B O L E T I N I N F O R M A T I V O 5 | 2 0 1 6 Límites internos y externos en la familia Por: Ramón Emilio Almánzar, MA, MCs, PhDc Psicólogo | Sexólogo | Terapeuta Familiar @REAlmanzar Toda la interacción humana está fundamentada en los vínculos que se establecen entre las personas. Estos vínculos son los que promueven la forma saludable o disfuncional en que una persona elabora sus esquemas vivenciales respecto al mundo que lo rodea. La manera en la que estos vínculos se establecen se remonta al origen de cada persona en su familia. Desde pequeños se van dando interacciones muy particulares entre sus miembros, evidenciándose tres tipos de vínculos básicos: fusionados (cuando hay una relación demasiado estrecha); desconectados (cuando no hay ningún tipo de interacción entre dos personas); sanos (cuando las personas interactúan en un balance que les permite crecer individualmente dentro de ese vínculo). Uno de los elementos imprescindibles para mantener vínculos saludables entre las personas son los límites. Existen límites que se dan a lo interno de la familia, y otros que se dan fuera de la misma. Generalmente, el sistema primario de establecimiento de límites es el sistema familiar, y probablemente de la misma forma que una persona pone límites en su familia, de esa misma forma lo hará con las personas que no pertenecen a ésta. Hay tres tipos de límites: a) Rígidos, cuando la persona no permite cercanía en su espacio físico ni psicológico. Generalmente este tipo de personas tienen una personalidad fuerte, y sus relaciones con otras personas están matizadas por el conflicto y/o la distancia. b) Difusos, en este caso no hay límites claros o ausencia de los mismos, y es como si dos personas fueran una sola. Se invaden los espacios de manera reiterativa. c) Claros, son límites que permiten interactuar desde una perspectiva más saludable, permitiendo la entrada y la salida de las demás personas al espacio físico y psicológico. Definitivamente lo ideal es promover límites claros en las relaciones familiares. Establecer este tipo de límites es lo más saludable, ya que permite poder tener una vida relacional donde se puede crecer en comunión con otras personas, dando y recibiendo. Permitiendo que se pueda entrar al espacio físico y psicológico, pero sabiendo que también en algún momento esa persona va a salir, y de igual modo entrando al espacio físico y psicológico de la otra persona, con la conciencia clara de que lo saludable es salir en un momento adecuado. BOLETIN INFORMATIVO 5 Fusión en el vínculo fraternal Por: Ana Simó | Psicóloga. Terapeuta Sexual, Familiar y de Pareja @AnaSimo | 2016 BOLETIN INFORMATIVO 5 El nacimiento de un hijo es un acontecimiento que no tan solo le cambia la vida a los padres, sino a cada uno de los miembros de la familia incluyendo muy especialmente a los hermanos. El lazo afectivo que surge entre los hermanos es uno de lo más importantes y duradero en la vida de un individuo. El vínculo que inicia con ese nuevo hermano puede estar determinado en la función que viene a cumplir el nuevo integrante. Hay hermanos que llegan para rescatar o para alivianar la carga ya implementada. Todo dependerá del momento en que ha nacido, es decir, hay hijos que han sido buscados como forma de crear el proyecto matrimonio y otros llegan como la tabla de salvación ante el mismo, como también para sustituir el rol parental. El vínculo fraternal según Bank y Kahn (1988) vendría a ser una conexión, tanto a nivel íntimo como público entre dos hermanos, en todos los períodos de la vida. Corman (1974) habla de un doble aspecto en la relación fraterna: rivalidad agresiva y deseo de unión con el rival. Estos dos impulsos se “moderan” paulatinamente. El principio de placer se va sustituyendo por el de realidad y por ello vamos aprendiendo a tolerar las frustraciones. Este es el principio base para aprender conductas sociales que nos ayuden a interactuar con los demás. Por ello, es que se habla que la tarea básica del | 2016 holón fraternal es el de integración entre iguales y de socialización, como también el desarrollo de habilidades como la cooperación, alianzas, expresión de afectos. Bank y Kahn (1988), plantean que el hermano brinda una fuerza vital suplementaria para el vínculo de apego, aunque éste lógicamente sea incompleto, insatisfactorio o de naturaleza ansiosa. Por supuesto que la calidad del vínculo depende de la edad del hermano y de que éste acepte el rol de apoyo. La fusión no es sana, pues conlleva la pérdida del sí mismo, por lo tanto, los padres nunca deben cargar a uno de los hijos con el rol de cuidador de los hermanos, como también deben aprender a diferenciar a cada uno de sus hijos para que identifiquen sus dones, su personalidad, su carácter y no se queden siendo sombras. Ahora bien, tenemos que tener claro que en la niñez como en la adolescencia es muy normal que los hermanos vivan en una eterna lucha, donde se alejan y se acercan, se rechazan y se buscan, se pelean y se reconcilian y que esto es parte de su desarrollo. Por lo tanto, los conflictos y descontentos son parte la dinámica que viven los hermanos. BOLETIN INFORMATIVO Papel de la familia en la readaptación de la familia que emigra Por: Irene García Rodríguez / Psicóloga Clínica. Terapeuta Familiar y de Pareja. 