confuso re s p e c t o d e p r o b l e m a s m e t o d o l ó g i c o s b á s i c o s pasarse la vida boxeando con sombras', "puede (S a m u e l s o n , 1 9 6 5 , p . i x ) . La problemática de la filosofia y metodología de la economía política es vasta, interesante, y tiene importancia práctica, porque las teorías y políticas e c on ó m i c a sn o s a f e c t a n a t o d o s . ( C p . K e y n e s 1 9 3 6 , Hu t c h i s o n , 1 9 7 7 . ) H e a q u í u n a m u e s t r a d e d i c h a problemática. ¿De qué trata la economía política: in d ivi d u o s , r e c u r s o s e s c a s o s , b i e n e s y s e r v i c i o s , in t e r c a m b i o , o s i s t e m a s e c o n ó m i c o s ? ¿ C u á l e s s o n las peculiaridadesde los conceptos e hipótesis económicos? ¿Hay leyes económicas, o tan sólo tendencias económicas y reglas económicas? ¿Es posible la economía política dado que la economía interactúa tan fuertemente con la política y la cultura? La microeconomía, y en particular la teoría del consumidor, ¿es un capítulo de la psicologírr'l L -) x* -4'r & ,w :ri !'i: :::I¡ .: 'i, La macroeconomía, ¿es reductible a la teoría de la decisión o a la teoría de los juegos? ¿Por qué se sigue estudiando las teorías clásicas y neoclásicas en las escuelasde economía? ¿Cómo se convalidan los modelos teóricos económicos? ¿Cómo se relacionan las políticas económicas con los modelos económicos? La economía positiva, ¿tiene supuestos filosóficos? La economía normativa (o política económica), ¿prescinde de los valores y es moralmente neutra? La economía, ¿está inevitablemente contaminada de ideología, y es inevitable que toda ideología sea acientífica? ¿Cuál es la condición científica de la economía política: arte, ciencia, o semiciencia? En particular, ¿es el monetarismo científico o seudocientífico? Estos son algunos de Ios problemas que nos ocuparán en lo que sigue. ii, { '. .i-i :r{' CAPITULO I EL ASUNTO DE LA ECONOMIA POLITICA Hace casi medio siglo el famoso economista Lionel Robbins -más tarde Lord Robbins- escribió que "Todos hablamos de lo mismo, pero todavía no nos- hemos puesto de acuerdo sobre qué estamos h a b l a n d o , ( 1 9 3 5 p . l ) . L a i n d e t e r m i n a ó i ó nc o n c e r niente a los referentesde la economía política no ha disminuido entre tanto. Los microeconomistas dicen tratar de productores y consumidores indivi_ duales, los macroeconomistas estudian economías enteras, los que hacen politología económica estud ia n s u p e r s i s t e m a se c o n ó m i c o - p o l í t i c o s ,y l o s i n _ g e ni e r o s q u e s e d e d i c a n a c u e s t i o n e s e c o n ó m i c a s s.ostienenque, en último análisis, la economía polít ic a s e o c u p a d e l a p r o d u c c i ó n y , p o r e n d e , d e transformaciones energéticas. A primera vista el problema de la referencia tiene nomías nacionales y regionales. Más aún, puesto q u e l o s s i s t e m a se c o n ó m i c o se s t á n c o m p u e s t o s p o r individuos, <<enprincipio" o <en el fondo" la ma- 1A :+ 25 logía, la economía ¡iolítica es realmente (o en último análisis) una rama de la psicología. Por cierto no todos los economistas comparten esta última afirmación, pero ella se sigue de la premisa de que la economía trata, en última instancia, de agentes económicos individuales. Esta opinión es susceptible de diversas objeciones. En primer lugar, si la economía política fuese en verdad una rama de la psicología, entonces la genética debiera ser directamente relevante a la economía política, puesto que la conducta y la ideación están parcialmente determinadas por el genomo. En particular, la distribución de la riqueza debiera estar positivamente correlacionada con la distribución de los genes: en general, los más inteligentes debieran ser los más pudientes, y los más tontos, los más pobres . E s t a h ip ó t e s is , q u e f u e ra popular hace un siglo, ha sido sometida a pruebas estadísticas. El resultado ha sido negativo: el ingreso no está determinado genéticamente (Goldberg er 1978). En segundo lugar, si la economía política tratara s olamente, o aun predomin a n t e me n t e , d e la c o n ducta individual, podría considerarse como la gica de la elecció¡", don d e la e le c c ió n e s t a rí a"lódeterminada por la escasez .De h e c h o h a y e c o n o mis tas que sostienen precis a me n t e e s t o y p o r c o n s ig uiente ubican a la econo mí a p o lí t ic a e n t re la s c ie n cias de la decisión, en lu g a r d e c o n s id e ra rla c o mo una ciencia social íntima me n t e lig a d a c o n la s o c io logía y la politología. S in e mb a rg o a ) e l p ro b le ma d e la elección se present a in c lu s o e n s it u a ó io n e sd e abundancia(emburras de richesse); b1 en tanto que el empresario puede elegir a menudo entre diversas a lternativas mutuamente e x c lu y e n t e s , e l c o n s u mid or tiene poca libertad de e le c c ió n , e s p e c ia lme n t e si está por debajo de la línea de pobreza o si está forzado a comprar a monopolios o carteles, como sucede con la energía y con las corporaciones esta26 tales; c) el enfocar la atención sobre la elección entre diversas mercancías es adoptar una actitud vulgar y superficial, típica del vendedor, que olvida la producción, la inversión, los intereses, el crecimienro, la distribución, el empleo, la inflación, la política fiscal, los reglamentos del gobierno, el poder sindical, y otros factores que preceden a la elección y la restringen. LU t o_ * P CANTI DAD Figura 1. Curvas de oferta y demanda según la teoría del con_ sumidor. El precio de equilibrio p* es el punto de intersecóién de las curvas de ofefta y demanda, o seá, aquel para el cual D( q) : S( q) . . Fn tercer lugar, las funciones de oferta (producción) y demanda (consumo), centrales a la microeconomía, no se refieren a personas sino a agrega_ dos. (Véase la figura l.) En efectó, rlichas funcionls representan la oferta y la demanda de la totalidad en el mercado (o sociedad) dado. Tan es así, que una formulación cuidadosa de esa pretendida ley de la determinación de precios comienza enunciando r¿r condición ..,En un mercado (o economía) libr.c ro 21 l *$.'i q competitivo)..." El que semejante oley> no sea tal, porque esa condición ya no rige en las naciones industrializadas, no viene a cuento. El hecho es que los conceptos centrales de la microeconomía cónciernen a agregados de agentes económicos (hogares y firmas) encastrados en una sociedad dada. Prívese a dichos agentes de fuentes de materias primas, energía, e instituciones que les permita hacer sus negocios, y no quedará negocio por conducir. Los agentes económicos no son como partículas que se mueven en el vacío, sino más bien como burbujas de aire en un líquido: poseen algunos de sus atributos en virtud de ser componentes de un sistema social. En consecuencia, es falso que todos los enunciados generales de la microeconómía ..se refieren a lo que aparentan, a saber, individuos' (Rosenbere 1976p. 45). Tan sólo la (pseudo) psicología que subyace a la llamada "teoríá del consurnidoro sg refiere a individuos (que actúan en el llamado mercado libre). En cuarto lugar, hasta ahora la macroeconomía no ha sido reducida a (deducida de) la microeconomía: los dos capítulos subsisten el uno al lado del otro. Por ejemplo, las nociones de tasa de desempleo, balance de pagos, divisa, y presupuesto nacional, no son reductibles a los conceptós de utilidad (valor subjetivo) y decisión. Ni hay razón para suponer que tal reducción se lleve a cabo: a) porque todo agente económico ingresa en el mercado o lo abandona en lugar de crearlo, de rrrodo que sus a cciones no están deter min a d a s s o la me n t e p o r é l mismo sino que están e n o rme me n t e c o n s t ró Rid a s por la estructura socioeconómica; á) los individuos reales no se comportan tan simple y racionalmente (o codiciosamenté) como .uponen los teóricos de la utilidad máxima esperada, y c) mientras que la intención principal de la microeconomía es descriptiva y centrada sobre la firma, la de la macroecono28 mía es normativa y se refiere a sistemas económi_ cos en gran escala. y teorías) típicos de la economía política. Si realizamos esta tarea encontramos que los constructos en cuestión se distribuyen entre las categorías sig ui e n t e s : A) referentes a recursos naíurales tales como mi n a s , b o s q u e s , p r a d e r a s , r í o s y m a r e s ; B) referentes a objetos no humanos bajo conÍrol huntano -o sea, artefactos- tales como tierra cult iv a d a , a n i m a l e s d o m é s t i c o s , m á q u i n a s , y p l a n t a s in du s t r i a l e s ; C) referentes a agentes económicos (en particular productores o consumidores) agrupados en hogares , f i r m a s , c a r t e l e s , s i n d i c a t o s o b r e r o s , o a g e n c i a s reguladores nacionales o extranjeras (tales como los b a n c o s c e n t r a l e s y e l B a n c o M u n d i a l ) ; D) referentes a econontías íntegrtts, p. ej. nacionales o regionales; E) ntixtos.' referentes a dos o más items de las categorías anteriores. Los constructos de tipo A figuran en la economía política en la medida en que los recursos naturales s o n p o t e n c i a l m e n t ee x p l o t a b l e s , o s e a , s i s e j u z g a q u e t i e n e n p o t e n c i a l i d a d c o m o r e f e r e n t e sd e c o n s tructos del tipo B. (Por ejemplo, los empresarios no mos t r a r o n i n t e r é s p o r l a L u n a m i e n t r a s n o s e l e s presentó la oportunidad de actuar como proveedore s d e l a s e x p e d i c i o n e s e s p a c i a l e sy h a s t a q u e a l guien pensó que se podría explotar minas en el s u b s u e l ol u n a r . ) L o s c o n s t r u c t o s d e l o s d e m á s t i p o s se refieren, directa o indirectamente (o sea, superficialmente o en profundidad), a gente que trabaja, o goza de los frutos del trabajo, en algún sistema s oc i a l . E s t e s i s t e m ap u e d e s e r l a f a m i l i a , l a f i r m a , e l 29 ffi gF DFFfTñ R nftBffinTrTn ca rtel, la nación, la OP E P , o in c lu s o e l mu n d o e n tero. E n otras palabras , lo s c o n s t ru c t o s c e n t ra le s de la economía política se refieren a actividades económicas, tales como la producción y el intercambío, ejecutadaspor seres humanos pertenecientes a algún sistema social. (En realidad esta afirmación puede generalizarsea todos los animales trabajadores, desde la hormiga hasta el castor. Sin emba rgo, nos estamos limitan d o a la s e c o n o mí a s h u m anas, que son las que e s t u d ia la e c o n o mí a p o lí ti ca.) Obsérveseel desplazamie n t oe n é n f a s is , d e in d ivi duos a sistemas sociales : lo s p rime ro s n o s o n n i m á s ni menos que los comp o n e n t e s d e lo s s e g u n d o s. La actividad económ ic a y , e n g e n e ra l, la c o n d u cta social, es ininteligible c u a n d o s e la c o n s id e ra separadamentedel sistema en que ocurre dicha actividad; del mismo modo, e l s is t e ma n o p u e d e e n te ndersesino en términos de d ic h a a c t iv id a d . T o d a s l as ciencias sociales son n e c e s a ria me n t e s is t é micas antes que individualis t a s , p o rq u e t ra t a n d e s o cio sistemas(B unge 1979a ).L a e c o n o mí a n o e s e x cepción, porque el interc a mb io d e d o s b ie n e s o se rvicios cualesquiera req u ie re p o r lo me n o s u n sr s tema compuesto de dos in d iv id u o s , p o r e f rme ro q u e sea; y la producción de c u a lq u ie r b ie n re q u ie re l a producción de muchos o t ro s . La caracterizaciónmás s e n c illa d e c u a lq u ie r s is tema se da en términos de sü composición (o colecci ón de componentes), amb ie n t e (o c o n ju n t o d e co sas, distintas de las co mp o n e n t e s , q u e in t e ra c tú a n corr éstas), y esfrut'tu ra (o c o le c c ió n d e re la ci ones y, en particular, lazo s , e n t re s u s c o mp o n e n te s y entre éstos y objetos d e l a mb ie n t e ). E n p a rt icular, un sisÍento econóneico puede caracterizarse cualitativamente como sigue (Bunge 1979b): Contposición: Una colección de personas (agente s económicos) y cosas no h u ma n a s d e c ie rt o t ip o ( a s aber, bienes). 30 Ambiente: Los miembros de la sociedad y de la naturaleza circundante en que está empotrado el sistema económico. Estructura: La colección de relaciones de producción, intercambio, y administración de bienes y servicios, incluyendo las relaciones con otros sociosistemas. Esta definición de <sistema económica" incluye todo cuanto parece interesar a un economista como tal. En particular, el psicoeconomista estudia el comportamiento de los componentes de la primera coordenada de la terna, no como individuos aislados, sino como conponentes del sistema. (Pese a algunos conocidos economistas, Robinson Crusoe no era un agente económico. La frecuente referencia a Robinson Crusoe en la literatura económica sólo muestra cuán alejada de la realidad está gran parte de la misma.) Los entes que interactúan con el sistema económico, tales como recursos naturale s, s i n d i c a t o s o b r e r o s , o r g a n i s m o s e s t a t a l e s ,e t c . , están incluidos en la segundacoordenada.La tercera coordenada incluye todas las relaciones económicas, que en última instancia son relaciones entre personas mediadas por cosas. (Por ejemplo, podemos analizar el producir y el comprar como relaciones ternarias: ,.x produce Y pafa Zrr, ,rx compra y a zrr.) La tercera coordenada incluye también las transaccionesdel sistema económico con otras cos a s , s e a n a t u r a l e s ,s e a s o c i a l e s .( D i c h o s e a d e p a s o , mal que le pese al estructuralismo, variante del platonismo, no hay estructuras en sí. Toda estructura lo es de algún objeto concreto. En particular, una estructura económica es la colección de relaciones económicas entre los componentes de un sistema social.) En resumen, podemos estipular que la economía política es la disciplina que estudia los subsistemás económicos de las sociedades. Es decir: Lr¡ econontía política traÍo de sislentcts ec:onónticos. 3l CAPITULO 2 CONCEPTOS ECONOMICOS Aunque parezca extraño, algunos conceptos clave de la economía política .igu"n riendo'iun obscuros hoy como hacé dos siglós. Vatgan óomo ejemplos las nociones de dinero-y de valór (a dife_ qenc-iade precio). El dinero ha ii¿o de diversas maneras,por ejemplo como "u.u"té¡rádo ,.el medio universal de intercamüiorr,..la'mercancíade mer_ cancías>, "la unidad de contabilidadr,,..el luro tre el presente y el futuro,, (Keynes), ..el u""ii" qu" "n_ engrasalas ruedasdel comerció" (Smith), e inclüso "lo que haceel dineroo(Hicks). y','alp;;;;" :o*: los tenderos y menetaristasparecen'asignárie tencia propia y eficacia.uuüI, ros economistas "i[_ no monetaristassuelenconsiderailocomo un epifenómeno. En suma, la noción de dinero pur"ü-áU._ Y,_enlugar-deaclararse,se obscui";;;;";;;LyT, srvamentea medida que se introducen meáiosde pago no monetarios,tales como tarjetas de crédito. La noción de valor objetivo (ó valor ¿" u.ái, central en la economíapolítica desde Ricardo, lo está en mejor forma. se io define a veces en términos de necesidades,otras en términos de -V (por tanto, en última instancia, de "r¿ur", OemanOai, Marx lo definió como trabajo sécialment" n.."rJ_ de estases una ¿enn¡ciánf.;;i; lll._ fi.suna se presta a medición. De aquí Ia devalua_ lllguT", cron der conceptode valor en la teoría económica al punto de que Lady Robinson 99^1t-emporánea, (1962, cap. 2) declaráque <no iino ñ" ;;;-b;: I-os economistasmariista. ," ".uf"rrun a la noción de valor porque desean ra noción de "on.".ru. 32 plusvalía, que a su vez noción económico_ética b.argo,esta última pue( sin ayuda de la nocióndr Por consiguiente,es pos tación sin emplearla in En todo caso, casi to acerca del valo¡ (o valor de uso) puede decirse acercadel-objetivo piecio, que ¿.nn"lá ü"#áil" valor de cambio.Eita ¿".¿" lu"go, ,ñ"."f"Jij" de equivalencia.y,"., tal, inducJtu pu.ti"iorr-á" como todo conjunto de bienesen'clasesde équivaü"iu (u homogéneas).. Sin embargo,del semejantepartición "nn*iÁi"rr;;;" podémos ascender a la de_ -no terminación de una función de valor. (L"ielfpr;" sería posible si, Ricardo, Marx, o sus sucesores, hubiesendefinidouna función-i' d"r ¡¿á" mercancíasa la semirecl "on:unió dríamos definir: para tr a¡ V ( ¡ ) :v ( y ) 'utilidad :./, absolutao vaior fantasmalo <metafís]ca>, como la llama Robinson (1962,cap. 3). (Los filósófo. ." of"nJ"n po;;ffi; de o¡¡s¡¿físico" como término injurioso ;;"d" l; ldocientífico".Hay buena í como la hay mala:véase rnas teorías metafisicasu y verdaderasque cierras reorías económic;::i'"t Por cierto que es posible evitar ra obscuridad conceptualevitandoel usar conceptos hazaña , oue se logra ajusrándosea la piel .ü.;;;tl;; l;; cosas, tales como-bienes,sérvicios,y sus precios. Pero Ia finalidad de la teoría económíc" ; ;_;ii;;; qué hace que una cosa, o una tarea, sea una mer_ cancía,o sea, algo intercambiablepor otra mercancla, y que por tanto poseeun preció. El economi.iu sigue-elconsejode Ricardoy'de-Marx, zambuiléndose bajo las externalidades para descubrirlas ac_ JJ nes, etc. Álgurru. de las variables (funciones) que interesatt il economista son inobservables porque representan propensiones psicológicas (p. ej. a trabajar, consum^ir, o ahorrar). Otras, por ejemplo la demanda, son inobservables porque se refieren a srandes sistemas sociales, tales como firmas y reliones económicas, que tampoco son perceptibles. iPode*o. ver los edificios y la maquinaria de una planta industrial, pero no la planta misma, que es un sistema sociotécnico alimentado por cerebros, no sólo por combustible y materias primas.) Sin embargo, se puede adquirir alguna intuición en el manejo de algunas de esas variables porque todos los sistemas económicos, por grandes que sean, comparten algunas de las propiedades de pequeños sistemas con los cuales estamos familiarizados, tales como la granja, la industria doméstica y el comercio al menudeo. En este respecto los economistas enfrentan problemas menos arduos que los físicos atómicos, los biólog o s mo le c u la re s , Y lo s a s t ro fisicos. Buenos candidatos a propiedades profundas y no observables son las psicológicas que encontramos en la psicoecononlíay la mic ro e c o n o mí a . a s í c o mo las variables típicamente macroeconómicas. Sin embargo, no todas ellas s irv e n . Y a h e mo s v is t o q u e algunas, tales como ,.va lo r' , y " u t ilid a d o , n o s irv e n porque son obscuras. O t ra s s irv e n . P o r e je mp lo , la propensión a consumir, introducida por Keynes, parece clara y aun medible; no así, en cambiQ, la expectativa de gattanciasfuturas, también introducida por Keynes, y que parece ser bastante escurndiza. Ojo: el requisito de mensurabilidad debiera mane34 es mediblen, sino más bien "X es medible con medida conceptual de la reactividad o sensibilidad de los productores (o consumidores en el c.asode la elasticidad de consurno) a cambios de precio. Des_ graciadamentelas elasticidadesson difiiiles de me_ d ir. ¿ H a b r á q u e a b a n d o n a r l a sp o r e s t e m o t i v o ? N o si figuran en generalizacioneslmportantes. Si esto ocurre habrá que buscar métodos mejores para me_ d irlas , s e a d i r e c t a o i n d i r e c t a m e n t e ( o s e a . m e diante variables más accesibiesrelacionadascon las elasticidades por fórmulas teóricas). La viabilidad de cualquier variable depende en última instancia de su potencial para figurar en e n u n c i a d o sd e l e y , o s e a , h i p ó t e s i sp e r t e n e c i e n t e s¿ r teorías y confrrmadaspor datos empíricos. Tómese p o r ej e m p l o l a p r o p e n s i ó nm a r g i n a l a c o n s u m i r , q u e Keynes definiera como