MODULO: Aspectos Legales, tributarios PROFESOR: Sr. Alex

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MODULO: Aspectos Legales, tributarios
PROFESOR: Sr. Alex Contreras Molina
MAIL: a_contrerasmolina@yahoo.es
ACTOS JURIDICOS Y CONTRATOS
Hechos y actos jurídicos. Para comprender la naturaleza del acto jurídico, debemos considerar en primer lugar a los
hechos, y especialmente, a los hechos jurídicos. Los hechos pueden tener su origen en la naturaleza o en el hombre, y en
uno y otro caso, pueden producir efectos jurídicos. Si los producen, estamos ante hechos jurídicos, y en caso contrario,
estamos ante hechos materiales. Hecho jurídico, por tanto, se define como todo suceso de la naturaleza o del hombre
que origina efectos jurídicos. Estos efectos pueden ser: la creación, modificación, transferencia, transmisión o extinción
de un derecho. Hecho material es todo suceso de la naturaleza o del hombre que no produce efectos jurídicos.
Hechos jurídicos propiamente tales: son los hechos de la naturaleza que originan efectos jurídicos. Por ejemplo: el
nacimiento (marca el comienzo de la personalidad); la muerte (marca el fin de la personalidad y pone en marcha la
sucesión por causa de muerte); el transcurso del tiempo (permite adquirir derechos mediante la prescripción adquisitiva
o extingue acciones mediante la prescripción extintiva; muta la condición jurídica de las personas naturales, que de
infantes se transforman en impúberes, después en menores adultos y finalmente en mayores de edad).
Hechos jurídicos voluntarios realizados con la intención de producir efectos jurídicos; son los actos jurídicos, los que
podemos definir como actos voluntarios realizados por el hombre con la intención de crear, modificar, transferir,
transmitir o extinguir derechos. Así, por ejemplo, creará derechos el contrato de compraventa; modificará derechos la
reprogramación de un crédito; transferirá derechos la tradición (entrega); transmitirá derechos el testamento y
extinguirá derechos el pago.
Hechos jurídicos voluntarios, realizados sin la intención de producir efectos jurídicos. Se ubican aquí los delitos y
cuasidelitos. Si bien el delincuente actúa voluntariamente, no ejecuta un acto con el propósito de ser penado o de
responder civilmente indemnizando los perjuicios.
Entonces, siguiendo a Víctor Víal del Río, podemos decir que el acto jurídico es “la manifestación de voluntad hecha con
el propósito de crear, modificar o extinguir derechos, y que produce los efectos queridos por su autor o por las partes
porque el derecho sanciona dicha manifestación de voluntad.”
Características
a) El acto jurídico es una declaración o un conjunto de declaraciones de voluntad;
b) La voluntad de los declarantes persigue un fin práctico lícito;
c) Este fin práctico se traduce en efectos jurídicos, que se atribuyen o reconocen por el ordenamiento jurídico a la
voluntad de los declarantes;
d) Con el acto jurídico, los sujetos regulan sus propios intereses;
e) Esta regulación es preceptiva, o sea, impone normas de autonomía privada; y
f) Las declaraciones que envuelven los actos jurídicos son vinculantes, comprometen, auto-obligan a los que las
emiten.
II.- CLASIFICACION DE LOS ACTOS JURIDICOS.
1.-) Clasificaciones legales.
a) Unilaterales y bilaterales.
Atendiendo al número de voluntades que se requieren para que se perfeccione el acto jurídico, los actos jurídicos se
clasifican en unilaterales y bilaterales. Son actos jurídicos unilaterales aquellos que para formarse requieren de la
manifestación de voluntad de una sola parte. Son actos jurídicos bilaterales o convenciones aquellos que para
perfeccionarse necesitan del acuerdo de las voluntades de dos o más partes. Cabe señalar que se habla de “partes” y no
de “personas”, atendiendo a que una parte puede estar integrada por una o más personas, que en su conjunto
constituyen un solo centro de interés (art. 1438 del CC).
Ejemplos de acto jurídico unilateral: el testamento; la oferta y la aceptación en el proceso de formación del
consentimiento; la revocación o la renuncia del mandato, el desahucio (en contratos de arrendamiento y en el contrato
de trabajo), el reconocimiento de un hijo, la ratificación de un acto jurídico , etc. Ejemplos de acto jurídico bilateral:
todos los contratos.
El acto jurídico bilateral o convención, se define por tanto como el acuerdo de voluntades, que tiene por objeto crear,
modificar, transferir o extinguir derechos y obligaciones. A su vez, cuando la convención tiene por objeto crear
derechos, estamos ante un contrato, lo que nos permite deducir que la convención es el género y el contrato la especie:
todos los contratos son convenciones, pero no todas las convenciones son contratos.