5 | 2016 Para los niños que dentro de ella se forman, la familia representa mucho más que el grupo que los ha acogido y provisto del alimento, el afecto y la protección necesarios para asegurar su supervivencia y sentar las bases de su crecimiento. La vida familiar también funciona permanentemente como un escenario donde se exponen continuamente a través de la comunicación los valores, creencias y sucesos que prevalecen o acontecen en el mundo exterior y donde, interactuando con sus padres y hermanos, ellos aprenden y ejercitan normas de conducta, modalidades de vinculación y otros aspectos relacionados con la convivencia que van a constituir el fundamento de su posterior desenvolvimiento en espacios sociales más amplios y complejos durante el curso de su vida. En alguna medida las personas de cualquier edad pueden continuar siendo beneficiadas por esta capacidad del sistema familiar para contener protectoramente a sus miembros y a la vez facilitar su manejo de las variables circunstancias externas y su adaptación a las mismas. Esto se pone particularmente de manifiesto en cualquiera BOLETIN de las muchas situaciones de crisis que exigen cambios significativos a la vida de uno o más integrantes del mismo. Tal vez entre estas situaciones la emigración del grupo familiar sea una particularmente ilustrativa, debido sobre todo a la multiplicidad y la extensión de las modificaciones implícitas en el requerimiento de ajuste a las nuevas circunstancias. La experiencia de una familia que emigra exige de cada miembro del grupo muchos y complejos cambios de tipo psicológico y de tipo práctico que tienen que ver tanto con el requerimiento de importantes y diversos desprendimientos atinentes a personas, lugares, costumbres, actividades etc., como a la necesidad de incorporación casi simultánea, y muchas veces percibida como urgente, de nuevos lugares, amistades, hábitos y otra innumerable cantidad de aspectos incluidos en lo que va a ser la cotidianidad de su vida en el país de destino. El proceso de ajuste a la nueva realidad, aunque diferente para cada uno de ellos, va a ser en general precedido y en gran parte de su extensión acompañado por emociones diferentes y contradictorias entre las cuales, aunque probablemente existan expectativas positivas, también van a existir tristeza por lo que se deja e incertidumbre por lo que vendrá, conjuntamente a diverso tipo de preocupaciones y temores. ¿Cuáles son los recursos que optimizan la capacidad familiar para cumplir en esa circunstancia ese doble papel de acoger y al mismo tiempo impulsar la INFORMATIVO 5 readaptación del grupo total y de cada uno de sus miembros..? Por una parte, cuando una persona emigra junto a su familia está haciendo ese traslado inserto en el ámbito protector representado por su red de apoyo social más cercana, la cual es en casi todos los casos y de manera particularmente intensa para los niños, un importante determinante de su capacidad para establecer relaciones de confianza con otros entornos socioculturales. Más allá de ello, sobre la base de ese factor de seguridad que deriva del sentimiento de pertenencia al grupo y de la certeza de contar con el apoyo de los otros integrantes, es sin duda la capacidad de mantener una comunicación familiar efectiva lo que puede facilitar de manera significativa el avance fluido y el éxito final de los procesos emocionales, de aprendizaje y de ajuste práctico involucrados en la situación global de emigración. La comunicación efectiva debería encontrarse presente desde el inicio de dichos procesos. Aunque la decisión de emigrar es regularmente una atribución de los padres o de quienes los sustituyen en sus roles, en una familia con una funcionalidad aceptable aquélla es muy pronto transmitida al resto del grupo de una manera explícita en cuanto a las razones que la motivaron y las que influyeron en la elección de un país de destino específico. También en el marco de la buena comunicación la información que se aporta es objetiva y honesta, explicando las ventajas que se espera obtener para todos pero sin incurrir en | 2016 la generación de expectativas poco realistas que al final pueden ser fuente de frustración para quienes fueron seducidos por ellas y de descrédito para quienes las fomentaron. Asimismo, tiene que ver con la comunicación efectiva el que una vez que el conocimiento del proyecto migratorio es compartido, haya permisividad y receptividad ante la expresión de las preocupaciones y emociones diversas asociadas a los requerimientos de separación