la derivada del consumo re s pe c t o d e l i n g r e s o . I J n a c o n s e c u e n c i ad e é s t a y otras fórmulas es que el multiplicador A de inversión, que figura en la fórmula .rd|' : k d1,,, donde tr/se interpreta como ingreso e 1 como inversión, es igual a lll - p, donde p es la propensión marginal a c o n s u m i r ( K e y n e s 1 9 3 6p . l l 5 ) . D e m o d o p u e s q u e el ingreso y la inversión, dos conceptos estrictamente económicos, están relacionados entre sí por 35 t ,! p:; r , ' ;. r'.q ')\ E ef parámetro psicoeconó mic op . E l mis mo p a rá me tro figura también en la t e o rí a d e l e mp le o , d e l mismo K eynes, y segú n la c u a l e l v o lu me n d e l empleo en equilibrio dep e n d e d e la o f e rt a , la p ro pensión a consumir, y e l v o lu me n d e la in v e rs ió n . De modo que las variables psicológicas ocupan un lugar legítimo en la e c o n o mí a p o lí t ic a , a c o n d ición de que relacionen variables estrictamente económicas y que se les as ig n e la s d ime n s io n e s y u n idades apropiadas. (Dicho s e a d e p a s o , mu c h o s t ra bajos en psicología y s o c io lo g í ae s t á n v ic ia d o s p o r la falta de unidades adec u a d a s .Un b u e n e je mp lo d e ello es el famoso libro Models of Man del premio Nobel H. A. Simon. Gran parte de la economía política era imprecisa y por tanto incontrastable hasta que Keynes, en su General Theory, pág. 40, introdujo unidades de trabajo y de salario. La primera se define como una hora de trabajo ordinario y la s egunda como el precio d e u n a u n id a d d e t ra b a jo . ) Para no dar la impresión de que sólo los conceptos cuantitativos son imp o rt a n t e s e n e c o n o mí a p o lí tica, me apresuro a afirmar que algunas propiedades cualitativas de los s is t e ma s e c o n ó mic o s , t a le s como la organización y el estilo de administración, no son menos importantes que muchas variables cuantitativas. Los eco n o mis t a s t ie n d e n a me n o s preciar tales propiedades, pero los expertos en administración saben que p u e d e n s e r e s e n c ia le s .A s í , por ejemplo, nos dirán que dos firmas que operan en el mismo sector eco n ó mic o , e n c o n d ic io n e s e c o nómicas iniciales simila re s (p . e j in v e rs io n e s d e c apital comparables), no f u n c io n a rá n e x a c t a rn e n t e del mismo modo, debicio a diferencias de crganizac ión, o de relaciones e n t re g e re n c ia y p e rs o n a l, o de refinamiento técnico, o de modo de financiación. No es que semejantesimponderables sean intrínsecamente irracionales: es posible ubicarlos y conceptualizarlos, pero acaso sólo cualitativamente. (Por ej., las diferencias de estructura se reflejan en 36 diferencias de organigramas.) Tampoco son dichas propiedades intrínsecamente cualitativas: lo únibo que podemos decir prudentemente acerca de ellas es que hasta ahora no han sido cuantificadas. Su existencia debiera considerarse como un reto al teórico antes que corno motivo de pesimismo o pretexto de desaliño conceptual. Finalmente hal'emos dos observaciones sobre los conceptos de la economía poiítica. La primera es que los economistas suelen ser víctimas de una semántica (o más bien ausencia de tal) incapaz de distinguir los conceptos de las cosas o propiédades que representan. Por ejemplo, un economista matemático estará tentado de decir que un haz de n mercancías es (en lugar de es representable por) un vector en un espacio cartesiano de n dimensiones. Lo mismo vale para el precio correspondiente. Semejante confusión entre identidad y representación es inofens,ivapara fines matemáticos, pero es un obstáculo importante para la interpretación correcta de los resultados en términos económicos. Es deseableindicar explícitamentelos referentes de las funciones que representanpropiedadeso actividades de agentes o sistemas econórnicos, lo que siempre puede hacerse incluyendo tales referentes en los dominios de las funciones. Véase el Apénd ic e l . Nuestra segunda observación se refiere a la univ e rsa l i d a d . A l g u n o s e c o n o r n i s t a s h a n s o s t e n i d o que la economía política debe ser radicalmente diferente de las ciencias naturales porque carece de c o n s t a n t e su n i v e r s a l e st a l e s c o m o l a v e l o c i d a d d e l a luz en el vacío y la constante de Planck. Esto no es estrictamente cierto: sólo la fisica, y en medida mucho menor la química, poseen constantes universales. A medida que avanzamos de la física de las partículas y de los campos hacia la física y la química de macrosistemas, dichas constantes universales se van rodeando de una corte. cada vez J/ más numerosa. de constantes tales como "locales'', pesos atómicos y tasas de reacciones químicas. La biología no posee constantes universales propias, y sin embargo se las arregla bastante bien. Toda ciencia posee genera liz a c io n e s . . lo c a le s ' ' (n o universales) que contienen constantes olocalesr. En resumidas cuentas, los conceptos de la economía política poseen distintos grados de exactitud. La formalización (matematización) basta para exactificar pero no para dar contenido. Sólo la pertenencia a un sistema de generalizaciones puede asignar un contenido preciso a un concepto. Procedamos por tanto a examinar las generalizacionesde ia economía política. CAPITULO 3 GENER ALIZACIONES ECONOMICAS Al igual que cualquier otra ciencia, la economía política estudia generalizacionesde tres tipos: tendencias, leyes, y reglas. Es más fácil ejemplificar estas categoríasque definirlas. He aquí unos pocos precio internacional del petróleo ejemplos. "El crudo ha aumentado en forma monótona desde 1973" expresa una tendencia. producción de "La un sistema económico aumenta al comienzo, y luego crece a un ritmo decreciente, a medida que aumenta la inversiónn, es una formulación verbal de la ley de los rendimientos decrecientes.(Véase la fi g u r a 2 . ) Y l a " l e y " d e l i n t e r é s c o m p u e s t o e s , como todas las demás fórmulas de la matemática financiera, una regla incluida en actividades y contratos de cierto tipo. ó J a I NSUM O ( p. e) . t r ooo. ¡ o) Figura 2. La ley de los rendimientos decrecientes.C: Industrias clásicas,1 : InCustrias informáticas. (Estas últimas suelen llamarse <industrias de rendimientos crecientes,, pero se entiende que ellas también llegarán al punto de saturación.)La iey no es una curva única sino una familia de curvas que alcanzan un plateau cuando el insumo llega a cierto valor, 38 39 Grosso modo, las peculiaridades de las generalizaciones de los tres tipos son las siguientes (Bunge 1969). Una tendencia es la marcha global del cambio de alguna propiedad. Más exactamente, es el aumento ó la disminución global del valor de alguna propiedad en el curso del tiempo' Por este motivo üna tendencia se representa matemáticamente como una función monótona del tiempo. Las tendencias son aspectos transitorios de procesos: tienen la mala costumbre de desaparecer. Además, la acción humana deliberada y concertada puede modificar y aun invertir ciertas tendencias. Por ejemplo, el aumento de la población puede controlarse mediante la planeación familiar, y una tasa elevada de desempleo puede disminuir gracias a un vasto programa de trabajos públicos. (Véase Popper 1957 purá uttu crítica de la confusión entre tendencia v l eY ). En cambio no es fácil meterse con las leyes naturales o sociales. Por ejemplo, la ley de los rendimientos decrecientesvale universalmente, o sea, es verdadera en todos los tipos de organización económica y régimen de propiedad. (Incluso las llamaciasindustrias de rendimientos crecientes, o sea, las informáticas, se ajustan presumiblemente a dicha ley, a largo plazo.) Por cierto que es posible aumentar la producción y su tasa de crecimiento modernizando la técnica y la administración, aumentando la participación del personal en la administración e introduciendo incentivos. Sin embargo, estas rnedidas no harán sino retardar el momento en que el próximo aumento de los in s u mo s n o s e t ra d u z c a e n trn aumento del product o ; o s e a , n o p u e d e n c a mb ia r la forma general de la curva insumo-producto. A diferencia de las tendencias, las leyes son propiedades permanentes de las cosas que las poseen. Por consiguiente, si una generalización económica dada deja de valer, podemos inferir, o bien n) que no era una ley genuina sino tan sólo una tendencia, 40 o bien b) que el sistema económico correspondiente ha cambiado radicalmente o incluso ha dejado de existir. (Ejercicio: Averiguar cuáles de las d e l a s o c i e d a dc a p i t a l i s t a , , , " le y es d e m o v i m i e n t o de Marx, eran leyes genuinas, y cuáles meras tendencias. Y en todo caso averiguar cuáles siguen rigiendo y cuáles murieron junto con la Reina Victoria y el mercado libre.) Desgraciadamente, el problema filosófico de la naturaleza de las leyes económicas (y su diferencia re s p ec t o d e l o s e n u n c i a d o s c o r r e s p o n d i e n t e s )h a recibido tan poca atención como el de las leyes naturales. Este descuido parece tener dos raíces f ilo s ó f i c a s . U n a e s l a d o c t r i n a e m p i r i s t a d e q u e s ó l o podemos establecer regularidadesempíricas, nunca leyes objetivas, las que serían artefactos metafísicos. La otra raíz es, desde luego, la creencia de los e c o no m i s t a s c l á s i c o s y n e o c l á s i c o se n l a e x i s t e n c i a de "leyes naturales de la economía> con las que no hay que meterse, porque la economía sería un sistema auto-regulado que la interferencia deliberada s ó lo p o d r á d e s t r u i r . ( E s e x t r a ñ o q u e n o s ó l o l o s e c o no m i s t a s n e o l i b e r a l e s , o l i b r e c a m b i s t a s , s i n o también los marxistas -quienes favorecen fuertes medidas reguladoras, que liegan a la planificación central- crean en la autonomía de las leyes econ ó mi c a s . ) E n t o d o c a s o e l d e s c u i d od e l a i n v e s t i g a . c ió n d e l a c o n d i c i ó n m e t o d o l ó g i c ad e l o s e n u n c i a dos de leyes económicas se paga con confusión y superficialidad. Un buen ejemplo es la incertidumbre concern ie n t e a l a c o n d i c i ó n d e l a l e y d e l o s r e n d i m i e n t o s d e c re c i e n t e s ,q u e n o s i e m p r e e s c o n s i d e r a d ac o m o una ley. Otro es el de ciertas fórmulas que llevan el t í t u lo d e l e y a u n c u a n d o , d e h e c h o , s o n d e f i n i c i o nes. Ulla de estas es la fórmula oE :0ln h> eu€ relaciona el número de personasempleadasl.E/ con e l p rod u c t o ( O ) , l a p r o d u c t i v i d a d ( n ) y e l n ú m e r o me d i o d e h o r a s d e t r a b a j o p o r s e m a n a ( h ) . D e s p e 41 jando 7r uno se da cuenta de que ésta no es una fórmula legal sino una definición de productividad del trabajo. de Otro cáso del mismo tipo es el del sistema con Y' ecuacionesque relaciona el ingreso nacional dado: ¡ a ñ o u n e n 1 , inv e rs ió n el consumo C, Y la Y ':C' + I' C ,:a Y,- t*b, ramos todas las reglas , t a mb ié n p o d e mo s re n u n c la r a ellas. E sto no signif rc aq u e t o d a s la s re g la s s e a n A1 +L corner 10 kg. de pan por persona y por día.) En tercer lugar, aun cuando todas las reglas deben ser compatibles con las leyes relevantes,algunas reglas son más eficaces que otras. En particular, las más eficaces son las que se fundan explícitamente sobre leyes. Por ejemplo, las reglas más ef,rcientespara la explotación de pesquerías son las fundadas sobre las leyes ecológicas de tales sistemas; en primer lugar, si la tasa de pesca excede a la tasa de crecimiento, el sistema se destruye. (Para la noción de regla fundada sobre leyes véase Bunge 1969.) En resumen las reglas, o por lo menos las reglas eficaces, no son totalmente arbitrarias. Esto no irnplica que sean legales, en el sentido de que se las adopta, modif,rca o abandona de manera regular o uniforme. Sería bueno descubrir leyes del tipo vez que los hurnanos están en el estado ,S "Toda imaginan o ponen en vigor reglas de conducta de tipo R. > Pero ni siquiera sabemos si hay leyes de esta clase. (Si el lector abriga aun dudas acerca de la diferencia entre reglas y leyes, le invito a que lea el Apéndice 2.) De los tres tipos de generalizacioneseconómicas (tendencias, leyes y reglas), las leyes son las más difíciles de conseguir. Las tendencias se descubren habitualmente con ayuda de técnicas econométricas, y las reglas pueden ponerse de manifiesto estudiando historia económica, así como el funcionamiento de sistemas económicos tales como exp lo t a c i o n e s a g r í c o l a s , f á b r i c a s , y c o m e r c i o s . E n cambio, el descubrimiento de leyes requiere algo má s q u e d a t o s , t a n t o m á s p o r c u a n t o n i n g ú n c o n ju n t o d e d a t o s s u g i e r e s i n a m b i g ü e d a d u n a l e y . Ei descubrimiento de leyes va de la mano con la construcción de teorías científicas. Tanto es así q u e, a l m e n o s e n l a s c i e n c i a s , . d u r a s o , s e e m p l e a tácitamente la siguiente definición (Bunge 1969). Una hipótesis se llama (enunciado de) ley si, y solamente si, a) es general en algún respecto (o +J s ea, no es od hot'), b) p e rt e n e c e a a lg ú n s is t e ma hipotético-deductivo (teo rí a ) y c ) t ra s id o c o n f irmado satisfactoriament ee n a lg ú n d o min io (o s e a , puede considerárselo v e rd a d e ro o a d e c u a d o c o n r especto a dicho dominio ). L o s e c o n o mis t a su s a n e l término .,ley' de maner a má s lib e ra l, lo q u e a c a s o explique su resistencia a a b a n d o n a r c ie rt a s h ip ó t e sis que no son confirmables o que han sido refutadas, como se verá den t ro d e u n ra t o ' La economía política c o n t ie n e d iv e rs o s e n u n c ia dos de ley, aún descon t a n d o la s d e f in ic io n e s q u e pasan por leyes, así c o mo la s d u d o s a s . , le y e s " psicológicas que subya c e n a la e c o n o mí a p o lí t ic a neoclásica. Una ley ge n u in a e s la d e q u e e x is t e ulla correlación positiv a e n t re c o n s u mo e in g re s o . Otra es la ley de Co b b -Do u g la s " P ro d u c t o : : (t LbÁ I-b,,, donde nL , d e n o t a e l t ra b a jo in sumo y "K " el capital in s u mo , e n t a n t o q u e a y b s on constantespositivas . Cie rt a me n t e , h a y d iv e rs a s otras funciones de pro d u c c ié n q u e s e a ju s t a n igualmente bien a los d a t o s , y la h ip ó t e s is n o d a cuenta de la innovación t é c n ic a (S o lo w 1 9 6 0 ). S in embargo, la Iey de Cobb -Do u g la s s e c o n s id e ra g e neralmentecomo una bu e n a a p ro x ima c ió n a la v e rdad. A demás, es una le y u n iv e rs a l, v á lid a p a ra t o das las economías moCe rn a s ,s e a n c a p it a lis t a s ,s o cialistas o mixtas. Un tercer enunciado nomológico es éste: <el predominio de la competenciairnperfecta [o sea, del oligopolio] en el mundo real causa una tendencia a la explotación> (Robinson 1933, p. 313). Esta no es una mera regularidad empírica, sino que pertenecea la teoría del oligopolio. Pero, por contener el concepto moral de explotación, es una proposición económico-ética antes que puramente económica. A demás de tener sus p ro p ia s le y e s la e c o n o mí a política, como cualquier o t ra c ie n c ia s o c ia l, t o ma prestadasleyes de las cie n c ia s n a t u ra le s .E n p rime r lugar la economía da p o r s e n t a d o (p re s u p o lle ) q u e 44 n a d a p r o v i e n e d e l a n a d a ( u n a d e l a s p o s i b l e sv e r s io ne s d e l p r i n c i p i o d e c o n s e r v a c i ó n d e l a e n e r g í a ) . Esta ley subyace, en particular, a la ley de CobbDouglas que acabamos de mencionar. También es uno de los supuestosde los modelos que se emp le an p a r a a d m i n i s t r a r r e c u r s o s a g o t a b l e s , t a l e s c o m o l o s m i n e r a l e s .E n e f e c t o , t o d o s e s o s m o d e l o s giran en torno a la noción de reserva, que no tendría sentido en el País de Cucaña, donde la energía puede salir de la nada y sin trabajo. Y todo modelo realista de un recurso renovable, tal como un bosque o una pesquería,exige, ademá s, l e y e s b i o l ó g i c a s e s p e c í f i c a s . E n p a r t i c u l a r , s e m e j a n t e sm o d e l o s i n c l u y e n l e y e s d e c r e c i m i e n t o e n co n d i c i o n e s d e e x p l o t a c i ó n . ( C p . C l a r k 1 9 7 6 . ) Un a a d m i n i s t r a c i ó nq u e f u e s e a e x p l o t a r u n r e c u r s o renovable a una tasa mayor que la diferencia entre las tasas de natalidad y de mortalidad (como se ha v e n i d o h a c i e n d o e n e l c a s o d e l a s b a l l e n a s )s e r í a acusada de incompetencia. Muíatis mutandis, lo q u e v a l e p a r a l o s r e c u r s o sn a t u r a l e sv a l e t a m b i é n ,o a l n r e n o sd e b i e r a v a l e r , p a r a l o s r e c u r s o sh u m a n o s . E s t o s n o s e a d m i n i s t r a nb i e n s i s e i g n o r a n l a s l e y e s básicas de la biología y psicología humanas. En resumen, las políticas económicas, sea que conciernan a una firma, a una industria o a una nación, debieran basarsesobre modelos realistasde lo s s i s t e m a s e n c u e s t i ó n . Y s e m e j a n t e s m o d e l o s re a l i s t a s i n c l u y e n l a s l e y e s n a t u r a l e s p e r t i n e n t e s a d e m á s d e l e y e s , o a l m e n o s t e n c i e n c i a se , conómicas (y sociales y políticas). L a c o l e c c i ó n d e l a s l e y e s e c o n ó m i c a se s v a r i a b l e : a l pa r q u e a l g u n ? s F r u € V ? sl e y e s s e i n c o r p o r a n d e c u a nd o e n c u a n d o a d i c h a c o l e c c i ó n , o t r a s l a a b a n d o na n . E s t e e g r e s o p u e d e d e b e r s e a u n o d e d o s mo t i v o s . U n o e s q u e l o s s i s t e m a s e c o n ó m i c o s d e c ie r t o t i p o d e j a n d e e x i s t i r . ( L a s l e y e s e m e r g e n y d e s ap a r e c e nj u n t o c o n l a s c o s a s q u e l a s p o s e e n :n o residen en un reino separado y más elevado de las 45 i deas platónicas.) P or e je mp lo , la s le y e s e c o n ó micas típicas de las econ o mí a s e s c la v is t a y f e u d a l desaparecieronjunto co n d ic h a s e c o n o mí a s . (Y la s leyes biológicas dejarán de operar en nuestro planeta si se pone en uso e l a lma c é n d e b o mb a s n u cleáres.) 'E l segundomecanismo d e d e s g a s t ee s la c rí t ic a y l á'Contrastaciónempíric a , d e re s u lt a s d e la s c u a le s algunos enunciados de ley son degradados al rango de hipótesis falsas. Un ejemplo clásico es la ..ley,, de S ay, o "ley de los me rc a d o s , , ,s e g ú rrla c u a l " L a oferta crea su propia demanda". En efecto, a veces no hay compradores. Otra es la famosa curva de Phillips, o más bien su in t e rp re t a c ió nc a u s a l, s e g ú n l a cual "E l desempleo c a u s a la b a ja d e p re c io s y salarios". La estanflació n(in f la c ió n s in c re c imie n t o y con desempleo) ha re f u t a d o e s t a g e n e ra liz a c ió n . ( Véase la figura 3.) tJ) o U c, o tt 1C o -o E UU ! s D :o tJ o o F i g u re t-1 . T a s a d e c a m b i o d e preci os (i ncl uyendo sal ari os)como f u n c i ó n d e l a ta s a U d e d e s o c u paci ón.S egúnl a.l eyo ae É ni tti ps la p ri m e ra d e c re c ea l a u me n tar l a desocupaci ón.(La tasa .natl _ r a l " d e d e s e mp l e oU * d e F ri e dman correspondeal equi l i bri o, o s e a , a l e s ta d o .ó p ti mo ' .) En p eríodosde ei tanfl aci ón íos p.eci o, a u m e n ta nJ u n to c o n l a d esocupaci ón(recta punteada). 