Los contratos a su vez, también pueden clasificarse en unilaterales y bilaterales (art. 1439 del CC). El contrato es
unilateral cuando una de las partes se obliga para con otra que no contrae obligación alguna. El contrato es bilateral
cuando las partes contratantes se obligan recíprocamente. Como vemos, esta clasificación no atiende al número de
voluntades necesarias para que se perfeccione o nazca el acto jurídico, sino que al número de obligados, partiendo de la
base que ya hay acuerdo de voluntades, o sea, ya existe una convención o acto jurídico bilateral. Ejemplos de contratos
unilaterales: donación, comodato, depósito, mutuo, hipoteca, prenda, etc. Ejemplos de contratos bilaterales:
compraventa, arrendamiento, sociedad, mandato, etc. No es lo mismo entonces un acto jurídico bilateral y un contrato
bilateral, pero siempre el contrato, como acto jurídico, será bilateral, aún cuando como contrato pueda ser unilateral o
bilateral.
b.- Actos gratuitos o de beneficencia y actos onerosos (art. 1440 del CC). Se formula esta clasificación atendiendo a la
finalidad perseguida. Los actos jurídicos gratuitos o de beneficencia sólo tienen por objeto la utilidad de una de las
partes, sufriendo la otra el gravamen. Los actos jurídicos onerosos tienen por objeto la utilidad de ambos contratantes,
gravándose cada uno a beneficio del otro.
b.1.- Contratos conmutativos y aleatorios (art. 1441 del CC). Los contratos onerosos se subclasifican en conmutativos o
aleatorios, atendiendo a la determinación de la equivalencia de las prestaciones. El contrato oneroso es conmutativo,
cuando cada una de las partes se obliga a dar o hacer o a no hacer una cosa que se mira como equivalente a lo que la
otra parte debe dar o hacer o no hacer a su vez. Ejemplo: contrato de compraventa de un bien raíz. El contrato oneroso
es aleatorio, si el equivalente consiste en una contingencia incierta de ganancia o pérdida. Ejemplos: la venta “en verde”
de una producción agrícola por un precio fijado a todo evento; la renta vitalicia; el contrato de seguros (art. 2258 del
CC). En los contratos conmutativos, las ventajas que las partes se conceden mutuamente se miran equivalentes (se trata
por ende de una apreciación subjetiva). Excepcionalmente, esta equivalencia debe fijarse dentro de ciertos límites, en
aquellos casos en que la ley lo establece, y la sanción en caso de contravención será la nulidad relativa por lesión
enorme o pagar una suma adicional o restituir parte de lo recibido (artículo 1889, en la compraventa voluntaria de
bienes raíces, por ejemplo).
c.- Actos o contratos principales y accesorios (art. 1442). Atendiendo a si pueden o no subsistir por sí solos, se clasifican
los actos o contratos en principales y accesorios. El contrato es principal cuando subsiste por sí mismo, sin necesidad de
otra convención. Ejemplo: el contrato de compraventa. El contrato es accesorio cuando tiene por objeto asegurar el
cumplimiento de una obligación principal, de manera que no pueda subsistir sin ella. Ejemplo: las garantías o cauciones
reales (hipoteca, prenda) o personales (fianza, solidaridad, cláusula penal). El art. 46 del CC, define lo que se entiende
por caución: Caución significa generalmente cualquiera obligación que se contrae para la seguridad de otra obligación
propia o ajena. Son especies de caución la fianza, la hipoteca y la prenda.
d) Actos o contratos reales, solemnes y consensuales (art. 1443 del CC). Se clasifican de tal forma los actos jurídicos,
atendiendo a los requisitos que la ley establece para su perfeccionamiento.
d.1.- El contrato es real cuando se perfecciona con la entrega o tradición de la cosa a que se refiere. Ejemplos: comodato
(art. 2174); mutuo (art. 2196); depósito (art. 2211); prenda (art. 2384).
d.2.- El contrato es solemne cuando está sujeto a la observancia de ciertas formalidades especiales, de manera que sin
ellas no produce efecto civil. En estos actos, la ley exige el cumplimiento de una solemnidad en consideración a la
naturaleza de los mismos. La sanción por su incumplimiento, de acuerdo al art. 1682, será la nulidad absoluta o
inexistencia jurídica para ciertos autores (arts. 18 - 1701). Ejemplos de contratos solemnes: promesa (art. 1554, debe
constar por escrito); la compraventa de inmuebles, de servidumbres, censos y del derecho real de herencia, exige
escritura pública (art. 1801, 2º); las capitulaciones matrimoniales; la hipoteca, etc.
d.3.- El contrato es consensual cuando se perfecciona por el solo consentimiento. Ejemplos: compraventa de bienes
muebles; arrendamiento de muebles o de inmuebles urbanos; mandato, por regla general, etc.
2.-) Clasificaciones doctrinarias.
a) Actos de familia y actos patrimoniales. Los actos de familia se refieren a la situación de una persona dentro de su
familia y a sus relaciones con los restantes integrantes de la misma. Por ejemplo, reconocimiento de un hijo, el contrato
de matrimonio, el pacto a que alude el artículo 45 de la Ley 19.620, sobre Adopción de Menores, etc. Los actos
patrimoniales son aquellos destinados a crear, modificar, transferir, transmitir o extinguir un derecho patrimonial o
valuable en dinero.
b) Actos instantáneos, de ejecución diferida, de tracto sucesivo e indefinidos. Reciben tal clasificación los actos y
contratos, atendiendo a su permanencia en el tiempo. Los actos jurídicos instantáneos producen sus efectos
inmediatamente de celebrados, de manera que realizada la prestación debida, desaparece el vínculo contractual, las
obligaciones recíprocas, excepto algunas obligaciones que se siguen proyectando, en estado latente o potencial. Así por
ejemplo, en la compraventa, el acuerdo de voluntades, el pago y la tradición, suelen ser inmediatos. Subsiste sin
embargo la obligación de saneamiento de la cosa vendida, tanto en lo que respecta a la evicción como a los vicios
redhibitorios o defectos ocultos de la cosa (art. 1837).