y, posteriormente, a los de adaptación a situaciones nuevas. En este sentido, el papel regulador del sistema familiar tiende a poner en marcha mecanismos interactivos facilitadores de la evolución de los procesos psicológicos y sociales. Por otra parte, la buena comunicación familiar tiene que ver también con la capacidad del grupo para detectar en sí misma déficit de autosuficiencia e interactuar con profesionales u organizaciones externas cuando sus necesidades lo ameriten. En el caso de la familia que emigra esto, por ejemplo, se refiere de manera muy importante a la cobertura de la actividad exploratoria orientada a prever aspectos diversos de su funcionalidad en el nuevo lugar de residencia y al establecimiento de los contactos con entidades inmobiliarias, laborales y académicas, entre otras. También, en el caso de presentación de alteraciones asociadas a la elaboración de los complejos procesos psicológicos involucrados en estas situaciones, la consulta a un psicoterapeuta familiar puede representar un valioso elemento facilitador. BOLETIN INFORMATIVO 5 | 2016 Eventos importantes que suceden en una familia Por: Rossanna Ramírez | Psiquiatra Terapeuta Familiar @RossannaRamire1 BOLETIN En un principio, es esencial entender que tanto los eventos normales que ocurren en una familia son los debidos al desarrollo y al crecimiento familiar, como el nacimiento de un nuevo miembro, también aparecen los que ocurren de manera accidental, tales como la muerte, separaciones o abusos, dan lugar a la aparición de crisis a nivel familiar aunque también debo aclarar, que no todos necesariamente tienen repercusiones negativas para los miembros de la familia afectada. En todo evento que se pudiera considerar traumático, es necesario tener presente el significado para el sistema de creencias de esa familia, por ejemplo, la muerte pudiera tener un significado diferente dependiendo del concepto religioso que la familia sostenga además, se destacan los recursos protectores y reguladores con los que cuentan los miembros de la misma. Sin lugar a duda hay acontecimientos que cambian la dinámica familiar y su funcionamiento como sistema. Durante las diferentes etapas del desarrollo, la familia enfrenta momentos críticos que implican cambios tanto a nivel individual como familiar. INFORMATIVO 5 En este sentido, en los periodos de transición de una etapa a otra, hay cambios de funciones donde los miembros estarán asumiendo nuevos roles, los cuales generarán fluctuaciones, conflictos, inestabilidad y transformaciones que se expresan en ciertos niveles de desorganización, a esto les llamamos crisis evolutivas y están relacionadas con los cambios biológicos, psicológicos y sociales. En estos procesos de cambios evolutivos, relacionados con las etapas del ciclo vital, tendrán que atravesar obligatoriamente todos los miembros de la familia para poder desarrollarse, crecer y madurar, cómo individuos que pertenecen a un sistema que se debe ajustar a los cambios también, pero ya de forma integral. Sin embargo, este proceso no será de forma lineal ni de forma ascendente, en su desarrollo se verá este proceso evolutivo afectado en muchas ocasiones por situaciones que introducen cambios en su estructura y funcionamiento de manera externa que generan estrés, como es el caso de un divorcio, padecimiento de uno de los miembros de una enfermedad crónica o algún tipo de abuso. Este tipo de crisis tiene un impacto más negativo en la familia y por lo tanto pudiera enfermar todo un sistema familiar. | 2016 Dentro de estos podemos señalar: • Eventos de desmembramientos son los que se caracterizan por la separación de un miembro, provocando crisis por esta pérdida (un divorcio, separación o muerte). • Eventos de desmoralización son los que rompen con las normas y valores de la familia como infidelidad, drogadicción, delincuencia o cualquier acto deshonroso. • Eventos de desorganización caracterizados por situaciones que bloquean la dinámica familiar como enfermedades psiquiátricas y accidentes de cualquier tipo. • Eventos de incrementos como las adopciones o la llegada inesperada de un familiar. Las crisis son parte inevitable de los seres humanos, es imposible evadirlas pero si podemos disminuir sus efectos negativos depende de los recursos con que cuente la familia, en este sentido nuestro trabajo como terapeutas familiares es dotar de herramientas psicológicas que les permitan manejar estas situaciones. La crisis siempre será una situación nueva que se convertirá en un reto donde la familia se planteará la necesidad de cambios, para encontrar la manera de resolver este nuevo problema, teniendo en cuenta siempre el proceso de adaptación que requiere tiempo de cada uno de los afectados. BOLETIN INFORMATIVO 5 | 2016 Reciclaje transgeneracional en familias de tres generaciones Por: Patricia Reyna / Médico Terapeuta Familiar @PatriciaReyna BOLETIN INFORMATIVO 5 La familia es