46 N o t i e n e n a d a d e v e r g o n z o s oe l q u e u n a h i p ó t e s i s c ien t í f i c a s e a r e f u t a d a . L o q u e s í d e b i e r a a u e . g o n _ z a r e s e l a f e r r a r s e o b c e c a d a m e n t ea h i p ó t e s i J e n a u s e n c i ad e d a t o s o e n p r e s e n c i ad e d a t o s a d v e r s o s . Y cu a n d o s e u s a h i p ó t e s i s n o t o r i a m e n t ef a l s a s p a r a f u nd a m e n t a r p o l í t i c a s q u e a f e c t a n e l b i e n e s t a i d e mil l o n e s d e s e r e s h u m a n o s , e s t a m o s e n p r e s e n c i a de un escándalo.Como veremos en el capítulo 6, e s te e s e l c a s o d e l a s p o l í t i c a s m o n e t a r i s t a s . L o s e c o n o m i s t a sn o s u e l e n d u d a r l a e x i s t e n c i ad e le y e s e c o n ó m i c a s . D i s c r e p a n e n c a m b i o e n c u a n t o a l a l c a n c ed e d i c h a s l e y e s . E n t a n t o q u e a l g u n o sd e e llo s s o s t i e n e nq u e t o d a s l a s l e y e s e c o n ó m i c a s s o n re gi o n a l e s o l i n l i t a d a s t e m p o r a l m e n t e ( o h i s t ó r i c a _ me n t e r e l a t i v a s ) ,o t r o s - e n p a r t i c u l a r l o s q u e a b u _ san de las teoríasde la utilidad, de Ia decisión y de lo s j u e g o s - s o s t i e n e n q u e l a s l e y e s e c o n ó m i c a s son universales, en el sentido de que valen por doquier en todos los tiempos. Propongo una solución salomónica:mientras al_ g u na s l e y e s e c o n ó m i c a s s o n u n i v e r s a l e s ,o t r a s s o n lo ca l e s . E n o t r a s p a l a b r a s , e n t a n t o q u e a l g u n a s le y e s e c o n ó m i c a s v a l e n p a r a t o d o s l ó s s i s t " e m a s e c o n ó m i c o s ( y t o d o s l o s s i s t e m a sp o l í t i c o s y j u r í d i _ c o s) , o t r a s v a l e n s o l a m e n t ep a r a s i s t e m a sd e C i e r t o s t ip os o e s p e c i e s .P o r e j e m p l o , l a l e y d e l o s r e n d i _ mien t o s d e c r e c i e n t e sy l a l e y d e C o b b - D o u g l a s p a _ re c e n s e r u n i v e l ' s a l e s .E n c a m b i o t o c l a l e y i o n c e r _ n ie n t e , s e Aa l a l i b r e c o m p e t e n c i a ,s e a a l o i i g o p o l i o , e s t á a c o t a d a t e m p o r a l m e n t e .T a n t o e s a s í , - q ú e l a s le y e s d e l a c o m p e t e n c i a p e r f e c t a d e s a p a r e c i é r o na l f e n ec e r e l m e r c a d o l i b r e , y l a s l e y e s d e l o l i g o p o l i o s o n r e e m p l a z a d a sp o r l a s d e l m o n o p o l i o t o d a v e z que se produce la fusión de los monopolios que d o m i n a n u n s e c t o r . ( E s t o v a l e c u a l q u i - e r as e a e l ré g i m e n d e p r o p i e d a d . ) Si b i e n l o s e c o n o m i s t a s n o h a n p u e s t o m a y o r atención a la distinción enrre ley y regla, los filósofos la han tenido muy en cuenta. (Cp Brown 47 1973.) En efecto, casi todos los filósofos se agrupan, sea en la escuela no mo t é t ic a , s e a e n la v o lu n tarista. S egún Ia primera la s o c ie d a d , y e n p a rt ic u l ar la economía, está suje t a a le y e s t a n in v io la b le s c omo las leyes naturale s . E l h o mb re p u e d e a c a s o llegar a conocer algunas d e e s t a s le y e s y u t iliz a rla s 'en su provecho, pero no p u e d e e s c a p a r a e lla s ' E n c ambio, los voluntaristas s o s t ie n e n q u e n o h a y le yes sociales:que todo p ro c e d e c o n f o rme a d e c is io nes tomadas más o me n o s lib re me n t e p o r in d iv iduos o grupos de individu o s . P a ra s a b e r c u á l d e la s dos escuelas tiene razó n , e x a min e mo s u n p a r d e casos. Considérese la gene ra liz a c ió n " L a p ro d u c c ió n aumenta con la inversión " . E s t o e s c ie rt o , p e ro lo s inversores pueden abst e n e rs e d e in v e rt ir d u ra n t e períodos de incertidumb re c a u s a d ap o r c a mb io s s o ciales y técnicos muy rá p id o s . De mo d o q u e , a u n que la ley es verdadera, c o n t ie n e v a ria b le s (in v e rsiones de trabajo y cap it a l) q u e d e p e n d e n d e la elección. E n otras palabra s ,u n a v e z q u e lo s d e c is o res han asignado valore s a la s v a ria b le s ir-rd e p e n dientes, la dependiente re s p o n d e rá c o n f o rme a la ley y con prescindenciad e c u a le s q u ie rara s g o s d e personalidad de los dec is o re s . O t ro e je mp lo : " L a productividad es una fu n c ió n mo n ó t o n a c re c ie n t e del nivel técnico." Olv id e mo s p o r e l mo me n t o e l problema de cuantificar lo s n iv e le s t é c n ic o s . P o d e *o, aonaeder que la ley e s v e rd a d e ra , p e ro , d e n t ro ' de ciertos límites, el niv e l t é c n ic o p u e d e a ju s t a rs ea voluntad. (Depende del e s t a d o d e l c o n o c imie n t o , de las inversiones iniciale s , y d e v a ria b le s s o c ia le s tales como el volumen y la c a lid a d d e la ma n o d e obra, así como de los s a la rio s . ) Concluimos que las do s e s c u e la s ,la n o mo t é t ic a y la voluntarista, tienen p a rt e d e ra z ó n . Ha y le y e s sociales, en particular e c o n ó mic a s ; p e ro , le jo s d e ser independientesde la v o lu n t a d h u ma n a , a lg u n a s leyes son puestas en v ig o r o s u s p e n d id a s p o r e l 48 hombre. Algunas comienzan como reglas más .o me n o s e f i c i e n t e s ( p a r a c i e r t o s f i n e s ) y , a l s e r p u e s t a s e n v i g o r y p e r f e c c i o n a d a s ,t e r m i n a n c o m o l e y e s. N o h a y m i s t e r i o e n e s t o , p o r q u e e l h o m b r e e s el creador, reformador y destructor de los sistema s s o c i a l e s h u m a n o s . E l h a c e r y d e s h a c e r r e g l a s e s t á c o n s t r e ñ i d op o r l e y e s p e r o n o r e g i d o p o r é s t a s . Pero, si reconocemos la existencia de reglas sociales al lado de leyes sociales, debemos estar preparados para explicar algunos hechos económicos e n té r m i n o s d e r e g l a s , o t r o s e n t é r m i n o s d e l e y e s , y otros en términos de reglas y leyes. Esto puede parecer obvio pero contradice la tradición positiv is ta s e g ú n l a c u a l t o d o h e c h o , s e a n a t u r a l o s o c i a l , e s e x p l i c a b l e p o r l e y e s y c i r c u n s t a n c i a s .Y t a m b i é n c o n t r a d i c e l a t r a d i c i ó n h i s t ó r i c o - c u l t u r a l ,s e g ú n l a c u a l l a s c i e n c i a s s o c i a l e sn o p u e d e n e x p l i c a r n a d a : a lo s u m o p u e d e n , . c o m p r e n d e r o p o r e m p a t í a (V e r s t e h e n ) . Por ejemplo, podemos explicar cierto aumento del costo de la vida por un aumento brusco de la t a s a d e i n t e r é s ( r e g l a ) , d e c i s i ó nq u e a s u v e z p u e d e explicarse por la política monetarista adoptada por la s au t o r i d a d e s f i n a n c i e r a s . Y p o d e m o s e x p l i c a r l a adopción de tal política en términos de valuaciones que no se basan sobre reglas ni leyes sino sobre in t e r e s e s c r e a d o s , i g n o r a n c i a , e t c . ( L a e c o n o m í a n e o c l á s i c ae s t á l e j o s d e s e r v e r d a d e r a , p e r o a l m e nos tiene el mérito de la exactitud y de haber insist id o e n l a c e n t r a l i d a d d e l a v a l u a c i ó n c o m o m o t i v o d e l a a c c i ó n h u m a n a . L a p s i c o l o g í an o s d e b e a ú n la s l e y e s d e l a v a l u a c i ó n . ) Presumiblemente, la explicación correcta de cualquier hecho económico complejo requiere leyes, reglas, valuaciones, y datos referentes a las c irc un s t a n c i a sy a n t e c e d e n t e se s p e c i a l e s .( E n c a m b io , l a s t e n d e n c i a s c a r e c e n d e v a l o r e x p l i c a t i v o : son objetos a explicar.) Típicamente, el explicar p o r q u é u n i n d i v i d u o o u n g r u p o e m p r e n d ea c c i o n e s 49 de tipo A puede exigir pre mis a sd e lo s c u a t ro t ip o s : (Lav) Todo A es segu id o d e u n B (s ie mp re o c o n alguna probabilidad). (V uluucititt) B es valio s o p a ra lo s in d iv id u o s (o grupos) de clase C. (Reglu) Esfuérzate por alcanzar cuanto sea f a c t ible y valioso para ti (o p a ra t u g ru p o ). (Dato) E l individuo ( o g ru p o ) e n c u e s t ió n e s d e clase C. E n resumen, la inves t ig a c ió n e c o n ó mic a d e s c u bre tendencias, leyes y re g la s q u e o p e ra n e n la sociedad. A lgunas de e s t a s le y e s s o n u n iv e rs a le s y otras están acotadas temp o ra lme n t e ; y a lg u n a s re glas terminan convirtié n d o s e e n le y e s . L a I imit a ción temporal de algu n a s le y e s e c o n ó mic a s la s torna similares a las ley e s b io ló g ic a s : e s t a s ú lt ima s no existían antes de que e me rg ie s e la p rime ra c é lula. S e ha dicho a veces (p e j. Hic k s 1 9 7 9 ) q u e la diferencia entre las leyes d e I a e c o n o mí a y la s d e la ciencia natural es que la s p rime ra s c o n t ie n e n re t a rdos temporales. (P . ej., la c o s e c h a d e l a ñ o e n c u rs o depende de lo que se s e mb ró e l a ñ o p a s a d o . ) E s v erdad que la microfisi c a n o c o n o c e (a ú n ) re t a rd o s temporales, pero la fisic a d e lo s ma c ro s is t e ma sd o tados de memoria sí lo s c o n o c e , y t a mb ié n lo s c onoce, desde luego, Ia b io lo g í a . (Re c u é rd e s eq u e hay genes y aun órgano s e n t e ro s q u e n o s e (e x p l-e san" sino mucho despué s d e l n a c imie n t o . ) L a d if e rencia real entre leyes e c o n ó mic a s y le y e s b io ló g ic as reside en otra cos a : e l h o mb re p u e d e c re a r, torcer, suspender o des t ru ir la s p rime r¿ lsa l c o n : , truir, modificar o destr u ir lo s s is t e ma se c o n ó mic o s correspondientes.E sta e s la f in a lid a d d e t o d a re v o lución económica delibe ra d a , s e a v io le n t a o p a c í fica. 50 CAPITULO 4 TEORIAS Y MODELOS ECONOMICOS En todos los campos de investigación una teoríct es un sistema de proposiciones (formulas) uniOu, por la relación de deductibilidad (argamasa sintác_ t ic a) y u n a s u n t o c o m ú n ( a r g a m a s as e m á n t i c a ) . En una teoría bien organizada toda proposición ,"u u n a p r e m i s a ( p o s t u l a d o , d e f i n i c i ó n ó d a t o ¡ , "i, ,"u unu c,onsecuencia(teorema) de algunas premisás toÁu_ das conjuntamente. (Ojo: En el lenguaje ordinario y en las ciencias palabra la ,.teoría, désigna "blandaso il;;;; una hipótesis. Por ejemplo, la .,teoríá" dinámica " áe Harrod (1952) se reducé a la proposición á; q;; l; tasa de crecimiento g es igual a lá tasa de inversión s dividida por la razón cupituVp.oducción t, ; ;;;; g : sl!. Otro ejemplo de uso iulgar de la pafabü <.teoría>es el del título del famoso lib.o d. M;"d;i Teoría econónúca marxistd, que es una obra pura_ mente descriptiva y crítica, sin asomo ¿" t"oifui.i A l g u n o s e c o n o m i s t a s _ c r e e nq u e l a s t . o r i ; ; ; ; ; ellos manejan son edificios puiamente lógicos á matenráticosmientras no se rei agreguedato-s. Esta opinión es equivocada. Una diférencia entre una teoría en matemática pura y una teoría en economía política, o algírn otro campo de investigación fác_ t ic a , e s q u e l a s p r o p o s i c i o n e sd e e s t e ú l t i m o t i e n e n referencia fáctica: se refieren a alguna parte o as_ pecto de la realidad. Gracias a está referencia fác_ tica las teorías científicas pueden ser puestas a prueba contrastándose algunas de sus pioposicio_ n e s co n d a t o s d e o b s e r v a c i ó n , m e d i c i ó n , o ' . * p . r i _ mentación. Otra diferencia entre las teorías tie lrr 5l matemática pura, por un lado, y las de la ciencia y la tecnología, por otro, es que algunas de las proposiciones de estas últimas representan, correcta o incorrectamente, regularidades o leyes objetivas. En todo caso en las ciencias avanzadas, que son los marcapasos metodológicos de las demás, toda teoría genuina contiene enunciados legales, es decir, fórmulas que representan regularidades objetivas (leyes). Un cuerpo de conocimientos que contiene tan sólo tendencias, como las que resultan de análisis econométricos, no cuenta como teoría. Por consiguiente, no puede explicar nada. Tampoco puede usarse para calcular predicciones fidedignas: a lo sumo da extrapolaciones. También los modelos (conceptuales o teóricos) son sistemas hipotético-deductivos y, tanto en ciencia fáctica como en tecnología, se refieren a partes o aspectos del mundo natural o social. Los modelos difieren de las teorías en tres respectos. En primer lugar, los mcdelos tienen un dominio (o clase de referencia) más angosto que las teorías. Así, por ejemplo, podemos hablar de una teoría de una economía entera, pero hablaremos de un modelo de una fábrica de alfileres. En segundo lugar, los modelos son representaciones muy idealizadas (simplificadas) de sus objetos, tanto que algunos de ellos pueden llamarse ,.caricaturas>(Gibbard y Varian 1978). En tercer lugar, a diferencia de las teor ías, los modelos pued e n n o c o n t e n e r le y e s . A s í , por ejemplo, mientras un nrodelo de una granja debe contener, o al menos presuponer, algunas [eyes biológicas específrcas (p. ej. ..Los cerdos alcanzan el estado adulto al año de edad"), un rlodelo de un banco puede no contener ningún enunciado de ley aparte de algunas generalizaciones acerca de la conducta humana y de la sociedad. Hay dos maneras de construir un modelo teórico: desde el comienzo o sobre la base de alguna teoría. Llamo modelo libre al primero, y ligado al se52 gundo. Los modelos libres pueden o no contener enunciados de ley. En cambio los modelos ligados contienen proposiciones de este tipo pcrqué son generados especificando teorías, es decir, enriqueciendo estas últimas mediante suposicionesespetiales. Por ejemplo, dada una teoría general de la La economía política contemporánea tiene algunas teorías, tales como la teoría neoclásicadel equilibrio, y numerosos modelos, tales como los mohelo s l i n e a l e s d e p r o d u c c i ó n . ( V é a s e l o s A p é n d i c e s 3 y 4 . ) S i n e m b a r g o , a v e c e s s e h a d i s p u t a d ol a p o s i b ilid a d m i s m a d e c o n s t r u i r t a l e s s i s t e m a s hipotético-deductivos, o al menos la posibilidad de que sean verdaderos en algún sentido. Una objeción comúrr es la que puede denominarserománica y reza así: oNo puedes capturar al hombre con un puñado de fórmulas, porque no hay dos seres humanos idénticos y porque todos cambiamos de con- La respuesta breve es que todas las ciencias fácticas y técnicas enfrentan la rpisma dificultad en lo que respecta a la variabilidad y mutabilidad indivi- cuanto a la mensurabilidad, al par que algunas propiedades de un sistema económico son en efécto cualitativas -o en todo caso aún no han sido cuantificadas- la rnayoría son cuantitativas. (Más aún, la economía política podría definirse como la ciencia social que se ocupa de las propiedadescuantita- 53 tivas de los sistemas económicos, tales como números de personas empleadas o desocupadas, cantidades de bienes producidos, intercambiados o consumidos, etc. En cambio, la llamada ciencia de la administración enfoca su atención sobre las propiedades estructurales de los sistemas económicos, aunque sin descuidar las cuantitativas.) Además, la predictibilidad no es una propiedad intrínseca del asunto de una teoria, sino una propiedad de la última. Finalmente, en todas las ciencias, incluso en física, debemos tolerar predicciones imprecisas de la forma <Eventualmente X aurnentará (o disminuirá, o fluctuará)". Ltrego viene la objeción globalista (u holista): todo depende de todo lo demás, corno en la "Donde economía, habría que conocer el todo para poder conocer la parte. Puesto que esto es imposible, no se puede modelar la ec o n o mí a . " p 6 p 1 1 c a :E s t a o b jeción se reduce a observar que la economía constituye un sistema y, más aún, un sistemafuertemente acoplado a otros sistemas (la política y la cultura de la misma sociedad, así como otros sistemas económicos). P ero todas las cie n c ia s y t é c n ic a s s e o c u p a n . más o menosexitosame n t e d , e s is t e ma s ; yn o lo h a c e n ignorando su estructura, sino descubriéndola. Si la cosa A está fuertemente acoplada a la cosa B, el teórico puede adoptar alguna de estas estrategias:a) estudiar el sistema compuesto porA y B, o b¡ modelar A (o bien B) y dar cuenta de sus interacciones conB (o con A) en términos de variables exógenas. En cualquier caso las interacciones pueden tratarse exactamente. La objeción globalista vale solamente en este respecto: todo tratamiento de la economía como si fuese un sistema autónomo está destinado al fracaso. Pero esto no imposibilita la economía política; sólo le impone que incorpore variables biológicas, culturales y políticas como variables exógenas. La tercera objeción que se hace frecuentemente a 54 men o s q u e s e t e n g a a l g u n a h i p ó t e s i s , c o m o l o o b _ servara Darwin hace tiempo. La recolección de datos y la formulación de hipótesis van de la mano en lug a r d e s u c e d e r s e e n t o d o s l o s c a s o s . A d e m á s , las teorías no se forman destilando datos. sino formulando, ensayando e interconectando hipótesis. Lo que está mal no es usar hipótesis y extraer conclusiones de ellas, sino exigir que todas las hipótesis sean superficiales, tolerar contradicciones entre ellas, forrnular conjeturas incomprobables, y aferrarse a hipótesis que han sido repetidamenté refutadas. Como cualquier otra ciencia, la economía política debe escoger una vía intermedia entre el apriorismo (que prescinde de la experiencia) y el empirismo (que prescinde de la teoría). Desgraciadamente, una fracción excesiva de la ciencia económica consiste en recolectar datos, tales como los que acumulan las oficinas estadísticas,o en especular acerca de fántassras tales como el mercado competitivo y el consumidorracional. (Como dijera Leontief 1966, pág. a3, la economía "adquirió muy tempranamente en su desarrollo la actitud y los modales de ias ciencias empíricas exactas sin haber pasado por la dura escuela de la investigaciónfáct ic a d i r e c t a y d e t a l l a d a " . ) Finalmente, la objeción voluntarista a la teonzación y modelización reza como sigue: ..Las sociedades son regidas por reglas, no por leyes, y las reglas, así como su rechazo, son obra nuestra. por lo tanto no es posible construir modelos económi- 55 cos a semejanzade las cienciasnaturales.Debemos abandonartoda tentativa de construir modelos económicos, y tratar los sistemas económicos, de la firma a la nación, día a día. La intuición y la experiencia deben prevalecer sobre la teoría: debemos ser pragmatistas,no racionalistas."Creo que esta objeción contiene un grano de verdadjunto con un montón de falsedadespeligrosas.El grano de verdad es éste: Cualquierteoríaeconómicaque trate la economía como un sistema nat'¿ralo una máquina autorreguladora,que funcioira según "leyes de hierro>),es falsa porque ignora la existencia de reglas junto a las leyes. (Recuérdeseel cap. 3.) Esto vale para todas las teoías clásicas (incluyendo la de Marx) y neoclásicas,así como para ciertas teorías contemporáneastales como la ..economíafisiológica" de Georgescu-Roegen(1978). Sin embargo, las reglas, en particular los reglamentosestatales, no constituyen un obstáculo a la teorización. En efecto, las reglas pueden incluirse en un mo d e l o ma te má tico a m odo de vínculos ( o re stri cci o n e s). S emejante modelo per m itir á formular predicciones mientras valgan las ecuaci o n e s (o d e si g u a l d ades)o, sea, en tanto que los agentes respeten las reglas. Cualquier cambio en las reglas básicas obligará a modificar el modelo. Volveremos a este punto en el capítulo 6. Los más ambiciosos de todos los modelos en ciencias