Los actos jurídicos de ejecución diferida, son aquellos cuyos efectos se van cumpliendo progresivamente, en el plazo
estipulado por las partes o el que corresponda a la naturaleza de la obligación . Tienen este carácter, por ejemplo, un
contrato de compraventa en el que se pacta que el precio se pagará en cierto plazo; o un contrato de mutuo, en el que
el mutuario se obliga al servicio de la deuda en determinado número de cuotas; o el contrato de construcción, cuando
un arquitecto se obliga a construir una casa y entregarla “llave en mano” en un cierto plazo, etc.
Los actos jurídicos de tracto sucesivo son aquellos que en el período de tiempo establecido por la ley o acordado por las
partes, van renovando sus efectos. El contrato se cumple íntegramente, pero acto seguido se renuevan sus efectos.
Ejemplos: contratos de arrendamiento o de sociedad. Estos contratos suelen llevar una cláusula en cuya virtud sus
efectos se van renovando por períodos similares, salvo voluntad contraria de las partes. Cuando se verifica la
renovación, se habla de “tácita reconducción”.
Los actos jurídicos de duración indefinida, suponen que el contrato se celebra sin pactar un plazo extintivo, y con la
intención de que la relación jurídica permanezca en el tiempo. Asumen esta forma, en ocasiones, el contrato de
sociedad, el contrato de arrendamiento o el contrato de trabajo (en este último caso, por el ministerio de la ley, después
de operar la segunda renovación).
c) Actos jurídicos puros y simples y actos jurídicos sujetos a modalidades. Atendiendo a si los actos y contratos
producen de inmediato sus efectos normales o si se insertan en ellos modalidades, se clasifican en la forma indicada.
Actos jurídicos puros y simples son aquellos que inmediatamente de celebrados hacen nacer un derecho, que puede
ejercerse sin más dilación. Actos jurídicos sujetos a modalidades son aquellos que están sujetos en sus efectos a
cláusulas restrictivas. Las modalidades son ciertas cláusulas particulares que pueden ser insertadas en los actos jurídicos
para modificar sus efectos, desde el punto de vista de la existencia, ejercicio o extinción de los derechos y obligaciones
derivados del acto jurídico. Las modalidades más usuales son el plazo, la condición y el modo. El plazo es un hecho
futuro y cierto, del cual depende el ejercicio o la extinción de un derecho. La más importante clasificación de los plazos
es aquella que distingue entre plazos suspensivos o extintivos, según si al cumplirse hacen exigible o extinguen un
derecho. El plazo también podrá ser expreso o tácito; fatal o no fatal. El Código Civil define el plazo en el artículo 1494,
señalando que “es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación.” La condición es un hecho futuro e incierto,
del cual depende el nacimiento o la extinción de un derecho. El modo es una carga establecida en los actos jurídicos a
título gratuito, con el propósito de limitar el derecho del adquirente (por ejemplo, se deja en legado una pinacoteca, con
la obligación de darla en comodato al Museo de Bellas Artes, con el propósito de exponerla al público, con cierta
periodicidad).
d) Actos o contratos nominados o típicos e innominados o atípicos. Reciben tal clasificación, según estén o no
configurados por la ley. Los actos o contratos nominados o típicos son aquellos que están configurados o estructurados
por la ley, determinando ésta sus caracteres. Los actos innominados o atípicos no están configurados por la ley y van
surgiendo como creación de los particulares, fruto de la autonomía de la voluntad y del principio de que en el derecho
privado sólo no puede hacerse aquello expresamente prohibido por la ley. Ejemplos de contratos innominados o
atípicos: leasing mobiliario (arrendamiento de cosas muebles con opción de compra);
e) Actos o contratos verdaderos o simulados. Según la sinceridad de los contratantes, se clasifican de tal forma. Los
actos o contratos verdaderos son aquellos que reflejan la verdadera voluntad de las partes. Los actos o contratos
simulados pueden implicar una hipótesis de simulación absoluta o relativa. Mediante la simulación absoluta, las partes
fingen ejecutar o celebrar un acto o contrato, cuando en realidad no pretenden materializar ninguno (por ejemplo, el
deudor que para evitar el embargo de sus bienes, simula vendérselos a un tercero). Mediante la simulación relativa, las
partes simulan ejecutar o celebrar un acto o contrato distinto al que verdaderamente están ejecutando o celebrando
(por ejemplo, las partes simulan celebrar un contrato de compraventa, cuando en verdad hay una donación).
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