la unidad básica de la sociedad, donde sus miembros poseen vínculos de parentesco o afinidad por vínculos sociales establecidos como el matrimonio o la adopción, y por vínculos de consanguineidad como la filiación entre padres e hijos. Poseen roles específicos dentro de su núcleo familiar, con vínculos consanguíneo o no pero que poseen un fin común económico y social, y con lazos afectivos que los unen y aglutinan. Está encargada de satisfacer necesidades de índoles biológicas, afectivas y formativas; inculca valores y promueve el crecimiento de sus miembros cuando está sana, haciendo de ellos individuos que aportan e incentivan el desarrollo de la sociedad y de sus descendientes. De acuerdo al grado de parentesco de los miembros que la conforman y a su dinámica relacional puede ser clasificada y determinar en ella el manejo de los límites y reglas, así como su funcionalidad o disfuncionalidad, y la clara o no delimitación de sus jerarquías. Una familia de tres generaciones, es aquella que involucra de manera directa al núcleo familiar a los abuelos, compartiendo o no un mismo domicilio, ejerce un poder dentro del sistema familiar. | 2016 En nuestra sociedad, no es rara la presencia permanente de los abuelos en las familias, como parte de un sistema de apoyo o soporte familiar. Sin embargo, siendo la familia la fuente de aprendizaje del individuo y de la relación de este con su entorno en el proceso de socialización, aprendemos a ser y a estar con el otro de una manera particular en cada familia, determinada por su identidad (creencias, mitos, representaciones e ideologías) y a su vez, de manera inconsciente, asumimos poses provenientes de nuestros ancestros que transmitimos de una generación a otra, y que pautaran la forma en que nos vinculamos física, emocional y socialmente con los demás, caracterizando al sistema familiar (reciclaje transgeneracional). Si trabajamos nuestra historia familiar, y evaluamos ancestralmente la configuración de nuestro sistema familiar, podríamos encontrar huellas enquistadas de antepasados al cual nos vinculamos, repitiendo, generalmente, representaciones “fantasmagóricas” de traumas previos a nuestra existencia misma. Otra forma de aparición del reciclaje es a través de la simbiosis alienante (puede ocurrir entre un progenitor y su hijo), ocurre una proyección de sí mismo sobre el sujeto alienado, quien termina por asumir las acciones o actos negadas por los progenitores, viviendo solo el mundo que le permiten ver (en estos casos podemos identificar como nuestras decisiones realmente no son propias, sino que provienen de pautas ancestrales transgeneracionales y que repetimos de manera mecánica). BOLETIN INFORMATIVO En este caso, la dinámica y constante movimiento de la familia bajo pautas transgeneracionales, de fuertes malestares emocionales o sucesos traumáticos que quedan en el inconsciente de un sistema familiar, suelen ser el origen de conflictos individuales y familiares. Imaginemos que cuando formamos una familia, venimos con una carga biopsicosocial, de lo que somos y hemos aprendido a ser a partir de ese proceso de socialización que vivimos en nuestra familia y en el entorno social en el que crecemos, y a esto le sumamos el mismo proceso de aprendizaje que trae la pareja, bajo sus propios esquemas y constructos psicológicos y sociales, pautadas por su propio sistema, de por sí la familia genera su propia crisis de adaptación para la reestructuración de la pareja que se está formando y creando su propia identidad, a través de un proceso de reconocimiento, aceptación, negociación y tolerancia. Si a todo esto, le sumamos la intromisión de un tercero, soporte del sistema familiar, en este caso un abuelo o abuela, puede en sí mismo crear una crisis mayor, si los límites de la pareja no están claros y cuestiona la lealtad a al miembro parental presente. 5 | 2016 Si hurgamos un poco más profundo, en la crisis de este sistema familiar, en la falta de cuestionamiento a las lealtades invisibles que se dan frente a la conyugalidad y el vínculo filiar (esposos vs. padres) podemos encontrar una fidelidad compulsiva hacia los padres, un reciclaje transgeneracional representada en poses de víctimas, salvadores o ausentes en el ejercicio del poder dentro del sistema familiar. Otras formas de reciclaje transgeneracional, es con los secretos de eventos muy traumáticos como en casos de abusos o violaciones sexuales. Otras pautas de transmisión por eventos negativos son los duelos patológicos ancestrales, parentalidad predominantemente narcisista, las pautas de agresión o victimización en violencia intrafamiliar. Para sanar un sistema familiar y eliminar los reciclajes transgeneracionales, a través de la terapia familiar debemos hacer consciente lo inconsciente y explorar a través de la historia familiar generacional, aquellos eventos no recordados y que fueron parte de una vivencia emocional traumática.