sociales son, desde luego, los modelos mundiales.Hay por lo menos seis de ellos: cuatro modelosdescriptivosy dos normativos(los de Bariloch.ey Japón). En tanto que algunosde ellos (en particular Límites al Crecimiento) son primordialmenteespeculativos,otros (en particularel Modelo Mundial de las Naciones Unidas) están llenos de datos; y mientras algunos de ellos contienen unas pocas variables, otros involucran muchas. Todos ellos han sido criticados severamente(cp. Nord56 haus .1973 y Cole l97B), al punto de que pocos e s pe c i a l i s t a sc o n s e r v a n f e e n e l l o s . )/ CAPITULO 5 POLITICAS ECONOMICAS En la vida real los economistas suelen ser, no sólo estudiosos de la economía, sino también consultores, planeadores, e incluso administradores o políticos. Esta acumulación de funciones en una sola persona no debe hacernos olvidar la distinción clásica entre la econontía positiva, o el estudio de lo s s i s t e m a se c o n ó m i c o s , y l a e c o n o m í a n o r m a t i v a , o la formación de políticas y planes económicos. La primera es una ciencia básica y la segunda una ciencia aplicada o, mejor, una rama de la técnica social, junto con el derecho y la pedagogía. (El nombre neconomía positiva>) no es del todo adecuado, porque la economía política básica incluye también lo que pudiera llamarse ..economía negat iv a " , o s e a , l a c r í t i c a d e l o s s i s t e m a se c o n ó m i c o s existentes, y cuyo modelo sigue siendo El Capital <<pura>Son calificativos más de Marx. "Básica> o adecuados y conformes a la distinción entre básico y aplicado que se hace en todas las demás cienc ia s. ) La economía norrnativa o aplicada se llama tamb ié n " e c o n o m í a p o l í t i c a " , n o m b r e q u e s u g i e r e q u e se trata de una fusión de la econcmía básica y de la p o lit o l o g í a . D e s g r a c i a d a m e n t e ,e s t a s u g e r e n c i a e s falsa: si bien algunos economistas prestan atención a los factores políticos, no aprenden de la politología, la que a su vez se venga ignorando tanto a la economía como a la ciencia económica. Este hecho es tanto más extraño por cuanto la politología moderna nació precisamente en la época en que el )ó _59 sistema político se ligaba más estrechamente que nunca al económico (Sk id e ls k y , 1 9 7 7 ). La economía normativa, como cualquier otro campo del conocimiento, se distingue por una problemática propia. Los problemas que enfrentan sus cultores son problema s e c o n ó mic o s , t a le s c o mo e l de la estanflación (o inflación acompañada de desocupación). E sto parece rí a o b v io , p e ro n o lo e s , porque no hay problemas puramente económicos (V. Robinson and Eatwell 1974). Lo quc comúnmente llamamos <problemas económicos>>son problemas,sociales multidimensionales que involucran no sólo la economía, sino tarnbién la política y la cultura, y ello simplemente porque cada uno de éstos es un subsistema de la sociedaci(Bunge, 1979b). Por ejemplo, puede argüirse que no habría estanflación si: a) todas las c o rp o ra c io n e sin v irt ie ra n s u s gananciasen el país en lu g a r d e h a c e rlo e n e l e x t e rior (como lo hacen las c o mp a ñ í a smu lt in a c io n a le s ); á/ los gobiernos no imp rimie s e n d in e ro o c o n t ra t a sen empréstitos con el s ó lo f in d e s e g u ir la c a rre ra armamentistao de rnan t e n e r u n a b u ro c ra c ia g ig a n tesca y parasitaria, c) lo s s in d ic a t o s o b re ro s n o lucharan por proteger el nivel de vida de sus afiliados; y d) el público s e e d u c a ra p a ra re s is t ir la s tentaciones del consu mis mo . (V é a s e Da v id s o n y W eintraub, 1973, y Wile s , 1 9 7 3 ). A hora bien, si todo p ro b le ma e c o n ó mic o n o e s sino un componente de u n p ro b le ma s o c ia l mu lt idimensional,está claro q u e n o p u e d e t e n e r s o lu c io nes puramente económicas. En particular el monetarismo no puede curar la in f la c ió n p o rq u e p re s c rib e tan sólo un remedio fis c a l, a s a b e r, e l c o n t ro l d e la Casa de Moneda, para c u ra r u n c o mp le jí s imo p ro blema social. Obsérveseque no nie g o la p o s ib ilid a d d e la c ie n cia económica. (Recu é rd e s e e l Ca p it u lo 4 . ) P u e d e haber modelos (casi) pu ra me n t e e c o n ó mic o s , t a le s como un modelo para e x p lo t a r u n a rn in a d e c o b re , 60 Acabamos de toparnos con la moral, ausente de 61 it % la economía positiva, pero central, aunque a .menudo subterráneamente, en la economía normativa' (Para la centralidad de los valores en investigación social aplicada véase Myrdal, 1969') En efecto, el diseño de una política económica no es un mero tecnicismo económico a la par de, digamos, la confección del presupuesto de una firma' El diseño de políticas económicas involucra, o debiera implicar, un modelo de la sociedad íntegra, así como un conjunto de valores Y objetivos. Este aspecto de la cuestión resalta en el contraste entre las políticas keynesianas (o fiscales) y monetaristas. Tanto el finado lord Keynes como el profesor Friedman han defendido al capitalismo. Pero, mientras el primero queía darle un rostro humano, el segundo parece querer que recupere los rasgos lobunos que tenía antes de Bismarck. Keynes estaba motivado no sólo por una visión menos unilateral de la sociedad sino también, y qluizá primordialmente, por el horror que sentía por la guerra y por su compasión para con los desocupados. (Más aun, relacionaba la guerra con el desempleo, sosteniendo que éste último incita a la competencia comercial internacional, la que a su vez puede degenerar en guerra: véase Klein, 1947.)No se nota tal horror por la guerra, ni tal compasión por los desocupacios, en los escritos del profesor Friedman y s us boys", quie n e s in s is t e n e n q u e e s n e "Chicago cesario que haya una <tasa natural de desempleo" para mantener bajos los salarios y los precios ( F riedman, 1968). Hay, por supuesto,un a v a rie d a d d e t ip o s d e p o lí tica econónrica, pero todos ellos comparten ciertos aspectos metodológicos que trataremos de poner al descubierto. Los tipos principales son el liberalismo, el intervencionismo, y la planeación central. El primero no recomienda política alguna: recomienda la inacción. Fundamento teórico: la economía es una máquina (o u n o rg a n is mo ) a u t o 62 EJ segundotipo de política, el intervencionismo, s e d a e n d i v e r s a s v a r i e d a d e s ,d e s ( e u n a c o m p r e n _ s iv a po l í t i c a f i s c a l d e s t i n a d a a e s t i b i r i z a r r a e ó o n o mí a , h a s t a l a s p o l í t i c a s e s c a n d i n a v a sd e s t i n a d a sa d is mi n u i r l a i n e q u i d a d . F u n d a m e n t o t e ó r i c o : I a mrc o s , e s m e n e s t e r c o n t r o l a r l a e c o n o m í a . ( E l m o _ Vemos entonces que toda política económicase funda sobre algunadoctrina económica y algún sis_ 63 tema de valores y normas. A su vez, un plan económico específico se funda sobre una política económica junto con un modelo de un sector económico o de la economía (o, mejor, de la sociedad íntegra), así como datos más detallados. En resumen. POLITICA : TEORIA + DATOS + SISTEMA DE VAL)RES PLAN : POLITICA + MODELO + DATOS de donde: PLAN : TEORIA + MODELO + DATOS + SISTEMADE VALORES Parece razonable estipular que un plan se denomine científico si, y sólo si, descansa sobre a) teorías, modelos y datos científicos, así como á) un sistema de valores y normas compatible con el conocimiento científico del día. El fracaso de cualquiera de estos componentes da como resultado inevitable el fracaso de la totalidad a un enorme costo social. En particular, una teoría económica falsa, o un código moral anacrónico (y, por tanto, imposible de poner en vigencia), arruinará el plan económico diseñado con el mayor cuidado. El individualismo extremo, sea en economía o en ética, es un buen ejemplo de lo que se acaba de añrmar. No puede tener éxito a la larga porque la sociedad es un sistema del cual la economía no es sino un subsistema, y e l ma n t e n imie n t o d e t o d o sistema exige alguna cooperación, sea deliberada, sea involuntaria. (E s verd a d q u e e t in d iv id u a lis mo no excluye la solidarida d , p e ro la limit a a lo s miembros de la misma c la s e s o c ia l: e s t ro riz o n t a l y defensiva, no integral y altruista.) Además, los sistemas artificiales, tales como la economía, la política y la cultura, requieren algún control o mécanismo de regulación. Otro buen ejemplo de una mala política social es el economismo, o la creencia de que la economía VALORES & I'JORMAS POLITICA BIOLOGICA PO LI TI CA CULTURAL POLITICA POLITICA PO LI TI CA ECO NO M I CA El Tercer Mundo tiene alguna experiencia con planeadores económicos que ignorañ lus compo_ 64 65 nentes no económicas de la sociedad, así como el sistema de valores y normas inherentes a la misma. La mayoría de los planes de desarrollo concebidos para dichos países se deben a economistas que han ignorado las circunstancias y los valores cuiturales y políticos, y han sacrificado deliberadamente las necesidades culturales y las aspiraciones políticas del pueblo para alcanzar un único objetivó a todo costo, sea la industrialización, sea Ia éstabilización mente por la CEPAL, que él creara y animara du_ rante tres décadas. (Véase el apéndice 5.) sociedad íntegra y, por tanto, no puede tener éxito de desarrollo, en las que las únicas fuerzas motrices eran la fracción del producto interno bruto dedi_ cada a la inversión, y las importaciones de capital, 66 67 sus acclorustascomo puedanrr: Friedman 1962, pé+ g in a 1 3 3 . ) CAPITULO 6 EL MONETARISMO El monetarismo es la política económica neoliberal según la cual todo cuanto hay que hacer para conseivar la salud de la economía es controlar la oferta de dinero. o sea, la impresión de billetes de banco y el crédito bancario (Friedman 1963, 1968, 1980). inevitablemente, el monetarismo recuerda a otras panaceas: el agua de alquitrán, la manipulación de la columna vertebral, y la sangría, espec ialmente esta última. S e re c u rre a é 1 , c o mo a la brujería, cuando los dernás rernedios parecen fallar' Y, óomo la brujería, se lo adopta con fe, no sobre la base de una téoría comprobada y de estadísticas' Los gobiernos conserv a d o re s , e in c lu s o a lg u n o s gobiernos liberales, adoptan el monetarismo por dos motivos: por su sencillez y porque da la casualidad de que fávorece a los adinerados. La sencillez del monetarismo es tal, que el Presidente Reagan ha dicho del manifiesto de los Friedman, Libre para elegir (1980), que es " s o b e rb io " . Q u e e l mo n e f a risino favorece a los ricos, fue confesado por David Stockman aA tlantíc Mon t h ly e n d ic ie rn b re d e 1 9 8 1 . E se señor debe saberlo , p u e s t o q u e e s e l d ire c t o r de Presupuestos y principal ejecutor de la llamada reaganomía en el gobierno del Presidente R'eagan' Es igualmente comprensible que el rnonetarismo atraiga a los polítióos reaccionarios, puesto que predica el desmantelamiento del Fstado benefactor, ásí como la irresponsabilidad social de los empresarios. (La única responsabilidad social de los dirigentes de empresa sería ..hacer tanto dinero para 68 que subyace al monetarismo es la teoría del mer_ cado libre propuesta por Adam Smith en 1776:es la poner a prueba dichas premisas para averiguar si son verdaderas:'lo sean o no, las cosas suceden conTo si lo fuerarr. Este truco metodológico es tan célebre que se lo ha bautizado ola coniorsión F, (the F-Twist: Samuelson, 1963). (para una crítica 69 cp. Rosenberg 1976, y para una defensa tibia, cp. Boland 1979.) Pero la contribución más importante del profesor Friedman a la fundamentación teórica de la política monetarista es su ...armazónteórica para el análisis monetario" (1970). Tiene razón en llamarlo "armazón teórica", y sería aún más correcto llamarlo <programa de una teoría", o <<pagaré teóricoo, porque no es una teoría propiamente dicha. En efecto, este sistema conceptual c o n t ie n e t re s s í mb o lo s f u n cionales totalmente indeterminados (f g y l), de modo que las fórmulas en que éstos aparecen son enunciadosvagos del tipo . . I / e s a lg u n a f u n c ió n / d e X ,,. Toda la política e c o n ó mic a q u e re c o mie n d a Friedman está, pues, basada sobre un programa para una teoría, no sobre una teoría formulada explícitamente y comprob a d a e mp í ric a me n t e . S ie n d o un programa (que alguien debiera ejecutar) es incapaz de explicar o predecir nada. (Para otras críticas c p. Gordon 1970.) Quien desee explicar el funcionamiento del sistema monetario, así como su descompostura (inflación y estanflación), deberá construir una teoría propiamente dicha del mismo, no meramente un programa para una teoría. No podrá satisfacerle una teoría cualquiera, sino tan sólo una teoría conlprobable y que no trate al sistema monetario como autónomo, ni menos aún como primer motor de la economía, sino que, por el contrario, incorpore factores no monetarios, taies corno la organización de la empresa,los gastos improductivos (principalmente en armamentos), y las expectativas(no siempre racionales)de productores y consumidores. Más aún. las economías de las naciones desarrolladas necesitan una teoría diferente de las adecuadas a las naciones en vías de desarrollo. Así, por ejemplo, en los países desarrollados un factor importante de estanflación, amén de la carrera armamentista, es que las empresas oligopolistas disminu70 yen la prcducción y el empleo, no los precios, al dé_ caer la demanda (lo que refuta la teoría del con_ de la capacidad de producción. (Véase Olivera. 1980 y Fernández-Pol,1982 para alternativaslatino_ americanasa la seudoteoría monetarista). . , L o r . m o n e t a r i s t a sn o t i e n e n u n a t e o r í a d e l a i n f l a _ c a so l o o p u e s t o e s v e r d a d e r o , a s a b e r , q u e l a v e l o c id a d a q u e u n G o b i e r n o i m p r i m e d i n e i o e s t á d e t e rm i n a d a p o r l a d i f e r e n c i a e n t r e l o s g a s t o s y l o s in g r e s o s d e l E s t a d o . S i i o s p r i m e r o s e i c e d e n a l o s s e gu n d o s , e l G o b i e r n o i m p r i m e d i n e r o o l o t o m a p re s t a d o a f i n d e c u m p l i r s u s o b l i g a c i o n e s ;s ó l o u n p re s u p u e s t oe s t r i c t a m e n t ee q u i l i b r a d o d a c o m o r e _ s u lt a d o l a v e l o c i d a d n u l a d e o f e r t a d e d i n e r o . Ah o r a b i e n , e n u n E s t a d o b e n e f a c t o r e l e g r e s o (E ) e s u n a f u n c i ó n l i n e a l c r e c i e n t e d e l a t a s a d e d e se m p l e o ,p o r q u e e l g o b i e r n o p a g a c o m p e n s a c i o nes salariales.En cambio el ingreso (R) es una función lineal decreciente del desempleo, porque lo s c i e s o c u p a d o sc o n s u m e n p o c o y a p e n a s p a g a n imp u e s t o s . E l r e s u l t a d o e s q u e l a v e l o c i d a d I , I a l a que el gobierno imprime dinero, o lo toma prestado, depende linealmente de la tasa U de desempleo. En resumen, el desempleo causa inflacíón, la q u e a ' s u v e z a u m e n t a e l d e s e m p l e o .S e t r a t a , p u e s , d e u n c i c l o d e r e t r o a l i m e n t a c i ó np o s i t i v a . D i c h o e n símbolos, [4:E - R, E:a *b(J, y R: c - cJ(J, 71 de donde lul : a - c + (b + d) U, donde a, b, c y d son números reales pos it iv o s . (E n u n E s t a d o n o benefactor, ¡, :0.) P or t a n t o lV : 0 s i, . r' s rí lo s i, V éase I a f ig u ra 5 . A u n q u e e s t e u : ( y L/ :0. D E S C C U P A C ION F i g ttrtt 5 . L a d e s o c u p a c i ó nc ausa i nfl aci ón. La tasa M de i mpres i ó n d e mo n e d a e s u n a fu nci ón creci ente del desempl eo. crudo modelo lineal (y li b re ) d e l p ro c e s o in f la c io n a rio parece bastante evide n t e y d e a c u e rd o c o n lo s datos, no ha sido tenido e n c u e n t a p o r lo s mo n e t a r istas. E n cuanto al fundamen t o e s t a d í s t ic od e l mo n e t a r ismo, se reduce a ciert a s c o rre la c io n e s in t e rp re t a das como relaciones cau s a le s . A s í , p o r e je mp lo , según Lucas (198C), los d a t o s s o b re la e c o n o mí a norteamericana para el período 1953-1977 confirman las hipótesis de que u n a d e t e rmin a d a t a s a d e cambio de la cantidad d e c irc u la n t e in d u c e : c ) u n cambio igual en la tasa de in f la c ió n d e p re c io s , y á ) un cambio igual de las t a s a s n o min a le s d e in t e ré s . E n verdad todo lo que mu e s t ra n s u s d a t o s e s u n a correlación positiva, no u n a re la c ió n c a u s a l. L u c a s 72 no ha estudiado los mecanismos que subyacen a esta correlación. La mayoría de los economistas s o s pe c h a n ,c o n r a z ó n , q u e d i c h o s m e c a n i s m o ss o n p ro c e s o s s o c i a l e s c o m p l e j o s . D e s p u é s d e t o d o , e l dinero es un termómetro de la actividad económica má s q u e l a a c t i v i d a d m i s m a . Pero incluso esa confirmación estadística es c u e st i o n a b l e . M o d i g l i a n i ( 1 9 7 7 ) e s t u d i ó a p r o x i m a damente el mismo período en los EE.UU., buscando trechos en los que la oferta de dinero crec ie s e b a s t a n t e l e n t a m e n t e . E n c o n t r ó d o s p e r í o d o s de este tipo, de comienzos de 1953 a la primera mitad de 1957, y de l97l a 1975. Estos períodos re s u l t a r o n s e r l o s m á s i n e s t a b l e s d e t o d o s : c o m p re n d i e r o n l a c o n t r a c c i ó n d e 1 9 5 4 , l a r e c u p e r a c i ó n d e 19 5 5 ,l a n u e v a r e c e s i ó n d e 1 9 5 8 ,y l a d e 1 9 7 3 - 7 5 . L a c o n c l u s i ó n e s e v i d e n t e : < n u e s t r o sp e r í o d o s m á s in e s t a b l e sh a n c o i n c i d i d o c o n p e r í o d o s d e e s t a b i l i dad monetaria relativa> (pág. 12). Esta conclusión se ve reforzada por las estadísticasmás recientes. La recesióneconómica en los EE.UU., eue duró de 1978 a 1983, fue acompañada primero de una restricción y luego de una reducción del volumen de dinero circulante o Ml; la reducción fue aún más drástica en Canadá, donde la crisis fue todavía más grave. (Los cambios relativos del volumen de Ml en los E E . U U . h a n s i d o d e 1 , 0 p o r 1 0 0 ,2 , 3 p o r 1 0 0 , 0 , 8 p o r 1 0 0, - 0 , 9 p o r 1 0 0 , - 1 , 6 p o r 1 0 0 y - 3 , 8 p o r 1 0 0 e n los años 1976 a 1982, respectivamente:IMF, i982, p. 202.) Por supuesto que el monetarista invocará choques exógenos para justificar el fracaso de su política. Pero éstees precisamenteel quid de la cuestión: la severidad de ia inestabilidad atribuida a tales choques muestra que la economía no es un sistema sellado y a prueba de choques. Y, puesto que no lo es. es preciso estabilizarlo mediante vigorosas medidas fiscales o incluso planeación central. Prebisch (1981a) ha mostrado elocuentementeque esto vale, muy particularmente, para América LaIJ librios de la economía mundial (IMF, 1982). Por añadidura, Hahn (1983) exhibió un modelo en que se prod.uceinflación (a pesar))de mantenerseconstante ia cantidad de dinero. En resumen, el monetarismo hace agua Por todas Partes. Los holandeseshaq v e n id o p ra c t ic a n d o c o n é x it o la planeacióncentral de s d e q u e p e rd ie ro n s u s c o lo nias, y tanto Leontief c o mo G a lb ra it h la re c o mie n dan para salir de la estanflación. I-a libertad económica -la libertad de e mp le a r y d e s p e d ir, d e lra bajar o no trabajar, de comer o no comer- no puede ser el objetivo de l 9 0 p o r 1 0 0 d e la p o b la c ió n en ningún país del mun d o . P a ra e llo s la lib e rt a d económica, no la planea c ió n , e s " e l c a min o d e la servidumbre>, porque in v o lu c ra in c e rt id u mb re e n el mejor de los casos y h a mb re e n e l p e o r. F a ra ellos el dilema no es libe rt a d v e rs lt s p la n e a c ió n s in o planeación autoritaria versus planeación democrática: entre planeación ti rá n ic a , rí g id a , b u ro c rá t ic a y por tanto enajenante, p o r u n a p a rt e , y p la n e a c ió n participativa, plástica, descenfralizada,y por tanto, a la larga, eficiente, para lo cual debe fundarse sobre una política cientí f ic a y h u ma n is t a . P a ra b ie n o para mal, esta elecció n n o e s ma t e ria t é c n ic a q L re s ólo los expertos en ec o n o mí a p o lí t ic a p u le d e n t o c ar, sino de elección po lí t ic a p o r e l p ú b lic o . (V é a s e Prebisch l98la para una o rig in a l s í n t e s is d e lib e ra lismo y socialismo. Para una historia crítica de las controversias en torno a la planeación, véase Nienhaus 1984.) No diremos más ac e rc a d e la mis e ra b le f u n d a mentación teórica y emp í ric a d e l mo n e t a ris mo . E n cuanto a las filosofias mo ra le s , s o c ia le s y p o lí t ic a s que lo basan, son esenc ia lme n t ela s d e l lib e ra lis mo 74 e c o n ó m i c o , o s e a , e l i n d i v i d u a l i s m o .( V é a s e H a y e k 1 9 49 p a r a u n a l ú c i d a f o r m u l a c i ó n d e l i n d i v i d u a lis m o . ) E s t a d o c t r i n a s e r e d u c e a l o s s i g ü i e n t e s principios: a/ egoísmo (<Cada cual para sí>), -bl darwinismo social ("Sólo los mejor adaptadossob rev i v e n y m e r e c e n s o b r e v i v i r l a c o m p e t e n c i ae c o n ó m i c a " ) , y c ' ) l i b e r a l i s m o p o l í t i c o ( n e t a m e n t ed i s t in to d e l a d e m o c r a c i a ) . E n m i o p i n i ó n e l p r i m e r o n o e s s ó l o d e s p r e c i a b l es i n o t a m b i é n i n e f i c a z ( e x cepto en rasgar la tela de la sociedad),ya que la v id a e n s o c i e d a d e x i g e u n m ó d i c o d e a l t r u i s m o y c o o p e r a c i ó n .T a m b i é n d a r e m o s p o r s e n t a d o q u e e l darwinismo social ha sido refutado hace tiempo, a u nq u e s ó l o s e a p o r q u e : r ¡ ) e n l a v i d a r e a l f r a c a s a n mu c h a s e m p r e s a s s ó l i d a s a l p a r q u e t r i u n f a n m u c h as a v e n t u r a sa l o c a d a s ,y b ) l a " d u r a d i s c i p l i n a d e l me r c a d o " m o l d e a n o s ó l o l í d e r e s s i n o t a m b i é n e s t a f a do r e s y o p r e s o r e s . En cuanto a la asociaciónentre la libertad económica y la política, parece que no es sino una correlación temporaria tomada por relación causal p e r m a n e n t e .E n e f e c t o , a u n q u e e l l a i s s e z f a i r e e c o nómico ha estado vinculado a las libertadesp-olític a s e n c u a t r o n a c i o n e s( l o s P a í s e sB a j o s , G r a n B r e t a ñ a , F r a n c i a y l o s E E . U U . ) e n t r e 1 7 5 0y 1 8 5 0 ,e s t a asociaciónno vale hoy día en ninguna parte, aunque sólo sea porque los monopolios y Ia intervenc ió n e s t a t a l h a n m a t a d o a l a l i b r e e m p r e s a . M á s a ú n, e l m a n t e n i m i e n t oe x i t o s o d e l a l i b r e e m p r e s a s in c o r t a p i s a se x i g i r í au n g o b i e r n o a u t o r i t a r i o l i s t o a re p r i m i r c u a l e s q u i e r aa m e n a z a s a l a l i b e r t a d e c o n ó m i c a , t a l e s c o m o l a s q u e p l a n t e a ne l m o v i m i e n t o obrero, los partidos políticos que propugnan la nac io n a l i z a c i ó n d e l o s s e r v i c i o s p ú b l i c o s y l o s r e c u r s o s e n e r g é t i c o s ,e i n c l u s o e l m o v i m i e n t o c o o p e r a t iv o . C o m o d i c e P r e b i s c h ( l 9 8 l b ) , " l o s p r i n c i p i o s n e oc l á s i c o ss ó l o p u e d e n a p l i c a r s e b a j o u n r é g i m e n de fuerza". E n l a s n a c i o n e si n d u s t r i a l i z a d a sl a s p o l í t i c a s m o - 75 n etaristas causan la dest ru c c ió n d e la s in d u s t ria s m anufacturerasy de los s e rv ic io s s o c ia le s , lo q u e aumenta la pobreza, la que fomenta el descontento, el que a su vez invita a la re p re s ió n . E n la s n a c io nes del Tercer Mundo la represión posibilita la aplicación de políticas monetaristas, las que aumentan la miseria, la que genera in s u rre c c io n e s , la s q u e a su vez provocan una represión más intensa. No es d e extrañar entonces que e l lib e ra lis mo e c o n ó mic o , y en particular el moneta ris mo , s e h a y a c o n v e rt id o en todas partes en una ideología de extrema derecha y una amenaza a la c iv iliz a c ió n . Un c a ric a t u r ista mexicano lo expi:e s ó c o mo s ig u e . E l g u í a d e u n museo de pintura va a n u n c ia n d o : " E s t e c u a d ro pertenece a la escuela de l G io t t o , e s t e o t ro a la escuela neoclásica, y el d e má s a llá e s u n b u e n r epresentante de la esc u e la imp re s io n is t a , , . y , apuntando a una villa mi s e ria (o c iu d a d p e rd id a , o barrio callampa, o villa Friedman) que se ve a través de la ventana, inform a : . . E n c u a n t o a é s e , e s típico de la escuela de Ch ic a g o . " La manera en que obra n la s p o lí t ic a s mo n e t a ris tas en los países en desarrollo y en estado de inflaci ón es la siguiente:S e frja n la s t a s a s d e c a mb io (e n particular el precio del dólar), se levantan las barreras aduaneras y se restringen los créditos bancar i os. A l comienzo las dos p rime ra s me d id a s n o t ie nen efectos apreciables, pero la tercera afecta de i nmediato a las empresasp e q u e ñ a sy me d ia n a s .q u e se ven en figurilias para f in a n c ia r s u s o p e ra c io n e s . M uchas de ellas termiúa n p o r q u e b ra r e n c o n s e cuerrcia. E sto tiene como e f e c t o u n a Cis min u c ió n d el ernpleo y del consum o y u n a re t ra c c ió n e c o n ó mica. Al principio las grandes empresas se benefici an con las quiebras de la s p e q u e ñ a s y me d ia n a s , pero al poco tiempo también ellas empiezan a sufrir debido a la disniinución de l c o n s u mo q u e a c o mp a ñ a a la desocupación. Mientras tanto la inflación sigue, o al menos no 76 h a d i s m i n u i d o a p r e c i a b l e m e n t e .L l e g a u n m o m e n t o en que lo único barato en el país es el dólar. A partir de este momento empiezan a actuar los dos p rime r o s e x o r c i s m o s m o n e t a r i s t a s ,e s d e c i r , l a e s : tabilidad de las divisas extranjeras y el libre cambio exterior. En efecto, las mercanciasnacionalesestán tan caras que el público prefiere las importadas, por ser más baratas y acaso también de mejor calidad, o por lo menos de mayor prestigio. La consecuenc ia e s l a d e s t r u c c i ó n d e l a i n d u s t r i a n a c i o n a l . E s t e resultado de ia política monetarista tiene tres benef ic ia r i o s : l a s e c o n o m í a s c e n t r a l e s ( e n p a r t i c u l a r l a norteamericana),los importadores (y ex contraband is t a s ) y l o s s e c t o r e s p o l í t i c o s q u e d e s e a n l a d e s t ru c ci ó n d e l o s s i n d i c a t o so b r e r o s . L a g r a n v í c t i m a d e l ri t o d e s a c r i f i c i o m o n e t a r i s t ae s l a n a c i ó n . c u v o gobierno ha adoptado la ideología importada de Ch ic ag o . En resumidas cuentas, toda política económica se funda sobre una teoría, un cuerpo de datos y un s is t em a d e v a l o r e s y n o r m a s ; y t o d o p l a n e c o n ó rnico se basa sotrre ia política económicajunto con un modelo económico, así como más datos. Las p o lí t i c a s y l o s p l a n e s s o n c i e n t í f i c o s e n l a m e d i d a e n q ue l o s o n s u s c o m p o n e n t e s .D e l o c o n t r a r i o n o s o n Lc i e n t í f i c o sn i t i e n e n l a p o s i b i l i d a d d e t r i u n f a r . El monetarismo es un paragón de política económic a a n t i c i e n t í f i c a , p o r q u e s e f u n d a s o b r e : ¿ ) u n mo d el o r r n i d i m e n s i o n a l( p u r a m e n t e e c o n ó r n i c o ) d e la s o c i e d a d , b ) u n a t e o í a e c o n ó r n i c a a n a c r ó n i c a lle n a d e h i p ó t e s i s n o c o m p r o b a d a so f a l s a s ,c ) a n á lis is e s t a d í s t i c o sq u e , e n e l m e j o r d e l o s c a s o s , s ó l o e x h ib e n c o r r e l a c i o n e s ,y d ) u n s i s t e m a a n a c r ó n i c o d e v al o r e s y d e p r i n c i p i o s m o r a l e s i n h u m a n o s q u e sólo pueden destrozar el orden social. por consiguiente hay razones de todo tipo, en particular científicas y morales, paÍa luchar contra el monetan s mo . ¿ Qu é v í a q u e d a s i e l k e y n e s i a n i s m o e n c u e n t r a 77 dificultades y el monetarismo fracasa rotundamente? Sugiero que la actitud científica que debemos adoptar cada vez que fracasa una política o un plan no es pedir otra prórroga (o sea, el tiempo necesariopara que sufran otros millones de gentes), o echarlesla culpa a los " c h o q u e s e x ó g e n o s > (p o lí ticos y culturales).La ac t it u d c ie n t í f ic a e s e x a min a r críticamente las premisas teóricas, empíricas y axiológicasde la polític a e n c u e s t ió n . E n p a rt ic u la r debemos averiguar cuán b ie n o c u á n ma l n u e s t ra s teoías y nuestros mode lo s s e a ju s t a n a lo s d a t o s ; debemos preguntarnos si lo s p ro p io s d a t o s s o n re l evantes o suficientes; y d e b e mo s e mp e ñ a rn o s e n construir teorías y mod e lo s me jo re s , a s í c o mo e n r ecolectar datos de tipos n u e v o s (p . e j. re f e re n t e s a la calidad de la vida y a la e ma n c ip a c ió nf e me n in a ), que eventualmentepued a n s e rv ir p a ra d is e ñ a r p o lí ticas perfeccionadas. En f re n t e mo s , p u e s , e l p ro blema de poner a prueb a la s t e o rí a s y lo s mo d e lo s de la economía política . 78 CAPITULO 7 TEORIA Y REALIDAD : r," .-J h¡fr;:: !J ir, / a' * !,,r Hasta hace pocas décadas algunos famosos economistas,tales como Ludwig von Mises, sostenían que las teorías económicas son verdaderasa priori, y por lo tanto no necesitan de tests empíricos. Y Hayek sostenía que la única parte empírica de la economía concierne a la adquisición de conocimiento. Otros, tales como Kenneth Arrow y todos cuantos consideran a la economía como una ciencia de decisiones, pretenden que las teorías económicas no son descriptivas sino normativas, y por lo tanto incomprobables. Parecería que es la gente la que debe ser sometida a pruebas para averiguar si se comporta a la altura de los altos niveles de racionalidad propuestos por los teóricos, Otros economistas, aunque pagan tributo verbal al requisito de la contrastabilidad empírica, creen que las hipótesis fundamentales de una teoría económica no son sino ficciones útiles, <porque no t ie n e n p o r q u é c o n f o r m a r s e a l o s " h e c h o s " , s i n o que tan sólo deben ser útiles en el razonamiento del t ip o " c o m o s i " " ( M a c h l u p 1 9 5 5 . )M i l t o n F r i e d m a n es el adalid de esta postura: sostieneque el antecedente A de una hipótesis condicional de la forma " S i A , e n r o n c e sB " p u e d e s s r f á n t á s t i c c m i e n t r a s que la proposición íntegra puede ser verdadera, como lo muestran las predicciones hechas con su ayuda. (Los lógicos llaman ,rvacía>a esta clase de verdad, la más barata de todas, y suelen ejemplificarla con <<Sila Luna está hecha de queso verde, entonces dos más dos es igual a cuatro.r) Por ejemplo, no importana el que una economía sea o 79 : -l reconoce la necesidadr conceptual. Sin embarg teoríasincompatiblesco] o que contradicenlos re todos los demá, como el químico acatá "u.pol¿ slno convertir a cada una n una componente de un que goce del sostény del adosen los diverso, óuil_ :parados. stación empírica de una I menudose toman pres_ run de otros campoi de , la econorníaneoclásiia iis acerca de la viduales,tales como ""n¿u"iu ou" lna de valores y .a _ ar sus utilidadesespera_ "o cas (axiomas o postula_ 80 posrc,ones sona veces ,":l3iif,::':J":nfl:ü_ 8t refiere a la contrastación de hipótesis. por este motivo no entraremos en esta cuestión. ral sobre la conducta humana que se recordó hace un momento. El que sea verdadero es otro asunto, que trataremos dentro de un rato.) Sin embargo, los postulados de las teorías más potentes no pueden contrastarse directamente con datos porque son muy generales y contienen conceptos muy alejados de la experiencia. En tales casos procede unir algunos de dichos postulados con hipótesis subsidiarias, así como con datos, y calcular predicciones que puedan confrontarse con otros datos. A su vez, las hipótesis subsidiarias conciernen a las propiedades específicas del sistema particular que se investiga -p. ej. rasgos estructurales o ambientales- o consisten en indicadores, o sea, en vínculos de propiedades inobservables con propiedades observables. En otras palabras, uno usa la teoría para resolver algunos problemas no académicos, y luego contrasta las soluciones con los datos. O, si se prefiere, se construye toda una familia de modelos ligados (a la teoría dada), uno por problema o situación, enriqueciendo la teoría con hipótesis subsidiarias y datos, y se somete a cada uno de tales modelos a pruebas empíricas, tales como comparaciones con series temporales. En el caso de los modelos libres, o sea, modelos que no se basan sobre ninguna teoría general, se les añaden datos, se computan predicciones, y finalmente se comparan estas últimas con nuevos datos. Aquí no para la cosa. La propia compara.ción entre proposiciones teóricas y empíricas plantea diversos problemas dificiles, como lo saben los estadígrafoi. Sin embargo, dejando de lado los cuestionables fundamentos de la estadística, hay un notable consenso entre los estadígrafos en cuanto se 82 (i) Todas las personas tienen necesidadesy de_ seos. (ii¡ El hombre es insaciableen lo que respecta a sus deseos. (iii) El hombre es adquisitivo. (iv) Todas las personas tienen preferencias y pueden ordenarlas coherentemente. (vii) El hombre trata de minimizar el esfuerzo (ix) El hombre se enfrenta constantemente con elecciones' y por lo tanto se ve forzado t.Ári decisiones. " (x) El hombre es un maximizador: toma las de_ cisio-nesque más probablemente maximicen su uti lidad (o placer o ganancia). 83 Todas las teorías económicas referentes a mercados competitivos o libres se fundan en última instancia .óbt" el Decáiogo Individualista (o hedonista) que acabamos de leer. Sin embargo, pocos psicólogos parecen interesarse por é1, y no parece haber ñabido un esfuerzo metódico e intenso por someterlo a otra prueba que no sea la de la edad' Acaso esto se deba a la creencia de que las susodi- c o m o d a t o s , e n l u g a r d e i n v e s t i g a rl o s m e c a n i s m o s p s ic o l ó g i c o sy s o c i a l e sd e l a f o r m a c i ó n d e p r e f e r e n c ia s. P a r a p e o r s u e l e n t r a t a r l a s p r e f e r e n c i a s d e ma n e r a i r r e a l i s t a , p o r g u i a r s e p o r c o n s i d e r a c i o n e s de precio (o valor de cambio) antes que de necesidad (o valor de uso). En efecto, una idea central de la t eo r í a d e l c o n s u m i d o r e s q u e d o s h a c e s c u a l e s q u ier a d e m e r c a n c í a s ,c o m p u e s t o s p o r o b j e t o s d e la s m i s m a s c l a s e s , p e r o e n c a n t i d a d e s d i f e r e n t e s , s o n e q u i v a l e n t e ss i t i e n e n e l m i s m o p r e c i o . V é a s e la f i g u r a 6 . et al. 1981 dicen: ,,No preguntamos sl se maxlmlza el valor; suponemos que el valor se maximiza y preguntamos en consecuencia qué valoran los orgunismo.., Las investigaciones experimentales de Mazur 1981 refutan esa hipótesis') Q, insaciabilidad (ii) parece poco común, si no desconocida, en sociedadespreindustriales, al menos entre el popolo minuto, que a menudo apenas puede satisfacer sus necesidades más básicas. Tampoco en las sociedadesprimise conoce la adquisitividad .que debe ser un gusto adquirido tivas, de modo antes que innato. Aunque todos los animales (no sólo los seres hur,ranós)ticnen preferencias (hipótesis iv), los psicólogos descubrieron a fines de los años 1950 y comienzos de los 1960 que la mayoría de nosotros no somos coherentes en nuestras preferencias: o 84 Fi gttr t t ó. Cur vas de indif er enciapar a dos m er cancí as( bieneso servicios) . Se supone que el consum idor es indif er ent e ent r e cual esquier acom binacionesde las dos m er cancí asque yacen sobre una m ism a cur va, t ales com o A y B. Véase una cr í t ica en el t ext o. Según esto, cualquier consumidor racional deb ie ra s e r i n d i f e r e n t ee n t r e u n a c e s t a q u e c o n t i e n e 9 panes y I kilogramo de mantequilla, y otra que c o n t i e n e I p a n y 3 k i l o g r a m o sd e m a n t e q u i l l a . L a s n e c es i d a d e so b j e t i v a s n o d e s e m p e ñ a nn i n g ú n p a p e l e n la c o n s t r u c c i ó n d e c u r v a s d e i n d i f e r e n c i a , l a s q u e s o n f a n t á s t i c a sp a r a e l c o n s u m i d o r c o m ú n a u n que tienen sentido para el acaparador. Y, puesto que la construcción de las funciones de utilidad se funda sobre tales curvas de indiferencia. todo el 85 edificio de la microeconomía clásica es un artefacto que apenas tiene relación con la realidad. Que el hombre es competitivo antes que cooperati vo (hipótesis vi) es simpl e me n t e f a ls o . T o d o s s o m os a la vez cooperativos y c o mp e t it iv o s , y la mayoría de nosotros más lo primero que lo segundo. De lo contrario no seríamos capaces de funcionar como componentes de sistemas sociales, d e sde la familia hasta la emp re s a t ra n s n a c io n a l. E l exa gerar la competenciaa e x p e n s a sd e la c o o p e ra ció n -a la manera de los f iló s o f o s d ia lé c t ic o s , lo s darwinistas sociales, Freud, Konrad Lorenz, y los economistas neoliberales- hace imposible el comp r e nder la existencia mism a d e lo s s is t e ma s s o c ia l es. Tampoco es verdad qu e t o d o s n o s e s f o rc e mo s por minimizar el esfuerzo, y menos aun que todos naturalmente aborrecemos el trabajo (hipótesis vii). Ei hombre es naturalment e a c t iv o y s e in v e n t a t a reas para mantenerse ocupado cuando se le impide trabajar. Lo que es cierto es que a nadie le gusta hacer trabajo inútil o forzado, o trabajar para beneficio exclusivo de extraños . L a ley (viii) de la utilidad ma rg in a l d e c re c ie n t ee s i ntuitivamente verdadera. S in e mb a rg o , o b s é rv e s e que a) contradice al postulado (ii) de insaciabilidad, b) es dificil de poner a prueba porque, por d e finición, las utilidades (va lo re s s u b je t iv o s )n o s o n o b jetivas y, por tanto, no so n f á c ile s d e e s t ima r; y c) sería deseable deducir es a le y d e le y e s c o n c e rn ie ntes a necesidadesy d e s e o s o b je t iv o s . E n cuanto a la hipótesis (ix ), e s v e rd a d q u e e n fr entamos eleccionesy debe mo s t o ma r d e c is io n e sa cada paso, pero nunca lo hacemos con libertad total. Estamos sujetos a vínculos de diversos tipos, biológicos y sociales -particularmente quienes no so mos príncipes ni empr e s a rio s , s in o e s c la v o s , siervos, amas de casa, presos, obreros no sindicados, desocupados, marginados, soldados, o sacerdotes, ninguno de los cuales tiene la posibilidad de 86 tomar decisiones económicas importantes. Toda la teoría de la elección social (socíal choice), con sus tros, así como en asuntos de vida o muerte. En tales casos, que tal vez son los más comunes, estamos en el brete de Porcia: "¡Ay de mí, la palabra " elegir" ! No puedo escoger a uno ni rechazar a ninguno." (El mercader de Venecia, I, ii). La última hipótesis, según la cual el hombre es un maximizador (x). es acaso la más típica de todas las presuposiciones psicológicas de la economía clásica y neoclásica. Parece tan evidente, que Samuelson (1976, pág. 436) sostiene que <<noes meramente una ley de la economía, sino de la propia lógica", afirmación que ningún lógico haría-suya. También es una de las más viejas -tiene dos siglos- y, sin embargo, ha sido cuestionada sólo recientemente con argumentos metodológicos y empíricos. Ante todo la conjetura es ambiguu, poique no especifica si se trata de maximizar la ganancia a corto, mediano o largo plazo. (Esta no és una bien en las pruebas empíricas. h-imero, la mayor parte de la gente no se comporta racionalmente en situaciones de elección; en particular, habitualmente no actuarnos de manera de maximizar nuestras utilidades esperadas, y a menudo ni siquiera identificamos coffectamente las opciones poiibles (Kahneman y Tversky, 1973, Tversky y Kahnema n , l9 8 l ) . S e g u n d o , c a s i t o d o s l o s a d m i n i s t r a d o res parecen favorecer el crecimiento antes que los rendimientos a largo plazo (Hiller, 1978). y, por 87 supuesto,en tiempos de depiesión los administradores no especulativosluchan meramente por sobrevivir. Estos hallazgosrefutan concluyentemente la psicoeconomíaneoclásicay con ello la teoría de la firma que se basa sobre ella. Simon (1955)ha propuestouna alternativa interesante: los decisorestacionales no tratan de maximizar nada, sino más bien de satisfacersus aspiraciones. En lugar de esperara que se haya juntado y evaluadotodas las alternativas,el decisor las busca y pone término a su búsqueda en el momento en que cree que ha pescado una oportunidad que acasono se repita: es un satisfactor,no un maximizzdor. Aunque esta alternativa goza de algún soporte empírico (Simon, 1979),está aquejada de la misma dificultad metodológicaque las mediciones de utilidad. Su mejor recomendaciónes acaso que, la marimización no anda, o al menos no anda mejor que la satisfacción. Sugiero que todos los organismos,en particular los agentes económicos racionales, son normalmente optimizadores antes que maximizadores o Figura 7. En asuntos biológicos y sociales lo mejor suele no ser el mínimo ( m) ni el máximo ( M) de una función/ sino algún valor intermedio O. satisfacto{es, y que, en general, los óptimos yacen e n t re m í n i m o s y m á x i m o s . V é a s e . t a f i g u r a - Z ] l { r i , por .ejernplo, no debiéramos minimiza?-l"r,l.^i" maximizar ganancias), porque esto sólo se p""¿" alcanzar a costas de enorme miseria; ni á"úieiñá, intentar maximizar la calidad, porque esto haría que l-a mayor parte de las rnercancía, y ,".uiai,o, estarían solamente ar arcance de ros sos. Del mismo modo debiéramos optimizar, -úv-prá.rá no maximizar, las tasas de crecimiento y de innova_ -ii*__ ción técnica, los salarios y los beneficíos, 1". pos..de ocio y años de éscolaridad, lo.'r"irr¡"io, públicos y la participación popular ón los-;.r;;;, públicos, así como las densidades población. y, de mientras en algunos casos podemos conformarnos con la mera satisf'acción _particularmente ;;rd" eJ esperar a que se produican óptimo, i.;;lu;;; nesgos clemasiadoelevados_ otras veces debernos apuntar a metas más elevadas. Es claro que el mandamie nto Maximizarás es matemáticamente conveniente, ya que a menudo permite traducirse en un probrema ¿er cercur,o-áe variaciones, en tanto que Opümizards requié;;-_;_ delos.más profundos y reuiistus."pero la^""o"oÁiu positiva (a diferencia de Ia normatival ¿euieia^re_ presentar la realidad en_lugar de consiitui.un pi"texto para hacer matemática; y la economía norha_ tiva debiera estar al servicio en armonía con una mora d ig o in d i v i d u a l i s t a . A h o r ar central porque, en ge_ nes) de equilibrio corres_ rimos).Lo que explica la clásica del equilibiio. En suma' somos optimizadores antes que maximizad,o_ res en lo que respecta a nuestros ¡¡irr. p,i-;;;;;;, puesto que nos esforzamos pór maximizar las chances de alcanzar nuestras metas, somos maxi_ 88 89 mizadores (o minimizadores) con respecto a los ntedios. Baste lo dicho en lo que atañe al test de las presuposicionesde las teorías económicas. Ocupémonos ahora del test de las hipótesis explícitas, o postulados, de tales teorías. Como vimos al comienzo. mientras algunas de ellas son contrastables directamente, otras deben unirse a hipótesis subsidiarias y datos. Comencemos por las primeras y' en particular, por los siguientes postulados explícitos de la economía clásica y neoclásica: l. El mercado libre (competitivo) es un sistema autorregulado, o sea, en todo momento está en estado de equilibrio (mejor, estacionario), y evoluciona de una posición de equilibrio a otra. 2. En el mercado libre los precios no los fijan los productores ni los consumidores ni ningún otro: resultan del libre juego de la oferta y la demanda. La objeción más obvia a estos postulados es que su antecedente se refiere a un ente fenecido. En efecto. ya no quedan mercados libres o competitivos en los países industrializados, al menos al nivel de las grandes corporaciones privadas o estatales, que están reguladas por una pesada maquinaria legul y burocrática, y controlada por poderosos sindicatos de trabajadores. (Más aun, los historiadores económicos nos dicen que el mercado, incluso durante el siglo XIX, siempre ha sido constreñido por leyes y torcido po r mo n o p o lio s , s e a p riv a d o s , sea estatales.P or con s ig u ie n t ela h ip ó t e s is d e q u e el mercado es una rnáquina autorregulada contiene .,un elemento de verdad, otro de mala fe, y tarnbién algo de autoengaño>, como dice Braudel, 1977, pág. 44.) Sin embargo, el refinado Journal of Economic Theory Q2:l2l-376) publicó en 1980 todo un ,simposio sobre la teoría de la competencia perfecta. , los economistas se dan el lujo de decir que los fos viven en las nubes.) capaz de regular la economía. Existen. en cambio. las patas bien visibles del gran capital, el gran si¡_ dicato obrero, y el gran gobierno. En resumen: el mercado libre, objeto de las teo_ rías clásicas y neoclásicas,ya no existe, de modo que esas teorías sólo tienen interés histórico. (Lo mismo cabe decir de las críticas a estas teorías.) En cuanto a la tentativa de resucitar el mercado libre que -como lo advirtieron Adam Smith v Karl Marx- reducen substancialmentela esencia misma de la economía libre, a saber, la competencia. Segundo, porque esas regulaciones, tarr odiadas por 9l los mercaderesde la libertad económica, son la única protecciónpara los pequeñoscapitalistasy el público. De modo que la eliminación del Estado benefactor(welfare state) en nombre de la teoría neoclásica(welfare economícs)causaráno sólo miseria, sino también descontento y, eventualmente, rebelión. La codicia es mala consejera. En cuanto al postulado (2), según el cual el precio de equilibrio es fijado por el libre juego de la oferta y la demanda, fue a parar al mismo ..basurero de la historia, que el postulado(1). No es verdadero allí donde algunos sectores de la producción (la agricultura en los países industrializados y la industria en algunos países subdesarrollados)reciben fuertes subsidios estatales; tampoco vale allí donde la producción, ayudada por la publicidad, crea demanda en lugar de satisfacerla.No corresponde a la realidad dondequiera que haya fuerzas no económicas,tales como gobiernos y sindicatos obreros. Si quedara alguna duda acerca de la falsedad de (2) bastará echar una ojeada a los datos. Estos muestran que, en las naciones altamente industrializadas,las grandes corporaciones frjan los precios (Gal_braith1967).El procedimiento que utilizan es el simple cost plus>, o sea, agregan un porcentaje fúo al costo estimado, sin tomar en cuenta la demanda(Silberston 1970).Este es, por supuesto,el mismo método que usa la OPEP para fijar el precio del petróleo crudo. De modo, pues, que nadie, salvo los estudiantesbisoños y algunos economistasacadémicos,parececreer en la utilidad de las funcionesde demanda(las de pendientenegativa) en el cálculo de precios. Y nadie, salvo algunoseconomistas(p. ej., Okun 1981)ignora el mecanismode fijación de precios por las grandes corporaciones en las naciones industrializadas y por las transnacionalesen el Tercer Mundo. El resultadó es bien claro: Los postuladosde las teorías económicasclásicas y neoclásicas,particu92 larmente las de tipo Walras y Marshall, son incorn_ probables en el mejor de los casos, y en el peor carecen de referentes reales. Se han convertidó en curiosidades históricas. peor que esto, como ha dicho Lord Kaldor (1972 pág. IZll), ..el poderoso atractivo que ejercen los hábitos de penlamiento engendrados por la ..economía de equiiibrio" se ha tornado un obstáculo importante al desarrollo de la economía como ciencia". (Véase otras críticas en Lange 1963, Diamand 1973, perroux lg7S. Hollis v Ne ll 1 9 7 5 , P r e b i s c h l 9 8 t a y D y k e l 9 g l . i La teoría marxista de la firma no es superior a la neoclásica porque comparte con ésta un postulado que ha dejado de valer: que quien poseelos me_ dios de producción los controla. Esie postulado, adecuado a los tiempos de la pequeña y mediana empresa capitalista, no vale para el capitalismq oli_ gopolista, ni para el socialismo. ni para la ernpresa estatal. En el primer caso los capitalistas son los accionistas, y en los otros dos el público, pero en los tres casos el poder es ejercido y máximamente usufructuado por los administradores. El problema clásico, <¿Quién posee?>>, ha sido desplaiado por este otro: ¿<Quién controla?>>.Al fin y al cabo, el principal usufructuario de una unidad económica es quien la controla, ya que no sólo controla los beneficios, sino que a menudo conserva sus privilegios aun cuando la empresada pérdidas. ¿Qué hay de la predicción como medio para evalu a r la s t e o r í a s y m o d e l o s d e l a e c o n o m í a ? N a d i e duda hoy día de que la predicción es importante,no s ó lo p a ra p o n e r a p r u e b a l a s t e o r í a s y m o d e l o s , s i n o t a mb ié n p a r a d i s e ñ a r p o l í t i c a s y p l a n e s q u e g u í e n I a acción. (Sin embargo, no hay que exaferai la importancia de la predicción al punto de sostener, c o mo lo h a c e H u t c h i s o n 1 9 7 7 , q u e e s l a p r i n c i p a l tarea del economista. El juntar datos, imaginar ind ic a d o res , c o n s t r u i r t e o í a s y m o d e l o s , d i s é ñ a r p o lí t ic a s y p l a n e s , s o n a c t i v i d a d e s i g u a l m e n t e i m p o r - 93 tantes.) Precisamenteporque la predicción es importante debiéramos estudiar el status metodológico de las diversas clases de prediccién que hacen l os economistas. Desde el punto de vista conceptual podemos distinguir las siguientesclases de predicción: rz)proJecía o predicción intuitiva formulada sobre la base de una corazonada (sugerida, p. ej., Por analogías históricas o por indicadores principales); á) predicción semiempírica: extrapolación de una serie temporal (sucesiónde datos pasados),como sucede en la proyección de tendencias y en la predicción econométrica sobre la base de modelos econométricos; c) predicción teórica, o predicción hecha con ayuda de una teoría o modelo científico que contiene enunciados de ley. (Véase Wheelwright y Makridakis 1977 para un resumen de métodos de predicci ón.) Todos sabemosque c e s p re f e rib le a b , q u e a su vez es preferible a a. Sin embargo, no siempre disponemos de la teoría o modelo correcto, o de datos sufrcientes,o de datos suficientementeprecisos, y a veces no sabemos si una fórmula representa una ley o una mera tendencia. Pero estos son problemas que comparten todas las ciencias fácticas, sea sociales o naturales. Las predicciones mac ro e c o n ó mic a s e x it o s a s (verdaderas) son todas a corto plazo y se fundan sobre modelos econométricos que incluyen parámetros que deben reajustarsepor lo menos una vez al añ o. Uno de los mejores mo d e lo s d e e s t e t ip o e s e l m odelo de Michigan de la ec o n o mí a d e lo s E E . UU. (cp. Suits 1967). Este modelo contiene 68 ecuaciones en diferencias finitas que comportan 98 variables, 8l de ellas endógenas(tales como el producto bruto interno y la tasa de empleo), y el resto exógenas (tales como la población y los gastos del gobierno). Estas últimas variables se proyectan independientemente, y estas proyecciones inciertas 94 se enchufan en las ecuaciones que predicen los valores de las variables endógenas. (El modelo se resume en una ecuación matricial de fa forma "BX : CZr, f,sndeX es el vector de las funciones endógenas y Z el de las exógenas, en tanto que ^B y C son las matrices de los parámetros que resumen la información estadística. El problema de la predicción se resuelve calculando X : B -L C Z. Otros modelos econométricos, más refinados, involucran retardos temporales (típicos de fenómenos económicos y biológicos) y pueden encontrarse revisando las páginas de Econometrica. Sin embargo, ni siquiera los modelos econométricos más refinados tienen poder explicativo: s o n s o l a m e n t ed e s c r i p t i v o s y , c u a n d o s o n v e r d a d e rrf,s, tienen también poder predictivo (a corto plazo). Sólo las teorías propiamente dichas pueden e x p lic a r y p r e d e c i r . ) Hay una diferencia importante, por cierto conocida, entre las predicciones que se hacen en ciencias sociales y las que se hacen en ciencias naturales. Los cientít'rcosnaturales no pueden forzar las cosas de modo que se cumplan sus predicciones, ya que no controlan la naturaleza. En cambio, los científicos sociales y los técnicos pueden obligar a los sistemas que controlan a comportarse, dentro de ciertos límites, en formas pre-establecidas:pueden formular predicciones que se confirman por la fuerza (s elf-fulfilling fore casfs). Hay entonces dos clases de predicciones en las c ie n c ias s o c i a l e s y e n l a s t é c n i c a s :p a s i v a s y a c t i vas. Las primeras no usan sino generalizacionesy datos, y resultan ser verdadel'aso falsas en alguna medida: tienen, pues, poder comprobatorio. En cambio una predicción activa no se hace con propósitos de contrastación sino para guiar la acción humana: pone a prueba la eficacia de un plan, y tan sólo indirectamente la verdad de las generalizaciones y datos subyacentes. 95 ¡ i l I Un ejemplo clásico de predicción pasiva fue la de que fas diferencias de ingresos p¿r capita en los distintos países se reducirían progresivamente a favor del libre cambio. (Desgraciadamentelos hechos han refutado esta predicción. La razón de los ingresos en los países ricos y pobres era aproximadamente de 2 a I en 1800, y ahora es de 20 a l, y el hiato sigue aumentando. Véase Bhagwati 1972.)Un buen ejemplo de una predicción activa exitosa fue el de los planeadores soviéticos, quienes afirmaron que, al cabo de los dos primeros Planes Quinquenales, la URSS se convertiría de una potencia agrícola en una potencia industrial. Una predicción pasiva es de la forma "Si la cosa X está en el estado s¡ al tiempo r¡, entonces el estado de X al tiempo /2 s€rá sz." En cambio una predicción activa es de la forma "Si la cosa X está é n el estado s r al tiemp o f ¡, y le a p lic a mo s e l insumo o la restricción I' de allí en adelante, entonces el estado de X al tiempo f2 será s3, donde ss * sz., Las prediccione s p a s iv a s d ic e n lo q u e sucederá, las activas lo que ocurrirá si hacemos e sto o aquello. Obviament e , la s d is t in c io n e s a n t e riores entre profecía, extrapolación y predilección científica son compatibles con la dicotomía pasivaactiva. A sí como las prediccion e s p a s iv a s s o n , o d e b ie r an ser, típicas de la econo mí a p o s it iv a , la s p re d ic cio nes activas debieran se r p e c u lia re s d e la e c o n o m ía normativa (o econom í a p o lí t ic a ). P e ro e s mu y difícil, si no imposible, ca lc u la r p re d ic c io n e s p a s ivas a largo plazo en econ o mí a o e n c u a lq u ie r o t ra ci encia social. Una razón p a ra " c llo e s q u e la e c o no mía no es un sistema c e rra d o s in o a b ie rt o : e s t á íntimamente acoplado con la cultura y la política. ( En otras palabras, la ec o n o mí a t ie n e in s u mo s y salidas culturales y políticos, no solamente económicos; véase Bunge 1979.) Otra razón es que, al fenecer las teorías económicas clásicas v neoclási96 cas, nos hemos quedado sin buenas teorías de la economía capitalistamoderna. (El mérito de Marx fue criticar la economía capitalista de su tiempo, no construir una teoría de la misma. Y, al parecer, aun no existe una teoria satisfactoria de ia economía s o c ia lis t a : v é a s e L a n g e 1 9 6 3 . ) Esta profunda crisis teórica de la economía ha sugerido a Lowe (1965) lo siguiente: <La economía, c o mo m e d i o d e c o n t e m p l a c i ó n , o b s e r v a c i ó n y s i s tematización de procesos autónomos, debiera convertirse en economía política, o sea, en instrumento de interferencia activa en el curso de esos p ro c e s o s > ( p á g . 9 l ) . D e j a n d o d e l a d o l o s m é r i t o s s o c ia le s d e l i n t e r v e n c i o n i s m o y d e l a p l a n e a c i ó n central, el fracaso de las economías clásica y neoclásica no debiera llevar a los economistasa adoptar semejante actitud derrotista y pragmática, por-_ que las recetas eficaces se fundan sobre descripciones verdaderas. En otras palabras, la economía n o rma t iv a , a m e n o s q u e s e a i r r e s p o n s a b l e ,n e c e s i t a d e la e c o n o m í a p o s i t i v a , y é s t a n e c e s i t ad e l a p r i mera como campo de pruebas. Lo que es cierto es que, en cuanto se logra controlar un sistema, la p re d ic c ió n p a s i v a p i e r d e e n i m p o r t a n c i a , y l a a c t i v a t o ma la de l a n t e r a .C o n t o d o , l a p r e d i c c i ó n a c t i v a , s i es científica, ú) estará basada sobre alguna teoría o mo d e lo p o s i t i v o d e l s i s t e m a c o n t r o l a d o , y b ) i n c lu y e a l a p r e d i c c i ó n p a s i v a c o m o c a s o l í m i t e o p a rt ic u la r , a s a b e r , c u a n d o l a i n t e n s i d a d d e l a v a ria b le d e c o n t r o l s e h a c e n u l a . Por ejemplo, si se emplea un modelo econométrico de fa forma standard ,.BX : CZ" -donde X e s e l v e c t o r d e l a s v a r i a b l e s e n d ó g e n a sy Z e l d e l a s exógenas- el analista de políticas económicasprocederá como sigue. Primeramente conceptualizará una política económica dada como una variable independiente P de la que dependerán tanto las variables endógenas X como las exógenas Z. Segundo, computará el efecto de P sobre cada una de 97 l as anteriores (o sea, calc u la rá lo s v a lo re s d e la s derivadas parciales de X y Z respecto de P)' Esta receta parece sencilla pero su aplicación es complicada: véase Suits 1967. (Para una teoría más refrnada de la planeación véase Heal 1973.) Ni qué d ecir que solamente plan e s d is e ñ a d o s c u id a d o s a m ente son intelectual y soc ia lme n t ere s p o n s a b le s ,y e sto siempre que sean ac o mp a ñ a d o sd e e v a lu a c io nes cr posf faclo a la luz d e l d e s e mp e ñ od e g ru p o s e xperimentalesy de cont ro l. (P a ra u n b rilla n t e re sumen de experiencias re c ie n t e s e n e v a lu a c ió n d e pr ogramas socialesvéase Mo s t e lle r 1 9 8 1 ,d o n d e s e m uéstra que más de un p ro g ra ma s o c ia l in t u it iv a m ente obvio puede falla r. ) E n resumen, las teorí a s y mo d e lo s e c o n ó mic o s d ebieran ser puestos a pru e b a lo mis mo q u e c u a le s quiera otros modelos y te o í a s e n c ie n c ia . P e ro d e hecho las teorías económic a s má s c o n o c id a s p re s u ponen o contienen hipótesis que no son comprobables por medios objetivos, tales como las que conciernen el valor y la utilidad. Más aún, la teoría neoclásicade la firma contiene un postulado central que ha sido refutado por la investigación empírica, a saber, la hipótesis de que los empresarios se proponen siempre maximizar las ganancias (en lugar de buscar el crecimiento, o la satisfacción, o la mera supervivencia). También contiene otros postulados que, aunque pueden haber valido para el mercado libre, han dejado de tener vigencia porque el rnercado libre ya no existe. El balance es desolador: parecería que no hay teorías generales verdaderas en economía, aun cuando los libros de texto siguen exponiéndolas y ias revistas siguen discutiéndolas. (En cambio hay varios modelos, o teorías específicas,de los procesos de producción y de intercambio, que son verdaderos en primera aproximación, p. ej. los modelos de Leontief.) No se trata de que tales teorías generales son sólo aproximaciones groseras, o sea, 98 parcialmente verdaderas:esto es normal en ciencia. Lo que sucede en economía es algo mil veces peor que la inexactitud, a saber, la total irrelevancia: las teorías generalesde la economía, sean "burguesaso o marxistas, no se refieren a realidad económica alguna de nuestro tiempo. (Para otras críticas véase Blaug 1980.) Por consiguiente, toda política económica que se funde sobre alguna de ellas está destiriada al fracaso, al igual que una terapéutica que se funde sobre teorías acerca de demonios, espíritus vitales, o fantasmasparecidos. El caso del mo n e t a r i s m o e s e l o c u e n t e . No menos escandalosaes la ausencia de una teoría aceptada de la firrna transnacional, tan caracteristica de nuestro tiempo. La teoría clásica, según la cual los capitales se mueven de los paísesde baja tasa de interés a los de tasa más elevada, es refutada por los hechos de que: a) los movimientos internacionales de capitales suelen ser modestos, ya que las transnacionalesusan principalmente capitales indígenas, y b) las transnacionalesinvierten principalmente en países avanzados con tasas de interés parecidas. Tampoco Ia teoría marxista, del colonialismo y del dominio del capital financiero, se ajusta a la realidad actual, ya que Ia prosperidad de las transnacionales deriva de su superioridad tecnológica y administrativa (en particular su capacidad de innovar), del oligopolio que ejercen en escala internacional, y de su poder de corrupción de los gobernantes indígenas. Por consiguiente, el economista que estudia la realidad de las transnacionalesse ve obligado a arreglárselaspor sí mismo, empleando hipótesistomadas de diversasteorías: monta su maquinaria empleando piezas rescatadasde los cementerios de Ia economía teórica. (Véase Niosi 1982.) La parte más sana de! pensamiento teórico en economía moderna está constituidapor los modelos matemáticos (en particular econométricos) de actividades específicas (p. ej. explotación de minas o 99 de campos) y de planes, sea en economía capitalista, socialista o mixta. Pero también aquí hay que tener cuidado de no caer en abstraccionesmatemáticas y de recordar en todo momento las tres reglas d e l método científico p ro p u e s t a s p o r He n d ry ( 1 980): TesÍ, Iest, tesf. CAPITULO 8 ¿CIENCIA O SEMICIENCIA? en una cienA quienquieraque se \"v1-l:iTado le presentaalgunosrasgos cia natural, ta ecó'nomía incluso revrstas Ú;;-Je elloJ,es-.qu" -t" ;;;' ¿"¿ióu" orincipalmente ";,."i;;. q;; ;; especializadas ártículos sobre a la historia ""inot]"1-ngurigin Bentham' Ricardo' los Turgot, Qu"'nui,'"S;ith" clav ott:.t economistas De dos Mill, Marx,'¿";;;;i; nuestros' sicos, como si fueran contemporáneos de estudiososde la este modo, eco'i"t""!t'n""t"*i;*t felizmente en el panteón nos economía "orr.',t'J" t"k"chman 1976' pág' 26 nómico. (Más 'i"i'"*Ut" ";;; cuarteto' Smith' Marx' dice que ".'" ñi dehtl?^::: t<" v,'"' V"ur v JT'l:: ;?:"l"T?: p'¿* que "i' los-portadores nott"tut T1"^:::'l¡ Es como si Phvsr' ireadoresd" ";;;;tttio""i"') sobreStevinus'Galical Revie,p"uii-"uiáuiii"uto-' (No sobre leo, Kepler, ittt""frf' v- qqvshens' o Bohr' porNewton,ru'uou'v"üu**éu-Eiiitein' no ha producidosu que la ""o,totiJ'p;iil;;;ín *"J,n";lsgo de la economíapplítica' sorprendente nattl- de las ciencias al menos para quien provengagran esfuerzopor ooperales, es que nJ '" inviertetales como los de racionalizar' ;il;i;; -Et "ti¡t' se dedica enormes cumbio.' escasezy utilidad' de ellos' lo que aproxrma 1""'"u energíasu oit"iiit' a la teología' la economí" p;;ili"; 'o'p""tto.samente enorme valor que se un tercer t"t;;;;;tá¡ó "t-el piicológicas v econóasigna u *"nfiXo';'hü¿t*is cori el título de ;i'gtifi;"d* micas (a muy comprensivas'tales . oleyr), uri '"i-'l'"¿Já t"oiiu' "o*o 101 100 como la teoría general del equilibrio, que rara vez se so mete a la prueba de lo s h e c h o s ' Un c u a rt o rasgo curioso es la vivacidad con que los economistas nos describen, y a veces aún glorifican, a cadáveres tales como el mercado libre, y la convicción con que enuncian los dogmas c o rre s p o n d ie n t e s .Un q u in to rasgo similar es el in g e n io ma t e má t ic o q u e se invierte en formalizar, adornar y analizar semejantes teorías y modelos fantasmales. El conjunto de estos rasgos extraños despierta la sospecha de cua lq uiera que se haya formad o e n u n a c ie n c ia n a tur a l: ¿es la economía polít ic a re a lme n t e la má s du r a de las ciencias sociale s ? Y , lo q u e e s má s i m po r tante: ¿es una ciencia? En justicia, es preciso re c o n o c e r q u e v a c re cie n d o el número de los econ o mis t a sq u e e x p re s a n su s dudas acerca del estado a c t u a l d e s u d is c ip lin a . El l as van desde críticas des p ia d a d a s(P . e j. Ro b in son 1962 y Galbraith 1973), al reconocimiento de que la disciplina está en un estado de profunda crisis (p. ej. Phelps Brown 1972, Wiles 1972, Hutchison 1977, Blaug 1980, Leontief 1982, Thurow 1983) a la afirmación rotunda de que la economía política no es una ciencia (p. ej. Perroux 1972). En todo caso, se reconoce ahora que nos han vendido la economía política a un precio excesivo. A algunos de nosotros porque maneja montañas de datos, a otros porque emplea una matemática poderosa, y a todos porque se supone que receta nredicamentos eficaces para las enfermedades económicas. ¿En qué estado está la econ o mí a p o lí t ic a ? ¿ Y h a y esperanza de que mejore? Empecemos por el diagnóstico, y comencemos por reformular la primera pregunta de este modo: ¿Cuál es la condición científica de la economía política? Evidentemente, la respuesta a esta pregunta presupone alguna idea de la ciencia y de los estándares científicos. Utilizaré la mía propia, que se puede encapsular en la deflrnición que sigue (Bunge 1983b). r02 Un a c ie n c i a e s u n c a m p o d e i n v e s t i g a c i ó n S, G , F , D , B , P , K , O ' M ) d o n d e , e n C: (W, c u a lq u ie r m o m e n t o d a d o : i) W e s u n s i . g t e t t t cr to m p u e s t o p o r p e r s o n a sq u e h a n re c ib i d o u n a e d u c a c i ó n e s p e c i a l i z a d a ,m a n t i e n e n f u e rt e s r e l a c i o n e s d e i n f o r m a c i ó n e n t r e s í , e in ic ia n o c o n t i n ú a n u n a t r a d i c i ó n d e i n v e s t i g a c i ó n ' ii) S es uttrt soc'iedud capaz de apoyar y estimu- e n e l mis m o c a m p o y e n c a m p o s c e r c a n o s ' iv) La t'isititt generul o trasfondo filosríJiut G de C consta de: u ) U n a o t t f t t l o ¡ 4 í ud c < ' o . s t tc, st t t t t b i u t t t e .(re n lugar de una ontología de objetos fantasmales o inmutables). b) Una gnoseología realistct (pero crítica, no ingenua) en lugar de, digamos, una g n o s e o l o g í ai d e a l i s t a o c o n v e n c i o n a l i s t a . c) El ethos de la libre búsqueda de la verd a d ( e n l u g a r d e , d i g a m o s ,e l e Í h o s d e l a fe o de la búsqueda de la ganancia,del poder, o del consenso). v) El tasfondo forntul F de C es una colección d e t e o rí a s l ó g i c a s y m a t e m á t i c a sa l d í a ( e n l u g a r d e ser vacía o de estar formada por teorías formales a n a c ró n ic a s ) . v i) E l d o m i n i o o u n i v e r s o d e l d i s c u r s o D d e C está compuesto exclusivamente de entes reales, c e rt if ic a d o s o p r e s u n t o s ( e n l u g a r d e , p . e j . , i d e a s q u e f lo t a n l i b r e m e n t e e n e l e s p a c i o ) .p a s a d o s ,p r e sentes o futuros. vii) El trasfondo espectfico B de C es una colección de datos, hipótesis y teorías al día y confirmados (aunque no incorregibles)obtenidos en otros campos de investigación relevantes a C. 103 viii) La problemátíca P de C consta exclusivamente de problemas cognoscitivos referentes a la naturaleza (en particular las leyes) de los miembros de D, así como de problemas concernientes a otras componentes de C. ix) El fondo de conocimiento K de C es una colección de teorías, hipótesis y datos al día y comprobables (aunque no finales) compatibles con Ios de B y obtenidos por miembros de W en tiempos anteriores. x) Los objetívos o finalidades O de C incluyen el descubrimiento o uso de las leyes de los D, la sistematización (en teorías) de hipótesis acerca de D, y el refinamiento de métodos en M. xi) La metódica M de C consta exclusivamente de procedimientos escrutables (examinables, analizables, criticables) y justificables (explicables). xii) C es un componente de un campo cognoscitivo más amplio; o sea, hay por lo menos otro campo de investigación (contiguo) tal que: a) b) Las visiones g e n e ra le s , t ra s f o n d o s formales, trasfondos específrcos, fondos de conocimiento, objetivos y metódicas de ambos campos tienen un solapamiento no vacío. O bien el dominio de uno de los campos está incluido en el del otro, o bien cada miembro del dominio de uno de los campos es un conlponente de un sistema incluido en el dominio del otro. Cualquier campo del conocimiento que no cumpla ni siquiera aproximadamente con las condiciones anteriores se llamará acientífico. Un campo del conocimiento que las satisfaga aproximadamente (o en parte) podrá llamarse semíciencia o protociencia. Y si, además, está evolucionando hacia la plena satisfacción de todas las condiciones, lo llamaremos una ciencia emergente o en desaruollo. to4 En cambio, cualquier campo cognoscitivo que sea acientífico pero que se anuncia y vende como científico se dirá pseudocientífico \o sintilciencia). La diferencia entre ciencia y protociencia es cosa de g ra d o ; e n c a m b i o , l a d i f e r e n c i a e n t r e c i e n c i a y p s e u d oc i e n c i a e s d e e s p e c i e . L a d i f e r e n c i a e n t r e protociencia y pseudocieniia es paralela a la difere n c ia e n t r e e r r o r y m e n t i r a . T o d o s l o s i n v e s t i g a d o r e sd e p r o b l e m a s s o c i a l e sa p a rt ir de S m i t h , C o n d o r c e t , R i c a r d o , C o m t e y Ma rx a s p i r a r o n a q u e e l e s t u d i o d e d i c h o s p r o b l e ma s f u e s e c o n d u c i d o c i e n t í f i c a m e n t ea s e m e j a n z a del estudio de la naturaleza. Esta aspiración está in c o rp or a d a a l a c o r r i e n t e c e n t r a l d e l a s c i e n c i a s s o c ia le s c o n t e m p o r á n e a s .U n a m i n o r í a d e e s t u d i o s o s , p a r t i c u l a r m e n t el o s l i b r e s c o s a j e n o s a l a i n v e s t ig a c ió n e m p í r i c a , c r i t i c a n d i c h a a s p i r a c i ó n . L o s c rí t ic o s m á s c o n o c i d o s f u e r o n , h a c e u n s i g l o , l o s mie mb r o s d e l a e s c u e l a h i s t ó r i c o - c u l t u r a l ( e n p a r t ic u la r D i l t h e y y R i c k e r t ) ; y e n n u e s t r o s d í a s H a y yek, quien estigmatizó dicha aspiracióncon el nom.brede cientificismo. El anticientificismoes celebrado n o s ó lo p o r f i l ó s o f o s d e c o r t e t r a d i c i o n a l s i n o t a m b ié n p o r i d e ó l o g o s d e a m b o s e x t r e m o s d e l e s p e c t r o p o lí t ic o , q u i e n e s a f i r m a n q u e t o d o e s t u d i o d e l a sociedad es necesariamenteideológico y no científ ic o . E s t o s e e x p l i c a : e l c i e n t i f i c i s m o d i s t i n g u e h i p ó t e s is d e c o n s i g n a s , y e x i g e l a j u s t i f i c a c i ó n d e u n a s y o t r a s , e n t a n t o q u e l o s i d e o l ó g o ss e r e f u g i a n en dogmas. (VéaseBunge 1985b.) ¿ Có m o s e c o m p o r t a l a e c o n o m í a p o l í t i c a ? ¿ E s u n a c ie n c i a c a b a l , u n a s e m i c i e n c i a , u n a c i e n c i a e me rg en t e , o u n a p s e u d o c i e n c i a ? V e a n r o s c u á n b ie n o m a l s a t i s f a c e n u e s t r o s r e q u i s i t o s , y l o s a b re mo s . E v id e n t e m e n t e , I a e c o n o m í a p o l í t i c a s a t i s f a c el o s dos primeros requisitos, que son de naturaleza social. En efecto, un número creciente de sociedades hospeda a comunidades crecientes de economistas, r05 quienes están organizados tanto académica como profesionalmente, de modo que cooperan entre sí tanto críticamente como en forma constructiva. (Sospecho que hay casi medio millón de personas que trabajan en economía en el mundo distribuidas entre universidades, agencias estatales y firmas.) La condición (iii) se cumple a medias. La economía cambia, aunque demasiado lentamente, de resultas de investigacioneseconómicas; y, más lentamente aún, bajo la presión de disciplinas contiguas tales como la psicología,la sociología, la politología y la filosofia, sin hablar de las técnicas, en primer lugar las ingenierías y las ciencias administrativas. En óambio la condición (iv), referente a la visión cientíhca, no siempre se satisface, particularmente con respecto al punto (c), la ética de la investigación. En efecto, gran parte de la microeconomía es una pintura idealizada del mercado libre, y a veces incluso un elogio abierto del mismo. Y la investigación es a veces recortada o tendenciosa por obedecer a solicitaciones o a presiones empresariales o políticas. Los economistas "burgueses" tienden a embellecer el capitalismo, y los economistas marxistas a minimizar las dificultades del socialismo. Por ejemplo, los primeros nos dirán acaso que la inflación es causada por los aumentos de salarios, y la estanflación por los aumentos del precio del petróleo crudo. Y los marxistas no se jactan de los triunfos de la agricultura socialista ni nos recuerdan que el bloque socialista debe unos 70.000 millones de dólares a los banqueros occidentales, ni nos explican la estruendosa bancarrota de la economía polaca. Hay, por supuesto, excepciones honrosas, tales como John K. Galbraith. Raúl Prebisch y Paul A. Baran, pero en su conjunto casi todos los economistas son miembros leales de sus respectivos establishments. En cambio los economistas, particularmente los l 0r 5 que se dedican a modelos matemáticos, cumplen la condición (v) de rigor formal. Por cierto que, dado el paupérrimo resultado en términos de soluciones a urgentes problemas económicos, uno se pregunta a veces si vale la pena invertir tanta matemática en atacar problemas que son en su mayor partb académicos, pero esto no viene al caso. El caso es que la escuela neoclásica tiene el mérito de haber introducido matemática de alto vuelo en la economía política. (La comprensible reacción contra la economía neoclásica después de la Gran Depresión se debe en parte a ia desconftanza de los economistas empíricos por una matemática que no conocen y cuyos beneficios distan de ser obvios.) La condición (vi) debiera hacer sonrojar a más de un economista. En efecto, como se viera en el capítulo anterior, el grueso de la teorización más refinada en Occidente todavía trata de agentes libres, racionales y bien informados, que juegan al mercado competitivo en equilibrio, todos los cuales son objetos fantasmales. (¿Será por esto que el Presidente Reagan nos insta a que tengamos fe en milagro del mercado libre"?) Sin embargo, esta "el maldición pesa sólo sobre la microeconomía neoclásica. Los modelos de producción (en la teoría de la firma) y los modelos econométricos (tanto en micro como en macroeconomía) son a menudo realistas, si bien excesivamentesimples (por ser lineales). En resumen, la condición (vi) se cumple sólo en parte. En cuanto a la condición (vii) de un sólido trasfondo específico,la economía política no la cumple. En efecto, como se vio en el Capítulo 7, los supuestos psicoeconómicosde las teorías económicas clásicas y neoclásicas son casi todos anacrónicos cuando no incomprobables. En otras palabras, la economía política hace poco uso de la psicología y la antropología contemporáneas. En este respecto la economía es notablemente inferior a la biologíir. 107 $ que está firmemente plantada en la química, la que { a su vez está enraizada en la fisica. La problemática de la economía política (condición (viii)) es mixta: contiene tanto problemas auténticos como cuestiones académicasreferentes a objetos o condiciones inexistentes. En correspondencia con esto, el fondo de conocimiento de la economía política (condición (ix)) es igualmente mixto. Con todo, nuestra disciplina posee un núcleo de conocimientogenuino, de modo que la condición (ix) es satisfechaaunque sea a medias. También la condición (x) es satisfecha, aunque uno no puede dejar de lamentar que se invierta tan menguadoesfuerzo en descubrir leyes genuinas, o al menos en distinguir leyes de tendencias(una distinción que requeriría una investigación metodológica más refinada). La condición(xi), concernientea los métodos,es satisfechatan sólo parcialmente, porque los economistasclásicosy neoclásicos:a) confian demagiado en la experiencia ordinaria y la intuición, y á) descuidanla contrastaciónempírica. pero esta crítica va dirigida a la microeconomía,no a la macroeconomía(con excepcióndel monetarismo),de modo que podemos dar la condición por satisfecha parcialmente. Finalmente, la condición (xii) no es satisfecha para nada. No sólo la economíapolítica no crece en el suelo de la psicologíaexperimentaly de la antropologíacontemporáneas,sino que no hace caso de sus hermanas,la sociologíay la politología.(Algunas teorías de la planeación económica hacen caso de las teoríasde la elecciónsocial,en particularen lo que respectaa los esquemaselectorales.Pero el asunto de la politología es la lucha por el poder y la administraciónpública antesque las votaciones,de modo que el estudio de las paradojaselectorales,de Condorcet a Arrow, es un deporte intelectual antes que una investigación seria del sistema político, 108 cuya estructura consta de relaciones de poder.) Esta ausencia de solapamiento con las ciencias vecinas es un defecto gravísimo, ya que la actividad económica no es sino una componente de la actividad social, y porque el aislamiento de'los demás campos cognoscitivos es una característica de la pseudociencia. Véase la figura 8 y Bunge (1985a). H I STO R I A S (I o L G I A E c o N o M I A P o L I T ^L o G I ANTROPOLOGIA PSICOLOGIA BIOLOGIA Figura 8, La economía está flanqueada por la sociología y la pol i tol ogí a, y est as t r es ciencias est án com pr endidasent r e la historia y la antropología, que a su vez se funda sobre la psicología concebida como una rama de la biología. Sumem osl os r es ul tadosdel ex am en.Ante todo descar tem osl as c ondi c i ones( i ) y ( i i ) , por que s e aplican a todas las disciplinas,no sólo a las ciencias. En segundolugar, asignemosel mismo peso a todas las condicionesrestantes.Finalmente,asignemos un punto a la satisfaccióntotal, medio a la parcial,y cero a la insatisfacciónde una condición. 109 tl + I - l"' + + I - l"u T I - lor + + I - lor j (t+ q) frl _ I * l o .l I l(\.¡ CAPITULO 9 ¿QUO VADrS? La economíapolítica está en crisis. Dispone de más datosque nunca, y.iamásse ha usadométodos matemáticostan poderososen las cienciassociales com-olos que empleanlos economistas.pero apenas hay ideasnuevasen este campo, por lo cuai el abismo qre separa a la teoría de la iealidad, que cambia día a día vertiginosamente, se ensanóhu progresivamente.Las teorías económicas no reproblemas más urgentesdel día ni pres_uelven.los dicen sino a cortísimo plazo. por consiguientelas políticaseconómicasson a menudoimpotentesy en ocasionescontraproducentes. Algunos economistas y planificadores aducen gu_e:puesto que el enfoque analítico ha fallado, debiéramosensayar el intuitivo; y, puesto que la cienciano nos ayuda, debiéramos-eniayu,la pseudociencia y aún la brujería. En una -palabü, la gentedesencantada de los consejosque ños dan los economistasrlosaconsejanque abandonemosel enfoque científico.Este consejo es tonto y, si se lo adopta, puede tener consecuenciastrágicas,entre eilasla desapariciónde la profesióneconómica.Lo que cabe hacer cuando falla un enfoque científico particulares analizarlopara descubrirlas hipótesis falsas o los métodos incorrectos, y ensayar otro enfoque.La ignoranciase corrige cón más-ciencia, no con rnenos. El análisismetodológicoque hemos hecho en los capítulos anteriores sugiere poner en práctica los consejossiguientespara sacar a la economía de su actual estanflación: rt2 l) No quedarse en los clásicos, y menos aun en los neoclásicos: ellos no tienen respuestas a nuestros problemas, que no son los de ellos. (Ni los clásicos ni los neoclásicos sabían de corporaciones gigantescas, de sindicatos obreros poderosos ni de gobiernos todopoderosos. Y Marx no pudo estudiar los problemas económicos del socialismo ni de los países en vías de desarrollo.) 2) Inténtese ser ideológicamente neutral en economía posítiva, pero declárese sinceramente las preferencia,s en economía normatíva. (No hay nada de subjetivo en trabajar con juicios de valor explícitos, y es deshonesto tratar de ocultarlos.) 3) No se dé por sentada ninguna máxima vulgar sobre la naturaleza o la conducta humanas, y ú{,s! jese la psicoeconomía a los psicólogos y antropólogos. 4) Continúese usando la maternática para construir teorías y modelos en economía política. Pero úsese la matemática como una herramienta en lugar de usar la economía como un pretexto para hacer matemática. 5)Trátese todo sistema económico, de lafirma al conglomerado, como un sístema (dotado de composición, ambiente y estructura determinadas aunque cambiantes), no como un bloque sólido o como un conjunto de individuos' 6) No se aísle Ia economía: trátesela como un subsistema de Ia sociedad, y por Io tanto como Ltn sistema fuertemente acoplado con la cultura y la política. 7) Refuérzese los vínculos entre Ia economía y las ciencias adyacentes, en especial la sociologra y l l3 li l' t:: la politología, ya que toda cigncia social estudia tan sólo un aspecto de una totalidad única' 8) Renuévesela filosofía inherente a la investigación económica, ya que toda ciencia, en toda etapa de su desarrollo, posee supuestosontológicos, gnoseológicos y éticos. Para terminar me atrevo a predecir que, si los economistas siguen los consejos impertinentes que acabo de darles, lograrán subir la calificación de su disciplina de un mero cinco a u n o c h o o a c a s o má s : lograrán convertirla de la semiciencia que es hoy en una ciencia cabal. Si no lo hacen se desprestigiarán del todo y el público hará caso de cualquier milagrero que prometa cuanto los economistas han sido incapaces de proveer: una economía vigorosa que dé pleno empleo y satisfagalas necesidadesbásicas de todos. tl4 APENDICE I EXHIBIENDO LOS REFERENTES En la literatura científica los referentes se indican sólo en contexto: no figuran en las fórmulas matemáticas. Incumbe al filósofo reparar esta omisión para que se sepa de que se está hablando. Por ejemplo, la producción de sistemas económicos de tipo .E puede representarsepor una función I' del producto cartesianoE x T a la semirecta real derecha, donde T es el conjunto de todos los instantes (que a su vez es un subconjunto de la línea real con su orden natural). La clase de referencia fáctica (no conceptual) de I/ es .8. Análogamente, la función de utilidad para un conjunto M de mercancíasy un conjunto P de personas en una sociedad s dada puede analizarse c o mo u n a f u n c i ó n u d e l p r o d u c t o c a r t e s i a n o M x P x { s } a l c o n j u n t o d e l o s n ú m e r o sr e a l e sp o s i t iv o s , d e m o d o t a l q u e e l n ú m e r o u ( n t , p , s ) , p a r a nt e M y p e P, es la utilidad (valor subjetivo) Ce la mercancía nt , para el individu o p , en la sociedad s . Cá m b i e s e l a s o c i e d a dy l a u t i l i d a d , p a r a l a m i s m a me rc a n c í a y ' l a m i s m a p e r s o n a , s e r á d i s t i n t a . E s t o n u n c a se m e n c i o n a p o r q u e n u n c a s e e x h i b e e x p l í c i tamente los referentes. Si definimos funciones de u t iiid a d p a r a t o d a s l a s r n e r c a n c í a s ,t o d a s l a s p e r s o n a s , y el c o n j u n t o . S d e t o d a s l a s s o c i e d a d e s ,r e s u l t a que dichas funciones, definidas sobre el dominio M x P x ^S,se refieren a la colecciónM U P U S. Torrrando precauciones de este tipo, y sirviéndose de la semántica de la ciencia (Bunge 1974),se puede dirimir la cuestión de la referencia precisa de todos los conceptos de la economía política. il5 ¿i :i il: ,; ',¡ t iii ,l 'r 'f ,I ,:f ;! ;E ,:6 .: ! ,3 i I1 d 3 ,i rf irÉtil APENDICE 2 LEYES Y REGLAS A diferenciade las leyes,las reglasson prescripciones humanas.Sin embargo,a) toda regla susceptible de ser puesta en vigor es compatiblecon las leyes relevantes,y b) una regla obedecidada origen a regularidadesde comportamiento que se parecen mucho a las leyes. Véase el texto. La diferencia entre leyes y reglas puede elucidarse con ayuda del concepto de espacio de los estadosde cosas de cierto tipo. (Cp. Bunge 1977, 1979b.) Considérese una colección de cosas de clase K. Cada una de estas cosas está, en cada instante, en un estado determinado. Este estado puede representarsecorno un punto en un espacio ^Sx,llamado el espacio de los estados de las cosas de claseK (p. ej. átomos de carbono, neuronasde la corteza auditiva, sistemas económicos, etc.). Este espaciotiene tantos ejes coordenadoscomo propiedadestengan las cosas de tipo K (o, mejor dicho, cuantaspropiedadesde ellas conozcamos). Una ley Lx de los miembros de K es un mapeo ( a p li ca ci ó n ) d e S x so b re sí m ism o, o sea, Lx :Sr---+Sx.Si una cosa de clase K está en un e s t ad o s (p e rte n e ci e n te a ^Sx) , entonces Lx(s) : le ,Sx representael paso de dicha cosa al estado r. Sea ahora una especie animal, por ejemplo la humanidad,denotada por M, y llamemos A¡7 al conjunto de todas las accionesque los individuos de M son capacesde ejecutar.(Es decir, A¡a €S el repertorio conductual de los M.) Una regla R vK para animalesde especieM que tratan con cosas de especieK será un mapeo de los estados de tales cosas a las acciones de dichos animales, o sea, . S i s e stá en Sr , entonces R u x 1S r -Ae¡rAu es la acción que la regla R¡,'¡ Rvr(s): o prescribe para los individuos de especieM enfrentados con sistemasde tipo K en estado s. rt 6 117 mtn j¡r APENDICE 2 LEYES Y REGLAS A diferenciade las leyes,las reglasson prescripciones humanas.Sin embargo,a) toda regla susceptible de ser puesta en vigor es compatiblecon las leyes relevantes,y b) una regla obedecidada origen a regularidadesde comportamiento que se parecen mucho a las leyes. Véase el texto. La diferencia entre leyes y reglas puede elucidarse con ayuda del concepto de espacio de los estadosde cosas de cierto tipo' (cp' Bunge 1977' 1979b.) Considérese una colección de cosas de clase K. Cada una de estas cosas está, en cada instante, en un estado determinado. Este estado como un punto en un espacio puede representarse Sx, llamado el espaciode los estados de las cosas de claseK (p. ej. átomos de carbono, neuronasde la corteza auditiva, sistemas económicos, etc.). Este espaciotiene tantos ejes coordenadoscomo propiedadestengan las cosas de tipo K (o, mejor dicho, cuantas propiedadesde ellas conozcamos). Una ley L¡a de los miembros de K es un mapeo ( a p li ca ci ó n ) d e S x so b r e sí mism o, o sea, S i u n a co sa de clase K está en un L x : S x---+S x. e s t ad o s (p e rte n e ci e n te a Sr ) , entonces Lx(s) : /€^Sr representael paso de dicha cosa al estador. Sea ahora una especie animal, por ejemplo la humanidad, denotada por M, y llamemos A¡a al conjunto de todas las accionesque los individuos de M son capacesde ejecutar.(Es decir, A¡a ESEl repertorio conductual de los M.) Una regla Rv6 pala animalesde especieM que tratan con cosas de especieK será un mapeo de los estados de tales cosas a las acciones de dichos animales, o sea, . S i s e s tá en Sx , entonces Ru x : Sx -AÉ.Au v es la acción que la regla R¡ar R¡rr(s) : a prescribepara los individuos de especieM enfrentados con sistemasde tipo K en estado s. tt6 rt7 li APENDICE 4 MODELO LINEAL DE PRODUCCION Tomaremos como ejemplo de modelo económico el modelo lineal (o de Le o n t ie f ) d e p ro d u c c ió n . (Cp . Gale 1960). [Jn modelo lineal de p ro d u c c ió n e s u n a c u a t e rn a L, : (W, P , M , A ), do n d e lV e s la c o le c c ió n d e des del producto de la in d u s t ria i a b s o rb id a sp o r la i ndustriaj por unidad de s u re s p e c t iv o p ro d u c t o . ) Un modelo iineal simp le d e p ro d u c c ió n e s u n o e n que se supone que hay u n a c o rre s p o n d e n c iab iu n í voca entre el conjunto P de actividades y el conjunto M de mercancías,o s e a , n t : n . E n e s t e c a s o llámesep; a la intensid a d d e la a c t iv id a d P ; , y n ri al núrnero de unidades d e la me rc a n c í aM¡ p ro d u cida por dicha actividad. Má s a u n , re ú n a s e ló s d o s conjuntos de números en n -t u p la s (o v e c t o re s ): P : (P r, P r,..., P i y n t - (n t 1 , rt t z , nt". E ntonces la producci ó n n e t a d e la f irma , o s e a , su. producción menos s u c o n s u mo , e s t á re p re s e n tada por ia diferenciap - A p , q u e a s u v e z é s ig u a l a n|: p-pA : ffi,ó p (f -A ): m donde 1 es la matriz identidad de n filas y n columt20 nas. Esta es la premisa básica del modelo. Es típicamente fenoménica o de caja negra, porque no afirma nada acerca del proceso o mecanismo de producción, excepto que se resume en la matriz A de insumo-producto. Y no presupone otra ley que <Nada de la nada>. Comúnmente los datos son la matriz de producc ió n A y l a d e m a n d a ( u o b j e t i v o ) n t . E l p r o b l e m a e s c a lc u l a r e l v e c t o r a c t i v i d a d p , o s e a , d e t e r m i n a r e l n iv e l a d e c u a d o d e c a d a a c t i v i d a d o i n d u s t r i a . M a t e má t i c a m e n t ee s t e p r o b l e m a c o n s i s t ee n i n v e r t i r l a ma t r i z I - A p a r a o b t e n e r p : m ( l - A ) - , . L a s t a re a s d e j u n t a r l a i n f o r m a c i ó n r e s u m i d ae n A , y d e in v e r t i r I - A , c o n s u m e n t a n t o t i e m p o , q u e a l m o delador no le queda energía para teorizar más profundamente. E l m o d e l o a n t e r i o r e s e s t á t i c o .S e l o p u e d e d i n a mizar, o mejor dicho cinetizar, añadiendola tasa de depleción de las existencias,ó - p B, donde el eleme n t o b ¡ , d e l a m a t r i z B : ( b ¡ ; ) e s e l i n v e n t a r i o d e lo s p r o d u c t o s d e l a i n d u s t r i a i r e q u e r i d a p o r e l s e c to r j p o r u n i d a d d e s u r e s p e c t i v o p r o d u c t o . O s e a , e l m o d e l o i n s u m o - p r o d u c t o( o e s t r u c t u r a l )d e la p r o d u c c i ó n s e r e s u m e e n l a e c u a c i ó n : p(t) (I - Al - i (t) B : m(t). A d v i é r t a s e l o s i g u i e n t es o b r e e s t o s d o s m o d e l o s de producción. En primer lugar, ambos son modelos libres, porque no se fundan sobre ninguna teoría g e n e r a l . E n s e g u n d o l u g a r , s o n p u r a m e n t ed e s c r i p t iv o s o f e n o m é n i c o s :r e s u m e n m i l e s d e u n i d a d e sd e información referente al estado del sistema económic o s i n e x p l i c a r c ó m o f u n c i o n a . T e r c e r o , e s t o s mo de l o s n o c o n t i e n e n e l e m e n t o s i d e o l ó g i c o s ; p o r e s t e m o t i v o , s e l o s u t i l i z a t a n t o e n p a í s e sc a p i t a l i s t a s co m o e n p a í s e s s o c i a l i s t a s .C u a r t o , p e s e a s u carácter descriptivo, un modelo de este tipo no tiene por qué venir siempre ex post facto: también puede utilizarse, y de hecho se utiliza, para planear a c t iv i d a d e s e c o n ó m i c a s . E n e f e c t o . a l c o n s t r u i r 12,1 s emejantemodelo y des p e ja rp , e l p la n if ic a d o r e n cuentra el vector activid a d p , o s e a , d e t e rmin a e l nivel deseable de cada actividad necesario y suficiente para alcanzar la finalidad zr (la demanda). S in embargo,a menos q u e s e p o n g a s u s o mb re ro d e sociólogo y politólogo, no podrá aconsejar adecuadamente respecto de la mejor manera de alcanzar el valor deseado. Véase el capítulo 5. APENDICE 5 CONCEPTOSDE DESARROLLO El problema del desarrollo nacional ha sido enfocado tradicionalmentedesde un sólo punto de vista, habitualmenteel económico. Los políticos de derecha han adoptado este punto de vista por favorecer intereseseconómicos poderosos, y los de izquierda por creer en el determinismo económico. En cualquiera de los dos casos han dejado de lado los aspectos biológicos, culturales y políticos. Semejante punto de vista es unilateral y por lo tanto erróneo. La sociedad está compuesta por seres vivos con necesidadesbiológicas, culturales y políticas1'y la economía es un sistema abierto no sólo a la naturaleza sino también a la cultura y la política. Al ser erróneo el economicismo, sea de derecha o de izquierda, está destinado a fracasar en la práctica. En un caso porque favorece el desarrollo de una pequeña minoría de la sociedad, con lo cual limita el propio desarrollo de la econornía.En el otro caso porque no logra conquistar la adhesión dei público, condición necesaria para el éxito de cualqurierplan ambicioso. S eg ú n l a c o n c e p c i ó n s i s t é m i c a d e l a s o c i e d a d , expuesta en otro lugar (Bunge 1979b),toda socied a d p u e d e a n a l i z a r s ee n c u a t r o s u b s i s t e m a s . . E s t o s son el subsistemabiológico (mantenido por relaciones de parentesco y por organizaciones de salud pública), el económico (mantenido por relaciones de producción, intercambio y consumo), el cultural (mantenido por relacionesde información), y el poIítico (mantenido por relaciones de poder y de par- r22 t23 1 Por último, también se sigue que todo plan de desarrollo auténtico deberá ser integral, no parcial. Y, para que lo sea, deberá ser concebido por equipos multidisciplinari o sa n t e s q u e p o r e c o n o mis t a s (o higienistas o políticos o educadores). Igualmente, toda evaluación de la ejecución de semejante plan deberá hac e rs et e n ie n d o e n c u e n t a in d icadores de los tipos mencionados hace un momento. En suma, los economistasdel desarrollo ignoran a su riesgo, y sobre t o d o a rie s g o d e s u s p u e b lo s , los aspectos no econ ó mic o s d e l d e s a rro llo , a s í como la visión filosóf ic a s is t é mic a q u e in d ic a s u existencia.Cometen a s í lo q u e P re b is c h (1 9 8 1 ap . 3l) ha calificadode <trágico desatino>>. En cambio, la CEPAL ha adoptado un modelo multidimensional del desarrollo (Solari et al. 1976). t26 BIBLIOGRAFIA A umann, R. J. ( 1964) ,M ar ket s wit h a cont inuum of t r ader s. Econontetricr¡32: 39-50. Bhagwati, Jadish N., Ed. (1972),Economicsand World Order. New Yor k: M acm illan. BIaug, Mark (1980),The Methodolog¡'of Economics. London: Cambridge University Press. B o land, Lawr ence A. ( 1979)A cr it ique of Fr iedm an'scr it ics. Journal of Economic LiteraÍure 17: 503-522. Boulding, Kenneth (1970),Economicsas a Science. New york: McG r aw- Hill. Braudef, Fernand (1977),Afterthoughtson Material Civilization and Capitalisrr. 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Por ejemplo, puede darse una sociedad económicamente primitiva pero políticamente avanzadadebido a una activa participaciónpopular en el manejo de la cosa pública. También puede darse una sociedad económicamenteavanzada con una política atrasada (p. ej. autoritaria), pero no con una cultura igualmente primitiva, ya que la economía moderna requiere técnicos a diversos niveles, lo que a su vez supone tecnología,ciencia y educación. Puesto que el desarrollo y el subdesarrollotienen diversos aspectos, es preciso distinguirlos y relacionarlos entre sí en lugar de confundirlos o de sostenerdogmáticamenteque alguno de ellos (p. ej. el económico) es el dominante, al cual están subordinados los demás. En p a rt ic u la r,e s me n e s t e rd is tinguir los siguientesaspectos del subdesarrollo: a) biólogico: alimentación,alojamiento,higiene o cuidado de la salud deficientes; b) económico: agricultura,industria o comercialización anacrónicas o mal organizadas; 124 c) polítíco.' concentración del poder político en pocas cabezas; d) cultural: analfabetismo,falta de accesopopular a la cultura superior, predominio de la pseudocultura comercial (por ejemplo novelas de Corín Tellado y música rock), o atraso de las ciencias. técnicas, humanidades, o artes. Dado que tanto el desarrollo como el subdesarrollo son multidimensionales, no es legítimo igualarlos con algunos de sus aspectos. Ei desarróilo (o subdesarrollo)auténtico es integral, no sólo porque se da en los cuatro aspectos sino también porque éstos están interrelacionados. (V. Bunge 1980.) Obsérveseque esta visión sistémicao integral del desarrollo se alcanza, no desde una ciencia social particular, sino desde la filosofia. Y nótese que tiene diversas consecuencias teóricas y prácticás. Mencionaré sólo tres de ellas. Una primera consecuencia es que todo modelo del desarrollo (o subdesarrollo o estancamiento)de una sociedad debiera contener variables biológicas (por ejemplo longevidad y tasas de natalidady mortalidad), económicas (por ejemplo, PIB y tasa de inversión productiva), políticas (por ejemplo, grado de participación popular en la gerencia de empresas y en asuntos del Estado), y culturales (por ejemplo, porcentaje de la población que accede a la univer' s id a d ) . Una segundaconsecuenciadel modelo sistémico de la sociedady del desarrolloes que no existe un único indicador de desarrollo,ni siquierauna batería de indicadoresdel mismo tipo, por ejemplo económicos. Un indicador fidedigno de desarrollo no puede ser un número único (tal como el PIB) sino un vector con componentes biológicas, económicas, políticas y culturales de diversos tipos: dominantes o débiles, relativos o absolutos.aisladoso sistémicos, descriptivos o normativos. (V. Bunge 1 9 81 . ) 125 , ;..} H H !.9 Lange, Oskar (1963),Politi<'al Econotny /. Oxford: Pergamon P re s s . T ra d . e s p .: Méxi co, Fondo de C ul tura E conómi ca, I 96ó. Lekachman, Robert (1976), Economists at Ba¡t. New York: Mc G ra w -H i l l . in Econontit's.New York: OxLeontief, Wassily (1966),Essn_r,s ford University Press. Leontief,Wassily(1982),AcademicEconomics.Science217: lM-107 . Lowe, Adolplr (1965), On Economic Knowledge: Tou'ards a Science of Political Economics. New York: Harper & Row. L u c a s , R o b e rt E. (1 9 8 0 ) ,Tw o i l l ustrati onsof the quanti ty theory : evi ew 70: 1005-1014. o f m o n e y . 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